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Esc. Sec.

Oficial N°0749
“Adolfo López Mateos”
Nombre:
Omar Josue Trejo Strevel

Asignatura:

Historia de México
Grado:

Grupo:
“A”
Profesora:
Elizabeth Paniagua Cortes

Tema:
El desarrollo urbano (cultura mexica)

2018 – 2019
CICLO ESCOLAR
Cultura Mexica
Los mexicas (del náhuatl mēxihcah «mexicas») —llamados en la historiografía tradicional aztecas
fueron un pueblo mesoamericano de filiación nahua que fundó México-Tenochtitlan y hacia el siglo
XV en el periodo posclásico tardío se convirtió en el centro de uno de los Estados más extensos que se
conoció en Mesoamérica, asentado en un islote al poniente del lago de Texcoco, sobre los márgenes
centro y el sur de los lagos, como en Huexotla, Coatlinchan, Culhuacan, Iztapalapa, Chalco, Xico,
Xochimilco, Tacuba, Azcapotzalco, Tenayuca y Xaltocan, hacia finales del Posclásico Temprano
(900-1200), hoy prácticamente desecado. Sobre el islote se asienta la actual Ciudad de México, y
que corresponde a la misma ubicación geográfica. Aliados con otros pueblos de la cuenca lacustre
del valle de México —Tlacopan y Texcoco—, los mexicas sometieron a varias poblaciones indígenas que
se asentaron en el centro y sur del territorio actual de México agrupados territorialmente en altépetl.
Los mexicas se caracterizaban por la explotación de cultivos altamente simbióticos (dependencia a
la manipulación humana, como maíz, chile, calabaza, frijol, etc.), el uso extensivo de plumas para la
confección de vestimentas, el uso de calendarios astronómicos (uno ritual de 260 días y un civil de
365), una sofisticada metalurgia prehispánica ornamental y militar basada principalmente en el
bronce, oro y plata; una escritura en forma de pictogramas el cual era usado para la
documentación de hechos y el cálculo de obras arquitectónicas el cual estaba basado en un sistema
métrico propio, que para mediciones de terrenos es comparable con otros sistemas de medida de
la Edad Moderna, el uso extensivo de productos derivados de las cactáceas y agaves, y el uso de
cerámico ígneo (obsidiana) para fines quirúrgicos y bélico.
Mexicas
Civilización de Mesoamérica

Extensión máxima de los estados sometidos a los mexicas, según María del Carmen Solanes
Carraro y Enrique Vela Ramírez (2000).
Otros nombres Aztecas y tenochcas

Capital
México-Tenochtitlan
Idioma Náhuatl clásico

Localización
Zona (s) mesoamericana (s) Altiplano Central
Oaxaca
Golfo
Norte
Maya

País México

Estados Ciudad de México


México
Querétaro
Guerrero
Veracruz
Oaxaca
Puebla
Zacatecas
Chiapas

Cronología
Fundación 1325 (según el mito)

Fundador Ténoch (según el mito)

Decadencia 1521

Causa Conquista por parte de los españoles

Asentamientos Importantes

Tenochtitlan

Texcoco

Tlatelolco

Chalco

Azcapotzalco

Oaxtepec

Culhuacan
Toluca

Huaxyacac (Oaxaca)

Atotonilco

Malinalco

Religión

Nombre de la Religión Religión mexica

Introducción
Los mexicas fueron el último pueblo mesoamericano que condensó una rica y compleja
tradición religiosa, política, cosmológica, astronómica, filosófica y artística aprendida y desarrollada por los
pueblos de Mesoamérica a lo largo de muchos siglos. Junto con los mayas son el tema más estudiado de la
historia mesoamericana, dado que se conservan fuentes documentales y arqueológicas, así como
numerosos testimonios hechos en su mayoría de forma posterior por sobrevivientes de la Conquista
de México. La numerosa cantidad de estudios sobre los mexicas hechos por investigadores de todo el
mundo hace difícil una síntesis o un panorama general por la especialización de los estudios y las
numerosas polémicas, que han permitido desechar conceptos y términos indígenas inadecuados
apoyados en la lingüística, la antropología y la arqueología, los cuales fueron usados durante muchos
años por estudiosos de los mexicas, basados erróneamente en interpretaciones medievales
supervisadas por instituciones religiosas, y modernas generalmente eurocentristas.
Antecedentes
El período mexica o azteca fue una fase más de otras culturas y períodos arqueológicos, entre los
que destacan:
 Olmecas (2 500 a.C-200 d.C): constructores de pirámides, los jefes eran los reyes-sacerdotes;
 Teotihuacan (400 a.C-800 d.C): se encuentran el templo de la luna y la pirámide del sol; su
dios principal fue Quetzalcóatl;
 Toltecas (900 d.C-1168 d.C): tuvo como capital Tula (Tollan-Xicocotitlan).
Filogenéticamente, está claro que los nahuas hablan lenguas relacionadas con los pueblos aztecas del
norte de México y sur de Estados Unidos, y existen diversas evidencias de que migraron hacia el final
del I milenio d. C. hacia el sur hasta alcanzar el centro de México. Los propios mexicas recogen esta
migración en diversos relatos legendarios, que pueden contener algún elemento histórico real, que
explican las fases de su migración hacia el sur. La mitología mexica, siendo muy diversa, pero
reforzada bajo el mandato virtual de Tlacaélel, situó el origen mítico
en Chicomóztoc (en náhuatl: chicome-oztotli-co, ‘Lugar de las siete cuevas’), sitio relacionado
con Aztlán —de donde viene el gentilicio azteca—, aunque no existe consenso sobre el punto exacto
donde se encuentre el sitio por tratarse de un sitio mítico. La lengua de los mexicas era
el náhuatl clásico, que actualmente es la lengua indígena con la mayor comunidad lingüística en
México. El etnónimo azteca fue popularizado por investigadores muy posteriores a su tiempo. Sin
embargo, cabe mencionar que los mexicas no se llamaban a sí mismos de esa forma, y que fue
resultado de una mala designación posterior; y que las crónicas posteriores los nombraron en todo
momento como «mexicanos» o «los de México».
A la llegada de los españoles, los mexicas mantenían relaciones de tensión con los altépetl sometidos,
a los que les imponían fuertes cargas tributarias. Esta situación fue aprovechada por los recién
llegados en 1519, que rápidamente establecieron alianzas con los zempoaltecas y los tlaxcaltecas. Tras
la caída de México-Tenochtitlan, la élite gobernante mexica fue sometida e integrada gradualmente
a la sociedad colonial, recuperando muchos de ellos cargos y privilegios. El resto de la sociedad
mexica sufrió una serie de colapsos -principalmente el demográfico- en todas sus estructuras, pero
fueron muchas las continuidades y resistencias que permanecieron por mucho tiempo y hasta
nuestros días en los pueblos indígenas de México, aunque el grueso de la población entró en un
proceso de una caída demográfica histórica en menos de un siglo sufrida por todos los pueblos
indígenas por las nuevas enfermedades europeas y la explotación española.
Terminología

Año "2 Calli" (1325), Fundación de Mexico-Tenochtitlan. Códice Mendoza.


En la historiografía de Mesoamérica, aparecen los términos nahuas, mexicas y aztecas como
vagamente equivalentes. Sin embargo, no deben ser tomados como sinónimos. Estos tres términos
aparecen cuando se habla de los habitantes que se situaron en el Valle de Anáhuac, principalmente
en el islote de Tenochtitlan durante el siglo XVI:
 El término nahua se refiere a todos aquellos que hablaron o actualmente hablan la lengua
nahua (náhuatl). Durante la invasión, los habitantes de la Gran Tenochtilan eran en su
mayoría nahuas; sin embargo, no eran los únicos de Mesoamérica. Y existían enclaves nahuas
en todo el centro de México e incluso tan al sur como El Salvador (señorío de Cuzcatlán)
y Nicaragua (Nicaraos).
 Los nahuas que habitaban en las zonas de Tenochtitlan y de Tlatelolco eran conocidos
como mexicas debido a que se autodenominaban a sí mismos mexihcah. Las crónicas
españolas del siglo XVI modificaron la palabra y los nombraron "mexicanos". Así es como
aparecen en la historia colonial. Sin embargo, los nahuas de Texcoco y de Tlacopan que
participaron como aliados de los mexicas y que a veces son considerados parte de los aztecas
por tener el mismo origen se denominaban a sí mismos acolhuas y tepanecas, respectivamente.
 Finalmente, desde el siglo XIX en adelante, la mayoría de los historiadores fuera de México
han usado el nombre o la denominación azteca para referirse a los mexicas (y frecuentemente
también a sus aliados de la Triple Alianza). El nombre azteca se refiere al mito narrado por las
crónicas coloniales, según el cual los mexicas, los acolhuas[cita requerida] y los
tepanecas[cita requerida] habían salido de un lugar llamado Aztlán.
En 1427 los mexicas eligen un nuevo rey, Izcóatl, que era hijo de Acamapichtli, el primer rey
mexicano, y de una esclava. Este es el único caso en el que subió al trono un hombre que no tuviera
por madre una mujer de sangre tolteca; la elección se debió seguramente a las cualidades del
candidato, cuyo genio militar y cuya habilidad política debían, en los trece años de su reinado,
transformar el destino de su pueblo.
Con motivo de la querella entre los hijos de Tezozómoc, los diferentes "gobiernos en exilio", causados
por las conquistas de aquél, comprendieron que era el momento de volver a sus diferentes países y
de liberarse del yugo de Azcapotzalco. Entonces se forma una alianza entre los mexicanos y varios
otros grupos. De estos, con mucho el más importante es el que representaba a la antigua dinastía
chichimeca que había reinado sobre Tezcoco hasta la derrota de Ixtlilxóchitl, que ya hemos relatado.
Los aliados obtienen la neutralidad de algunas de las ciudades tepanecas y, después de una guerra
en extremo difícil, Azcapotzalco mismo fue tomado en 1428. Esto no marca el fin de la contienda, ya
que Maxtla se refugió en Coyoacan y en sitios más lejanos, hasta que por fin es derrotado
definitivamente en 1433. Entonces, Nezahualcóyotl puede regresar a Tezcoco e inicia el largo reinado
que no había de terminar sino con su muerte en 1472.
Historia
Orígenes

