Si te los muestro desde un mapa satelital se diría que
viven sobre el agua, de quienes habitan ese sitio la mayoría son canoeros yo no lo soy, ni tampoco habito ya ese suelo suspendido sobre el océano.
Voy a trazar una línea de aquí hasta el fin
hasta donde la cordillera de los Andes cae y los niños después de clases juegan a avistar toninas, ellos se trizan las manos sosteniendo troncos para el fuego.
Hasta su corazón quiero proyectarla
voy a re quebrantar el territorio hacer un agujero Maura, Fran, Benjamín todos podremos cruzarlo nos esconderemos de los profesores de la escuela, les haremos muecas tras los cristales, nos protegeremos de perros salvajes la jauría no nos alcanzará correremos a la cima del mirador más alto sin agotarnos desde ahí veremos cada comisura de Puerto Aguirre un profesor de historia sobre su canoa nos toma fotografías desde el mar la barcaza abriéndose paso entre las islas sonará su bocina y entonces me enseñarán los escondites de los duendes mientras comeremos murta nos tomaremos de las manos y me enseñaran lo que no se aprende en un año.
Nadaremos hasta la isla del dinosaurio
nos sentaremos en sus bordes esta vez mi corazón no se congelará reiremos. Oficio
Pulsión natural de niña pobre soñando
los anhelos de niñas pobres han de mantenerse en secreto guardados, bien guardados déjalos mira que a las niñas pobres con anhelos las situamos en el centro para estrujarles el corazón. Dos piedras grandes una en cada bolsillo las voces señalaron con ese peso quedarían bien enterradas en el fondo náutico hay pájaros acuáticos y ellos se alimentan del dolor.
Dicen ver corales, bello y brillante es el olvidar
como un baúl en el sótano de una casa a punto de ser demolida.
Mi voz huye junto a las aves tras montañas
palabras volaron violaron el refugio que no puedo darles en mi vientre palabras aves manan inundan un rio que se desborda.
Disfrazadas de jauría hieren los muros de casa
surcan mi confín de lo privado, huelen lamen el líquido negro que florece entre mis muslos tiñe las sábanas blancas caudal como miel sabe el negro sonrío recuerdo una piedra grande en cada bolsillo las palpo deseo estrujarlas hacerlas estallar perros vienen por mí pero soy coral.