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LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO.

La obra del Espíritu Santo en la creación

La obra del Espíritu Santo en el hombre no regenerado.

La obra del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento.

La obra del Espíritu Santo en la Iglesia.

La obra del Espíritu Santo en el creyente.

LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN LA CREACION.

Génesis 1.2; Salmo 33.6; Job 33.4; Job 26.13. Y la función especial del Espíritu Santo parece
haber sido la de dar orden y organización a lo que estaba siendo creado.

La Escritura introduce al Espíritu Santo en el segundo versículo de la Biblia para hacer evidente
su asociación con la obra creativa divina. El Espíritu Santo además es el principio básico de
vida en todo el universo físico. No solo en la vida de las plantas y en la vida animal, pero también
en la vida humana.

Desde la época de la creación original hasta el presente, el Espíritu ha sostenido el universo


físico. Salmo 104.30.

LA OBRA DEL ESPIRITU SANTO EN EL HOMBRE NO REGENERADO.

El Espíritu Santo constantemente busca de guiar a todos los hombres a buscar y a conocer a
Dios. Sus esfuerzos son resistidos por el hombre carnal y por el Adversario. Véase Juan 14.17 y 1ª
Corintios 2.14.

El espíritu Santo obra sobre la persona no regenerada desde afuera; ÉL no mora el inconverso.
La obra básica del Espíritu para con el no regenerado es la de CONVICCIÓN. ÉL ministra para
proveer un "sentido de maldad – pecado" a fin de que el hombre se sienta impelido a apropiarse
de la justicia de Cristo Jesús.

Hay un triple aspecto de la obra de convicción de pecado:

Descubrir el pecado.

Denunciar el pecado.

Pronunciar juicio sobre el pecado.

Consecuentemente es solamente por medio del ministerio del Espíritu Santo que el pecador se
convierte, y nunca por el mero esfuerzo o argumento humano. Y como "Fiscal" divino, el Espíritu
Santo obra personalmente en las vidas de los seres humanos. Cristo lo expresó claramente en
San Juan 16.7-11, donde tres aspectos son claramente enseñados:

El pecado de incredulidad. Versículo 9.

La justicia de Cristo. Versículo 10.

El juicio de Satanás. Versículo 11.

El Espíritu Santo hace efectiva la predicación del Evangelio y el llamado a la salvacion.

Una buena parte del ministerio del Espíritu Santo consiste en Su testimonio de Cristo a través de
las vidas de los creyentes en los cuales ÉL mora.

Ver Pedro en Hechos 5.30,32.

LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTEO.

Cristo en Juan 14.17, al decir "el Espíritu mora con vosotros, y estará en vosotros", hizo notar el
contraste entre el creyente del Antiguo Testamento y el creyente del Nuevo Testamento en su
relación con el Espíritu Santo. Las Escrituras en el A. T. indican lo siguiente:

1. El Espíritu vino sobre él Números 24.2; Jueces 11.29.


2. Llenado del Espíritu Éxodo 31.3; Miqueas 3.8.

3. Posó sobre ellos el Espíritu Números 11.25-2

Antiguo Testamento:

El Espíritu Santo vino sobre ellos pero nunca hizo morada en ninguno de ellos.

"Ningún creyente del Antiguo Testamento fue bautizado con el Espíritu Santo. El bautismo inicial
vino el día de Pentecostés, cincuenta días después que Cristo resucitó".

Véase Salmo 51.11; Éxodo 31.3,4.; Jueces 13.24,25; 2ª Pedro 1.2

LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN LA IGLESIA.

La Iglesia debe su origen y existencia misma al Espíritu Santo.

El día de Pentecostés el principio de vida fue impartido a la Iglesia, y mientras que la Iglesia
exista aquí en la tierra, ese mismo Espíritu Santo continuará morando en la Iglesia y dándole la
vida tan especial.

. El Espíritu Santo es aquél por medio del cual el Señor Jesucristo se hace presente en Su Iglesia.
El don del Espíritu Santo el día de Pentecostés es inseparable de la obra del Señor Jesucristo
sobre el Calvario.

El Espíritu Santo opera para edificar la Iglesia. Efesios 2.22.

