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ESTRUCTURA DE LA MATERIA

EL SIGLO DEL DESCUBRIMIENTO

El átomo griego
Una de las investigaciones científicas más importantes y continuadas de la
civilización se ha centrado en determinar con precisión la estructura de la
materia. Los científicos de esa época pensaban que toda materia estaba
formada por cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego. Según ellos, toda
materia se podía describir como una combinación de estos cuatro
elementos básicos en varias proporciones, modificadas por cuatro esencias
básicas: húmedo, seco, caliente y frío.

Los griegos utilizaron el término átomo, que significa «indivisible» (a [no] +


temon [cortar]) para describir la parte más pequeña de las cuatro sustancias
de la materia. Ahora sabemos que el átomo es la partícula más pequeña
de materia que conserva las propiedades de un elemento. El átomo
también consta de numerosas partículas mucho más pequeñas; se
denominan partículas subatómicas.

El átomo de Dalton
No fue hasta el siglo XIX que se asentaron las bases de la teoría atómica
moderna. En 1808, John Dalton, un maestro inglés, publicó un libro
resumiendo sus experimentos, que mostraba que los elementos se pueden
clasificar de acuerdo a valores íntegros de masa atómica.

Según Dalton, un elemento estaría compuesto por átomos idénticos que


reaccionan químicamente de la misma manera. Por ejemplo, todos los
átomos de oxígeno serían similares. Tendrían la misma apariencia, la misma
constitución y reaccionarían de igual manera.

El átomo de Thomson
A finales de la década de 1890, mientras investigaba las propiedades físicas
de los rayos catódicos (electrones), J.J. Thomson llegó a la conclusión de
que los electrones eran parte integrante de todos los átomos. Describió el
átomo como algo parecido a una tarta de ciruelas, donde las ciruelas
representaban las cargas eléctricas negativas (electrones) y el pastel era
una masa amorfa de electricidad positiva uniforme. El número de
electrones estaba pensado de manera que igualase la cantidad de
electricidad positiva, ya que se sabía que el átomo debía ser eléctricamente
neutro.

Mediante una serie de ingeniosos experimentos, en 1911 Ernest Rutherford


refutó el modelo del átomo propuesto por Thomson. Rutherford introdujo
el modelo nuclear, que describe el átomo con un centro pequeño, denso,
cargado positivamente y rodeado de una nube negativa de electrones.
Llamó al centro del átomo el núcleo.

El átomo de Bohr
En 1913, Niels Bohr mejoró la descripción del átomo hecha por Rutherford.
El modelo de Bohr era un sistema solar en miniatura en el que los electrones
giraban alrededor del núcleo en determinadas órbitas o niveles de energía.
Básicamente, el átomo de Bohr contiene un núcleo pequeño, denso,
cargado positivamente y rodeado por electrones cargados negativamente
que giran alrededor de este núcleo en órbitas fijas bien determinadas. En
un átomo normal el número de electrones es igual al número de cargas
positivas del núcleo.

PARTÌCULAS FUNDAMENTALES
La estructura nuclear está ahora bien definida. Los nucleones (protones y
neutrones) están compuestos por quarks, que se mantienen ligados por
medio de gluones. Estas partículas, sin embargo, tienen poco interés en
radiología. Sólo los tres constituyentes primarios de un átomo, el electrón,
el protón y el neutrón, se tendrán en cuenta aquí. Son las partículas
fundamentales. La disposición de los electrones alrededor del núcleo
determina la forma en la que los átomos interaccionan.

ESTRUCTURA ATOMICA
el átomo es, en su mayor parte, espacio vacío, como nuestro sistema solar.
El núcleo de un átomo es muy pequeño, pero contiene casi toda la masa del
átomo. Las posibles órbitas electrónicas están agrupadas en diferentes
«capas». La disposición de estas capas ayuda a determinar cómo un átomo
reacciona químicamente, es decir, cómo se combina con otros átomos para
formar moléculas.
Como un átomo neutro tiene la misma cantidad de electrones en las órbitas
que protones en el núcleo, el número de protones determina, en último
término, el comportamiento químico de un átomo. El número de protones
determina el elemento químico.

Los electrones sólo pueden existir en ciertas capas, que representan


diferentes energías de enlace electrónico o niveles de energía. Por razones
de identificación, a las capas orbitales de los electrones se les otorga el
código K, L, M, N, y así en adelante, para representar las energías de enlace
relativas de los electrones desde la capa más próxima a la más lejana del
núcleo. Cuanto más cerca está un electrón del núcleo, mayor es la energía
de enlace para este electrón.

El número total de electrones en las capas orbitales es exactamente igual al


número de protones en el núcleo. Si un átomo tiene un electrón extra o se
ha desprendido un electrón, se dice que está ionizado. Un átomo ionizado
no es eléctricamente neutro, sino que lleva una carga igual en magnitud a
la diferencia entre el número de electrones y el de protones.

La ionización es el resultado de arrancar un electrón orbital de un átomo.

En todos los átomos, excepto en los más ligeros, el número de neutrones


siempre es mayor que el número de protones. Cuanto mayor es el átomo,
mayor es la abundancia de neutrones sobre protones.

Configuración electrónica
El número de electrones en la capa más alejada de un átomo es igual a su
grupo en la tabla periódica. El número de electrones en la capa más exterior
determina la valencia de un átomo. El número de la capa electrónica más
alejada de un átomo es igual a su período en la tabla periódica.

Energía de enlace electrónico


La fuerza de unión de un electrón al núcleo se llama energía de enlace
electrónico (Eb). Cuanto más cerca está el electrón del núcleo con más
fuerza está unido a él.

