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ASENTAMIENTO PREHISPÁNICO Y EL PUEBLO ESPAÑOL

Los pueblos prehispánicos que habitan el actual territorio de Guatemala durante el período Posclásico,
es decir, justo antes de ,la llegada de los españoles, en
general tenían un sistema de asentamiento bastante simple.
Los señoríos del altiplano contaban con núcleos urbanos
plenamente diferenciados de las aldeas rurales, ya que
poseían lo que modernamente podría denominarse como una
ciudad capital.
Los españoles trasladaron los sistemas de asentamientos de
la península a sus colonias. Los dos asentamientos
fundamentales del dominio colonial fueron los pueblos de
indios y las ciudades.
Estas se mandaron a diseñar con la traza que estaba de moda en España en el siglo XVI que era el
sistema llamado damero o en forma de parrilla, en este diseño, en el centro se establecía la plaza y los
edificios, como el ayuntamiento o municipalidad, la iglesia y los portales para el comercio.
Fue un conflicto que forma parte de la colonización española de América en el territorio de lo que hoy
es la república de Guatemala en América Central. Antes de la conquista, este territorio comprendía
varios reinos mesoamericanos, la mayoría de los cuales pertenecía a la civilización maya. Muchos
conquistadores vieron a los mayas como «infieles» que necesitaban ser pacificados y convertidos a la
fuerza al cristianismo, sin tener en cuenta los logros de su civilización. El primer contacto entre los mayas
y los exploradores europeos se dio en el siglo XVI
, cuando un barco español que navegaba de Panamá a Santo domingo naufragó en la costa este de la
península de Yucatán en 1511. En 1517 y 1519 siguieron varias expediciones españolas que tocaron
tierra en diferentes partes de la costa de Yucatán.
CULTURA GRECOROMANA
Según el autor Lois Fichner-Rathus en "Understanding Art" (Entender el arte), el momento en la historia
del arte conocido como el período greco-romano representó un período donde el arte romano absorbió
al arte griego y sus influencias. Las civilizaciones de Grecia y Roma se superpusieron la una a la otra
cuando Roma estableció un protectorado sobre Grecia que duró casi 500 años. Durante este tiempo,
los romanos buscaron obras de arte originales griegas o se copiaron de ellas.
Pintura
Lo que los historiadores saben acerca de la pintura griega lo saben por pinturas y murales romanos.
Aunque historiadores saben que los artistas griegos hicieron estas pinturas, fueron destruidas por los
estragos del tiempo, y sólo permanecen los objetos pintados. Sin embargo, los historiadores también
saben que la pintura romana, al igual que el resto del arte romano, se encuentra en algunas de sus
influencias en la pintura griega. Algunos de los mayores ejemplos de las pinturas murales romanas
fueron desenterrados por los arqueólogos con el descubrimiento de las ruinas de Pompeya y Herculano.
Los historiadores llaman al arte romano el arte del realismo. A diferencia de los griegos, que retratan la
perfección humana en sus esculturas y obras de arte, las esculturas romanas mostraron cada línea y
cada imperfección en la cara del sujeto (a menos que estuvieran retratando rostros idealizados de los
emperadores). Según Fichner-Rathus, esto se atribuye a la práctica romana de hacer máscaras de la
muerte, cuya función es similar a la práctica moderna de mantener las fotografías de sus seres queridos.
Inicialmente, los romanos construyeron estas máscaras de cera, pero más tarde se hicieron las
máscaras de bronce o terracota. Estas esculturas no eran declaraciones acerca de la condición humana,
sino más bien un registro de la existencia de una persona.
CULTURA MAYA
La civilización maya fue una civilización
mesoamericana, que se desarrolló en Mesoamérica y
que destacó por su escritura jeroglífica, uno de los
pocos sistemas de escritura plenamente desarrollados
del continente americano precolombino, así como por
su arte, arquitectura y sistemas de numeración,
astronomía y ecología. Se desarrolló en la región que
abarca el sureste de México, correspondiente a los
estados de Yucatán, Campeche, Tabasco, Quintana
Roo y la zona oriental de Chiapas, así como en la
mayoría de Guatemala, Belice, la parte occidental de Honduras y de El Salvador. Esta región se
compone de las tierras bajas del norte que abarca la península de Yucatán, las tierras altas de la Sierra
Madre que se extiende por el estado mexicano de Chiapas, el sur de Guatemala hasta El Salvador, y
las tierras bajas del sur en la llanura litoral del Pacífico.
Durante el periodo formativo, antes de 2000 a. C., se inició el desarrollo de la agricultura y la población
se hizo sedentaria estableciéndose en las primeras aldeas. En el período Preclásico (c. 2000 a. C. hasta
250 d. C.) se desarrollaron las primeras sociedades complejas y se cultivaron los alimentos básicos de
la dieta maya: el maíz, el frijol, la calabaza y el chile. Las primeras ciudades mayas se desarrollaron en
torno a 750 a. C. Alrededor de 500 a. C. estas ciudades poseían una arquitectura monumental,
incluyendo grandes templos con fachadas de estuco.

DERECHOS HUMANOS EN LA CONQUISTA Y LA COLONIZACIÓN


La colonización de América fue una colonización de antiguo régimen. La Corona española implantó en
el mundo indígena formas, instituciones jurídicas, y un sistema político, premoderno, monárquico y
cortesano. La empresa colonial fue legitimada teóricamente por el naturalismo jurídico escolástico, y fue
implementada por una corte de burócratas –administradores de justicia– de segundo orden que actuaron
día a día en contacto directo con la población aborigen.
El sistema colonial tuvo el objetivo “natural” de desmantelar el ordenamiento jurídico/político americano.
Para ello se basó en una cultura jurídica/teológica que permitía la protección sólo de los derechos, y la
subsistencia de las instituciones, que tuvieran sentido para la Iglesia y los invasores.[1] La llegada de
los españoles en 1532, comenzó la demolición del proceso de unificación jurídica y política del
Tawantinsuyo, se trataba en los esquemas coloniales de derribar la sociedad política autóctona y para
eso era fundamental desconocer el ordenamiento precolombino y reemplazarlo por otro Derecho
sustentado en la forma cómo los españoles imaginaban a los indígenas.
Utilizando la escolástica medioeval cristiana, los juristas de la Escuela de Salamanca, aportaron a este
imaginario[2]. Con la teoría que justificaba la “guerra justa” contra los indígenas, y con la legitimación de
la conquista, trasplantaron al nuevo mundo las instituciones de la feudalidad peninsular. La invasión
occidental, que incorporó abruptamente a las naciones andinas al capitalismo y el colonialismo,
generando una de las mayores hecatom-bes humanas, fue una empresa militar, pero de manera
sobresaliente fue una empresa jurídica, de implementación del Derecho imperial.
Sin embargo, junto a la realización del imperialismo jurídico, los colonialistas preservaron algunas
instituciones normativas y estructuras de poder precolombinas que les interesaban para desenvolver su
dominio. Éstas se tradujeron al Derecho y la administración de justicia de los conquistadores, como
centro de la relación colonial.
Con estas imposiciones y
sobrevivencias jurídicas, la
Colonia gestionó
racionalmente la
desestructuración de los
pueblos originarios, y manejó
el desmantelamiento de sus
estructuras económicas,
sociales y de sus sistemas
religiosos. El control del
territorio, y de la población
indígena, se efectuó según instrumentos normativos, legales, fiscales y políticos que reprodujeron las
modalidades de guerra propias de la sociedad española de la reconquista de la península Ibérica.

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