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a.

Se había quebrado definitivamente la alianza de personalida-


des y grupos locales que apoyaban a l v i e j o P a r t i d o A u t o n o m i s t a
Nacional ( P A N ) .
10. La reforma política de 1912
N a t a l i o R. Botana b. E l clima intelectual del Centenario favorecía u n a retórica vacía,
pletórica de alabanzas a u n a A r g e n t i n a feliz, segura de su progre-
so i l i m i t a d o , pero también creaba una estado colectivo de mala
conciencia en los grupos dirigentes de la sociedad ilustrada. Pú-
blicamente, se manifestaba l a contradicción entre los mandatos
constitucionales y las prácticas políticas corrientes, mientras que
los estudios de ciencia política descriptiva analizaban la realidad
I. Introducción del fraude electoral y los mecanismos informales que distribuían
los cargos políticos a l haber cambios de gobierno.
E l 12 de octubre de 1910, R o q u e Sáenz Peña ascendía a l a p r i m e - c. A p a r t i r de l a década de 1890, y a comienzos del siglo x x , se
r a magistratura de l a República. Había sido elegido de acuerdo desarrolló u n nuevo t i p o de conflicto político, provocado por u n a
con la fórmula operativa de u n régimen político instaurado en 1880, organización inexistente en l a sociedad de esa época: el p a r t i d o
consolidado durante las dos presidencias de Roca, y que había político creado independientemente de las fuentes de recursos g u -
mantenido el control gubernamental pese a los intentos revolucio- bernamentales, que planteaba u n a exigencia de participación elec-
narios de 1890, 1893 y 1905. toral y perseguía sistemáticamente l a captación de adherentes y
E n las elecciones de 1910, de los 70.255 electores que figuraban seguidores mediante la organización de sus cuadros, la difusión
en los padrones votaron en l a C a p i t a l 39.636 ciudadanos. L a Unión de u n a ideología y la elaboración de u n p r o g r a m a .
N a c i o n a l , m o v i m i e n t o conservador que llevó a
Sáenz Peña a l a
presidencia, obtuvo 22.242 votos, y los grupos opositores, d e t r a - Estas tres circunstancias surgían en u n a sociedad poco permeable
1
dición m i t r i s t a , 17.394. L a Unión Cívica Radical se abstuvo de a la internalización de nuevas pautas políticas, con una población
participar, y el P a r t i d o Socialista alcanzó u n tfúmero insignifican- extranjera que, radicada en Buenos Aires y el l i t o r a l , alcanzaba
te de votos. el 50 y el 70 % en cuanto a sexo y edad, l o cual era significativo
Dos años después, en 1912, en la C a p i t a l votaron 106.157 c i u d a - para l a esfera política porque se trataba de adultos varones m a -
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yores de 20 años. A ello se sumaba l a m a r g i n a l i d a d política: el
danos sobre u n total de 126.303 inscritos. L a U n i ó n Cívica R a -
extranjero era rechazado p o r el sistema político, las maquinarias
dical, incorporada a la legalidad electoral, triunfó con 35.896 v o -
partidarias apenas l o movilizaban y, como consecuencia de ello,
tos, superando p o r escaso margen a l P a r t i d o Socialista, que reunió
el i n m i g r a n t e se asimilaba a la a c t i v i d a d socioeconómica, pero
32.451 votos. 2
permanecía fiel a su nacionalidad de origen. E n 1914, el total de
E n el trascurso de dos años, cuando los ecos del Centenario aún r e -
naturalizados apenas alcanzaba el 1,4 % , mientras que en Estados
sonaban en l a opinión pública, sometida a u » retórica copiosa, a
Unidos, en la misma época, se registraban porcentajes del 80 %
e n
se había m o d i f i c a d o sustancialmente u n r é g i m político que p e r - para l a inmigración antigua y del 30 % para l a reciente. 4
duró 32 años, y se preparaba el camino que permitiría efectuar l a
única trasferencia pacífica de poder a u n partido opositor regis-
trada en nuestra historia política del siglo xX, sin trasgredir los
principios y normas constitucionales.
L a L e y Sáenz Peña, denominada así en homenaje al presidente I I . E l clima moral del Centenario
que le d i o vigencia institucional, no es resultado del azar histórico, y el ocaso de una clase dirigente
n i de l a decisión v o l u n t a r i a de u n a clase dirigente unificada, que
conscientemente resuelve ceder e l poder político a los grupos y E l Centenario constituyó u n m o t i v o inmejorable p a r a manifestar
partidos que anteriormente l a i m p u g n a b a n . L a r e f o r m a política los logros del p l a n de inserción de la A r g e n t i n a en el m u n d o , t r a -
de 1912 es consecuencia de u n a serie de circunstancias históricas zado por l a clase dirigente que gobernó a l país desde 1880. L a n a -
que, cuando el país entra en su segundo centenario, configuran el ción recién consolidada, con Buenos Aires p o r capital, demostró
siguiente contexto:
3 C f . G i n o G e r m a n i , « H a c i a u n a d e m o c r a c i a d e masas», e n T o r c u a t o S .
* P u b l i c a d o o r i g i n a l m e n t e e n Criterio, v o l . 4 4 , n* 1-618, págs. 2 2 3 - 2 8 .
D i T e l i a y o t r o s , Argentina, sociedad de masas, B u e n o s A i r e s , E u d e b a ,
1 V é a s e A d r i á n B e c c a r V á r e l a , La reforma elector"!- Contribución a su
1 9 6 6 , pág. 2 1 9 y sigs.
estudio, B u e n o s A i r e s : I m p r e n t a d e l a Prisión N a c i o n a l , 1 9 1 1 . 4 V é a s e O s c a r C o r n b l i t , «Inmigrantes y e m p r e s a r i o s e n l a política a r -
2 V é a s e D a r í o C a n t ó n , Materiales para el ¡estudio de la sociología polí- gentina», e n Los fragmentos del poder, B u e n o s A i r e s : J o r g e A l v a r e z , 1 9 6 9 ,
tica en la Argentina, Buenos Aires: Instituto T o r c u a t a D i T e l i a , 1968, pág. 4 1 6 y sigs.
v o l . 1, p á g . 8 1 .
