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ROMANCE DE REDUÁN
1)TEMA
2) ARGUMENTO
1ª parte (v.1-v.16) Diálogo entre el rey moro de Granada y Reduán acerca de la promesa
hecha por este último. Esta primera parte es una exposición de los personajes, la relación
que existe entre ellos y la circunstancia o conflicto de la trama.
4- COMENTARIO CRÍTICO
1- INTRODUCCIÓN
1.1LOCALIZACIÓN
1.2 Caracterización
Estamos, por tanto, ante una manifestación del género épico y de literatura medieval que
comparte con los cantares de gesta su carácter anónimo, oral y cuya finalidad es también
el relato de la hazaña bélica aunque sea, como en este caso, en su fase o etapa
preparatoria.
Por tanto, la modalidad discursiva que enmarca el texto es la narrativa, que se alterna
desde su comienzo con el diálogo entre el rey y Reduán y la descripción del magnifico
ejército.
1.3Alusión al contenido general y a la intención del autor
Sin embargo, tengamos presente que todo este dramático y magnifico despliegue de
elementos obedece no ya a la intención de dar a conocer unos hechos y elementos más
o menos históricos o de presentar unos valores propios de la época sino al poder de
atraer a un público y hacerles vivir estos relatos a los que llenaban de toda la fuerza
expresiva que el medio permitía.
Reduán es un caballero del ejército de los moros, probablemente uno de sus capitanes o
adalides pues sobre él recae la responsabilidad del éxito de la contienda. Protagoniza el
romance que lleva su nombre y en su figura se exaltan, por encima de la valentía de sus
acciones, las virtudes del hombre de honor que cumple su palabra, fiel a su señor.
Los versos 11-12” Reduán respondía sin demudarse la cara” ponen de relieve la
templanza del caballero que accede a llevar a cabo la empresa del debió dar palabra sin
inmutarse, sin mostrar temor alguno por el peligro que conlleva o por las amenazas de su
señor. Esta virtud contribuye a engrandecer aún más las cualidades morales del
personaje.
El rey no es otro que el rey Chico de Granada, antagonista de Reduán en el texto pues
seguro de la superioridad de su estatus, hace valer su derecho como señor de castigar a
Reduán en caso de que este incumpla su palabra o galardonarlo si resulta con éxito.
Se muestra como el generoso proveedor de un gran ejército para llevar a cabo la toma de
Jaén y en medio del cual aparece exultante.
Diferenciándose de la damas interviene al final del romance la madre del rey para desear
a su hijo éxito en su empresa. Sus palabras parecen encerrar no solo el deseo de un feliz
desenlace sino lo que podría ser el augurio de un mal presagio pues reitera la necesidad
de protección a sus hijo en su plegaria de buena creyente (versos 39-42) Es también en
su intervención donde se singulariza otro personaje referencial: el tío del rey, señor de
Guadix y Baza.
Realista en el uso de topónimos( nombres de lugar) que nos llevan a una Granada
ocupada por los moros de la que se mencionan lugares muy significativos como la puerta
de Elvira o las torres de la Alhambra por donde transcurre y se admira el paso del ejército
y que crea un espacio objetivo para los acontecimientos.
Sin embargo, el narrador nos habla desde el punto de vista del moro ya que hay un
sentimiento de simpatía hacia este personaje al que se ha aludido en etapas previas de
este comentario.
Esto queda claro en la presentación que se hace del protagonista a quien se reviste de los
atributos propios de un gran guerrero y por el que fácilmente nos sentimos atraídos.
En la descripción de la cabalgada se intensifica la abundancia y lujo de tropas y enseres.
Tiene un ritmo rápido casi de marcha militar que contrasta con el tono más íntimo y
recogido de las palabras de la reina con que finaliza el romance y que parecen encerrar
cierta angustia.
No podemos, por tanto, hablar de un narrador objetivo aunque emplee la tercera persona
propia de un mero informador y se presente como un testigo de los hechos o conocedor
omnisciente de los sucesos y dichos, pues idealiza o magnifica su relato a favor sus
personajes.
2.3.1 Análisis de figuras retóricas ( son los recursos expresivos con los que el texto
se articula)
Inicialmente nos encontramos con la invocación de Reduán (v.1) protagonista del relato a
quien se dirige el rey. Esta invocación es una anáfora en el verso cinco pues se repite
nuevamente para subrayar la importancia de este nombre que da título al romance.