Coatlicue, la madre de los dioses mexicas. (Museo Nacional de Antropología, Ciudad de México).
El origen de los mexicas se sitúa entre los grupos hablantes de náhuatl del norte del actual México y
antecesores de los asentados durante la llamada etapa chichimeca. Tradicionalmente se pensó que
hubo una división de raza entre Aridoamérica —con grupos cazadores-recolectores principalmente—
y Mesoamérica, con pueblos sedentarios y agricultores. Por los estudios más recientes se sabe que no
fue así y que la diversidad étnica permitió a muchos grupos de origen chichimeco poseer diversos
grados de estratificación y sedentarismo, según las variantes regionales y las condiciones ambientales
donde se asentaron. Por ello al tener un contacto mayor con grupos mesoamericanos adoptan
modos y usos civiles que tenían ya de alguna forma en el norte del actual México.
Los mexicas se consideran la última gran migración chichimeca al Altiplano Central, lo cual se dice
ocurrió entre los siglos XII y XIII. El mito mexica oficial enuncia su origen mítico en Aztlán, una isla
originaria de donde partieron por designios divinos. La evidencia histórica muestra —a excepción de
las hipótesis de Wigberto Jiménez Moreno y Paul Kirchhoff que las sitúan en la isla
de MexcaltitlánNayarit o en el sur de Guanajuato, respectivamente— que la idea de Aztlán responde
como muchos otros simbolismos y difrasismos mexicas, a una concepción mítica y arquetípica del
islote de México-Tenochtitlan, en el que el mito se fraguó ya con el esplendor de dicha urbe, además
de que las fuentes documentales mencionan una asimilación de lo mesoamericano desde las
primeras etapas de la migración. Según la visión mítica mexica, la salida de la isla se hizo en cuatro
o siete grupos calpulli del que era el más fuerte los huitznahuaque, que tenían como dios tutelar
a Huitzilopochtli, acompañados de los teomamaques o sacerdotes que portaban los diversos
tlaquimilolli (bultos sagrados), que contenían reliquias de los antepasados o diversos objetos muy
sagrados para los grupos.
El Códice Boturini enuncia la ruta oficial hecha por los mexicas, que incluyó sitios de Hidalgo y México;
hay más de 30 fuentes que aparentemente señalan particulares itinerarios, estos a través del análisis
se reducen a tres principales rutas, por lo que es necesario tomar en cuenta además del Boturini esas
otras dos grandes tradiciones. La segunda deriva del Códice Mexicanus y la tercera del Códice
Telleriano-remensis.
La tradición mítica oficial debe verse a través de la manera en que los antiguos mexicanos creaban
y escribían su historia, a la cual intentaban de insertar elementos religiosos y políticos, por lo que hay
que separar sus componentes y discernir buscando los hechos históricos más plausibles.
Llegada a la Cuenca de México

Primera página del Códice Boturini


Al arribar a la Cuenca de México los mexicas encontraron un panorama político complejo y
asentado, así como el sometimiento por parte de los tepanecas de Azcapotzalco a casi todos los
altepetl; podemos considerar por las fuentes que su arribo es al momento de asentarse en la región
de Xaltocan-Tzompanco, lo más probable entre 1226 y 1227. Este parece ser el momento histórico
más firme del cual parte su difusión hacia la orilla occidental del Lago de Texcoco, hasta asentarse
en Chapultepec aproximadamente en 1280. Luego de salir expulsados de Chapultepec (1299) por
los altépetl de Azcapotzalco, Xaltocan, Culhuacan y Xochimilco, se asientan en Tizaapan, dominio
territorial de Culhuacan, el cual abandonan por la dureza de las condiciones y un enfrentamiento
con los culhuas, yendo hacia la región de Texcoco antes de elegir un islote donde ya existían
asentamientos previos, según evidencias arqueológicas.
Según la historia oficial aceptada, en un islote al poniente del lago de Texcoco, fundaron los
mexicas México-Tenochtitlan en el año 2 Calli o 1325 en donde se cumplió, según el mito oficial, la
profecía de un águila devorando una serpiente sobre un nopal. Ahora se sabe que los mexicas se
establecieron previamente en diversas poblaciones, incluso fundaron algunas ciudades (como
ejemplo Huixachtitlán), la información codificada en los documentos revela que ya habitaban el
islote desde 1274. El asentamiento final incluyó la aceptación de Azcapotzalco como altepetl
supremo, tributándole periódicamente y una condición general de obediencia. El islote estaba
crecido de tulares, carrizos y una rica diversidad acuática que les permitirá la subsistencia, así como
una posición militar estratégica, si bien los primeros años sus condiciones de vida serán precarias.
Los mexicas y la guerra
La religión mexica enseñó que era necesario apaciguar a los dioses con sacrificios humanos. Por eso,
explica el historiador Víctor W. von Hagen:
"La guerra y la religión, al menos para los aztecas, eran inseparables. Pertenecían la una a la otra. ...
Con el fin de obtener apropiados prisioneros-víctimas que sacrificar a los dioses, había incesantes
guerras pequeñas e incluso su armamento estaba dispuesto para incapacitar no para matar, todo
para obtener el alimento para los dioses la sangre y el corazón.”
Territorio

La Cuenca de México en el Posclásico tardío.


Localización
México-Tenochtitlan estaba ubicado sobre un islote al occidente del Lago de Texcoco, en la zona
lacustre de la Cuenca de México. La cultura mexica ocupó la mayor parte del centro y sur de la
actual República mexicana, se extendía, desde el poniente del valle de Toluca, abarcando casi todos
los estados de Veracruz, Puebla, en el centro, Hidalgo, México, Morelos y en Michoacán solo lo que hoy
es el Municipio de Zitácuaro ya que ahí hubo una importante frontera entre los Tarascos y los
Mexicas, en el sur; gran parte de los estados de Guerrero y Oaxaca, así como la Costa
de Chiapas hasta la frontera con Guatemala. Sin embargo, quedaban fuera de su dominio los
señoríos de Meztitlán (en Hidalgo), Teotitlán y Tututepec (en Oaxaca), purépechas (en Michoacán),
Yopitzingo (en Guerrero) y Tlaxcala.
La Cuenca de México es una entidad geográfica de más de 7800 kilómetros cuadrados de superficie
que se localiza en la parte meridional del Altiplano Central en la República Mexicana. Se trata de
una cuenca limitada por cadenas de altas montañas en forma de anfiteatro, que tenía en medio un
sistema lacustre integrado por los lagos Zumpango, Xaltocan, Texcoco, Xochimilco y Chalco. Donde
el nivel era bajo y las aguas dulces, como en los lagos de Xochimilco y Chalco, era posible el cultivo
chinampero. Entre los 2270 y los 2750 metros sobre el nivel del mar está comprendida la zona de
somonte, cuyas tierras fértiles son propicias para el desarrollo de bosques, así como para la práctica
agrícola extensiva. A partir de los 2750 metros sobre el nivel del mar las laderas están dominadas
por bosques de coníferas y pobladas por fauna mayor. Pese a estar situada al sur del Trópico de
Cáncer, la cuenca de México contaba en la época prehispánica con un clima templado con
precipitaciones medias de 700 milímetros anuales.
Estado
Sus armas eran: Lanza de madera con punta de obsidiana, el arco y la flecha con punta de
obsidiana, y la macana llamada macuahuitl que era un barrote o garrote de menos de un metro de
largo con afiladas hojas de obsidiana incrustadas (capaces de matar o herir gravemente) y el átlatl,
palanca para arrojar jabalinas tan efectiva que incluso podía atravesar mallas de acero (como lo
experimentaron los españoles). Para defenderse tenían un escudo llamado chimalli hecho de madera
y reforzado con tela o pieles ricamente pintadas y decorados con plumas; yelmos de madera
zoomorfos cubiertos con cuero también decorados y como armaduras cotas de algodón acolchado,
de un tejido tan apretado que las flechas no lo atravesaban.
Los altépetl sometidos por el pueblo mexica no formaban un sistema político unificado sino, mejor
dicho, un sistema de tributo a Tenochtitlan. Entre los pueblos nahuas, el dirigente más importante
era llamado huey tlatoque ('gran jefe'), también conocido como huey tlatoani ('el que habla').
Después de la formación de la Triple Alianza, el modelo político mexica se asentó definitivamente
como una monarquía electiva. Un consejo se encargaba de elegir al huey tlatoani, el cual, ya
elegido, le daban facultades absolutas y sin restricción. Sin embargo, se sospecha que un huey
tlatoani, Tízoc, fue envenenado por el consejo, por ser considerado inepto y débil. Es destacable que
factores religiosos y cosmogónicos incidan en la formación de un gobierno tripartita como el de
la Triple Alianza (donde México-Tenochtitlan llevaba el mayor poder y la mayor parte proporcional
de tributos) luego de la derrota del poderío tepaneca y el sometimiento del altepetl de Azcapotzalco,
ya que no fue la primera vez en formarse gobiernos de ese tipo.
Al momento de gobernar Moctezuma Xocoyotzin tributaban otros 38 altépetl (según el Códice
Mendoza), en donde el tributo era el elemento central de sometimiento así como la cesión de tierras
donde trabajaban labriegos de paga (mayeques) y el producto obtenido iba directamente
al tlatoani; la aceptación de la deidad principal mexica, el suministro de hombres a los contingentes
militares, el avituallamiento de los mismos al paso hacia una campaña de conquista y dirimir
asuntos políticos y jurídicos en Tenochtitlan. Por ello es impreciso hablar de un imperio, dado que
Tenochtitlan no buscaba una extensión geográfica per se o una unidad estatal o nacional sino un
mayor allegamiento de recursos y obediencia al huey tlatoani. Fueron los más los altepetl que
prefirieron tributar en lugar de recibir una expedición militar que quemara su templo principal y
arrojara su deidad por las escalinatas (símbolo incluso representado iconográficamente en
los códices de sometimiento de un altepetl).
En los altepetl más importantes residía además un calpixque o recaudador que centraba su
actividad en la tributación. Los altepetl que aceptaban de forma expresa el dominio mexica les era
permitido mantener sus formas y organizaciones administrativas y políticas así como deidades
siempre y cuando fueran debajo de Huitzilopochtli. Solo en regiones importantes, de contención a
otras etnias o donde había una rebelión abierta residían funcionarios mexicas con atribuciones de
tlatoanis. Por más de 50 años y hasta la tasación hecha por el oidor Valderrama esta estructura se
mantendrá con pocos cambios en los pueblos indígenas del centro de la Nueva España.

