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Referencia para citar este artículo: Gómez-Esteban, J. H. (2014). El Mal y la subjetivación política. Revista
Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 12 (1), pp. 51-63.
• Resumen (descriptivo): El propósito de este ensayo es retomar el problema del Mal en los
diversos modos de subjetivación política. Sus objetivos se sitúan en denunciar cómo las perspectivas
afirmativas de la subjetividad escamotean el papel que el Mal cumple en los procesos de subjetivación,
y señalar las implicaciones que tiene el Mal en la investigación de subjetividades políticas en un país
con un conflicto armado inveterado que mantiene uno de los índices de desigualdad e injusticia
social más alto, y cuyos investigadores e investigadoras asumen que la subjetivación política se
encuentra únicamente en la participación y la democracia, en la autorregulación y la autonomía, en
el reconocimiento y la identidad.
Palabras clave autor: subjetivación política, el mal, subjetividad afirmativa.
• Abstract (descriptive): the purpose of this essay is to retake the problem of Evil in the different
types of political subjectivization. It aims at denouncing how the affirmative perspectives of subjectivity
steal the role that Evil plays in the subjectivization processes, and at pointing out the implications of
Evil in the research of political subjectivities in a country with a deeply rooted armed conflict, which
maintains one of the highest inequality and injustice indexes and whose researchers presuppose that
political subjectivization can only be found in participation and democracy, in self-regulation and
autonomy, in recognition and identity.
Key words author: political subjectivization, evil, assertive subjectivity.
• Resumo (descritivo): O propósito deste ensaio é retomar o problema do mal nos diferentes
modos de subjetivação política. Seus objetivos são os de denunciar como as perspectivas afirmativas
da subjetividade escamoteiam o papel que o mal cumpre nos processos de subjetivação, e assinalar
os envolvimentos que tem o mal na pesquisa de subjetividades políticas num país onde há um conflito
armado inveterado, que mantém um dos índices de desigualdade e injustiça social mais altos e cujos
*
Este artículo de revisión de tema es la conferencia central presentada como “punto de partida” para la discusión en el Encuentro de la Red
Latinoamericana de Investigadores en Subjetividades Políticas llevado a cabo los días 12 y 13 de diciembre de 2012 en Bogotá, organizado por
Clacso, el Idep, la Universidad Distrital, la Universidad Pedagógica Nacional, la Universidad de la Salle y la Universidad Minuto de Dios, y
parte de las discusiones teóricas hechas sobre diferentes campos disciplinares desde donde se problematizan los diversos modos de subjetivación
política.
**
Doctor en Educación. Magíster en Sociología de la Educación. Psicólogo. Profesor Titular de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
Autor de diversos libros y artículos sobre pedagogía, educación política, jóvenes y problemas metodológicos de la investigación social. Miembro
del grupo Vivencias. Autor de un libro de cuentos. Correo electrónico: jairogo50@gmail.com
-Introducción. -El Mal o el drama de la libertad. -Del Mal radical a la banalidad del Mal.
-El mal y la subjetivación política en literatura. -Crítica de la subjetividad política afirmativa.
-Lista de referencias.
a ser negado a pesar de la contundencia con Alá o el Tao- como divinidad absoluta, el Mal no
que se manifiesta a través de la muerte, de las existe: el Mal y Dios conforman un oxímoron.
enfermedades, del sufrimiento, de las injusticias, La primera justificación racional de esta
de los desastres naturales y, sobre todo, con incompatibilidad entre Dios y el Mal la dio
la sevicia del Mal moral que unas personas Sócrates. En su incesante búsqueda de la verdad
les infligen a otras. Por tanto, al negar el Mal y del conocimiento racional, Sócrates considera
validamos la existencia de Dios y viceversa. que si no se conoce el bien no se puede obrar
No es casual entonces que exista una negación correctamente, luego, si se obra mal, la falla
tácita del Mal, un temor a buscarle explicaciones no está tanto en el hecho mismo que se realiza
como si el solo hecho de nombrarlo implicara sino en un defecto del conocimiento; por
invocarlo, como si estuviera agazapado en tanto, el Mal es producto de la ignorancia y no
algún rincón oscuro de nuestra casa presto a responsabilidad de Dios3.