El paralelismo es uno de los recursos más utilizados en el texto (versos 2,3) “que me
diste la palabra que me darías Jaén...” entre los cuales solo cambia el tiempo verbal , con
lo cual se genera una similicadencia (diste – darías). Todo ello viene a incidir en el
compromiso “dado” por el guerrero.
Otro elemento importante es el uso abundante de pronombres (v.3 me, v.4,5 tú). Son
todos pleonasmos, de uso innecesario, especialmente el “tú” reiterado para destacar las
distancias que el rey quiere establecer entre su guerrero y él mismo.
Reduán responde al rey de Granada “sin demudarse la cara”. En este verso podemos
identificar la personificación de la cara que parece tener una vida independiente del
resto cuerpo. Al mismo tiempo, se trata de una metonimia puesto que una parte de
Reduán ( su rostro) se expresa por todo su ser.
Paralelismo es toda la segunda parte del romance donde este recurso se emplea para
mostrar la gran cabalgada del ejército. En estos versos (17-34) las palabras que describen
la caballería producen el efecto de un desfile militar puesto que ,como es propio en este
tipo de actos, mantienen un esquema fijo de perfecto orden y simetría.
Hay también una gradación en las palabras de la reina a su hijo cuando le desea que
regrese ”libre, sano y con ventaja”.
a) el estilo
El romance de Reduán posee los rasgos de estilo propios de este tipo de poemas entre
los que podemos destacar los siguientes:
- el carácter dramático que observamos en las intervenciones de los personajes, el tono
severo del rey y solemne y sumiso de Reduán, la descripción de gestos “ sin demudarse
la cara” y detalle de las acciones.
- el realismo. La narración se presenta como un hecho real y cierto. Esto se consigue
mediante la topografía no solo de Granada sino también de Jaén, Guadix y Baza, la
aparición de un vocabulario profuso que describe al ejército: marlota, aljuba, bayo,
estribera... o la mención de personajes y acciones de las que se tiene conocimiento
histórico como el rey Chico o la toma de Jaén.
Del análisis anterior se deduce que efectivamente estamos ante una de las muestras más
características de la literatura medieval: un romance fronterizo.
Nos llama la atención en él que más que exaltar la hazaña o gesta bélica propias de la
épica el poema destaca los valores morales de compromiso, obligación y obediencia.
Estos son los principios por los que se rige la relación siervo -señor, eje de la sociedad
medieval en la que el texto se origina y de la que es fiel reflejo.
El tema del buen vasallo, la fidelidad al señor o la ira real que encontramos en el romance
de Reduán nos acerca a otros textos y otros personajes como el Cantar de mío Cid donde
sí podemos comprobar las consecuencias de perder el favor del rey.( COMPARAMOS,
RELACIONAMOS CON LO QUE SABEMOS, OTROS TEXTOS, PERSONAJES
ACTUALES, PELÍCULAS, IMÁGENES...ETC)
Los protagonistas en ambos casos son guerreros que aparecen revestidos de sus virtudes
morales como más alta prenda aún cuando se parte de la pérdida de la honra como es el
caso del Cid.
Las emotividad es otro elemento importante que se manifiesta en la rotundidad del rey
ante su siervo, quien en todo momento mantiene la entereza, y la parte última en la que la
reina desea esperanzada éxito a su hijo en la contienda.
Entre el inicio y cierre del romance, la parte segunda contrasta con ambas por el hecho de
que únicamente escuchamos la voz del narrador que nos presenta la gran cabalgada
cargada de solemnidad con el ritmo de una marcha militar.
Las partes dialogadas ponen de manifiesto el carácter dramático de los romances , en los
que casi parece que con la intervención de los personajes ( el rey, Reduán , la reina) más
que narrar se está representando una acción. Acción que se nos presenta in media res,
ya comenzada y cuyo origen parece ser cierta leyenda en torno a un joven capitán moro
que se vanagloriaba de su maestría en la batalla pero que nunca había salido al campo.
Aturdido una noche por sus compañeros hace una precipitada promesa que se vio
obligado a cumplir. El resto es romance y crónica histórica. Pero sin duda, en este texto el
joven capitán, aún sin participar en ninguna batalla resulta más digno que el mejor de los
caballeros.
De alguna manera, todos estos elementos analizados nos han llevado a un fin último y
conocido por quien lo compuso que reinvindica al buen caballero. Reduán no conquista
Jaén no hay, por tanto, gesta gloriosa, pero su gran gesto conquista a quienes conocieron
su historias a través del romance de su nombre.