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respiración
1976
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La práctica de prânâyâma es mucho más que un simple ejercicio respiratorio que nos
beneficia de muchas maneras tanto a nivel físico, orgánico, emocional o psicológico. Para
poder entender qué es realmente el prânâyâma nos puede ayudar el conocer las diferentes
acepciones del significado de esta palabra sánscrita.
Etimológicamente la palabra sánscrita prânâyâma tiene dos raíces, “prana” y “ayama”. Prana
significa aliento, energía vital; yama significa disciplina, modulación, dominio. Por lo que
podemos decir que prânâyâma significa disciplina de la modulación de la respiración, o aliento
vital.
El sánscrito es una lengua particular y nos permite desglosar la etimología de prânâyâma de
otras formas. Por ejemplo, prana en su significado de “lo que está infinitamente en todas partes”.
Aquí prana es el elemento sutil que funciona como vehículo para el milagro de la vida y que
habita en todo aquello que tenga vida, hasta la última célula.
Etimológicamente podemos analizar la palabra prânâyâma de otra manera. La palabra prâna,
podemos dividirla en dos raíces, en primer lugar prâ, que significa “muy bien” y por otra
lado ana en su significado de “viajar”. Finalmente ayama en su significado de extender, alargar,
estirar.
De esta manera vemos que en el significado de prânâyâma está la idea de ese “algo que viaja,
que se extiende, muy bien por todas partes”. “Extender el Prâna”, en el sentido de llevarlo en
todas direcciones, por todas las partes de cuerpo, hacia el interior, para que esta valiosa
energía, fuerza vital, no se disperse, ni se desperdicie.
La palabra “ayama” se refiere también a la idea de alargar la respiración. Al alargar la
respiración hacemos que aumente nuestra capacidad para introducir en nuestro cuerpo el
prâna, o energía vital. Así mismo, aumenta la capacidad de expulsar “lo ya usado”, lo cual
crea más espacio para la renovación. Finalmente también mejora nuestra capacidad de
distribuir esa energía vital por todo nuestro organismo, para que ésta energía renovadora
llegue hasta la última célula.
En la práctica de Yoga el proceso respiratorio, que normalmente es automático e inconsciente,
se vuelve consciente, prânâyâma, para aprovechar al máximo esta fuente de energía y
consciencia. Según nuestra forma de respirar existen tres tipos diferentes de respiración: la
respiración abdominal, la respiración costal y la respiración clavicular.
Esto es tremendamente beneficioso para el organismo a todos los niveles como ya hemos
mencionado el el artículo titulado ”La verdadera importancia de la respiración en la vida”.
Para la práctica de prânâyâma hay que tener en cuenta diferentes técnicas, como la postura,
la posición de las manos, la técnica respiratoria que se utiliza, los ritmos respiratorios, en que
momento realizar el prânâyâma, cual es el objetivo, etc. Las principales técnicas de
prânâyâma son:
Para concluir diremos que la práctica de prânâyâma no es únicamente una serie de técnicas
respiratorias sino que también es una forma de meditación o un soporte de meditación.
Solamente una postura firme y estable, en la que la cabeza, la nuca y la espalda estén
correctamente alineadas puede llevar al éxito, sin ello la práctica será infructuosa.