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La teoría de los cuatro humores, de Hipócrates

Una de las primeras teorías que trataron de explicar el temperamento de los humanos.

La psicología es una de las ciencias más jóvenes, pero eso no significa que no se haya
ido gestando a lo largo de siglos, o incluso milenios.

De hecho, algunas de las grandes preguntas a las que intenta dar respuesta empezaron a
generar teorías hace más de 2.000 años. La teoría de los cuatro humores, relacionada
con las distintas clases de personalidad que podemos encontrar en los seres humanos, es
un ejemplo de ello. Fue propuesta por el griego Hipócrates.

Los orígenes de la teoría de los cuatro humores

La teoría de los cuatro humores o humorismo fue una teoría acerca del cuerpo humano
adoptada por filósofos y físicos de las antiguas civilizaciones griega y romana. Arranca
con Hipócrates (460 aC-377 aC), se desarrolla ampliamente con Galeno (130 – 216) y
llega con plena vigencia hasta el siglo XVII. Desde Hipócrates, la teoría humoral fue el
punto de vista más común del funcionamiento del cuerpo humano entre los físicos o
médicos europeos hasta la llegada de la medicina moderna a mediados del siglo XIX.

Hacia el siglo V a.C., la Antigua Grecia, que fue la cuna de lo que se convertiría en la
civilización occidental, ya se empezaban a fraguar teorías sobre por qué somos como
somos y hacemos lo que hacemos. En realidad, esta clase de propuestas teóricas
también habían aparecido antes en otras zonas del planeta, pero el caso griego fue de
especial importancia porque allí se unían los avances técnicos de Asia y Egipto con la
filosofía y la potente actividad cultural y filosófica de la zona.

Grecia era una región en la que el conocimiento se divulgaba de un modo mucho más
libre que, por ejemplo, en el Imperio Persa, en el que la enseñanza de la escritura estaba
muy centralizada y se utilizaba básicamente para el comercio y la administración.

Eso explica que en tan solo tres siglos la Antigua Grecia pudiese llegar a ser un
referente del desarrollo de la filosofía y las ciencias (una su fase más embrionaria). Pero
la ciencia griega, al igual que lo que ocurría en otras partes del mundo, estaba mezclada
con las religiones y una visión del mundo aún muy fundamentada en viejos mitos. Eso
es lo que explica la aparición de la teoría de los cuatro humores.

¿Qué es la teoría de los cuatro humores?

Originariamente, la teoría de los cuatro humores, propuesta por primera vez por el
médico griego Hipócrates, se basaba en el supuesto de que el cuerpo humano está
compuesto por cuatro sustancias básicas (los denominados "humores") y que los
equilibrios y desequilibrios en las cantidades de estas sustancias en un organismo
determina la salud de este.

Estos humores se correspondían a los elementos aire, fuego, tierra y agua, que unos
años antes habían sido señaladas por el filósofo Empédocles como las materias primas
de todo lo que existe.

Así pues, la teoría de los cuatro humores no estaba aislada del modo en el que se
entendía la realidad en la Antigua Grecia, sino que entroncaba con una creencia sobre el
origen del planeta y del cosmos en general; supuestamente, toda la realidad era una
combinación de diferentes cantidades de estos cuatro elementos, y de ahí surgía la teoría
de los cuatro humores. Las propiedades de estos cuatro elementos, a su vez, se
reflejaban en las características de los cuatro humores que según Hipócrates fluían por
el cuerpo humano.

Los diferentes humores según Hipócrates

¿Y cuáles eran estos humores? Cada uno de ellos expresa características físicas
concretas, en la línea de los pensadores de la época, que intentaban describir la realidad
a partir de propiedades cotidianas y fácilmente identificables materialmente. Explicados
muy por encima, eran estos:

1. Bilis negra

Sustancia vinculada al elemento tierra, cuyas propiedades eran el frío y la sequedad.

2. Bilis amarilla
Humor correspondiente al elemento del fuego. Sus cualidades eran la calidez y la
sequedad.

3. Sangre

La sustancia vinculada al elemento del aire, cuyas propiedades eran la calidez y la


humedad.

4. Flema

La sustancia relacionada con el agua, cuyas propiedades son el frío y la humedad.