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ser u n sistema abierto a l a población y el capital europeos, deli- todos c u l t i v a n su p r o p i a tierra, con la denigrante situación de
beradamente v i n c u l a d o con las potencias hegemónicas de aquella nuestros prados agrícolas». 10
época. Se conocen las cifras que i n d i c a n l a m a g n i t u d d e l cambio, E n Buenos Aires, el p r o b l e m a social se manifiesta con intensidad
pero es conveniente recordarlas. E n cincuenta años, las e x p o r t a - desconocida hasta entonces. Nicolás Repetto recuerda que durante
ciones aumentaron más de diez veces, alcanzando u n a tasa de i n - el período «que se prolongó desde principios de siglo hasta, 1910
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cremento d e l 1 . 1 8 3 % . E n 1888, las zonas de c u l t i v o abarcaban estallaron más de cien huelgas parciales, seis huelgas generales,
2.422.992 hectáreas, y en 1914, 14.313.630. E n veinte años, l a se decretó cinco veces e l estado de sitio, se sancionó l a L e y de R e -
población se duplicó: 3.956.060 habitantes en 1895, y 7.888.237 sidencia, se llevaron a cabo cinco matanzas obreras, se perpetró
en 1914. L a r e d ferroviaria cubre 2.313 k m e n 1880, representa el asesinato del jefe de policía F a k ó n y de su secretario L a r -
u n c a p i t a l de 62.964.486 pesos oro, trasporta u n a carga de 772.717 tigau». 11
toneladas y obtiene u n a ganancia de 3.488.232 pesos oro. E n 1913, Las fisuras existentes en el mercado de trabajo urbano y en las
la red ferroviaria se extiende desde Buenos Aires hacia t o d o el relaciones de p r o p i e d a d de las grandes extensiones de l a p a m p a
país, trasporta 42.916.636 toneladas de carga a través de u n a red húmeda n o constituyen, pese a su importancia, el núcleo de las
de 33.478 k m que, j u n t o con las maquinarias y los bienes i n m u e - preocupaciones del Centenario. E l centro de preocupación del i n -
bles, representa u n capital de 1.358.849.967 pesos oro y a r r o j a telectual y de las ocupaciones concretas de los hombres públicos
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una ganancia d e 52.742.416 pesos o r o . A este rápido desarrollo es el p r o b l e m a político. Y , en este terreno, la característica pecu-
económico se le suma u n esfuerzo sistemático p o r nacionalizar a l i a r d e l Centenario reside en que el problema político se plantea
la población mediante u n sistema educacional centralizado: l a t a - fundamentalmente como u n a cuestión m o r a l . C i r c u l a b a n entonces
sa de analfabetos p o r cada 100 habitantes de 14 años o más se dos ideologías paralelas que se caracterizaban p o r no interferir
reduce d e l 77,9 % en 1869 a l 35 % en 1914. 7 m u t u a m e n t e en sus campos de justificación y de crítica: u n a era
Sobre l a base de esos resultados materiales se elaboró u n a ideología la ideología de progreso i l i m i t a d o , que justificaba el sistema so-
de progreso i l i m i t a d o . Los argentinos, dice u n autor de esa época, cioeconómico; otra, l a ideología de reparación m o r a l que i m p u g -
« n o conocemos l a miseria extrema que suele hacer estragos en los naba a l régimen político. R o d o l f o R i v a r o l a expresa claramente el
pueblos europeos. L a v i d a es fácil. E l bienestar económico tiene contenido de la nueva ideología: «El año del Centenario mostrará
repercusión inmediata en l a (constitución fisiológica y en la a u t o - a nuestro país t a l como es: con vicios, con groserías, con perver-
nomía m o r a l , y así somos efectivamente, p o r 'lo general, fuertes siones morales, con delitos; p e r o lo hará también con fuerzas de
de cuerpo y altivos de carácter». 8 reacción, con la conciencia de que todo ello debe t e r m i n a r , j u n t o
con la embriaguez de l a i n m o r a l i d a d política y de los delitos a d -
Y esta ideología n o solo contribuye a reforzar l a confianza i n t e r n a ,
ministrativos». 13
sino que además proyecta a l a A r g e n t i n a en abierta competencia
con Estados U n i d o s , insistiendo con o p t i m i s m o en que en l a carrera L a impugnación m o r a l es evidente en e l estilo del Partido R a d i c a l ,
del progreso m a t e r i a l nuestra nación reproduce, en el siglo x x , l a en las adustas admoniciones de los dirigentes socialistas y en los
marcha ascendente de Estados U n i d o s en el siglo x i x , pero « c o n esfuerzos de los intelectuales* p o r resolver la contradicción obser-
más ventaja y fortaleza, pues se realiza en mejores condiciones». 9 vada entre l a doctrina y la práctica política. Para llegar a estas
Sin embargo, sobre ese telón de f o n d o de confianza i l i m i t a d a se conclusiones, n o fueron ajenos los trabajos realizados p o r u n g r u p o
abren serios interrogantes y se advierten graves conflictos. Más de universitarios que, justo es reconocerlo, h a n sido los f u n d a d o -
allá del consenso casi unánime acerca del sistema socioeconómico, res, en nuestro país, de u n a ciencia política descriptiva y explica-
algunos autores i m p u g n a n « a u n a minoría sin escrúpulos que, i n - t i v a , dueños de u n a capacidad crítica que les permitió penetrar
terpuesta entre l a tierra y el pueblo de l a Nación, h a sembrado en u n a realidad encubierta p o r l a fraseología y l a retórica enton-
pavorosos problemas económicos», y comparan «los distritos r u r a - ces en boga. E n 1908, R o d o l f o R i v a r o l a d a a conocer su obra
les norteamericanos, donde se desconoce a l arrendatario porque
t i t u l a d a Del régimen federativo al unitario; se t r a t a de u n estudio
referente a la organización política argentina donde se esclarece
5 V é a s e R o b e r t o Cortés C o n d e , « E l boom a r g e n t i n o : ¿ U n a o p o r t u n i d a d
la ficción del régimen y l a realidad de los sistemas políticos p r o -
desperdiciada?», e n Los fragmentos del poder, op. cit., p á g . 2 2 5 .
