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: .~ -:
.: .... ..... _ escritura femenina
latinoamericana*
yo, su aparente aceptación de las nor-
mas patriarcales choca contra súbitos
ánimos de rechazo. De ahí los episo-
dios de encierro y fuga, los personajes
Helena Araújo
violentos funcionando como substitu-
tos, la incidencia de lo obsesivo y lo
alucinante 1• Tácitamente, a nivel del
En alguna conversación que sostuvimos discurso, se propende a una ruptura con
durante un congreso reciente, Rafael lo normal y lo cotidiano. Y con frecuen-
Gutiérrez Girardot me dijo que en cia, esta misma ruptura sucede en un
Latinoamérica no había realmente lite- clima emocional álgido y traumático,
raturas nacionales, ya que los inventores que sugiere una relación conflictual con
de formas narrativas y poéticas evolucio- el cuerpo y un desorden afín a la histe-
Los placeres maduros, elaborados, ~aban en circunstancias históricas y so- ria. La histeria... sin osar definir una
complementados por el principio de ciales comunes a todos los países. Se me palabra que en los diccionarios abarca
realidad y que toman en cuenta la exis- ocurrió entonces que, con respecto a no- desde la clasificación anómala del fu-
tencia del otro, continúan siendo. una velistas y escritoras, se podría intentar ror uterino hasta la figura retórica que
tendencia ideal huidiza, en medio de un una topografía, o mejor, una geografía trastorna el orden de las ideas2 , nos li-
mar de· violencia, y en el contexto de de géneros, tomandq en cuenta los pro-
cesos de transculturación e intertex-
* Una versión más amplia de este texto fue
una modernidad que en muchos aspec- leída como conferencia en Standford
tos se fragmenta antes de llegar a ser. tualidad y abarcando el romanticismo, el University (California), el lo. de octubre
regionalismo, el realismo y, ¿por qué no?, de 1992, en un ciclo organizado por Jorge
• r SIMóN BRAINSKY L. el género fantástico. • Ruffinelli y Fernando Alegría.
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Bol.eUn ~ y. Bibliogrtfico, Vol! 32, ndm. 38, 1995 141
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mitamos a repetir con Kemy Oyarzun que pueden anticiparse en un lenguaje entonces, puede venir a través de la "li-
que la histeria ha de ser fenómeno rele- exacerbado, pero veraz, un lenguaje en bre asociación": esa sucesión de ideas y
vante en la semántica femenina, pues que el cuerpo intenta expresar su de imágenes que, como ya dijimos, fun-
"sólo desde una posición de medio-loca. arritmia, un lenguaje que sólo ha de ser damentarán el stream of consciousness,
medio-mentirosa, puede la mujer seña- considerado patológico en épocas como flujo de la conciencia, mpnólogo interior
lar la sinrazón de las razones del Esta- ésta, tan adversas a todo lo que no sea que ha de revolucionar el discurso litera-
do", aunque "el diagnóstico de anorma- analizable y racional, tan indiferentes a rio7 . Desde entonces, poco a poco, en la
lidad neutralice el significado potencial- tradiciones míticas o mágico-religiosas. narrativa, la voz de la histérica irá dotán-
mente subversivo de sus síntomas" 3 . dose de consistencia actancial y arque-
"Mistéricas" y brujas típica: la histérica-madre, la histérica-
n. r Histeria, mito, magia, religión... si hu-
hija, la histérica-esposa, la histérica-
amante, protagonistas de un drama que
biera un hilo conductor de todo aque- se vive y se repite en todas las etapas de
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llo, ¿no lo constituirían las mujeres? Lo la sociedad patriarcal: Así en el Viejo
mítico y lo mágico se han vinculado a Mundo, y así en el Nuevo, sobre todo en
1\ lo sobrenatural desde remotos rituales
de culto arcaico: son profetisas, pitoni-
tierras conquistadas por una España ca-
tólica e inquisitorial.