Los humores y la personalidad

Para Hipócrates y una buena parte de los médicos que asimilaron las teorías del primero
durante los siglos posteriores, la teoría de los cuatro humores ofrecía una base sobre la
que trabajar en medicina, por muy precaria que fuese. De ese modo, muchos
tratamientos para enfermedades consistían en modificar la dieta de los pacientes de
modo que, ingiriendo ciertos alimentos, sus niveles humorales se equilibrasen. En
algunos casos se realizaban sangrías para que los pacientes perdiesen líquido con el
mismo propósito.

Pero esta base para la medicina no fue lo único que surgió a partir de la teoría de los
cuatro humores. Algunos pensadores la expandieron para que fuese capaz de explicar no
solo la salud de las personas, sino también las tendencias de su conducta y de su vida
mental. Entre estos investigadores destacó Galeno de Pérgamo, un médico y filósofo
romano nacido en el siglo II d. C.

Las ideas de Galeno


Para Galeno, los desequilibrios en las cantidades de humores tenían una influencia en el
modo en el que pensamos, sentimos y actuamos. Dicho de otra manera, sus
proporciones eran la base del temperamento de las personas. De manera natural, cada
individuo tiene unos niveles de humores que en muy raras ocasiones son totalmente
proporcionadas, y eso es lo que explica las diferencias de personalidad.

Cuando predomina el humor bilis negra, por ejemplo, creía que la persona tendía a ser
melancólica y con tendencia a la tristeza y la expresión de emociones intensas, mientras
que en los individuos en los que hay mayor proporción de flema que del resto de
sustancias su temperamento se caracterizaría por su tendencia al análisis racional de las
situaciones y su facilidad para mantener la calma.

Los tipos de personalidad eran los siguientes

Tal y como hemos visto, según esta visión humoral del ser humano la salud se
encontraba en el equilibrio de estas sustancias (la lógica de los equilibrios entre
elementos fundamentales era muy frecuente en la época). Se creía que algunas
enfermedades o situaciones especiales podían hacer que esta desproporción creciese,
agravándose la salud de la persona y/o haciendo que su temperamento se volviese más
extremo y discordante respecto a la manera de ser de los demás.

Los humores fueron identificados como bilis negra, bilis amarilla, flema y sangre. Había
una estrecha relación en entre los humores y los cuatro elementos: el fuego, el aire, el
agua y la tierra, y además a esta relación se le atribuían otras tantas cualidades: caliente,
frío, húmedo y seco.

Teofrasto (filósofo griego) y demás discípulos de la escuela Peripatética, elaboraron un


estudio donde relacionaban dichos humores con el carácter de las personas. De este
modo y según cuentan en sus escritos aparecen los cuatro temperamentos: aquellos
individuos con mucha sangre eran sociables; aquellos otros con mucha flema eran
calmados; aquellos con mucha bilis eran coléricos y aquellos con mucha bilis negra eran
melancólicos.

Según esas teorías, vigentes aun en muchos países especialmente en zonas rurales de la
India, podemos clasificar a los seres humanos por su temperamento de esta forma:

1. El hombre flemático es reflexivo, tranquilo, muy justo e incorruptible, poco


comprometido, simpáticos. Adoran la buena vida y les gusta poco el trabajo.
2. El melancólico es inquieto, muy reflexivo, inestable y ansioso. Adoran el silencio y
la soledad, se olvidan de su entorno y se distraen fácilmente.
3. El sanguíneo es alegre, enérgico, vigoroso, con potencia. Son personas de buen
humor, apasionados y que brindan confianza.
4. El colérico es perseverante, rápido en sus decisiones, que aspira a lo grande, activo
y extrovertido. Son personas ambiciosas, individualistas y exigentes consigo mismas.
Durante el período neoclásico en Europa, la teoría humoral dominó en la práctica de la
medicina, en ocasiones resultando en situaciones un tanto dramáticas. Prácticas típicas
del siglo XVIII como el sangrado o la aplicación de calor eran la solución de la teoría de
los cuatro humores (en estos casos, para tratar los excesos de sangre y de bilis,
respectivamente). Por otro lado, mucha gente pensaba que existía una cantidad infinita
de humores en el organismo por lo que era muy normal creer que la pérdida de fluidos
era una forma de muerte.

