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71
Revista Colombiana de Educación
Educación, subjetividades y memoria
en procesos de transición política
Periodicidad: semestral
ISSN: 0120-3916
Revista indexada:
Colciencias en categoría A2
SciELo Colombia
Incluida:
International Bibliography of the Social Sciences, ibss
Educational Research Abstracts, era
Índice de Revistas de Educación Superior e Investigación Educativa, iresie
Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal,
latindex
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Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades, clase
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La Revista Colombiana de Educación es una publicación semestral del Centro de Investigaciones de la Universidad
Pedagógica Nacional que data de 1978 y que ha pretendido ser una publicación de referencia para los estudiosos
de la educación y la pedagogía. El público al que se dirige la revista contempla a los especialistas en temáticas edu-
cativas y pedagógicas, al magisterio en general y a estudiantes universitarios de pregrado y posgrado de las áreas
de educación, ciencias sociales y humanidades.
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Impresión: Javegraf
Bogotá, 2016
N.
71
Revista Colombiana de Educación
Educación, subjetividades y memoria
en procesos de transición política
Bogotá - Colombia
Rector Segundo semestre de 2016
Adolfo León Atehortúa Cruz Julio/Diciembre
Vicerrectora Académica
Piedad Cecilia Ortega Valencia
Vicerrector de Gestión Universitaria
Sandra Patricia Rodríguez Ávila
Vicerrector Administrativo y Financiero
Luis Alberto Higuera Malaver
Preparación editorial
Secretario General Grupo Interno de Trabajo Editorial
Helberth Augusto Choachí González
Coordinadora
Alba Lucía Bernal Cerquera
Directora Revista y Centro Editora de revistas UPN
de Investigaciones ciup Catalina Moreno Correa
Nydia Constanza Mendoza Romero Corrección de estilo
Martha Méndez Peña
Editoras temáticas
Martha Cecilia Herrera Traducción al inglés
Sandra Patricia Rodríguez Ávila Martha Méndez Peña
Traducción al portugués
Coordinadora editorial Iván Darío Puentes
Alba Lucía Bernal Cerquera Ingrid Gonzáves Cruz
Diseño y diagramación
Fredy Johan Espitia Ballesteros
Imagen carátula
Mural estudiantes Universidad
Pedagógica Nacional
Monitores
Élmer Danilo Montes
Carlos Felipe Bravo
Comité editorial
Comité científico
Monográfico
Educación, subjetividades y memoria en procesos de transición política
1 Intersecciones entre
políticas de la memoria
y políticas educativas
Educación y políticas
de la memoria sobre
la historia reciente de
79-108 América Latina
Martha Cecilia Herrera
Carol Pertuz Bedoya
2 Acercamientos en torno a la
enseñanza y aprendizaje
3 Vivencias de violencia política,
resistencia y configuración
del pasado reciente de subjetividades
La memoria y la enseñanza
de la violencia política desde La escuela colombiana: entre
253-278 estrategias audiovisuales. la nuda vida y la biopotencia
383-397 Amanda Cortés Salcedo
Diego H. Arias Gómez
Tito Hernando Pérez
Luis Francisco Guerra
Historia y memoria en
Argentina: análisis de la
dictadura militar (1976-1983)
279-297
a través del cine como
estrategia de intervención
4 In Memoriam: Homenaje a Jaime
Jaramillo Uribe ( 1917-2015)
alternativa en el
escenario escolar
Jaime Jaramillo Uribe: la
Sabrina Mabel Martino
historia, la pedagogía y las
Nicolás Patierno
401-414 ciencias sociales
Martha Cecilia Herrera
Carlos Low
Contents
Revista Colombiana de Educación
Segundo semestre de 2016, edición 71
Monográfico
Educación, subjetividades y memoria en procesos de transición política
1 Intersections Between
Memory Policies and
Educational Policies
Monográfico
Educación, subjetividades y memoria en procesos de transición política
Presentación
Memória hegemônica e
Monográfico
memória social. Tensões e
13-22 desafios pedagógicos em
Educação, subjetividades e 109-135 relação ao passado recente
memória em processos de
no Chile
transição política
Graciela Alejandra Rubio
Um passado desde o
presente. A história e A Ditadura Congelada.
25-52 a política do tempo na Atos escolares, aulas
justiça transicional comemorativas e cartazes
Berber Bevernage sobre a última ditadura
137-161 militar argentina nas escolas
primárias da Província de
Currículo, história e justiça Buenos Aires (2008-2015)
social. Estudo comparativo
53-77 na América Latina Gonzalo de Amézola
Claudia D’Achary
Sebastián Plá
Educação e políticas da
memória sobre a história
recente da América Latina
79-108
Martha Cecilia Herrera
Carol Pertuz Bedoya
2 Aproximações ao ensino e
aprendizagem do passado
3Vivências de violência
política,resistência e
recente configuração de subjetividades
que esta problemática suscita “nos convocan a pensar los discursos histó-
ricos en la escuela como parte del lenguaje de la política educativa y la
Segundo semestre de 2016
política de la memoria”.
Angélica Padilla y Ángela Bermúdez se plantean las posibilidades de
la enseñanza crítica de la historia reciente del conflicto armado colombia-
ISSN 0120-3916
no, como parte de una investigación más amplia sobre Colombia, Estados
Unidos y España, para lo cual hacen un análisis comparativo del tratamien-
to al conflicto armado colombiano, a partir de tres manuales escolares
N.º 71
de reciente edición, con el informe ¡Basta Ya! publicado por el Grupo de
18 Memoria Histórica, al considerar que dicho material también circula en las
instituciones escolares. Para las autoras, el tratamiento dado al conflicto en
estos materiales a partir del análisis de su estructura narrativa, las explica-
ciones de las causas de la violencia y la representación de la experiencia
de las víctimas, indica varias de las limitaciones de los manuales para dar
cuenta de miradas comprehensivas sobre el conflicto, al estar marcados
por la unilinealidad y por miradas que solo dejan entrever la voz del Es-
tado a través de las disposiciones legislativas. En contraste, un documento
como el ¡Basta Ya! permite, según su análisis, mayores posibilidades para
el abordaje pedagógico del conflicto, en la medida en que el tratamiento
histórico es más complejo, al tiempo que además de la voz del Estado se
visibilizan las voces de otros actores sociales, incluidas las de las víctimas.
Según las autoras la intencionalidad de su trabajo investigativo es ayudar
“a las nuevas generaciones a entender críticamente la historia del país, de
manera tal que se normalice el conflicto y se des-normalice la violencia”.
Este artículo lo presentamos tanto en versión en español, como en inglés.
Por su parte, Diego Arias lleva a cabo una reflexión en torno al sentido
político del acto de educar, entendido como la creación de “condiciones
de posibilidad para que los escolares se asuman como sujetos capaces de
modificar su realidad”, para lo cual lleva a cabo algunas reflexiones en
torno a la memoria y a la historia reciente, posteriormente discute las po-
sibilidades que tienen las estrategias audiovisuales para abordar el pasado
reciente en el aula, haciendo aportes específicos respecto a los usos del
cine y del documental político en Colombia. En un sentido similar, Mabel
Martino y Nicolás Patierno se detienen, para el caso de Argentina, en los
usos pedagógicos del cine, al considerar sus potencialidades, para lo cual
hacen un apretado recorrido sobre los principales hitos que han caracteri-
zado la historia reciente Argentina y sus incidencias en el campo educativo
y las formas como esta podría ser abordada a través de la abundante produ-
ción cinematográfica que en Argentina se ha encargado de narrar algunas
de sus aristas.
de manera crítica el país, porque han sido capaces de abordar las proble-
máticas más agudas con un interés académico y político. En un contexto
Segundo semestre de 2016
Traducción
Revista Colombiana de Educación, N.º 71. Segundo semestre de 2016, Bogotá, Colombia.
Para citar: Bevernage, B. (2016). Un pasado desde el presente. La historia y la política del
tiempo en la justicia transicional. Revista Colombiana de Educación, (71), 25-51.
Recibido: 09/09/2015
* Traducción del inglés del artículo: Bevernage, B. (2010). Writing the past out of the present. History
and the politics of time in transitional justice. History Workshop Journal, 69 (1), 111-131.
pp. 25-52
** Assistant Professor of historical theory at the Department of History at Ghent University (Bel-
gium). His research focuses on the dissemination, attestation and contestation of historical
discourse and historical culture in post-conflict situations. He has published in journals such as
History and Theory, Memory Studies, Social History, History Workshop Journal and Rethinking
History. Berber is (co-)founder of the interdisciplinary research forum ‘TAPAS/Thinking About the N.º 71
PASt’ which focuses on popular, academic and artistic dealings with the past in a large variety of
different cultural and social areas. Together with colleagues he established the ‘International Ne-
twork for Theory of History’ which aims to foster collaboration and the exchange of ideas among 25
theorists of history around the world..
Resumen
Una de las tendencias más notables de las últimas décadas en el campo de la justicia
transicional –el ajuste de cuentas colectivo con los legados de violación de los derechos Palabras clave
humanos después de dictaduras o conflictos violentos– es, sin duda, el auge de las lla-
madas “comisiones de la verdad”. Con la creciente inversión política en comisiones de la
verdad, y con la celebración de la verdad histórica a nivel mundial, la historia se ha trasla- memoria; historia; justicia;
dado al centro de la escena de la gestión ético-política del pasado colectivo. Sin embargo, transicional; comisiones de
este enfoque en la historia está lejos de ser una virtud obvia y plantea una pregunta la verdad
simple pero importante: ¿por qué Estados que emergen de un periodo de violencia en los
últimos tiempos han recurrido a la historia con el fin de alcanzar la unidad nacional y la
reconciliación? La respuesta a esta pregunta, propondré, debe buscarse en la relación de
la historia con una determinada “política del tiempo”. En lugar de interpretar la política de
transición en términos de una oposición entre el recuerdo y el olvido, como es costumbre,
mostraré que el campo actual de la justicia transicional representa un espacio de dispu-
ta para dos maneras contrastantes de recordar que se fundamentan en características
temporales opuestas. Las comisiones de la verdad no se apropian de cualquier clase de
recuerdo al azar, sino que apelan específicamente a la historia o, más exactamente, a cier-
to discurso de la historia. Una vez introducido en el campo de la justicia transicional, este
discurso de la historia tiende a entrar en conflicto con la memoria o, más exactamente,
con cierto tipo de memoria. La historia, sostengo, se introduce en el campo de la justicia
transicional no a pesar de una memoria ya superabundante, sino a causa de ella; y el con-
flicto entre ambas se centra en diferentes concepciones del tiempo y de la relación entre
el pasado y el presente. Utilizaré ejemplos de la Comisión Sudafricana para la Verdad y
Reconciliación y de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Sierra Leona.
Abstract
One of the most remarkable trends of the past decades in the field of transitional justice is
undoubtedly the rise of the so-called ‘truth commissions’. With the increasing political in-
Keywords vestment in truth commissions, and with a worldwide celebration of historical truth, history
has moved to centre stage in the ethico-political management of the past. However this
memory; history; focus on history is far from a self-evident virtue and raises a simple but important question:
justice; transitional; truth why recently have states which have come out of a period of violence turned to history in
order to attain national unity and reconciliation? The answer to this question, I argue, must
commissions be sought in history’s relation to a specific ‘politics of time’. Instead of interpreting transi-
tional politics in terms of an opposition between remembering and forgetting, as is often
done, I will show that the current field of transitional justice is an arena for two conflicting
ways of remembering which are driven by contrary temporal features. Truth commissions
do not appropriate any kind of remembrance, at random, but specifically turn to history, or,
more accurately, to a certain discourse of history. Once introduced into the field of transitio-
nal justice, this discourse of history tends to conflict with memory, or, more accurately, with
a certain kind of memory. History, I claim, is introduced into the field of transitional justice
not despite an already overabundant memory but because of it; and the conflict between
the two is centred on different conceptions of time and different conceptions of the relation
between past and present. Throughout this paper we will use illustrations from the South
African and Sierra Leonean Truth and Reconciliation Commissions.
Resumo
Uma das tendenciais mais notáveis das últimas décadas no campo da justiça transicional
–o ajuste de contas coletivo com os legados de violação dos direitos humanos depois das
ditaduras ou conflitos violentos– é, sim duvida, o crescimento das chamadas “comissões
Palavras chave
da verdade”. Com a crescente inversão políticas em comissões da verdade, e com a cele-
bração da verdade histórica ao nível mundial, a história se tem transferida ao centro da cena memória; história; justiça;
da gestão ético-política do passado coletivo. Porém, este enfoque na história está longe de transitório; comissões da
ser uma virtude óbvia e coloca uma questão simples, mas importante: Por quê os Estados verdade
que emergem dum período de violência nos últimos tempos têm recorrido á história com
o fim de conseguir a unidade nacional e a reconciliação? A resposta a esta pergunta, eu
proponho, tem que procurar-se na relação da história com certa “política do tempo”. Em
lugar de interpretar a política de transição em termos duma oposição entre a lembrança e o
esquecimento, como é costume, eu vou mostrar que o campo atual da justiça transicional
representa um espaço de controvérsia para duas maneiras contrastantes de lembrar que
se fundamentam em características temporais opostas. As comissões da verdade não se
apropriam de qualquer de lembrança, mas são referidas mais exatamente á historia ou á
certo discurso da história. Uma vez introduzido no campo da justiça transicional, este dis-
curso da história tende á entrar em conflito com a memória ou, mais exatamente, com certo
N.º 71 tipo de memória. A história, eu prendo, se introduze no campo da justiça transicional não
apesar duma memória já superabundante, mas por causa dela; e o conflito entre as duas
concentrando-se em diferentes concepções do tempo e da relação entre o passado e o
26 presente. Eu vou usar exemplos da Comissão Sul africana para a Verdade e Reconciliação
e da Comissão da Verdade e Reconciliação do Serra Leoa.
U
na de las tendencias más notables de las últimas décadas en el
campo de la justicia transicional –el ajuste de cuentas colectivo
con los legados de violación de los derechos humanos después
de dictaduras o conflictos violentos– es, sin duda, el auge de las llama-
das “comisiones de la verdad”: aquellos cuerpos semijudiciales que, en
contraste con los tribunales penales o tribunales de guerra, no pueden
sentenciar ni castigar, sino que ofrecen un “decir la verdad” oficialmente
sancionado como fuente alternativa de justicia1. La innovación jurídica
de estas comisiones de la verdad es, como se argumenta generalmente,
que crean la posibilidad de abordar el doloroso pasado en situaciones en
las que amnistías o restricciones políticas excluyen la posibilidad de un
proceso penal. Los defensores de las comisiones de la verdad a menudo
afirman que la revelación, el reconocimiento y el recuerdo de la verdad
histórica en sí mismos constituyen una forma de justicia restaurativa, que
representa una valiosa alternativa a la justicia retributiva “dura”2. La fa-
mosa “lucha de la memoria contra el olvido” (véase por ejemplo Truth
and Reconciliation Commission –en adelante, trc–, 1998a) de Milán Kun-
dera, o la afirmación de George Santayana de que “los que olvidan el
pasado están condenados a repetirlo” (véase por ejemplo Tutu, 1999), o
la antigua creencia judía de que “recordar es el secreto de la redención”
(véase por ejemplo Boraine, 2000), son sentimientos que pueden movili-
zarse como justificación para “decir la verdad”. Es común escuchar que
1 Un agradecimiento especial a Bouke Billiet, Maja Musi, Gita Deneckere, Jan Art y Chris
Lorenz. La redacción de este artículo ha sido posible gracias al apoyo de la Research
Berber Bevernage
2 Para un análisis de los argumentos que se utilizan generalmente en defensa de las comi-
siones de la verdad, véase Dyzenhaus (2000) y Gutmann y Thompson (2000).
3 Para una visión general de las comisiones de la verdad más importantes a nivel interna-
cional, véase Hayner (2001).
N.º 71
4 Esta filosofía jurídica fue iniciada en el caso Velásquez Rodríguez en Honduras por
la Corte Interamericana de Derechos Humanos en 1988 y fue adoptada por la onu a 27
mediados de los años noventa. Para una discusión, véase Baets (2002).
Su corolario es un “deber de recordar” por parte del Estado: deber de
posicionarse contra las perversiones de la historia que llevan por nombre
revisionismo o negacionismo, pues la historia de su opresión forma parte
del patrimonio nacional de un pueblo y como tal debe ser preservado.
5 La trc sudafricana, por ejemplo, admitió que su informe contiene un menor número de
nombres que la mayoría de los libros sobre el tema (trc, 1998b).
6 Este término se toma de Soyinka (1999). Jose Zalaquett, abogado y miembro de la Comi-
N.º 71 sión Nacional de la Verdad y la Reconciliación, comenta que la revelación de la verdad
es especialmente importante en situaciones en las cuales los abusos permanecen ocultos
o sin resolver. En el caso del apartheid, escribe, los abusos a menudo son bien conocidos,
28 muy visibles y racionalizados en lugar de ser negados por el Estado. En tales casos, según
él, el reconocimiento es más importante que la verdad (Boraine, Levy y Scheffer, 1997).
posterior compromiso de “perdonar pero no olvidar”, los negociadores
definieron originalmente el concepto político de reconciliación en tér-
minos de amnistía y amnesia. Como señala Doxtader, el propio Nelson
Mandela había definido inicialmente la reconciliación como un estado de
cosas en el que las “injusticias y los agravios del pasado serían enterrados y
olvidados y se forjaría un nuevo comienzo”, y le tomó algunos años revisar
esta opinión para reconciliarse con la idea de que el pasado no se podía
dejar atrás (Nelson Mandela, citado en Doxtader, 2003)7.
Además, algunos comentaristas, incluidos muchos historiadores,
argumentan que a menudo las comisiones de la verdad, en contraste con
su retórica oficial, en realidad sufren de una memoria a corto plazo, lo que
produce una amnesia social en lugar de forjar una memoria propiamen-
te colectiva (Buncy, 2000; Grunebaum-Ralph, 2001). Verne Harris (2002),
por ejemplo, sugiere que las comisiones de la verdad ofrecen “un guiño al
recuerdo en beneficio de un olvido más profundo”, mientras que Anthony
Holiday (2000) sostiene que despliegan una “retórica amnésica”, y Jacques
Derrida, de modo semejante, se pregunta si lo que hacen no constituye
potenciales “ejercicio[s] de olvido” (2002, p. 54). El giro hacia la historia,
por lo tanto, difícilmente puede explicarse por la sola referencia al deseo
de conservar los recuerdos del pasado. La metodología o la epistemología
de la historiografía académica tampoco son de gran interés para las co-
misiones de la verdad. La mayoría de las veces se emplean metodologías
una “verdad de microscopio” y una “verdad del diálogo“, que el juez constitucional y
miembro de la anc, Albie Sachs, introdujo en los debates que precedieron a la Comisión
(citado en Boraine y Levy, 1995). Sin embargo, nociones de verdad muy diferentes funcio-
pp. 25-52
nan en diferentes comisiones de la verdad. Como sostiene Deborah Posel (2008), la reac-
ción de las diferentes comisiones de la verdad a los desafíos epistemológicos planteados
por el concepto de verdad varían, desde el recurso a un “objetivismo fundamentalista” N.º 71
(ella pone el ejemplo de la comisión de la verdad palestina), a una aceptación activa de lo
subjetivo y una “versión reflexiva de decir la verdad, fruto de un examen de conciencia,
librada de la arrogancia de la razón ilustrada” (p. 127). Además del caso de Sudáfrica, 29
Posel da los ejemplos de las comisiones de la verdad de Sierra Leona y Marruecos.
buscarse en la relación de la historia con una determinada “política del
tiempo”. En lugar de interpretar la política de transición en términos de una
oposición entre el recuerdo y el olvido, como es costumbre (véase Minow,
1998), mostraré que el campo actual de la justicia transicional representa
un espacio de disputa para dos maneras contrastantes de recordar que se
fundamentan en características temporales opuestas9. Las comisiones de la
verdad no se apropian de cualquier clase de recuerdo al azar, sino que
apelan específicamente a la historia o, más exactamente, a cierto discurso
de la historia. Una vez introducido en el campo de la justicia transicional,
este discurso de la historia tiende a entrar en conflicto con la memoria
o, más exactamente, con cierto tipo de memoria (Levi, 1989). La historia,
sostengo, se introduce en el campo de la justicia transicional no a pesar de
una memoria ya superabundante, sino a causa de ella; y el conflicto entre
ambas se centra en diferentes concepciones del tiempo y de la relación
entre el pasado y el presente.
Situar la memoria y la historia en el contexto de una política del
tiempo nos permite captar la dimensión de la historia que excede sus fun-
ciones tradicionales de representar el pasado, buscar la verdad y generar
significado: la de su performatividad. Con esto quiero decir que el len-
guaje histórico no solo se utiliza para describir la realidad (el llamado uso
“constatativo” del lenguaje), sino que también produce efectos socio-
políticos sustanciales y que en parte contribuye al estado de cosas que
supone meramente describir (el llamado uso “performativo” del lengua-
je)10. Con el fin de explicar las dimensiones performativas de la historia
tomaré prestadas algunas ideas del filósofo estadounidense Preston King.
Utilizaré ejemplos de la Comisión Sudafricana para la Verdad y Reconci-
liación (trc, por sus siglas en inglés), que fue establecida para registrar los
crímenes del apartheid poco después de las primeras elecciones demo-
cráticas en 1994, y de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de
Sierra Leona (sltrc, por sus siglas en inglés), que comenzó a trabajar en
2002, después de once años de sangriento conflicto. En primer lugar, sin
embargo, permítanme explicar qué es exactamente lo que tengo en mente
Revista Colombiana de Educación N. 71
10 Esta distinción entre el lenguaje constatativo y performativo fue introducida por primera
vez en la filosofía del lenguaje por el filósofo británico J. L. Austin (1962), quien atacó el
enfoque tradicional del lenguaje, que proponía que el uso dominante de los enunciados
lingüísticos es el de realizar afirmaciones sobre la verdad o falsedad de los hechos. Austin
N.º 71 exigió atención a un segundo tipo de forma lingüística: el enunciado performativo, que se
utiliza para realizar una acción. Este tipo de enunciado no describe una realidad indepen-
diente de sí misma, sino que más bien produce activamente esa realidad. Austin ofrece
30 una serie de ejemplos, que incluyen expresiones verbales tales como “Pido disculpas”,
“les doy la bienvenida”, o “nombro este buque Liberté”.
El discurso histórico moderno, la memoria del crimen
y la modernidad “frágil”
11 Para una importante crítica del concepto de modernidad en general, y de sus caracte- 31
rísticas eurocéntricas en particular, véase Cooper (2005).
occidentales dominantes de la historia. Para Koselleck, la modernidad
[Neuzeit] debe ser entendida principalmente como una experiencia radi-
calmente nueva de la historicidad y del tiempo, literalmente, un “tiempo
nuevo” [neue Zeit]. Alrededor de la segunda mitad del siglo xviii, sostiene
Koselleck, las innovaciones tecnológicas y los efectos de lo que más tarde
sería llamado “progreso” dieron lugar a una relación profundamente dis-
continua entre la memoria del pasado de las personas y sus esperanzas
proyectadas hacia el futuro. O, para ponerlo en los términos más abstrac-
tos de Koselleck, se produjo una ruptura entre el “espacio de experiencia”
[Erfahrungsraum] y el “horizonte de expectativas” [Erwartungshorizont].
Hasta principios del siglo xviii, afirma, las expectativas de la gente acerca
del futuro y sus experiencias del pasado estaban estrechamente entre-
lazadas, de manera que el futuro solo podía imaginarse como una con-
tinuación del pasado experimentado12. Durante el periodo siguiente, en
cambio, se llevó a cabo una ruptura cada vez mayor entre la experiencia y
la expectativa, lo que llevó a una percepción generalizada de aceleración
histórica que Koselleck describe como la temporalización [Verzeitlichung]
de la historia (2004). El autor sugiere que durante este periodo el tiempo
ganó una cualidad propiamente histórica. Ya no es simplemente el medio
en el que ocurren todas las historias. A partir de entonces la historia ya
no se produce en el tiempo, sino a través de él: “El tiempo se convierte en
una fuerza dinámica e histórica por derecho propio” (p. 236).
El inicio de la modernidad también tuvo efectos significativos sobre
el modo en que se imagina el pasado mismo13. Por un lado, Koselleck de-
muestra que la llegada de expectativas radicalmente nuevas sobre el futu-
ro resultó en un cambio de valencia del estudio del pasado. El estudio del
pasado ya no podía legitimarse convincentemente como fuente de leccio-
nes vitales para la vida presente o futura, lo que provocó que la alguna
vez influyente perspectiva de la Historia magistra vitae [la historia maestra
de la vida] se disolviese lentamente. Por otra parte, fue precisamente el
12 Por supuesto, admite Koselleck, no puede decirse que esto ocurra para todos los estra-
Revista Colombiana de Educación N. 71
crearon nuevas expectativas mucho antes de la segunda mitad del siglo xviii.
13 Desde luego, se puede dudar de si el desarrollo de cosas tan importantes como los mo-
dernos conceptos de tiempo y de historia pueden datarse claramente en una década
ISSN 0120-3916
como afirma Koselleck, y podría ser más seguro tomar las fechas mencionadas como
fundamentalmente simbólicas o elegir una delimitación cronológica menos precisa,
como lo hace Lynn Hunt (2008), quien establece que un nuevo concepto de tiempo se
afianzó en etapas sucesivas entre finales del siglo xvii y mediados del xix. Sin embargo,
N.º 71 la idea de Reinhart Koselleck de un Sattelzeit, o un punto de inflexión, a partir de me-
diados del siglo xviii hasta mediados del siglo xix (cuando las concepciones de tiempo
e historia cambiaron radicalmente) encuentra confirmación en el trabajo más recien-
32 te de otros pensadores importantes. Véanse, por ejemplo, Hartog (2003) y Fritzsche
(2004).
“descubrimiento” del progreso lo que trajo consigo el “descubrimiento”
del mundo histórico:
14 Koselleck no está solo en subrayar esta dependencia de la escritura moderna de la historia N.º 71
de la experiencia de una discontinuidad histórica. Michel de Certeau (1988), por ejem-
plo, también ha señalado que la historiografía occidental moderna solo pasó a existir con
la efectivización de la diferenciación moderna entre presente y pasado, con la cual un 33
pasado objetivado podría estudiarse desde el punto de vista de un presente autónomo.
sobre las catástrofes de origen humano”, son determinantes en este sentido
(Torpey, 2006, p. 19). Pero al mismo tiempo, también debe considerarse
como factor importante la presencia de la memoria, o más exactamente
de un cierto tipo de memoria que, tomando prestado un término de Primo
Levi (1989), describiré como “la memoria de los ultrajes”. Levi la describe
como un recuerdo de “las experiencias extremas, de las injurias sufridas o
infligidas”. Afirma que no se trata solo de una cuestión de recordar expe-
riencias traumáticas del pasado, sino más bien de que la memoria puede
ser traumática en sí misma, pues puede seguir siendo dolorosa o perturba-
dora, incluso después de varias décadas.
Este tipo de memoria puede oscurecer la línea divisoria entre el pa-
sado y el presente que, como acabamos de ver, se encuentra en la raíz
misma de la conciencia moderna del tiempo y la historiografía académi-
ca moderna. Por ejemplo, Gabrielle Spiegel (2002) afirma que la memoria
judía post-Holocausto entra en conflicto con la empresa moderna de la
historiografía precisamente porque reencarna, resucita, recicla el pasado,
y al hacerlo, se niega a mantener el pasado en el pasado. En la misma
línea, Lawrence Langer ha afirmado que la memoria de las atrocidades
tiende a desarrollar un “tiempo duracional” que perturba el tiempo cro-
nológico (1995).
Cuando actúan como fuerza social, las “memorias de los ultrajes” de
hecho pueden reformular las concepciones de tiempo, de manera que este
ya no se conceptualice como un “medio de cambio”, y el paso del tiempo
ya no asegure una “distancia” entre el pasado y el presente (Gumbrecht,
2006). En los últimos tiempos hemos podido observar este fenómeno en
muchas situaciones diferentes. La influencia de grupos de víctimas organi-
zados y altamente visibles y “emprendedores de la memoria”, por ejemplo,
a menudo da lugar a una experiencia que acentúa la proximidad del
pasado15. Como observa un comentarista,
N.º 71
15 Según Bain Attwood, la noción de una distancia temporal que separa el pasado y el
presente –un “distanciamiento histórico” en sus palabras– no es solo cuestionada por la
34 memoria traumática, sino en varios aspectos también por la difusión de la práctica de
la historia oral (2008, p. 80).
una incómoda “presencia”. Así mismo, los defensores de las políticas de
reparación a menudo insisten en la persistencia obstinada de las injusti-
cias históricas. Wole Soyinka, el nigeriano ganador del Premio Nobel de
Literatura, por ejemplo, sustenta sus bien conocidos reclamos de repara-
ción para el comercio transatlántico de esclavos a través de una lectura del
pasado africano como una “continuidad diabólica” en la que las antiguas
empalizadas de esclavos parecen nunca desaparecer (1999, p. 20).
Propongo entonces que el peculiar giro hacia el discurso histórico
moderno en el campo de la justicia transicional debe situarse precisa-
mente en este contexto ambiguo de una “modernidad lábil” y una creen-
cia endeble en la posibilidad de una ruptura radical entre el pasado y el
presente. Con base en lo que hemos llamado el discurso histórico moder-
no, sugiero, las comisiones de la verdad tienen por objeto la restauración
o creación de una conciencia moderna del tiempo, que confirme una
disyunción característicamente modernista entre pasado y presente. A su
vez, esta idea del tiempo es profundamente cuestionada por las “memo-
rias de los ultrajes”, que se niegan a dejar pasar el pasado, y que insisten
en que el pasado “acecha” cotidianamente al presente. Aunque creo que
la emergencia internacional de comisiones de la verdad resulta de un
reconocimiento implícito –a veces incluso explícito– del problema del
“pasado acechante”, sostengo que estas comisiones recurren al discurso
histórico moderno precisamente porque se niegan a la idea de la “presen-
16 Para una discusión detallada del escepticismo del discurso histórico moderno acerca de N.º 71
la “presencia” o “persistencia” del pasado, véase Bevernage (2008). Téngase en cuenta
que en el momento en que escribí este artículo todavía tenía una visión ligeramente
diferente acerca de la relación entre las comisiones de la verdad y el discurso de la 35
historia.
de la Constitución provisional de Sudáfrica de 1993, la cual establecía
que la reconstrucción y la reconciliación nacionales habían creado la ne-
cesidad de comprensión y reparación, en lugar de venganza, represalias
o victimización. Significativamente, se estableció formalmente en 1995
mediante una iniciativa parlamentaria denominada “Ley de Promoción
de la Reconciliación y Unidad Nacional”.
El cuerpo, conformado por diecisiete miembros, fue presidido por
el arzobispo anglicano Desmond Tutu y tuvo uno de los mandatos más
extensos para una comisión de la verdad hasta la fecha, con el fin de
investigar las violaciones de los derechos humanos durante la época del
apartheid, entre 1960 y 1994. Subdividido en tres comités interrelacio-
nados (el Comité de Violaciones a los Derechos Humanos, el Comité de
Reparaciones y Rehabilitación y el Comité de Amnistía), se ocupó tanto
de los testimonios de las víctimas como de la necesidad de reparaciones.
Polémicamente, también le había sido conferido el derecho de conceder
amnistías individuales a los perpetradores de crímenes motivados políti-
camente. En 1998, después de reunir casi 23.000 testimonios de víctimas
y testigos, y de recibir más de 7000 solicitudes de amnistía por parte de
perpetradores, la Comisión publicó un informe final de cinco volúmenes
y más tarde, en 2002 y 2003, añadió otros dos. Tanto en las diversas co-
municaciones de la trc lo largo de su periodo de trabajo activo –durante
el cual recibieron una intensa cobertura de los medios de comunicación–
y en su informe final, la Comisión extendió la conocida idea de la “nación
arco iris”, de Desmond Tutu, basada en el reconocimiento del valor de la
reconciliación, y en la noción bantú de Ubuntu.
Al menos en la misma medida en que para el caso de Sudáfrica, los
objetivos de paz social y construcción de la nación eran centrales para la
Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Sierra Leona (sltrc). La ini-
ciativa para la creación de la sltrc fue tomada ya durante las negociacio-
nes de paz de Lomé en 1999, aunque un resurgimiento de las hostilidades
en 2000 retrasó considerablemente su comienzo. Hubo que esperar hasta
2002 antes de que la Comisión de hecho comenzara a trabajar, y se man-
Revista Colombiana de Educación N. 71
tuvo activa hasta 2004 (O’Flaherty, 2004)17. La sltrc se apoyó en gran me-
dida en el ejemplo de su predecesor sudafricano. Al igual que la trc, esta
Segundo semestre de 2016
19 El siguiente material se toma de Transcripts of TRC Public Hearings, recuperado de: http:// 39
www.trcsierraleone.org/drwebsite/publish/index.shtml (consultado en abril de 2008).
pasado de la nación. Posteriormente, sin embargo, su tono cambió y pasó
a poner menos énfasis en la necesidad de recordar (por lo menos para los
individuos), y se limitó a instar a las víctimas a perdonar y reconciliarse
con los perpetradores. Hacia el final de las audiencias, algunos comisio-
nados incluso deseaban a las víctimas que tuvieran la “esperanza y el
coraje para seguir adelante y olvidar el pasado”, o afirmaban directamente
que la Comisión de hecho les solicitaba que “perdonasen y olvidasen”. En
repetidas ocasiones se afirma que lo más importante es el progreso de la
nación: “todo lo que queremos es la reconciliación para que el pasado
sigua siendo el pasado, y todos sean capaces de trabajar hacia el progre-
so y el desarrollo”.