saltar sobre nuestras buenas conciencias u, Aristóteles es el primer filósofo que
oculto en los más recónditos pliegues de nuestra relaciona el Mal con el no-ser: “el Mal no tiene
subjetividad, avieso y prevaricador, acechara existencia en medio de las cosas y por fuera de
para engañarnos en nuestras nobles intenciones. ellas mismas”, nos dice en su Metafísica para
Es probable que la negación del Mal -o darnos a entender que el Mal no tiene realidad
su reducción a explicaciones metafísicas o ni siquiera en aquello que está en potencia; y
meramente psicológicas- estribe en que, en como Dios es inmóvil, inmutable, perfecto,
sentido estricto, el Mal no es un concepto, no actúa ni sale de sí mismo, el conocimiento
algo que se pueda definir o categorizar de una o relación con cualquier otro ser inferior lo
vez y para siempre; ni el Diablo, ni Hitler, ni rebajaría, sería una imperfección, lo que lo
Pablo Escobar, son los únicos paradigmas; lleva a concluir que “la divinidad absoluta no
ningún malvado o perverso o libertino lo agota; conoce al hombre ni lo gobierna ni trata de
ninguna acción, por maligna que sea, lo ilustra evitar el Mal” (citado por Holguín,1979, p.
por completo; lo único que puede hacerse 110). De esta forma, con otro razonamiento y
es ofrecer algunos modelos de análisis de las desde diferentes premisas, Aristóteles exculpa a
formas mediante las cuales se manifiesta el Dios de la existencia del Mal, despojándolo de
Mal, esa “falta de ser”, esa nada inescrutable toda condición ontológica, y de paso sienta las
que ni Dios mismo puede explicar. bases de una religión que, como el cristianismo,
se caracteriza por un dualismo extremo y por
Del Mal radical a la banalidad del Mal una falta total de relativización del problema.
Entre las respuestas que da el cristianismo
En la mayoría de sistemas filosóficos y al problema del Mal, indudablemente que la de
religiosos se afirma la existencia de un Todo San Agustín es una de las más importantes, no
infinito, absoluto, inabarcable, en el que es solo por su nivel de argumentación filosófica
imposible imaginar un defecto, una fisura, sino por su perdurabilidad en el tiempo, al punto
una imperfección en la que haya algo Mal. que constituye una de las posiciones actuales
Sin esa armonía universal, sin antítesis ni de la iglesia cristiana frente a este problema.
contradicciones, el Bien y el Mal están solo en Para el teólogo africano, el Mal es una ausencia
la mente humana; lo que vemos como un Mal es, del bien y, por lo mismo, no pudo haber sido
con toda seguridad, un bien que desconocemos creado por Dios; no obstante, concurre al orden
o ignoramos. Si solo existe Dios -o Brahma o del universo, que exige diversidad, grados
de ser, variedad en la naturaleza (Holguín,
1979). El Mal, pues, no solo existe sino que
vejámenes a pesar de su férrea fe, por lo cual le reclama a Dios,
y este, molesto por el reclamo, al final lo reprende y le devuelve
su felicidad y sus riquezas) sino del acuerdo y de la apuesta -para 3 Vale la pena anotar que esta visón de Sócrates es la de Platón,
muchos perversa- que Dios hace con Satanás para que este lleve a que es la que generalmente se conoce, pero tendría que mirarse
cabo el Mal en el mundo. Ya antiguos comentaristas consideraron también la de Jenofonte, el gran adversario de Sócrates, quien
que Job merecía el castigo por soberbio y arrogante. No obstante, lo consideraba un moralista, “un santón laico”, así como la de
siempre ha quedado la pregunta de por qué Dios hace acuerdos Aristófanes, quien lo representaba en sus comedias como un
con Satán y, como diría Einstein, juega a los dados con nosotros. sofista, como una caricatura de los grandes filósofos de Atenas.