1. Sanguíneo

Correspondía a personas alegres y optimistas, con tendencia a expresar su cariño por los
demás y con seguridad en sí mismas. Correspondía a la sustancia de la sangre.

2. Melancólico

Temperamento definido por la presencia de una gran cantidad de bilis negra, su


temperamento asociado es triste, con sensibilidad artística y fácil de conmover.
3. Flemático

Correspondiente al humor de la flema, las personas asociadas a este temperamento


serían frías y racionales.

4. Colérico

Temperamento relacionado con la bilis amarilla, se expresaría en personas apasionadas,


de enfado fácil y con una gran energía.

La teoría de los cuatro temperamentos, hoy

La teoría nacida con Empédocles e Hipócrates y expandida por Galeno fue uno de los
pilares de la medicina hasta la época del Renacimiento. Más allá de esta etapa histórica,
sin embargo, ha servido de inspiración a algunos psicólogos interesados por el estudio
de las diferencias individuales y la personalidad, entre ellos Hans Eysenck.

Hay que tener en cuenta que este sistema de clasificación no tiene valor científico; en
todo caso, puede servir para inspirar a la hora de desarrollar teorías e hipótesis que, con
el tiempo, lleguen a contar con evidencia empírica a su favor.

Esencialmente, esta teoría expresa que el cuerpo humano se compone de cuatro


sustancias básicas, conocidas como humores (aunque se refiere a líquidos), y que se
debe mantener un perfecto equilibrio entre estos para evitar todo tipo de enfermedades,
tanto de cuerpo como de espíritu. De esta forma, la aparición de enfermedades o
discapacidades serían el resultado de un exceso o déficit de alguno de estos cuatro
líquidos o humores. Autores posteriores de Europa occidental que adoptaron y
adaptaron la filosofía médica clásica, consideraban que cada uno de estos humores
aumentaría o disminuiría en función de la dieta y la actividad del individuo. Cuando un
paciente sufría un desequilibrio de líquidos, su personalidad y su salud se veían
afectadas.

Temperamentos y escritura
Aunque la teoría de Hipócrates fue relacionada en un principio con el temperamento o
el carácter de los individuos, un médico francés llamado Periot, fue capaz de relacionar
el temperamento con la grafología de las personas. Aunque su teoría ha sido tachada de
desfasada, podemos relacionar los cuatro temperamentos con las características
grafológicas de la persona.

Temperamento sanguíneo. Letra grande, donde predominan las curvas con mayúsculas
adornadas. Escribe rápido, con letra firme o en relieve, inclinada hacia la derecha y de
forma ascendente. Tiene una firma grande que suele ir en la parte derecha

Temperamento flemático. La letra tiene un tamaño normal, con curvas y redondeces,


letra sencilla, con un conjunto monótono, de escritura lenta a mesurada. Mantiene unos
márgenes ordenados. Tiene una firma grande que suele estar situada a la izquierda y
lejos del texto.

Temperamento colérico. De letra pequeña y angulosa, con ordenados márgenes y


condensado texto, escritura sobria. Escriben rápido y con firme presión. Firma que va de
normal a pequeña y suele situarse en el centro o ligeramente hacia la derecha del texto.

Temperamento melancólico. De letra normal, márgenes desiguales, con velocidad


rápida en la escritura e irregularidades en la escritura. Las letras son desligadas. Su
firma es angulosa, normalmente ilegible, situada en el centro o a la izquierda del texto.
Bibliografía

 Cerro, Sandra Mª. Los temperamentos hipocráticos. Grafología Sandra Cerro [sitio
web]. Disponible en: http://www.sandracerro.com/files/Articulos/artic-
teorias/Hipocraticos.pdf
 Fernández Vita, Mariana. Temperamento colérico/temperamento bilioso. Grafología y
Personalidad [sitio web]. Disponible en:
http://www.grafologiaypersonalidad.com/temperamento-colerico-bilioso/
 Moya Guarao, Dra. Teoría de los Humores. Psicoterapeutas.eu [sitio web]. Disponible
en: http://psicoterapeutas.eu/teoria-de-los-humores/
 Sin autor. Teoría de los cuatro humores. SCRIBD [sitio web]. Disponible en:
https://es.scribd.com/doc/26386900/teoria-de-los-cuatro-humores

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