24 Debe tenerse en cuenta, por supuesto, que Asmal está hablando aquí acerca de la con-
ciencia histórica de una gran parte de la población de Sudáfrica y no específicamente
sobre los puntos de vista de las víctimas directas o los autores materiales de las atroci- N.º 71
dades del apartheid. El fragmento citado es relevante, sin embargo, debido a que la trc
y su discurso histórico moderno nunca fueron exclusivamente dirigidos a las víctimas
directas o a los perpetradores de abusos contra los derechos humanos, sino también a 43
la población de Sudáfrica en general.
experiencias de las personas será útil retornar a preguntas más abstractas
respecto de las relaciones entre el pasado y el presente. Según Preston King
(2000), la mayoría de nuestras dificultades para comprender la idea de un
pasado que continúa vivo en el presente descansan en una cierta confusión
sobre lo que entendemos por presente y pasado. Con el fin de clasificar los
diferentes significados que atribuimos a estas nociones correlativas pero
mutuamente excluyentes, King distingue entre un “tiempo cronológico”,
lo que significa una secuencia temporal abstracta, y un “tiempo substan-
tivo”, que se refiere a una secuencia concreta de eventos. Basándose en el
tiempo cronológico, se pueden discernir dos sentidos del presente, cada
uno definido por su duración: el “presente instantáneo” y el “presente
extendido”. Ambos presentes se encajan entre el pasado y el futuro y tie-
nen un carácter puramente cronológico. Pero el primero se define como el
instante más pequeño posible que divide al pasado y al presente, mientras
que el segundo se refiere a un periodo más prolongado (por ejemplo, un
día, un año, un siglo), cuyos límites se eligen arbitrariamente, pero que
otorgan al presente algún cuerpo o profundidad temporal. Debido a la falta
de sentido y al carácter arbitrariamente cronológico de estos presentes y
sus correspondientes pasados, los historiadores suelen utilizar un marco
más sustantivo de referencia basado en criterios que no son temporales.
Una de estas nociones sustantivas es la de “presente en desarrollo”. Un
evento seleccionado (una negociación, la depresión, la guerra, etc.) deli-
mita un presente mientras se está desarrollando; cuando el evento se con-
cibe como completado, el tiempo en el que se ha desarrollado se llama
pasado. King señala que este es el único sentido en el que se puede decir
que un pasado particular está “muerto” o “zanjado”. Sin embargo, advierte
de inmediato que cualquier proceso que se considera completado siempre
contiene otros subprocesos que están incompletos. Por lo tanto, es muy
difícil impedir que cualquier pasado efectivo sea parte del presente actual-
mente en desarrollo, trabaje en él o tenga influencia sobre él.
Además de los tres presentes ya descritos (instantáneo, extendido y
en desarrollo), King menciona un cuarto presente, que él llama “presen-
Revista Colombiana de Educación N. 71
derridiana del forense que certifica la muerte con el fin de causarla: “decla-
rar la muerte solo con el fin de dar la muerte” (Derrida, 1994).
pp. 25-52
parece haberse convertido en una forma generalizada de tratar con el pasado del apartheid
en Sudáfrica. Chana Teeger y Vered Vinitzky-Seroussi (2007) han argumentado que el Mu-
seo del Apartheid de Sudáfrica –el primer museo dedicado enteramente a contar la histo-
ria del apartheid– intenta crear una conmemoración consensual divorciando de manera
consistente el (horrible) pasado del (esperanzado) presente y resistiendo líneas narrativas
N.º 71 que ponen de relieve la importancia del pasado para cuestiones y debates presentes.
26 La jurisdicción de la sltrc se limitó al periodo entre 1991 y 1999. La de la Corte Especial,
46 por razones principalmente pragmáticas solo comienza en 1996 y, como dato revelador,
no incluye fecha de fin.
Conclusión: Nosotros las víctimas y sobrevivientes
declaramos que el pasado está en el presente
N.º 71
27 Paul Ricoeur (1988) habla de la “ontología negativa” de la historia. Paul Ricoeur, Time
and Narrative, 3, Chicago, 1988, p. 147. Véase también Certeau (1973). 47
28 La expresión “lenguaje de la fidelidad” se utiliza en Booth (2001, pp. 777-791).
Este mecanismo, sin embargo, no ha escapado a las críticas. En
Sudáfrica, por ejemplo, las víctimas y los sobrevivientes reclaman que se
les ha negado la justicia, que se rompieron las promesas de reparación
y que muchos de los que desnudaron sus almas han sido relegados a los
márgenes de la sociedad. Su lucha continua para ser reconocidos como
ciudadanos de la nación y como parte integrante de la “nueva Sudáfri-
ca” se puede interpretar como una crítica al funcionamiento de la trc y,
más abstractamente, de la política de tiempo que representó. El Grupo
de Apoyo Khulumani –una organización que representa a alrededor de
44.000 víctimas y sobrevivientes de la violencia de la era del apartheid–
señala las “asignaturas pendientes” de la trc, y la “locura de pensar que
la demanda de rendición de cuentas se desvanecerá con el tiempo”. No
deberían ser los perpetradores los que anuncien que ha llegado el mo-
mento de olvidar los horrores de un pasado que sigue vivo en el presen-
te”, escriben. “Son las víctimas las que debería anunciar que ha llegado
ese momento”. Si bien apoyan los objetivos de la construcción de la
nación y de la reconciliación, llaman a todos los ciudadanos sudafrica-
nos a “aceptar que el pasado no ha pasado todavía”, y “declarar que ese
pasado está en el presente” (Khulumani Support Group, s. f.).
Mientras el distanciamiento simbólico del pasado puede ayudar a
“nuevas naciones” a crear un presente simultáneo, el discurso histórico
moderno tiende también a declarar fuera de ese presente a partes de la
población: esto plantea la cuestión de si el recurso a la historia por parte
de las comisiones de la verdad con el fin de pacificar el pasado no puede
también pagar como precio a la memoria y la justicia.
Revista Colombiana de Educación N. 71
N.º 71
48
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pp. 25-52
N.º 71
52
Currículo, historia y justicia social.
Estudio comparativo en
América Latina
Artículo de investigación
Revista Colombiana de Educación, N.º 71. Segundo semestre de 2016, Bogotá, Colombia.
Para citar: Plá, S. (2016). Currículo, historia y justicia social. Estudio comparativo en
América Latina. Revista Colombiana de Educación, (71), 53-77.
Recibido: 22/02/16
Evaluado: 26/02/16
pp. 53-77
N.º 71
* Profesor de la Universidad Pedagógica Nacional en México y profesor de Enseñanza de la Historia
en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Doctor en Pe-
dagogía por la Universidad Nacional Autónoma de México y licenciado en Historia por la Universidad 53
Iberoamericana. Correo electrónico: sebastianpla@gmail.com
Resumen
El presente artículo compara las narraciones acerca de los procesos de conquista
y colonización de los siglos xv y xvi en Chile, México, Ecuador y Bolivia en sus Palabras clave
programas de estudio vigentes para la educación obligatoria. Lo hace desde los
conceptos de estrategia afirmativa y estrategia transformativa de la filosofía po-
lítica de Nancy Fraser. El objetivo es observar el potencial deconstructivo de las
justicia social; educación
relaciones simbólicas de poder en las narraciones históricas y analizar qué pro- obligatoria; enseñanza de
yecto educativo responde mejor a las exigencias de reconocimiento de los grupos la historia; América Latina,
subalternos como parte de la lucha por la justicia social en estos cuatro países relevancia
latinoamericanos. Los resultados muestran que Chile y México tienen un proyecto
curricular afirmativo basado en principios de justicia surgidos de ciertas interpre-
taciones del liberalismo social. Por el contrario, Ecuador en menor grado y Bolivia
en mayor, son propuestas curriculares potencialmente transformativas basadas en
luchas descoloniales por la justicia social. Es un estudio cualitativo, comparativo y
de carácter documental.
Abstract
This article makes a comparative study of the historical narratives about the pro-
Keywords cesses of conquest and colonization in the sixteenth and seventeenth centuries
in current curricular programs for compulsory education in Chile, Mexico, Bolivia
and Ecuador. The analysis is grounded in Nancy Fraser’s concepts of affirmative
social justice; compulsory
and transformative strategies in political philosophy. The aim is to observe the
education; history teaching; deconstructive potential of symbolic power relations in historical narratives and
Latin America; relevance analyze how each educational project responds to subaltern groups’ demands for
recognition, as part of the struggle for social justice in these four Latin American
countries. The results show that Chile and Mexico have an affirmative currículum
project based on principles of justice arising from social liberalism. Conversely
Ecuador and, especially, Bolivia have potentially transformative curricula based
on decolonial struggles for social justice. This is a qualitative, comparative and
documentary study.
Resumo
O presente artigo compara as narrações sobre os processos da conquista e coloni-
zação dos séculos xv e xvi no Chile, México, Equador e Bolívia em seus programas Palavras chave
de estudo vigentes para a educação obrigatória. O trabalha desde os conceitos
de estratégia afirmativa e estratégia transformativa da filosofia política da Nancy justiça social; educação
Fraser. O objetivo é observar o potenciai deconstructivo das relações simbólicas do
obrigatória; ensinança da
poder nas narrações históricas e analisar o que projeto educativo responde melhor
ás exigências do reconhecimento dos grupos subalternos como parte da luta pela historia; América Latina;
justiça social nestes quatro países latino-americanos. Os resultados mostram que relevância
o Chile e México tem um projeto curricular afirmativo com base nos princípios de
justiça surgidos de certas interpretações do liberalismo social. Pelo contrário, Equa-
dor em menor grau e Bolívia em maior, são propostas curriculares potencialmente
transformativas com base nas lutas decoloniais pela justiça social. É um estudo
qualitativo, comparativo e documental.
N.º 71
54
Introducción1
L
a educación como elemento de la justicia social y como agente para
su consecución es algo que defienden tirios y troyanos. O en térmi-
nos más contemporáneos y acordes a nuestra región, por descolo-
niales2 y neoliberales. Las causas se deben en parte a la maleabilidad que
ofrece el tema para la demagogia, pero también a los principios políticos,
económicos y filosóficos que componen las definiciones de justicia so-
cial y de educación. La pluralidad de enfoques se observa en la variedad
temática y metodológica desde la que se ha estudiado el tema, aunque
por lo general predominan los estudios cuantitativos que focalizan su
energía en los tópicos de cobertura, exclusión, retención o eficiencia ter-
minal entre otros. En menor grado se estudian las complejidades que im-
plican los contenidos curriculares como problema de justicia social o, en
su caso, la mirada hegemónica de los contenidos se concentra en la rela-
ción entre calidad educativa y resultados de aprendizaje. Estos estudios,
en los que dominan los institutos nacionales de evaluación o los organis-
mos internacionales dedicados a la evaluación, parten del supuesto de
que el tipo de conocimiento que se evalúa es resultado de un consenso a
nivel global. Ante el predominio de estas dos visiones, en especial de la
última, considero importante problematizar el tipo de conocimiento que
se prescribe y observar los procesos de exclusión simbólica que produ-
cen para llevar la relación entre justicia social y educación a derroteros
comúnmente soslayados.
Problematizar los tipos de conocimiento que se prescriben en los sis-
1 Este trabajo no hubiera sido posible sin el apoyo de Lucero San Vicente, Ixchel Romero,
Ingrid de la Luz Bastida y Adolfo Ávila.
N.º 71
2 A lo largo del texto aparecerán los términos descolonial y decolonial. El primero hace
referencia a las propuestas políticas y educativas de Ecuador y Bolivia, ya que lo utili-
zan así. El segundo hace referencia al movimiento teórico latinoamericano de autores 55
como Aníbal Quijano, Arturo Escobar y Walter Mignolo entre otros.
tangiblemente se puede ver es en las dedicadas a la enseñanza de las cien-
cias sociales, la historia, la geografía y la formación ciudadana. Por esto y
para focalizar mi estudio, en el presente artículo me concentro en una sola:
la historia.
Con base en lo anterior, las preguntas que guían mi investigación pue-
den formularse así: ¿Cómo reproducen o dislocan los contenidos históricos
para la educación obligatoria las desigualdades simbólicas hegemónicas
en una sociedad? Y ¿qué propuestas curriculares para la enseñanza de la
historia se aproximan más, por lo menos potencialmente, a la educación
como justicia social?
Para dar respuesta a estas preguntas he realizado un estudio de educa-
ción comparada sobre las narraciones históricas curriculares dedicadas a
la conquista de América y a los procesos de colonización en cuatro países
latinoamericanos: México, Chile, Bolivia y Ecuador. Los criterios de selec-
ción de estas repúblicas fueron dos: por un lado la continuidad y ruptura
de los programas de estudio para la educación obligatoria actuales con el
proceso de reformas educativas vivido en la última década del siglo xx en
la región. México y Chile muestran mayor continuidad, mientras que Ecua-
dor y Bolivia tratan de generar una ruptura. En segundo lugar se tomaron
en cuenta los principios generales de justicia social que subyacen en los
sistemas educativos. Chile y México son defensores de lo que podría deno-
minarse liberalismo social e incluso neoliberal, mientras que los otros dos
se pueden ubicar en visiones descoloniales de la justicia social. Esto per-
mite establecer dos grupos fácilmente comparables. Por su parte, el con-
tenido de conquista de América se seleccionó con base en tres criterios:
(1) es un acontecimiento que sufrieron los cuatro países estudiados; (2) es
un contenido histórico trabajado en los cuatro programas de estudio, y
(3) es un contenido socialmente vivo (Legardez, 2003; Santisteban, 2010).
Las fuentes utilizadas fueron varias, desde la Constitución Política de cada
uno de estos cuatro países hasta los planes de estudio de primaria y educa-
ción media, libros de texto y guías para el docente.
La relación entre los contenidos históricos y la justicia social se esta-
Revista Colombiana de Educación N. 71
Nancy Fraser. Esta autora considera que no hay justicia social si no hay
pp. 53-77
2008, p. 8).
tiene por sujeto a los alumnos y alumnas, sus características, y sus co-
nocimientos y experiencias previas. Centrar el trabajo pedagógico en
el aprendizaje exige una enseñanza que desarrolla estrategias pedagó-
gicas diferenciadas y adaptadas a los diversos niveles, ritmos y estilos
de aprendizaje de los alumnos y alumnas (Ministerio de Educación de
Chile, 2013a, p. 6).
Chile
México
Los programas de estudio en México para la educación básica y obliga-
toria llevan veinticinco años en reformas permanentes. A lo largo de estas
dos décadas y media los pueblos indígenas fueron ganando peso en los
programas de estudio, fundamentalmente por el movimiento del Ejército
Zapatista de Liberación Nacional (ezln), que desde 1994 tiene una pre-
sencia central en el tema indígena, pero también por el largo proceso de
transición del sistema educativo basado en una identidad homogénea y
centralizada, a imagen del sistema francés, hacia la idea cada vez más
descentralizada y con base en las políticas de identidad de corte anglosa-
jón. El resultado es que el Acuerdo 592 de 2011 que define el currículo
considera dentro de la relevancia la atención a la diversidad, con especial
énfasis en las culturas indígenas. A pesar de que este reconocimiento es
parcialmente transformativo, la exclusión cognitiva y las estructuras narra-
tivas de los currículos históricos escolares son una estrategia afirmativa.
La exclusión cognitiva se puede observar en el enfoque de la enseñan-
za de la historia y en general en toda la Educación Básica y la Educación
entero de la mano del imperialismo británico y francés del siglo xix. Como
pp. 53-77
del mundo, mucho más allá de Occidente y más que el caso boliviano,
como veremos.
A pesar de estas inclusiones, el racismo en el sistema educativo
N.º 71
mexicano y en la enseñanza de la historia es añejo, abarca a sectores
66
mucho más amplios que las comunidades indígenas y no ha sido lineal
a lo largo de la historia (Rodríguez y Velasco, 2014). Por ejemplo, en el
estudio de Dolores Ballesteros se demuestra cómo el impulso del mo-
vimiento zapatista y las políticas internacionales por el reconocimiento
a la multiculturalidad provocaron que los contenidos curriculares para
educación secundaria incluyeran más temas sobre los indígenas y los
afromexicanos, pero también demuestra cómo en 2011 hubo una nueva
disminución del tema. Asimismo sus formas de representación en los li-
bros de texto de secundaria (Ballesteros, 2015) y de primaria (Pacheco y
Navarro, 2011) siguen siendo excluyentes, en la medida en que solo ven
la diversidad con relación al mito fundacional mestizo y se ubican en la
subalternidad, pues poco o nada se les da voz a los grupos marginados
(Young, K., 2010).
La subalternidad, la oposición binaria unidad/diversidad –que pue-
de traducirse mestizo/indígena– y la historia edulcorada de la integración
económica mundial son similares a la estructura chilena, con la diferencia
de que lo occidental es ocupado en México por la globalización o la in-
tegración de México al mercado mundial. Por estas razones es claro que
aunque los programas de historia promueven una reducción del eurocen-
trismo y que incluso la Constitución Política reconoce la pluralidad cultu-
ral, todavía el relato histórico del currículo promueve acciones afirmativas
que no favorecen la paridad participativa desde el derecho a la diferencia
en la sociedad, pues la relevancia del contenido no está en el reconoci-
miento de la diversidad, sino en la explicación de la integración económica
y del conjunto de habilidades cognitivas que permiten tener éxito en él.
Ecuador
el estudio de
Segundo semestre de 2016
más amplias. Cada uno de los contenidos que hemos trabajado aquí son
“Destrezas con criterios de desempeño”, es decir, la destreza como “la
expresión del ‘saber hacer’ en los estudiantes, que caracteriza el domi- N.º 71
nio de la acción” y los criterios de desempeño como la orientación y la
69
precisión del “nivel de complejidad en el que se debe realizar la acción,
según condicionantes de rigor científico-cultural, espaciales, temporales,
de motricidad, entre otros” (Ministerio de Educación de Ecuador, 2011,
p. 11). Descrito así parece un currículo por competencias heredado de las
reformas curriculares neoliberales de finales del siglo pasado. Las nuevas
interpretaciones históricas descoloniales se colocan dentro de un molde
global de competencias, destrezas o criterios de evaluación como si lo
pedagógico y el diseño curricular en su conjunto no fueran tan políticos y
necesitados de deconstrucción como las interpretaciones del pasado. Un
molde afirmativo con contenido transformativo.
Bolivia
N.º 71
74
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N.º 71
77
Educación y políticas de la
memoria sobre la historia reciente
de América Latina*
Artículo de investigación
Revista Colombiana de Educación, N.º 71. Segundo semestre de 2016, Bogotá, Colombia.
Para citar: Herrera, M. C., y Pertuz, C. (2016). Educación y políticas de la memoria sobre la
historia reciente de América Latina. Revista Colombiana de Educación, (71), 79-108.
Recibido: 12/01/16
Evaluado: 9/02/16
31/01/16
* El artículo condensa uno de los capítulos de los resultados de la investigación Educación y polí-
ticas de la memoria en América Latina. Financiada por la Universidad Pedagógica Nacional para
pp. 79-108
Abstract
This article presents research results about memory policies concerning political
Keywords violence in the recent history of Latin America, and their articulations with educa-
tion. It explores some of their particularities in Chile, Argentina and Colombia, taking
distance from the paradigm of victim-subject which has largely prevailed in official
memory policies; educational
memory policies.
policies; political culture;
Latin America
Resumo
Palavras chave
O artigo apresenta os resultados da investigação acerca das políticas da memória
sobre a violéncia política que ocorreu na história recente de América Latina e suas políticas da memória; polí-
articulações com os domínios da educação. Auscultam-se algumas de suas parti- ticas educacionais; cultura
cularidades no Chile, na Argentina e na Colômbia, afastando-se do paradigma do
política; América Latina
sujeito-vítima que pautou uma parte considerável das políticas de memória oficiais.
N.º 71
80
Las sombras del pasado/presente: violencia política
y pedagogías del miedo
A
l abordar el análisis de la historia reciente de América Latina y los
fenómenos de violencia política a ella asociados desde la década
de los 70, una de las problemáticas que emerge, para el caso de
Chile y Argentina bajo el peso de las dictaduras, y para el caso de Colom-
bia bajo medidas de excepcionalidad en el marco de una democracia res-
tringida, tiene que ver con las secuelas de la represión desplegada por el
terrorismo de Estado en las subjetividades, expresada, entre otras, a través
de la instauración de lo que muchos han nombrado como una “pedagogía
del miedo” (Clara, 2008), una “cultura del miedo” (Acosta, 2001; Lechner,
1990; Rubio 2013), una “pedagogía de la sospecha” (Mariño, 2006), o
el “miedo a la democracia” (Grupo de Memoria Histórica, 2013a) que
penetró de diversas maneras en los intersticios del tejido social y afectó la
esfera política y cultural, así como la cotidianidad y las formas como los
sujetos se pensaban y se relacionaban, recomponiendo en varios sentidos
las culturas políticas y afianzando algunos de sus componentes autorita-
rios, obturando, de paso, las posibilidades de participación política y el
desarrollo del pensamiento crítico y de proyectos emancipatorios, pero
sin impedir por ello la emergencia de intersticios que posibilitaron actos
de oposición y resistencia.
En los debates adelantados en el parlamento chileno sobre la ley de
Se abre una nueva etapa en materia de derechos humanos para Chile; co-
Martha Cecilia Herrera / Carol Pertuz Bedoya
mienza el tiempo de la reflexión –que tanta falta nos hace–, del diálogo y
de la construcción social de la verdad. De ello depende que cada uno de
los chilenos nos libremos de los hábitos y conductas aprendidas en la pe-
dagogía del miedo que impuso el gobierno autoritario, miedo que nun-
ca deberá repetirse (Muñoz, citado por Lira y Loveman, 2005, p. 137).
que el miedo ha dejado en el tejido social, pero constituye, sin duda, una
puerta de entrada, puesto que este tipo de tecnologías condensa aspectos
Segundo semestre de 2016
ellos. Desde este ángulo, Ricard Vinyes (2009) diferencia las categorías
de memoria pública, política pública de memoria y memoria oficial. Para
el autor la memoria pública se refiere a:
Segundo semestre de 2016
Chile
poder por la entrada oficial a la clase política del país” (Wilde, 2007, p. 4).
En marzo de 1990 Patricio Aylwin, socialdemócrata, asumió la presiden-
ISSN 0120-3916
mañana sin ayer, resaltaba la defensa de los derechos humanos como signo
de identidad fundacional de la coalición de gobierno y como basamento
N.º 71
para el fortalecimiento de una cultura política democrática.
Durante el primer mandato de Michelle Bachelet (2006-2010) se dio 87
continuidad a esta política y se inauguró el Museo de la Memoria y los
Derechos Humanos en Santiago (2010). En 2011, bajo la presidencia de
Sebastián Piñera (primer presidente de tendencia derechista), se dio a co-
nocer el informe de la Comisión Presidencial Asesora para la Calificación
de Detenidos, Desaparecidos, Ejecutados Políticos y Víctimas de Prisión
Política y Tortura, creada en 2009, conocida como Comisión Valech II. Esta
comisión pretendía, en cierta medida, concluir el ciclo iniciado con la
Transición en la búsqueda de verdad, justicia y reparación, como lo men-
cionó Piñera al afirmar la voluntad de que “el cierre de este proceso y el
reconocimiento que realiza, contribuya a la consolidación de una socie-
dad chilena capaz de construir una convivencia democrática basada en
la tolerancia y el respeto por los derechos humanos de cada persona” (La
Nación, 26 de agosto de 2011).
Para Jaume Peris la fórmula de reconciliación y consenso que preva-
lece en la política de memoria oficial llevó, entre otras, a que el informe
Valech se refiriera a los acontecimientos ocurridos bajo la dictadura en una
clave retórica que los deshistorizó, al inscribirlos en una suerte de disfun-
ción psicológica colectiva que eludía “la mirada de la productividad social
de la violencia y de su rol en la constitución de la sociedad chilena actual”
(2009, p. 72). Así, pese al énfasis del informe en las víctimas y su apoyo
en los testimonios de los sobrevivientes, estas no contaron con un lugar
de decisión ni de visibilidad en las políticas públicas, pues su presencia se
tornaba incómoda frente a una actitud que prefería el olvido del pasado en
lugar de una mediación histórica que lo tramitase. De este modo, al inscri-
bir la violencia de Estado en el paradigma de los derechos humanos, bajo
una idea omnicomprensiva de la violencia, se le despojó de su centralidad,
siendo esta la misión que la comisión tenía asignada bajo su mandato
(Peris, 2008, p. 279).
Por su parte, Nelly Richard (2010) interpela en sus escritos las polí-
ticas de memoria desplegadas a lo largo de estas décadas y señala como
ellas encauzaron los usos del recuerdo a favor de una política de recon-
ciliación nacional que invisibilizó las expresiones que “hacían ruido” a
la idea del consenso puesto en marcha por los gobiernos de la Concer-
Revista Colombiana de Educación N. 71
guiente:
Argentina
Las presiones ejercidas por los militares, así como sectores de la de-
recha que tenían algún tipo de compromiso con lo ocurrido entre 1976 y
1983, condujeron –transcurrida la década– a la emanación de las leyes
Punto Final (Ley 23492 sancionada en 1986) y Obediencia Debida (Ley
23521 sancionada en 1987), que paralizaron los procesos iniciados con
el Juicio a las Juntas, proceso que estuvo acompañado por indultos ocu-
rridos entre 1989 y 1990 bajo la presidencia de Menem, disposiciones
legislativas que llegaron a ser conocidas como las leyes de impunidad. De
acuerdo con Rosemberg y Kovacic (2010) “Estos cierres institucionales
se vieron fortalecidos por una ‘política de reconciliación’ que creyó po-
sible consolidar la democracia a partir del olvido de los crímenes de lesa
humanidad cometidos desde el propio Estado” (p. 15). No obstante, como
hemos mencionado, las políticas de memoria obedecen a la correlación
entre las distintas fuerzas implicadas en el propósito de poner en la agenda
pública sus significaciones sobre el pasado y con ello elevarlas a disposi-
ciones normativas. Así, si bien:
las víctimas, así como las búsquedas identitarias de sus hijos. La década
del 2000 en el marco de los gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina
ISSN 0120-3916
a múltiples tensiones.
Algunas de estas tensiones se trenzan alrededor de los ejes Historia y
Segundo semestre de 2016
de los diferentes actores implicados, así como el tipo de víctimas a las que
este ha dado lugar, de lo cual se desprenden, a su vez, los obstáculos para
llegar a acuerdos sobre su solución y la implementación de políticas públi-
cas de memoria y el logro de consenso social en torno al mismo.
A partir de la década del 2000 el tema de las víctimas empieza a
ganar espacio en la agenda del Estado, al tiempo que se multiplican las
acciones en torno a su memoria en variados escenarios sociales, lo cual
pp. 79-108
que el debate acerca de esta problemática está a la orden del día y, según
ella, “debe ser liderado por los investigadores y especialistas en el campo
de la didáctica”, ya que:
que ver con entender el recuerdo como “un proceso denso, cargado de
múltiples dimensiones, donde intervienen sujetos e instituciones que im-
N.º 71
primen sus propias huellas, mandatos, deseos” (p. 4); asimismo, implica
contemplar los efectos en el largo plazo de las decisiones relacionadas 103
con el qué, el cómo, el porqué y el dónde enseñar en relación con el
recuerdo, pues, no todas las formas de recordar nos hacen avanzar hacia
la construcción de memoria ni todas las maneras de hacer memoria con-
ducen a las sociedades hacia procesos de reconciliación.
En última instancia, nos interesa resaltar la riqueza que puede entra-
ñar una mirada que nos permita superar una tendencia autorreferencial
y nos posibilite, al mismo tiempo, observar las confluencias de historias
compartidas en Latinoamérica. Comprendernos en nuestra singularidad
como país, pero también situarnos en una perspectiva latinoamericana.
Revista Colombiana de Educación N. 71
N.º 71
104
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N.º 71
108
Memoria hegemónica y memoria
social. Tensiones y desafíos
pedagógicos en torno al pasado
reciente en Chile
Artículo de investigación
Revista Colombiana de Educación, N.º 71. Segundo semestre de 2016, Bogotá, Colombia.
Recibido: 15/02/16
Evaluado: 11/04/16
pp. 109-135
Abstract
The article analyzes the narratives of memory and perspective on recent history
Keywords present in the school currículum of history and social sciences and in two contexts
of memory work in civil society. The memory in each scenario promoted political
representations evidence of the recent past, the distances between the hegemonic
memory; recent past
memory and social memories and tensions for the elaboration of memories of the
memorial pedagogy; recent past in the new generations. ethical and political connotations present in the
citizenship memory are discussed and elaborated pedagogical challenges and orientations
that must be addressed for the formation of a memorial responsible for its inherited
past and future citizens are exposed under construction.
Resumo
O artigo analisa as narrativas de memórias y perspectivas sobre a história recente
presentes no currículo escolar da História e Ciências Sociais e em dois contex- Palavras chave
tos de trabalho de memória na sociedade civil. A memória promovida em cada
ambiente evidência as representações políticas do passado recente, as distâncias memória; passado recente;
entre a hegemonia e as memórias sociais e as tensões para a elaboração do acor- pedagogia; cidadania
do sobre o passado recente nas novas gerações. As conotações éticas e políticas memoriai
presentes no acordo são discutidas e se expõem os desafios pedagógicos e umas
orientações que tem que atender-se para a formação duma cidadania memoriai
responsável de sue passado herdado e de seu futuro em construção.
N.º 71
110
E
l siguiente texto forma parte de un programa de investigación sobre
memoria, pasado reciente y pedagogía de la memoria sobre el caso
chileno1. Desde una aproximación crítica de la memoria y desde
una hermenéutica de la historia, se reconoce el pasado reciente como un
campo abierto de disputa que reviste implicancias políticas y éticas, así
como un recurso histórico y pedagógico que requiere vincular la memo-
ria, la historia y los derechos humanos para la formación de las ciudada-
nías actuales.
Memoria hegemónica y memoria social. Tensiones y desafíos pedagógicos en torno al pasado reciente en Chile
fuente de identidad política (Jelin, 2003). Las prácticas de represión y exter-
minio, el terrorismo de estado, las transiciones a la democracia, junto a los
procesos acelerados de modernización vividos en las últimas décadas, han
llevado a integrar enfoques reflexivos sobre los efectos sociales y subjetivos
olvidados por la historia y han validado la memoria como un disposi-
tivo problematizador del presente que puede agenciar procesos emanci-
padores. La historia reciente ha abierto una tensión epistemológica entre
quienes defienden la exclusividad de la investigación historiográfica para
la generación del conocimiento (Cruz, 20153: Aróstegui, 2006) y quienes
reconociendo los contextos complejos de transformación y aperturas de
la experiencia temporal, de la práctica historiográfica y de los regímenes
de historicidad (Hartog, 2003 en Cuesta, 2015)4, incorporan los procesos
subjetivos y políticos para sustentar el carácter crítico que puede asumir
5 La visión crítica, también cuestiona los usos del pasado y la forma de olvido que
puede instalar.
ISSN 0120-3916
Memoria hegemónica y memoria social. Tensiones y desafíos pedagógicos en torno al pasado reciente en Chile
dilemas de su representación social
9 El Informe pnud (2014) entiende por subjetividad el espacio y el proceso en que los
Segundo semestre de 2016
individuos construyen una imagen de sí, de los otros y del mundo en el contexto de sus
experiencias sociales. Este ámbito está formado por sus emociones, imágenes, percep-
ciones, deseos, motivaciones y evaluaciones, entre otros elementos.
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10 Las nuevas ciudadanías, se caracterizan por una débil participación, una mirada indivi-
dualizada de lo público y una alta desconfianza de la clase política. (Informe pnud, 2015)
11 Pinochet se valió de diversas estrategias de legitimación; legitimidad legal como Co-
mandante en Jefe del Ejército y legitimidad electoral basada en la pretensión de contar
N.º 71
con el apoyo del país. (elecciones no competitivas en 1978 y en 1980). Si bien no
tuvo éxito en el tercer intento (plebiscito de 1988), fue Presidente de la Republica,
114 Presidente de la Junta militar y Comandante en jefe del Ejército y líder de la coalición
gobernante.
de la época, habrían potenciado una “separación amigo-enemigo” en la
sociedad(Hunneus e Ibarra, 2013).
Se considera que la presencia de Pinochet en los primeros 8 años de
la democracia apoyado por la derecha chilena, líderes empresariales y al-
gunos segmentos sociales habría tenido un profundo efecto en la cultura
cívica dividiendo al país y habría generado una falta de entusiasmo por la
democracia12. Del mismo modo, la intensidad de la violencia ha incidido
en la fuerza de la memoria sobre la violencia dictatorial y el rechazo a la
violación de Derechos Humanos, pese a que desde el 2011 la vitalidad
de la memoria del régimen militar se ha debilitado entre los más jóvenes.
Los estudios sobre memoria colectiva en relación al pasado reciente
(Carvacho et al, 2013) evidencian la persistencia de una cultura política
transgeneracional13 que reconoce los hechos del pasado histórico traumá-
tico del golpe de estado, la dictadura y la transición, pero que presenta
una alta ideologización que determina las transmisiones intergeneracio-
nales de memoria y su interpretación sobre las causas y consecuencias
del golpe militar y de las políticas de reparación y memoria. Del mismo
Memoria hegemónica y memoria social. Tensiones y desafíos pedagógicos en torno al pasado reciente en Chile
modo, se ha visto que las identidades sociales (nacional y política) de las
nuevas generaciones, de acuerdo a su vínculo con el conflicto del pasado
reciente (víctima o victimario) se relacionan con la disposición a reparar
y perdonar (Carvacho y Manzi, 2013)14. Y, dado que las identidades po-
líticas son persistentes en Chile, la reducción del conflicto no podría de-
pender del debilitamiento de estas, sino de la activación de la capacidad
para comprender la perspectiva que respecto del mismo conflicto tiene la
otra parte. Mientras, el trauma psicosocial de la tortura y la prisión ilegitima
sigue siendo transmitido y apropiado por las generaciones herederas (nie-
tos) de las víctimas, evidenciando la permanente presencia de la violencia
y la fisura social (Faúndez y Cornejo, 2013). Otros estudios de memoria,
ciudadanía y pasado reciente realizados en niños y adolescentes entre
13 a 17 años de edad (Opción, 2013) muestran una tendencia al rechazo
a la dictadura y una defensa normativa de los ddhh. Sin embargo, el go-
bierno de la Unidad Popular y el Golpe de Estado de 1973 son abordados
desde un marco histórico de bipolaridad y desde la idea de inevitabilidad
de la crisis politica y sus efectos. Lo que, asociado a un escaso dominio
sobre los hechos históricos relacionados, se traduce en la ausencia de un
Graciela Alejandra Rubio
12 El caso chileno contradice las tendencias de la literatura que asocian el aumento del
pp. 109-135
15 Entre algunas de las acciones se encuentran: fijar fechas y días conmemorativos; es-
Revista Colombiana de Educación N. 71
Memoria hegemónica y memoria social. Tensiones y desafíos pedagógicos en torno al pasado reciente en Chile
La política de memoria ha mantenido una distancia prudencial ante
las iniciativas privadas de memorialización (2006-2015), aportando a su
financiación, pero con escasa influencia posterior, lo que ha generado
una disparidad expresiva de los espacios de memoria. Los memoriales
públicos24 se han considerado relevantes, para aliviar la carga del pasa-
do y para promover un diálogo productivo y la participación. Interpelan
a la democracia a través de escenarios abiertos de memoria y política
25 Quedan fuera del Informe las torturas y detenciones arbitrarias. La verdad histórica
solo recoge los hechos relacionados con las víctimas desaparecidas entre 1973-1990.
