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conocimiento en acción
Uno de los campos científicos que tendrá que estudiar los nuevos interfaces,
desde los modelos HCI (Human Computer-Interaction, Interacción persona-
computadora), son las nuevas investigaciones acerca de la cognición
corpórea (embodied cognition, difícil traducción lo que tenemos que primar
aquí es la acción y el pensamiento a través del cuerpo. La mente y el cuerpo
se unifican en sus actos. Luis Suárez me hablo de “conocimiento
manifestado” y Chiti me comenta que se puede tratar de cognición
personificada o encarnada. A mí personalmente me siento más atraído por el
término “cognición corpórea” que Antoni Gomilla, que desde el
Departamento de Psicología, de la Universitats Illes Balears nos escribe un
post significativo al respecto).
He cambiado el título tras una explicación más general y estableciendo el
movimiento en la base conceptual del término (embodied cognition
– cognición corporizada):
El cuerpo, comúnmente dejado de lado por los modelos psicológicos
tradicionales, es reintroducido en el enfoque de cognición corporizada
llamado: Ecopóiesis o la estética del cambio. Es un enfoque novedoso en
relación al entendimiento de los procesos humanos de manera integrada y
dinámica eliminando la dicotomía mente-cuerpo, convirtiéndose en un
instrumento para promover y estimular la intuición en los procesos creativos.
Centrados en teorías y experiencias de cognición corporizada (embodied
cognition) se explorarán aspectos epistemológicos de la composición,
espacio/tiempo fundamentados en la experiencia sensorial y actuante de la
corporalidad humana.
Tendrá cada vez más vigencia en la ciencia de la computación, en
neurobiología, en filosofía (de la mente), en procesos de inteligencia
artificial, en aspectos de las redes neuronales e interacciones con el entorno
contextual dentro de las nuevas investigaciones de HCI y las propias
investigaciones en neurofenomenología y sus emergentes
conceptualizaciones mente/cuerpo del Enactivismo.
Tradicionalmente, las diversas ramas de la ciencia cognitiva han considerado
la mente como un procesador de información abstracta, cuyas conexiones
con el mundo exterior era de poca importancia. Actualmente las
interacciones con el mundo exterior han aumentado significativamente.
Los filósofos (de la mente), los científicos cognitivistas y los investigadores
de inteligencia artificial que estudian la cognición y la mente encarnada,
según el ítem de la Wikipedia, creen que la naturaleza de la mente es en gran
parte determinada por la forma del cuerpo humano. No hay una distinción
clara entre los mecanismos de la mente y el cuerpo. Argumentan que todos
los aspectos de la cognición, tales como ideas, pensamientos, conceptos y
categorías están determinadas por aspectos del cuerpo. Estos aspectos
incluyen el sistema de la percepción, las intuiciones que subyacen a la
capacidad de moverse, actividades e interacciones con el medio ambiente y
la comprensión ingenua del mundo que se construye dentro de cuerpo y
dentro del cerebro de manera mutua.
En Internet Encyclopedia of Philosophy introducen el concepto de cognición
corpórea como:
La cognición es soportado por un programa de investigación cada vez mayor
en la ciencia cognitiva que enfatiza el papel de formación del entorno juega
en el desarrollo de los procesos cognitivos. La teoría general sostiene que los
procesos cognitivos se desarrollan cuando un sistema fuertemente acoplado
se desprende en tiempo real, las interacciones dirigidos a un objetivo entre
los organismos y su medio ambiente, la naturaleza de estas interacciones
influye en la formación y, además, en la naturaleza del desarrollo de
capacidades cognitivas. Dado que las cuentas de la cognición corpórea se
han formulado en una variedad de maneras diferentes en cada uno de los
subcampos que abarca la ciencia cognitiva (es decir, la psicología del
desarrollo, la vida artificial / robótica, la lingüística y la filosofía de la
mente), un rico programa de investigación interdisciplinario en emergencia.
Sin embargo, todas estas concepciones diferentes sostienen que una
condición necesaria para la cognición es la encarnación o corporeidad, en el
que se amplía la noción básica de realización entendida como la manera
única la capacidad de un organismo sensoriomotor que pueda interactuar con
éxito con su nicho ecológico. Por otro lado, promueven el éxito de
adaptación de un organismo.