6 V é a s e R . Cortés C o n d e y E z e q u i e l G a l l o , La formación de la Argentina
vinciales dominados por gobernadores que, a su vez, permanecen
moderna, B u e n o s A i r e s : Paidós, 1 9 6 7 , p á g s . 3 4 , 4 7 , 5 3 . subordinados a l poder central. T r e s años después, José Nicolás
7 V é a s e G i n o G e r m a n i , Estructura social de la Argentina. Análisis esta- M a t i e n z o publica E l gobierno representativo federal en la Repu-
dístico, B u e n o s A i r e s : R a i g a l , 1 9 5 5 ; c i t a d o p o r R . Cortés C o n d e y E .
lo J . Rubianes, «El retroceso moral de Buenos Aires», RACP, año 2,
G a l l o , op. cit., p á g . 8 4 .
n* 2 3 , 1912, pág. 6 4 5 y sigs.
8 L . M a u p a s , « E l p r o b l e m a m o r a l argentino», Revista Argentina de Cien-
cias Políticas ( e n a d e l a n t e RACP), año 3, n ' 3 0 , 1913, pág. 644. 11 N . R e p e t t o , Mi paso por la política. De Roca a Yrigoyen, Buenos
A i r e s : Santiago R u e d a , 1956, pág. 50.
9 E . Q u e s a d a , « L a evolución s o c i a l argentina», RACP, año 1, n " 1 1 , 1 9 1 1 ,
12 R . R i v a r o l a , « C r ó n i c a » , RACP, año 1, n * 3, 1 9 1 0 , pág. 4 1 8 y sigs.
pág. 6 5 3 y sigs.
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blica Argentina, modelo de análisis político p a r a su época elabo- naba por l a sucesión, fue preciso que el viejo caudillo transigiera
rado de acuerdo con u n a metodología rigurosa; én él sé describen con la postulación de M a n u e l Quintana,- u n antiguo adversario,
las relaciones de d o m i n i o entre las diferentes funciones que c o n f i - más seguro que Pellegrini en esas circunstancias p a r a mantener
guraban e l régimen político, la composición sociológica de l a clase el régimen. N o obstante, Q u i n t a n a eligió como compañero de fór-
dirigente donde se reclutaban los gobernantes y el sistema de su- m u l a a Figueroa A l c o r t a , «nada afecto a Roca y amigo de Pelle-
cesión presidencial que garantizaba e l t r i u n f o del candidato o f i - 15
g r i n i » . D e r r o t a d o en la trastienda, Pellegrini resolvió presentar
cial, apoyado p o r el presidente saliente. E l régimen electoral, e n - batalla dos años después en las elecciones de diputados de la C a -
t e n d i d o como sistema de control p a r a la designación de los go- p i t a l . Pellegrini combina entonces dos estrategias; p o r u n lado,
bernantes en los diferentes niveles de decisión, dio origen a u n a recorre la c i u d a d , levanta l a t r i b u n a en más de veinte o p o r t u n i -
serie de estudios de valor científico innegable realizados por E. 16
dades, hace pública su impugnación a l régimen y p r o c l a m a su
R i v a r o l a , O c t a v i o A m a d e o , A l e j a n d r o Z e r b o n i , P. T o r e l l o y J u a n fe en u n a democracia libre del fraude y la corrupción; p o r el otro,
A . González Calderón, en su p r i m e r a época. establece u n a coalición con el m i t r i s m o y retoma el control de 1?,
Sin embargo, detrás del m o v i m i e n t o de ideas y de descripciones m a q u i n a r i a política para c o m p r a r votos, m a q u i n a r i a que, en la
críticas que alimentaron el clima m o r a l del Centenario, el grupo C a p i t a l , estaba en manos de u n g r u p o de caudillos entre los que
dirigente de 1880 había perdido definitivamente el control del po- 1 7
sobresalía Cayetano G a n g h i . Pellegrini triunfó en las elecciones
der presidencial. L a historia, que se r e m o n t a a nueve años atrás, de marzo de 1906. Ese mismo día moría M a n u e l Q u i n t a n a . E l
relata l a destrucción de u n a alianza y el n a c i m i e n t o de u n con- camino estaba abierto p a r a que Pellegrini definiera la orientación
flicto de consecuencias imprevisibles. L a protagonizaron dos ac- del gobierno de Figueroa A l c o r t a . L o hizo por m u y corto t i e m p o :
tores que, juntos, superaron l a crisis de 1890, controlaron los go- meses después, su v i d a se apagaba súbitamente. Solo tuvo la opor-
biernos de transición de L u i s Sáenz Peña y José E . U r i b u r u , y t u n i d a d de p r o n u n c i a r sus famosos alegatos, al incorporarse a su
aseguraron l a única reelección que en l a historia nacional logró banca de d i p u t a d o , en f a v o r de la sinceridad del sufragio, que él
completar el segundo período. D u r a n t e veinte años fueron jefes de nunca había practicado pero que estaba dispuesto a i m p l a n t a r .
Estado y conductores de esa «vasta asociación sin contrato n i r e - Figueroa A l c o r t a persistió en enfrentarse con el roquismo, recu-
glamento, sin estatutos n i p r o g r a m a de todos los gobernantes, le- r r i e n d o a u n a serie de medidas extremas p a r a contrarrestar el
gisladores, jueces y demás funcionarios nacionales y provinciales» 1 8 p r e d o m i n i o de las oligarquías locales. I n t e r v i n o siete provincias,
que se denominó Partido A u t o n o m i s t a Nacional. Se l l a m a b a n J u - clausuró el Congreso durante las sesiones extraordinarias de enero
lio A . Roca y Carlos Pellegrini. 1 8
de 1908 y m a n t u v o el aparato electoral que heredó de Pellegrini,
E n 1898, Roca retomó el c o n t r o l del gobierno y f u e reelecto por allanando el camino a l a candidatura de Sáenz Peña.