sas, sacerdotisas quienes perpetúan la Elemento estructurante en una pro-
adhesión primitiva a un centro original ducción literaria de contextos clasistas
sagrado. Mujeres-médiums, adivinas y sexistas, el arquetipo de la histérica
~~
../ 1' ' para quienes la oración puede inducir
al trance y al delirio. Venidas de la tra-
dición mesopotárnica o de la cultura
tendrá contraparte en el de la hechice-
ra, personaje legendario de espacios
rurales o selváticos. Si, con el tiempo,
greco-latina, llegan a presentir la tra- la histérica va abandonando los ámbi-
gedia y a anunciarla a alaridos o a tra- tos de la religión y la mitología para
ducir, estremeciéndose, mensajes del concentrarse en ficciones laicas de con-
más allá. Visionarias, videntes, ebrias notación burguesa, la hechicera se man-
de fe, se convertirán, ya cristianas, en tendrá afianzada a la madre naturaleza,
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Alemania y Francia, el Flandes espa- ~omo prescribeTodorov- dejando al su escabroso encanto para destruir toda
ñol. Se trata, según los doctos, de "un lector en la duda de su verosimilitud. Y una dinastía de varones. Al urdir situa-
movimiento de conquista de las almas, si a veces el discurso poético o el discur- ciones oníricas y delirantes, Bomba!
emprendido por las iglesias renovadas, so alegórico tienden a desvirtuar una lec- intenta encabalgamientos de lo impo-
ya sean católicas o protestantes" 10• Y tura de lo maravilloso real, casi siempre sible y lo verosímil, lo factible y lo
aunque por herejía se juzguen también queda un trasfondo de oscuros desórde- inusitado, suscitando perplejidad en un
ciertos hombres, la proporción es de 3 nes, vinculado a la vida latente del cuer- discurso irisado de connotaciones má-
ó 4 mujeres por cada supliciado. Natu- po, a su represión y opresión. La gicas. Sus protagonistas, mitómanas y
ralmente, las proscritas son curanderas, metamorfosis del yo, el determinismo, deliciosamente narcisas, se describen a
yerbateras o comadronas, aficionadas a la multiplicación de la personalidad, las sí mismas alternando la megalomanía
filtros y brebajes. Sin duda alguna, "el transformaciones del tiempo y el espa- con la melancolía y aproximándose a
temor a que la mujer pueda ejercer po- cio, proliferan en una fantasmagoría mis- la histeria. Contemporánea de Bomba!
deres reservados al sexo masculino y teriosa y concupiscente. "El deseo como y merecedora de un premio literario en
el miedo provocado por un cuerpo del tentación sexual - insisteTodorov- en- Santiago, Magdalena Petit deja una
cual se teme la seducción perversa son cuentra su encamación en figuras de for- novela que tiene mucho de folletín
dos aspectos - y seguro no los úni- ma sobrenatural" 14• ¿No cobra validez decimonónico en la caracterización
cos- presentes en la obsesión contra esta afirmación en sociedades como la estereotipada de la protagonista. Dama
la hechicería" 11 • En España, claro está, criolla, que rodean a las mujeres de en- de apellidos nobles, heredera de tierras
es la Inquisición la que acecha, aprisio- tredichos y tabúes? Para quienes deben y encomiendas, Catalina de los Ríos,
na y tortura. elegir entre la virginidad o la frigidez apodada La Quintrala, es tan sólo acu-
"En el reino de Isabel la pía se que- como condición de decencia, "la tenta- sada de estar endemoniada por atrever-
man mujeres", dice Jules Michelet 12 • Y ción de la carne", sólo puede proyectarse se a proceder con los hombres como
es durante ese reino cuando se descu- en códigos de satanismo o alucinación. ellos procedían con las mujeres en épo-
bre a América. Entonces, "la Iglesia, en Esta narrativa inspirada y esotérica cas en que el libertinaje era atributo vi-
su afán de borrar todo vestigio del do- resulta frecuente entre novelistas de las ril. La novela, que queda entre el
minio del diablo, termina por afilar su primeras décadas del siglo, sobre todo naturalismo y el estilo "gótico", se asi-
acero sobre los eventos más fantásticos argentinas y uruguayas. Sin embargo, mila al género fantástico por el supues-
y entre ellos el de las brujas, sus autén- en los países andinos, donde prima el to satanismo de su protagonista.