Tradicionalmente, las diversas ramas de las ciencias cognitivas han
considerado la mente como un procesador de información abstracta, cuyas
conexiones con el mundo exterior eran de poca importancia teórica, sistemas
de percepción y su motor (sensoriomotor), aunque los objetos razonables de
investigación por derecho propio, no se consideraron pertinentes para la
comprensión de “central” los procesos cognitivos. En su lugar, se pensaba
que sólo servía como periféricos de entrada y de salida. Esta postura se hizo
evidente en las primeras décadas de la psicología cognitiva, cuando la
mayoría de las teorías del pensamiento humano negociados en forma
proposicional del conocimiento. Durante el mismo período de tiempo, la
inteligencia artificial fue dominada por los modelos informáticos de
procesamiento de símbolos abstractos. Filosofía de la mente, también hizo
su contribución al espíritu de la época presente, sobre todo con la hipótesis
de modularidad de Fodor (1983). Según Fodor, la cognición central no es
modular, pero son sus conexiones con el mundo. Percepción y procesamiento
de motor son hechos por informaciones encapsuladas en plug-ins, que
proporcionan fuertemente formas limitadas de entrada y salida.
Punto de vista clásico cognitivista Punto de vista de la cognición
corpórea
1. El ordenador como metáfora de 1. Metáfora de acoplamiento
la mente; basado en reglas, mente/cuerpo. Formas de
impulsado por aspectos lógicos encarnación corpórea + entorno +
acción limitada en procesos
cognitivos.
2. Análisis aislacionista – 2. Análisis relacional de
Cognición se puede entender, interacciones entre cuerpo y
centrándose principalmente en los entorno se estudian conjuntamente
procesos internos del organismo. para entender la cognición.
3. Primacía de la computación 3. Primacía de la acción que va
dirigida a objetivos que se
desarrollan en tiempo real.
4. Cognición como recuperación 4. Conocimiento como
pasiva construcción activa basada en un
organismo consagrado y todas sus
acciones dirigidas a un fin.
5. Simbólico, representaciones 5. Representaciones
codificadas sensoriomotores.
RESUMEN
1. LENGUAJE Y CORPOREIDAD
Los autores pidieron a los participantes que realizaran una pisada hacia
adelante o hacia atrás después de la lectura de historias cortas con un
contexto aproximativo y uno evitativo. Los resultados indicaron un efecto de
interferencia en los contextos evitativos, es decir, menor latencia en una tarea
semántica, posterior a la pisada, cuando el participante tenía que pisar hacia
adelante. En cambio, en los contextos aproximativos, mayor facilitación se
encontró en el número de aciertos a la tarea semántica cuando la pisada era
hacia detrás.
Una de las principales fortalezas de las teorías simbólicas resulta también ser
una de sus debilidades fundamentales. A saber, el uso de reglas y
proposiciones simbólicas que le aportan un carácter composicional y
generativo, pero a su vez no permiten predicciones sobre los efectos
corpóreos o de modalidad observados en la comprensión del lenguaje (v.g.,
distancia, orientación visual, esfuerzo motor, etc.). Ciertamente, las teorías
simbólicas o amodales dada su gran potencia de cómputo pueden explicar
estos efectos, y cualesquiera otros, pero siempre a posterioriintroduciendo
postulados ad hoc, lo cual las hace infalseables (Barsalou, 1999; De Vega,
2005; De Vega, Glenberg, y Graesser, 2008). Por el contrario, las teorías
corpóreas establecen predicciones sobre efectos sensorio-motores en el
lenguaje y luego las verifican, lo cual les proporciona un gran poder
predictivo y no sólo explicativo.
Por su parte, las teorías corpóreas proponen, como hemos visto, que el
significado se basa en simulaciones modales, corporeizadas en el cerebro
humano, donde la experiencia juega un rol central en la representación del
conocimiento. El significado, en este caso, consiste en activar simulaciones
perceptivas o motoras de las situaciones, eventos, acciones e, incluso,
emociones descritas en lo que se ha llamado "cognición situada" (Barsalou,
1999; Barsalou, Santos, Simmons y Wilson, 2008; Barsalou, 2008; 2009). El
mismo ejemplo anterior tiene las siguientes características de simulación de
situaciones:
1. Pedro encuentra un martillo --> activación de una representación visual
del antecedente causal
3. EL PROBLEMA DE LA ABSTRACCIÓN
Así como hemos criticado la teoría simbólica clásica, debemos revisar con
la misma imparcialidad las debilidades de las teorías corpóreas, pues
plantean algunos interrogantes y actitudes escépticas. Por ejemplo, ¿siempre
se activan aspectos corpóreos del lenguaje?, si el lenguaje es
fundamentalmente experiencial, ¿no estamos alterando el carácter
abstractivo o conceptual del significado lingüístico. Al respecto, Sanford
(2008) cuestiona el carácter en-línea de las representaciones corpóreas,
puesto que para que ello ocurra se debe especificar el tipo de actividad
corporeizada, esto es su dimensión dinámica, en términos de fuerza, y
cinemática, considerando aspectos como la velocidad, aceleración y
duración. El autor postula que la comprensión no se completa hasta que la
acción ocurra, por tanto es imposible que simulemos las acciones potenciales
de los eventos en una relación de uno a uno entre experiencia y lenguaje. El
hecho de que activemos aspectos corpóreos del mundo no significa que los
componentes del tiempo real sean necesarios para la comprensión.