es necesario para el equilibrio del universo; que es mucho más fácil y más convencional
pero va más allá. San Agustín distingue -y es creer que si alguien hizo lo que Eichmann
la primera vez que lo hace el cristianismo- hizo (administrar y dirigir toda la captura de
entre el Mal físico, como el dolor o la pérdida judíos, y coordinar el transporte y la logística
de un órgano o la enfermedad, y el Mal moral, de los principales campos de concentración),
como el pecado; y agrega que estos dos males es porque debe ser una encarnación del Mal
son manifestaciones de algo más profundo y diabólico, un monstruo sin conciencia moral,
oscuro: el Mal metafísico, esto es, la carencia inhumano y perverso. Sin embargo -y este es
de ser o, si se quiere, la imperfección esencial a uno de los inmensos aportes de Arendt y tal
todo ser. Pero, ¿cómo es posible la imperfección vez de los más polémicos-, bajo un régimen
de sus creaturas en un Ser de infinita bondad y totalitario -y como veremos más adelante, en
suprema sabiduría? Es posible porque Dios dio cualquier sociedad- las intenciones malignas
al ser humano la libertad, su voluntad libre, la de causar un Mal moral desaparecen, ya que la
cual lo hace factible de culpa y, por tanto, el gente común, movida por consideraciones más
pecado, el Mal moral, no está en la materia o mundanas y banales, sin ningún móvil perverso
en el cuerpo, sino en el uso que hacemos de esa o malintencionado, puede producir mucho daño
libertad; el Mal no es otra cosa, entonces, que el moral sin darse cuenta. Este Mal causado por
drama de la libertad. alguien que se limita a cumplir órdenes o que se
¿Qué hace que unos optemos por el inflige sin darse cuenta porque considera que es
Mal y otros por el bien? Eso es inescrutable, parte de su trabajo o de su responsabilidad, es
nos responde Kant (Bernstein, 2004). Y es lo que Arendt llama la banalidad del Mal, y lo
inescrutable porque, a pesar de que todos los describe de la siguiente manera al referirse a la
seres humanos poseemos una fuerte propensión actitud de Eichmann durante el juicio:
a volvernos moralmente malos, esto es, que Cuanto más se lo escuchaba, más evidente
existe un Mal radical, mediante el libre ejercicio era que su inhabilidad para hablar estaba
de la voluntad podemos asumir intenciones íntimamente ligada a su inhabilidad
benignas y buenas. La voluntad -tan importante para pensar, es decir, para pensar desde
en la filosofía de Schopenhauer, de Schelling, el lugar de otra persona. No era posible
de Nietzsche, tres filósofos hondamente comunicarse con él, no porque mintiera,
preocupados por el Mal- es la que va a sino porque estaba protegido por la más
determinar que una acción sea mala o buena, confiable salvaguardia contra las palabras
la que va a posibilitar superar la fragilidad de y la presencia de los demás, y por ende
la naturaleza humana, la mezcla entre causas contra la realidad misma (Arendt, 2010,
p. 49).