ticas sacerdotisas" 13 • Las brujas, sin género indigenista y de reivindicación
embargo, pertenecen en realidad a con- social, también abundan obras que pro-
glomerados paupérrimos, que atentan tagonizan un rompimiento con lo nor-
con la supuesta herejía de su magia con- mal y lo cotidiano. Con Juana Manuela
tra las jerarquías eclesiásticas y estata- Gorriti (1819-1891), nacida en Argen-
les. Dueñas de lo que podría definirse tina pero exiliada en Bolivia y residen-
como una contracultura, denuncian a su te muchos años en el Perú, comienza a
manera la injusticia social. Y van con- definirse el relato fantástico en que se
virtiéndose con el tiempo en persona- destacarán tantas narradoras del cono
jes ficcionalizados por la tradición oral, sur15 • Aunque acusen cierta influencia
legendarias protagonistas de crónicas y romántica, sus cuentos de emparedados
testimonios. y aparecidos se eximen prodigiosa-
mente del costumbrismo, conservando
Un trasfondo cierta idiosincrasia criolla. Más adelante
de oscuros desórdenes... hacia los años veinte y treinta, esta
corriente de lo extraño y lo alucinante
En Latinoamérica, un vasto corpus de se imbricará en el surrealismo. Al des- Catalizadores de fuerzas ocultas
novelas y relatos introduce los arqueti- cribir su vida introversa, delimitando su
pos de la histérica y la hechicera en una subjetividad, la chilena María Luisa Mientras Bomba! y Petit escriben en
narrativa adensada por indicios demiúr- Bombal entra en ambigüedad, incorpo- Chile sobre alucinaciones y embruja-
gicos. Del delirio al trance, al ritual y ra lo maravilloso a lo real, lo incons- mientos, en Argentina, en los años cua-
al conjuro, una y otra traducen su re- ciente a lo consciente16• renta, principia a publicar Silvina
beldía en procesos semánticos de con- Reducidas a la inmanencia, sus pro- Ocampo una narrativa que ofrece as-
notación sexual. Imbricados en una te- tagonistas derivan hacia la quimera y pectos parapsicológicos y es tan ajena
mática que a veces tiende al estereoti- la ensoñación, mientras en un balbuceo a los valores éticos tradicionales como
po, pero que con mayor frecuencia de colorritmos e imágenes relatan cómo a los datos históricos. Sabias de naci-
implica los traumas de la somatización, una mujer puede vivir un episodio amo- miento, sus protagonistas alternan la
los textos femeninos de literatura fan- roso en la irrealidad, cómo otra puede videncia y la premonición con una es-
tástica:eumplen con las normas del gé- viajar al centro de la tierra más allá de peluznante vocación hacia la crueldad.
nero. Ciertamente, lo extraño se impone la muerte o cómo o~ puede valerse de En sus relatos, las abstracciones inte-
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lectuales se proyectan en personajes que Somers urde imágenes en torno a una sión al sistema de productividad y
obran como catalizadores de fuerzas temática de contenido social que, sin jerarquización que les toca en suerte, ro-
ocultas con respecto a entidades de sen- embargo, admite premoniciones o deándose de personajes que sucumben a
timiento o emotividad. Frecuentemen., desdoblamientos. La intuición desem- sus razonamientos o se atreven a abor-
te, las imágenes de transitoriedad o de peña un gran papel en montajes maca- dar lo maravilloso al hcillar
'
en sí mismos
reencarnación involucran un futuro que bros, donde una religiosidad latente huellas de una inocencia originaria
sólo puede ser enfocado desde el pasa- parece exacerbar figuras sensuales hasta
do en formas cíclicas. Allí, el elemento la obscenidad, en un ámbito de difuso La simbología del destino
cotidiano tiene un papel preponderan- erotismo. Pulsionales o maquiavélicos,
te: es en él "que se da la denuncia de un los personajes de Somers transitan en Si el género fantástico prevalece sobre
don sobrenatural inservible, en el inte- la inmediatez del encierro, la asfixia y todo en el cono sur, las narradoras de
rior mismo del lenguaje" 17 • A Luisa la muerte, fascinados y a la vez aterra- lo esotérico y de lo mágico no escasean
Mercedes Levinson, contemporánea de dos por presencias amenazantes. Obse- ni en los Andes, ni en el Caribe, ni en