u n colegio electoral que reflejó correctamente el juego de a l i a n - Los diez años que trascurren entre el nuevo siglo y el Centenario
zas de las oligarquías locales del P A N : de u n total de 256 electo- registran u n conflicto que quiebra en f o r m a irreversible u n a fór-
res, 218 apoyaron a Roca, y solo 38 electores de l a C a p i t a l , las m u l a operativa de asociación entre gobernantes, d e n t r o de u n
provincias de Buenos Aires y Corrientes perfilaron el esfuerzo opo- régimen que bloqueaba l a participación popular. Roca l a había
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sitor de Bartolomé M i t r e . E l defensor público del candidato y el inaugurado en 1880, mediante l a L i g a de Gobernadores. E l Par-
colaborador leal durante los tres primeros años de l a presidencia tido Autonomista Nacional constituyó un vehículo realmente ori-
fue Carlos Pellegrini. L a prueba de l a alianza sobrevino cuando ginal, si tenemos en cuenta la circunstancia histórica, para vincu-
Roca solicitó el concurso de Pellegrini para gestionar en Londres lar a los personajes locales de provincias y comunas con el poder
u n p l a n de unificación dé l a deuda pública. Pellegrini realizó presidencial. E l PAN no fue una organización establecida para
personalmente dicha gestión y asumió su defensa en el Congreso. movilizar a la población, sino un instrumento que comunicó a las
Roca, sin embargo, retiró el proyecto. Pellegrini quedó aislado y oligarquías regionales entre sí, nacionalizándolas dentro de un
se convirtió, hasta el día de su muerte, en opositor de aquel. conjunto de relaciones de subordinación estrictamente acatadas.
L o significativo para nuestro análisis es que u n a querella sobre L a rigidez de esta estructura jerárquica, que hacía depender a l
u n proyecto gubernamental derivó, en l o que se refiere a Pellegri- gobernador de l a v o l u n t a d del senador, y a ambos del control del
n i , en u n a impugnación abierta a l a l e g i t i m i d a d del régimen p o - presidente, debía hacer crisis cuando el conflicto se planteara en
lítico que él había apoyado con tanta energía. D i c h o cuestiona-
miehto alcanza u n p u n t o crítico en 1904 y 1906. Roco, a l término 15 C a r l o s I b a r g u r e n , La historia que he vivido, Buenos Aires: Eudeba,
de su m a n d a t o , promovió l a l l a m a d a «Conferencia de Notables», 1969, p á g . 1 4 1 .
en la cual, para neutralizar l a influencia de Pellegrini, que p u g - 16 E z e q u i e l R a m o s M e j í a , Mis memorias, 1853-1935, Buenos Aires: E d i -
t o r i a l L a F a c u l t a d , 1 9 3 6 , p á g . 2 2 6 y sigs.
17 V é a s e R . C o l u m b a , El Congreso que yo he visto, B u e n o s A i r e s : E d i -
13 R . R i v a r o l a , « C r ó n i c a » , RACP, año 1, n» 5, 1 9 1 1 , p á g . 6 8 2 y sigs. t o r i a l C o l u m b a , 1 9 4 8 , v o l . 1, p á g . 12 y sigs.
14 V é a s e José Nicolás M a t i e n z o , Le gouvernement représentatif federal 18 V é a s e C . I b a r g u r e n , op. cit., p á g . 1 9 9 y sigs.
dans la République Argentine, París: H a c h e t t e , 1 9 1 2 , p á g . 1 5 9 .
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la cumbre de l a jerarquía y el presidente perdiera el control de la una c o m ú n oposición ai sistema roquista que e n el dirigente salte-
sucesión. Eso ocurrió cuando R o c a y Pellegrini d e j a r o n de c o m - ñ o te r e m o n t a b a a su m i l i t a n c i a en l a Unión Católica y a su amis-
p a r t i r l a m i s m a creencia, y u n sector i m p o r t a n t e de l a clase d i r i - 21
t a d íntima c o n José M a n u e l E s t r a d a . Juntos, e n l a c i u d a d de
gente hizo pública su d u d a acerca del derecho que tenía a m o n o - L u c e r n a , e l f u t u r o presidente y su ministro del I n t e r i o r definieron
polizar el poder político. los lincamientos de l a ley electoral y l a a c t i t u d prescindente del
gobierno, que n o alentaría candidaturas, colocándose p o r encima
de las contiendas entre grupos y partidos. T a l proyecto se cumplió
escrupulosamente durante tres años de gobierno.
C u a n d o Sáenz Peña asumió l a presidencia, existían conflictos p o -
I I I . Sáenz Peña, el desarrollo de los partidos líticos n o solo en las filas de l a oligarquía. Más allá de los grupos
políticos y la crisis del conservadurismo conservadores, confundidos permanentemente con las funciones
presidenciales, surgía u n nuevo t i p o de organización, que prescindía
Roque Sáenz Peña fue electo gracias al concurso del sector a n t i - de los recursos públicos p a r a persistir en l a acción política.
rroquista que, de acuerdo c o n l a estrategia trazada por Pellegrini Los partidos políticos modernos nacieron de las entrañas de l a c r i -
y Figueroa A l c o r t a , conquistó u n a p o r u n a las antiguas m a q u i n a - sis de 1890. E n e l Parque se e n c o n t r a r o n los tres grandes o r g a n i -
rias electorales y situaciones provinciales. E l m o v i m i e n t o gestado zadores de partidos e n la A r g e n t i n a de 1900: Hipólito Y r i g o y e n ,
para impulsar su candidatura, la Unión N a c i o n a l , no difería, en J u a n B. Justo y L i s a n d r o de l a T o r r e . Sólo u n o de ellos estructuró
rigor, del v i e j o Partido A u t o n o m i s t a N a c i o n a l : ambos f u e r o n u n una organización de alcance n a c i o n a l ; los demás fracasaron a l i n -
vehículo eficaz para v i n c u l a r oligarquías. Pero, mientras el P A N tentar e x p a n d i r e l r a d i o de acción de sus partidos desde su ámbito
manipuló u n a ideología concordante con l a estructura política que de origen, u r b a n o u n o , regional el otro.