amorales y morales y la malignidad inherente
Esta inhabilidad para descentrarse, para
al corazón humano4. De esta forma, el Mal
ponerse en el lugar de la víctima, Eichmann la
depende de la intencionalidad moral que le
explica diciendo que no solo obedecía órdenes
imprimamos a nuestras acciones, de nuestra de sus superiores y cumplía con su deber, sino
voluntad para oponernos o ser aquiescentes con que también obedecía La Ley (pág. 198); es más,
las acciones malignas; es decir que, en últimas, en varias ocasiones durante el interrogatorio
el Mal, como en todo el sistema kantiano, es un policial declaró, y con gran énfasis, que
acto racional. siempre había vivido en consonancia con los
Es a esto, a ese Mal radical, a esa intención preceptos morales de Kant, en especial con la
que subyace en cada uno de nuestros actos, definición kantiana del deber; no obstante, lo
que se opone Hannah Arendt (2010). En su que Eichmann no explicó a sus jueces, fue que
retrato de Eichmann en Jerusalén nos muestra el imperativo categórico kantiano había sido
modificado por el imperativo del Tercer Reich:
4 Estos son los tres grados del mal que Kant tuvo en cuenta cuando
introdujo el concepto de “mal radical”: la fragilidad frente a sus
“Compórtate de tal manera, que si el Führer te
impulsos naturales (anticipándose, de paso, a Freud), la impureza viera aprobara tus actos” (p. 200).
de sus impulsos mezclados y su maldad inherente (en clara Ahora bien, uno de los intereses
oposición al “buen salvaje” de Rousseau y abierta recuperación
de Maquiavelo y Hobbes) (Bernstein, 2004, pp. 325-326). fundamentales de Arendt en el caso de
Rev.latinoam.cienc.soc.niñez juv 12 (1): 51-63, 2014
http://revistalatinoamericanaumanizales.cinde.org.co
55
DOI:10.11600/1692715x.1211051913
Jairo H. Gómez-Esteban
obedezca a una carencia de ilusiones en la que al diálogo y al intercambio es, quizás, la más
justicia e injusticia, verdad y mentira, orden nociva desde el punto de vista político: es la
y desorden, inseparablemente se mezclan y máxima expresión de desubjetivación política
se confunden, desnudando impúdicamente y, en consecuencia, desde el punto de vista
la fragilidad de una sociedad. Esta ausencia cívico6, es la que mayor Mal social produce. Y
de futuro, esta incertidumbre y desilusión del lo produce porque es la negación voluntaria del
porvenir, transforma a los sujetos que quieren ejercicio de la ciudadanía, la cual se expresa no
participar en la cosa pública en nihilistas, en solo en la abstención electoral, sino -y esto es
seres que, siguiendo a Nietzsche, celebran la indudablemente más grave- en la aquiescencia
insignificancia universal, el desvanecimiento con cualquier régimen, decreto, persona o
del sentido y la subversión de los valores; o, situación que genere opresión o injusticia: una
como lo sintetiza Camus (2008, p. 94), “el actitud muy, pero muy parecida a la banalidad
nihilista no es quien no cree en nada, sino quien del Mal que descubrió Arendt en la personalidad
no cree en lo que es”. Desde que Turgueniev de Eichmann.
introdujo este concepto en su novela Padres e Otra de las formas de subjetivación política
Hijos a través de su personaje Basárov, quien se “negativa”, que alcanzó unas cimas insólitas en el
niega a reconocer cualquier clase de principios gobierno de Uribe Vélez, es la del conformismo
o reglas por considerarlos innecesarios para y la sumisión, y cuyos mecanismos psíquicos y
las personas rusas y, en consecuencia, a negar políticos han sido descritos magistralmente en
la utilidad de todo -arte, ciencia, política, novelas como El súbdito de Heinrich Mann, El
religión- sin emprender nada serio, limitándose Conformista de Alberto Moravia o Mephisto de
a blasfemar y a lanzar improperios, el nihilismo Klaus Mann. Sus personajes son admiradores
se esparció como modo de subjetivación de regímenes totalitarios y déspotas, cuya
política, sobre todo en los sujetos jóvenes, adoración casi religiosa por el Príncipe de turno
llegando a constituirse en una postura estético- raya en lo grotesco y lo descarado. En los tres se
política, como fácilmente puede observarse en presenta una adhesión total al orden existente,
muchos grupos y colectivos contestatarios e una actitud de permanente encantamiento ante
iconoclastas que circulan en las redes sociales el poder que los hace creer que Este siempre
y en las diversas expresiones artísticas, los acompaña, siempre los protege, lo cual los
principalmente las musicales, en las que lleva a mantener una furibunda defensa del
hay quienes se limitan a señalar, a insultar, a gobernante que, en los tres, llega a la negación
denunciar sin que -casi nunca- pasen a acciones del otro mediante el crimen y el asesinato. Para
transformadoras concretas; muy parecidos a los el caso de El Súbdito -novela en la que se inspiró
nihilistas de Dostoyevski -al Stavroguin de Los Adorno para escribir su monumental estudio
Demonios, a Iván Karamázov, al Hombre del sobre la personalidad autoritaria-, su personaje,
subsuelo- que van de aquí para allá alrededor Diederich Hessling, es un hombre tan pusilánime
de su cuarto, o, lo que es lo mismo, alrededor y servil con sus superiores como autoritario y
del mundo, sin parar de insultar, de renegar, de déspota con sus subordinados y subordinadas.