La Comisión incluyó como atentados a los derechos humanos no solo los llevados a
ISSN 0120-3916
cabo por agentes del Estado, sino también las acciones subversivas desarrolladas por
los opositores el régimen.
26 Su misión fue recoger los testimonios de las víctimas de violación de derechos hu-
manos, en el período 1973-1990. Para el año 2010, se convocó a una reapertura del
Informe, aumentando el número de testimoniantes reparados por el Estado. Pese a no
N.º 71 presentar una nueva tesis histórica sobre la experiencia vivida, el Museo de la memoria
y de los derechos humanos, ha propiciado el contacto con un espacio testimonial pú-
118 blico sobre la represión (1973-1990).
27 La violencia se aplicó con mayor fuerza en mujeres, marxistas y analfabetos.
En el informe prevalece una visión estructurante de la historia re-
ciente (1970-1990) que naturaliza la violencia, como fuerza incontenible
que condujo a una guerra civil (Lechner, 2006). Situada en un tiempo
largo, formaría parte de un proceso histórico decadentista de fines del
siglo XX. La fuerza de la violencia ratificaría el trastrocamiento de “la
nación imaginada” (Bengoa, 1996), lo que permite representar la crisis
política de 1973 como expresión y aceleración de esa decadencia y a
la vez, como causa del golpe de Estado. Definiendo a los ciudadanos
como creaturas de Dios (sic), desarrolla la tesis de la violencia inevitable
y del caos político institucional y responsabiliza al gobierno de la Unión
Popular (UP) de la crisis del Estado y de la violencia dictatorial. Esta ten-
dencia continuaría, al conmemorar los 30 años del golpe militar (2003).
El informe no restituye la ciudadanía. Está dedicado a confirmar la muer-
te y desaparición forzada de más de 2000 chilenos y dar claves sobre
su “paradero” para luego recomendar políticas de reparación. No hay
cuerpos28. El Informe permitirá asentar la política de los acuerdos, sus-
tentada en una verdad sin justicia. No obstante, la realidad se impondría
más decididamente, en tanto que no habría arrepentidos y los familiares
Memoria hegemónica y memoria social. Tensiones y desafíos pedagógicos en torno al pasado reciente en Chile
de las víctimas no perdonarían y, de modo auténtico, exigirían justicia29.
El Informe Valech, presenta la verdad de la prisión ilegítima y la tor-
tura. El relato histórico también, sin nombres de responsables, está cen-
trado en la experiencia de la violación de los derechos humanos durante
la dictadura (1973-1990) y valida, como fuente de verdad, el testimonio
de una experiencia social compartida por las víctimas, que aún están
vivas30. Releva con ello, a la ciudadanía y su memoria de dolor, como
fuente de verdad pública. Redimensiona el recuerdo promoviendo una
responsabilidad moral de la sociedad ante la memoria del dolor y del
quiebre del cuerpo personal y político. Sin embargo, subordina dicho
testimonio a una explicación histórica global, dadas las condiciones de
Guerra Fría y los procesos derivados desde mediados del siglo XX, los
hechos del pasado reciente acaecieron por fuerzas inmanejables.
La naturalización del curso de la historia se vuelve a recomponer en
2003-2004, esta vez, para conciliar la sociedad reconstruida. El presiden-
te Lagos lo incorporará como fundamento de restitución de la ciudadanía
Graciela Alejandra Rubio
28 El discurso del ex presidente Aylwin y sus asesores consideraría la nación como una
entidad constituida por seres creados por Dios, que, en un trayecto histórico definido
por la búsqueda de la salvación, es posible transitar por el martirologio.
pp. 109-135
29 Aylwin no modificó la Amnistía dictada en 1978, más bien optó por potenciar la ver-
dad en la investigación. El documento está más centrado en el pasado. La relación que
el ex presidente estableció entre la amnistía, la verdad parcial y la reparación, sería
cuestionada por los hallazgos de osamentas humanas, las querellas que identificaron a
N.º 71
colaboradores y torturadores del régimen y a detención de Pinochet en Londres (1998).
30 El testimonio de quienes sufrieron tortura y prisión ilegitima, entre 1973 y 1990 promueve 119
una responsabilización social ante el dolor.
y de la República31, liberando del juicio público a la clase política. La
narrativa del Informe, se estructura desde una concepción de estado laico
constituido por ciudadanos insertos en un pasado histórico que subordina
las decisiones políticas locales a la política internacional. Integra, en un
mismo relato el contexto y la causa y de modo desigual, la responsabili-
dad de las fuerzas armadas, la clase política y la ciudadanía. Nuevamente,
la memoria social queda subordinada a una memoria oficial debilitando
la visión del pasado como un hecho histórico, reforzando una subjetivi-
dad social que no ha podido construir una expresión temporalizada de sí
misma (Lechner, 2007). La discusión pública y los Informes de Verdad han
enmarcado el pasado reciente de Chile en tres tesis históricas explicativas.
La tesis de la crisis republicana explica los hechos de 1973, como una cri-
sis natural de la historia política del siglo xx, en la medida en que esta se
abrió a la participación popular; la tesis del determinismo e inevitabilidad
de la violencia, una suerte de fuerza natural constitutiva de la sociedad,
activada en este caso, por la Unidad Popular, y la tesis de la Guerra fría
(2003-2015) explicaría lo vivido como resultado de la fuerza de las ideo-
logías en el mundo bipolar, instalando una desresponsabilización de la
clase política local sobre los hechos32. (Rubio,2014).
utilizara el presidente Salvador Allende, la que había sido clausurada por la dictadura,
redefiniendo los símbolos republicanos asociados al liderazgo de Allende.
32 Las dos primeras se desarrollan en el pensamiento conservador antes de 1990 y hasta
2003. La tesis de la guerra fría, da una “explicación histórica” –la guerra en un contexto
N.º 71 mundial– que permite la convivencia de las tesis anteriores en un presente estable. Su
plasticidad permitió integrar el “Nunca más” del General Juan Emilio Cheyre (declara-
ción del Comandante en Jefe del Ejército que presentaría públicamente su participación
120 histórica en la violación de los Derechos Humanos) y el dolor social de los testimonios
de quienes fueron torturados y apresados ilegítimamente durante la dictadura.
pedagogía de sentido de la experiencia social que evade la reflexión
de los hechos históricos, asume tácitamente la imposición del perdón y
promueve una memoria ingenua que no se apropia de la existencia his-
tórica de la violación de derechos humanos como expresiones de la
Política de campo instalada en la Dictadura Militar (1973-1990). El cu-
rrículum elaborado en contextos de democratización y modernización
(1990) debía consolidar los procesos de reforma neoliberal globalizados
y los propósitos de crecimiento con equidad. El pasado reciente debía
incorporarse desde un marco explicativo que fortaleciera el consenso
entre los jóvenes y las prescripciones políticas de los gobiernos demo-
cráticos. El Manifiesto de Historiadores (1998), denunció las falacias y
omisiones de las “verdades históricas” acuñadas, al reducir el proceso
histórico al período en que es posible justificar el golpe, silenciar los
procesos históricos estructurales y la correspondiente responsabilidad
oligárquica acumulada, así como atribuir la crisis de la política de 1973,
a la implementación de las reformas económicas y sociales y asignar
una visión moralista a la intervención militar (Reyes,2004). A estas for-
mas discursivas se agregarían el 2003, en la conmemoración de los 30
Memoria hegemónica y memoria social. Tensiones y desafíos pedagógicos en torno al pasado reciente en Chile
años del golpe militar, la recuperación del liderazgo político de Allende
en la opinión pública y los rituales elaborados por el gobierno de Ri-
cardo Lagos que integrarían el pasado reciente como una política de
estado para fortalecer la memoria republicana de la Historia del siglo xx.
(Rubio, 2013b).
Los programas de Historia y Ciencias Sociales sugieren que el pasado
reciente se vincule directamente con la valoración de la democracia, la
aceptación del pluralismo político y cultural y el respeto de los derechos
humanos. Refuerzan el concepto de crisis de la república y la necesidad
de “aprender” sobre los cambios económicos e institucionales impulsa-
dos por la dictadura (Mineduc, 2013; 2009; 1998) delegando al docente
la transmisión de la compleja memoria social de la política de campo. La
valoración de la lucha por los derechos humanos y la recuperación de la
democracia, se exponen detalladamente enfatizando las políticas públi-
cas trazadas por los gobiernos de la Concertación desde 1990, además
de la “democratización” y el “Nunca Más” del Ejército (2003). El currícu-
lo no habilita la transmisión de una memoria responsable que integre los
Graciela Alejandra Rubio
33 Los derechos humanos no son integrados pedagógicamente como referente del análisis
N.º 71 histórico.
34 Elaboradas en el gobierno de derecha de Sebastián Piñera (2010-2013)
122 35 Entre las actividades de socialización, el Plan contempla la participación del museo de
la Memoria y de los Derechos Humanos para apoyar la enseñanza del pasado reciente.
educar y promover valores que permitan crear una sociedad más solidaria,
justa y tolerante36. Se identifica como un proyecto de reparación moral a
las víctimas que propone una reflexión que trascienda lo sucedido en el
pasado y que sirva a las nuevas generaciones para construir un futuro me-
jor de respeto irrestricto a la vida y la dignidad de las personas. Contempla
muestras itinerantes37 y una muestra permanente. Esta última, basada en
los Informes de Verdad Rettig y Valech reconstruye la historia de violación
de derechos humanos en la dictadura chilena desde el 11 de septiembre
de 1973 hasta 1990. Enmarca su análisis desde las narrativas presentes en
los Informes de Verdad y desde un enfoque que integra la historia política
con la memoria social para dar cuenta del quiebre de la democracia38.
Entre sus recursos se encuentran, fotografías, videos, testimonios, docu-
mentos, prensa y representaciones de la represión, la prisión ilegitima, la
tortura, el exterminio, del movimiento por los derechos humanos, el ple-
biscito en la dictadura militar y el inicio de la democratización39. Sectores
conservadores han cuestionado su “función pedagógica” argumentando
su falta de objetividad y de integración del análisis histórico al no incluir
el periodo previo al 11 de septiembre de 1973 (causa del golpe de estado
Memoria hegemónica y memoria social. Tensiones y desafíos pedagógicos en torno al pasado reciente en Chile
y de la dictadura) y su representación democrática, al comprometerse ex-
clusivamente con la defensa a los derechos humanos y a sus víctimas40. La
potenciación de la memoria se ve favorecida por el ordenamiento narrativo
y temporal que articula los derechos humanos como principios rectores
del análisis con la historia politica en dictadura. La muestra permanente
está dirigida a todo público, dejando abierta la subjetividad interpretativa.
El área de Educación y Audiencias pretende comunicar e informar las vio-
laciones sistemáticas a los derechos humanos entre los años 1973 y 1990
en Chile. Busca también contribuir a la reflexión, diálogo y participación
36 http://www.museodelamemoria.cl/el-museo/sobre-el-museo/fundamentos/
37 Sobre la defensa de los derechos humanos nacional e internacional, realiza múltiples
actividades de discusión sobre la memoria y de la historia reciente a través del cine, el
teatro y documentales.
38 Sectores conservadores de la clase política y de la historiografía han cuestionado en
sus inicios (2010) y con posterioridad (2012) la existencia de un museo de la memoria
financiado por el estado, entendiendo que este debía ser imparcial ante la historia.
39 Sus colecciones se organizan a través de diversos soportes y artefactos a través de los
Graciela Alejandra Rubio
41 http://www.museodelamemoria.cl/educacion/sobre-educacion/
N.º 71 42 Ver Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. Guía temática y metodológica.
Dibam2015
124 43 En el 2009 luego de una mesa conjunta de trabajo entre los colectivos y el gobierno, la
corporación paso a llamarse; “Londres 38, Casa de la Memoria”.
Pretende contribuir al conocimiento y transmisión de las memorias e
historia del lugar, de sus protagonistas y de las experiencias de lucha y
resistencia relacionadas.
Enfatizando su origen en la experiencia de violación de derechos
humanos, define su marco histórico, ético, político reconociendo el po-
tencial de la memoria como derecho de los pueblos, el valor de su ejerci-
cio en la conformación de capitales culturales y simbólicos en los grupos
y el derecho a conocer, valorar y transmitir intergeneracionalmente las
“las memorias militantes”. Desde el análisis crítico de la historia, afir-
ma que han existido diversos proyectos políticos victoriosos y derrotados
ante los que se ha impuesto históricamente una “razón de estado” que ha
inhibido la soberanía y participación ciudadana. Sobre los derechos hu-
manos: rechaza explícitamente el terrorismo de estado y toda forma del
estado que limite los derechos fundamentales e individuales. Reafirma la
demanda irrenunciable de verdad, justicia y reparación con responsabi-
lización. Y, la defensa de una nueva manera de hacer política, desde un
concepto amplio de participación.
Memoria hegemónica y memoria social. Tensiones y desafíos pedagógicos en torno al pasado reciente en Chile
Asume los principios rectores de “la memoria militante” (de movi-
mientos reivindicativos del pasado y el presente) que piensa pasado desde
un presente crítico y desde una particular visión de la historia para un
nuevo futuro. Ordena sus marcos interpretativos de la historia del pa-
sado reciente desde la defensa de proyectos sociales marginados y de los
derechos ciudadanos frente al estado44. Ofrece visitas auto guiadas y dia-
logadas junto con archivos digitales relacionados con la casa de memoria
y desarrolla investigación para generar conocimiento sobre la memoria y
la historia relacionada con Londres 38, contribuyendo a poner en valor las
memorias sociopolíticas vinculadas al período histórico en que funcionó
como centro de detención, así como a sus antecedentes y efectos en el pre-
sente. A partir de un enfoque genealógico de la historia pretende vincular
a Londres 38 con: un eje teórico conceptual que relaciona la experiencia
del recinto con la memoria y las luchas subalternas de América Latina,
diferenciar la violencia política de la violencia terrorista aplicada sobre
el movimiento popular; describir desde la investigación histórica y testi-
monial las dinámicas y dispositivos aplicados en el cuartel de represión45
Graciela Alejandra Rubio
Memoria hegemónica y memoria social. Tensiones y desafíos pedagógicos en torno al pasado reciente en Chile
tendencia hacia la invisibilización de la memoria social para pensar el
pasado reciente. La fuerza de sus marcos narrativos contribuye a natura-
lizar la violencia, a desresponsabilizar a la clase política y desvincular a
la ciudadanía de los procesos históricos. Y muestra también, su debilidad
para dialogar con los marcos ideológicos de las memorias sociales. Por
su parte, el Museo de la Memoria, en su muestra permanente presenta
una memoria hegemónica que reconoce parcialmente la memoria social
enfatizando más, la condición de víctima que de sujeto histórico en quie-
nes experimentaron la violación de derechos humanos. Su apuesta para
dar sustentabilidad a una memoria crítica requiere de dispositivos peda-
gógicos que permitan cuestionar la memoria presente en el currículum
escolar47. Por su parte, la apuesta radical de Londres38 no evidencia una
clara contribución a la comprensión del pasado en las nuevas generacio-
nes herederas.
Estas condiciones en las que se mueve el recuerdo, no permiten abor-
dar el pasado de un modo implicativo y sustentable, bloquean el diálogo
y la reflexión entre la memoria social y la historia. Impiden una represen-
Graciela Alejandra Rubio
Memoria hegemónica y memoria social. Tensiones y desafíos pedagógicos en torno al pasado reciente en Chile
que imponen la transmisión educativa de una memoria ya significada por
un deber de memoria que impide su auténtico trabajo. El deber de memo-
ria reside primordialmente en los herederos, quienes son los llamados a
ejercer la memoria en los campos de poder, promoviendo una vigilancia
sobre el recuerdo, actualizando e imaginando en el presente lo que debe-
ría asemejarse al pasado y recordando el pasado como un presente. Una
memoria ejemplar no estará al servicio del hecho, sino que contribuye a la
mejora de las relaciones actuales con otros, en una relación de contempo-
raneidad, de comprensión posible, de un tiempo del cual formamos parte.
Implica también, un espacio de lucha contra el olvido y una apertura a
las otras memorias que pugnan por entrar en la deliberación pública50. Un
especial cuidado requiere la transmisión de una memoria de lo no vivido
proveniente de una experiencia concentracionaria. En esta pedagogía, el
testimonio es un tipo de conocimiento portador de una sabiduría impo-
sible, pero necesaria. En su lectura confluyen la experiencia de realidad
sufrida y la transmisión del dolor. Su negación,
N.º 71
51 La crítica supone debatir sobre los principios que han ordenado la investigación históri-
130 ca y su rol en la elaboración del pasado reciente. Abrir dialogo desde el presente hacia
el pasado activando, memoria e historia.
Referencias bibliográficas
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pp. 109-135
Memoria hegemónica y memoria social. Tensiones y desafíos pedagógicos en torno al pasado reciente en Chile
Graciela Alejandra Rubio
pp. 109-135
N.º 71
135
La Dictadura Congelada
Actos escolares, clases conmemorativas
y carteleras sobre la última dictadura
militar argentina en escuelas
primarias de la Provincia de
Buenos Aires (2008-2015)
Frozen Dictatorship.
School events, commemorative lessons and Bulletin
Boards About the Latest Military Dictatorship of
Argentina in Primary Schools in the Province of Buenos
Aires (2008-2015)
A Ditadura Congelada.
Atos escolares, aulas comemorativas e cartazes
sobre a última ditadura militar argentina nas escolas
primárias da Província de Buenos Aires (2008-2015)
Gonzalo de Amézola* orcid.org/0000-0001-9338-002X
Artículo de investigación
Revista Colombiana de Educación, N.º 71. Segundo semestre de 2016, Bogotá, Colombia.
Para citar: de Amézola, G., y D’Archary, C. (2016). La Dictadura Congelada. Actos escolares, clases
conmemorativas y carteleras sobre la última dictadura militar argentina en escuelas primarias de la
Provincia de Buenos Aires (2008-2015). Revista Colombiana de Educación, (71), 137-161.
Recibido: 24/11/15
Evaluado: 31/01/16
* Docente investigador Categoría II, Ministerio de Educación de la Nación. Centro de Investigaciones Socio – His-
tóricas (CISH) IdIHCS – CONICET / UNLP, Argentina. Director de Programación Académica de la Maestría en
Enseñanza de la Historia de la Universidad Nacional de Tres de Febrero y co-director de la maestría que con el
pp. 137-161
mismo nombre se dicta en la Universidad Nacional de Rosario, posgrados en los que también es profesor. Miem-
bro Fundador del Centro de Historia de la Educación Argentina Reciente (HEAR) de la Universidad Nacional de
Rosario. Profesor Titular Regular de Planeamiento didáctico y prácticas de la enseñanza en Historia de la Facultad
de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP. Correo electrónico: gonzalodeamezola@gmail.com
** Profesora Universitaria en Historia egresada de la Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina, N.º 71
institución en la que obtuvo las becas de iniciación en la investigación como estudiante avanzada y como
graduada reciente. Luego de haberse desempeñado como profesora en el nivel primario y vicedirectora
de una escuela durante un período prolongado, se dedica actualmente a la enseñanza en el nivel secun- 137
dario y participa como investigadora en proyectos de la UNLP dedicados a los problemas de la enseñanza
de la historia reciente. Correo electrónico: claudiadachary@yahoo.com.ar
Resumen
Este trabajo se ocupa de la introducción del estudio de la última dictadura militar
en las escuelas primarias de Argentina entre 2008 y 2015. La investigación se Palabras clave
realizó en los establecimientos públicos de la localidad de Malvinas Argentinas
(un distrito urbano próximo a la ciudad de Buenos Aires) mediante fuentes (textos historia reciente; dictadura
de los discursos, carpetas didácticas, entrevistas a docentes, registro de carteleras)
que permitieron el estudio de los actos conmemorativos, y las clases alusivas a la
militar; escuela primaria,
efeméride del golpe de Estado que debieron realizarse para todos los alumnos de actos conmemorativos;
esas escuelas durante esos años. clases alusivas a la dictadura
Abstract
This paper deals with the introduction of the study of the last military dictatorship in
Keywords primary schools in Argentina between 2008 and 2015. The research was conduc-
ted in public schools in the town of Malvinas Argentinas (urban district near the city
recent history; military of Buenos Aires) by analyzing sources (speeches, teaching portfolios, interviews
dictatorship; elementary with teachers, billboards) that allowed the study of the ceremonies held to com-
memorate the anniversary of the coup, and the lessons allusive to the topic which
school; commemorative should be conducted for all students of those schools during those years.
ceremonies; lessons on the
dictatorship period
Resumo
Este trabalho se ocupa da introdução do estudo da última ditadura militar nas es-
colas primárias da Argentina entre os anos 2008 e 2015. A investigação foi levada Palavras chave
a cabo nos estabelecimentos públicos da localidade das Malvinas Argentinas (um
distrito urbano perto á cidade do Buenos Aires) por meio de fontes (textos dos
discursos, pastas didáticas, entrevistas aos professores, registros dos cartazes) que
história recente; ditadura
permitiram o estudo dos atos comemorativos, e as aulas alusivas ao evento do militar; escola primária;
golpe de Estado que tiveram que ser feitas para todos os alunos dessas escolas atos comemorativos; aulas
durante esses anos. alusivas á ditadura
N.º 71
138
Un pasado persistente
L
a mayoría de los historiadores entiende que la historia reciente se
ocupa de un pasado traumático aún no elaborado cuyos problemas
reaparecen obstinadamente en el presente. En el caso de Argentina,
ese trauma no resuelto es consecuencia de la dictadura que se instaló
en 1976 y gobernó hasta fines de 1983. Entre las heridas que dejó este
régimen, la más irreparable de todas fue la “desaparición” de personas.
Con el pretexto de terminar con las formaciones guerrilleras –la peronista
Montoneros y la trotskista Ejército Revolucionario del Pueblo (erp)– el go-
bierno militar planificó una represión ilegal que seguía una secuencia de
secuestro, tortura y asesinato de quienes sindicaba como “subversivos”.
Esta amplia e imprecisa categoría incluía a los guerrilleros pero también
a los militantes de izquierda y a todos aquellos a quienes el régimen con-
siderara sus enemigos.
Cuando los dictadores abandonaron el poder, los gobiernos de la res-
tablecida democracia debieron afrontar las demandas sociales de verdad y
justicia sobre los treinta mil desaparecidos que eran el trágico resultado de
aquella represión. Para los militares simplemente se había tratado de una
guerra no convencional en la que únicamente reconocían los “errores y
excesos” que son inevitables en todo conflicto armado, pero el presidente
mo político.
Mientras tanto, las Fuerzas Armadas (que aunque se habían apar- N.º 71
tado del mando político conservaban un poder apreciable) mostraban
descontento y reivindicaban su accionar represivo. Esta amenaza obligó 139
a un gobierno sin comandantes dispuestos a disponer a sus soldados en
su defensa a poner un límite temporal para aceptar la presentación de
acusaciones contra los militares en 1986 (Ley de Punto Final) y luego,
cuando se produjeron graves episodios de rebelión de tropas en 1987,
a restringir las responsabilidades del terrorismo de Estado a los oficiales
superiores que habían impartido las órdenes criminales (Ley de Obedien-
cia Debida).
En 1989 una crisis económica con hiperinflación instaló en la so-
ciedad el temor al caos y obligó a Alfonsín a entregar el poder anticipa-
damente al candidato electo para sucederlo. El nuevo presidente, Carlos
Menem, emprendió una política económica que abrazaba con devoción
el neoliberalismo e incluía la privatización de las empresas estatales y la
apertura total de la economía, a la vez que inauguró “la teoría de la
reconciliación nacional” con la que se propuso olvidar las tragedias del
pasado dictatorial como única forma de avanzar hacia un futuro ventu-
roso, e indultó en 1989 y 1990 a los jefes militares y guerrilleros conde-
nados por la justicia durante la administración anterior. Por ese entonces
parecía que la incertidumbre económica ahogaría para siempre los recla-
mos sociales por el atropello a los derechos humanos.
A mediados de los 90, al cumplirse veinte años del golpe de Esta-
do, comenzó un nuevo ciclo promovido como protesta ante la política de
memoria oficial, especialmente por la acción de una nueva agrupación
formada por los descendientes de los desaparecidos: Hijos por la Identidad
y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (Hijos), la cual, bloqueado el
camino de los tribunales, promovió acciones para sensibilizar a la opinión
pública contra los represores impunes. A partir de entonces, se produjo un
cambio de perspectiva significativo porque algunas agrupaciones, como
Hijos, ya no describieron a los desaparecidos como víctimas sino que los
reivindicaron como militantes con un proyecto político concreto, del que
se proclamaban sus continuadoras.
La crisis de 2001-2002 postergó nuevamente el tema pero este rea-
pareció con fuerza cuando en 2003 Néstor Kirchner llegó a la presiden-
cia de la Nación y se autoproclamó poco después adalid de esa causa. El
Revista Colombiana de Educación N. 71
La dictadura y la escuela
1 La Ley 25 633, promulgada en 2002, instituye el “24 de marzo como Día Nacional
ISSN 0120-3916
La introducción de la dictadura
en la escuela primaria
el original].
ISSN 0120-3916
146
2 En Argentina el año escolar comienza a principios del mes de marzo.
informe de la Conadep. Asimismo, el papel predominante atribuido a la
sociedad durante la dictadura es el de la denominada “teoría de los dos
demonios”: la violencia que se propagó en Argentina durante los años 70
era resultado de dos terrorismos simétricos producidos por posturas ideo-
lógicas antagónicas, el de las Fuerzas Armadas y el de las organizaciones
guerrilleras. La sociedad era ajena a esos extremismos y había quedado
trágicamente encerrada en ese fuego cruzado, del que no era más que
una víctima.
En los discursos, el golpe de Estado no tiene causas –salvo en algunos
casos, en los que se lo explica por la anarquía resultante del mal gobierno
de la presidenta Isabel Perón, que precedió a los militares– ni consecuen-
cias y, por lo tanto, se trató de un fenómeno imprevisible como podría
haberlo sido una catástrofe natural.
Una cuestión interesante que pudo observarse es que cuatro de los
discursos resultaban prácticamente idénticos. El origen de todos ellos fue
el modelo de disertación que para el caso apareció en el número de mar-
zo de 2008 de la revista Maestra de Segundo Ciclo de la editorial Ediba,
que en su primer párrafo dice:
de los docentes que habló públicamente en los actos de ese año delegó
su opinión –que se consideraba rectora en la “construcción de la me-
moria”– en la salida rápida que le ofrecía un material ya preparado por
Maestra de Segundo Ciclo, una publicación que ofertaba un discurso lo
suficientemente ambiguo e indeterminado como para que pudiera repro-
ducirse en cualquiera de las escuelas instaladas en el amplio y heterogé-
pp. 137-161
N.º 71
3 24 de marzo: Día de la Memoria, Verdad y Justicia. (2008). Maestra de segundo ciclo. 147
Editorial ediba, p. 22.
Pero la influencia de la revista no se limitó a los discursos. Su in-
tención de facilitar la tarea de los maestros se extiende a propuestas de
ornamentación escolar y áulica alusiva a la fecha, además de indicar
actividades para que realizaran los alumnos. En las escuelas relevadas
fue especialmente exitosa una cartelera con la imagen de la Pirámide
de Mayo, rodeada por dibujos de los emblemáticos pañuelos blancos
de las Madres de Plaza de Mayo4. Bajo el título de “Este 24 de marzo
renovemos” podían leerse distintas leyendas escritas sobre los pañuelos
que completaban aquella frase: “El respeto por la vida”, “Las ganas de
participar”, “Nuestras esperanzas”, “Nuestras ilusiones”, “Nuestro opti-
mismo”, “Nuestros esfuerzos”, ”El respeto por los derechos humanos”,
“Nuestras alegrías”, etc. Además, otras instituciones utilizaron las mismas
siluetas como imagen representativa del momento pero introduciendo
una modificación al ofrecer a los niños escribir sobre los pañuelos sus
propias palabras.
En un primer momento, como se puede verificar en los discursos y
las actividades para el aula en los años 2008 y 2009, el tema de la dic-
tadura presentaba una doble dificultad para los docentes. Por una parte,
constituía un tema controversial y polémico y, por la otra, se imponía su
tratamiento escolar sin una adecuada preparación previa de los maestros
para llevarlo a los alumnos. Ante esta situación, los docentes optaron por
una salida poco comprometida, en la que no había causas, consecuen-
cias ni complicidades con un golpe de Estado que parecía producido por
seres de otro planeta.
Esta interpretación naïf se explica en parte por el carácter disruptor
que introducía el Día de la Memoria en el orden escolar. La escuela se
había ocupado desde siempre de evocar el pasado glorioso para formar
el carácter de los niños con el ejemplo de vida de los héroes. La conme-
moración del 24 de marzo invierte dramáticamente ese modelo: hay que
recordar las acciones miserables y despiadadas de los dictadores para
aprender a no repetir ese pasado vergonzoso. Esta modificación de las
reglas ponía a la escuela en una tensión que para muchos resultaba inso-
Revista Colombiana de Educación N. 71
trabajos “listos para usar” que traían las páginas de Maestra de Segundo
Ciclo presentaron una solución práctica para salir del apuro.
ISSN 0120-3916
N.º 71
4 La ilustración alude a la marcha que desde los tiempos de la dictadura realizaban todas
las semanas las Madres de Plaza de Mayo alrededor de la Pirámide (el monumento que
148 recuerda a la Revolución de Mayo de 1810), reclamando por la aparición de sus hijos
con vida.
La influencia decreciente de las revistas de Ediba y
la “naturalización” de la dictadura en la escuela
Desde su aparición en 1996 las revistas de Ediba se transformaron en un
curioso fenómeno editorial. Estas publicaciones están dirigidas a los do-
centes de los distintos segmentos del sistema educativo (Maestra Jardinera,
Maestra de Primer Ciclo, Maestra de Segundo Ciclo, Educación Secundaria,
Teacher’s Magazine y Maestra de Educación Especial), son eminentemente
prácticas y se proponen como una herramienta para el trabajo diario con
soluciones listas para ser aplicadas en las aulas. Todas ellas presentan una
concepción del aprendizaje que valora fuertemente la dimensión afectiva
en el vínculo pedagógico y ofrecen una representación de quienes enseñan
como individuos sufridos y dedicados, preocupados por brindar cariño a
sus alumnos, tal como puede verse en sus ilustraciones que invariablemen-
te muestran imágenes de niños y maestros sonrientes. En esta cosmovisión,
la tarea fundamental de los educadores es la organización de rituales al-
rededor de las fiestas patrias: se privilegia una realización escenográfica
que dé sentido a la tarea docente y forme a los niños en valores. Por otra
parte, las revistas están destinadas exclusivamente a un público femenino,
lo que se percibe ya en sus títulos, siempre referidos a “maestras”. A estas
imaginarias lectoras Ediba les atribuye las características más tradicionales
cia en las clases. Durante los años 2008 y 2009 se registraron trece de
estas carpetas. En seis de ellas se reproducían las actividades preparadas N.º 71
por la revista, cuatro tenían una relación directa con sus sugerencias y
solo tres resultaban diferentes. Sin embargo, con el paso del tiempo ese 149
ascendiente comenzó a debilitarse.
Durante el 2013 se relevaron siete carpetas docentes, de las cuales
solo tres utilizaron la actividad de la revista, otras tres no estuvieron suje-
tas a sus sugerencias y una directamente no trató el tema.
2013
4.° año sí Buscar información de esta fecha y hacer un afiche para exponer Diferente en
el lunes 25 parte
ticular, conocer qué derechos fueron vulnerados y cuáles fueron las conse-
cuencias del quiebre del orden constitucional” (Maestra 4).
Segundo semestre de 2016
Todas las docentes, con muy leves matices, declaraban que esas
eran sus preocupaciones cuando trataban el tema con sus alumnos. El
ISSN 0120-3916
“Primero planteé preguntas, hice una ‘lluvia de ideas’ para ver qué
sabían del tema” (Maestra 3). “Primero busqué reconocer sus ideas pre-
vias” (Maestra 5).
Una variante de esta manera de abordar el tema fue iniciarlo con
un material motivador: “Primero hice una breve reseña histórica. Luego
escuchamos canciones (“La Memoria” de León Gieco fue una de ellas) y
definimos términos que desconocían. Planteé preguntas e hice una llu-
via de ideas, sobre lo dialogado” (Maestra 4). “La semana anterior al 24
de marzo, leímos Un elefante ocupa mucho espacio de Laura Devetach
[cuento infantil prohibido durante la dictadura]” (Maestra 2). “Los invité
a leer el cartel del Rincón de las Efemérides. Allí aparecían las palabras:
‘democracia, participación, educación, igualdad, justicia, responsabilidad,
seguridad, dignidad, tolerancia, pluralidad, libertad, solidaridad`. Sirvió
como disparador para entrar en el tema” (Maestra 6). En el caso restante,
la Maestra 5, el tema se inició con una investigación domiciliaria de los
alumnos sobre los derechos humanos, que luego se trataría en clase.
En el desarrollo de sus clases, todas las educadoras utilizaron recur-
fante ocupa mucho espacio– muestra su predilección por las obras litera-
rias, con el tratamiento de una heterogénea selección que tiene como único
elemento en común el tratarse de libros prohibidos durante la dictadura: N.º 71
les presenté los distintos textos que estaban prohibidos durante la dic- 151
tadura: Operación masacre y Carta abierta a la Junta Militar de Rodolfo
Walsh; El eternauta (una historieta de ciencia ficción); La torre de cubos
(libro infantil), Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano
y por último, y para sorpresa de ellos […] ¡el cuento del elefante!