Volviendo al ejemplo del martillo: ¿Qué se activa realmente en la oración
"Pedro golpeó el clavo con el martillo"? ¿El peso del martillo, su velocidad
de acción al clavar un clavo, un patrón preciso de movimientos musculares
de la mano y el brazo, el tiempo que tarda un martillo en clavar un clavo? La
activación de una representación detallada de todos estos aspectos y de la
temporalidad de la acción parece incompatible con la fugacidad del propio
proceso de comprensión en-línea.
Pero ¿qué ocurre con las palabras y oraciones abstractas que describen
estados y eventos mentales o actitudes proposicionales? Mientras que las
palabras y ora-ciones concretas proporcionan indicios relativamente
homogéneos para referirse a objetos y eventos sensorio-motores específicos,
las palabras abstractas informan sobre estructuras jerárquicas más complejas,
organizadas en un conjunto más heterogéneo de indicios. Por esta razón, el
lenguaje abstracto se asocia con más dificultad a situaciones o escenarios
específicos. Incluso aunque el lenguaje concreto y abstracto puedan referirse
a contenidos situacionales comunes, hay una división del trabajo entre ellos:
el lenguaje concreto está más dirigido a los objetos y eventos perceptivos,
mientras que el abstracto describe más los eventos y estados introspectivos
y la relación entre ellos (Barsalou, 2008; Barsalou, 2009; Zwaan, 2008).
Se sabe desde hace décadas que la memoria de trabajo es más eficiente para
conceptos concretos que para conceptos abstractos y, asimismo, el acceso
léxico es más rápido para palabras concretas que para palabras abstractas. A
pesar de estas diferencias notables, Barsalou (2008) postula que tras los
conceptos abstractos opera no sólo el lenguaje y ciertas operaciones
metacognitivas, sino que también está comprometido un sistema de
simulación. Detrás de estados cognitivos como "imaginar" y "creer",
operaciones cognitivas como "recordar" y "comparar", estados afectivos
como la "felicidad" o el "temor" y estados emocionales como el "ansia" o la
"ambición" existe una simulación de aquellos estados internos como si del
mundo externo se tratara y mientras más relevante sea el contexto en el cual
se enmarcan los conceptos, menos diferencias se encontrarán entre palabras
concretas y abstractas.
1
fMRI es la sigla inglesa de (functional Magnetic Resonance Imaging) y se refiere a
una técnica de neuroimagen que mide los cambios hemodinámicos de la sangre a través
de un proceso de oxigenación. Su objetivo es inferir la actividad funcional del cerebro
mediante el flujo sanguíneo. Se caracteriza por su alta resolución espacial, medida en 2-
3 mm.
activación se ha explicado como el reflejo del esfuerzo que implica
relacionar conceptos de significados diversos, establecer conexiones
abstractas entre dos sistemas cuyas características semánticas no son obvias
e integrarlos en una misma categoría con resultados novedosos y creativos
(Green, Kraemer, Fugelsang, Gray y Dunbar, 2010).
2
ERP es la sigla inglesa de (Event- Related Potentials) y se refiere a una técnica
electrofisiológica que mide la actividad eléctrica del cerebro humano, a nivel cortical y
su relación con aspectos cognitivos del lenguaje. Uno de los componentes principales de
esta técnica es la N400, negatividad que aparece a los 400 ms ante una incoherencia
léxico-semántica.
verdadero o falso. Los resultados obtenidos no indicaron ningún efecto
significativo entre palabras concretas y abstractas en la tarea superficial, sin
embargo tanto en la tarea semántica como en la de imaginación se obtuvieron
resultados diferentes para ambas variables. En el caso de la tarea semántica,
el componente N400 indicó mayor negatividad para las palabras concretas
que para las abstractas, coincidiendo con resultados anteriores (Holcomb et
al, 1999) en que un efecto N400 fue encontrado en oraciones de carácter
neutral (e.g. "Ellos dijeron que esto era por la rosa). En el caso de la tarea de
imaginación, también hubo un efecto N400 más negativo para las palabras
concretas que para las abstractas, replicando un resultado anterior
(Holcomb et al, 1999), donde se encontró un efecto similar en oraciones
incongruentes (e.g. "Un asalto armado implica que el ladrón usó una rosa).