maldecir, sin tregua ni descanso, pero también La novela se desarrolla durante el periodo de
sin hacer nada (Paz, 1990). mayor auge del emperador de Alemania y Rey
Pero igualmente están quienes no dicen de Prusia, Guillermo II, hombre poco tolerante,
nada, los sujetos indiferentes, todos aquellos agresivo e intensamente emotivo, con una
Bartlebys que “preferirían no hacerlo”. Son megalomanía extrema cuya testarudez y falta
aquellas personas las que, como el personaje de tacto lo obligaron a abdicar y huir hacia los
de Melville, solo se preocupan por cumplir Países Bajos, para presenciar en su vejez como
mecánicamente con su trabajo y seguir
anodinamente las normas, y con quienes no solo
6 Retomo aquí el civismo en el sentido que le dan Camps y Garnier
es inútil sino imposible establecer cualquier (1998), esto es, como la cultura pública de convivencia que no es
comunicación. Esta renuncia consciente, solamente procedimental sino que incluye también un contenido
voluntaria y expresa a la interacción social, moral al expresar unos determinados valores morales y unas
creencias acerca de la sociabilidad humana.
Hitler, renegando de la tradición monárquica, y devenires, sino que a estos personajes se les
levantaba las bases del Tercer Reich. Los agrega la impostura, el arribismo y la perplejidad
mecanismos psíquicos de esa combinación y de no ser ellos mismos. En efecto, la necesidad
coexistencia entre sumisión y autoritarismo, imperiosa de ser aceptados y reconocidos, ya
tan propia de la subjetivación e identificación no tanto por el dictador o el Príncipe, al cual es
política de los altos y medios funcionarios con imposible acceder, sino por el partido -el nazi
quien detenta el poder de manera monolítica en el alemán y el fascista en el italiano-, ese
y vertical, fueron explicados de manera muy colectivo que les proporciona, por fin, alcanzar
concisa por Erich Fromm (citado por Jaramillo- ese sentimiento de pertenencia a algo o a alguien
Vélez, 1981) en sus investigaciones sobre lo que siempre habían anhelado; es el conformismo
que, en los años cincuentas y sesentas se llamó como deseo de confundirse y fundirse en el
el carácter autoritario7: otro con el riesgo de perder su libertad, o
Las tendencias masoquistas hacen que el quizás por eso. Y es que el vacío existencial
hombre renuncie a su propia individualidad, y la necesidad de aceptación y membresía de
a su propia personalidad y a su felicidad, para tantos seres anónimos y ambiciosos los lleva
entregarse al poder, para disolverse en él… Las a asumirse como subjetividades políticas,
tendencias sádicas persiguen la meta inversa: como única vía de ascenso social, en donde
procuran hacer de los demás, instrumentos todo vale para llegar a la cima sin importar a
pasivos de su voluntad, buscan dominarlos quien haya que someterse y a quien haya que
en forma absoluta e ilimitada y, en los casos eliminar o traicionar: es la política como medio
extremos, obligarlos a padecer dolores, con para alcanzar los propósitos individuales; en
las exteriorizaciones que estos suponen… [y Mephisto, para su triunfo como artista; en El
es] sobre esta base instintiva [que] surge la Conformista, para satisfacer sus carencias e
actitud hacia el prójimo típica del carácter sado- instintos más oscuros.