Ellos pudieron entender que esa realidad no estaba tan lejos, porque
había afectado a sus familiares. Les gustó contar y entender el significa-
do de la letra de la canción y relacionarla con lo leído y reconocieron
Segundo semestre de 2016
Por su parte, otras seis maestras entrevistadas en ese mismo año resu-
mieron globalmente en un esquema –que, en realidad, podríamos exten-
der a todos los casos observados– cómo trabajan la conmemoración del
24 de marzo:
de la historia reciente:
N.º 71
156
Por lo demás, en el resto de los materiales no se encontraron diferen-
cias con los temas recurrentes desde 2011, fuertemente influenciados por
las políticas oficiales de la memoria.
Utilizan variados recursos, pero veo que les cuesta transmitir lo que
aún no está claro para muchos y tampoco para ellos. Es como que
aprenden junto a las familias, recurriendo a entrevistas y trabajos fami-
liares para que investiguen el tema. Después utilizan el mecanismo de
la exposición para que cada niño o grupo explique lo que hicieron con
sus padres y luego decoran la escuela con esos trabajos. Ahí queda el
tema, mas allá de que en segundo ciclo, se expliquen los conceptos de
democracia, dictadura, derechos humanos, y las características propias
de la última dictadura militar argentina.
N.º 71 5 Cfr. Pagès, J. (2008) “Formar profesores da história na Espanha: quando Clío resiste à
mudanza”. En E. Zamboni, y S. G. Fonseca. Espaços de formaçâo do professor de his-
tória. Campinas. Papirus y N. Tutiaux-Guillon, (2009) “L’histoire scolaire française entre
158 deux moèles: contenus, pratiques et finalités. En N. Tutiaux-Guillon, (coord.). L’histoire
scolaire au risque des societés en mutation. Éducation comparée, 4.
la conflictividad inicial del tema se ha ido diluyendo y, poco a poco, se
ha transformado en un tema que puede enseñarse casi como cualquier
otro en el ámbito escolar. Pero, simultáneamente, para reacomodarse
de esa manera, la conmemoración tiende a convertirse en un recuerdo
formal, ritualizado y lejano del compromiso que se buscaba tuviera el
Día de la Memoria en 2006. En 2015, por ejemplo, el feriado del 24 de
marzo, declarado inamovible para asegurar que fuera siempre un día de
recogimiento y respeto por las víctimas de la dictadura, fue precedi-
do y relativizado por un “feriado puente” para fomentar el turismo. Esta
banalización ya ocurrió anteriormente con otros episodios relevantes y
trágicos de la historia argentina. En consecuencia, la dictadura, que se
quería como una memoria siempre viva de las desgracias del autoritaris-
mo, tiende a “congelarse” en un recuerdo formal. ¿Este “congelamiento”
es responsabilidad solo de la escuela?
Desde nuestro punto de vista, esa rutinización está relacionada con
los cambios impulsados por las políticas de la memoria. Como dijimos, a
partir de 2004 se inauguró un nuevo ciclo de la política oficial cuando el
gobierno de Néstor Kirchner hizo suya la interpretación de los organismos
de derechos humanos que desde 1996 reivindicaron a los desaparecidos
como militantes políticos. Pero al hacer propia esa bandera, el gobier-
no introdujo a la vez una alteración porque al exaltar a la militancia lo
N.º 71
160
Referencias bibliográficas
N.º 71
161
Monográfico
Educación, subjetividades y memoria en procesos
de transición política
Normalizar el conflicto y
des-normalizar la violencia:
retos y posibilidades de
la enseñanza crítica de la
219-251 historia del conflicto armado
colombiano
Angélica Padilla
Ángela Bermúdez
Historia reciente en la escuela
colombiana: acercamiento
a las nociones de memoria,
historia y conflicto
Artículo de investigación
Revista Colombiana de Educación, N.º 71. Segundo semestre de 2016, Bogotá, Colombia.
Recibido: 06/02/16
Evaluado: 21/03/16
pp. 165-185
N.º 71
* Licenciada en Ciencias sociales, Universidad Pedagógica Nacional, Colombia. Magister en
Historia, Universidad Federal de Mato Grosso, Brasil. Actualmente labora en CINEP Centro de
investigación y educación Popular y es Investigadora Programa ciudadanía y paz: Proyecto 165
“Travesia de la Luz”. Correo electrónico: ltorresoei@gmail.com itorres@cinep.org.co
Resumen
El abordaje de la historia reciente del país en el contexto de diálogos de paz y
posible post-acuerdo inquieta a la escuela en lo que respecta a las repercusiones Palabras clave
curriculares, las responsabilidades frente a la reparación y las nuevas represen-
taciones de los daños y afectaciones causados por la guerra. El presente artículo
memoria, enseñanza de la
expone reflexiones conceptuales en torno a la relación de memoria, historia y con-
flicto teniendo en cuenta los requerimientos al sector educativo en el marco tran- historia; conflicto; violencia
sicional para la paz; metodológicamente asume la revisión bibliográfica y el aporte
reflexivo sobre las nociones mencionadas como contribución a los nuevos modos
de comprensión de la enseñanza de la historia y las responsabilidades colectivas
de ejercicios de memoria y reconstrucción de la historia reciente en la escuela.
Abstract
Addressing the recent history of our country in the context of post-agreement is
Keywords a concern to the school in terms of its currículum implications and responsibilities
versus reparation and new representations of the damages and disruptions cau-
sed by war. This paper presents conceptual reflections on the relationship between
memory; history teaching;
memory, history and conflict, taking into account the requirements of the education
conflict; violence sector in the transitional framework for peace. Methodologically, it assumes the lite-
rature review and the thoughtful input on the concepts mentioned as a contribution
to new ways of understanding the teaching of history and collective responsibilities
on memory practices and reconstruction of recent history in school.
Resumo
A abordagem da história recente do país no contexto do pós-acordo inquieta á
escola em relação ás repercussões curriculares, as responsabilidades frente á re- Palavras chave
paração e as novas representações dos danos e afetações causadas pela guerra. O
presente artigo expõe reflexões conceptuais sobre a relação de memória, história
e o conflito tendo em conta os requerimentos ao setor educativo no cenário tran- memória; ensino da história;
sicional para a paz, metodologicamente assume a revisão bibliográfica e o aporte conflito; violência
reflexivo sobre as noções mencionadas como contribuição aos novos modos de
compreensão do ensino da história e as responsabilidades coletivas de exercícios
de memória e reconstrução da história recente na escola.
N.º 71
166
La memoria es el presente del pasado, y no puede constituirse en
forma independiente de los dilemas del tiempo desde el cual es
elaborada. Apropiarse significativamente del pasado marcado por
la experiencia del terrorismo de Estado y del autoritarismo implica
asumir el desafío del conflicto por el que hoy está atravesada su
memoria. E implica el esfuerzo de apertura para que sean las nuevas
generaciones que estamos formando en las escuelas las que se
sumen a este proceso con sus propias preguntas y percepciones.
S. Raggio.
La enseñanza del pasado reciente.
Hacer memoria y escribir la Historia en el aula
L
os trabajos historiográficos en Colombia han promovido el análisis del
pasado reciente a partir de la recuperación material e inmaterial de
versiones históricas de carácter público y privado a nivel regional y
nacional, al mismo tiempo que se han convertido en reflejo de ejercicios
de memoria correspondientes a temporalidades, espacialidades y narrati-
vas que expresan los límites y posibilidades de la labor historiográfica y de
los trabajos de memoria sobre el conflicto armado.
Los espacios educativos formales como la escuela no han sido ajenos
Historia reciente en la escuela colombiana: acercamiento a las nociones de memoria, historia y conflicto
al tema ni a la intrincada relación entre historia-memoria. Por el contrario,
la representación del pasado y la rememoración de lo ausente han hecho
parte de la reafirmación escolar en la construcción de identidad nacional
(Carretero, 2007), equipada de memorias con discursos rememorativos,
memorialísticos y conmemorativos de modelos ideales, heroicos y bélicos.
En este contexto, este artículo expresa el interés por comprender las
implicaciones de la producción y reproducción de las memorias de la
historia reciente del conflicto armado colombiano en la escuela, partien-
do de que el tratamiento de la memoria en el campo educativo está sujeto
a responsabilidades éticas, políticas, jurídicas y académicas que denotan
la complejidad del trabajo con versiones diversas sobre acontecimientos
traumáticos generados por la guerra. Por tanto, se debe ser cuidadoso en
el acercamiento al tema, más aún en tiempos de acuerdos de paz.
La exposición conceptual de algunos postulados sobre las nociones
de memoria, historia y escuela se complementa de forma relacional con
las nociones de violencia y conflicto, suponiendo su importancia para la
comprensión de la historia reciente del país a través de la historia escolar.
Lorena Torres Gámez
Historia reciente en la escuela colombiana: acercamiento a las nociones de memoria, historia y conflicto
dual y colectiva, ejercida en un marco social que le permite al pasado
tornarse presente, constituyendo la experiencia vivida de un grupo para
su formación, cohesión social y preservación (Sarlo, 2012).
La naturaleza social de los eventos hace que la memoria tenga en
sí misma un enfoque cognitivo que se articula –no siempre de forma
acorde– a la expresión y el establecimiento de ejes temporales y narra-
tivos. Eso explica por qué el recuerdo es producto de una selección, un
ejercicio determinante que pone a los sujetos de forma consciente o in-
consciente en un contexto social en el que se evoca y registra a partir de
los intereses del presente, obviando determinados aspectos del pasado y
privilegiando otros.
La memoria no es estática; es esencialmente constructiva, en la me-
dida en que los recuerdos son recreaciones del pasado. El recuerdo es
una imagen transportada del pasado y adherida a otras imágenes,
p. 118).
Historia reciente en la escuela colombiana: acercamiento a las nociones de memoria, historia y conflicto
pasado, son propias de la disciplina histórica y sus estrategias narrativas.
Historia reciente en la escuela colombiana: acercamiento a las nociones de memoria, historia y conflicto
2011)– responsabilidades concretas asignadas al sector educativo, algu-
nas presentadas en la siguiente tabla.
Observaciones/Público
Norma Texto jurídico
objeto
Continúa
N.º 71
173
Observaciones/Público
Norma Texto jurídico
objeto
Componente 2:
Actividades de pedagogía. Este compo-
nente se desarrollará en concordancia
con el Plan Nacional de Educación en
Derechos Humanos, conjuntamente con
Art. 189. los ministerios de Educación Nacional y
Componentes Cultura, con el Programa Presidencial para La construcción de la propues-
del Programa la Protección y Vigilancia de los Derechos ta pedagógica debe partir del
de Derechos Humanos y Derecho Internacional Huma- reconocimiento de experien-
Humanos nitario y el Departamento Administrativo cias de diferentes instituciones
y Memoria de la Ciencia, Tecnología e Innovación, que han trabajado el tema.
Histórica Alta Consejería para la Equidad de la
Mujer, entre otras entidades, para crear y
cimentar una cultura de conocimiento y
comprensión de la historia política y so-
cial de Colombia en el marco del conflicto
Revista Colombiana de Educación N. 71
armado interno.
Continúa
174
Observaciones/Público
Norma Texto jurídico
objeto
Historia reciente en la escuela colombiana: acercamiento a las nociones de memoria, historia y conflicto
Fuente: Ley de Víctimas y Restitución de Tierras 1448 de 2011, artículos relacionados con las responsa-
bilidades del sector educativo en términos de reparación a población víctima.
coherentes con voluntad política, por eso, resulta urgente producir consen-
sos asociados a valores democráticos, en donde el diálogo no gire tan solo
en torno a las experiencias límite, y las condiciones que las hicieron posibles
Segundo semestre de 2016
Historia reciente en la escuela colombiana: acercamiento a las nociones de memoria, historia y conflicto
tensiones y poderes.
El abordaje conceptual permite nuevas lecturas de la reconstrucción
de eventos significantes, y re-semantizados desde los lugares donde se
nombran los sujetos. A continuación, proponemos un acercamiento a las
nociones de violencia y conflicto como ejes denotativos de la realidad
colombiana.
En un plano general, la explicación del conflicto está asociada a
procesos en los que se manifiestan puntos contrapuestos entre individuos
que hacen uso de la violencia en medio de la existencia de grados de ten-
sión, poder y dominación. Aun así, cabe distinguir desde un inicio que
existido siempre. Es, más bien, que ciertos períodos históricos no ha-
cen más que reactualizar la violencia. Sabemos, dice, que la violencia
no se recuerda sino cuando se desborda y que no tenemos conciencia
ISSN 0120-3916
178
Atendiendo a esta perspectiva, existen elementos semejantes con
Alain Michaud (1973), quien desde una mirada antropológica supone
que el concepto de violencia ha servido para entender el caos de los
fenómenos políticos cuando las reglas sociales son desatendidas, hacien-
do de la violencia un conjunto de comportamientos y expectativas de
tradición histórica.
Este concepto como componente social de trayectoria individual
y colectiva bajo una visión hobbesiana de estado natural, se concibe
con la presencia de la violencia ante la ausencia de cualquier norma
intersubjetiva que evite el deseo insaciable de poder y egoísmo, como
una constante institucional, siempre presente en la vida social (Girard,
1983).
Según estos postulados y situándonos en las especificidades de Co-
lombia, nos preguntamos por las violencias ejercidas en el país después
de la segunda mitad del siglo xx: ¿será que el desacato del equilibrio
entre poder y dominación ha llevado a la manutención de discursos de
homogeneidad y naturalización de una visión prosaica de la violencia?
Para Daniel Pecaut el fenómeno de la violencia en Colombia está di-
rectamente asociado a las transformaciones evidenciadas en “la ausencia
o precariedad del Estado, la existencia de una población importante por
Historia reciente en la escuela colombiana: acercamiento a las nociones de memoria, historia y conflicto
fuera de la institucionalidad oficial; y la compleja relación que se presen-
ta en Colombia entre periferias y centro” (2003, p. 80) además de una
“correlación casi inversa entre desarrollo económico y el grado relativo
de la violencia” (1997, p. 898).
La manutención de discursos homogeneizantes acerca de las expli-
caciones del conflicto armado viabiliza la ausencia del Estado y dificulta
la mirada sistémica de la guerra a partir de tres condiciones claves e
interrelacionadas: la precariedad o el fracaso de los dispositivos institu-
cionales adecuados para el tratamiento de conflictos; las perspectivas de
éxito de las partes, representadas en una “economía política positiva” en
la que la guerra es mejor opción que la paz; y la cómoda moderación de
fuerzas económicas entre los contendores, lo que Nazid Richani denomi-
na cómodo impasse (2003).
Historia reciente en la escuela colombiana: acercamiento a las nociones de memoria, historia y conflicto
cisamente a las desavenencias o problemas de objetivos respecto a los
recursos. Se produce entre Estados, grupos o sectores organizados dentro
de la sociedad” (Comisión Andina de Juristas, 2014).
Vicenç Fisas ha dedicado gran parte de su obra a entender los con-
flictos y la promoción de la cultura y la paz. Afirma que el conflicto
es un “proceso interactivo” (1987, p. 48) generado en un contexto de-
terminado, es una construcción social, una creación humana, es una
condición inherente al ser social-humano diferente a la violencia (puede
haber conflictos sin violencia). El ser inherente no lo deja al margen de
posibilidades de cambio, con contradicciones de objetivos y conciencias
acarreadas por el conflicto, que lo convierte en un fenómeno dinámico.
Según lo anterior, conflicto y violencia son dos nociones que se aco-
gen a una determinación de fenómenos sociales presentes en la historia
de Colombia, con causas estructurales, como la notable ausencia del
Estado, la imprevisión de proyecto nacional por parte de una elite bipar-
tidista, la prolongada tradición de propiedad de la tierra en pocas manos,
el auge y la manutención del narcotráfico a diferentes niveles sociales y
Lorena Torres Gámez
Consideraciones finales
Historia reciente en la escuela colombiana: acercamiento a las nociones de memoria, historia y conflicto
por construir un sentido de la historia reciente del país con carácter pe-
dagógico en el escenario escolar, motivado por la convicción de que los
conocimientos disciplinares no empoderan por sí solos a los sujetos, no
reparan, ni reconstruyen tejidos en un país con una larga trayectoria de
violencia acentuada en las diferentes esferas de la sociedad. Por el con-
trario, esto se logra en compañía de propuestas conscientes de formación
de sujetos con habilidades cognitivas, reflexivas y afectivas para el reco-
nocimiento de la historia de su país desde miradas críticas, imaginativas,
participativas y responsables.
Lorena Torres Gámez
pp. 165-185
N.º 71
183
Referencias bibliográficas
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Segundo semestre de 2016
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Lorena Torres Gámez
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N.º 71
185
Normalising Conflict and
De-Normalising Violence: Challenges
and Possibilities of Critical Teaching
of the History of the Colombian
Armed Conflict
Ángela Bermúdez** 1
orcid.org/0000-0002-5269-6420
Artículo de investigación
Revista Colombiana de Educación, N.º 71. Segundo semestre de 2016, Bogotá, Colombia.
Para citar: Padilla, A., &; Bermúdez, A. (2016). To normalize conflict and denormalize
violence: challenges and possibilities in a critical teaching of history of the colombian
armed conflict. Revista Colombiana de Educación, (71), 187-218.
Recibido: 01/03/16
Evaluado: 07/03/16
Resumen
Este artículo explora la contribución que puede hacer la enseñanza de la historia a
Palabras clave procesos de educación para la paz en la escuela, específicamente en el abordaje
de la historia del conflicto armado colombiano. Se analizan las narrativas sobre el
educación para la paz; conflicto presentes en tres textos escolares de historia de amplia difusión, así como
en el informe ¡Basta Ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad del Grupo de
enseñanza de la historia;
Memoria Histórica (gmh, 2013), haciendo énfasis en (1) la estructura narrativa, (2) las
conflicto armado; explicación de las causas de la violencia y (3) la representación de la experiencia
pensamiento crítico; de las víctimas. Estos elementos narrativos se examinan a la luz de cuatro catego-
deslegitimación de la rías de la indagación crítica (planteamiento de problemas, escepticismo reflexivo,
violencia; análisis narrativo multiperspectividad y pensamiento sistémico), para determinar la medida en que
contribuyen a fomentar una comprensión crítica de la violencia política. El artículo
concluye con algunas recomendaciones para una enseñanza de la historia que,
en el marco de la educación para la paz, promueva en los estudiantes reflexiones
favorables a la deslegitimación de la violencia y a la no repetición.
Resumo
Este artigo explora a contribuição que pode fazer a educação da história á proces-
sos de educação para a paz na escola, principalmente na abordagem da história do Palavras chave
conflito armado colombiano. Analisam-se as narrativas sobre o conflito presentes
em três textos da escola da amplia difusão, assim como no informe ¡Basta Ya! Me-
educação para a paz; ensino
morias de guerra y dignidad do Grupo de Memória Histórica (gmh, 2013), fazendo
ênfase em (1) a estrutura narrativa, (2) a explicação das causas da violência y (3) da história; conflito armado;
a representação da experiência das vitimas. Estes elementos narrativos se exa- pensamento crítico; dês
minam á luz de quatro categorias da indagação crítica (problematização, ceticismo legitimação da violência;
reflexivo, multiperspectividade e pensamento sistêmico), para determinar a medida analise narrativo
na que ajudam á incentivar uma compreensão crítica da violência política. O artigo
termina com algumas recomendações para um ensino da história que, no marco
duma educação para a paz, promova nos estudantes reflexões favoráveis á dês
legitimação da violência e á não repetição.
N.º 71
188
Introduction
C
olombian society is currently facing a unique, historic opportunity
to help close a five-decade chapter that has left nearly 220,000
deaths and 10% of the population displaced from their territories
(Wills, 2015). While writing this article, we are about to complete three
years of a complex negotiation process between the Colombian State and
the Revolutionary Armed Forces of Colombia (farc). Since October 2012, the
negotiations in Havana have focused on the terms that might end the ar-
med conflict, and set the foundations for sustainable peace. This dialogue
has included unprecedented participation by other actors of the conflict,
such as victims, the military, entrepreneurs and academics. From many
people’s perspective, the Havana process is much more promising than
any of the previous attempts to “negotiate peace”; and the possibility of
demobilizing the country’s largest and oldest guerrilla is now seen as
proximate and plausible. However, we know the most difficult part is just
beginning. How are we to project a peaceful future, from the standpoint
of a past and a present so marked by violence? The recurrent use of the
term post-conflict, in referring to the scenario following the signature of
agreements, insinuates the complexity of this challenge. If these come to
be signed, part of the armed confrontations should cease1. However, we
will still have to live with the conflict, or rather, with multiple conflicts
that are rooted in the social structure and culture of Colombian society.
The cessation of armed confrontation should not generate the illusion that
189
1 It is not clear yet what would happen to other guerrilla groups and criminal bands.
sustainable, as well as for non-violent initiatives of conflict management,
which have been germinating for decades in the country, to flourish wi-
thout having to contend with terror or invisibilization.
Such great challenge is a direct responsibility of all educators, par-
ticularly social science teachers. It is in our hands to help the new gene-
rations critically understand the country’s history, in such a way that the
conflict is normalized and violence is de-normalized. This is why we ask
ourselves: How should the history of the armed conflict be taught? Which
ways of telling this story is more favorable for peace building?
In this article, we contrast two different ways of narrating the history
of the Colombian Armed Conflict. On one hand, we analyze the account
put forth in three 9th grade history textbooks2, and on the other, we make a
contrast with the narrative presented by the “¡Basta Ya!, Memories of War
and Dignity” Report (gmh, 2013).
These materials are certainly very different in nature, so our intention
to contrast their narratives deserves an explanation. The school textbooks
follow official curricular guidelines by the National Ministry of Education,
which require that they foster a wide variety of competencies and cover a
large amount of social science topics in national, regional and internatio-
nal contexts. They have been produced and distributed by renowned com-
mercial publishing companies that compete for a niche in the educational
materials market, especially in the Colombian context, where the use of
textbooks is not mandatory. The ¡Basta Ya! report, in turn, published by
the Centro Nacional de Memoria Histórica (National Historical Memory
Centre (cnmh)) in 2013, aims at the public dissemination of the research
conducted by the Grupo de Memoria Histórica (Historical Memory Group,
(gmh)) in the framework of the Law for Victims and Land Restitution (Law
# 1448 / 2011). Although this report was not produced as a classroom wor-
king material, it was indeed conceived as a resource geared to educate the
public opinion with regard to an understanding of the conflict. In its nearly
400 pages, the report is written in a relatively simple language, abundantly
illustrated with photographs and graphics, and generously laid-out to faci-
Revista Colombiana de Educación N. 71
190 2 The Colombian educational system includes eleven grades. Ninth grade is the last year
in the secondary basic educational cycle, followed by two years of middle education.
peace building, we strive specifically to examine different ways of narra-
ting the history of a violent past. As in other countries, school textbooks
in Colombia offer an inevitably constricted and general synthesis of the
national history; and they have not been written bearing in mind ques-
tions about the conflict, violence and peace. By contrast, the ¡Basta Ya! re-
port, notwithstanding all its limitations, represents the effort of a research
group to look back on the past and to narrate a violent history, seeking
to contribute toward building a peaceful future. Thus, how do narratives
change when explicit questions on the conflict, violence and peace are
given a leading role? To what extent do these different narratives mark
possibilities to develop a critical understanding of violence?
The analysis we present focuses on three aspects: i) the narrative struc-
ture, ii) the explanation of the causes of violence, and iii) the representation
of the victims’ experience. In the discussion of results, we expound how
these aspects constitute fundamental elements in the construction of narra-
tives that normalize or de-normalize violence; thus, they are fundamental
to develop a critical understanding of the past, which is crucial for the
construction of peace cultures (Bermúdez, 2016). The promising situation
of the current peace process underlines the urgency of addressing the
challenges and possibilities we discuss in this article; still, it is actually the
long history of violence, trauma and despair, what makes this discussion
so important.
tanding of current or past social issues, and orient their own action in face
of such issues (Andrews, 2007; Haste & Abrahams, 2008; Wertsch, 1997).
According to Haste (1993), those narratives become social theories that N.º 71
define what is taken for granted and what is contested, what is considered
“natural” or “normal”, and what is seen as “problematic”. Thus, narrati- 191
ves help establish coherence between individual and collective identities
and experiences. Research on narrative processes in peace education
has focused on explaining how social narratives affect the way in which
individuals explain conflict situations, construe representations of “the
other”, based on which they interpret their actions and justify how they
themselves relate to their “opponents” (Bar-Tal, 2000; Bekerman &
Zembylas, 2012; Salomon, 2004). Various case studies illustrate these
processes and their consequences in profoundly divided or confronted
societies, such as Northern Ireland, Israel, Palestine, Croatia, Cyprus or
Rwanda (Barber, 2009; Raviv, Oppenheimer, & Bar-Tal, 1999; Salomon
& Nevo, 2005).
In the field of history teaching and learning, researchers in different
countries have studied the ways school textbooks define “official” and
“non-official” versions of the past, making history narratives at school of-
ten linked to the construction of dominant collective imaginaries and na-
tional discourses, which powers regulating education seek to install unto
citizens (Acevedo & Samacá, 2012; Carretero, 2011; Carretero, Asensio
& Moneo, 2012; Ferro, 1984; Gómez, 2015; Nash, Crabtree & Dunn,
1997; Symcox & Wilschut, 2009). According to Wertsch (2004), specific
stories we find in textbooks reflect common schematic narrative templa-
tes, which organize the various stories on the past around dominant to-
pics or concepts, such as the construction of the nation, progress or the
conquest of liberty. For example, Tulviste & Wertsch (1994) describe this
phenomenon in the case of Estonia, particularly from the fall of the Berlin
Wall and the collapse of the Soviet Union onward. Other studies show
how school narratives deal with existing tensions between dominant and
marginal, or majority and minority groups’ perspectives, as well as the
consequences they cast upon the contexts of conflict and reconciliation
(Clark, 2006; Kitson, 2007; Oglesby, 2007).
Although many narrative studies on peace education and history tea-
ching have evolved without much dialogue among themselves, there are
some important coincidences. Let us emphasize an acknowledgement of
i) the interpretive, plural and controversial character of social and histo-
Revista Colombiana de Educación N. 71
rical narratives; ii) the intimate relation between the use of social narra-
tives and the construction of individual and collective identities; iii) the
Segundo semestre de 2016
Methodology
This study is part of an international qualitative research project on the
relation between history teaching and the legitimation or delegitimation
of political violence. In the first phase, we analyzed narratives about nine
historical events that appear in school textbooks and other educational
materials from Colombia, Spain and the United States. The Colombian
armed conflict was one of three topics analyzed in Colombia. The con-
ceptual and methodological design we use in the article derives from the
broader project.
For data collection, three history textbooks–recently published and
Revista Colombiana de Educación N. 71
the level which more broadly covers the topic of the Colombian armed
conflict. Textbooks sold by renowned publishers were chosen to meet
ISSN 0120-3916
N.º 71
riod from the mid-twentieth century until present times, where the topic
is addressed, were selected from each textbook. While each chapter is
194 approximately 25 pages long, the topic of the Colombian conflict takes
more or less one fourth of each chapter.
In order to contrast school textbook narratives, we selected the ¡Bas-
ta Ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad3 report, drafted by the
Grupo de Memoria Histórica (gmh, 2013) and published by the Centro
Nacional de Memoria Histórica4. Following the criteria established in the
larger research project, this contrast material should offer an example of
an alternative narrative to that presented in school textbooks, which was
not determined by official curricular guidelines. Regarding authorship,
it should come from academic centers or organizations whose mission
included the promotion of historical culture, human rights, and/or peace
building. Although such material was not expected to have been designed
explicitly for classroom use, it should have a general educational pur-
pose. For analysis of the ¡Basta Ya! report, we selected three chapters
that address i) the dimensions and modalities of violence, ii) the origins,
dynamics and growth of the armed conflict, and iii) the impacts and da-
mages caused by the latter. Each chapter is approximately 80 pages long,
although almost one third of this length is occupied by photographs and
graphics. To be sure, the material published by the cnmh is not the only
alternative way of narrating the Colombian armed conflict’s history, but
we chose to focus our analysis on it, given its magnitude and visibili-
ty. Among other considerations, we bore in mind that through a formal
agreement with the National Ministry of Education, the cnmh has played
a fundamental role in designing and implementing educational strategies
for the reconstruction of the Colombian Armed Conflict’s historical me-
mory and for peace education.
Systemic thinking
Coordinates structures and human agency in explanations.
Represents totality, complexity and transformation of phenomena.
This section shall discuss the results of analysis in three categories: i) struc-
ture of the story, ii) explanation of the causes of the conflict and violence,
and iii) representation of the victims’ experience. Based on an inductive
analysis of outstanding topics and a guided exploration through analyti-
cal questions, we find that the three textbooks have a common storyline,
which is different from that of ¡Basta Ya!. Consequently, as we present the
results, we make a contrast between two ways of narrating the history of
the Colombian Armed Conflict.
The first difference between the two stories has to do with the narrati-
ve structure and the resulting thematic emphasis. By narrative structure,
we mean the facts and actors that are included or excluded, the way
in which these contents are organized, and the aspects either emphasi-
zed or otherwise presented as secondary or marginal. School textbooks
have a linear chronological structure, organized along the sequence of
presidential periods and government policies and actions. ¡Basta Ya! has
an explanatory structure resembling a network, in which different causal
factors are interwoven into the process of configuration of the conflict;
the diverse manifestations, uses and transformations of violence; its con-
sequences; and the various actors’ –particularly the victims’- experience
Figure 1. Vivo word cloud containing the 25 most frequent words in each narrative.
Angélica Padilla / Ángela Bermúdez
N.º 71
197
Narrative structure in school textbooks
The three chapters selected from the textbooks describe each government’s
policies and actions in different domains, such as economic development,
electoral politics, administrative and institutional management, or social and
international policies. The Colombian Armed Conflict is addressed amidst
these topics, by referring to the various illegal armed groups’ rise and action,
as well as the consequent measures taken by the governments in order to
restrain or combat them, or seeking to promote peace. The textbooks vary
in the level of detail in which they describe actors and events, and in some
cases, in the approach with which they touch certain topics. However,
there is a body of facts and events in each presidential period, which is
common to the three textbooks and serves as a basic structure to portray
the armed conflict. In Table 3 we summarize the events included in the
three textbooks’ central narrative. We have tried to preserve the language
used by these materials.
A. Lleras Camargo
(1958-1962)
Distribution of power among liberals and conservatives
G. León Valencia
(1962-1966) (National Front), which entails political exclusion
Configuration of different opposition forces, both political and armed.
C. Lleras Restrepo
Rise of illegal armed groups (farc, eln, epl, maql, M19), in the international
(1966-1970)
context of the Cold War and New Left ideologies.
M. Pastrana Borrero
(1970-1974)
A. López Michelsen Implementation of neoliberal social and economic policies, and a labor
reform devised to introduce the “integral salary”.
(1974-1978)
Military support to tackle and control social protests and the National Civic
Strike, generated by increase in the cost of life.
Revista Colombiana de Educación N. 71
(1978-1982) Establishment of the National Security Statute, with strict measures facing
the violence coming from guerrillas and organized crime.
ISSN 0120-3916
Á. Uribe Vélez Joint collaboration between civil society and the army aiming to strengthen
(2002-2010) security.
Increase in the fight against the drug trade, demobilization of auc in the
framework of the Justice and Peace Law (# 795 / 2015), decrease in kidna-
ppings and reestablishment of security through military presence in most of
the national territory.
pp. 187-218
State and society, as well as their lack of will to enact the peace agree-
ments sponsored by the governments. Thus, the actors’ representation is
markedly dichotomous.
N.º 71
The events selected and the language used (terrorist acts, kidnapping
200 or assassination) make this narrative view violence as mainly derived from
illegal groups’ actions. In very few cases is the State’s participation in human
rights violations exposed; although these are explicitly mentioned, this is
done with certain ambiguity, which blurs the possibility to critically reflect
on the difference between the State’s legitimate use and monopoly of force,
and the excessive and illegitimate violence as a political tool mobilized
by different social actors’ clashing interests. The following quote illustrates
such ambiguity:
Narrative structure in the ¡Basta Ya! report of Critical Teaching of the History of the Colombian Armed Conflict
In contrast with the school textbooks, the ¡Basta Ya! narrative is structu-
red by the explanation of the rise and use of violence by different actors
in the context of diverse social conflicts, while highlighting the victims’
human experience. The report itself asserts, “The gmh established a point
Angélica Padilla / Ángela Bermúdez
in time, and reconstructing the impacts, damages and memories for those
who endured them. The Report consists of five chapters, of which three
N.º 71
were analyzed. In Table 4 we synthesize the contents that vertebrate this
story’s structure:
201
Table 4. Contents of the ¡Basta Ya! Report
CHAPTER CONTENT
as a whole, and by setting forth the benefits and costs associated to vio-
lence, as well as their unequal distribution.
N.º 71
The report’s structure itself suggests a systemic approach that delves
deep into the multiple causes, manifestations and consequences of the war.
202 The ¡Basta Ya! narrative interweaves the rise and use of violence by diverse
actors in the context of multiple social conflicts that cut across Colombian
society. Such conflicts are the concentration of agrarian property, the lack of
political pluralism and possibilities for social movements, the State’s institu-
tional and territorial fragmentation, and the penetration of the drug traffic in
different social, political and economic spheres.
On a different line, ¡Basta Ya! presents a narrative with various voi-
ces, describing different actors’ perspective in their understanding of the
conflict, territories and civilian population, as well as the interests at stake
when they make use of violence. These multiple perspectives contrast, in
turn, with the victims’ experience; this helps the understanding of their
meanings, in light of the consequences for specific populations and society
as a whole.
The differential analysis of the modalities of violence employed
across the conflict’s length and breadth recognizes the violence exerted by
the guerrillas and paramilitaries, as well as by the Armed Forces, insofar as
they violate human rights and contribute to its exacerbation. “The violence
by Public Force members focused on arbitrary detention, torture, selecti-
ve assassination and forced disappearance, as well as collateral damages
produced by bombardments and an excessive and disproportionate use of
force” (GMH, 2013, p. 35). The State forces’ struggle to recover the mono-
poly of force in the regions is analyzed, yet without overlooking the way
these override the legal framework and democratic principles, or the con-
ditions and factors that make this possible. On the other hand, the narrative
recognizes violence in its direct forms (modalities of violence in the armed
possibilities and need to achieve the different actors’ goals through other,
non-violent mechanisms.