l o sostenía, l a Unión N a c i o n a l reorientó de manera f u n d a m e n t a l
Yrigoyen hizo de l a Unión Cívica R a d i c a l e l p r i m e r p a r t i d o de
su mensaje ideológico y c o n t r a d i j o l a realidad de los mecanismos
movilización p o p u l a r que abarcó todo el país. J u a n B. Justo cons-
de designación manipulados p o r sus dirigentes, con el proyecto de
truyó c o n e l P a r t i d o Socialista u n a organización d e disciplina es-
renovación de l a política argentina proclamado p o r Sáenz Peña
tricta con centralización ideológica, que respondió a las expec- 22
en u n discurso p r o n u n c i a d o e n l a plaza R e t i r o ante 30.000 perso-
tativas internacionalistas de grupos de origen i n m i g r a t o r i o estable-
19
n a s . Allí, Sáenz Peña manifestó sus propósitos institucionales y
cidos preferentemente en la C a p i t a l Federal. Lisandro de l a T o -
los t r a d u j o en u n lenguaje que recuerda m u c h o l a profesión de
r r e , mediante l a L i g a del Sur, añadió intereses económicos espe-
fe de u n creyente: « D e j a d m e creer — d i j o en aquella circunstan-
cíficos del sur de Santa Fe, región que contaba con u n a numerosa
c i a — que soy pretexto p a r a la fundación del p a r t i d o orgánico y
clase m e d i a urbana y r u r a l , y recibía u n aporte i m p o r t a n t e de
doctrinario que exige la grandeza argentina; dejadme l a c o n f i a n -
inmigrantes e x t r a n j e r o s . 23
za de que acabaron los personalismos y volvemos a darnos a las
ideas». 20
L a U C R y l a L i g a d e l Sur constituyeron dos típicos partidos de
clase m e d i a ; sus manifiestos y programas traducían el consenso
Esta a c t i t u d n o era nueva en el f u t u r o presidente. Después de la básico de u n sector social, fundamentalmente asentado en el l i t o -
revolución de 1890, cuando c u l m i n a b a u n a brillante carrera d i - r a l , con respecto a u n proceso de expansión económica que le h a -
plomática, Sáenz Peña encabezó u n m o v i m i e n t o de renovación 2
bía p e r m i t i d o ascender y prosperar. * E l P a r t i d o Socialista, en c a m -
conservadora que l o hizo candidato f i r m e en las elecciones prer bio, pretendía u n a representación de clase alternativa, a u n cuando
sidenciales de 1892 y que sólo p u d o desbaratar Roca, logrando el estilo reformista y docente adoptado p o r sus dirigentes reclama-
la adhesión del P A N y del m i t r i s m o a l a candidatura de su padre, ba a l nuevo proletariado u r b a n o que apoyara los métodos evolutivos
Luis Sáenz Peña. F i r m e opositor a l a reelección de R o c a en 1898, e institucionales p a r a aplicar, a u n q u e fuera e n m e d i d a mínima,
retornó a l a actividad política i n t e g r a n d o l a lista de diputados p o r su p r o g r a m a . 28
la C a p i t a l , en l a coalición encabezada p o r Pellegrini p a r a las elec-
ciones de 1906. Poco después, renunció a su banca y partió a E u r o - 21 V é a s e A t i l i o D e U ' O r o M a i n i , « L a v i d a e j e m p l a r d e I n d a l e c i o G ó m e z » ,
pa e n misión diplomática. Desde allí programó su candidatura y Los discursos de Indalecio Gómez, B u e n o s A i r e s : K r a f t , 1 9 5 3 , v o l . 1,
se puso de acuerdo con I n d a l e c i o Gómez, su compañero del m o - p á g . 8 1 y sigs.
v i m i e n t o modernista en 1892, acerca de l a estrategia política del 2 2 V é a s e A l f r e d o G a l l e t t i , La realidad argentina en el siglo XX: la po-
lítica y los partidos, M é x i c o : F o n d o d e C u l t u r a Económica, 1961, pág.
f u t u r o gobierno. I n d a l e c i o Gómez participaba c o n Sáenz Peña en
5 3 y sigs.
\ <* \. \ 23 Véase E z e q u i e l G a l l o , «Santa F e e n l a s e g u n d a m i t a d d e l siglo x i x .
1 9 V é a s e M i g u e l A n g e l C á r c a n o , Sáenz Peña, la revolución por los co- T r a s f o r m a c i o n e s e n s u e s t r u c t u r a regional», e n Los fragmentos del poder,
micios, B u e n o s A i r e s , 1 9 6 3 , p á g . 1 5 4 y sigs. op. cit., p á g . 2 7 0 .
20 « D i s c u r s o p r o g r a m a d e R o q u e Sáenz P e ñ a » , U n i ó n N a c i o n a l , Sáenz Pe- 2 4 V é a s e R . Cortés C o n d e y E . G a l l o , op. cit., p á g . 9 3 .
ña. La campaña política de 1910, B u e n o s A i r e s , 1 9 1 0 , v o l . 1, p á g . 8 8 . 2 5 V é a s e N . R e p e t t o , op. cit., págs. 6 5 - 7 9 .