masoquista. Esta paradoja del sometimiento entre
Fromm considera que este tipo de sujeción y emancipación, entre resistencia y
personalidad se puede expresar de dos formas: aquiescencia, ha sido descrita por Foucault al
en unos sujetos la agresión se vuelve contra las mostrarnos cómo el poder no es simplemente
personas poderosas mientras sus simpatías se algo a lo que nos oponemos, sino también, y
vuelcan sobre los seres oprimidos; y en los otros, quizás de manera más profunda, algo de lo
las simpatías son por los sujetos poderosos y la que dependemos para nuestra existencia no
agresión se vuelve contra los seres indefensos. solo porque orienta las trayectorias vitales
Devenir en uno u otro depende de factores de nuestros deseos, sino igualmente porque
coyunturales, contextuales y personales: en el determina en gran medida los diversos modos
fondo, el sentimiento que siempre va a estar de subjetivación política, de constituirnos en
presente frente a los poderosos va a ser el miedo; personas públicas, tal y como estos novelistas
y este, como es sabido, puede mutar fácilmente lo demuestran magistralmente.
en respeto, admiración y amor. Ahora bien, una de las principales vías
Tanto Marcelo Clerici como Hendrik para constituirse como subjetividad política
Höfgen, personajes de El Conformista y a través del Mal es mediante el uso físico
Mephisto respectivamente, efectúan procesos y/o simbólico de la violencia, y la literatura
de subjetivación política que no solo se colombiana es pródiga en ejemplos. “Antes que
asemejan a los de El Súbdito en sus mecanismos me hubiera apasionado por mujer alguna, jugué
mi corazón al azar y me lo ganó la violencia”,
reza el comienzo de La Vorágine, una de las
7 Tanto filósofos como historiadores y psicoanalistas, no pudieron
soslayar este problema no solo por sus implicaciones políticas
novelas más emblemáticas de nuestra literatura,
e históricas, sino por la proliferación de caracteres autoritarios la cual demostró, sin pretensiones políticas
que se dieron en los años treinta y cuarenta del siglo XX: Hitler,
Stalin, Mussolini, Franco, y dos décadas antes de ellos, el ya
ni partidistas, esto es, antes del asesinato
mencionado Guillermo II (apodado el snob), el emperador del de Gaitán y de la aparición de la violencia
imperio austrohúngaro Francisco José o el Zar ruso Nicolás II liberal-conservadora, por qué la violencia es
(apodado el sanguinario).
el mito fundacional colombiano8. En efecto, la siente que está encarnando el bien al defender
subjetivación política a través de la violencia es las ideas de su partido o colectividad religiosa
uno de nuestros rasgos característicos tanto de o ideológica. Es lo que en psicología moral se
ciudadanos o ciudadanas como de ideologías y conoce como “desdoblamiento”, es decir, la
partidos, bien sean de centro, de derecha o de coexistencia y cohabitación de dos “yoes”: uno
izquierda. Es más, son muchas las personas las que encarna el Bien y un segundo que encarna
que, para alcanzar esa condición de ciudadanos el Mal, y cuyo efecto es doble: por un lado, se
o ciudadanas, solo pudieron lograrlo a través de elude la responsabilidad ante los otros y, por
actos violentos: Siervo sin tierra de Eduardo otro lado, se elude la responsabilidad ante uno
Caballero Calderón, Cóndores no entierran mismo, con lo cual el peso de la culpa se hace
todos los días de Gustavo Álvarez Gardeazábal más soportable (Uribe, 2009, pp. 174-75). La
y El día señalado de Manuel Mejía Vallejo, violencia se produce, entonces, como un medio
son algunos ejemplos entre muchos otros9 que de reafirmación política e ideológica que hace
revelan, casi con horror, cómo la violencia que el individuo se sienta partícipe de una
produce modos de subjetivación política comunidad que comparte su mismo universo
que el mismo Estado legitima y promueve, simbólico y, sobre todo, que lo reconoce
principalmente a través de sus partidos políticos; como un sujeto que ha alcanzado, mediante
porque, como dice Piotrowski (1998, citado por la aniquilación -y muchas veces mediante la
Lara, 2006, p. 26): tortura- del adversario, la plenitud política y el
Hallamos la violencia en la selva, en el ejercicio cabal de la ciudadanía. Al fin y al cabo
campo, en la ciudad. La violencia en la el otro siempre es el malo o, si se quiere -con
lucha por los derechos propios (Raza Sartre-, “el infierno son los otros”.