Ciudad
Escultura que rememora el momento en que los mexicas encontraron la señal para la fundación de
su ciudad (Tenochtitlán) dada por Huitzilopochtli. La escultura se encuentra en la Ciudad de México.
Originalmente, Tenochtitlan fue construido en un pequeño islote en el lago de Texcoco primitivo que
de forma sucesiva fue ampliado artificialmente hasta quedar unido a los islotes de Tlatelolco,
Nonoalco, Tultenco y Mixhuca, mediante una ingeniería hidráulica de rellenos, pilotes y canales
internos, así como diques contenedores de aguas y puentes hasta alcanzar unos 13.5 kilómetros
cuadrados. No existe un consenso sobre la población de Tenochtitlan, la mayor parte de los
historiadores dan un valor conservador entre 80 000 a 230 000 habitantes, más grande que la
mayor parte de las ciudades europeas de su época, Constantinopla (con 200 000
habitantes), París (con 185 000) y Venecia (con 130 000). Otros historiadores dan otras estimaciones:
Eduardo Noguera, basándose en mapas antiguos, calcula 50 000 casas y 300 000 habitantes;
Soustelle calcula 700 000 habitantes al incluir la población de Tlatelolco y la de las isletas y ciudades
satélites de la zona. Tlatelolco originalmente era una ciudad independiente del poder mexica, pero
eventualmente fue sometida y convertida en un suburbio de Tenochtitlan.
Organización política
Instituciones de gobierno
La autoridad suprema en la ciudad de México-Tenochtitlan era
un tlatoani (en náhuatl tlahtoani 'orador'). El "imperio mexica" llamado por sus súbditos Triple
Alianza fue inicialmente una alianza militar de tres ciudades: Texcoco, Tlacopan y Tenochtitlan. Al
frente de cada una de estas había un tlatoani que era la máxima autoridad en esa ciudad. Con el
paso del tiempo la ciudad de Tenochtitlan fue prominente y de hecho las otras dos pasaron a estar
sometidas de facto a las órdenes del tlatoani de Tenochtitlan que por eso se denominó huēy
tlahtoani ('gran orador') para señalar su posición por encima de los otros dos. Este es el cargo al cual
la historiografía europea llama "emperador mexica".
Todos los puestos de tlatoanis (náhuatl tlahtoqueh o tlahtoanih) eran cargos hereditarios. Además de
los tlatoanis existían los "nobles" (náhuatl pīpiltin) con muchos de los cuales el tlatoani tenía
relaciones de parentesco. A esa clase pertenecía frecuentemente la esposa del "emperador". El resto
de la sociedad estaba formada por guerreros, sacerdotes y los plebeyos (náhuatl macehualtin).
Métodos de medición
Usando los códices Acolhua-Mexica con matemáticas modernas se evaluó la precisión de los valores
de área, donde se comprueba la validez matemática de los registros en los códices. Los métodos
Acolhua-Mexica de cálculo tenían un error menor al 5 % en el 75 % de los terrenos medidos, mientras
que el 85 % de las mediciones tenían solo un error menor al 10 %. En los códices se detectaron cinco
algoritmos recurrentes que reproducían exactamente el área en el 78 % de los terrenos registrados.
Estos resultados indican que las áreas fueron calculadas y no medidas físicamente. La aritmética
Acolhua-Mexica era funcionalmente precisa en su contexto cultural, y precisión fue comparada con
métodos actuales11 de medición probando así una gran exactitud de los resultados con un margen de
error muy bajo en la mayoría de los terrenos analizados. El margen de error en el 60 % de los
terrenos estudiados es despreciable (<1 %).
Mediciones y cálculo avanzados
Otros métodos de cálculo más avanzados se desconocen aún, ya que solo sobreviven códices
referentes a terrenos de bajo valor económico donde el área era para la asignación de impuestos. Se
sospecha que métodos más precisos eran usados para las obras de ingeniería mexicas, como los
diques, acueductos, templos, etc. Estos métodos desconocidos fueron necesarios para la construcción
de elementos estructurales los cuales requerían de un cálculo avanzado de sus capacidades, como
columnas, muros, cañerías, escalinatas, plazas, entre otros. Sin embargo, mediciones más precisas con
unidades más pequeñas se utilizaron para la creación de las esculturas más importantes del centro
ceremonial de Tenochtitlan. Estudios realizados sobre el Monolito de Tlaltecuhtli muestran un patrón
de diseño el cual sigue estas unidades.
Exactitud de los cálculos mexicas
Aparte de la regla de lado por lado, se utilizaba ampliamente la regla del topógrafo (Surveyer's
Rule), desarrollada también por los sumerios y usada por los romanos1213 donde el área es el
producto de dos lados promediados opuestos.
A = (a + c) /2 x (b + d) /2.
De acuerdo a los estudios que usaron esta regla del topógrafo, la gran cantidad de cuadriláteros con
Ac (Área registrada en los códices) y Am (Área calculada) similares indica que los tlacuilos escogieron
algoritmos para aproximar el área más grande posible en los límites de un terreno dado. Esta
característica indica que para reducir la carga impositiva los Tlacuilos pudieron intencionalmente
producir mediciones imprecisas al sistemáticamente registrar valores menores en sus medidas lineales
y áreas. Otros errores sistemáticos fueron encontrados al compararlos con una base 20, ya que esta
era la base del sistema numérico mesoamericano.
Lectura de milcocollis y tlahuelmantlis

Tlahuelmantli (códices de áreas) mostrando áreas de terrenos (símbolos alineados en el centro) por
un Tlacuilo Acolhua-Mexica, glifos edafológicos (tipo de suelo) de Tezontle representados por un tetl
(piedra) atravesado por un teconi (Uictli o coa)(Símbolos centrales en cada polígono), Códice Santa
María Asunción
Para obtener los valores de los milcocollis (códices de perímetros) se sumaba simplemente los valores
de los costados de los terrenos medidos, la unidad que se utilizaba era el tlalcuahuitl (T). En el caso
de los tlahuelmantlis (códices de áreas) la lectura es más compleja. Los glifos centrales se multiplican
por el valor 20 (ya que las áreas eran registradas comúnmente en unidades de 20) a este resultado
se le suma un valor adicional el cual se indica en la parte superior derecha del polígono del terreno;
el resultado es el valor del área del terreno en tlalcuahuitl cuadrados (T2). Algunos tlalhuemantlis
mostraban dentro de los polígonos del terreno un glifo de maíz, el cual indicaba que el terreno era
menor a 400 T2.
Medidas de longitud
Glifos edafológicos mexicas del Sistema Métrico Mexica en el centro de cada milcocolli (códices de
perímetros), el centro se ve la descripción de terreno, en este caso hay muchas variedades de terreno.
Códice Humboldt detalle Fragmento VIII 1500- 1600
Para medir distancias los mexicas utilizaban un grupo de unidades que guardaban una relación
entre sí, entre las cuales las medidas conocidas son el cemmatl (uno mano), cemyollotli (uno
corazón), cemomitl (uno hueso), cemacolli (uno brazo), cemmitl (uno flecha). Estos símbolos eran
utilizados junto a la anotación de otros símbolos multiplicadores de la cantidad de veces que valía el
objeto a medir, los cuales eran una línea vertical que representaba la unidad, un grupo de 5 líneas
unidas la primera con la última con una línea horizontal representando 5 unidades, un círculo sólido
o un estandarte (pantli) representando 20 unidades. Los perímetros de terrenos eran registrados en
milcocollis (códices de perímetros).
Medidas de longitud mexicas y sus valores
Unidad Descripción Equivalente aproximado en el SI
Matlacicxitla medida de 10 pies 2,786 m
maitlneuitzantli 3 varas 2,508 m
Tlalcuahuitl bastón de madera de medida (3 varas) 2,508 m
niquizantli braza vertical, 2.5 varas 2,090 m
maitl mano, braza horizontal, 2 varas 1,672 m
cenequeztzalli estatura, altura de un campesino 1,60 m
mitl Venablo de Atlátl, 1.5 varas 1,254 m
yollotli corazón, 1 vara 83,59 cm
ahcolli hombro 77,5 cm
ciacatl axila 72,0 cm
tlacxitl paso 69,65 cm
molicpitl codo, media vara 41,80 cm
matzotzopaztli antebrazo 38,6 cm
omitl hueso 33,44 cm
xocpalli huella del pie 27,86 cm
macpalli palma de la mano, cuarta, un cuarto de vara 20,90 cm
Canmiztitl jeme 18,0 cm
centlacol icxitl medio pie 13,93 cm
mapilli dedo de la mano 1,74 cm
Uso de unidades de medición en obras monumentales