238 239
L a U C R sobresalió como l a p r i n c i p a l fuerza opositora debido a discutieron las leyes sobre enrolamiento m i l i t a r y ordenamiento
los recursos de organización política movilizados p o r Y r i g o y e n y del padrón, y luego se examinó el régimen e l e c t o r a l . 31
a las estrategias alternativas seleccionadas d u r a n t e nías de" veinte Meses después, él mismo Congreso liquidaba definitivamente la
años de actividad. Y r i g o y e n utilizó, con u n propósito diferente, vieja regla de sucesión e i m p l a n t a b a el sufragio universal; el p r o -
los mismos recursos tecnológicos implantados por el roquismo pa-: yecto fue aprobado por l a Cámara de D i p u t a d o s el 20 de diciem-
ra v i n c u l a r a los gobiernos locales con el poder presidencial. L a bre de 1911, y en las sesiones de enero y febrero de 1912 por el
infraestructura comunicacional, desarrollada en f o r m a vertiginosa Senado. U n a sistemática tarea de persuasión privada e i n d i v i d u a l ,
desde l a década de 1880, contribuyó positivamente a consolidar llevada a cabo desde el M i n i s t e r i o del I n t e r i o r , permitió a m p l i a r
u n gobierno nacional a p a r t i r d e l mosaico de oligarquías aisladas día a día el núcleo exiguo de legisladores dispuestos en p r i n c i p i o
típico de l a A r g e n t i n a tradicional. Así, Roca consiguió v i n c u - a apoyar el proyecto. R . R i v a r o l a relata que, a principios de oc-
lar las diversas partes de u n a estructura de gobierno. Y r i g o y e n , en tubre, solo 12 diputados estaban dispuestos a votar p o r l a lista i n -
cambio, logró comunicar entre sí a las distintas partes de u n a es- completa; tres semanas después, se computaban 50 votos en favor
t r u c t u r a de partido. Edificó, de esta manera, u n a organización 32
del p r o y e c t o . E l destino de l a ley se jugó m u c h o más en los p a -
paralela al régimen institucional. Frente a los gobiernos locales, sillos del Congreso y en los centros habituales de reunión social
Yrigoyen creó comités provinciales que movilizaron expectativas que en los debates públicos del Congreso, donde l a mayoría a d h i -
de participación política; frente a u n poder nacional centralizado, rió a la lista incompleta, mientras que u n g r u p o de diputados y
Yrigoyen d i o preponderancia estratégica a las organizaciones más senadores — e n t r e los que figuraban J u l i o A . Roca ( h . ) , M a n u e l
fuertes de la estructura p a r t i d a r i a , c o m o el comité de la p r o v i n c i a A . M o n t e s de Oca, Benito V i l l a n u e v a y Joaquín V . González—
26
de Buenos A i r e s . L a U C R no recorrió el camino de l a r e i v i n d i - apoyó el sistema u n i n o m i n a l p o r circunscripciones puesto en prác-
cación pacífica, como l o hizo el P a r t i d o Socialista, sino que fue tica en las elecciones de 1904.
leal a su origen r e v o l u c i o n a r i o : combinó u n a ideología de i n t r a n -
A p a r t i r de la sanción de l a ley, hubo cuatro años de acción p o -
sigencia m o r a l con la abstención revolucionaria, movilizó a secto-
lítica durante los cuales se hizo evidente el fracaso de los grupos
res de las fuerzas armadas en sus intentos de golpes de Estado en
conservadores para adaptarse a las nuevas condiciones de p a r t i c i -
2
1893 y 1905, ' y agotó su p r o g r a m a reclamando «la necesidad de
pación p o p u l a r que ellos mismos habían creado.
dar p o r origen del gobierno el sufragio p o p u l a r , libre de toda pre-
L a movilización electoral comenzó antes de que se sancionara l a ley,
sión, o traba, o i n f l u j o de los gobernantes». 28
con la elección que tuvo lugar en l a provincia de Santa Fe, donde
E l Partido R a d i c a l representó, pues, la exigencia de reforma po-
triunfó el P a r t i d o R a d i c a l . Meses después, en las elecciones de
lítica más significativa gestada por u n grupo organizado, n o i n -
diputados de 1912, el Partido R a d i c a l se impuso en l a C a p i t a l
corporado al ejercicio del poder. Esta exigencia fue percibida por
Federal y en Santa Fe, y obtuvo votos de la minoría en Entre Ríos
Figueroa A l c o r t a y Roque Sáenz Peña: en entrevistas secretas
y Córdoba. D e las otras provincias v i n o u n i m p o r t a n t e contingen-
mantenidas con Y r i g o y e n , ambos tendieron líneas p a r a reincorpo-
te de diversas facciones conservadoras, « l o que no impidió que esas
rar al radicalismo a la l e g a l i d a d . 29
fuerzas, que traían l a mayoría, se consideraran las vencidas en l a
N o obstante, el núcleo en t o r n o del cual se cristalizó Ja i n c o r p o - 33
j o r n a d a » . E l hecho significativo d e estas elecciones, aparté de la
ración efectiva de los partidos a l sistema político fue l a ley elec- victoria de los radicales, es la fidelidad de las agrupaciones con-
toral, cuyo proyecto fue sometido a l Congreso diez meses después servadoras a las viejas prácticas electorales cuando el contexto
que Sáenz Peña asumiera el gobierno, el 11 de agosto d e 1911, institucional había v a r i a d o drásticamente. Recuerda Federico P i -
con el f i n de «garantizar el sufragio y crear el sufragante, i m p l a n - nedo u n episodio que ilustra con toda claridad este proceso de
tando el v o t o secreto y obligatorio, asegurando las máximas ga- inadaptación: « L a noche misma de las elecciones llegó a casa de
rantías en los comicios y en el escrutinio, y d a n d o representación m i padre u n a m i g o personal de don Benito V i l l a n u e v a , viejo po-
a las minorías». 30 lítico que figuraba ésa vez como candidato a senador de l a Unión
E l estudio del proyecto en el Congreso se dividió en dos partes, N a c i o n a l , trayendo de la dirección de ese p a r t i d o u n dato preciso:
según la estrategia desarrollada p o r I n d a l e c i o G ó m e z : p r i m e r o se " B e n i t o le h a ganado a Beazley (candidato cívico) por 10.000
votos". L a profecía, f u n d a d a en el cómputo de los votos pagados
26 V é a s e E . G a l l o y S i l v i a S i g a l , « L a formación d e l o s p a r t i d o s políticos y que se suponía " a d q u i r i d o s " , resultó más o menos exacta; pero
contemporáneos», e n T o r c u a t o D i T e l i a y o t r o s , Argentina, sociedad de lo que no se previo fue que radicales o socialistas, que no se con-
piasas, op. cit., p á g . 1 4 0 . sideraban rivales peligrosos, pudieran aventajar a nacionales y cí-
2 7 V é a s e R . R i v a r o l a , « L a J u s t i c i a militar», RACP, año 3, n * 3 0 , 1 9 1 3 ,
p á g . 721 y s i g .
2 8 R . R i v a r o l a , « C r ó n i c a » , RACP, año 6, n " 7 4 , 1 9 1 6 , pág. 1 4 9 . 31 V é a s e A . D e l l ' O r o M a i n i , op. cit., p á g . 1 6 4 .