de bronce de Arguedas), en la venganza
(Montevideanos, de Benedetti), la Crítica de la subjetividad política afirmativa
explotación (La muerte de Artemio Cruz,
de Fuentes), en la autodestrucción (novelas Cuando se examina con detenimiento
de Donoso), en la descomposición social las diversas posturas sobre subjetividad y
(La ciudad y los perros, de Vargas Llosa), subjetivación política se encuentra un común
en la dictadura de los caudillos (El denominador: todas son posturas afirmativas,
señor presidente, de Asturias), etcétera. esto es, todas coinciden en señalar que la
Aspectos que observamos en la literatura subjetivación política es un proceso o devenir en
colombiana; no obstante, el género de mayor reflexividad, autonomía, emancipación,
la violencia partidista es representativo concienciación, resistencia, participación, y un
únicamente para Colombia. largo etcétera de cualidades y atributos que,
Cuando se asume la violencia como modo de se supone, deben tener las personas que han
subjetivación política, el individuo que la ejerce empezado o decidido devenir en subjetividades
siente que, a pesar de ser consciente de que está políticas. Cualquier otra posibilidad de
infligiendo daño en su víctima, simultáneamente subjetivación política que no sea afirmativa,
es decir, que devenga en cinismo, despotismo,
8 Es indudable que el mito fundacional colombiano se ha
tiranía, conformismo, autoritarismo o violencia,
configurado históricamente en torno a la violencia, ya sea como simplemente es omitida o explícitamente
acallamiento de las voces subalternas (Pécaut, 1987), como rechazada como lo hacen autores como
“el gesto del enfrentamiento” que conlleva a una aniquilación
física o verbal del adversario (Perea, 1996), o como deseo de Touraine (2005), quien considera el Mal como
reconocimiento y coherencia internos (Rojas, 2001). el nombre por excelencia del antisujeto, el cual
9 Solo en la datación literaria del periodo denominado de la alcanzaría su máxima expresión en la crueldad
Violencia, esto es, entre 1948 y 1965, algunos investigadores e
investigadoras han encontrado hasta cuarenta títulos dedicados
y la violencia; o Martha Nussbaum (2005) -tan
al tema: “Durante unos veinte años (1951-1971) el fenómeno citada y seguida hoy en día-, quien exhorta a
de la violencia fue el tema obsesionante de un gran número
de novelistas colombianos. Por su importancia en las letras
estudiar las obras y, sobre todo, los autores
nacionales, solo es comparable, guardadas las proporciones, a y autoras más edificantes y ejemplarizantes
la novela de la Revolución Mexicana y a la de la Revolución de la literatura universal para desarrollar la
Cubana” (Menton, 1978, p. 219).