Ilustración del Palacio de Nezahualcóyotl en el mapa o códice Quinatzin


Palacio de Otzoticpac (derecha superior) dentro de la descripción de tierras en un códice milcocolli o
tlahuelmantli en Texcoco. Mapa del Palacio de Otzoticpac.
Teotihuacan
Se ha descubierto en la ciudad de Teotihuacan un valor repetido de 0.83 m correspondiendo al
yollotli “corazón” mexica. Una barandilla de la Pirámide de Quetzalcóatl mide 1.66 m, donde el
arqueólogo Sugiyama demostró que esta medida se aplicaba de manera sistemática y acertada a
los demás edificios de la ciudad.
Monolito de Tlaltecuhtli
Varios múltiplos del yollotli se usan en el Monolito de Tlaltecuhtli descubierta en el Templo Mayor de
Tenochtitlán; esta escultura monumental mide 4.17 m de largo (5 yollotli) o 20 cuartas, y 3.62 m de
ancho o 18 cuartas.17 Además los textos recopilados por Bernardino de Sahagúnmuestran de qué
manera las unidades nahuas se usaban en la vida cotidiana tradicional
Palacio de Nezahualcóyotl
El palacio de Nezahualcóyotl solamente fue documentado por parte de Alva Ixtlixóchitl y se
menciona únicamente sus dimensiones, no existen milcocollis o tlahuelmantlis reportando sus
dimensiones, solamente los relatos de Ixtlixóchitl donde expresa sus dimensiones en medidas del
sistema métrico mexica, las cuales convertidas en el SI son de 1.031 km de largo, 0.817 km de ancho,
con una diagonal de 1.316 km y un perímetro de 3.699 km. Solamente una descripción básica del
palacio se encuentra en el mapa o Códice Quinatzin.
Palacio de Oztoticpac
El palacio de Oztoticpac a diferencia del palacio de Nezahualcóyotl, está completamente
documentado con sus dimensiones, forma y distribución. Este utiliza milcocollis o tlahuelmantlis para
describir las dimensiones de sus corredores, plazas, y casonas, además de incluir terrenos adjuntos al
palacio.
Templo Mayor de Tenochtlitlan
El Templo Mayor en el Recinto Sagrado de Tenochtitlan, también estaba construido de acuerdo al
sistema métrico mexica. De acuerdo a los restos arqueológicos que se encuentran en las calles de
la Ciudad de México y con la ayuda de reportes diversos después de la conquista se cree que el
Templo Mayor media en su séptima y última etapa de construcción 91 m de largo, 100 m de ancho
con una diagonal de 135 m con un perímetro de 383 m.

Metalurgia en el Imperio Mexica


Pendiente de oro mixtecarepresentando a una concha de caracol, ca. 900-1520 d. C.
El uso de los metales en Mesoamérica se cree que inicia en el 800 a. C. con la mayor
parte de la evidencia de ello en el oeste de México. Muy similar como en el caso de
Sudamérica, los metales preciosos se encuentran de manera más abundante en las
élites. En esta zona se desarrolló una tradición especializada en la aleación de metales
que incluía además de los metales puros a las aleaciones de metales preciosos con
metales estructurales. Se desarrollaron herramientas de alta dureza por medio de
aleaciones de bronce con diversos metales, utilizando el trabajo en frío para
incrementar su dureza. También utilizaron la aleación del oro y la plata añadidos al bronce para
darles tonalidades ornamentales, así como para modificar sus propiedades sonoras en los diversos
instrumentos metálicos que utilizaban los mesoamericanos.
El intercambio de tecnología y artículos entre los pueblos de Ecuador y Colombia con el oeste de
México potenció el desarrollo e investigación en ambas civilizaciones. Artefactos metálicos similares se
han encontrado en estas dos regiones: anillos, agujas, pinzas, hachas, punzones, cuchillos y escudos los
cuales fueron fabricados en forma similar y en contextos históricos contemporáneos en ambas zonas.
Además de todos estos artefactos, de los cuales sobreviven especímenes, hay muchos otros objetos y
herramientas que se encuentran solo en los códices. Entre estos se encuentran el Tepoztli,
el Amamalócotl y la versión metálica de la Coa o Uictli. No obstante, del uictli y el Tepoztli sobreviven
especímenes, pero solamente las puntas y cabezas de estos respectivamente; dichos objetos se
encuentran en el Museo Regional de Guadalajara.
Colección del Museo Regional de Guadalajara
El Museo Regional de Guadalajara en el estado de Jalisco en México, tiene una de las colecciones más
amplias de objetos metálicos del Imperio Purépecha. Tiene alrededor de 3200 artefactos que
provienen de los estados de Jalisco, Michoacán, Colima y Nayarit. Esta colección fue coleccionada por
parte de Federico Solórzano.
Colección de objetos metálicos del Museo Regional de Guadalajara
Artefacto Cantidad Porcentaje
Campanillas 1934 60.5
Anillos Abiertos 685 21.4
Hachas decorativas/moneda 186 5.8
Placas ornamentales 136 4.3
Agujas 87 2.7
Hachas 41 1.3
Pinzas 42 1.3
Puzones 23 <1
Campanas decorativas 22 <1
Pins 17 <1
Anzuelos 14 <1
Abalorios 9 <1
Uictlis (Coas) o Azadas 3 <1
Imperio Purépecha
El contacto continuo entre estas civilizaciones mantuvo el flujo de ideas fomentando el desarrollo de
las líneas comerciales andinas de larga distancia, influencia de zonas más al sur parece que
alcanzaron la región y llevaron a un segundo periodo (1200-1300 a. C. hasta la llegada de los
españoles). Para este entonces, aleaciones de bronce ya eran ampliamente utilizadas por los
metalurgistas del oeste de México, especialmente el Imperio Purépecha, parcialmente porque se
necesitaban propiedades mecánicas específicas para las herramientas, armas y decoraciones. En
algunos casos la introducción de diferentes metales a la aleación era con el objetivo de cambiar la
tonalidad del objeto o cambiar la resonancia de este para mejorar su calidad musical.
Los objetos y las técnicas fueron importados de Sudamérica, pero los metalurgistas del oeste de
México empezaron a trabajar los minerales de los metales que abundaban en depósitos locales, el
metal no era importado de Sudamérica. Esta tecnología se dispersó también al resto de
Mesoamérica dónde el oeste de México tenía la mejor manufactura de la zona. Estudios de
procedencia en algunos artefactos del sur de Mesoamérica fabricados por medio de la técnica de
cera perdida han mostrado que eran disimilares a los artefactos del oeste, por lo que se pudo haber
tenido un segundo punto de desarrollo metalúrgico ya que no se ha podido identificar la fuente.
 Especímenes de hachas de Bronce


Fotografía de un conjunto de hachas de bronce mesoamericanas en el Museo Nacional de
Antropología en la Ciudad de México


Fotografía de un segundo conjunto de hachas de bronce mesoamericanas en el Museo Nacional de
Antropología en la Ciudad de México

Imperio Mexica
Herrero Azteca/Mexica avivando el fuego para retirar impurezas Códice Mendoza.
Los mexicas (aztecas) en su inicio no utilizaron de manera masiva los metales, aun cuando adquirían
objetos de otras civilizaciones, sin embargo, durante su expansión militar, la tecnología metalúrgica
presente en las diversas zonas dominadas empezó a dispersarse en el imperio. Para el tiempo de la
conquista española, se cree que el uso de las aleaciones de bronce eran tan comunes que en parte
de la vida cotidiana de los ciudadanos de Tenochtitlan se acostumbraba regalar hachas de bronce
como una muestra de estatus social y para ganar favores dentro de la estructura jerárquica del
gobierno Mexica
Instrumentos musicales
Se han encontrado una gran cantidad de campanas, sonajas y sobre todo cascabeles, donde estos
últimos eran fabricados por medio de la técnica de fundición de cera perdida como se ha visto en
Colombia y también en la mayor parte de México. Durante este periodo se utilizaba casi
exclusivamente el cobre.
Propiedades metalúrgicas
Las hachas mesoamericanas eran hechas principalmente de bronce en el periodo Post-clásico, con
valores muy altos de dureza Vickers (VHN) con valores entre 130 y 297 VHN para las aleaciones de
bronce. Solamente las hachas del preclásico, que eran más antiguas y primitivas su valor variaba
entre 80-135 VHN
El uso de la metalurgia en el oeste de México por medio de la vía marítima durante el periodo
Clásico, dado que la mayoría de los objetos encontrados han sido encontrados cerca de la costa
Esta tecnología parece ser que fue importada por medio de la Liga de Mercantes la cual
comercializaba objetos tan al sur como Ecuador y tan al norte como Culiacán, México. Los objetos de
Ecuador y del oeste de México muestran que estos artefactos fueron encontrados en contextos
arqueológicos análogos, comparten composición química y técnicas de manufactura idénticas y sus
diseños son muy similares.
El tamaño de grano de la aleación metálica es variable a lo largo del objeto, mostrando un trabajo
en frío intensivo por martilleo en sus filos. Este tratamiento de trabajo en frío incrementa la dureza
del hacha en esta parte importante, dejando el resto de la estructura más suave de manera que
pueda resistir los impactos de su uso cotidiano.
Ejemplos de valores de dureza Vickers (VHN) para algunos metalesy algunas hachas
Mesoamericanas de aleación de bronce
Material Value
Bronce Cu-Sn 274HV
Bronce Cu-As-Sn 297HV
Bronce Cu-As 195HV
Acero inoxidable 347L 180HV
Hierro 30–80HV
Aspectos culturales
Educación
La educación universal obligatoria de los hijos hasta la edad de catorce años estaba en manos de sus
padres, pero supervisada por las autoridades de su calpulli. Parte de esta educación involucraba
aprender una colección de dichos, llamada huēhuetlàtolli («dichos de los viejos»), que representaban
los ideales aztecas.
Hubo dos tipos de escuelas: telpochcalli, para los estudios prácticos y militares, y calmécac, para el
aprendizaje especializado en la escritura, la astronomía, la teología y liderazgo.
Religión

Escultura mexica de un hombre sosteniendo un fruto del árbol del cacao.