El término "affordances" fue acuñado por Gibson (1979) para referirse a las
posibilidades que el entorno natural nos ofrece y del cual echamos mano, de
acuerdo a nuestras necesidades. Son oportunidades que el medio ambiente
nos otorga para interactuar con él a través de las características físicas de un
objeto, su forma y sus dimensiones, y la capacidad sensorio-motora del
organismo. Así cuando pensamos en un libro, la posición de nuestras manos
va a ser muy diferente cuando la meta sea leer un libro, lo cual implica un
libro abierto, con las páginas extendidas y la posición de nuestras manos será
también abierta para sostener el libro y, luego, con un ligero movimiento de
los dedos cuando deseemos dar vuelta la página. En cambio, si la meta
consiste en coger un libro de una estantería, la posición de las manos será
cerrada, si el libro está también cerrado, junto a los demás libros. En ambos
casos, las cualidades físicas del objeto, libro cerrado, libro abierto,
interactuarán con la capacidad sensorio-motora, manos abiertas, manos
cerradas, produciéndose un ajuste entre objeto y cuerpo.
Los resultados indicaron que las respuestas de la mano eran más rápidas para
oraciones que describían una acción con el pie que para oraciones de acción
manual y viceversa, las respuestas del pie eran más rápidas para las oraciones
de acción manual que para acciones efectuadas con el pie.
6. CONCLUSIONES
RESUMEN
PRESENTACION
Este trabajo tiene sus inicios al comienzo de los años 90, tiempo en el cual
surgía en mí un marcado interés por conocer de las posturas científicas de H.
Maturana y F. Varela expuestas en su libro el "árbol del conocimiento"
(1984). La novedad y profundidad de la biología del conocer y el principio
de la autopoyesis se constituían en núcleos centrales de mi búsqueda en pos
de comprender el fenómeno humano. No obstante, en el proceso de
desarrollo y estudio de ambos conocimientos surgió la inevitable tarea de
establecer vínculos entre estos dos planteamientos, que llegaban a dar un
nuevo aire a un sinnúmero de inquietudes surgidas en la práctica y labor de
docente de Educación Física. Así también en distintos campos educativos
como en los procesos de vida más allá de lo estrictamente profesional. En un
principio este desafío se constituyó en una tarea titánica dada la diversidad y
profundidad del pensamiento de Maturana y Varela.
Por otra parte, en estos últimos años han sucedido numerosos eventos y
procesos. Lo más importante para los efectos de este artículo se relaciona
con el conocimiento de trabajos y programas investigativos enmarcados en
la propuesta de Francisco Varela, tales como Adrías Palacios y Diego
Cosmelli, entre otros. Del mismo modo, debo decir que este acontecimiento
marca profundamente las bases de lo que se expone, tanto como el encuentro
con los textos de Antonio Damasio, Rodolfo Llinas, Agustín Ibáñez, Rodrigo
Pascual, Rafael Núñez, por mencionar algunos de habla castellana. Estas
personas constituyen referentes básicos y obligados si se pretende adentrar
en la neurociencia, como ciencia, disciplina o práctica transformativa. En el
presente artículo, intentaré describir aspectos que permiten elucidar en la
coherencia y correspondencia de los autores y propuestas en pos de una
mejor y más pertinente comprensión del ser humano y de la labor educativa.
Propuesta:
Esta idea supera con creces la idea instalada en teoría o en ejercicio, incluso
al interior de las prácticas de la Educación en general y de las diversas
disciplinas o sectores de aprendizaje del currículo escolar, de entender al
cuerpo como recipiente o hardware y a la mente como el software o
contenido. Pues esta propuesta se orienta hacia una comprensión dinámica y
relacional entre estas dos dimensiones o distinciones, que en el hecho son
sólo conceptuales, pues en la acción directa del ser humano no es posible
establecer el límite entre una y otra.