Table 5. Contrast between the narrative structure of school textbooks and ¡Basta Ya!
pp. 187-218
Univocal narrative – favors the State’s perspec- Multivocal narrative – integrates different actors’
tive perspectives
Especially questions the violence exerted by Questions the violence exerted by illegal actors
illegal actors and Armed Forces in a balanced way
Scarce reference to the consequences of vio- Centrality of the consequences of violence and
lence and the victims’ experience the victims’ perspective
The systemic thinking tool underlines the fact that critical understanding
of social phenomena rests partly on the multicausal explanation of their
origins and transformations, shedding light on the social systems and the
historical processes embedding particular events. On the other hand, sys-
temic explanations assume an articulation of the individual and collective
actors’ actions and intentions, with the web of causal factors that interact
as driving forces of change and continuity in social historical phenomena.
In contrast with this criterion, school textbooks offer a monocausal
explanation of the guerrilla groups’ origin. This explanation goes back to
the problem of political exclusion during the National Front, which gene-
rated different forms of opposition, among which the armed struggle arose.
“Such pact [the National Front] brought the violence between parties to
an end, but gave rise to the exclusion of other political tendencies; this
generated a new stage of violence, during which guerrilla groups emer-
ged” (Santillana, 2012, p. 256). In this way, the configuration of guerrillas
is explained as these groups’ choice of the violent path, as a revolutionary
strategy to promote the uprising of the masses and the overthrow of the
excluding regime, instead of opting for other democratic possibilities.
The textbooks say little or nothing about the agrarian problem, which
ISSN 0120-3916
sets the foundation for the deeper conflict and influences the political
options by guerrilla groups and other social movements.
Thereafter, violence appears intermittently, as the narrative tells about
N.º 71
the emergence of new actors, the intensification of armed actions by diffe-
204 rent illegal groups, their confrontations with the State or with each other, and
the consecutive governments’ responses seeking the defense and control
of public order. In this manner, the armed conflict’s evolution is explained
through a sequence of events and actions, between which a simple relation
of action and reaction has primacy. This linear explanation does not help
understand the circumstances whence diverse factors hatched and genera-
ted the underlying experiences, needs, interests and logics to the different
actors’ practices and the complex relations between them. For instance,
regarding the rise and action of guerrilla groups, one textbook states:
Likewise, the textbooks also refer to cases when different State forces
backed the paramilitaries, breaking the legal frameworks
The same year when Uribe began his second rule, the “para-política”
broke out as his government’s first great scandal, in which a good num-
ber of senators who were close allies to his political project […] were
accused of holding relationships with paramilitary chiefs (Santillana,
2013, p. 279).
The agrarian crisis of the time [1960], as in current times, was evi-
denced by the extreme inequality in land distribution and the rural
population’s severe poverty. […] the narrow scope of social and eco-
nomic reforms, added to the scenario of military repression and political
restriction during the National Front, served as the hotbed of the ar-
med way and the radicalization of some leftist political sectors (gmh,
2013, p. 120).
Violence as a choice by illegal actors facing Explanation of the use of violence as a strate-
political exclusion by government gic tool by all actors involved in the conflict
most severely harmed by their actions is the civil society. Right and left
wing armed groups carry out illegal activities, such as extortion and
ISSN 0120-3916
What these fragments show is that even though the textbooks mention
phenomena of victimization, like the violation of human rights, displace-
ment, extortion and kidnapping, the description is so general that it cannot
take the reader to fathom the costs derived from the use of violence as a
political and military strategy for the domination of a territory. These scant
mentions do not generate a deeper understanding of which rights were
violated, in what ways, or the mark imprinted in society and collective
imaginaries. Expressions like “numerous and incalculable effects” or “me-
thods that reached unthinkable extremes in the violation of human rights”
denote the gravity of the situation, but do not bring the reader closer to
the texture of the human experience, whence he or she might be able to
empathize with the victims of violence and understand the magnitude of
the damage caused. Regarded from this perspective, the notion that those
disenfranchised from their home and land, and forced to displace themsel-
ves to other places “start a new life”, does not reflect clearly or forcefully
enough the drama of the irreparable losses, estrangement and trauma, nor
the challenges and courage of those who manage to begin anew or return.
By not distinguishing the experiences of diverse population groups, the
In contrast with the school textbooks, ¡Basta Ya! situates the memory of
Angélica Padilla / Ángela Bermúdez
violence victims at the center of the narrative. This accentuates the con-
flict’s human dimension, while their perspectives question the different
armed actors who were responsible for the violation of human rights,
whether these groups are rightist, leftist or belong to State forces.
pp. 187-218
I left with my seven children, and I carried another in the belly… They
killed my husband right in front of us. So I left without my husband, wi-
thout land, without clothes, without money… without anything! Alone,
with so many children. I got to Montería, trying to find a way to support
these children; I could not let them starve. There was no time for grief, no
time for nothing. I had to find a place to sleep, a way to get the children a
piece of bread and a cup of aguadepanela (gmh, 2013, p. 306).
I live dying–a 50-year old peasant told us, who lost a leg and almost all
his eyesight when he stepped on a land mine 4 years back–. Now I live
off alms, and whatever my children can feed me. I live with the three
youngest ones… I have been like this for three years, and I am not dead
(gmh, 2013, p. 95).
Nobody has been exempt from the war, that is true, but the reports and
the data recording Human Rights violations prove how the war has
not affected everyone in the same measure. The war befalls especia-
Revista Colombiana de Educación N. 71
Scarce presence of victims and their perspective Victims and their perspective at the centre of
in the narrative the narrative
N.º 71
Victims’ experience portrayed in a general and Detailed description and testimonies of violation
210 aseptic way experiences
Continúa
School textbooks ¡Basta Ya!
In this article, we have contrasted two ways of narrating the history of the
Colombian armed conflict. Data analysis reveals a stark contrast between
the narratives presented by school textbooks and the ¡Basta Ya! report,
regarding (i) narrative structure, (ii) explanation of the causes of violence,
and (iii) representation of the victims’ experience.
The fundamental conclusion is that the armed conflict narrative com-
mon to the school textbooks has serious shortcomings, which limit their
contribution as educational resources in the context of a peace-building
process. Our analysis strives to show how the strictly chronological struc-
ture and their “presidentially-oriented” thematic approach do not favor a
critical understanding of the conflict, nor a de-legitimation of violence. In
this sense, we point out how the textbooks’ narrative (i) favors the State’s
perpective, hindering an understanding of the perspectives, goals and in-
terests held by different actors involved in the conflict; (ii) dismembers the
ternative versions. Posed mainly from the left, this call into question de-
rives from the fact that both the gmh and the cnmh were established and
Segundo semestre de 2016
partially funded within the framework of the State’s peace policy. Never-
theless, in light of the analysis we offer here, it is worth underscoring the
report’s contrast vis-à-vis what might also be considered as the “official
ISSN 0120-3916
213
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Revista Colombiana de Educación N. 71
N.º 71
218
Normalizar el conflicto y
des-normalizar la violencia: retos
y posibilidades de la enseñanza
crítica de la historia del conflicto
armado colombiano
Artículo de investigación
Revista Colombiana de Educación, N.º 71. Segundo semestre de 2016, Bogotá, Colombia.
Para citar: Padilla, A., y Bermúdez, A. (2016). Normalizar el conflicto y desnormalizar la violencia:
retos y posibilidades de la enseñanza crítica de la historia del conflicto armado colombiano.
Revista Colombiana de Educación, (71), 219-251.
Recibido: 01/03/16
Evaluado: 07/03/16
* Máster en Psicología de la Universidad Nacional de Colombia y actualmente doctoranda del Programa: De-
rechos Humanos, Retos Éticos, Sociales y Políticos de la Universidad de Deusto (Bilbao, España). Con el apo-
pp. 219-251
yo de una beca Erasmus Mundus de la Unión Europea, realiza su investigación Formación de Docentes para
la Enseñanza de la Historia de la Violencia Política Reciente: Retos y Oportunidades de la Educación para la
Paz en la Escuela bajo la dirección de Angela Bermudez. Se desempeña como asistente de investigación
en la línea Conflicto y Culturas de Paz del Centro de Ética Aplicada de Deusto. Correo electrónico: angelica.
padilla@deusto.es
** PhD en Educación de la Universidad de Harvard. Coordina la línea de investigación Conflicto y Cultura de N.º 71
Paz del Centro de Ética Aplicada de la Universidad de Deusto (Bilbao, España). Es Investigadora Principal
(IP) del estudio internacional Comprensión Crítica de la Violencia Política a través de la Enseñanza de la
Historia, financiada por una beca Marie Curie de la Unión Europea (FP7-PEOPLE-2012-CIG) y por una 219
beca de investigación de la Fundación Spencer. Realiza investigación cualitativa en temas de educación
ciudadana, para la paz y enseñanza de la historia. Correo electrónico: angeber@deusto.es
Resumen
Este artículo explora la contribución que puede hacer la enseñanza de la historia a
procesos de educación para la paz en la escuela, específicamente en el abordaje Palabras clave
de la historia del conflicto armado colombiano. Se analizan las narrativas sobre el
conflicto presentes en tres textos escolares de historia de amplia difusión, así como educación para la paz;
en el informe ¡Basta Ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad del Grupo de enseñanza de la historia;
Memoria Histórica (gmh, 2013), haciendo énfasis en (1) la estructura narrativa, (2) las
conflicto armado;
explicación de las causas de la violencia y (3) la representación de la experiencia
de las víctimas. Estos elementos narrativos se examinan a la luz de cuatro catego- pensamiento crítico;
rías de la indagación crítica (planteamiento de problemas, escepticismo reflexivo, eslegitimación de la violencia;
multiperspectividad y pensamiento sistémico), para determinar la medida en que análisis narrativo
contribuyen a fomentar una comprensión crítica de la violencia política. El artículo
concluye con algunas recomendaciones para una enseñanza de la historia que,
en el marco de la educación para la paz, promueva en los estudiantes reflexiones
favorables a la deslegitimación de la violencia y a la no repetición.
Abstract
This article explores the contribution history teaching may make toward peace edu-
Keywords cation processes in school, specifically by addressing the history of the Colombian
armed conflict. We analyze narratives about the armed conflict which are present
peace education; in three widely disseminated history school textbooks, as well as the ¡Basta Ya!,
Colombia: Memories of War and Dignity Report, drafted by the Historical Memory
history teaching; armed
Group (gmh, 2013). Our analysis emphasizes: (i) narrative structure, (ii) explanation of
conflict; critical thinking; the causes of violence, and (iii) the representation of victims’ experience. We exa-
delegitimization of violence; mine these narrative elements in light of four critical inquiry categories (Problem
narrative analysis Posing, Reflexive Scepticism, Multiperspectivity and Systemic Thinking), in order
to establish the extent to which the former help foster a critical understanding of
political violence. The article ends with some recommendations for a kind of history
teaching capable of nurturing –in the framework of peace education–reflections
that favor delegitimization of violence and non-repetition.
Resumo
Este artigo explora a contribuição que pode fazer a educação da história á proces-
sos de educação para a paz na escola, principalmente na abordagem da história do Palavras chave
conflito armado colombiano. Analisam-se as narrativas sobre o conflito presentes
em três textos da escola da amplia difusão, assim como no informe ¡Basta Ya! Me-
educação para a paz; ensino
morias de guerra y dignidad do Grupo de Memória Histórica (gmh, 2013), fazendo
ênfase em (1) a estrutura narrativa, (2) a explicação das causas da violência y (3) da história; conflito armado;
a representação da experiência das vitimas. Estes elementos narrativos se exa- pensamento crítico; dês
minam á luz de quatro categorias da indagação crítica (problematização, ceticismo legitimação da violência;
reflexivo, multiperspectividade e pensamento sistêmico), para determinar a medida analise narrativo
na que ajudam á incentivar uma compreensão crítica da violência política. O artigo
termina com algumas recomendações para um ensino da história que, no marco
duma educação para a paz, promova nos estudantes reflexões favoráveis á dês
legitimação da violência e á não repetição.
N.º 71
220
Introducción
L
a sociedad colombiana se encuentra hoy ante una oportunidad his-
tórica única, que puede ayudarle a cerrar un capítulo de más de
cinco décadas que ha dejado cerca de 220 000 muertos y alrededor
del 10 % de la población desplazada de sus territorios (Wills, 2015). Al
escribir este artículo, estamos a pocos meses de culminar tres años de
un complejo proceso de negociación entre el Estado colombiano y las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (farc). Desde octubre de
2012, con las negociaciones de La Habana se ha buscado acordar los
términos que permitan ponerle fin al conflicto armado y sentar las bases
para una paz sostenible. Los diálogos han contado con la participación
sin precedentes de otros actores del conflicto, como víctimas, militares,
empresarios y académicos. El proceso de La Habana es, a ojos de mu-
chos, bastante más promisorio que cualquiera de los anteriores intentos
de “negociar la paz”, y la posibilidad de desmovilizar a la guerrilla más
grande y más vieja del país se ve cercana y plausible. Sin embargo, sabe-
mos bien que lo más difícil está por comenzar. ¿Cómo vamos a proyectar
un futuro en paz desde un pasado y un presente tan marcados por la
violencia? La complejidad de este reto se insinúa en el uso recurrente del
término posconflicto para referirse al escenario posterior a la firma de los
acuerdos. De firmarse estos, cesarán parte de los enfrentamientos arma-
dos1. Pero nos quedaremos precisamente con el conflicto, o mejor, con
múltiples conflictos enraizados en la estructura social y en la cultura de
la sociedad colombiana. El cese de los enfrentamientos armados no debe
221
1 Aún no es claro qué vaya a pasar con los otros grupos guerrilleros y bandas criminales.
resolverlos de tajo. Por eso, lo que tenemos que desenraizar de la cultura es
la asociación automática entre conflicto y violencia. Esto no es condición
suficiente, pero sí necesaria para que un proceso de paz sea sostenible y
para que las iniciativas de manejo no-violento de los conflictos que llevan
décadas germinando en el país puedan florecer sin tener que enfrentarse al
terror o la invisibilización.
Este gran reto nos compete directamente a los educadores, a todos,
pero particularmente a los profesores de ciencias sociales. En nuestras
manos está ayudarles a las nuevas generaciones a entender críticamen-
te la historia del país, de manera tal que se normalice el conflicto y se
des-normalice la violencia. Por eso nos preguntamos: ¿Cómo debe ense-
ñarse la historia del conflicto armado? ¿Qué manera de contar esa histo-
ria es más propicia para la construcción de la paz?
En este artículo contrastamos dos formas distintas de contar la histo-
ria del conflicto armado colombiano. Por un lado, analizamos los relatos
que aparecen en tres textos recientes de historia para 9.o grado2, y por
otro lado lo contrastamos con el relato que presenta el informe ¡Basta Ya!
Colombia: memorias de guerra y dignidad (gmh, 2013).
Estos son, sin duda, materiales de muy distinta naturaleza, por lo que
la intención de contrastar sus relatos merece una explicación. Los textos
escolares siguen los lineamientos curriculares oficiales del Ministerio de
Educación Nacional, que requieren fomentar una diversidad de compe-
tencias y cubrir grandes cantidades de temas de las ciencias sociales en
los contextos nacional, regional e internacional. Son producidos y ven-
didos por reconocidas editoriales comerciales que compiten por un ni-
cho en el mercado de material educativo, especialmente en un contexto
como el colombiano en el que el uso de textos no es obligatorio. Por su
parte, el informe ¡Basta Ya!, publicado por el Centro Nacional de Memo-
ria Histórica en el 2013, es un documento de difusión pública de la in-
vestigación realizada por el Grupo de Memoria Histórica en el marco de
la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras (Ley 1448 del 2011). Aunque
este informe no se produjo como un material para el trabajo en el aula,
Revista Colombiana de Educación N. 71
sí puede decirse que se pensó como un material que sirviera para educar
a la opinión pública en su comprensión del conflicto. En sus cerca de
Segundo semestre de 2016
Comparar los relatos de los textos escolares con el relato generado tras
un proceso de investigación académica podía parecer injusto o inadecua-
N.º 71 do, dado que sus objetivos, autoría, contenidos, formato y mecanismos de
222 2 El sistema educativo colombiano consta de 11 grados. 9º grado es el último año del
ciclo de educación básica secundaria, al que siguen dos años de educación media.
circulación son necesariamente distintos. Pero son justamente estas dife-
rencias las que motivan el ejercicio que proponemos en este artículo. En el
contexto actual, y con la perspectiva de esclarecer las maneras de enseñar
la historia del conflicto que son más propicias para la construcción de una
paz sostenible, lo que buscamos es precisamente examinar formas distin-
tas de narrar la historia del pasado violento. Los textos escolares, como
ocurre en otros lugares, cumplen la función de ofrecer una síntesis, por
fuerza apretada y general, de la historia nacional; y no se han escrito con
preguntas sobre el conflicto, la violencia y la paz en mente. En cambio, el
informe ¡Basta Ya!, con todas las limitaciones que pueda tener, representa
el esfuerzo de un grupo de investigadores por mirar al pasado y narrar una
historia violenta con miras a construir un horizonte de paz. ¿Cómo cam-
bian entonces los relatos cuando las preguntas explícitas sobre el conflicto,
la violencia y la paz adquieren un lugar protagónico? ¿En qué medida mar-
can estos distintos relatos las posibilidades de desarrollar en los jóvenes
una comprensión crítica de la violencia?
El análisis que presentamos se centra en tres aspectos: (1) la estructu-
ra del relato, (2) la explicación de las causas de la violencia y (3) la repre-
sentación de la experiencia de las víctimas. En la discusión de resultados
planteamos cómo estos aspectos constituyen elementos fundamenta-
les en la construcción de narrativas que normalicen o des-normalicen
la violencia, y por lo tanto fundamentales a la hora de desarrollar una
comprensión crítica del pasado, favorable a la construcción de culturas
de paz (Bermúdez, 2016). La coyuntura promisoria del actual proceso de
paz resalta la urgencia de abordar los retos y posibilidades que discuti-
Metodología
ISSN 0120-3916
N.º 71
3 A partir de su publicación en el 2013 el Centro Nacional de Memoria Histórica (cnmh)
ha desarrollado otros materiales para la escuela, que en lo fundamental siguen el mis-
mo enfoque y estructura narrativa. Dado que estos otros materiales no estaban termina- 227
dos cuando hicimos este análisis, optamos por analizar el informe ¡Basta Ya!
En el análisis de datos se utilizaron tanto estrategias de codificación
inductivas como otras orientadas teóricamente (Saldaña, 2012). En pri-
mer lugar, todos los materiales fueron codificados inductivamente para
identificar los temas sobresalientes en la descripción de acontecimientos
y actores. Además, revisamos los títulos y subtítulos de los textos, e hici-
mos una consulta de frecuencia de palabras. Posteriormente, el análisis
siguió un conjunto de preguntas analíticas que se diseñaron para exami-
nar los temas históricos del proyecto internacional y poder hacer compa-
raciones entre países, temas o recursos educativos.
Herramienta de
Procesos / Operaciones Intelectuales
indagación crítica
Segundo semestre de 2016
228 Continúa
Herramienta de
Procesos / Operaciones Intelectuales
indagación crítica
Resultados
En esta sección discutiremos los resultados del análisis, que hemos organi-
zado en tres categorías: (1) la estructura del relato, (2) la explicación de las
causas del conflicto y de la violencia y (3) la representación de la experien-
cia de las víctimas. A partir del análisis inductivo de temas sobresalientes
y de la exploración guiada por preguntas analíticas, encontramos que los
tres textos tienen un relato común, que es diferente del de ¡Basta Ya!. Por
ello, en la presentación de resultados, contrastaremos dos formas de narrar
Figura 1. Marca de Nube NVivo de las 25 palabras más frecuentes de cada narrativa.
Periodo presidencial Hechos históricos del conflicto armado comunes a tres textos
ISSN 0120-3916
A. Lleras Camargo
(1958-1962) Repartición del poder entre liberales y conservadores (Frente Nacional)
que se traduce en exclusión política.
G. León Valencia
(1962-1966) Conformación de distintas fuerzas de oposición, tanto políticas como
armadas.
N.º 71 C. Lleras Restrepo
Surgimiento de grupos armados al margen de la ley (farc, eln, epl,
(1966-1970)
maql, M19) en el contexto internacional de la Guerra Fría y las nuevas
N.º 71
231
Implementación de una estrategia contra las drogas en colaboración
con Estados Unidos mediante financiación de las Fuerzas Armadas y
desarrollo de proyectos sociales.
Intentos de terminar la violencia en Colombia mediante acercamientos
A. Pastrana (1998-2002)
con los grupos guerrilleros farc y eln.
Aceptación de las condiciones de las farc de despejar un área deno-
minada Zona de Distensión y posterior cancelación de los diálogos de
paz por falta de voluntad política de las guerrillas.
En contraste con los textos escolares, la narrativa del ¡Basta Ya! se estruc-
tura alrededor de la explicación del surgimiento y uso de la violencia por
distintos actores en el contexto de los diversos conflictos sociales, resal-
tando también la experiencia humana de las víctimas. Según lo plantea
el propio material, “El gmh fija como punto de partida de la narrativa del
conflicto armado el esclarecimiento de las dimensiones de lo que pasó,
cuándo y dónde ocurrió, cómo sucedió, quiénes lo hicieron y quiénes
lo padecieron” (gmh, 2013, p. 31). Así, se da un panorama amplio de las
distintas modalidades de la violencia en función de sus actores, explican-
do sus orígenes y transformaciones en el tiempo, y reconstruyendo los
impactos, daños y memorias de aquellos que la padecieron. El Informe
está divido en cinco capítulos, de los cuales se analizaron tres. En la tabla
4 se sintetizan los contenidos que vertebran la estructura de este relato.
CAPÍTULO CONTENIDO
flicto, de los territorios y de la población civil, así como los intereses que
ponen en juego al hacer uso de la violencia. A su vez, estas múltiples
perspectivas son contrastadas con la experiencia de las víctimas. De esta
manera se complejiza la comprensión de sus significados a la luz de las
consecuencias que tienen para poblaciones específicas y para la sociedad
en su conjunto.
pp. 219-251
Poco o nada se dice en los textos sobre el problema agrario que sien-
de eventos y acciones entre los que prima una relación simple de acción y
reacción. Esta explicación lineal no ayuda a comprender las coyunturas en
las que eclosionan diversos factores, que generan experiencias, necesida-
des, intereses y lógicas que subyacen a las prácticas de los distintos actores
y a las complejas relaciones que se dan entre ellos. Por ejemplo, respecto
pp. 219-251
N.º 71
En este punto es interesante anotar una diferencia importante del
texto anterior con los otros dos, por cuanto aquellos mencionan distintos
238 momentos en que estos grupos armados se formaron o fortalecieron al
amparo de la ley. Por ejemplo uno de los textos señala que,
Durante la década de los noventa, los grupos paramilitares tuvieron un
crecimiento considerable, muchas veces auspiciados por terratenientes
e incluso por algunos políticos y miembros de las fuerzas oficiales. A fi-
nales del gobierno Gaviria, el paramilitarismo volvió a tener un impulso
institucional con la promulgación del Decreto 356 de 1994 que creó
las Cooperativas de Vigilancia y Seguridad Privada para la autodefensa
agraria (Convivir), que fueron patrocinadas desde 1995 por el entonces
gobernador de Antioquia, Álvaro Uribe Vélez (Santillana, 2013, p. 276).
Así mismo, los textos hacen referencia a los casos en que los para-
militares cuentan con el apoyo de distintas fuerzas del Estado por fuera
de los marcos legales:
Lo que estos fragmentos muestran es que aun cuando los textos men- 241
cionan fenómenos de victimación, como la violación de los derechos
humanos, el desplazamiento, la extorsión y el secuestro, la descripción
se hace a tal nivel de generalidad que no lleva al lector a dimensionar
los costos que se derivan del uso de la violencia como estrategia políti-
ca y militar de dominación del territorio. Estas menciones tan escuetas
no generan una comprensión más profunda de cuáles derechos fueron
vulnerados, de qué forma y la impronta en la sociedad y los imaginarios
colectivos. Expresiones como “efectos cuantiosos e incalculables” o “mé-
todos que llegaron a extremos impensables de violación de los derechos
humanos” denotan la gravedad de la situación, pero no acercan al lector
a la textura de la experiencia humana desde la cual pueda empatizar con
las víctimas de la violencia y comprender la magnitud del daño causado.
Visto desde esta perspectiva, la noción de que aquellos que fueron des-
pojados de sus casas y tierras y obligados a desplazarse a otros lugares,
“empiezan una nueva vida” no refleja con suficiente claridad o fuerza
el drama de las pérdidas, el desarraigo y los traumas irreparables, ni los
retos y el coraje de los que logran reiniciar una vida o retornar. Por otra
parte, al no diferenciar la experiencia de distintos grupos poblacionales,
se pierden los matices y la diversidad de formas en que la violencia con-
tra la población civil se constituye en un arma de guerra. Los textos no
incluyen referencias por ejemplo al terror, la humillación o la intimida-
ción, generado en las comunidades por la invasión de grupos armados, la
frustración por lesiones físicas, el proyecto de vida truncado por el reclu-
tamiento ilícito o el trauma causado por la violencia sexual, entre otros.
En contraste con los textos escolares, el ¡Basta Ya! sitúa la memoria de las
víctimas de la violencia en el centro del relato. Así se acentúa la dimen-
sión humana del conflicto, y sus perspectivas interpelan a los distintos ac-
tores armados responsables de la vulneración de los derechos humanos,
sean estos grupos de derecha, de izquierda o de las fuerzas del Estado.
La historia del conflicto se relata desde la voz de hombres y mujeres
que padecieron la violencia deliberada de los distintos actores enfrenta-
Revista Colombiana de Educación N. 71
den apoyar esa transformación. Aun así, es necesario contar con más
investigación sobre la experiencia de los maestros al enseñar estos temas
(Ávila, 2012), y sobre todo, al intentar hacerlo de manera crítica y re-
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La memoria y la enseñanza
de la violencia política desde
estrategias audiovisuales*
Artículo de investigación
Revista Colombiana de Educación, N.º 71. Segundo semestre de 2016, Bogotá, Colombia.
Recibido: 23/11/15
Evaluado: 03/03/16
06/04/16
pp. 253-278
Abstract
Given the growing interest in the country and the region in the Colombian political
Keywords and armed conflict during the last decades, especially in relation to his treatment
at school and specifically to the teaching resources that have been used to work
teaching recent history; with elementary school students, the purpose of this article is to establish possi-
ble teaching strategies for addressing the teaching of recent history in the class-
memory pedagogy; teaching
room, particularly through the use of audiovisual elements. To do this, initially
of conflict; recent history; there is a conceptualization on topics such as memory and the teaching of recent
recent past history. Then, the article exposes the uses of film and political documentary in
the classroom, and ends with some pedagogical contributions to address this
sensitive issue by applying audiovisual strategies.
Resumo
Dado o crescente interesse que suscita no país e na região o tema do conflito polí-
tico e armado que tem vivido Colômbia durante as últimas décadas, principalmen- Palavras chave
te em ralação com seu tratamento na escola e especificamente com os recursos
didáticos que tem utilizado para trabalhar com estudantes de Educação Básica, o ensino da história recente;
presente artigo se propõe estabelecer umas possíveis estratégias didáticas para a
pedagogia da memória;
abordagem do ensino da história recente na sala, concretamente desde elemen-
tos audiovisuais. Para este efeito, inicialmente se conceitua sobre temas como a ensino do conflito; história
memória, o ensino da história recente, para logo passar aos usos do cinema e dos recente; passado recente
documentais políticos na sala e termina com alguns aportes pedagógicos para
abordar neste tópico com algumas estratégias audiovisuais.
N.º 71
254
La emancipación, por su parte, comienza cuando se vuelve a
cuestionar la posición entre mirar y actuar, cuando se comprende
que las evidencias que estructuran de esa manera las relaciones
del decir, del ver y del hacer pertenecen, ellas mismas, a la
estructura de la dominación y de la sujeción. Comienza cuando
se comprende que mirar es también una acción que confirma o
que transforma esta distribución de las posiciones. El espectador
también actúa, como el alumno o como el docto. Observa,
selecciona, compara, interpreta.
J. Rancière,
El espectador emancipado
J. Larrosa,
Niños atravesando el paisaje
Introducción
al libro, que enmarca esta historia, escribiendo que le habría gustado dar
una cachetada no solo a aquel chico, sino, sobre todo, “a nosotros, los
adultos, por no haber sabido enseñarle a ese adolescente cuándo llorar
N.º 71
y reír y cómo comportarse cuando se visita un campo de exterminio”
(p. 10). Su libro, aunque tardío dice el autor, quiere ser esa bofetada que
255
haga que el mal no germine.
Estas palabras ponen sobre el tapete la importancia de la educación
frente a los procesos de barbarie acaecidos en las sociedades, princi-
palmente para aquellos destinatarios que no han padecido de manera
directa las implicaciones de las catástrofes. ¿Cómo transmitir el dolor
de las víctimas? ¿Cómo educar –al decir de Adorno (1998)– para que la
barbarie no se repita? ¿Cómo sensibilizar subjetividades aparentemente
anestesiadas y apáticas?
Escribe Forges (2006) que Hitler, pese a ser derrotado ganó la guerra
porque la barbarie tuvo nuevos capítulos, como lo confirman las masacres
de Bosnia, Ruanda y las dictaduras de América Latina, entre otras; por
ello, continúa el autor, “el proyecto de enseñar la realidad de los campos
y de la Shoah es indispensable para mantener la memoria, única pero
débil oportunidad que tenemos para protegernos contra el regreso del
horror” (p. 15). En tal sentido, cree el autor, es difícil la formación en la
conciencia ética de las nuevas generaciones por los riesgos de caer en
la banalidad y en la sensiblería ante dolor, lo que no afecta la conciencia.
Ciertamente, el peso de un pasado traumático en las generaciones que no
vivieron la crudeza de algunos sucesos y que lo ven distante en el tiempo,
puede devenir en la repetición hueca y en la ritualización banal (Jelin y
Lorenz, 2004).
Los programas escolares pueden abordar la semejanza entre las víc-
timas de tragedias presentes y pretéritas, pero no deben olvidar la singu-
laridad de cada masacre. Hay que mostrar la complejidad de las causas
de los crímenes en los ámbitos político, económico, social e intelectual.
Pero las actividades escolares deben también subrayar las resistencias y
los actos de salvamento que dirigieron a la humanidad en la lucha contra
la barbarie. Así lo previene Forgues (2006):
258 urge mirar el mundo con los ojos de los olvidados, de quienes na-
cieron para perder, y urge vindicar el derecho a la memoria como
un deber de justicia con las víctimas de tantas imposturas, de tantos
silencios, de tantos maltratos, de tantos exilios y de tantas diásporas, de
tantas cárceles, de tantas torturas y de tantas muertes (p. 11).
la historia reciente:
Nacional.
»» Explico el surgimiento de la guerrilla, el paramilitarismo y el narco-
tráfico en Colombia. […]
N.º 71 »» Describo el impacto de hechos políticos de mediados del siglo xx
(9 de abril, Frente Nacional...) en las organizaciones sociales, polí-
260 ticas y económicas del país.
»» Reconozco y explico los cambios y continuidades en los movimien-
tos guerrilleros en Colombia desde su surgimiento hasta la actualidad.
»» Identifico causas y consecuencias de los procesos de desplazamien-
to forzado de poblaciones y reconozco los derechos que protegen
a estas personas. […]
»» Asumo una posición crítica frente a las acciones violentas de los
distintos grupos armados en el país y en el mundo.
»» Asumo una posición crítica frente a los procesos de paz que se han
llevado a cabo en Colombia, teniendo en cuenta las posturas de las
partes involucradas (pp. 38-39).
Por eso, para mí, uno de los contenidos esenciales de cualquier pro-
grama educativo, de sintaxis, de biología, de física, de matemáticas,
de ciencias sociales, es lo que posibilita la discusión de la naturaleza
cambiante tanto de la realidad natural como de la histórica y ve a los
hombres y a las mujeres como seres que no solo son capaces de adap-
tarse al mundo, sino, sobre todo, de cambiarlo, seres curiosos, activos,
hablantes, creadores (p. 106).
imágenes que no nos dejan pensar, o que no nos hacen pensar, que
no se dirigen a nosotros como seres pensantes, o pensativos. Y son
Segundo semestre de 2016
Como todo texto, los materiales fílmicos deben ser tratados como
documentos narrativos, por tanto con intencionalidades y contextos de
enunciación, así, al trabajar este tipo de documentos visuales es impor-
tante tener en cuenta que ellos constituyen excusas para el abordaje de
temáticas históricas relacionados con el conflicto y no versiones legítimas
sobre lo sucedido. En este sentido, conviene tener en cuenta la reflexión
de Lorenz (2003) a propósito del abuso de la película La noche de los
lápices en los espacios escolares argentinos. La presentación de este video
coincide en la Argentina con el día 16 de septiembre, día nacional de
la juventud en conmemoración de los jóvenes desaparecidos durante la
dictadura. Si bien logra posicionar el tema de los derechos humanos en
la población escolar, al ser un recurso didáctico legítimo, según el autor,
presenta la dificultad de no ilustrar convenientemente el contexto en el
que sucedieron los hechos, además de provocar el temor en los jóvenes
hoy ajenos a esa situación ante imágenes de tortura explícita, desalentar
así la participación política, y de incitar la solidaridad con el dolor de
unos colegas que padecieron vejámenes hace varios años pero sin la po-
sibilidad de interpelar el presente. Para el autor,
abrir las puertas al cine bien podría ser un modo de que lógicas, voces
e imágenes extrañas, extranjeras, la visiten, suspendan sus certezas por
un momento y hagan otra cosa de ella. Si el ojo de la pantalla es capaz
de alterar el régimen de lo subjetivo […], quizá debamos otorgarle
algún crédito para que habite e interrogue la escena escolar (Serra,
2006, p. 153).