La religión mexica fue la síntesis de las creencias y tradiciones milenarias de los
antiguos pueblos mesoamericanos, de una complejidad que implicaba la existencia
misma, la creación del universo y la situación del ser humano respecto a lo divino,
ligada estrechamente a la agricultura y a la lluvia. El concierto humano tenía en la
naturaleza divina su razón de ser e implicaba diversos conceptos, de los que los
mexicas fueron los herederos de un núcleo religioso mesoamericano construido a lo
largo de muchos siglos.
Según lo expuesto por el estudioso Alfredo López Austin, en la
concepción mesoamericana la materia se integraba de una parte animada —visible,
tangible— y otra con una carga interna con dos fuerzas, una luminosa, caliente y seca y otra oscura,
fría y húmeda, semejante a la noción del cosmos (que sintetizaba una creencia cosmogónica en que
la parte luminosa era la bóveda celeste hasta el sitio donde habitaba el sol —de característica
masculina/paterna, productora de lluvia fecunda— y la oscura con el inframundo —
femenina/materna receptora de la lluvia fecundadora y sitio de la concepción humana y natural).
Los dioses estaban integrados de forma variada por esas dos materias y mantenían una
comunicación constante con los humanos, los que podían llegar a "alojar" en los cuerpos mundanos
de forma intensa (convirtiendo al ser habitado en el dios mismo, como en las fiestas en
que sacrificaban a un noble que era habitado por Xipe Tótec) o de forma ligera provocando
perversiones o virtudes.
Estas fuerzas impregnaban todo lo habitado en la Tierra y su equilibrio caracterizaba el orden micro
y macrocósmico, que debía ser mantenido. En el caso mexica, una sólida élite sacerdotal detentaba
el poder de comunicación y de equilibrio como forma de sometimiento ideológico con el grueso de la
población, neófita en las explicaciones cosmogónicas. Las fiestas religiosas tenían como fin equilibrar
la voluntad creadora frente a la destructora o nociva y así garantizar la continuidad de los ciclos,
desde el vital hasta el agrícola. Fue hasta los pueblos del Posclásico que la combinación de estas
creencias junto a la de la necesaria renovación vital y reciclaje de las fuerzas vitales tuvo en la
sangre humana la expresión viva del ritual de la continuidad. Por ello, se realizaban sacrificios ya
fuera a los humanos invadidos de las fuerzas divinas y que eran inmolados con el fin de la
renovación de los poderes de los dioses «humanizados» o en la búsqueda del alimento (el agua
preciosa o atl-tlachinolli) vital para el aseguramiento del tránsito celeste. A partir de la reforma
de Tlacaélel, se concretó la creencia para los mexicas de que la sangre era el alimento de Tonatiuh, el
cual era transportado por el cielo en dos enormes serpientes. Esta creencia tiene su representación en
la Piedra del Sol. En relación con esto cabe mencionar que las elites política, religiosa y militar
practicaban la antropofagia ritual con las víctimas de los sacrificios.
Quetzalcóatl era un dios antiguo, anterior a los mexicas del cual hay diferentes versiones: para
algunos era el creador del hombre, mientras que para otros era un dios civilizador. También es
conocido como el dios del viento bajo el nombre de Ehécatl, que es una de sus formas, y otra de sus
formas es la de dios del agua y dios de la fertilidad. Quetzalcóatl es considerado hijo de la diosa
virgen Coatlicue y hermano gemelo del dios Xólotl. Como introductor de la cultura, él trajo al
hombre la agricultura y el calendario, y es patrón de las artes y de los oficios. En un mito mexica el
dios Quetzalcóatl permitió ser seducido por Tezcatlipoca, pero se arrojó a sí mismo a una pira
funeraria lleno de arrepentimiento. Tras su muerte su corazón se convirtió en el lucero de la
mañana, y como tal es vinculado con la divinidad Tlahuizcalpantecuhtli. En cualquier caso, este dios,
descrito como un ser de rostro blanco y barbado, era un dios pacífico y civilizador, opuesto a
los sacrificios humanos, que intentó detener esta práctica ritual. Al fracasar en su propósito, emigró
hacia el este, prometiendo que un día regresaría en un año determinado de la cuenta mexica. El
mito de Quetzalcóatl es muy interesante para entender la reacción de los mexicas ante la llegada de
los conquistadores españoles (Hernán Cortés).
Templo Mayor

Chac Mool encontrado en las ruinas del Templo Mayor.


En el centro de la ciudad se encontraba el Templo Mayor, un recinto amurallado (con un muro en
forma de serpiente, coatepantli) donde se encontraban los principales templos y la Casa de los
jóvenes (telpuchcalli). Cerca de ahí se encontraba el palacio de Axayácatl, que disponía de 100
habitaciones con baño propio para los visitantes y embajadores. Fue ahí donde se alojaron los
hombres de Cortés, junto con sus aliados tlaxcaltecas.
El palacio de Moctezuma Xocoyotzin tenía varios anexos. Uno de ellos era la casa de las fieras: dos
recintos donde se cuidaban animales de gran parte de Mesoamérica. Un recinto estaba dedicado a
las aves de rapiña y el otro a una gran variedad de animales, que incluía aves, reptiles y mamíferos.
Alrededor de 300 personas estaban encargadas del cuidado de los animales. Existía también un
jardín botánico dedicado especialmente a las plantas medicinales. Otra sección era una especie
de acuario, que contenía 10 estanques de agua salada y 10 estanques de agua dulce para peces y
aves acuáticas.
Los canales se cruzaban por puentes de madera que de noche eran removidos. Fue tratando de
cruzar estos canales de noche que los invasores perdieron la mayor parte del oro que habían robado
del palacio de Moctezuma. El trazo de los canales aún se conserva en el trazo de algunas avenidas
de la actual Ciudad de México como México-Tacuba, Calzada del Tepeyac o Calzada de Tlalpan.
Artes
El pueblo mexica fue un buen pueblo escultor ya que podían realizar esculturas de todos los
tamaños en las que plasmaban temas religiosos o de la naturaleza. Captaban la esencia de lo que
querían representar y luego realizaban sus obras con todo detalle. En las esculturas más grandes
solían representar dioses y reyes. Las más pequeñas las utilizaban para representaciones de animales
y objetos comunes. Los mexicas utilizaron la piedra y la madera y a veces decoraban las esculturas
con pintura de colores o incrustaciones de piedras preciosas.
La música, canto y danza acompañaba a todas las ceremonias de carácter religioso, los matrimonios,
los funerales, los sacrificios, las de carácter político como la ascensión de un nuevo dirigente, las de
carácter guerrero e incluso las festividades relacionadas con los ciclos calendáricos. Los bailes
religiosos se realizaban en los patios de los templos. Algunos instrumentos musicales usados
son Teponaztli, Tecomapiloa, Omichicahuaztli, Huehuetl, Coyolli, Chililitli, Chicahuaztli, Cacalachtli, Ay
otl, Ayacahtli, Tetzilacatl, Ayoyotes.
Astronomía y astrología mexicas: la relación de los astros y cielos

La Luna, Metztli.
Sin ninguna duda los tres Astros que a los mexicas les llamaban más la atención son: el sol, la luna y el
planeta Venus, por ello dichos astros han provocado grandes creencias y mitos. Por un lado creían
que la Luna era un dios que se había sacrificado y por otro que era el hijo de Tláloc. Pensaban que
las manchas que se ven vagamente las hacían los conejos. De igual manera le atribuían la muerte y
el re activación de su entorno, (por ejemplo: La vegetación, la menstruación, etc.) Debido a la
manera en que “desaparecía” y “reaparecía”. La Luna representaba la feminidad, la fecundidad, la
vegetación y también la embriaguez, teniendo como símbolo tecciztlì (el caracol marino) que a su
vez es el símbolo del aparato reproductor femenino. Al producirse un eclipse pensaban que la luna
moría, (por ello era un dios sacrificado), y lo representaban como una diosa en oposición al Sol (astro
masculino). En la antigua Teotihuacan sacrificaban hombres al Sol y mujeres a la luna. En ciertos
aspectos la luna está relacionada con el agua, en los manuscritos se halla representada en una
forma de recipiente en forma de media luna llena de agua destacando sobre esta la silueta del
conejo.
Las diosas (como la del agua) no tienen pocos atributos en común, particularmente en sus vestiduras.
Los dioses de la embriaguez (siendo varios, ya que hay varias formas de embriagarse) como el del
“pulque” se consideraban divinidades lunares, ya que se le consideraba la causante de cosechas
abundantes, convirtiendo a los dioses de la embriaguez dioses de las cosechas abundantes y la
protección de banquete, verdaderos festivales de bebidas para celebrar a la abundancia. Se les
llamaba Centzon Totochtin, los "cuatrocientos conejos”, sin embargo la analizar sus nombres nos
percatamos que se refieren a nombres de un pueblo, (p. eje. Tepoztlán, poblado nahua del valle de
Cuernavaca), esto se explica ya que eran agrupados pequeños dioses locales para cada cosecha y
festejo. Sin duda alguna el más importante de los cuatrocientos conejos era Ometochtli “Dos-conejo”.
Estos dioses eran tan importantes que varios himnos religiosos estaban consagrados a ellos. Al
comparar lo dicho previamente sobre el Sol y la Luna, se puede notar bajo ambos Astro las
características de la pareja primordial, el fuego (sol) y la Tierra (luna); la muy antigua dualidad
representada en el Cielo.

Venus
Hueyicitlalli o Citlalpol, representación de Venus en los códices.