Ocampo, le obsesiona sobre todo el sionados también por el mundo animal, Centroamérica. Basta recordar que
tran scurso del tiempo y tiende a crean situaciones inusitadas de identi- Borges y Bioy Casares incluyen en su
mistificarlo en versiones mágicas o le- ficación o simbiosis. En un relato suyo, famosa antología a Elena Garro con una
gendarias. Como Quiroga, se inspira una mujer que debe entrevistar a un si- comedia insólita en que los personajes
casi siempre en las zonas tropicales, mio enjaulado termina al final siendo en- dialogan dentro de una tumba. Publi-
donde predomina "lo salvaje" y el cli- jaulada por éste. En otro, UD enfermo gra- cados en México al romper la década
ma febril se une a una vegetación ve, salvado por milagro en el hospital, de los sesenta, su relato La culpa es de
devorante para desencadenar el terror acaba siendo enterrado el mismo día que los tlaxaltecas y su novela Los recuer-
o el delirio. Se ha dicho que Quiroga celebra su cura con un grupo de amigos. dos del porvenir ajustan una imagina-
considera la selva como matriz primor- Para Somers, lo fatídico, lo espeluznan- ción delirante a una escueta realidad.
dial o madre cósmica: algo de esta sa- te, son motivaciones coRstantes. Inmersos en un tiempo que puede ser
cra feminidad parecen atisbar los rela- mítico o cíclico, los protagonistas vi-
tos de Levinson 18 • Allí, ciénagas y es- ven a la vez el presente y el pasado,
tuarios exigen un lenguaje pulsional, captando en los intersticios de las ho-
)
condensando la enajenación y el espe- ras la simbología de su propio destino.
jismo en contextos taumatúrgicos. Lui- La aventura de un ama de casa que cree
sa Valenzuela, hija suya y novelista pre- reconocer en un indio forastero al es-
coz, se sitúa en territorios misteriosos, pos~ perdido en las épocas de la con-
expresándose en monólogos que alter- quista, resulta tan espeluznante como
nan con episodios desarticulados don- la historia del pueblo de Ixtepec narra-
de la idea de la purificación y de la da por la voz colectiva de sus habitan-
muerte se entreveran a un tiempo tes y condensada en las peripecias de
arrítmico, vivido en la violencia y la una familia obsesionada por premoni-
opresión. La escalofriante lucidez de ciones y maleficios.
Valenzuela, su cruda ironía, la empa- Allí, como en el Macondo que des-
rienta con Amalia Jamilis, cuyos tex- cribe después García Márquez, el pro-
tos, a la vez perversos y líricos, recuer- digio es cotidiano y la nostalgia marca
dan los de una colega mayor que am- las cadencias del tiempo. Además, a los
bas: Gloria Alcorta. En efecto, los personajes no les interesa vencer o
personajes funambulescos de J amilis, triunfar, sino resolver los dilemas de su
que vagan o deliran en pos de sus qui- El tremendismo de Somers, dobla- vida sentimental o amorosa. Así, la ti-
meras por las calles de una Buenos Ai- do de un misticismo dostoievskiano, ranía de Rosas, el general solitario, ca-
res ilusoria, tienen cierto parecido con contrasta ostensiblemente con la pro- pitula ante la pasión de su novia por un
los de Alcorta, aunque se eximan de los sa-poesía irisada de Cristina Peri Rossi, poeta que huye con ella en la fecha en
contextos irreales y las situaciones que pertenece a una generación poste- que el tiempo se detiene para que no
pesadillescas de esta última. Deambu.. rior. Siempre indagando en las gamas les dé alcance la tropa. Por despecho,
lando por fuera del cuerpo o de la me- de la imaginación, sus textos pueden Rosas rapta a la hija de una engolada
moria, sus atormentadas protagonistas crear visiones de lo alucinante en fun- familia de conspiradores y conjurados:
llegan al borderline de la locura antes ción de una ideología que exige la pro- es Isabel, la malquerida, ~ara quien el
de encerrarse en la angustia de su pro- testa y la emisión testimonial. A veces remordimiento constituye una etapa
pio espacio interior. alegórica y a veces simbolista, Peri anterior al desvarío, extraviándola lue-
En Uruguay, como en Argentina, la Rossi que es también poeta, se acerca go en un laberinto de contradicciones