3 Es un organismo público de carácter nacional que tiene como fin recuperar y reunir todo
lo relacionado con las violaciones a los derechos humanos en el marco del conflicto
pp. 253-278
armado colombiano. Entre sus objetivos estratégicos están: comprensión social del con-
flicto armado, esfera pública de la memoria, condiciones para la construcción de la paz,
legado testimonial y documental, Museo Nacional de la Memoria, archivo de derechos
humanos y memoria histórica (www.centrodememoriahistorica.gov.co).
N.º 71
4 Contravía es un programa que ha producido más de 250 documentales para la televisión
sobre memoria, derechos humanos y violencia política en Colombia, emitido desde el
2003, dirigido por Hollman Morris con la financiación del Programa Andino para la De- 271
mocracia y los Derechos Humanos –País Colombia– y auspiciado por la Unión Europea.
Documental / Año Director(a)
Centro Nacional de
Bojayá: la guerra sin límites (2010)5
Memoria Histórica
Centro Nacional de
Pueblo sin tierra
Memoria Histórica
imagen?, ¿qué puedo hacer? […] podríamos animarnos a mirar, saber, in-
terpretar, preguntar y enfrentar un pasado difícil y doloroso que continúa
pp. 253-278
N.º 71
275
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Revista Colombiana de Educación N. 71
Artículo de investigación
Revista Colombiana de Educación, N.º 71. Segundo semestre de 2016, Bogotá, Colombia.
Recibido: 23/03/16
Evaluado: 30/04/16
ción: “La tradición filosófica y política desde la perspectiva de Hannah Arendt. Lecturas modernas
y apropiaciones contemporáneas” (uba–conicet) y “Formación inicial de educadores corporales: es-
tudio para la elaboración del plan de estudios” (cices–unlp). Profesor en escuelas públicas secunda-
rias dependientes de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires.
** Profesora en Ciencias de la Educación (Universidad Nacional de La Pampa). En curso: Doctorado
en Ciencias de la Educación (Universidad Nacional de La Plata). Profesora en las cátedras: “Políticas N.º 71
Educativas y Legislación Escolar” y “Filosofía” de las carreras Educación en Nivel Inicial, Educación
Primaria y Profesorado y Licenciatura en Ciencias de la Educación (fch-unlpam). Profesora en es-
cuelas públicas secundarias dependientes de la Dirección General de Cultura y Educación de la 279
Provincia de La Pampa y en diferentes sedes del programa de inclusión educativa “Vos Podés”.
Resumen
El propósito de este artículo es llevar a cabo un breve recorrido por los hechos
acontecidos en el campo educativo durante la última dictadura militar argentina, Palabras clave
rescatando diversos materiales fílmicos vinculados con el pasado reciente. En este
sentido, el texto también pretende problematizar la cuestión de la memoria en el dictadura; memoria; derechos
escenario educativo argentino, analizando temas como la relevancia de la historia
humanos; rol docente;
contemporánea en la comprensión del entramado socio-político, la adecuación de
estos contenidos a los diversos niveles (con particular atención en el nivel secun- historia reciente
dario) y las potencialidades que ofrece la historia contemporánea como ejercicio de
reflexión. El material recolectado incluye bibliografía y filmografía especializada; en
su mayoría, contenidos publicados con posterioridad al periodo de censura (com-
prendido en Argentina entre los años 1976-1983). La propuesta de intervención
incluye el cine como una estrategia no convencional, no solo por tratarse de un
recurso alternativo en el escenario escolar cotidiano, sino por sus potencialidades
vinculadas al uso de la imagen y el diálogo.
Abstract
The purpose of this article is to conduct a brief tour of the events that took place in
Keywords the educational field during Argentina’s military dictatorship. The text is also aimed
at problematizing the question of memory in the Argentine educational system,
dictatorship; memory; human analyzing topics such as the relevance of contemporary history in understanding
rights; teaching role; recent the socio-political framework, the adequacy of these contents to various levels
history (with particular attention the secondary level) and the potential offered by contem-
porary history as an exercise of reflection. Furthermore, the article looks at these
themes from an educators’ perspective, in order to present it to future generations.
Films will be the chosen media to analyse these matters, through the search of
archives from different sources. This proposal is based on the potential offered by
the cinema, like the use of images and dialogue.
Resumo
O proposito deste artigo é levar á cabo um breve recorrido pelos acontecimentos
no campo educativo durante á última ditadura militar argentina, salvando diversos Palavras chave
materiais visuais em relação com o passado recente. Neste sentido, o texto tam-
bém busca problematizar a questão da memória no ambiente educativo argentino, ditadura; memória; direitos
analisando temas como a relevância da história contemporânea na compreensão humanos; o papel docente;
do âmbito sócio-político, a educação destes contidos aos diferentes níveis (com história recente
particular atenção ao nível secundário) e as potencialidades oferecidas pela histó-
ria contemporânea como exercício de reflexão. O material recolhido inclui bibliogra-
fia e filmografia especializada; a maior parte, contidos publicados logo do período
de censura (entendido na Argentina entre os anos 1976-1983) A proposta de inter-
venção inclui o cinema como uma estratégia não convencionai, não só por ser um
recurso alternativo no âmbito escolar cotidiano, mas por as potencialidades ligadas
ao uso da imagem e o diálogo.
N.º 71
280
Breve recorrido histórico
H
acia mediados de la década de 1970, tras la muerte de Juan Do-
mingo Perón y la sucesión del mando a su segunda esposa, Isabel
Perón, se vislumbraba una incipiente descomposición del Gobier-
no. Sumado a ello, factores como el desajuste económico y la violencia
política se transformaron progresivamente en los sellos característicos de
la época. Así, el general Jorge R. Videla (miembro del Ejército), el almi-
rante Emilio E. Massera (miembro de la Marina) y el brigadier Orlando R.
Agosti (miembro de la Aeronáutica), los tres comandantes de la armada,
integraron la llamada “Junta Militar”, que el 24 de marzo de 1976 derrocó
al gobierno de Isabel Perón. Esta nueva intervención militar fue totalmente
diferente a las anteriores, puesto que se estableció un modo de gobierno
basado en el terror, la ideología y la propaganda; este golpe de Estado se
autodenominó “Proceso de Reorganización Nacional”.
Las estrategias llevadas a cabo por la Junta Militar para el ejercicio
del poder se asemejaban a las que pusieron en marcha los totalitarismos
del siglo xx. Desde nuestro punto de vista, el concepto de dictadura, y más
específicamente el modo en que esta se ejecutó en Argentina, adopta com-
ponentes del totalitarismo, del autoritarismo y replica técnicas de tortura
llevadas a cabo por militares europeos en diversos conflictos armados de
mediados del siglo xx.
La supuesta “necesidad” de restaurar el orden se convirtió, en el caso
información relevante para los torturadores (en este caso particular, mi-
litares franceses sobre revolucionarios argelinos). Entre estos medios se
ISSN 0120-3916
Sabíamos que había un cana que anotaba nuestros nombres y nos fi-
chaba. Estaban al pie del cañón todos los chicos [...]. Decidimos que la
marcha se haría con o sin represión y todos estuvimos de acuerdo, has-
ta que uno de los chicos dijo que si había represión era mejor pedirle
a una organización guerrillera que nos protegiera. Se armó un revuelo
bárbaro y al pibe casi lo echan, pero se arregló que cada colegio pusie-
ra su propia seguridad (Seoane y Núñez, 1986, p. 25).
N.º 71
3 La información completa sobre el portal del Ministerio de Educación destinado a la
divulgación de la memoria reciente en contextos educativos se encuentra disponible
286 en http://educacionymemoria.educ.ar/primaria/21/vida-cotidiana-durante-ladictadura/
censura/.
secundarias y universidades. Entre sus contenidos se destacan un ferviente
rechazo al marxismo y al comunismo, la reiterada acusación por la que las
guerrillas pretendían “manipular ideológicamente” a los jóvenes y una se-
rie de definiciones, todas ellas con un fuerte contenido pro-militar, eviden-
ciadas en la exaltación del accionar del gobierno del entonces presidente
Jorge Rafael Videla.
artículo 92 expresa:
N.º 71 4 Para complementar el abordaje didáctico sobre el tema de los desaparecidos y la recu-
peración de niños apropiados de manera ilegítima, recomendamos la serie de televisión
(también publicada en dvd), denominada: Televisión por la identidad. Este proyecto fue
288 realizado por las Abuelas de Plaza de Mayo en el año 2007 con motivo de concientizar
a aquellos jóvenes que pudieran tener dudas sobre su identidad.
Formarán parte de los contenidos curriculares […] la causa de la recu-
peración de nuestras Islas Malvinas y el ejercicio y construcción de la
memoria colectiva sobre los procesos históricos y políticos recientes
que terminaron instaurando el terrorismo de Estado en nuestro país,
con el objetivo de generar en los/as alumnos/as reflexiones y senti-
mientos democráticos y de defensa del Estado de Derecho y la plena
vigencia de los Derechos Humanos (p. 19).
5 Para más información, puede visitar el sitio oficial de Espacio Memoria y Derechos
Humanos en http://educacionymemoria.educ.ar/secundaria/descargas/index.html
6 El Espacio Memoria y Derechos Humanos está situado en el predio que utilizaba la Es-
cuela de Mecánica de la Armada (esma) como centro de detención clandestina durante N.º 71
la última dictadura cívico-militar en Argentina (1976-1983). Fue creado el 24 de marzo
de 2004 en respuesta al reclamo histórico de los organismos de derechos humanos.
Para más información, puede visitar el sitio oficial de Espacio Memoria y Derechos 289
Humanos en http://www.espaciomemoria.ar/
acerca de los actores sociales y los factores históricos que lo hicieron
posible; asimismo, se consideran un legado para las futuras generaciones
y un aporte invaluable para la justicia argentina en la actualidad.
Como docentes, consideramos que estos programas son de suma
importancia porque invitan a profesores y estudiantes a reflexionar so-
bre nuestra historia y a tender puentes entre el pasado y el presente, es
una invitación a no olvidar y a pensarnos como sujetos transformadores,
como ciudadanos activos.
Desde la promulgación de la len, también se ha dado impulso a
las tecnologías de información y la comunicación, orientado a desarro-
llar las competencias necesarias para el manejo de los nuevos lenguajes
producidos por las tic, entre ellos el lenguaje audiovisual. El propósito
de esta política educativa se fundamenta con la creación, impulsada
desde el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación, de portales
educativos como Educ.ar7 y del canal de televisión Canal Encuentro8,
donde cuentan con un vasto material audiovisual sobre diversos temas, en-
tre ellos, democracia, derechos humanos e identidad. También, a través
del Programa Conectar Igualdad, como política de inclusión digital, que
extendió la entrega de computadoras portátiles a alumnos y docentes de
escuelas estatales de educación secundaria, educación especial y aulas
digitales móviles para los últimos años de los institutos superiores de
formación docente estatales de todo el país9. Este programa fue impul-
sado en conjunto desde la Presidencia de la Nación, la Administración
Nacional de Seguridad Social (Anses), el Ministerio de Educación de la
Nación, la Jefatura de Gabinete de Ministros y el Ministerio de Planifica-
ción Federal de Inversión Pública y Servicios. El mismo permite contar
con un recurso tecnológico con potencialidades interesantes para pro-
piciar el trabajo de los docentes con el cine en el aula, no solo desde
la mirada expectante y la formación del gusto sino también desde la
posibilidad de la creación.
Revista Colombiana de Educación N. 71
A lo largo de este artículo hemos mencionado algunos films que nos ayu-
dan a entender ciertos procesos de nuestra historia reciente. Con relación
a la última dictadura militar argentina, es posible hallar numerosos films
que podemos consultar como docentes, pero antes de hacer mención
a algunos de ellos, corresponde aclarar por qué consideramos el cine
cómo propuesta didáctica.
El cine ocupa un lugar importante en la historia contemporánea, re-
creando lo colectivo, recuperando sueños, deseos y esperanzas de gran
parte de la humanidad. Felipe y Teruya (2009) invitan a entender el cine
como práctica cultural que exige comprender lo que está dicho y sus silen-
cios, aquello que está insinuado, considerando que existe un mensaje pero
que no llegará a cada espectador de la misma manera. De este modo, el
significado de los mensajes es producto de una interacción entre el cineas-
ta y el espectador, el cual se erige como un sujeto social, que interpreta, se
emociona, se identifica y otorga sentido. Igualmente, puede considerar-
se el cine como “un documento sobre las formas de representación del
mundo. El cine de ficción como documento histórico puede responder,
fácilmente, a algunas de las cuestiones que se encuentran en continuo
movimiento en nuestro presente” (Quintana, 2003, p. 268) y constituye
un elemento que nos permite establecer relaciones entre el presente y el
esta educación de la mirada tiene que ser muy respetuosa, para no opa-
car la creatividad de quien mira. Y en este sentido, podemos develar uno
de los mayores desafíos con los cuales se enfrentan los educadores, el de
respetar las reacciones de sus estudiantes frente al cine. Muchas veces, su
percepción se expresa con silencio o con gestos y no con palabras y esto
es lo que desestabiliza a los adultos: enfrentarse a ese silencio. El silencio
no permite develar el sentido, el significado de esa mirada, imposibilita la
sensación de seguridad. Es importante que como educadores tengamos en
pp. 279-297
se transmite por vías diferentes del discurso del saber único, y a veces,
incluso sin ningún tipo de discurso. El quehacer de la enseñanza es la
regla, el arte debe ganarse un lugar de excepción dentro de ella […] el
arte debe seguir siendo una experiencia <aparte> dentro de la escuela,
a través de la cual los alumnos entren en contacto con su alteridad
radical (Bergala, 2007, pp. 34-35).
11 Organización que agrupa a los hijos de los desaparecidos de la última dictadura militar 293
argentina.
autor sostiene que es indispensable que los alumnos realicen el pasaje
al acto de filmación, solo por el hecho de la importancia de vivir esa
experiencia, ya que algo sucede a nivel corporal y cerebral que no puede
adquirirse con el análisis de películas.
Para concluir este apartado, podemos mencionar que la escuela
debe tener en cuenta ciertosaspectos para propiciar la transmisión del
cine. Se coincide con Bergala (2007) en que la escuela debe:
Conclusión
N.º 71
295
Referencias bibliográficas
Filmografía
N.º 71
297
Monográfico
Educación, subjetividades y memoria en procesos
de transición política
Etnoeducación afropacífica
y pedagogías de la
343-360 dignificación
Elizabeth Castillo Guzmán
La Ruta Pacífica de las Mujeres:
repertorios simbólicos en la
búsqueda de paz y reconciliación
en Colombia*
Artículo de investigación
Revista Colombiana de Educación, N.º 71. Segundo semestre de 2016, Bogotá, Colombia.
Para citar: Sánchez-Blake, E. (2016). La ruta pacífica de las mujeres: repertorios sim-
bólicos en la búsqueda de paz y reconciliación en Colombia. Revista Colombiana de
Educación, (71), 301-319.
Recibido: 24/02/16
Evaluado: 29/02/16
pp. 301-319
Abstract
This paper deals with the aesthetic and expressive forms that women’s groups have grasped in
Keywords the pursuit of peace and reconciliation in Colombia. These forms are the symbolic repertoires of
memory, which represent a new testimonial expression, adjusted to the continent’s new political
women’s peaceful route; and historical demands. Throughout this process, women’s organizations have played a central
role in the pursuit of peaceful coexistence after a long-lasting conflict.
symbolic repertoires;
memory; testimonials Women’s organizations have developed a broad continuum of memory initiatives, represented
in symbolic repertoires through art undertakings, activism and education. Quite frequently, when
women that have experienced loss and pain as victims of conflict join together in resistance
initiatives, they gain power and leadership within their own communities. This has allowed them
to arise and become cultural agents of change, as well as promoters and trainers of new genera-
tions. Sometimes, they have even acted as speakers of their regions in political fora.
This paper focuses in the work of Women’s Peaceful Route and their initiatives triggering social
changes. Some testimonial symbolic repertoires developed by the Peaceful Route are analyzed.
They are ways of channeling memory, rebuilding the social fabric and conveying a pedagogy of
peace from a gender perspective throughout the country. It is suggested that these initiatives
are encouraging social changes in terms of women’s rights and capabilities awareness in both
public and private sectors, and creating the space needed to address the transition towards a
culture of peace in Colombia.
Resumo
Neste trabalho se indaga sobre as formas estéticas e expressivas que os grupos de mulheres
têm apropriado para procurar um caminho para a paz e para a reconciliação na Colômbia. Palavras chave
Trata-se dos repertórios simbólicos da memória, os quais representam uma nova expressão
testemunhal, adaptada ás novas exigências tanto políticas como históricas do continente. rota pacifica das mulheres; re-
Neste processo as organizações de mulheres se têm constituído num eixo para a procura da
pertórios simbólicos; memória;
convivência pacifica depois dum conflito prolongado.
testemunhos
As organizações das mulheres têm desarrolhado um amplo espectro de iniciativas de memória
representadas em repertórios simbólicos através de práticas artísticas, ativismo e educação. Em
muitos casos, as mulheres que têm experimentado as perdidas e o dor como vitimas do confli-
to, ao ligar- se em iniciativas de resistência têm adquirido um poder e uma liderança nas suas
comunidades o que lhes tem permitido surgir e converter- se em agentes culturais da mudança,
assim como em promotoras e formadoras das novas gerações e em muitos casos, nas repre-
sentantes das suas regiões em fóruns políticos.
Este ensaio centra-se especificamente no trabalho da Rota Pacifica das Mulheres e nas incia-
tivas que estão gerando uma transformação ao nível social. Analisam-se também diferentes
tipos de repertórios simbólicos testemunha-lhes que desarrolha atualmente a Rota Pacifica
N.º 71 como formas de canalizar a memória, reconstruir o tecido social e transmitir uma pedagogia
de paz com perspectiva de gênero ao longo do país. Propõe- se que estas inciativas estão
gerando uma mudança ao nível de sociedade na conscientização sobre os direitos e as capa-
302 cidades das mulheres, em todos os setores tanto públicos como privados, e criando o espaço
necessário para abordar a transição á uma cultura de paz na Colômbia.
Cuando logramos hacer incidencia hay una
transformación. Somos como las mariposas que se
transforman en positivo, como colectividad.
Elizabeth Ortega
Ruta Pacífica, Palmira
E
s imposible enumerar las organizaciones de mujeres que han surgi-
do en la última década en Colombia pues su número se multiplica
vertiginosamente. Los movimientos se iniciaron desde la década de
los setenta con el nacimiento de La Organización Femenina Popular (ofp).
Esta organización surgió como una estrategia de resistencia en proce-
sos de recuperación de tierras en Santander y se fortaleció en la década de los
noventa, cuando el objetivo de la organización se dirigió hacia una política
de paz (Mujeres en Zona de Conflicto y Corporación Sisma Mujer, 2010).
En 1995 se inició una campaña que pretendió incitar a las mujeres a escri-
bir cartas en contra de la guerra, en las que narraran sus experiencias. Se
difundió un mensaje que pretendía llegar a la población con el lema “Las
mujeres no parimos hijos para la guerra”. A partir de esta iniciativa se creó
la Red Regional de Mujeres, con presencia en el Magdalena Medio. El
objetivo de esta organización era establecer alianzas con otros movimien-
tos de mujeres, denunciar los abusos de los actores armados y establecer
diálogos con los estamentos públicos y privados para demandar acciones
en contra de los efectos de la guerra. Por último, crearon símbolos que
plasmaron en afiches para interpelar la lógica de la guerra (Mujeres en
La Ruta Pacífica de las Mujeres: repertorios simbólicos en la búsqueda
Zona de Conflicto y Corporación Sisma Mujer, 2010).
Paralelo a estos movimientos surgen otras organizaciones, como la
Asociación de Mujeres Campesinas e Indígenas de Colombia (Amucic),
la cual se originó con el objetivo de reivindicar los derechos de las mu-
jeres campesinas en zonas rurales. Cuando empezaron las amenazas y
hostigamientos se unieron a la iniciativa de la Mesa de Mujer y Conflicto
de paz y reconciliación en Colombia
A partir del año 2000 su accionar se extendió, con más de 300 orga-
nizaciones regionales y locales en todo el país. A lo largo de veinte años
de trabajo, la Ruta Pacífica ha logrado consolidar una agenda de iniciativas
que incluyen las movilizaciones, los plantones, la militancia, escuelas de
formación y concientización y especialmente, una variedad de repertorios
simbólicos que operan como bastiones de su quehacer político y social.
monio al daño infligido en el tejido social” (citada por Ortega, 2008, p. 47).
En este ensayo se propone que las nuevas formas testimoniales feme-
ninas plantean una relación cuerpo-memoria-performance. Es decir que
ISSN 0120-3916
y sexual (Ruta Pacífica de las Mujeres, 2013a, p. 44), pero se registran otras
formas indirectas como la ley del silencio ejercida por el terror, la intimida-
pp. 301-319
La devolución
Un segundo paso del proyecto de la Comisión de la Verdad y Memoria de
Mujeres Colombianas fue la publicación de un tomo que recoge las re-
flexiones y experiencias vividas durante la recolección y el procesamien-
to de los testimonios, titulado El camino de vuelta de la memoria (2015).
En este libro se documenta el proceso que denominan “devolución”, es
Revista Colombiana de Educación N. 71
310 3 Entrevista para el programa Mujeres rompiendo el silencio. Canal 2 de Televisión, Valle
del Cauca. Junio, 2015.
que los procesos de memoria deben devolver el sentido primordial del
testimonio a los individuos y a las comunidades que aportaron al trabajo
de reconocimiento de la verdad.
En este sentido, el proyecto como totalidad refleja la concepción del
testimonio señalada por Veena Das (2003), quien destaca la importancia
de incluir la memoria, el cuerpo y la sanación de los traumas causados
por la violencia política. Según Das, “nombrar la violencia no refleja úni-
camente luchas semánticas, refleja el punto en el que el cuerpo del len-
guaje resulta indiferenciable del cuerpo del mundo y el acto de nombrar
constituye una expresión performativa” (2003, p. 146). De esta forma,
la sanación no es solamente recabar en la memoria de los hechos, sino
en la resignificación de las acciones que conllevan una transformación
hacia el futuro y conducen a la construcción de redes de solidaridad.
Esta nueva forma de testimoniar comprende también que las lecciones
aprendidas se dan en doble vía, tanto en las investigadoras como en las
entrevistadas el proceso de aprendizaje constituyó un intercambio mutuo
de saberes y poderes. Por último, el proceso de devolución rescató otro
de los elementos señalados por Das, el de apropiar y utilizar los reper-
torios simbólicos que tienen especial significado dentro de los entornos
culturales, tradicionales y rituales de cada región.
la memoria y las que las tejen como un proceso conjunto. Las responsa-
bles regionales fueron las “Moiras de la Caracola”, por representar el eje
en torno al cual se tejió la memoria y se hizo posible el proyecto colec-
pp. 301-319
tivo. Por último, “las Amistavientos”, las amistades que trae el viento, fue
el nombre otorgado al equipo de devolución que participó en los talleres
N.º 71
(El camino de vuelta, 2015, p. 24).
Es importante resaltar el carácter simbólico que tuvo cada uno de 311
estos talleres. Como participante del encuentro que tuvo lugar en la Casa
Matria de Cali el 5 de junio del 20154, me permito relatar la experien-
cia destacando el uso y manejo de las expresiones simbólicas. Desde el
momento de llegada, el espacio está preparado con música ambiental.
A cada mujer se le entrega una mariposa con su nombre, y se le ofrece
un aceite relajante de lavanda para que se frote las manos con él. Las
mujeres inician la subida hacia el sitio de la reunión por unas escalas con
huellas pintadas que significan el recorrido de vuelta a la memoria. Al in-
gresar al sitio de la reunión se encuentran con una tela pintada que repre-
senta la portada del libro El camino de vuelta, que consiste en una mujer
rodeada de mariposas, flores, aves, huellas y caracolas; así se representa
el ingreso a las páginas del libro. En el espacio de la reunión se hallan
varios elementos simbólicos: una mándala, símbolo de congregación, y
las imágenes de las diosas de la verdad y la memoria, elementos constitu-
tivos del proceso reparador. En otros rincones se encuentran velas, cintas,
tejidos, almendras, mariposas y las herramientas que se utilizan durante
el encuentro. El taller se inicia con la presentación del video Memoria,
jardín de la esperanza de las mujeres. Como este video relata y contiene
la experiencia de trabajo de la Comisión de la Verdad, muchas de las
asistentes se relacionan con su contenido e incluso participaron como
entrevistadas. A continuación se presenta el informe testimonial y se hace
una reflexión sobre lo que significó narrar sus experiencias y el impacto
que ha tenido en cada una de ellas. En esta oportunidad algunas de las
mujeres recalcaron la necesidad de seguir divulgando las consecuencias
del conflicto y reclamando responsabilidades.
Posteriormente se lleva a cabo una actividad llamada el tejido de la
memoria. Las participantes se organizan en un círculo y cada cual lanza
un ovillo de lana a otra mientras expresa en voz alta lo que para ella re-
presenta “la memoria”. A medida que el ovillo viaja de un lado a otro se
va construyendo una red que entrelaza a las participantes. Este repertorio
representa una forma de reconstrucción de la memoria desde el tejido in-
dividual y comunal con una expresión cargada de solidaridad. Además,
el ejercicio en sí propició una zona de distensión y comodidad entre las
Revista Colombiana de Educación N. 71
312 4 Este taller formó parte de un proyecto a nivel municipal para formación de líderes de
paz en el Valle del Cauca.
que representó las múltiples y variadas formas de violencia que subsisten
en la sociedad y que deben ser concientizadas, denunciadas y confron-
tadas. El proceso de devolución recogido en El camino de vuelta de la
memoria, así como las actividades realizadas con las regionales ha sido
visualizado y expresado en diversas formas pictóricas y artísticas.
El mural de la Ruta
Algunas diseñaban una imagen, otras, una serie de cuadros sucesivos, otras
representaban los objetos que dejaron atrás o su casa con sus animales y
vegetación circundante. En medio de estos talleres se generaban lazos de
Elvira Sánchez-Blake
5 Todorov señala que los acontecimientos recuperados por la memoria pueden ser leí- N.º 71
dos de manera literal o de manera ejemplar. La primera extiende el trauma a todos los
instantes de la existencia y establece una continuidad de odios, mientras el segundo,
construye un ejemplo, y de él se extrae una lección. El pasado se convierte en principio 313
de acción para el presente (2000).
mi experiencia porque no soy la única”. Efectivamente, el estigma de ser
desplazadas deja de serlo cuando son varias las que comparten la misma
circunstancia y pueden transmitirlo sin recabar en la victimización, sino en
el empoderamiento que produce exteriorizar una experiencia colectiva. La
pintura seleccionada para ser el centro del mural fue el de una figura de
mujer que sale de su pueblo cargando un bebé en la espalda. La figura
frontal se destaca en la pintura por la fuerza de su rostro y la determinación
de su mirada. En el centro del pecho se aprecia una casa, que significa que
lleva su casa en el corazón. El día de la pintura del mural las participantes
plasmaron en el mural sus diseños alrededor de la figura central6.
Durante los días previos a la ejecución del mural se celebraron min-
gas, una olla comunal donde todas participan en la cocción y la comida;
exposición artesanal de los productos que tejen y elaboran muchas de las
integrantes del colectivo, y cantos y representaciones de artistas invita-
dos. Alrededor de estas actividades sobresalía la energía que produce la
solidaridad: la resignificación de saberes y poderes, el crecimiento como
individuos y la fuerza de colectividad. Al entrevistar a Ignacia Roca, la
mujer cuya pintura fue seleccionada como centro del mural, ella reco-
noció el apoyo que ha recibido de la Ruta para superar su dolor y las
herramientas que ha encontrado para convertirse en líder de su propia
familia y comunidad. El hecho de plasmar su propia experiencia en una
pintura significa exteriorizar su dolor en forma simbólica al tiempo que
su condición de desplazada deja de ser un estigma para convertirse en
un instrumento de restitución7. De esta forma, el repertorio artístico como
testimonio adquiere una nueva semantización en su función de memoria
corporal que transmite conocimiento, reconocimiento y dignidad.
Pedagogía de paz
8 Entrevista con Elizabeth Ortega, líder de la seccional Ruta Pacífica Palmira. Marzo 10, 315
2015. Cali, Colombia.
cuerpo y de sus potencialidades, así como las danzas, los performances,
las puestas en escena, todas esas experiencias vivenciales como funda-
mento del enfoque pedagógico orientado hacia la paz.
Las iniciativas mencionadas están acompañados de las acciones que
desarrolla la Ruta, como marchas, movilizaciones, “batucadas9”, encuen-
tros, asambleas, cumbres regionales, con el fin de visibilizar su trabajo y
avanzar en su agenda de paz. Todos estos proyectos tienen como objetivo
a largo plazo crear nuevas ciudadanas que posean las herramientas para
colaborar, aportar y cambiar la normatividad que rige la sociedad. En este
proceso, el trabajo de la Ruta no solo está formando nuevas ciudadanas
y potenciando sus capacidades, sino concientizando a los estamentos
públicos y privados en cuanto al valor y los derechos fundamentales de
las mujeres. Esto se hace evidente en los cambios de percepción de los
roles genéricos y la transformación de las percepciones a nivel social,
político, económico y a nivel privado en el aspecto doméstico y familiar.
En el escenario legal, los reconocimientos de las mujeres en leyes que
denuncian los abusos sexuales y los feminicidios forman parte de esa
concientización. Aun en el plano semántico, las transformaciones en el
uso del lenguaje que incorpora el género femenino en nuevas acepciones
y terminología visibilizan el cambio de mentalidad. Finalmente, estas ini-
ciativas en conjunto con otras prácticas y proyectos por parte de diversas
organizaciones están incidiendo en crear las condiciones para un nuevo
país, donde se tengan en cuenta los derechos de todos sus integrantes
respetando la diferencia y la dignidad de las mujeres.
Conclusión
N.º 71
9 Las batucadas forman parte de las movilizaciones y consisten en grupos de mujeres
que tocan tambores o “batucas” fuertemente a la vez que se gritan consignas. El pro-
316 pósito es llamar la atención alrededor de círculos de activistas que generan energía y
reconocimiento.
enunciado y que no pueden ser plenamente admitidas” (2013, p. 1161).
En las iniciativas mencionadas se destaca la importancia del cuerpo, la
memoria y la sanación. Así lo ha entendido la Ruta Pacífica en sus veinte
años de accionar como colectivo. Por eso la premisa “el conflicto atra-
viesa el cuerpo de las mujeres” revierte su connotación de victimización
para convertirse en vehículos de agencia y empoderamiento. Puesto que
los cuerpos de las mujeres han sido y son territorios de combates, de ex-
periencias hondamente traumáticas difíciles de nombrar, es ahí donde el
testimonio encuentra su cauce en los repertorios pre-discursivos, en las
prácticas orales, gestuales, culturales y rituales que se elaboran en colec-
tividad. Los repertorios descritos, tales como los talleres de memoria, las
expresiones simbólicas, y las escuelas de incidencia analizados, se cons-
tituyen en formas privilegiadas de testimoniar las experiencias traumáti-
cas del conflicto que ha vivido Colombia en expresiones que reafirman
una nueva forma de poder y de agencia individual y colectiva.
N.º 71
317
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Revista Colombiana de Educación N. 71
N.º 71
319
Las comunidades de paz de Urabá
desde la enseñanza de la historia
reciente*
Artículo de investigación
Revista Colombiana de Educación, N.º 71. Segundo semestre de 2016, Bogotá, Colombia.
Para citar: Eraso, R. A. (2016). Las comunidades de paz de Urabá desde la enseñanza de
la historia reciente. Revista Colombiana de Educación, (71), 321-342.
Recibido: 31/01/16
Evaluado: 25/02/16
pp. 321-342
Abstract
This article presents a pedagogical proposal designed from the perspective of the
Keywords teaching of recent history that takes as its object of study the experience of the Pea-
ce Communities of Urabá (Colombia), their actions against war, their organization
and founding principles, implemented as school contents that promote students’
teaching recent history; me-
political education.
mories; political education;
armed conflict; territory
On one hand, it is an approach of Colombian war victims and their memories to
School, from the problematization of regional armed conflict, its causes, interests
and impact on the communities living in these territories. On the other hand, it is a
way to recognize and analyze alternatives for the pursuit of peace, from community
actions that redefine this concept and traditional values such as freedom, respect,
solidarity, plurality, among others.
Resumo
Este artigo expõe uma proposta pedagógica desenhada desde a perspectiva da en-
sinança da história recente que considera como eixo de estúdio a experiência das Palavras chave
Comunidades de Paz da Region de Urabá (Colômbia), seu acionar frente á guerra,
sua forma de organização e seus princípios constitutivos, usados como contidos ensinança da história recente; me-
escolares que promovem a formação política dos estudantes. Por um lado, é uma
moriais; formação política; conflito
aproximação das memórias das vitimas da guerra em Colômbia á escola, desde a
problematização do conflito armado regional, suas causas, interesses e impactos armado; território
sobre as comunidades que habitam nestes territórios; por outro, uma via para recon-
hecer y analisar alternativas para a procura da paz, desde aciones comunitárias que
darão um novo sentido á esse conceito e valores tradicionais como a liberdade, o
respeito, a solidariedade, a pluralidade, entre outros.
N.º 71
322
Introducción
E
l pasado reciente de Colombia se ha enmarcado en una serie de ac-
ciones de guerra que han configurado las dinámicas de las regiones
donde se concentran. Son focos de convergencia de intereses, hete-
rogéneos y contradictorios, enmarcados en relaciones conflictivas como
la dominación territorial, la concentración de la propiedad de la tierra
y sus recursos, la presencia del Estado limitada a la representación de
las Fuerzas Armadas, lo que genera condiciones estructurales deficientes
que no garantizan el cumplimiento de derechos mínimos de subsistencia
a las comunidades más pobres y con menos oportunidades del país. En
este sentido se desencadenan acciones violentas emprendidas desde los
diferentes actores armados y no armados del país, que generan violacio-
nes masivas a los derechos humanos y al derecho internacional humani-
tario y dejan miles de víctimas.
Los procesos de justicia en el país no han sido suficientemente efecti-
vos, pues a pesar que en la última década se han establecido mecanismos
políticos y jurídicos que en teoría buscan reparar de forma integral a las
víctimas, muchos casos han quedado en la impunidad. Esto ha dejado
en evidencia que no son suficientes para enfrentar los impactos de una
guerra de larga duración como la del contexto colombiano.