Lámina 54 del Códice Borgiadonde se representan cuatro de las cinco manifestaciones de Venus con
sus influjos cada 584 días.
El planeta Venus era llamado Hueycitlalin (la gran estrella). En su aspecto de dios
era Tlahuizcalpantecuhtli. Diversos manuscritos representan a dicho dios como un arquero. Era
temido como causante de enfermedades y para evitarlas se tenía cuidado de reparar las fisuras de
las casas y cerrar toda abertura en ellas cuando Venus se dirigía a ascender por el horizonte
occidental.
En otro aspecto (Códice Borgia lámina 54, parte superior derecha) el dios Tlahuizcalpantecuhtli
aparece con el disfraz fúnebre del dios de la muerte, Mictlantecuhtli, con el rostro cubierto con una
máscara en forma de cabeza de muerto. Con este disfraz además de recibir las características de
dios dador de enfermedades y de malos augurios, recuerda que Venus ha nacido de la muerte de
Quetzalcóatl. Después del sacrificio, Quetzalcóatl, convertido en Tlahuizcalpantecuhtli, pasó cuatro
días en el infierno del Norte, el dominio de Mictlantecuhtli. Aquí se re encuentra el tema de la
muerte y del renacimiento, del viaje al país de la muerte que une a las tres personalidades de
Quetzalcóatl-Xólotl-Tlahuizcalpantecuhtli.
La observación del movimiento de Venus cobró gran importancia en la astronomía y en
la Cronología indígena. Setenta y cinco ciclos sinódicos venusinos de 584 días son equivalentes a 104
años solares, este periodo era llamado huehuetiliztli (vejez). Por otra parte, los ciclos sinódicos
venusinos se contaban en grupos de cinco (equivalentes a 8 años solares). Es por ello que
Tlahuizcalpantecuhtli es representado usualmente con el rostro pintado con cinco grandes puntos
blancos, dos sobre cada mejilla y uno en la nariz.
Los antiguos mexicanos distinguían y conocían numerosas constelaciónes. Observaban especialmente
el movimiento de las Pléyades(llamadas en náhuatl "Tianquiztli") cada fin de “siglo”, es decir cada 52
años. Su importancia radica en que, si ese movimiento continuaba a media noche, el mundo no
perecería aún durante el siguiente periodo de 52 años. La Osa Mayor es representada por
Tezcatlipoca, bajo la forma de un jaguar (ocelotl). Tezcatlipoca también es el todo, el cielo nocturno
donde la obscuridad es la soberana, sintetiza el lado sombrío y obscuro de la naturaleza.
La constelación de Ocelotl sobre la Osa Mayor; los puntos rojos son las estrellas del firmamento.
En forma general, todas las estrellas se dividían en dos grupos opuestos: los Centzon Mimixcoa al
Norte y los Centzon Huitznáhuac al Sur. Las “Cuatrocientas Serpientes de Nubes”, pequeñas
divinidades septentrionales, rondan la gran estepa de los cactos; los “Cuatrocientos Meridionales” son
hermanos de Huitzilopochtli, a los que dio muerte al nacer.
Los trece cielos
Los aztecas tenían una estructura básica del Universo; como ya se mencionó, todos los cuerpos
celestes se dividen en dos grupos: los Centzon Mimixcoa al Norte y los Centzon Huitznahuac al Sur; las
cuatrocientas serpientes o cuatrocientos meridionales, es decir, las innumerables estrellas, y
de Coyolxauhqui, la Luna, quienes eran hermanos de Huitzilopochtli, a los que dio muerte al nacer. Y
se reconocen trece cielos (se fijó en trece el número de cielos porque es el gran número supremo
del calendario), que estaban conformados de la siguiente manera:
 Ilhuícatl-Meztli: el de las estrellas;
 Ilhuícatl-Tetlalíloc: está habitado por los Tzimime, quienes son demonios celestiales o estrellas
femeninas que intentan impedir que el sol nazca durante los eclipses;
 Ilhuícatl-Tonatiuh: se encuentran Tezcatlipoca (dios de la noche y de todas las cosas
materiales) y los encargados de guardar los cielos;
 Ilhuícatl-Huitztlán: están las almas de los guerreros sacrificados que se transforman en aves
preciosas;
 Ilhuícatl-Mamaloaco: el de las serpientes de fuego (los cometas);
 Ilhuícatl-Yayauhco: el cielo donde se encuentran los vientos en número cuatro, uno para cada
punto cardinal;
 Ilhuícatl-Xoxoauhco: el que muestra su rostro en el día;
 Ilhuícatl-Nanatzcáyan: donde crujen los cuchillos de obsidiana;
 Ilhuícatl-Teoiztac: región del blanco;
 Ilhuícatl-Teocozáuhco: región del amarillo;
 Ilhuícatl-Teotlatláuhco: región del rojo;
 Ilhuícatl-Teteocán: es el lugar donde los dioses toman rostros;
 Ilhuícatl-Omeyocán: residencia de Ometeotl, señor de la dualidad.
A nivel simbólico su visión del cielo puede interpretarse así: el Sol nacido de un sacrificio atraviesa el
cielo de Este a Oeste, con su cortejo masculino y femenino, pasando por el medio día donde reina,
llega al Oeste y se hunde en la morada de los muertos, donde el mundo queda entregado a las
potencias temibles del crepúsculo y a las flechas de Tlahuizcalpantecuhtli; solo la luna brilla como
símbolo de fertilidad, y sobre la cumbre del universo reina la vieja pareja primordial.32
Investigadores y estudiosos de la cultura mexica
Siglo XVI
Fray Bernardino de Sahagún, Fray Toribio de Benavente ("Motolinia"), Fray Diego de Durán, Fray
Juan de Torquemada.
Siglo XVII
Hernando de Alvarado Tezozómoc, Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, Diego Muñoz Camargo, Francisco
de San Antón Muñón Chimalpahin, Juan Bautista Pomar, Carlos de Sigüenza y Góngora
Siglo XVIII
Lorenzo Boturini Benaducci, Francisco Xavier Clavijero.
Siglo XIX
Alfredo Chavero, Manuel Gamio, Edward King Kinsborough, Antonio León y Gama, Manuel Orozco y
Berra, Francisco del Paso y Troncoso, Antonio Peñafiel..
Siglos XX y XXI
Robert Barlow, Frances Berdan, Ignacio Bernal, Woodrow Borah, Pedro Carrasco, Alfonso Caso, Víctor
Manuel Castillo Farreras, Marco Antonio Cervera Obregón, Charles E. Dibble, Justino
Fernández, Enrique Florescano, Ángel María Garibay Kintana, Ross Hassig, Joaquín Galarza, Paul
Gendrop, Charles Gibson, Serge Gruzinski, Wigberto Jiménez Moreno, Friedrich Katz, Yuri
Knorosov, Patrick Johansson, Miguel León-Portilla, James Lockhart, Alfredo López Austin, Leonardo
López Luján, Ignacio Marquina, Eduardo Matos Moctezuma, Federico Navarrete Linares, Eduardo
Noguera, Ángel Palerm, Esther Paztory, William T. Sanders, Laurette Séjourné, Eduard Georg
Seler, Leonard Schultze-Jena, Michael E. Smith, Felipe Solís, Jacques Soustelle, Tzvetan Todorov, Paul
Westheim.
Gastronomia mexica

Mexicas tomando un almuerzo Códice Florentino, siglo XVI. En esta imagen se caracteriza el uso
alimenticio del maíz.
El ingrediente básico y el más importante de la gastronomía azteca (o, más
apropiadamente, gastronomía mexica) fue el maíz, un cultivo que era muy importante para
la sociedad azteca. El maíz desempeñaba un papel muy importante en la economía mexica, pues
sirvió durante cierto tiempo como moneda. Asimismo, en la mitología, pues Cintéotl era la energía (o
"dios", como se interpretó erróneamente después, según la mentalidad europea) del maíz, y
a Huitzilopochtli se le veneraba o se le ofrendaba con cañas de maíz. Así como el trigo en Europa y
el arroz en la mayoría de Asia oriental, el maíz era considerado un «alimento sin el cual la comida no
era comida». Se cultivaba un inestimable número de variedades, las cuales varían en color, textura,
tamaño y calidad. Hay seis tipos fundamentales de tipos de maíz: dentado, duro, blando, o harinoso,
dulce, reventón y envainado. El maíz blando y harinoso se llama también maíz de las momias,
porque es la variedad que generalmente se encuentra en las sepulturas de los aztecas. Estas
variedades eran consumidas principalmente en forma de tortillas, tamales o atole, además de otros
guisos. Otros alimentos comunes entre los aztecas, fueron la sal y los chiles, que eran los condimentos
básicos de la cocina azteca; llegando incluso a ser sacrificio el privar la comida de estos sabores.
Otros alimentos importantes fueron los frijoles y las diferentes variedades de granos de amaranto, y
la chía. La combinación del maíz y estos alimentos básicos habrían proporcionado al pueblo azteca,
una dieta decente sin importantes deficiencias en vitaminas o minerales. El tratamiento del maíz era
llamado nixtamalización, y consistía básicamente en cocinar los granos de maíz en soluciones
alcalinas, lo que aumentaba enormemente el valor nutricional de la mazorca común.
El agua, atole y pulque, el jugo fermentado del maguey; fueron las bebidas más comunes entre la
sociedad azteca. Además diversas bebidas alcohólicas, que eran fermentadas de la miel, jugo de
diversas cactáceas y frutos. La élite de la sociedad se enorgullecía de no beber pulque, una bebida
de plebeyos; ya que preferían beber diversas bebidas preparadas con cacao. Esta bebida era uno de
los mayores lujos disponibles; ya que fue la bebida de gobernantes, guerreros y nobles. Fue
condimentada con vainilla, miel y una aparentemente interminable lista de hierbas y especias, entre
ellas chiles. Alguna vez fue utilizado el cacao como moneda entre los aztecas; el valor de los granos
dependia de su tamaño y peso.
La dieta azteca incluía una impresionante variedad de animales; pavos y diversas aves de corral,
además de tuzas, iguanas, ajolotes (un tipo de salamandras común en el lago de Texcoco),
camarones, pescado y una gran variedad de insectos, huevos y larvas de insectos. También
consumían diversos hongos y setas, especialmente el huitlacoche, un hongo parásito que crece en las
mazorcas del maíz. La calabaza era muy popular y se le encontraba en muchas variedades
diferentes en los mercados del México prehispánico; también eran consumidas sus semillas, ya fueran
frescas, secas o tostadas, eran especialmente populares. Los tomates también eran un ingrediente
común, aunque se consumían diferentes variedades a las actuales; se le consumía a menudo
mezclado con chile en salsas o como relleno para tamales.
Comidas, almuerzos y banquetes en la sociedad azteca
La mayoría de las fuentes dicen que los aztecas tomaban dos comidas por día, aunque existen
registros en los que los obreros tomaban tres comidas diarias, una en la madrugada, otra en
aproximadamente 9 de la mañana y una a las 3 de la tarde. Esto es similar a la costumbre que se
tenía en la Europa contemporánea, pero no está claro si la ingesta de atole u otros alimentos, era
considerado como una comida o no. Tomando una buena cantidad de diversos tipos de atole, uno
podría igualar las calorías de varias tortillas, por lo que el atole era consumido casi diario por la
mayoría de la población.