El ejemplo más claro es sin duda la relación espacial, concepto que no existe
objetivamente en el mundo que habitamos sino que se genera desde nuestra
experiencia corpórea y que nos es útil para orientarnos, como para establecer
y percibir relaciones entre distintos objetos y sujetos que conforman nuestro
entorno. De esta forma, cuando se expresa que un determinado objeto está
por delante de otro, se expresa una determinada experiencia que se relaciona
positivamente con esa expresión y no es de otra forma. Es decir, el adelante
o atrás implica como concepto la vivencia del momento de la distinción,
aunque ésta sea una experiencia de observación que de hecho también es
encarnada. Pero dicha experiencia no es posible sin lo que entendemos por
tiempo, pero tiempo no en el sentido cronológico sino en el sentido del
tiempo vivido, que puede ser percibido como más o menos lentitud de
acuerdo precisamente al tipo de acción que se emprende. En términos más
simples, la temporalidad que se perciba depende del tipo de actividad y del
compromiso emocional que ésta demande. Los ejemplos son simples si
recordamos cómo percibimos el tiempo en un contexto de juego o en un
contexto de trabajo.
Sin duda, la posición del autor está impregnada de una opción filosófica y al
mismo tiempo epistemológico. Ciertamente esto constituye un elemento
central en el momento de analizar la propuesta de Varela. Claramente se
posiciona dentro de la fenomenología y además dentro de la neurociencia,
pero de acuerdo a todo su planteamiento esta doble militancia se hace
insostenible. De ahí que él se atreva, en función de los argumentos
expresados escuetamente en los apartados anteriores, a proponer la
formación de una nueva ciencia. Nueva ciencia que tenga como objeto de
estudio la experiencia humana desde el mismo humano y desde otros
humanos, es decir, propiciar un encuentro entre lo que se vive y lo observado
que se vive (Figura 2).
En este sentido, la conformación de lo que se percibe no es más una
representación del mundo como una especie de reflejo, neutral, propio de
una capacidad cognoscitiva desencarnada y separada de la sensación y
dimensión cinestésica. Por el contrario, lo que llamamos subjetividad se
produce por la relaciones con el entorno como un proceso no separable, pues
el sujeto o sujeta que hace inmediatamente se percibe a sí mismo como
hacedor, por tanto, sólo en relación con el objeto es que surge el observador
y desde ahí se produce la interpretación de lo que se hace, por lo cual es
posible aprender aquello que se vive en la acción directa, que permite
diferentes disonancias y consonancias perceptivas en una consecuente
modificación y ajuste en pos de un acoplamiento estructural, descrito con
anterioridad, pero que al mismo tiempo permite una mejora o pertinencia
mayor y que expande las posibilidades de acción. No al contrario, pues eso
sería más bien un proceso traumático, que en vez de expandir la acción la
limita y restringe.
Es por este motivo que el autor sostiene que los procesos de conocimiento o
cognición se producen en un proceso corporizado en permanente despliegue
o enactivo o, dicho de otra forma, en un proceso que se produce en acción,
no antes ni después sino durante la acción. Vale decir, lo que el ser humano
construye, interpreta y explora el medio desde, en y para la acción, utilizando
un principio o característica fundamental que ha permitido la evolución de
la especie humana.
Por otra parte, Canon (en Davidson, 2000) planteó dos grandes refutaciones
a la teoría de james, relacionadas con la escasa participación de las vísceras
en la construcción de la experiencia emocional. Esto se puede observar con
mayor claridad en que la extracción o lesión cortical de determinadas
vísceras no produce mayor alteración en la producción y conducción de la
experiencia emocional. Tal situación trajo como corolario la posibilidad de
que existieran centros específicos neuronales en la generación de la emoción
o mejor dicho un circuito neuronal específico. Papez (en ob. cit.) continuó
esta idea logrando especificar el circuito en las siguientes zonas; Hipotálamo,
núcleo talamito anterior, hipocampo. Hipotálamo, que fue visto como la
estructura que contenía el significado emocional de los estímulos, por otra
parte al córtex cigular se le involucró con la experiencia de la emoción.
Por lo tanto, no habría distinciones claras en los procesos del conocer entre
los procesos que tradicionalmente hemos entendido como fases o secuencias.
Nos referimos a la percepción, atención, reconocimiento, procesamiento,
etc., pues ya en la percepción se produce la acción, por lo tanto, la percepción
en palabras de Alva Nöe (2004) no es algo que ocurre dentro de nosotros o
algo que nos sucede, sino más bien una forma de apropiarnos y construir un
mundo dentro de los patrones de contingencia de un entorno determinado.
