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Módulo 6. Ética en la Investigación
Prof. José Félix Lozano Aguilar
Lección 3. Valores éticos en la investigación
“Un valor no es un objeto, no es una cosa, no es una persona, sino que es una cualidad que
descubrimos en la cosa (un hermoso paisaje), en la persona (una persona solidaria), en una
sociedad (una sociedad respetuosa), en un sistema (un sistema económico justo), en las
acciones (una acción buena)”. (Cortina, A. (2007), Ética de la razón cordial, Ediciones Nobel,
Oviedo, Pág. 139)
Es de especial relevancia para el mundo de la ética aplicada reconocer los tres rasgos
esenciales de la definición de valor:
Es una creencia prescriptiva perdurable. Es decir es una idea muy interiorizada que nos
prescribe o marca el camino de forma persistente..
Elaborada personalmente a partir de su inmersión social. Los valores no son subjetivos ni
objetivos, sino intersubjetivos. Esto significa que cada persona los interioriza y los
incorpora a su cosmovisión y a su personalidad; pero los reconocemos y los tomamos del
contexto social y cultural en el que vivimos.
Tiene dos componentes: cognitivo y afectivo. Por una parte tienen una dimensión cognitiva
que nos permite comunicarlos, argumentarlos y discutirlos; y por otra los valores me
impulsan, me motivan, a actuar de una forma determinada.
Los valores básicos que debería respetar y potenciar cualquier institución y práctica social son
los propios de la ética cívica:
- Libertad. En el ámbito de las organizaciones y en la práctica de la investigación este valor
de libertad se manifiesta a diversos niveles. El primero es el de la libertad para
establecer relaciones laborales y la libertad elección de tema de investigación y libertad
de expresión para poder difundir los resultados, entre otros. El segundo nivel tendría
que ver con la libertad entendida como participación y supondría la posibilidad de
participar en las decisiones que nos afectan en el ámbito de la investigación.
- Igualdad. Aplicado al mundo de la ciencia y de las instituciones de investigación
podemos identificar tres niveles de realización de la igualdad. El primero es el de la
ausencia de discriminación. No puede haber discriminación ni marginación por motivos
religiosos, políticos, culturales, ideológicos, étnicos, etc. La igualdad supone, en el
mundo de la investigación, que todo el mundo debe ser tratado igual (recibir la misma
recompensa y tener las mismas oportunidades) y que las únicas diferencias legítimas son
las que se basan en el esfuerzo, la capacitación profesional y el rendimiento. El segundo
nivel en el que se entiende la igualdad es en el de ofrecer ayuda a las personas en
inferioridad de condiciones para que puedan ser capaces de ser productivos (por
ejemplo becas y ayudas complementarias).
‐ Solidaridad. La solidaridad en el mundo de la investigación se entiende en dos sentidos
fundamentales: el primero es el de la cooperación interesada, donde se destaca la
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importancia de cooperar para conseguir un objetivo mutuamente beneficioso. Y la
segunda interpretación es la solidaridad como ayuda y compromiso con los afectados y
beneficiarios de la actividad de investigación.
- Respeto activo. El valor del respeto hacia los diferentes es esencial para la convivencia
en sociedades pluralistas. Una sociedad plural descansa en el reconocimiento de las
diferencias, de la diversidad de costumbres y formas de vida. El respeto activo no debe
entenderse sólo como una predisposición a no inmiscuirse en los proyectos ajenos por
simple comodidad, sino que debe entenderse como una predisposición a respetar
proyectos ajenos que pueden tener un valor, aunque no los compartamos.
- Diálogo. Desde Sócrates hasta hoy el diálogo racional ha sido considerado una manera
civilizada de interactuar, de resolver conflictos y de incrementar el conocimiento. La
realización de un diálogo racional exigen en los interlocutores unas virtudes y una
actitud de respeto hacia los semejantes que es valiosa en sí mismo, porque como dice
Adela Cortina: “comunicarse es comprometerse con lo dicho” (Cortina, A. (2007), Ética
de la razón cordial, Nobel, Oviedo. Pág. 159.)
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