Banquete azteca. Códice Florentino, Siglo XVI.


Banquetes
Muchos testimonios existen sobre las fiestas y banquetes aztecas y sobre la ceremonia que los
rodeaba. Antes de un banquete los sirvientes presentaban olorosos rollos de tabaco y también a
veces flores con las que los huéspedes cubrían su cabeza, manos y cuello. Antes de empezar la
comida cada huésped apartaría un poco de comida y la dejaría en el suelo como ofrenda a la
diosa Tlaltecuhtli. Ya que esta era una sociedad militarista en extremo, hasta la comida estaba
influenciada por esta actividad, ya que los sirvientes al servir la comida imitaban los movimientos de
los guerreros. Los cigarros y las flores pasaban de la mano izquierda del siervo a la mano derecha del
invitado al igual que los platos con los alimentos. Esto era una imitación del momento en que un
guerrero recibía su átlatl, flechas y escudo. Las flores entregadas recibían diferentes nombres según la
mano con que se entregaban; Las "flores espada" pasaban de la mano izquierda a la derecha y las
"flores escudo" pasaba de derecha a izquierda. Al comer, los invitados sostenían sus tazones llenos de
salsa con la mano derecha y luego sumergían tortillas o tamales (servidos en pequeñas canastas) con
la izquierda. La comida concluía al servirse el chocolate, el cual era servida en un traste hecho con
una calabaza hueca, junto con un palillo para agitarlo.
Hombres y mujeres comián separados en los banquetes y, aunque no es totalmente claro según las
fuentes, parece que sólo los hombres bebían chocolate. Las mujeres probablemente bebían "pozolli"
(una variedad de atole) o algún tipo de pulque. Los anfitriones ricos a menudo recibían a sus
invitados en habitaciones alrededor de un pequeño patio abierto similar al caravanserai en Oriente
Medio (o han en turco), también solían presentarse bailes, sobre todo si había militares como
anfitriones o invitados. Fiestas comenzaban normalmente a medianoche; algunos invitados bebían
chocolate o comían hongos alucinógenos para poder hablar de sus experiencias y visiones a los
demás huéspedes. Antes del amanecer, los invitados comenzaban a cantar y, a quemar y enterrar
ofrendas en el patio para asegurar la buena suerte de los hijos de los anfitriones. En la madrugada
las flores, cigarros y alimentos restantes eran dados a los ancianos y pobres que habían sido invitados,
o a los sirvientes. Como en todos los otros aspectos de la vida, los aztecas recordaban la doble
naturaleza de todas las cosas, y al final del banquete, el anfitrión era condenado a recordar por sus
mayores su propia mortalidad, la cual no se superaba ni con todo el orgullo propio.
Alimentos ceremoniales
Los mexicas, al igual que otras culturas mesoamericanas, le asignaron al alimento un carácter
divino. Buena parte de su vida giraba en torno a la religión, de manera que lo que se comía
formaba parte íntima de las ceremonias realizadas. Entre dichos alimentos, como se ha mencionado,
el principal símbolo y sustento, tanto del cuerpo como del espíritu, lo constituye el maíz, que
llamaban tlaolli, de tlalli: tierra, y olli: goma o hule, goma de la tierra. La historia sobre su búsqueda y
hallazgo se atribuye a Quetzalcóatl, héroe-dios que además de sacrificar su virilidad para dar vida
a los hombres, les proporcionó su alimento: el maíz blanco, el maíz oscuro, el maíz amarillo, el maíz
rojo, los frijoles, la chía y el amaranto, brindando las bases de la dieta indígena.
Una vez obtenidos los alimentos básicos había que agradecerlos a los dioses a través de ritos y
ceremonias adecuados. De acuerdo a su calendario de 18 meses (con 20 días cada uno), los mexicas
tenían una fiesta mensual para honrar a sus diferentes deidades, en las que les hacían ofrendas de
alimentos distintos a los del consumo cotidiano.
El padre Fray Bernardino de Sahagún, en su Historia general de las cosas de la Nueva España,
relata ampliamente las diversas festividades que se celebraban y las ofrendas culinarias que se
hacían. Una clásica bebida ritual era el pulque u octli (aguamiel del maguey fermentada), cuyo
consumo estaba destinado a las personas mayores, ya que si se sorprendía a un joven en estado de
ebriedad podía ser severamente castigado, incluso con la muerte.
Las tortillas o tlaxcalli y los tamales o tamalli tenían tamaños, composiciones, adornos y formas
especiales, como mariposas y rayos. A algunos de ellos, el cronista los llama "pan ázimo", o pan sin
levadura, de uso religioso, y se refiere a la forma de preparar la masa de maíz sin cal, empleada
regularmente para ablandar el grano. También ofrendaban izquitlo maíz tostado (del que se dice es
antecedente de las palomitas de maíz), sólo o revuelto con miel y harina de semillas de "bledos".
La palabra "bledo" no es más que el término empleado por los españoles para referirse a la semilla
de amaranto o huautli, que hecho pasta (harina con miel) recibía el nombre de tzoalli y puede
equivaler a la "alegría" actual. El amaranto era considerado por los mexicas como un alimento
especial de tipo espiritual. Le daban formas de rodela, saetas, espadas, muñecas y de algunos de sus
dioses.
Comúnmente, al finalizar las fiestas se dividían las imágenes de tzoalli y se las comían a manera de
comunión, hecho que escandalizó a los frailes por su parecido con los ritos cristianos, de ahí que el
cultivo del amaranto se prohibiera durante la Colonia, sin llegar a extinguirse. Una de las
ceremonias que más impactan en este sentido la describe el fraile Diego de Durán en su Historia de
las Indias de la Nueva España; se trata de la fiesta en honor a Huitzilopochtli donde no se podía
comer otra cosa más que tzoalli con miel. Con la pasta hacían un gran ídolo a imagen del dios, lo
vestían y lo adornaban con joyas. De igual manera, elaboraban unos huesos muy grandes que
depositaban a los pies de la imagen. Se trataba de la carne y los huesos de Huitzilopochtli, que eran
"(...) reverenciados y honrados con la veneración y acatamiento con que nosotros reverenciamos al
divino sacramento del altar".

Alimentos mexicas

La spirulina solía ser recolectada en la superficie de los lagos con redes y pequeñas palas, y después era
secada al sol y comida en forma de pequeñas obleas, las cuales se comían como condimento o
acompañado con tortillas.
Entre los alimentos básicos de los mexicas estaba incluido el maíz, frijol y calabaza, a los que a
menudo eran añadidos chiles y tomates, todos importantes ingredientes de la dieta de
los mexicanos hasta el día de hoy. los aztecas recogían acociles, pequeños y abundantes camarones
del lago de Texcoco, así como algas spirulina, que se preparaban en una especie de oblea rica
en flavonoides. Aunque la dieta azteca era principalmente vegetariana, los aztecas consumían
insectos como chapulines, gusanos de maguey , hormigas, larvas, etc. Animalillos con un mayor
contenido proteico que la carne, e incluso ahora son considerados un manjar en algunas partes
de México.
Cereales

Una mujer azteca que sopla sobre el maíz antes de ponerlo a cocer, como ritual para evitar que la
esencia del maíz huya del fuego.Códice Florentino, Siglo XVI.
El maíz era el alimento básico más importante de los aztecas. Se consumía en cada comida por todas
las clases sociales, y desempeñaba un papel central en la mitología azteca. Para algunos de los
primeros europeos que llegaron a América, los aztecas solían describir al maíz como algo "precioso,
nuestra carne, nuestros huesos". Existía, y aún existe en un gran número de variedades de diversos
tamaños, formas y colores; amarillo, rojizo, de color blanco con rayas de color negro, e incluso una
variedad azulosa que se consideraba particularmente valiosa. Innumerables variedades locales y
regionales existían en toda Mesoamérica, pero pocas de estas se registraron. El maíz fue reverenciado
hasta tal punto que las mujeres soplaban sobre el maíz antes de cocerlo de modo que este no
temiera el fuego, y ningún maíz que fue dejado caer sobre la tierra era desperdiciado. Uno de los
historiadores de los aztecas fue el misionero español franciscano y cronista Bernardino de
Sahagún quién explicó la práctica de la siguiente manera:
Nuestro sustento sufre, se encuentra sudoroso. Quizá no deberíamos recogerlo, ya que podría
acusarnos ante nuestro Señor. Seguro diría: ¡Oh, Señor nuestro!, este vasallo tuyo me ha recogido
cuando debería estar esparcido sobre la Tierra. ¡Castígalo! Tal vez no deberíamos cosecharlo más.
Un proceso denominado nixtamalización fue utilizado en todo el continente americano donde el
maíz era el alimento básico. La palabra es la mezcla de las palabras en náhuatlnextli (" cenizas ") y
tamalli (" masa de maíz; tamal"), y es un proceso que está todavía en uso hoy. El grano seco del
maíz es empapado y cocido en una solución alcalina, generalmente agua con cal. Esto libera el
grano del pericarpio, la capa exterior de los granos, y hace que el maíz sea más fácil de moler. El
proceso transforma el maíz de una simple fuente de carbohidratos en otra considerablemente más
completa. Durante la nixtamalización aumenta la cantidad de calcio, hierro, cobre, zinc que
contiene el maíz ya que estos se agregan mediante la cal o minerales utilizados en el proceso,
además de que el niacina, riboflavina y más proteínas ya presentes en el maíz, las cuales no son
digeribles a los seres humanos se liberan a través del proceso. El crecimiento de ciertos microhongos
tóxicos es otro beneficio de la nixtamalización. Si el nixtamal, se deja fermentar, más nutrientes,
incluyendo aminoácidos como la lisina y triptófano estáran disponibles al momento de consumirlo.
Juntos; frijoles, hortalizas, frutas, chiles y nixtamal, pueden constituir una dieta completa y
nutricionalmente satisfactoria, casi sin necesidad de proteína animal.
Bebidas

Un dibujo del Códice Mendozamostrando a unas mujeres aztecas bebiendo pulque.