RADIOACTIVIDAD
Algunos átomos existen en un estado anormal de excitación caracterizado
por un núcleo inestable. La radiactividad se produce cuando el núcleo del
átomo emite partículas y energía con el fin de alcanzar la estabilidad.
Radioisótopos
Existen numerosos factores que afectan a la estabilidad nuclear. Quizá el
más importante sea el número de neutrones. Cuando un núcleo contiene
muy pocos electrones o demasiados, el átomo se puede desintegrar por
radiactividad, llevando al número de neutrones y protones a una
proporción estable y adecuada.

Además de los isótopos estables, muchos elementos tienen isótopos


radiactivos o radioisótopos. Éstos pueden producirse artificialmente en
máquinas como aceleradores de partículas o reactores nucleares. Se han
descubierto siete radioisótopos del bario, todos ellos producidos
artificialmente.

Los radioisótopos pueden decaer a la estabilidad de varias maneras, pero


sólo dos, la emisión beta y la emisión alfa, son de especial importancia para
nosotros. Durante la emisión beta, un electrón creado en el núcleo es
expulsado de éste con una energía cinética considerable y escapa del
átomo. El resultado es la pérdida de una pequeña cantidad de masa y de
una unidad de carga eléctrica negativa del núcleo del átomo.
Simultáneamente, un neutrón se convierte en un protón. Por tanto, el
resultado de la emisión beta es el aumento del número atómico en 1 (Z →
Z + 1), mientras que el número másico permanece constante (A =
constante). Consecuentemente, esta transformación nuclear da como
resultado un cambio de átomo desde un tipo de elemento a otro.

La desintegración radiactiva por emisión alfa es un proceso mucho más


violento. La partícula alfa está formada por dos protones y dos neutrones
unidos entre sí; su número másico es 4. Un núcleo debe ser muy inestable
para emitir una partícula alfa, pero cuando lo hace pierde dos unidades de
carga positiva y cuatro unidades de masa. La transformación es importante,
ya que el átomo resultante no sólo es diferente químicamente, sino que
también es más ligero en 4 umas.

Semivida radiactiva
La semivida de un radioisótopo es el tiempo requerido para que una
cantidad de radiactividad se reduzca a la mitad de su valor inicial.
TIPOS DE RADIACIÓN IONIZANTE
Toda radiación ionizante se puede clasificar en dos categorías: radiación
por partículas y radiación electromagnética. Los tipos de radiación
utilizados en diagnóstico por ultrasonidos y en imagen por resonancia
magnética son radiaciones no ionizantes.

Radiación por partículas


Muchas partículas subatómicas pueden causar ionización. Como
consecuencia, los electrones, los protones e incluso algunos fragmentos
nucleares extraños se pueden clasificar como radiación por partículas
ionizantes si están en movimiento y poseen suficiente energía cinética. En
reposo no pueden causar ionización. Existen dos tipos principales de
radiación por partículas: por partículas alfa y por partículas beta. Ambas
están asociadas con la desintegración radiactiva.

Radiación electromagnética
Los rayos X y los rayos gamma son formas de radiación ionizante
electromagnética. Los rayos X y los rayos gamma se llaman con frecuencia
fotones. Éstos no tienen masa ni carga. Viajan a la velocidad de la luz
(c = 3 × 108 m/s) y se consideran perturbaciones de energía en el espacio.

Los rayos X y los rayos gamma son las únicas formas de radiación ionizante
electromagnética con interés radiológico.

CONCLUSION SOBRE EL TEMA

Como un sistema solar en miniatura, el átomo de Bohr establece el


fundamento para la interpretación moderna de la estructura de la materia.
Un átomo es la parte más pequeña de un elemento y una molécula es la
parte más pequeña de un compuesto. Las tres partículas fundamentales del
átomo son el electrón, el protón y el neutrón. Los electrones son partículas
cargadas negativamente que orbitan alrededor del núcleo en disposiciones
o capas que se mantienen fijas por las fuerzas electrostáticas. Las
reacciones químicas se producen cuando electrones de la capa más exterior
son compartidos o cedidos a otros átomos. Los nucleones, los neutrones y
los protones tienen aproximadamente 2.000 veces la masa de los
electrones. Los protones están cargados positivamente y los neutrones no
tienen carga.
Los elementos están agrupados en una tabla periódica en orden creciente
de complejidad. Los grupos en la tabla indican el número de electrones de
la capa más externa. Los elementos en el mismo período de la tabla tienen
el mismo número de capas orbitales. Algunos átomos presentan el mismo
número de protones y de electrones que otros elementos, pero distinto
número de neutrones, dando al elemento una masa atómica diferente. Son
los isótopos. Algunos átomos que contienen demasiados o muy pocos
neutrones en el núcleo se pueden desintegrar. Esto se llama radiactividad.
Dos tipos de emisión de partículas derivadas de la desintegración radiactiva
son las partículas alfa y beta. La semivida de un elemento radiactivo o un
radioisótopo es el tiempo requerido para que la cantidad de radiactividad
se reduzca a la mitad de su valor original.

La radiación ionizante puede ser por partículas o bien electromagnética. Las


partículas alfa y beta producen radiación por partículas. Las partículas alfa
tienen cuatro unidades de masa atómica, son de carga positiva y se originan
en el núcleo de elementos pesados. Las partículas beta tienen un número
másico de cero y una unidad negativa de carga. Las partículas beta se
originan en el núcleo de átomos radiactivos.

Los rayos X y los rayos gamma son formas de radiación electromagnética


llamados fotones. Estos rayos no tienen masa ni carga. Los rayos X se
producen en las capas electrónicas y los rayos gamma son emitidos desde
el núcleo de un radioisótopo.

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