2 9 Consúltese, e n este s e n t i d o , R a m ó n J . Cárcano, Mis primeros ochenta 32 V é a s e R . R i v a r o l a , « C r ó n i c a » , RACP, a ñ o 2, n° 14, 1 9 1 1 , p á g . 2 2 0 .
años, B u e n o s A i r e s : P a m p a y C i e l o , 1 9 6 5 , p á g . 301 y sigs. 33 F e d e r i c o P i n e d o , En tiempos de la República, Buenos Aires: E d . M u n -
3 0 V é a s e C . I b a r g u r e n , op. cit., p á g . 2 2 6 . do F o r e n s e , 1 9 4 6 , v o l . 1, p á g . 1 6 .
240 241
vicos. Fue u n resultado del v o t o secreto, que ponía f i n a la prác- Partido R a d i c a l y el P a r t i d o Demócrata Progresista, sin postular
tica de l a compra directa de sufragios»* 4
candidato n i proponer p r o g r a m a a l g u n o . 86
Las elecciones para gobernadores, en c a m b i o , e q u i l i b r a r o n l a de- E l 2 de a b r i l de 1916 se presentaron tres fórmulas y u n a lista de
r r o t a en las ciudades. L a Unión Provincial de Salta consagró go- electores: Y r i g o y e n - L u n a p o r l a U C R , D e l a Torre-Carbó por el
bernador a Patrón Costas, que triunfó contra el c a n d i d a t o radical, P D P , Justo-Repetto p o r el PS, y los electores de la Concentración
Joaquín Castellanos. R a m ó n J . Cárcano derrotó a l radical J . A m e - Conservadora. Sobre 747.471 votos, l a U C R o b t u v o 340.000 sufra-
nabar Peralta en l a p r o v i n c i a de Córdoba, y Ernesto Padilla re- gios (133 electores), l a Concentración Conservadora, 153.000
sultó electo gobernador de Tucumán frente a Pedro L . C o m e t , (69 electores), e l P D P , 122.000 (65 electores), l a U C R disidente
también radical. A esta a l t u r a d e l proceso electoral, resultaba de Santa Fe, 28.000 (19 electores), y el PS, 66.000 (1.4 electores).
evidente que l a contienda radical-conservadora tendía a p r o d u c i r E l 12 de j u n i o de 1916 fue p r o c l a m a d a l a fórmula mayoritárk,
situaciones de empate, siempre y cuando e l enfrentamiento electo- Y r i g o y e n - L u n a , con el apoyo de los radicales disidentes e n el cole-
r a l se diera en marcos limitados y en elecciones parciales. L a p r u e - gio electoral. L a Concentración Conservadora definió solo e n vís-
ba d e f i n i t i v a vendría en 1916, porque e n aquella circunstancia peras de esta elección secundaria l a fórmula A n g e l D . Rojas-Juan
el ámbito de la competencia se a m p l i a b a inevitablemente: allí n o É. Serú. E l P D P sólo quedó representado p o r la mayoría de elec-
estaba en juego u n a banca de diputados n i u n a gobernación de tores de San L u i s y Catamarca, y las minorías de Tucumán y San-
provincia, sino el poder presidencial, centro v i t a l del sistema p o - ta F e . 3 6 Hipólito Y r i g o y e n era presidente de l a República. Se
lítico argentino. cerraba, así, el ciclo iniciado en 1910.
E l P a r t i d o R a d i c a l fue la única fuerza política adaptada a l con-
texto nacional de movilización p o p u l a r : presentó u n candidato,
Hipólito Y r i g o y e n ; difundió u n p r o g r a m a y trazó u n a estrategia
cuyo campo de operaciones fue el país entero. E n las filas conser- IV. Propósitos y contradicciones
vadoras, el desacuerdo entre grupos y facciones hizo crisis a p a r t i r
de 1914. E l conflicto tiene c o m o eje a dos figuras que representan,
de la reforma política de 1912
una el fracaso de u n a política progresista d e n t r o del conservado-
Roque Sáenz Peña no entregó los símbolos del m a n d o presiden-
rismo, y la o t r a la cristalización de los métodos políticos del a n t i -
cial a Hipólito Y r i g o y e n . Había m u e r t o dos años antes, después
guo régimen. L i s a n d r o de l a T o r r e , el conservador progresista de
de luchar contra u n a enfermedad que lo fue destruyendo desde
la L i g a del Sur, y M a r c e l i n o U g a r t e , e l conservador tradicional
los comienzos de su presidencia. E l tiempo l i m i t a d o de su gobierno
de l a p r o v i n c i a de Buenos Aires, tienen u n a significación m u c h o
—apenas tres a ñ o s — constituye u n a u n i d a d de análisis cuyo valor
más p r o f u n d a que la derivada de u n m e r o enfrentamiento entre
dominante parecen ser la preocupación por los problemas i n s t i -
caracteres o personalidades. Ambos fueron protagonistas de una
tucionales y l a escasa i m p o r t a n c i a otorgada a l a gestión cotidiana
querella que circuló entre las oligarquías provinciales e i m p l i c a -
de los asuntos públicos. Sáenz Peña n o es, e n esta perspectiva, el
ba esta o p c i ó n : constituir u n p a r t i d o nacional cuyo candidato y
conductor de u n gobierno, sino el f u n d a d o r de u n régimen. Su
programa fueran conocidos previamente en t o d o el país, o persis-
figura se asemeja más a l a de uñ monarca-presidente situado por
t i r en el juego de alianzas locales para negociar posteriormente
encima de las contiendas, que a la del hombre político dispuesto
u n candidato a la presidencia en el colegio electoral. L i s a n d r o de
a dar batalla p a r a permanecer en el poder, o conquistarlo. Esta
la T o r r e — c o n el apoyo inicial de I n d a l e c i o Gómez y Joaquín V .
a c t i t u d probablemente ayude a definir el propósito de la reforma
González, entre otras personalidades— pretendió hacer del Par-
política de 1912 y su contradicción inevitable.