Muchas diferentes bebidas alcohólicas se elaboraban en el México antiguo desde fermentados de
maíz, miel, a licores de cactus, frutas y otras plantas. El licor más común era el octli, una bebida
fermentada que se elaboraba a base de aguamiel (savia de maguey). Hoy en día se le conoce como
pulque. Era bebido por todas las clases sociales, aunque algunos nobles hacián juramento de
abstenerse de probar siquiera esta bebida. Su consumo era tolerado, incluso para los niños en
algunas ocasiones, pero no lo era el estar borracho. Las sanciones podrían ser muy duras, y eran más
estrictas para la elite.
La primera vez en que un sujeto era sorprendido en embriaguez ameritaba un castigo simple, se le
echaba de su casa y se le enviaba a vivir en el campo como un animal. Un noble generalmente no
conseguía una segunda oportunidad y podría ser ejecutado por embriagarse. Los castigos por beber
parecían haber sido más leves conforme avanzaba la edad, aunque las fuentes difieren en cuanto a
la edad exacta. Sin embargo esto no impedía la tragedia de algunos nobles que se convertían en
alcohólicos y eran condenados a la pobreza, la miseria y a una muerte temprana. Una de las fuentes
de Sahagún le relató la triste historia de un ex-tlacatecatl, general y comandante de 8.000
hombres:
El vendió todas sus tierras por beber; lo perdió todo. [...] fue tlacateccatl, un valiente guerrero, un
gran guerrero, y una grande hidalga. A veces, en algún lugar del camino donde en un tiempo llevó
a sus hombres, solía caer sentado, borracho, a revolcarse en su inmundicia.
Atolli
El atolli (atole), una bebida de maíz; representaba una cantidad considerable de la ingesta calórica
diaria de un macehual promedio. La receta básica para el atolli era preparar una mezcla de ocho
porciones de agua y seis de nixtamal, y luego mezclarlas hasta disolverse. La mezcla era entonces
hervida hasta espesar. Hubo muchas variedades de atolli: una mezcla con un 10% de aguamiel se
llamaba nequatolli; al añadirle chile molido con sal y tomate se preparaba el iztac atolli; al dejar
reposar el nixtamal por 4-5 días y luego añadirle más masa fresca con chile y la sal se elaboraba el
xocoatolli. Frijoles, Tortillas horneadas, maíz tostado, chía, amaranto y miel se mezclaban para
preparar el pinolli (pinole). Los viajeros, principalmente los comerciantes o pochtecas llevaban un
polvo elaborado con maíz tostado, el cual mezclaban con agua para preparar una especie de atole
instantáneo.
Cacao

El cacao era un producto importado por los pochtecas desde las regiones meridionales
de Mesoamérica hasta la capital del Imperio mexica.
El cacao tenía un inmenso valor simbólico para el pueblo mexica. Era un raro lujo y un producto que
no podía ser cultivado dentro de los límites del Imperio azteca, por lo cual era un producto
importado de otras regiones de Mesoamérica como Yucatán o la actual Guatemala. No hay
descripciones detalladas de cómo se preparaban alimentos sólidos con el cacao, pero hay una serie
de alusiones al hecho de que fue comido en alguna forma. Los granos de cacao estaban entre los
más valiosos productos en el mundo azteca, ya que solían utilizarse como una especie de moneda
dado que en sí el sistema de pago y cobro entre el pueblo era el trueque. Aproximadamente entre
80-100 granos podrían utilizarse para comprar un pequeño manto o una vasija llena de agua dulce
si uno vivía en las salinas alrededor del lago de Texcoco, cerca de Tenochtitlán. Sin embargo, los
granos con frecuencia eran falsificados al llenar vainas vacías con barro.
El cacao era normalmente disfrutado en forma de xocolatl (" agua amarga " en náhuatl), bebida de
donde deriva el origen de la palabra chocolate. Fue la bebida de guerreros y nobles, se consideraba
un potente estimulante, algo que se ingería con gran solemnidad y seriedad, ya que incluso fue
descrito como "algo que no se bebe sin pensar" por el cronista español Bernardino de Sahagún. El
cacao podría ser preparado en una enorme variedad de formas, la mayoría de ellas mezclando
agua caliente o tibia con granos de cacao tostados y molidos, maíz y otros ingredientes tales
como chile, miel, vainilla y una amplia variedad de especias. Los ingredientes eran mezclados y
batidos con un palo, después se terminaba de revolver pasando la mezcla entre 2 recipientes de
modo similar a algunas bebidas alcohólicas. Si el cacao era de alta calidad, este producía una rica
capa de espuma. La espuma podría ser retirada, la bebida podría ser más agitada para producir
más espuma, que también era retirada y luego colocada en la parte superior de la bebida junto con
el resto de la espuma antes de servir.
Hábitos alimenticios
Los aztecas demostraban una increíble sencillez en todos los aspectos de la vida cotidiana. Autores y
cronistas europeos a menudo quedaban impresionados por lo que percibían como una ejemplar
frugalidad, sencillez y moderación. Juan de Palafox y Mendoza, obispo de Puebla y virrey de la
Nueva España en 1640 informó:
"Los he visto comer con gran deliberación, en silencio, y con gran modestia, cosa que se manifiesta en
la paciencia que muestran en todos sus hábitos, la cual también se muestra al comer así, ya que no
permiten que el hambre los alteré o apure por satisfacerla".
Ayuno
El principal aspecto del ayuno azteca era la abstinencia del consumo de sal y chiles; elementos
importantísimos en la dieta del azteca promedio. Todos los miembros de la sociedad azteca
participan en el ayuno en cierta medida. No había excepciones al ayuno, algo que conmocionó los
primeros europeos que entraron en contacto con los aztecas; aunque elayuno era común en Europa,
había excepciones permanentes para las mujeres y los niños pequeños, los enfermos o débiles y los
ancianos. Se dice que antes de la ceremonia del Fuego Nuevo, que tenía lugar cada 52 años (año
que marcaba el fin del siglo azteca), algunos sacerdotes permanecían en ayunas durante un año
entero, y los otros religiosos 80 días y los nobles 8 días. Los macehuales también participaban en los
ayunos, pero de forma menos rigurosa. También hubo un grupo permanente de religiosos ayunantes
en Tehuacán, quienes practicaban costumbres ascéticas como dormir con una piedra por almohada
y ayunar por períodos de cuatro años con sólo una tortilla de 50 gramos (aproximadamente 2
onzas) por día. El único descanso de esta vida venía cada 20 días, cuando se les permitía comer lo
que desearan.
Incluso los gobernantes como Moctezuma abandonaban temporalmente su normalmente lujoso
estilo de vida; absteniéndose de los lujos y el sexo, y comiendo sólo bizcochos de michihuauhtli (un
pariente del amaranto) y semillas de amaranto o huauzontle. Incluso el chocolate del tlatoani era
reemplazado con un preparado de frijol en polvo y agua. Esto contrasta con los
hábitos cuaresmales de muchos nobles y clérigos europeos que, si bien obedecían las consignas
religiosas de abstenerse de comer carne roja; organizaban lujosos banquetes con pescado,
conservando su lujoso estilo de vida.

Guacamole, una salsa de origen prehispánico que nos encanta


El guacamole es una de las salsas más representativas y tradicionales de la cocina mexicana. Conoce
más de esta delicia y cómo prepararla.
El guacamole es una salsa mexicana que existe desde la época prehispánica. De hecho, los mexicas lo
llamaban “ahuacamolli” que significa mole de aguacate. Se trata de un alimento muy nutritivo
pues contiene grasas naturales, hierro, fósforo, etcétera. Conoce más de este delicioso alimento y
una receta sencilla para prepararlo.
Guacamole, una de las salsas preferidas de los mexicanos
El guacamole es una salsa mexicana de origen prehispánico. Los mexicas solían llamarle
“ahuacamolli”. Este nombre proviene de los vocablos ahuacatl (aguacate) y molli (mole) y podría
traducirse como mole de aguacate ya que dicho fruto era el protagonista de esta deliciosa receta.
Antes del choque de culturas que significó el periodo colonial, los ingredientes del guacamole eran
aguacates, jitomates y chiles. Estos eran machacados en molcajetes y consumidos. Sin embargo,
después de la Conquista, la gastronomía mexicana se transformó y el ahuacamolli también.
Se añadieron otros ingredientes como cebolla, ajo, sal y jugo de limón. Cabe señalar que este cambio
continúa pues, actualmente, también se agregan trocitos de chicharrón, mayonesa o incluso
mariscos.
Pese a la multiplicidad de combinaciones existentes, el guacamole tradicional es indispensable para
acompañar taquitos, quesadillas, tostadas y demás alimentos a base de maíz.
Cabe resaltar que el mole de aguacate, como también se le conoce, tiene múltiples beneficios para
la salud. Esto se debe a que el aguacate es una fruta rica en grasas naturales, minerales, fibra,
proteínas, hierro y fósforo. Debido a esto, es buenísimo para reducir los niveles de colesterol, perder
peso, evitar el estreñimiento y reducir la tensión arterial ¡Ahora imagina los beneficios que tiene el
aguacate al juntarse con el jitomate, chile y demás ingredientes!
Guacamole
Referencias
Frances Karttunen (1983): An Analytical Dictionary of Nahuatl, University of Texas Press, Austin, p. 145, ISBN
0-8061-2421-0.
El término mexica deriva del autónimo usado realmente por el pueblo al que se refiere, mientras
que azteca deriva del mito de Aztlán en gran parte legendario, que además no era un término usado
usualmente por los antiguos pobladores de México para referirse a sí mismos.
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Artículo recomendado: Los aztecas, discusiones sobre un gentilicio. De Miguel León Portilla.
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