fantasmagoría y el humor constituyen al género fantástico en cuanto reinventa sin sentido. Pero, a pesar de tedo, será
códigos de denuncia. La prosa, a la vez una realidad inadmisible. Sus niños vi- su voz de.víctima la que rinde.testimo-
severa y metaforizada, de Armonía sionarios y demiúrgicos imponen la ilu- nio cle un pueblo cuyas derrotas:t:utura.s
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se anticipan a las pasadas en repetidos presarse en analogías y en imágenes. tos espeluznantes sobre adolescentes
ciclos reversibles. Por su ironía, su desapego, su culto a tan obsesionadas por la imagen de sus
La misma fatalidad cíclica con su los ciclos naturales, Laura se asemeja a tías sensuales y pecadoras que (recor-
legado de muerte, tristeza y opresión Irene, la anciana que Marvel Moreno dando la temática del 'doble') llegan a
inspirará a una nicaragüense que podría instala en una fastuosa mansión del encarnarlas en un trance inspirado por
ser hija de Garro: Gioconda Belli. Ha- Caribe tocando al piano por las noches el determinismo o la predestinación. Y
bitada por la rebeldía, su protagonista una sonata que presagia su propia pro- continuando _coA las extrapolaciones,
supera cualquier indicio de dependen- fecía de ausentarse y desaparecer. ¿cómo negar que el protagonista inge-
cia traduciéndolo en acción. Como en nuo y sensible al que la mexicana Julieta
el famoso cuento de Garro sobre la
mexicana que, después de cinco siglos n
-- Campos hace presenciar la lenta muer-
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¿Ciencia-ficción? una bomba con el ingrediente fatídico crueldad y lujuria que más al sur, en
de la inmortalidad. ¿Cómo no ver aquí Chile, se atribuirán también a Catalina
En una conferencia reciente, Angélica autoras que encajan en las vanguardias, de los Ríos, la bella criolla endemonia-
Gorodisher define el género como una superando cánones y tradiciones? da que seduce a su propio confesor, con
narrativa que lleva la marca del rigor y mejor suerte que la no)menos bella pero
requiere "no apartarse de la fabricación tal vez más joven Camila O'Gorman,
de un mundo coherente y creíble en el fu silada con pompa en la Argentina dos
que no haya ninguna fisura y en el que -. siglos más tarde por el mismo crimen,
el lector pueda transitar sin obstáculos, 1 y glorificada en un relato por Juana
con todo su miedo, pero también con ''
1 Manuela Gorriti, pionera del género
los lugares adecuados en los cuales po- fantástico.Así, a lo largo y lo ancho del
ner ese miedo'' 22• Una distribución del continente, entre el dato y la leyenda,
miedo, entonces, pero una distribución surgen confluencias. ¿Acaso no se tra-
en estupor, perplejidad, o pasmo, du- ta de enlaces ocultos entre elementos
rante la lectura de los relatos incluidos disímiles por su significación pero
en la antología que tres argentinas com- articuladores de una metonimia conse-
parten con diez escritores congéneres cuente? En lo que podría denominarse
del sur del Río Grande. Mientras An- una poética de la intertextualidad, do-
gélica Gorodisher "descree del nihilis- mina la imagen, único medio de rela-
mo y maneja el tiempo como una cionar el mundo objetivo con el sector
ecuación irreal"23 cuando inventa ex- misterioso de lo invisible, creando un
cursiones parabólicas o cosmonautas súbito empalme, súbito ensalmo. Ver-
líricos y rocambolescos, Magdalena Enfermas de pecado, dad - si el anagrama fuera admisibl~
Moujan y Marie Langer apelan a la enfermas de escritura allí estaría la encrucijada donde lo má-
genética para ironizar sobre la ciencia, gico podría hallar el sitio febricitante
en secuencias puntuadas po~ el suspen- Se <fuía que, en esta t:I¡ayectoria por lo de lo real. Y la voz de personajes como
so y el humor. Si "los emtlriones del puramente imaginario, el objetivo ha la histérica y la hechicera revelarían con
violeta" pueden ser fragmentos de Dios sido construir la conciencia de una rea- su palabra instintiva y sapiencial los as-
dispersos en un planeta solar, los lidad "otra". Como en quimeras y sue- pectos irracionales de la literatura.