t i d o Demócrata Progresista, f u n d a d o en diciembre de 1914, una
Sáenz Peña e I n d a l e c i o Gómez estaban convencidos de dos cosas
organización política m o d e r n a con capacidad suficiente p a r a dis-
que, durante su gestión, alcanzaron el rango de creencias f u n d a -
p u t a r el poder en u n sistema electoral a b i e r t o ; para ello, n o solo
mentales; u n a era la necesidad de movilizar a l ciudadano i m p o -
era menester reestructurar organizaciones, sino también renovar
niendo por ley l a obligación de votar. Para estos aristócratas p r o -
programas y plataformas. M a r c e l i n o U g a r t e capitalizó el temor
fundamente convencidos del valor de l a democracia, el votante
de los viejos conservadores, que, como Benito V i l l a n u e v a y J u a n
era u n a entidad abstracta a l a que había que crear, sacarla de la
R . V i d a l , intuyeron, n o sin razón, que el P a r t i d o Demócrata P r o -
abstención y volcarla a l a participación responsable. L a o t r a creen-
gresista era u n instrumento t a n eficaz como e l P a r t i d o R a d i c a l
cia respondía a l a certeza de que, devuelta l a v i d a a u n cuerpo
para precipitar su ocaso político. E n vísperas de las elecciones de
1916, U g a r t e alentó l a formación de la Concentración Conserva-
dora, u n a alianza de grupos provinciales que se interpuso entre el 3 5 P a r a u n a descripción d e este p r o c e s o d e s d e l a p e r s p e c t i v a demócrata
p r o g r e s i s t a , véase C . I b a r g u r e n , op. cit., p á g . 2 7 7 y sigs. D e s d e l a p o s i -
ción «ugartista», es i l u s t r a t i v o e l r e l a t o d e José A r c e , Marcelino Ugarte.
3 4 F . P i n e d o , op. cit., p á g . 1 5 . 1855-1929, B u e n o s A i r e s , 1 9 5 9 , págs. 3 1 - 5 4 .
3 6 V é a s e C . I b a r g u r e n , op. cit., p á g . 2 9 1 y sigs.
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electoral inerte, surgirían naturalmente los grandes partidos o r 7
D e cualquier manera, más allá de sus eventuales desajustes, el
gánicos, como Sáenz Peña gustaba llamarlos, capaces de renovar proyecto de Sáenz Peña d i o a l país u n p r i n c i p i o de legitimidad
las prácticas tradicionales. E n mayor o menor m e d i d a , estos go- para los futuros gobernantes, dejó como legado el testimonio de
bernantes c o m b i n a r o n su confianza en el voluntarismo electoral u n compromiso efectivo con dicho p r i n c i p i o y consagró histórica-
con la creencia en la espontaneidad de las masas p a r a generar es- mente algo que, p o r n o cumplirse, muchas veces se o l v i d a : l a v i -
tructuras de mediación eficaces. Esta hipótesis permite entrever, gencia de l a democracia representativa, con participación p o p u -
en alguna m e d i d a , el origen de la contradicción ya mencionada. lar realmente garantizada, entendida como u n a fórmula de legi-
Alexis de Tocqueville, u n autor conocido p o r Sáenz Peña e I n d a - t i m i d a d posible y operativa para l a A r g e n t i n a del siglo x x .
lecio Gómez, a f i r m a b a que el progreso político de u n a sociedad
se hacía posible cuando, paralelamente a l desarrollo de las c o n -
diciones que incrementaban l a i g u a l d a d , los hombres crecían, t a m -
bién, e n el arte de asociarse entre e l l o s . E l problema que debió 37
afrontar la reforma de 1912 fue saber si en la sociedad argentina
se estructurarían los agentes de mediación que permitirían hacer
efectivo el pluralismo político, a medida que se incrementaran las
condiciones de igualdad electoral.
U n interrogante de t a l envergadura puso al descubierto u n a cons-
telación de valores antagónicos en l a sociedad política del Cente-
nario. M a x Weber sostenía que los hechos históricos establecen
valores y predisposiciones, y estos, a su vez, determinan hechos pos-
38
teriores. L a reforma de 1912 se i n t r o d u j o , en efecto, en u n c a m -
po político donde se habían arraigado dos tradiciones contradic-
torias. L a p r i m e r a valorizaba e l régimen político cerrado i m p l a n -
tado por e l roquismo, y estaba básicamente articulada por los g r u -
pos conservadores de provincias. L a segunda valorizaba u n régi-
men abierto de participación p o p u l a r y, en el ámbito nacional,
estaba fundamentalmente articulada p o r el P a r t i d o R a d i c a l . E n
medio de ambas se interpuso el proyecto de Sáenz Peña, que se
enfrentó con u n a predisposición positiva y o t r a negativa. L a U C R
fue u n a estructura adaptada a l c a m b i o ; los grupos conservadores,
por el contrario, continuaron aferrados a la tradición sedimentada
en treinta años de régimen roquista. Esta contradicción eliminó
la posibilidad de establecer un sistema de partidos competitivo,
porque faltó, en el origen mismo del proceso, la estructura organi-
zativa que contrapesara efectivamente la capacidad electoral del
radicalismo. E l sistema perdió u n o de sus componentes f u n d a m e n -
tales, y l a idea de favorecer u n bipartidismo m o d e r n o , implícita
en e l régimen propuesto de l a lista i n c o m p l e t a , quedó, pues, como
lo que e r a : u n a idea sin suficiente correspondencia con l a realidad
y, en consecuencia, carente de la posibilidad de traducirse e n he-
chos eficaces. Esta sería, pues, una consecuencia histórica, para
nosotros significativa, del conservadorismo modernizante implan-
tado en 1880, que impidió que el desarrollo económico y el polí-
tico marcharan a la par en la Argentina contemporánea.
3 7 V é a s e , a l r e s p e c t o , S a m u e l P . H u n t i n g t o n , Political order in changing
societies, N e w H a v e n y L o n d r e s : Y a l e U n i v e r s i t y Press, 1968, pág. 4.
3 8 V é a s e M a x W e b e r , The methodology of social sciences, Nueva York:
T h e F r e e P r e s s , 1 9 6 8 , pág. 1 8 2 y s i g s . ; p a r a u n a aplicación d e d i c h o
e n f o q u e , S . M . L i p s e t , The first new nation, L o n d r e s : H e i n e m a n n , 1964.
p á g . 7.
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