“imaginación narrativa”, y poder así ponernos política, la cual es entendida como ciudadanía
en el punto de vista del otro, sin mencionar cosmopolita en la que
que toda la tradición maldita de la literatura (…) la ampliación de vínculos
-desde Sade, Nietzsche y Baudelaire, hasta cosmopolitas, [el] reconocimiento de
Genet, Cioran o Sábato- nos lleva a tener la nuevos derechos intrincados con los
perturbadora certidumbre de que la raza humana valores globales o los universos de
no debería tener una segunda oportunidad sobre significación, aquellos relacionados
la tierra. con el nuevo orden internacional […]
Lo paradójico de los planteamientos que se moviliza en un espacio real e
afirmativos es que insisten, un poco imaginario a partir de la creatividad y la
impúdicamente, en que están asumiendo al ser responsabilidad, tanto ética como moral,
humano como una totalidad; algunos, como para enfrentar los riesgos sociales, las
Alvarado, Ospina, Botero y Muñoz (2008), incertidumbres, y, especialmente, los
apoyados en Maffesoli, lo llaman enteridad; frágiles soportes de la vida en sus diversos
otros, como Gonzales Rey (s. f.) acuden a ecosistemas (Niño, 2008, p. 71).
los principios de integralidad y concreción Como se puede ver sin mucho esfuerzo,
propios del marxismo; y casi sin excepción, todas estas posturas celebran y asumen
todos y todas se desmarcan con prontitud de unánimemente que la subjetivación política
un sujeto racionalista, cartesiano, abstracto sea afirmativa, esto es, que sea decente,
y unidimensional, para exaltar el papel de las democrática, participativa; que cumpla, en
emociones, del deseo, de la alteridad y de la fin, los cánones -que en ocasiones se vuelven
producción de sentido, es decir, de “sujetos excluyentes- de lo instituido, así todas quieran
reales de carne y hueso”. Además, cualquier creer que se mueven en lo instituyente. Por tanto,
forma de replegamiento, aislamiento o creo que para establecer la plataforma para una
indiferencia es interpretada -por ejemplo por crítica de la subjetividad política afirmativa,
Zemelman- como ignorancia, miedo y apatía, cuyos rasgos y características principales son
ya que son esos factores los los que acabo de esbozar, es necesario asumir
(…) que bloquean, que atrapan al yo, que de entrada los acuerdos y los desacuerdos. De
le impiden pensar y actuar, tener posturas esta forma, recojo el concepto de subjetividad
claras y voluntad real de construcción propuesto por Deleuze en su libro Empirismo
con otros, que configuran subjetividades y subjetividad, en el cual considera que esta
pasivas, conformistas, acríticas, no se define “por un movimiento y como un
lúcidas, es decir, en términos de Agnes movimiento, movimiento de desarrollarse a
Heller, subjetividades subalternas, sí mismo… Ese es el único contenido que
subjetividades sin un sujeto real que las se le puede dar a la idea de subjetividad: la
habite” (Zemelman, 2004, citado por mediación, la trascendencia” (Deleuze, 1986, p.
Alvarado, et al., 2008). 91). Es la subjetividad entendida como perpetuo
Otra tendencia de algunos investigadores devenir. En este punto no hay discusión: todos
e investigadoras de la subjetividad política y todas aceptamos esta máxima. La discusión
afirmativa es relacionarla con el ejercicio de empieza cuando se señala que ese devenir no
la ciudadanía. Martínez (2006), por ejemplo, es únicamente positivo, o mejor, dirigido hacia
apoyada en De Sousa Santos, considera que una política del orden instituido, del derecho y
la ciudadanía, al consistir en derechos y de la ley. Los movimientos de la subjetividad
deberes, enriquece la subjetividad y le abre no pueden orientarse en una sola línea de fuga,
nuevos horizontes de autorrealización, aunque o, para decirlo con Foucault, la subjetivación
también la puede reducir a un receptáculo no puede reducirse a un solo pliegue, a una
pasivo sometido a las estrategias del consumo única singularidad, a un único horizonte. Al
y del dominio propio de cualquier democracia resaltar y exaltar exclusivamente los modos
de masas. Otro tanto ocurre con la ciudadanía de subjetivación política afirmativa, se niega
global como construcción de la subjetividad y se reprime -con la misma arrogancia de los