"baskos" pueden hallar el secreto de sus ños, la transferencia relaciona en sutil
orígenes en un Cantábrico antedilu- simbolización niveles que promueven
viano y una terrígena que desde niña asociaciones, proyectando en lo discon-
ha tenido aficiones por el psicomo- tinuo una continuidad productora de - -----
delismo puede "retrocederse" hasta sentido. La que señala ahora y siempre
volver al útero de una madre mejor que los conflictos del cuerpo en relación
la que tuvo originalmente. con la escritura. Un cuerpo que al es-
De las tres mencionadas, Gorodisher cribir comete transgresiones y peca en
es la de mayor trayectoria, repartién- función de una sexualidad que lo
dose entre la ciencia ficción, el género explicita como signo. En Latinoamé-
fantástico y la serie negra. Si, como ella rica, la leyenda tenebrosa de las muje-
misma lo admite, su atracción por "lo res que se atreven a pecar se confunde
desmesurado" es lo que desde siempre con la aún más tenebrosa de las que se
la ha incitado a escribir, su narrativa no atreven a escribir. Enfermas de peca-
1
sólo "domina los medios expresivos a do, enfermas de escritura. ¿No ha de
nivel de la historia y del discurso", sino auxiliarlas el confesor, exorcizarlas el
que "al atribuir a unos objetos las ca- inquisidor, ajusticiadas el Estado? La
racterísticas de otros, produce una cura, casi siempre, las manda al otro
semiosis del signo lingüístico, abrien- mundo. Ya en épocas de la Colonia, la Obras mencionadas
do su significaeión" 24 . Sobra decir que, monja Juana de Asbaje expía su falta (en el orden del texto)
en el ámbito continental, es la más co- renunciando a libros y manuscritos
nocida en el género de ciencia-ficción, poco antes de dejarse morir en Nueva GORRITI, Juana Manuela, "El emparedado",
aunque en Uruguay Cristina Peri Rossi España, mientras otra monja, Francis- Antologfa de la literatura f~'tástica
haya,h echo una que otra escala interpla- ca Josefa del Castillo, logra hacer pa- argentina (1), Buenos Aires/ Kapelusz,
netaria en sus cuentos, en Ecuador Ali- sar su poesía por oración en UQ claus- 1970.
cia Y áñez Cossío tenga algunos relatos tro neogranadino situado en la misma BOMBAL, María Luisa, La amortajatkl,
sobre marcianos, y Marcela del Río, en brumosa Thnja donde há sido ahorcada Buenos Aires, Editorial SU.C, 1938. New
México, se haya atrevido a novelar du- en ceremonia pública la joven Inés de /slands, Nueva York, Farr&l', Stfauss &
rante más de trescientas páginas sobre Hinojosa por incurrir en excesos de Giroux, 1980.
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Luisa Bombal, Madrid, Playor, 1980, El que Lorenzo Jaramillo haya tra- plasmado algunos grandes: la imagen del
pág. 67 y sigs. bajado como diseñador de esceno- hombre del siglo XX de acuerdo con la
17 Enrique Pezzoni, prólogo aLa furia y otros
grafías teatrales con gran dedicación y medicina psicosomática y el sicoanálisis
cuentos de Silvi na Ocarnpo, Madrid, Alian-
za Editorial, 1982, pág. 18.
acierto, marcó su mirada en el mundo freudiano".
)
18 Martha Canfield, "La selva y el reino del arte y de la vida. Su pintura es una \
•
mascarada, disfraz, siendo una pintura
: : del dolor y del sufrimiento.
ricana, Universidad de Pittsburgh, núms. "\ .'\
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