Esta situación al mismo tiempo genera una lucha permanente de las
víctimas por denunciar lo ocurrido, contar su verdad y reclamar justicia,
enfrentándose a versiones del pasado hegemónicas que las desconocen
Colombia (farc) en la Habana (Cuba) que buscan dar una salida negociada
a la guerra, desde la problematización de puntos específicos significativos
que, de acuerdo con sus negociadores, garantizarían la construcción de
una paz duradera.
pp. 321-342
N.º 71
2 Este artículo presenta los resultados de la tesis de pregrado de la Licenciatura en Cien-
324 cias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional, titulada Las comunidades de paz
de Urabá desde la enseñanza de la historia reciente, presentada en el año 2010.
Urabá: una región geoestratégica
327
3 Principio de neutralidad, tomado desde el derecho internacional humanitario.
violentas, como un mecanismo que ha permitido resistir al olvido que pro-
mueve el oficialismo y que deja en evidencia las lógicas de impunidad
vigentes en el territorio y las raíces e impactos de la violencia.
En este ejercicio han desempeñado un papel significativo los trabajos
de la memoria (Jelin, 2002) emprendidos por la comunidad, en los cuales
lo simbólico tiene gran significación para las comunidades, ya que les per-
mite hacer visible el proceso, denunciar el número real de víctimas, las ac-
ciones violentas, las desapariciones, las persecuciones, los hostigamientos,
las masacres y los bloqueos económicos, entre otros.
El planteamiento de un modelo económico alternativo también se
articula al proceso de resistencia civil. Se ha propuesto la economía so-
lidaria como una estrategia que permite resistir al hambre y garantizar la
seguridad alimentaria de la población, con proyectos productivos que se
encaminan a la recuperación de tierras para el cultivo de banano, maíz y
cacao, alimentos base de la manutención de la comunidad. Es “una ma-
nera de dignificar la vida y de renovar el sentido de la rebeldía” (Llantén y
Rueda, 1997).
Las comunidades han cuestionado la legitimidad de las Fuerzas Mi-
litares, a quienes consideran un victimario más que milita a favor de la
memoria oficial, y que actúa buscando la eliminación y desaparición de
quienes han denunciado su participación en hechos violentos.
La eliminación y deslegitimación de las memorias vivas es una estra-
tegia clave para aquellos militantes del oficialismo que buscan perpetuar
su distorsionada visión del pasado desde una lógica de perdón y olvido.
Giraldo (2004) identificada esta relación como una nueva forma de agre-
sión a las víctimas, a sus proyectos de vida y a su esperanza.
4 El colegio Carlos Pizarro Leóngomez forma parte de la red pública de colegios distrita-
les de la ciudad de Bogotá.
N.º 71
5 Entendidas como “[…] todas aquellas iniciativas de carácter público (no necesariamen-
te político) destinadas a difundir o consolidar una determinada interpretación de algún
330 acontecimiento del pasado de gran relevancia para determinados grupos sociales o
políticos, o para el conjunto de un país” (Aguilar, 2008, p. 53).
Esta multiplicidad de memorias, opuestas, contradictorias, disímiles,
se convierten en un lugar propicio para la formación política de los estu-
diantes, ya que al trabajar un hecho histórico desde diferentes versiones
sobre el pasado que pretenden consolidarse como verdad, se ven obli-
gados a hacer un ejercicio de interpretación y análisis que les permite
construir una perspectiva propia de la guerra en el país y resignificar
presupuestos propios acerca del conflicto y sus actores.
En este sentido, el análisis del accionar de las comunidades de paz se
convierte en el punto de partida para la consolidación de una postura polí-
tica por parte de los estudiantes, por medio del acercamiento, el análisis y
la reflexión del contexto en el que se enmarca la guerra en Urabá.
Para el desarrollo didáctico de la propuesta se planteó la pregunta
formativa ¿Qué principios constitutivos de las comunidades de paz son
legitimados por los estudiantes en la ied Carlos Pizarro, al abordar las po-
líticas de la memoria gestionadas por las comunidades de paz?. Se tra-
bajaron algunas políticas de la memoria, en particular de sus principios
constitutivos, manifestadas en la existencia de “lugares de la memoria” que
para Finocchio (2007) son “símbolos luminosos en los que se encarna la
memoria; fiestas, emblemas, monumentos, libros, museos, entre otros”. En
este caso en particular se identificaron, entre otros, videos, libros, revistas,
discursos, testimonios, documentos de prensa e internet, el monumento a
la memoria y el futuro parque de la memoria, que se abordaron en la car-
tilla Construyendo caminos de paz.
La resignificación del papel de las fuerzas armadas legítimas por parte 335
de los estudiantes los llevó a tomar posición a favor de la no violencia y
de la finalización de la guerra, lógicas inicialmente entendidas como vías
hacia la paz. Aquí se muestra el reconocimiento del principio de la neutra-
lidad, entendido por ellos como un mecanismo que posibilita la expresión
en contra de la acción armada, como una decisión “inteligente” de parte
de las comunidades de paz, que permite su independencia y la garantía de
su permanencia en el territorio.
La libertad es reconocida como un eje de lucha de las comunidades;
su posicionamiento frente a la guerra, a la independencia de las acciones
coercitivas emprendidas por los actores armados; una libertad de hacer,
decir, decidir y de apostar por la paz. Es un proceso sin límites, inacabado,
que se interpreta como soporte de los caminos que conducen a la paz.
Para los estudiantes, el territorio significa el lugar en donde se de-
sarrollan relaciones sociales, representadas en prácticas cotidianas de
apropiación del espacio de manera individual y colectiva. Esta signifi-
cación parte del interés manifestado por ellos, de conocer elementos de
la cotidianidad de Urabá y de las características de la vida campesina
de la región.
Con relación al conflicto armado se presentaron casos puntuales en
los cuales los estudiantes no legitimaron los principios de las comuni-
dades de paz, y mantuvieron la idea de la necesidad de encontrar una
salida al conflicto desde las armas, esto los distanció de valores de la
comunidad como la resistencia, a la que no le asignaban ningún sentido
por considerarla un obstáculo para la defensa de la vida. En esta lógica
prima el individualismo por encima de lo comunitario, se desconoce la
importancia del territorio y su historia, y se manifesta indiferencia frente
al sufrimiento de los otros.
La memoria es para las comunidades, según los estudiantes, su motor
de lucha. Desde allí se mantiene vivo el recuerdo de quienes emprendieron
el camino de resistencia y permite rescatarlos del olvido al convertirlos en
símbolos y refuerzos de la lucha colectiva: “Recordar a héroes que nos ayu-
daron mucho a formar paz. sic. (Estudiantes ied Carlos Pizarro Leongómez)”.
Revista Colombiana de Educación N. 71
Conclusiones
La adaptación como contenido de enseñanza del proceso emprendido
Ruby Alexandra Eraso Simonds
N.º 71
340
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Revista Colombiana de Educación N. 71
N.º 71
342
Etnoeducación afropacífica y
pedagogías de la dignificación
African-Pacific Ethno-Education
and Pedagogies of Dignification
Artículo de investigación
Revista Colombiana de Educación, N.º 71. Segundo semestre de 2016, Bogotá, Colombia.
Recibido: 13/02/16
Evaluado: 21/03/16
22/03/16
29/03/16
pp. 343-360
* Profesora Titular del Departamento de Estudios Interculturales de la Universidad del Cauca, Po- N.º 71
payán, Colombia. Directora del Centro de Memorias Étnicas. Magistra en Psicología Social de la
Universidad Javeriana, y Psicóloga de la Universidad Nacional de Colombia. Correo electrónico:
elcastil@unicauca.edu.co 343
Resumen
Este artículo destaca los aportes de la etnoeducación afrocolombiana a los debates
contemporáneos sobre la reparación y la dignificación de las víctimas del conflic- Palabras clave
to. Particularmente queremos resaltar una experiencia desarrollada recientemente
en el pacífico nariñense por parte de organizaciones de consejos comunitarios del etnoeducación
litoral. Aunque la etnoeducación surge a finales del siglo xx al tiempo con el movi-
afrocolombiana; afro-
miento social afrocolombiano, hoy en día las condiciones que rodean muchas de
sus dinámicas de actuación han cambiado dramáticamente debido a las economías reparaciones; pedagogía;
ilegales, la presencia de actores armados, el reclutamiento de menores para la conflicto; dignificación
guerra, el abandono del Estado y el desplazamiento forzado que azota muchos de
los territorios colectivos de comunidades negras. En ese sentido, el actual proyecto
de la etnoeducación afrocolombiana sufre importantes transformaciones y deman-
da nuevas interpretaciones en la perspectiva de las pedagogías de la dignificación
y las afro-reparaciones.
Abstract
This article reflects on the contributions of Afro-Colombian ethno-education to
Keywords contemporary debates about reparation and dignification of conflict victims. We
particularly want to highlight some features of experiments carried out in the Na-
afro-colombian riño Pacific recently by community organizations. While ethno-education emerged
ethno-education; African in the late twentieth century along with the Afro-Colombian social movement, the
conditions surrounding many of its dynamic performance have changed dramati-
reparations; pedagogy;
cally due to situations such as illegal economies, the recruitment of children to war,
conflict; dignification State neglect and forced displacement plaguing many of the collective territories
of black communities. In that sense, Afro- Colombian ethno-education project has
suffered important changes, and new interpretations are required in the perspective
of the pedagogies of dignification and African reparations.
Resumo
Este artigo destaca as contribuições da etno-educação afro-colombiana ás dis-
cussões contemporâneas sobre a reparação e a dignificação das vitimas do conflito. Palavras chave
Particularmente, nós queremos destacar uma experiência desarrolhada recentemen-
te no Pacífico do Nariño feita pelos conselhos comunitários do litoral. Embora, a et- etno-educação afro-
no-educação surge no final do século XX ao mesmo tempo com o movimento social
colombiana; afro- reparações;
afro-colombiano, agora mesmo as condições que cercam muitas das suas dinâmi-
cas de atuação têm mudado dramaticamente, isto devido ás economias ilegais, a pedagogia; conflito;
presença de atores armados, o recrutamento dos menores para a guerra, o abando- dignificação
no do Estado e o deslocamento forçado que muitos têm que sofrer nos territórios
coletivos de comunidades pretas. Neste sentido, o atual projeto da etno-educação
afro-colombiana sofre importantes transformações e exige novas interpretações na
perspectiva das pedagogias da dignificação e as afro- reparações.
N.º 71
344
La etnoeducación afrocolombiana en medio
de la guerra
Devuélveme mi campo,
Chirimía chocoana Rancho Aparte
A
finales del siglo xx las comunidades negras y el naciente movimien-
to social afrocolombiano dieron un paso trascendental en materia
cultural y educativa al acoger la noción de etnoeducación para dar
visibilidad a un conjunto de procesos en curso, caracterizados por su di-
námica comunitaria y endógena, lo que García Rincón (2014) denomina
procesos “casa adentro”1. Si bien la categoría de etnoeducación contiene
una fuerte tradición indigenista por sus orígenes en la idea del etnodesa-
rrollo planteada por Bonfil en 19822, desde finales de los ochenta, cuando
empezó a hacer camino en las arenas del Ministerio de Educación Nacio-
nal bajo esta noción (etnoeducación), convergieron en una misma mesa Etnoeducación afropacífica y pedagogías de la dignificación
1 El autor hace referencia a las dinámicas de educación propia que tienen lugar dentro de
las comunidades negras y en sus territorios colectivos. Esta noción, que García equipara
a la idea de educación endógena, implica tres elementos centrales: autodeterminación,
participación comunitaria y diálogo de saberes.
pp. 343-360
N.º 71
3 Se reseña en varios de estos trabajos, que durante los años noventa surge un movimien-
to pedagógico afrocolombiano en el marco del debate en torno a la recién expedida
346 Ley 70 de 1993, así que en la agenda de algunas organizaciones el interés por un mo-
delo educativo acorde a sus culturas e historia fue central.
El panorama descrito permite afirmar que la etnoeducación afroco-
lombiana como modelo educativo étnico vive una lenta agonía. Entre la
violencia neoliberal como política estatal y la guerra en muchos de sus
territorios, el proyecto comunitario del siglo pasado ha ido cediendo paso
a las formas de escolarización para las competencias, controladas desde
Bogotá y cada vez más alejadas de las dinámicas organizativas de base.
Las cosas se pusieron muy complicadas cuando llegó esa gente arma-
da. Ya nadie volvió a estar tranquilo, y para colmo, el ejército decía que
nosotros éramos colaboradores. Y ¿uno que puede hacer? Si esa gente
va por el monte como por su casa. Luego se vinieron los de la minería
para aquí cerquita, y ahí sí que todo se fregó. Mire en mi escuela los
niñitos de primero son tremendos, no le hacen caso a nadie, no tiene
quien los regañe o los corrija. Mamás y papás se van a trabajar a la
mina y dejan a esos niñitos en manos de las abuelas o de vecinas a las
que les pagan $50.000 semanales para que les den la comida y estén
pendientes. Yo tengo una niña de catorce años que está en tercero de
primaria, es la más bonita. Los viernes después de mediodía se embar-
ca con los mineros y se va para los cambuches y solo regresa hasta el
domingo por la tarde. Ella maneja su buena plata y tiene un celular
carísimo, sigue yendo a la escuela, pero los demás niños le dicen gro-
serías si no les da plata. Es muy difícil lo que sucede en estas regiones
que han vivido tanta pobreza y tanta violencia. A los maestros que
estamos por aquí nos toca aprender a ser duros de corazón porque si
no uno no aguanta, además al Ministerio o a la Secretaría de Educación
poco le importa saber nuestra suerte, ellos solo esperan los formatos y
los informes con números, pero nada más.
Con la minería nos acabaron de fregar porque todos los problemas se
agravaron. Ahora hay más violencia y también más plata y gente foránea.
Viajo cada quince días a ver a mis dos hijos que viven con mi hermana Etnoeducación afropacífica y pedagogías de la dignificación
4 Escobar (2010) ha referido para el caso de la costa Pacífica colombiana una larga tradi-
ción de acciones colectivas y organizadas de resistencia, entendidas como acciones de
ecología política que mantienen vigentes formas de producción e intercambio distintas
N.º 71 al mercado y la acumulación, que logran articular resistencia y prácticas creativas.
5 Esta es una noción propuesta por Grotberg (1995) para denominar la capacidad hu-
348 mana universal para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas o incluso ser
transformado por ellas.
temeraria “ley del monte” que se impuso sin tregua desde finales del siglo
pasado. A propósito de este punto, la Universidad de los Andes señalaba
en el año 2009 lo siguiente:
pañas de limpieza social” llevadas a cabo por grupos armados ilegales, que traen olas de
asesinatos contra la población afrocolombiana en el municipio de Tumaco (PCN, 2003).
La disputa por el territorio entre actores armados del conflicto pone a la población afro-
colombiana nariñense en una situación de constante amenaza de muerte y se constituye N.º 71
en un atentado contra su derecho a la vida y a la integridad física y psicológica. Se han
reportado igualmente atropellos contra la población afrocolombiana y reclutamientos de
menores en el municipio de Tumaco, específicamente en los corregimientos del río Mira, 349
cerca de la frontera con el Ecuador (PCN, 2003).
actores armados, interesados en adueñarse de la riqueza de este trópico
húmedo donde se facilitan las economías ilegales debido a las condicio-
nes de difícil acceso y baja conectividad.
El litoral pacífico vive una guerra atroz cuyo correlato es la presencia
masiva de familias en situación de desplazamiento en ciudades como Cali,
Pereira, Pasto, Popayán, Bogotá, y en ciudades que hasta hace algunos
años poco o nada tenían en su haber respecto a presencia afrocolombiana,
como es el caso de Puerto Asís, Pitalito y Mocoa por nombrar algunas.
Según las cifras de los organismos que siguen el tema de derechos huma-
nos, 12 de cada 100 afrocolombianos rurales viven la situación del destie-
rro y el desplazamiento forzado, y la gran mayoría proviene de regiones
como el litoral pacífico o la región caribe. El suroccidente colombiano
es la región más afectada por el conflicto, y de esta la población civil en
mayor riesgo de acciones asociadas al conflicto se encuentra en la costa
Pacífica (Rodríguez, 2009). A lo largo de la costa Pacífica nariñense, donde
se encuentran los municipios con mayor presencia de población afroco-
lombiana, el conflicto armado implica una constante amenaza a la vida e
integridad de las personas y comunidades afrocolombianas. Los procesos
productivos, culturales y organizativos se han visto tremendamente afec-
tados por esta situación, pues la presencia de actores armados legales e
ilegales altera la movilidad de las personas, las relaciones de intercam-
bio, el encuentro y la reunión, y sobre todo crean un ambiente de miedo,
hostilidad e inseguridad que reduce la capacidad proactiva de sus gentes.
La presencia y el control que ejercieron los actores armados transfor-
maron la vida cotidiana de niños y niñas, afectando sus relaciones y
espacios de socialización. El encierro se volvió frecuente y se limi-
taron los espacios destinados al juego, al esparcimiento y a entablar
relaciones con personas vecinas y amistades. El consumo de drogas y
sustancias psicoactivas también fue mencionado como una práctica
que introdujeron e indujeron los actores armados. La crudeza de la
guerra obligó en muchos casos a los niños y niñas a abandonar sus
estudios y a huir, con lo que perdieron los nexos y relaciones con luga-
res y personas significativas y amadas… los niños, niñas y adolescen-
Revista Colombiana de Educación N. 71
Etnoeducación y afro-reparaciones
Olvidaba decir que, en aquellos tiempos, en vista de que no
habían podido evitar que se abrieran las escuelas, trataron de
intimidar a los negritos con eso de que “la letra, con sangre
entra”. Con esto buscaban que los hijos del pueblo le cogieran
odio al estudio. Contra ellos se pusieron de moda los palmetazos,
los reglazos, los fuetazos y los rejazos con cuero de vaca o
nudosas varitas de totumo.
Miguel A. Caicedo
Etnoeducación afropacífica y pedagogías de la dignificación
8 Según los censos elaborados por el Consejo Noruego para Refugiados en el segundo
semestre 2013 y año 2014 en los departamentos de Cauca y Nariño, “el 28% de
las personas desescolarizadas, identificadas en los censos de educación, han sido
pp. 343-360
desplazadas por la violencia. Esta cifra es mucho más alta en Tumaco y El Charco.
Así mismo, el 27% de las personas analfabetas identificadas, también han sido des-
plazadas como consecuencia del conflicto armado en Cauca y Nariño. El 71% del
total de población desescolarizada (10.176) se encuentran entre los 18 a 26 años de N.º 71
edad. El 29% restante se encuentra entre los 5 a los 17 años de edad”. Ver: Deses-
colarización, Analfabetismo y Desplazamiento Forzado. http://www.nrc.org.co/index.
php/9-programa-educacion/99-desescolarizacion-analfabetismo-y-desplazamien- 351
to-en-cauca-y-narino
su capacidad para acompañar la escolarización de las nuevas generacio-
nes e incidir en un mejoramiento de la calidad educativa de una región
caracterizada por graves problemas en este ámbito.
El analfabetismo es una de las peores formas de exclusión social vi-
gentes, porque impide el acceso y limita la participación política, así como
el pleno ejercicio de derechos. Por esta razón, el proyecto etnoeducador de
Recompas concentró sus esfuerzos en llevar los postulados iniciales de la
etnoeducación afrocolombiana al terreno de la educación de adultos y su
alfabetización. De este modo, líderes acompañados de un equipo de do-
centes pusieron en marcha un programa que llamaron el Etnobachillerato.
Entre 2008 y 2011 adelantaron acciones de diseño, gestión y planeamiento
para poner en marcha un modelo etnoeducativo para las comunidades de
Chajal, Tablón Dulce, Tablón Salado, Robles y Mejicano; seleccionaron
estudiantes, formaron a un equipo docente en una modalidad flexible y
contextualizada a las condiciones de la ruralidad y acudieron cada fin de
semana a las sedes de las escuelas para llevar a cabo largas jornadas for-
mativas en las cuales la oralidad y la memoria cultural9 fueron el punto de
partida para producir conocimiento matemático, geográfico y gramatical.
Con el apoyo del Consejo Noruego para Refugiados, implementaron el
primer modelo etnoeducativo conducente a la alfabetización de adultos
afrodescendientes y su titulación como bachilleres. En un periodo de tres
años graduaron a 248 personas, la mayoría de ellas sostén de sus familias
(Palacios et al., 2013, p. 8).
A pesar de las difíciles y riesgosas condiciones en las que se des-
envuelve la vida cotidiana de las comunidades rurales del municipio de
Tumaco, el proceso del etnobachillerato emprendió su camino curricular
y pedagógico. Semanalmente se movilizaba un equipo de docentes para
cumplir con la cita escolar de sábado y domingo. Los cuadernos, las car-
teleras, los lápices a media punta se tomaban esas aulas por jornadas
enteras en las cuales adultos y jóvenes ocupaban las sillas de sus hijos, so-
brinos, nietos y vecinos, quienes de lunes a viernes estudiaban en esas mis-
mas instalaciones escolares. Como lo ha señalado uno de sus gestores “el
Revista Colombiana de Educación N. 71
afro-repaciones– sigue
Vista desde esta perspectiva, se podría decir que, en sus motivos ori-
pp. 343-360
A pesar de los años que han pasado, ahora es mi turno. Estoy feliz, muy
feliz (Testimonio de A. R., citado en: Carabalí y Gómez, 2013, p. 51).
ISSN 0120-3916
madres llevan a sus hijos pequeños por no tener con quien dejarlos en
casa y garantizar que estén bien protegidos. El Etnobachillerato permite
que padres y madres de familia cuenten con una adecuada escolariza-
ción para atender las demandas de acompañamiento de sus niños, niñas,
N.º 71
adolescentes y jóvenes (Palacios, 2013, p. 34).
356
La vieja batalla no concluye
Yacup narra a través del tiempo y las geografías del Pacífico, el proce-
so antropológico y económico acaecido en puertos, pueblos y poblados
ribereños, para concluir una tremenda sentencia sobre la marginalidad
perpetua que acompaña al litoral. Aunque Sofonías avizoró posibilidades
de progreso para la región del agua, también reconoció las limitaciones de
una nación andinocéntrica, incapaz de reconocer en las culturas y las
Etnoeducación afropacífica y pedagogías de la dignificación
nunció como abandono del Estado. En los albores del siglo xxi se sumaron
a las desgracias ya dichas por el escritor, el arribo de las economías ilegales
que heredaron las lecciones bien aprendidas del extractivismo en épocas
pp. 343-360
cargas/informes2013/bastaYa/resumen-ejecutivo-basta-ya.pdf
Gómez de Mantilla, L. T. (2007). Introducción. En: C. Mosquera, Rose-
pp. 343-360
N.º 71
360
Memorias de la violencia política
en la narrativa de jóvenes
escolares del sur del
departamento de Casanare
Artículo de investigación
Revista Colombiana de Educación, N.º 71. Segundo semestre de 2016, Bogotá, Colombia.
Recibido: 04/02/16
Evaluado: 09/02/16
Especialización en Docencia mediada por las TIC en la Universidad de San Buenaventura. Tam-
bién se desempeñó como adecuador metodológico de contenidos educativos digitales en la
División Nacional de Innovación académica de la Universidad Nacional de Colombia. Ha desa-
rrollado actividades de asesoría pedagógica para el desarrollo de contenidos educativos virtuales
en instituciones como la Universidad Francisco de Paula Santander de Ocaña y la Universidad
de La Salle, en Bogotá. Se desempeñó como director del eje pedagógico en la Vicerrectoría de N.º 71
educación abierta y a distancia de la Universidad ECCI, y como líder pedagógico del Centro de
Educación virtual de la Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá. En la actualidad es Direc-
tor de la especialización en Docencia mediada por las TIC, y profesor de la Maestría en Ciencias 361
de la Educación en la Universidad de San Buenaventura, sede Bogotá.
Resumen
El presente texto presenta los resultados de la investigación Memorias de la violencia
política en la narrativa de jóvenes escolares del sur del departamento de Casanare**.1 Palabras clave
El ejercicio plantea una interpretación de las formaciones de la subjetividad ética y
política de un grupo de jóvenes del sur del Departamento de Casanare, a partir de memoria; formación ética y
la memoria narrativa de una serie de acontecimientos violentos que tuvieron lugar política; subjetividad
en la zona durante el año 2003 y el primer semestre del año 2004.
Para este efecto, se realiza un análisis de memorias a partir de principios teóricos y
metodológicos asociados a la fenomenología, la hermenéutica y la teoría narrativa
de constitución y construcción del sí mismo, en el marco de referencias sobre las
formaciones de la subjetividad en contextos de violencia política en Colombia.
Abstract
This paper presents the results of a research called Memories of Political Violence in
Keywords Narratives by School Students in the South of the Casanare Department.
This paper is an interpretation of the ethic and political subjectivity construction
memory; ethical and political of a group of teenagers in the south of the Casanare department. This was done
education; subjectivity through the narrative memory of a series of violent events which took place in this
area during 2003 and early 2004.
In order to do so, the teenagers’ memories were analyzed based on theoretical
and methodological principles associated to phenomenological principles associa-
ted to phenomenology, hermeneutics and the narrative theory of constitution and
self-construction. The study was carried out on the grounds of subjectivity forma-
tion in political violence contexts in Colombia.
Resumo
Este artigo apresenta os resultados de relatórios de violência política na narrativa
de crianças em idade escolar no departamento sul de Casanare. O exercício é uma Palavras chave
interpretação das formações da subjetividade de um grupo de jovens do Sul De-
partamento de Casanare, a partir da memória narrativa de uma série de eventos
memória; ética e educação
violentos que ocorreram na área em 2003 e no primeiro semestre de 2004.
política; subjetividade
Para este efeito, é feita uma análise de memórias de princípios teóricos e meto-
dológicos relacionados com a fenomenologia hermenêutica ea teoria narrativa e
construção da própria Constituição, no quadro de referências para as formações
de subjetividade em contextos de violência política na Colômbia.
N.º 71
362
**1 El departamento del Casanare está situado al oriente de Colombia, en la región de la Orinoquía.
Introducción
L
a historia de la violencia en Colombia incluye diferentes capítulos y
formas de comprender su emergencia, sostenimiento y transforma-
ción. En la mayoría de los análisis disponibles se cuenta la guerra de
la independencia, la violencia partidista, la guerra contra el narcotráfico, la
confrontación entre las guerrillas, el Estado y los grupos paramilitares, las
cuales han sido comprendidas a través de teorías autorreferentes y natura-
listas (Amaya, 2000) o de desigualdad y exclusión (Deas, 1995).
Esas interpretaciones y delimitaciones han venido aportando senti-
dos asociados a una cierta determinación de la violencia en la historia
social y política de los colombianos (Pécaut, 2000), junto con profecías
de autocumplimiento (Castillejo, 2000) que intentan explicar el mante-
nimiento de la violencia en un ciclo permanente de actualización, en el
que solo cambian las circunstancias, los actores y las víctimas sin que se
observe una alternativa clara de convivencia pacífica.
En este marco, estos y otros análisis sobre el sentido y la configuración
sociohistórica de la violencia en Colombia han permitido comprender que
Memorias de la violencia política en la narrativa de jóvenes escolares del sur del departamento de Casanare
la violencia política ha venido incidiendo en la forma particular en que la
mayoría de colombianos se comprenden y comprenden a los demás en un
amplio marco social de relación, dado su carácter sistemático y prolonga-
do en la historia del país.
Sin embargo, la mayoría de estos análisis se han venido realizando
desde perspectivas históricas centradas en la voz de los líderes y estadís-
ticas de muertos y desaparecidos, lo que revela los acontecimientos pero
al margen de la experiencia de las víctimas de los hechos violentos.
Como alternativa a este enfoque, en los últimos años ha venido co-
brando fuerza la perspectiva de la nueva historia, que cuenta los aconte-
cimientos “desde abajo” (Burke, 2003) y da un mayor protagonismo a la
memoria narrativa. Esta, a diferencia del enfoque tradicional de la histo-
ria, como ciencia que busca ofrecer datos objetivos sobre los aconteci-
mientos, constituye las construcciones subjetivas, situadas culturalmente
de versiones del pasado que comportan formas particulares de ubicarse
Miller Antonio Pérez Lasprilla
Memorias de la violencia política en la narrativa de jóvenes escolares del sur del departamento de Casanare
derechos de cada uno.
Con estos elementos, el debate sobre las formaciones de la subjeti-
vidad ha venido vinculando la memoria narrativa y la violencia política
como polos de producción de sentido en contextos de guerra y confronta-
ción a través del concepto de acontecimiento que irrumpe y trastoca el or-
den social que acoge a los sujetos sociales. La violencia entra en la vida de
los sujetos y es la partera de su historia común, y la memoria narrativa es el
medio de formación del sí mismo como apropiación subjetiva del mundo.
Memorias de la violencia política en la narrativa de jóvenes escolares del sur del departamento de Casanare
sistemáticas en las formas de darle sentido.
En la actualidad, esas condiciones pueden observarse en regiones
como el sur del Casanare, debido a que la conflictividad armada en esa
parte del país cesó en el año 2005 y en la actualidad no hay presencia vi-
sible de ningún grupo armado al margen de la ley. Esto permite que, bajo
la figura de la distancia en el tiempo y el “cese de los actos violentos”
en la zona, los sujetos tengan mayor libertad de hacer memoria sobre lo
ocurrido. Además, nuevas condiciones socioeconómicas y la presencia
del Estado en términos de seguridad e inversión social parecen incubar
en esta región alternativas a favor de un orden gubernamental.
Como en todo el territorio colombiano, el departamento de Casanare
ha sido escenario de múltiples expresiones de violencia política que, con
el tiempo, han permeado la subjetividad de sus pobladores frente al tipo
de relaciones que establecen con los Otros. Y como en todo el país, las
expresiones de violencia política en el departamento han resultado decisi-
Miller Antonio Pérez Lasprilla
vas para definir los rumbos de vida que se tejen en el seno de la familia, la
escuela y las demás instituciones de socialización primaria.
pp. 361-382
En los primeros meses del año del 2004, los participantes de dos grupos
paramilitares5 se enfrentaron por el control militar del sur del departa-
mento de Casanare en una de las etapas más conflictivas que ha expe-
rimentado la región. Durante este tiempo, una serie de enfrentamientos
Revista Colombiana de Educación N. 71
Alguien me decía hace ocho o quince días que en esta zona hay más de
dos mil muertos de uno y otro lado, y que mucha gente había por ahí en
los Urales6 tapados, abandonados por la guerra. Entonces, si un ejemplo,
un historiador dijera hoy, “muestre a ver escribo” [sic], pues eso que-
daría para los recónditos análisis del tiempo y hasta bueno recordarla
como historia, como recuerdo de una comunidad que sufrió con tantos
combates, tanta vida inhumana, que eso sería significativo pero como
vivencia mejor olvidar (Testimonio de un profesor de la zona, 2011).
Memorias de la violencia política en la narrativa de jóvenes escolares del sur del departamento de Casanare
mil jóvenes” (Así creció el paramilitarismo en los Llanos Orientales, s. f.),
esto muestra la falta de consenso en la dimensión estadística de las vícti-
mas de estos enfrentamientos armados. Sin embargo, en lo que sí parece
haber consenso es en el carácter dramático de la experiencia en el con-
junto de la comunidad por presentarse en los espacios más significativos
de su cotidianidad como los caminos, los alrededores de las escuelas, las
fincas y los centros poblados.
Finalmente, toda esta confrontación armada cesó con la ocupación
y control del territorio de uno de los grupos armados a partir del segundo
semestre del año 2004. Después de un año de ocupación y control de la
zona, este grupo se desmovilizó completamente en septiembre del año
2005; el ejército y la policía estatal asumieron el control de la zona. Desde
entonces, la comunidad ha venido haciendo un tránsito a nuevas formas
de relación por cuenta de la dinamización económica que han introducido
compañías de exploración petrolera y la adecuación de tierras para culti-
vos de arroz y palma africana.
Miller Antonio Pérez Lasprilla
N.º 71
6 El término parece desprenderse de la comparación entre los terrenos accidentados de
los montes Urales que dividen a Europa de Asia con los “cantiles” (que a la vez alude a 369
los acantilados) que se configuran en las sabanas inundables del sur de Casanare.
En consecuencia, las narrativas de los jóvenes de la región sobre los
acontecimientos de violencia ocurridos en la región del sur de Casana-
re, dan cuenta de la forma en que estos hechos alteraron el relato de su
experiencia social. Las narraciones sobre estos acontecimientos pueden
mostrar los elementos de la subjetividad que se han venido sedimentando
a raíz de las expresiones de violencia en la región, y se constituyen en
elementos de análisis para la comprensión de las formaciones de la subje-
tividad en contextos de violencia política.
Con estos elementos, deviene la pregunta por las formaciones de
la subjetividad ética y política que se expresan en las memorias sobre la
violencia política en la voz de jóvenes escolares del sur del Casanare, y el
propósito de interpretar las formaciones de la subjetividad ética y política
de un grupo de jóvenes del sur del departamento de Casanare, a partir de
la memoria narrativa de los acontecimientos violentos que tuvieron lugar
en la zona durante el año 2003 y el primer semestre del año 2004.
Justificaciones
Memorias de la violencia política en la narrativa de jóvenes escolares del sur del departamento de Casanare
El trabajo de investigación se inscribe en el campo de la educación como
una forma de entender los fines y el sentido de los procesos formativos
para el contexto de nuestro país, porque como dice el profesor Armando
Zambrano (2005), “en cuanto está dirigida a la especie humana, la edu-
cación expresa unas finalidades, unos actos y unos medios [agregando
que] la conjugación equilibrada de estos está vinculada directamente con
la idea del Hombre que la sociedad haya construido” (p. 105). Es decir,
toda sociedad construye un ideal de ser humano y prepara el futuro a tra-
vés de consecutivas acciones formativas. Para este efecto, se prevén unos
espacios, tiempos y prácticas que se orientan por unos fines que permiten
materializar las aspiraciones de ese conjunto social en particular.