Tales aspectos se pueden ver, con mayor claridad, en los niños o en las
personas que han sufrido alguna alteración o daño en su corporeidad. Todos
podemos recordar o ver a un niños que intenta desplazarse y aprehender
todos los artefactos o cosas que le rodean, por ejemplo, si vive en una casa
con escalera y en la medida que se relaciona con ella prontamente se sitúa y
logra un dominio sobre la misma, pero conjuntamente su percepción se torna
más clara en relación al espacio y profundidad del mismo. Otro ejemplo se
produce con las personas ciegas que lentamente –en la medida, de la
recurrencia y utilización del bastón el campo perceptivo y la misma
percepción– se estructura desde la correlación de los patrones de acción con
la recursividad o variabilidad de la contingencia. En este caso podemos decir
que el bastón son los ojos de la persona ciega, el cual le permite configurar
en la comunión con todos los sentidos un mundo percibido. Los trabajos de
Nöe en este campo son señeros (Nöe, 2004).
Sin duda cada lector ha tenido y desarrollado una experiencia a partir de las
acciones que despliega sobre la figura señalada, desde las más básicas o
involuntarias (movimientos de los ojos, acercamiento o alejamiento de la
figura, acercamiento de luz u otras que considere necesario). Más allá de las
ideas que se podrían prever para anticipar y posibilitar un determinado
resultado, éste depende del momento o situación en la que se encuentre el
observador tanto como organismo biológico, en todos sus niveles, y las
contingencias que se presenten en el momento de la observación, sobre todo
las contingencias sociales. Vale decir, de otras corporeidades como él o la
observador(a) y el flujo emocional que se construye entre todos los aspectos
mencionados.
Cabe enfatizar que los diferentes autores coinciden en que las categorías de
análisis que se ocupan para la descripción de las posibilidades del ser
humano, sólo son eso, vale decir, categorías, en tanto la acción propiamente
tal no ocurre tal separación, pues lo emocional es al mismo tiempo corporal,
social, histórico, cultural, psíquico, etc.
NOTAS
1
Artículo realizado en el contexto del Proyecto FONDECYT Nª11080287-
08, Corporeidad y aprendizaje.
2
En este sentido cabe mencionar los trabajos de Davindson, Damasio,
Llinas, entre otros. Para una mayor profundidad y especificidad sobre las
diferentes corrientes sobre el tema se sugiere la lectura de "Aspectos
cognitivos de las emociones" de Obelth Hansberg, en Kronmüller y Cornejo
Editores (2007), ciencias de la mente. Aproximaciones desde Latinoamérica.
Santiago, j.C. Editores. En este texto se hace un análisis y categorización de
las corrientes y programas investigativos dentro del ámbito fisiológico y
cognitivo, destacando los aportes y limitaciones de ambas para la
comprensión del fenómeno emocional.
3
En este caso el más conocido y estudiado es jean Piaget, para quien la
emoción se encontraba fundamentalmente presente en la etapa sensoria
motora. Dicha etapa se encuentra en los primeros años de vida del ser
humano, en concreto desde los 0 a los 5 años. La tesis fundamental de Piaget
se sostenía sobre la base de los estadios progresivos del desarrollo, lo que
supone una cierta gradualidad y jerarquía establecida desde el pensamiento
abstracto o formal como cúspide o logro máximo. Desde nuestra
interpretación, tal visión expresa en la emoción o emocionalidad una cierta
desconfianza o mirada subordinada a la razón como proceso distintivo de lo
humano. Lo que supone, de alguna manera, la cognición, ya en su estadio
maduro, como un proceso liberado de estadios anteriores y obviamente de
sus características. Desde este aspecto o principio ha adquirido relevancia
para los procesos educativos el logro rápido de los niveles superiores
relativizando u obviando los anteriores.
4
Cabe mencionar el caso de Henry Wallon, quien fue contemporáneo a
Piaget pero con una tesis completamente diferente en relación a la emoción
y la cognición. Para este autor la emoción es el núcleo del conocimiento del
niño que se despliega en la acción más propia del reino animal y en particular
en la especie humana, a saber, el juego. Para profundizar se sugiere ver: La
evolución psicológica del niño.
5
Cuando hablamos de sentido nos referimos a una concepción amplia del
mismo, vale decir, al sentido como orientación como también al sentido
como afección. Se recomienda revisar el trabajo de Holzapfel, Cristóbal en
busca del sentido.