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De vuelta a casa.
Lecciones de un hijo pródigo
PUNTO DE PARTIDA
En la parábola del hijo pródigo ¿Con cuál de los dos hijos te identificas? y ¿Por qué? Comenta.

LECTURA: Lucas 15:17-20 (RVR1960)

17
Y volviendo en sí, dijo: !Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco
de hambre! 18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no soy
digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. 20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando
aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.

PARA MEDITAR Y APLICAR

La parábola del hijo pródigo no es desconocida para muchos. El Señor Jesús nos hace saber por medio de esta
pequeña historia, el gran amor del Padre a sus hijos. Y a través de ella conocemos también cuál es la relación que Dios
quiere tener con cada uno de nosotros, para así aprender a ser mejores padres y a su vez ser mejores hijos.
Esta historia refiere a un padre y dos hijos; en la cual el padre nunca se despegó de ellos, aunque uno estaba cerca y
el otro estaba lejos, él siempre estuvo allí.
Este pasaje nos enseña cuatro lecciones:
Lección #1 Perder tu identidad; es perderlo todo. (No es un problema de dinero). Al igual que el hijo reclamó la
herencia al padre, nosotros muchas veces por aferrarnos a nuestros derechos caemos en rebeldía contra Dios. Satanás
siempre va a querer traer confusión para robar tu identidad en Cristo. Tomemos en cuenta que ahora en Cristo somos
hijos adoptados y amados, Él nos ha dado la identidad, Él es nuestro proveedor (Lc. 15:12-13; Ef. 1:3-5).
Lección #2 Recapacitar y reconocer es sólo el primer paso. (El camino a casa es tan largo o corto como tu lo
decidas). La intención del padre no es condenarte o culparte sino, amarte, restaurarte y darte todo lo que te perdiste
estando lejos. Dios tiene una alta expectativa para cada uno de sus hijos. La identidad, es el sello peculiar que solo
proviene de Él (Lc. 15:17-19; Ef. 1:11).
Lección #3 El padre siempre estará esperando en casa. (Te perdonó desde antes de que salieras). El padre siempre se
estuvo preparando para el regreso del hijo, nunca perdió la fe. Probablemente las palabras que el padre le estaba
murmurando a su hijo cuando le dio la herencia y lo vio marcharse eran: hijo te amo, te espero, te perdonó. Dios nos
escogió antes de la fundación del mundo, por amor (Lc. 15:20-22; Mal. 4:6).
Lección #4 Si te sigues comparando, no has comprendido nada. (El Buen Padre no tiene hijos favoritos). Hay hijos
pródigos que no han salido de casa; estos son los que no tienen relación con el Padre aun estando en la iglesia. Hijos que
no tienen sentido de pertenencia, que han perdido su identidad (Lc. 15:31-32).
Tener una identidad es parte de todo ser humano, esta, marca una diferencia de quien tú eres; aun y después de las
decisiones equivocadas que hayas tomado, puedes reconocerlas y volverte al Padre para ser restaurado, Él te espera en
casa con los brazos abiertos, aprende a recibir Su amor incondicional; es necesario que recuerdes quien eres y evites
compararte con otros y no te distraigas de cumplir con el propósito que Dios tiene para ti.
ORACIÓN
Gracias Padre por tu amor incondicional y por la identidad que me has dado en Jesucristo, gracias porque me
perdonas y sé que siempre puedo volver a casa, en ti lo tengo todo, en Jesús mi salvador. Amén.