Para este proyecto, se asume y comparte el objeto de la Ley 115 de
1994 (Ley General de Educación de Colombia), la cual establece que “la
educación es un proceso de formación permanente, personal, cultural y
Miller Antonio Pérez Lasprilla
promover:
»» La formación en el respeto a la vida y a los demás derechos huma-
nos, a la paz, a los principios democráticos, de convivencia, plura- N.º 71
lismo, justicia, solidaridad y equidad, así como en el ejercicio de la
371
tolerancia y de la libertad.
»» La formación para facilitar la participación de todos en las decisio-
nes que los afectan en la vida económica, política, administrativa y
cultural de la Nación.
Desarrollo metodológico
Revista Colombiana de Educación N. 71
Memorias de la violencia política en la narrativa de jóvenes escolares del sur del departamento de Casanare
que pertenecen a un grupo social con una historia común.
Para analizar la información se buscó comprender significativamente
los aspectos relevantes de las narrativas, situándolas en un contexto que
sirve de base para que tomen un sentido más amplio. Al respecto, se aten-
dieron los siguientes tres principios teóricos y metodológicos:
Casanare?
Memorias de la violencia política en la narrativa de jóvenes escolares del sur del departamento de Casanare
Por ejemplo, una escena vivida por los jóvenes y sus familias, refe-
rida al transporte de los cadáveres del conflicto en plataformas haladas
por un tractor, llamadas zorras, representa una imagen que persiste en la
memoria de la mayoría de los jóvenes.
Esta convicción de que solo puede ser libre quien esté dispuesto a
arriesgar su vida jamás ha desaparecido del todo de nuestra concien-
cia; y lo mismo hay que decir del vínculo de lo político con el peligro
y el atrevimiento en general. La valentía es la primera de todas las
virtudes políticas y todavía hoy forma parte de las pocas virtudes car-
dinales de la política, ya que solo podemos acceder al mundo público
común a todos nosotros, que es el espacio propiamente político, si nos
alejamos de nuestra existencia privada y de pertenencia a la familia a
la que nuestra vida está unida (Arendt, 1997, p. 65).
(H-17-3): –Estaba un Buitrago que le decían el pavo, era uno de los más
peligrosos de esa gente, andaba buscando muchachos para llevarse,
ISSN 0120-3916
Memorias de la violencia política en la narrativa de jóvenes escolares del sur del departamento de Casanare
En una circunstancia donde brilla por su ausencia el marco jurídico del
Estado, la autoridad de Dios y el dogma cristiano se fortalecen como la
medida de justicia por excelencia, y así, los castigos y las recompensas
por las acciones se manifiestan en aspectos como la salud y la enferme-
dad de los sujetos según cómo dañen o ayuden a los Otros.
(H-19-4): –Cuando eso mataban gente a diario y todo y gentes que te-
nían pactos con el diablo, entonces esas almas quedaban en pena y yo
N.º 71
tenía como doce, quince años, entonces un alma se encarnó en mí y casi
me lleva, o sea me sacó de la finca, yo corriendo de noche, o sea yo no
377
era consciente de lo que hacía.
Este fenómeno puede llegar a analizarse de forma individual, a nivel
psicológico, pero también encuentra su correlato en la fragmentación del
lazo social que genera la violencia política: en “momentos de oscuridad”,
cuando la violencia debilita los vínculos de solidaridad, ocurre lo que Da-
niel Pécaut (2002) llama el repliegue individualista, lo cual conduce a que
cada quien se las arregle por sí mismo sin el necesario apoyo del colec-
tivo que enmarca su identidad. De manera que cuando los sujetos son
desbordados por experiencias traumáticas de guerra, muchas veces deben
enfrentar esa circunstancia sin el apoyo del tejido colectivo que los incluye
histórica y culturalmente.
La subjetividad militarista
muchos años bajo la premisa de que: “si no hubieran los militares mejor
dicho no viviría uno así como está ahorita en paz ¿sí?, donde no hubieran
ellos mejor dicho los que mandaban eran otros y nunca debemos dejar
ISSN 0120-3916
N.º 71
A modo de conclusión
Memorias de la violencia política en la narrativa de jóvenes escolares del sur del departamento de Casanare
mirlas como textos u otras expresiones del lenguaje.
»» Analizar el sentido de cada uno de estos relatos como mundos que
se independizan del dador del discurso, con base en los elementos
para un análisis estructural del relato y en el horizonte histórico y
cultural que sirve de contexto para la lectura.
»» Poner de presente esos múltiples sentidos para comprender de qué
manera inciden en las formaciones de la subjetividad ética y polí-
tica de todos los agentes comunitarios.
»» Configurar acciones con base en esas comprensiones de cara a la
idea de futuro que subyace, es decir, de cara a la idea de sujeto
educado que se desprenda de esos ejercicios de comprensión
»» En particular, estas sugerencias teóricas y metodológicas pueden
materializarse en objetivos educativos como los siguientes:
N.º 71
380
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Memorias de la violencia política en la narrativa de jóvenes escolares del sur del departamento de Casanare
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Revista Colombiana de Educación N. 71
N.º 71
382
La escuela colombiana: entre la
nuda vida y la biopotencia*
Artículo de investigación
Revista Colombiana de Educación, N.º 71. Segundo semestre de 2016, Bogotá, Colombia.
Para citar: Cortés, A., Pérez, T., y Guerra, F. (2016). La escuela colombiana: entre la nuda
vida y la biopotencia. Revista Colombiana de Educación, (71), 383-397.
Recibido: 21/02/16
Evaluado: 22/03/16
* Parte de este escrito fue presentado como ponencia en la Primera Bienal de Infancias y Juventu-
des realizada en noviembre de 2013. El tema abordado corresponde a avances de la investiga-
pp. 383-397
ción “Escuela y conflicto armado en Colombia”, financiada por la Universidad Santo Tomás.
** Doctora en Educación de la Universidad Pedagógica Nacional. Docente e investigadora de la Maestría
en Educación de la Universidad Santo Tomás. Correo electrónico: amandacortes@ustadistancia.edu.co
*** Candidato a Doctor en Estudios Sociales de América Latina en la Universidad de Córdoba, Ar-
gentina. Magister en Docencia de la Universidad de la Salle. Docente, investigador de la Maestría
en Educación de la Universidad Santo Tomás.Coordinador de Investigaciones. Correo electróni- N.º 71
co: tito.perez@ustadistancia.edu.co
**** Magíster Investigación Social Interdisciplinaria de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas,
Docente, investigador de la Maestría en Educación de la Universidad Santo Tomas. Coordinador 383
línea educación y derechos humanos.. Correo electrónico: luis.guerra@ustadistancia.edu.co
Resumen
Leer la relación entre escuela y conflicto armado resulta una tarea retadora pues sería
difícil no caer en la tentación de afirmar, casi de inmediato, que las políticas han fraca- Palabras clave
sado. Esta afirmación sería ampliamente demostrable a partir de un robusto corpus
documental de informes presentados por organismos internacionales, por la socie- estado de excepción;
dad civil o por las mismas instituciones del Estado colombiano que han mostrado
biopotencia; conflicto
datos cada vez más alarmantes sobre situaciones violatorias de derechos humanos.
armado; escuela, nuda vida
El reclutamiento forzoso de niños y jóvenes les priva de su derecho a la educación y
vulnera su integridad física y emocional; las amenazas a maestros en zonas de con-
frontación vulnera su derecho al trabajo, a la libre expresión, a la libertad de cátedra y
a la vida misma; y las escuelas que funcionan en estas zonas son usadas por los dis-
tintos actores del conflicto en una clara violación al derecho internacional humanitario.
Todas estas situaciones, sin duda, han tenido efectos en cómo se configura la
institución escolar para operar en medio del conflicto armado, también en la sub-
jetividad del sujeto escolar y del sujeto docente que no tienen otra opción que
permanecer en estos territorios.
Así, la pregunta es ¿cómo se resisten estas escuelas a las políticas de muerte y se
recrean en circunstancias de excepción?
Abstract
Reading the school-armed conflict relationship is a challenging task. It would be
Keywords difficult not to fall into the temptation to say, almost immediately, that policies have
failed. Such a statement would be widely demonstrable from a robust corpus of
state of emergency; documentary reports by international organizations, civil society or by the same
biopotency; armed conflict; Colombian State institutions, which have shown increasingly alarming data about
human rights violations.
school; bare life
Forced recruitment of children and young deprives them of their right to education
and undermines their physical and emotional integrity. Threats to teachers in areas
of confrontation violates their right to work, to free speech, academic freedom and
life itself. Schools operating in these areas are used by actors in the conflict, which
constitutes a clear violation of international humanitarian law.
All these situations have certainly had an impact on how the school is set to opera-
te in the midst of armed conflict, as well as in the subjectivity of the school subject
and subject teachers who have no other choice than to stay in these territories.
So, the question is: How do these schools resist the policies of death, and recreate
themselves under exceptional circumstances?
Resumo
Ler a relação entre escola e conflito armado é uma tarefa desafiante, pois poderia
ser difícil não cair nas tentações de afirmar, quase imediatamente, que as políticas Palavras chave
têm fracassado. Este afirmação poderia ser completamente demonstrável desde um
grande corpus documental de informes apresentados pelos organismos internacio- estado de exceção;
nais, pela sociedade civil ou pelas mesmas instituições do Estado colombiano que
manifestaram dados cada vez mais alarmantes sobre as situações violadoras dos
biopotência; conflito armado;
direitos humanos. escola, nuda vida
Michel Foucault
Introducción
U
n robusto corpus documental de informes presentados por orga-
nismos internacionales, por la sociedad civil y por las mismas ins-
tituciones del Estado colombiano muestra datos cada vez más
alarmantes sobre situaciones violatorias de los derechos de niños y jóvenes
en Colombia. El aumento del desplazamiento forzado de este sector de la
población, del reclutamiento forzado en las filas de los grupos armados, del
asesinato, el secuestro y la violencia sexual1 son situaciones que, sin duda,
han operado en el sujeto niño/joven, y los han constituido de manera dis-
tinta. Esto es lo que hemos llamado efectos de subjetivación (Cortés, 2013).
Por otro lado, las discusiones sobre la escuela parecieron agotarse
en la disputa intelectual de los 90, que la anunció bien como el “primer
espacio público democrático” en el que el niño se forma y por tanto es
allí donde se aprende a ser ciudadano; o bien como la institución en la
que el alumno es un sujeto producido por tecnologías disciplinarias.
Hoy, desde una u otra orilla, los análisis parecen desembocar en
discursos prescriptivos o en diagnósticos desalentadores, lo cual parece
no dejar mucho margen para nuevos análisis desde esas perspectivas.
Lo que se propone en primera instancia es que, en lugar de aceptar el La escuela colombiana: entre la nuda vida y la biopotencia
N.º 71
1 Ver informes Unesco, Coalico, Unicef, Corporación Nuevo Arcoíris, War Child, entre otros.
2 Entendido el gobierno como la conducción de las conductas (cfr. Foucault, 2008). 385
3 La noción de excepción se tomó de Giorgio Agamben y se explicará más adelante.
también da cuenta de cómo las prácticas de muchos maestros desafían el
destino de la escuela en territorios de guerra.
Por estas razones nos hemos preguntado ¿Cómo se administra la vida
de quienes habitan la escuela en situación de excepción, provocada para
nuestro caso por el conflicto armado? ¿Cómo resisten estas escuelas a las
políticas de muerte y se recrean en y por la vida? Para acercarse a las po-
sibles respuestas se hizo necesario construir unos referentes que posibi-
litaran una lectura menos pesimista y no tan optimista; es decir que se
tomaron precauciones frente a la tentación de diagnosticar o idealizar.
El propósito ha sido el de realizar una lectura más antropológica,
que reconozca en las voces de quienes viven el día a día de la guerra un
saber legítimo que interpele cualquier prescripción política o científica.
De esta manera el lector irá descubriendo en esas mismas voces de qué
manera hemos pasado de unas políticas de la vida a unas sobre la vida en
las que maestros y estudiantes transitan como homos sacer en la nuda vida,
la escuela se convierte en un campo y la potencia de-vida se abre paso.
que no funcionan del mismo modo que los dispositivos jurídicos de la ley.
4 El filósofo colombiano, Rubén Sánchez, señala que tanto biopolítica como biopoder son
Segundo semestre de 2016
usadas por Foucault, para diferenciar entre una forma de racionalidad política y un con-
junto de tecnologías de gobierno desplegadas por ella. “En efecto en tanto que la tecno-
logía biopolítica puede ser definida como el conjunto de procedimientos gracias a los
ISSN 0120-3916
cuales se produce una población, el biopoder puede ser considerado como una forma
de racionalidad política que somete a la vida produciendo a partir de ella individuos y
poblaciones” (Sánchez, 2007, p. 34).
5 La normalización, desde el modelo disciplinario, se construye a partir de un determinado
N.º 71 resultado que se consigue siempre y cuando los actos de la gente se ajusten a una medida
‘normal’. Por el contrario, en los dispositivos de seguridad, la normalización opera no
desde la prescripción, ni del impedir que algo suceda, sino que desde una racionalidad
386 basada en la probabilidad y el azar, se deja actuar interviniendo la población desde el
cálculo del riesgo, la peligrosidad y la individualización del fenómeno colectivo.
Un autor posterior a Foucault, que lo retoma para distanciarse de él,
es Agamben (1998), quien define la biopolítica como una serie de dispo-
sitivos mediante los cuales el ejercicio de la soberanía estatal transforma
la vida humana, individual o colectiva, en nuda vida (vida desnuda), es
decir, expuesta a la muerte.
Los dos autores coinciden en suponer que es en la soberanía en la
que opera el poder sobre la vida y no el poder de producir la vida. Al
respecto podríamos decir que en el poder biopolítico sería inadmisible
el poder soberano, pues no podría producirse la vida y al mismo tiempo
exterminarla; sin embargo los dos también pueden aparecer como una
superposición de contraste, casi paradójico.
Este contraste puede leerse en las preguntas que plantea Foucault:
¿Cómo es posible que un poder político mate, reclame la muerte, la
demande, haga matar, dé la orden de hacerlo, exponga a la muerte no
solo a sus enemigos sino aun a sus propios ciudadanos? ¿Cómo puede
dejar morir ese poder, que tiene el objetivo esencial de hacer vivir?
¿Cómo ejercer la función de la muerte, en un sistema político centrado
en el biopoder? (2000, p. 230).
tir establecer una relación positiva, por decirlo así, del tipo “cuanto
Amanda Cortés Salcedo / Tito Pérez / Francisco Guerra
más mates, más harás morir”, o “cuanto más dejes morir, más, por
eso mismo, vivirás”. Pero el racismo, justamente, pone en funciona-
miento, en juego, esta relación de tipo guerrero —“si quieres vivir, es
preciso que el otro muera”–, de una manera que es completamente
novedosa y decididamente compatible con el ejercicio del biopoder.
[…] La importancia del racismo en el ejercicio de un poder semejante
es la condición gracias a la cual se puede ejercer el derecho de matar.
Desde luego, cuando hablo de dar muerte no me refiero simplemente
al asesinato directo, sino también a todo lo que puede ser asesinato
pp. 383-397
el fuego cruzado son resultado de ese racismo pues han sido situados en el
margen de su condición de ciudadanos, en una clara forma de disci-
plinamiento y de control sobre su estatus político desde lo que hemos
N.º 71 llamado unas políticas de muerte.
388
Criscione (2011) analiza este tipo de políticas en un periodo de go-
bierno de la historia reciente de Colombia y diferencia dos tipologías
según los efectos de las prácticas que se definen a partir de su funcio-
namiento (prácticas físicas, discursivas y simbólicas).
De manera resumida, el contundente aporte de este autor distingue
prácticas no directamente homicidas, como la tortura y la detención ar-
bitraria, que tienen efectos de disciplinamiento social sobre sus víctimas,
y que funcionan en el plano físico y psicológico con el dolor y el miedo y
en el plano discursivo con prácticas como la estigmatización, la delación
y la amenaza. Se pretende “corregir”, “recuperar” y normalizar al que se
considera “peligroso”.
Las prácticas homicidas, como las ejecuciones extrajudiciales (“falsos
positivos” y “limpieza social”), tienen un efecto directo sobre el cuerpo
de la víctima pues se busca su aniquilamiento, que no es necesariamente
físico sino que puede ser simbólico y convertir a las víctimas en bandos u
Homo sacer, reduciendo su bios a simple zoe. Es el excedente de la po-
blación que debe desecharse bien en fosas comunes, bien en desplazados
que como nómadas transitan entre el retorno y las diásporas constantes
abandonados a su suerte.
Criscione establece así la hipótesis de la triple funcionalidad de las
prácticas tanatopolíticas:
Esta clasificación del autor nos sirve para describir en el plano del
micropoder cómo han operado las políticas de muerte en la escuela y en
La escuela colombiana: entre la nuda vida y la biopotencia
Amanda Cortés Salcedo / Tito Pérez / Francisco Guerra
hasta 4 horas para poder salvar mi vida y saber que a tan solo 100 metros
de donde iba a pasar acaba de estallar muchas minas (Relato 1, 2011).
Los niños desde muy pequeños mantienen ese deseo de tener una arma
pp. 383-397
Ellos hacen un control del territorio, miran quién entra, quién sale en
primer lugar y también en su forma de vida lo que está permitido y lo
que no está permitido y también hay un control a la libre movilidad, en-
tonces en cierto momento establecen horarios en los que uno se puede
mover y horarios en los que uno no puede moverse. El derecho a la libre
movilidad uno no lo puede ejercer, eso afecta digamos más que todo
para hacer trabajos de investigación con los estudiantes o encuentros
en ciertas horas de la tarde o noche no se pueden realizar y eso afecta
la parte académica de los estudiantes y afectaría también un poco la
calidad de vida, […] ellos tienen un manual de convivencia donde hay
unas ciertas cosas que permiten y ciertas cosas que prohíben y ciertas
sanciones que ellos imponen. Desde la institución estamos hablando
de nuestro manual de convivencia en el que se prioriza para nosotros
el diálogo, mientras que lo que ellos priorizan es la sanción, entonces
viene la represión. Esto no nos permite que se ejerza desde la escuela
libremente y podamos avanzar más rápidamente en torno a la cons-
trucción de un escenario, desde la escuela, [para] establecer el diálogo
como un camino para la resolución de conflictos (Relato 2, 2015).
tenemos que buscar otras alternativas de vida. Hemos tenido varias ex-
periencias en donde a algunos jóvenes los hemos podido sacar de ese
círculo vicioso del narcotráfico y la guerrilla y buscar otras alternativas.
Es el caso de Iván, el caso de Jessica, son estudiantes que están en la
Universidad de Lima. Ellos están terminando su profesión para volver a
su territorio (Relato 3, 2015).
N.º 71
396
Referencias bibliográficas
Suárez, H. (2014). Si matan un maestro más serán 1000. En Las Dos Orillas,
revista electrónica. Recuperado de: http://www.las2orillas.co/si-matan-
un-maestro-mas-seran-1000/. N.º 71
397
Monográfico
Educación, subjetividades y memoria en procesos
de transición política
Retrato de Jaime Jaramillo Uribe por Lorenzo Jaramillo 1983. Foto archivo particular
Jaime Jaramillo Uribe: la historia, la
pedagogía y las ciencias sociales*
Carlos Low*
Entrevista
Revista Colombiana de Educación, N.º 71. Segundo semestre de 2016, Bogotá, Colombia.
Para citar: Herrera, M. C., y Low, C. (2016). Jaime Jaramillo Uribe: la historia, la pedago-
gía y las ciencias sociales. Revista Colombiana de Educación, (71), 401-414. pp. 401-414
N.º 71
401
* Entrevista publicada en la Revista Colombiana de Educación edición 28, primer semestre de 1994.
J
aime Jaramillo Uribe nació en Abejorral (Antioquia) en 1917. Reci-
bió el título de licenciado1 en Ciencias Económicas y Sociales por la
Escuela Normal Superior de Bogotá en el año 1941, y el de doctor
en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad Libre de Colombia;
cursó estudios en la Universidad de la Sorbona en París. Fue profesor ti-
tular de la Universidad Nacional de Colombia, decano de la Facultad de
Filosofía y Letras y director del Departamento de Historia; profesor de la
Universidad de los Andes y decano de la Facultad de Filosofía y Letras;
profesor visitante en las Universidades de Hamburgo, Vanderbilt, Oxford
y Sevilla, fundador del Anuario de Historia Social y de la Cultura, director
de la revista Razón y Fábula y director científico del Manual de historia
de Colombia (Colcultura, 1978). Publicó numerosos artículos en revis-
tas nacionales y extranjeras. Escribió entre otros los siguientes libros: El
pensamiento colombiano en el siglo xix (1964), Ensayos de historia social
colombiana (1969), Historia de la Pedagogía como historia de la cultura
(1970), Antología del pensamiento político colombiano (1970), La perso-
nalidad histórica de Colombia y otros ensayos (1977). En el año de 1993 el
presidente de la República, Cesar Gaviria, le otorgó la Cruz de Boyacá,
el máximo galardón nacional, en honor a los múltiples servicios prestados
al país en el campo de la docencia y la investigación histórica.
Esta entrevista forma parte de una serie realizada a profesores como
Ernesto Guhl, Virginia Gutiérrez y Roberto Pineda Giraldo, protagonistas
del pensamiento social en el siglo xx en Colombia. Constituye parte del
archivo oral sobre “Los intelectuales académicos en Colombia” que los
autores realizaron para la Universidad Pedagógica Nacional. Dentro de
esta línea surgió la investigación en torno a la Escuela Normal Superior, fi-
este curso con autores como Armand Cuvíllier, un sociólogo francés hoy
en día muy olvidado, y posteriormente, cuando entré a la Universidad
Nacional dicté un curso con mayor rigor, más dirigido a lo que ha sido la
N.º 71
sociología moderna, en donde abordaba temas relacionados con teoría
de los grupos, las adaptaciones y los conflictos sociales. Creo que lo que 409
se llamaba antes aquí Sociología era apenas una historia de las doctrinas
sociales, comenzando por Comte y Spencer. Probablemente no pasaba
de ahí, del pensamiento social del siglo xix. No se trataba de sociología
en el sentido estricto de una disciplina que permite estudiar la sociedad
contemporánea.
Como he dicho, la Normal comenzó a hacer una serie de innovacio-
nes, por ejemplo, eso de los trabajos de investigación para los cursos, bue-
nos o malos, fue algo de gran valor, a la gente había que ponerla a hacer
algo propio, y algo tenía que salir de ahí, por lo menos algunos hábitos. Era
muy importante inculcarle a la gente la idea de que su aprendizaje no de-
pendía solo de lo que le suministraba el profesor, sino que había otras vías
de aprendizaje en las que debía incursionar. De manera que la Escuela Nor-
mal Superior jugó un papel significativo, a pesar de su disolución en 1951,
pues siempre quedó la semilla en otras partes, esa semilla pasó al Instituto
Caro y Cuervo, al Instituto de Antropología y a la Universidad Nacional.
p. ¿En qué año empezó a escribir usted ensayos históricos?
j. j. u. Empecé propiamente a hacer investigaciones en mis años de
la Escuela Normal Superior a escala muy simple. Como dije, la ens entre
otras innovaciones, familiarizó a los estudiantes por lo menos con la etapa
más elemental de la investigación, que era ponernos trabajos y hacernos
consultar una bibliografía, porque ni siquiera eso se hacía en las univer-
sidades colombianas. Las universidades funcionaban sobre la base de las
conferencias que dictaban los profesores y lo que los estudiantes hacían
era preparar sus cursos con esas conferencias, pero no había una búsqueda
bibliográfica personal. Recuerdo que Antonio García nos ponía a estudiar
el café, el banano y la colonización cafetera de Antioquia y teníamos que
ir a buscar geografías viejas, memorias de la Contraloría, informes del Mi-
nisterio de Industria y cuadros estadísticos. Entonces esa fue la primera
aproximación a eso llamado investigación.
Posteriormente cuando regresé de Europa y me vinculé como pro-
fesor en la Universidad Nacional, me di cuenta de que había que hacer
investigación histórica sobre la base de las fuentes primarias, de los ar-
chivos, sobre todo al percatarme de la pobreza de la historia colombiana.
Revista Colombiana de Educación N. 71
una investigación que luego dio como resultado mis primeros ensayos en
historia social que trataban sobre la esclavitud, el mestizaje, la población
indígena, y puede decirse que ahí fue cuando empecé a hacer investiga-
ción en el mejor sentido de la palabra. Eso fue más o menos entre 1958 y
N.º 71
1962. En esa misma época comencé el estudio de la historia de las ideas,
410 la historia del pensamiento, que también era un campo que me interesa-
ba mucho y estaba completamente inexplorado en el país.
p. En esos años, ¿con quién intercambiaba usted sus inquietudes inte-
lectuales? Virginia Gutiérrez y Roberto Pineda nos cuentan que tenían un
grupo para discutir los trabajos, en su caso, ¿en cuál núcleo interactuaba?
j. j. u. Realmente yo no tuve grupo. La única persona interesada en los
estudios sociales era yo. Con el grupo que mencionan siempre conservé
una amistad, entre otras cosas porque fui profesor de Virginia y de Roberto
y Darío Mesa. Ellos entraron a la Escuela Normal Superior cuando yo esta-
ba terminando. Formaron un núcleo muy apretado en torno a Paul Rivet, a
la etnografía y la antropología. En mi caso la única persona que se interesó
por la historia fui yo, entonces no tuve grupo. A ellos el funcionamiento
en torno a Rivet y al Instituto Etnológico les dio un sentido más de escuela
y de grupo. Yo siempre estuve solo y nadie tenía interés en ese tipo de
historiografía y de investigación histórica que yo consideraba se debía ha-
cer. Tengo que agregar además que los que después se dedicaron a hacer
historia, la primera generación de historiadores en sentido estricto, todos
fueron discípulos míos.
p. ¿Su interés por la historia encuentra entonces continuidad en sus
discípulos?
j. j. u. Sí, así es, la generación que me siguió y que fueron historia-
dores profesionales, todos fueron discípulos míos y egresados de la Uni-
versidad Nacional, Jorge Orlando Melo, Germán Colmenares, Margarita
González, Hermes Tovar, entre otros. Inicialmente eran muy pocos. Una
escuela se va formando con base en 2, 3, 4 personas, hoy puede haber
10 o 15, y quienes ahora empiezan a surgir en el campo de la Historia,
son discípulos de ese primer núcleo de intelectuales.
En la Universidad Nacional y en uno de esos cursos que se daban en
Jaime Jaramillo Uribe: la historia, la pedagogía y las ciencias sociales
las facultades de ese tiempo, hubo un profesor español llamado Antonio
Antelo que dejó también cierta semilla en este campo. Antelo tenía muy
buen criterio y era un historiador formado; los profesores de historia en
la Facultad de Filosofía éramos él y yo. El entendía mucho a la gente y
la puso en contacto con un tipo de historiografía nueva, no tenía interés
en la historia colombiana sino en la historia española, en la historia ge-
Martha Cecilia Herrera / Carlos Low
neral, pero tenía una orientación moderna y creo que estimuló mucho
al estudiantado con las buenas clases de historia; aquí hizo una carrera
universitaria muy buena y regresó a España.
p. Nos gustaría que comentara sus acercamientos al campo de la
Historia de la Educación, usted tiene dos textos sobre ese tema. ¿A partir
pp. 401-414
sobre otros temas —ya que siempre hice alusión a la educación en mis
trabajos—, decidí hacer ese pequeño ensayo que era lo único factible,
porque también estábamos limitados pues esas monografías no podían
ISSN 0120-3916
la profesión. Duré seis meses y a los seis meses cerré la oficina porque me
horrorizó el ejercicio de esa profesión, y entonces pasé a ser profesor en la
N.º 71
Universidad Nacional, cuando Cayetano Betancur me llamó.
Para mí ha sido definitivo el Derecho, tanto que yo le digo a la gente 413
que quiere estudiar historia que tiene que estudiar derecho. De acuerdo
con la opinión de los viejos maestros alemanes del siglo xix, el historiador
tiene que ser jurista, tiene que conocer el Estado y las funciones del Esta-
do. Ese es un vacío que es necesario llenar, al igual que otros, para llegar
a ser un buen historiador. Por este motivo a mí no me parece del todo
bien lo que se hace hoy día que es pretender formar historiadores desde
el pregrado, considero que esa es una carrera de postgrado. Creo que
primero hay que hacerse a una formación general de cultura sólida, estu-
diar derecho, estudiar la organización del Estado, estudiar literatura, hay
que aprender lenguas, economía, estadística, en fin, formarse una caja de
herramientas. Hoy en día piensan hacer historiadores desde los 18 años
con bachilleres que no traen bases sólidas, esto me parece muy difícil.
En general considero que todas las carreras sociales y humanas deberían
tener niveles de postgrado, partiendo de una formación de lo que se llamó
clásicamente filosofía y letras, puesto que son carreras que necesitan una
cultura general muy sólida.
p. Pero cuando usted dirigía el Departamento de Historia en la Uni-
versidad Nacional, ¿este solo prestaba servicios a las demás facultades?
j. j. u. Inicialmente solo prestaba servicios pero después, en la carrera
de Filosofía, establecimos lo que se llamaba la opción en historia y era que
a partir de los dos primeros años, los estudiantes podían intensificar cursos
en historia o en lingüística sin abandonar los estudios de filosofía. Eso lo
llamamos entonces sección y luego se denominó departamento, era como
una especie de acercamiento a una formación especializada en los dos
años finales, pero conservando el núcleo que se llamaba Filosofía y Letras.
p. Cuando usted se jubiló de la Universidad Nacional en la década
del 70 y se vinculó a la Universidad de los Andes, ¿qué nuevos temas
desarrolló y actualmente a qué proyectos se dedica?
j. j. u. Hay que tener en cuenta que durante esos años tuve muchas
alternativas. En primer lugar estuve en la Embajada de Colombia en Ale-
mania y realicé algunos viajes. Estuve trabajando, al igual que ahora, en
algunos proyectos que no he podido culminar porque me he dispersado
por muchos motivos, en parte por tantas conferencias y simposios. ¡Todo
Revista Colombiana de Educación N. 71
que tiene como esfuerzo inicial un ensayo que escribí para la Historia eco-
nómica de Colombia publicada por Siglo xxi y al cual le voy a dar un giro
ISSN 0120-3916
diferente. También vengo trabajando desde hace algún tiempo otro proyec-
to que sigue las líneas de un ensayo que publiqué en un libro que se llama
La personalidad histérica de Colombia, pero ampliándolas mucho más. Por
el momento he publicado artículos por ahí y presentado ponencias en con-
N.º 71
gresos, algunas de las cuales están publicadas en el segundo volumen de
414 Ensayos de historia social. En síntesis, quiero sacar adelante esos dos pro-
yectos y probablemente después escribiré mis memorias.
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and in any and all other media, whether print or electronic, whenever it considers
it to be necessary.
»» The article, along with its abstract and author’s information, should be accom- N.º 71
panied by a letter addressed to the Editorial Board of the Revista. The letter must
state that the text submitted is original and unpublished, in other words, that it has 421
not been previously published in whole or in part in any print or electronic
media, nor has it been submitted for consideration to another journal.
»» A separate sheet of paper should be attached, including the author’s name,
academic degree and university/ college that issued it, mailing address,
place of work noting the author’s position and affiliation, telephone num-
ber, fax number, e-mail address, and references of articles published in
other scientific journals in the last two years.
Evaluation
»» The editorial board will select the articles based on the form and content
requirements of the current publication.
»» Accepted manuscripts will be sent for peer review. Then, they will be sub-
mitted to a group of referees, in order to decide whether the articles will
be published and, if so, when. The decision to publish or not an article will
be notified to the author.
On Publication Decisions
Segundo semestre de 2016
Selecting the articles that will be published in each issue is the editor’s responsi-
bility, counting on the editorial board’s endorsement.
ISSN 0120-3916
Independent Criteria
All manuscripts will be reviewed based only in their content regardless of race,
N.º 71 gender, sex, sexual orientation, religion, citizenry or political values of author(s).
422
Confidenciality
Editors and their editorial staff, including authors and reviewers, shall not disclose
information about any issue’s edition process.
Conflicts of Interest
The content of unpublished manuscripts will not be used in any editor’s or editorial
board members’ personal research without the author’s previous explicit consent.
On Reviewers’ Responsibilities
Peer review supports the editor’s decision making on which articles to publish.
It also provides authors –via the editor– with feedback on how to improve their
papers.
Conflict of Interests
Designated reviewers who consider themselves disqualified to review a manus-
cript, or cannot comply with the deadline should notify the editor and excuse
themselves from this duty.
Confidenciality
Manuscripts assigned for review must be kept confidential. Its content should not
be discussed with other individuals without the editor’s authorization.
Objectivity Standards
Manuscripts must be reviewed objectively. Personal criticism to authors is consi-
dered inappropriate. Reviewers are to state their opinion on manuscripts submit-
ted for their evaluation clearly and use strong arguments to support it.
Conflict of Interests
Reviewers will not be allowed to review manuscripts from authors or institutions
they might have a conflict of interests with, or manuscripts presenting rival research
results.
On Authors’ Responsibilities
Indicaciones para autores
Veracity
pp. 415-426
All data and information reported in manuscripts submitted must be verified. Any
research work should contain enough details and references to allow other resear-
chers to replicate it. Fraudulent or inappropriate statements constitute unethical
behavior and are unacceptable. N.º 71
423
Originality and Plagiarism
Works submitted by authors should be completely original. Any works by other
authors used in the article must be appropriately cited and quoted. Otherwise, the
writing will constitute plagiarism.
Source Acknowledgement
Proper acknowledgement of other authors’ work must be the norm. Authors are to
report any publications they have used to build up a reported work.
Authorship
Authorship is reserved to persons that have made substantial contributions to the
conception, design, execution or interpretation of the reported research. Persons
that have made a significant contribution to the work must be listed as co-authors.
Persons that have contributed to specific aspects of the research shall be
mentioned and their contribution acknowledged.
Conflict of Interests
Authors must disclose in their manuscripts any actual or potential conflict of in-
terest that might influence their assessment. All funding resources must be dis-
closed.
Journal Objective
Revista Colombiana de Educación N. 71
N.º 71
424
(Date)
Editorial Board
Dear Sirs
In return I agree to receive two (2) copies of the issue where my article is pu-
blished.
As evidence hereinbefore, signed on (day), (month),
(year) in (city).
Thank you
Institution Affiliation
CC
Academic Program
pp. 415-426
Mailing Address
Phone
E-mail N.º 71
425