Fusiona a los creyentes que constituyen la iglesia. 1ª Corintios 2.13. y por morar en todos los
creyentes, el Espíritu provee unidad para la Iglesia. 1ª Corintios 3.16; Efesios 4.3.
Una de las contribuciones importantes del Espíritu Santo a la Iglesia es constituida por el hecho
que ha dado y confirma la Palabra escrita. Por medio de una intuición directa en el corazón del
creyente el Espíritu Santo constituye una declaración de que Dios es el Autor de las Escrituras.

Todos los programa de la Iglesia en la tierra deben estar bajo la dirección y la guía del Espíritu
Santo. Hechos 20.28; 15.28. La Iglesia progresa en la medida que el Espíritu Santo es el que hace
todas las cosas.

La unidad de la Iglesia es obra del Espíritu Santo. Efesios 4.3.

LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL CREYENTE.

El Espíritu Santo se constituye en el poder y la capacitación para el creyente, para toda operación
y función espiritual. Para que un creyente pueda ser espiritual, se requiere la presencia y el
ministerio del Espíritu Santo. Su ministerio es interno, tocando profundamente el ser en quien
obra. El creyente no debe estar satisfecho con tener una "teología" del Espíritu Santo; debe
tener un sentir viviente de Su presencia y poder. El Espíritu Santo:

1. Regenera. Juan 3.5 – Tito 3.5 – Juan 3.6.

2. Da seguridad Romanos 8.16 – Efesios 4.30.

3. Mora en el creyente Romanos 8.9 – Juan 14.17 –1ª Corintios 3.16,17

1ª Corintios 6.19 – 2ª Corintios 13.5

4. Santifica Gálatas 5.22,23 – 1ª Pedro 1.2

5. da fortaleza 1ª Tesalonicenses 1.5 – Efesios 3.16.


6. Guía y dirige Romanos 8.14 – Juan 16.13 - Juan 14.26.

7. Ayuda al creyente en la adoración y en la oración. 1ª Corintios 14.15 –

Efesios 6.18 – Romanos 8.26.

8. Vivifica Romanos 8.11.

9. Adopta Romanos 8.15,16.

10. Tiene comunión Filipenses 2.1 – 2ª Corintios 13.14.

11. Unge. 1ª Juan 2.20,27.

12. Sella. 2ª Corintios 1.22 – Efesios 1.13.

El BAUTISMO DEL ESPÍRITU.

La venida del Espíritu Santo en el día de Pentecostés fue declarado como el cumplimiento
específico de Joel 2.18,19, profecía que prometió la experiencia a todas las personas de
diferentes clases. Isaías 28.11; 1ª Corintios 14.22.

Juan el Bautista incluyó la predicción del bautismo del Espíritu, como aspecto del ministerio del
Mesías que habría de venir. Lucas 3.16; Juan 1.33. Durante su ministerio terrenal nuestro Señor
se refirió al cumplimiento de la profecía de Joel. Los Evangelios registran ocho predicciones
hechas por Cristo de un derramamiento Pentecostal.
El Pentecostés original validó la obra de Cristo, y constituyó un acontecimiento dispensacional al
venir a la tierra para morar en Su Iglesia, el Espíritu Santo, el administrador

Divino, véase también Juan 14.16; Marcos 16.17; Juan 16.7; Hechos 1.5; Juan 7.37-39, Juan
14.26; Juan 15.26; Lucas 11.13; Lucas 24.49.

La fiesta de Pentecostés en el Antiguo Testamento tomó lugar cincuenta (50) días después de la
Pascua. Representaba el comienzo de la cosecha. Simbólicamente, el derramamiento inicial del
Espíritu en el día de Pentecostés fue el comienzo de la cosecha del Evangelio. Los 120 tuvieron
que esperar, no porque no estuviesen listos para recibir, sino que Dios no estaba listo para
derramar su Espíritu. Sin embargo, esos días de espera produjeron, sin lugar a dudas, una
medida de sumisión y rendición y rendición sí mismos. Desde ese día, el esperar no es descrito.
Véase Hechos 10.44.

Aun cuando el Espíritu de Dios había obrado anteriormente en la tierra, El no había establecido
su morada permanente en los corazones de creyentes para constituirlos en Iglesia. El
derramamiento del Espíritu significaba que el Mesías había completado su obra redentora y
había ascendido a la gloria.

El pentecostal original fue un tiempo llamativo fenomenal de carácter sobre natural. El público
no fue atraído por debate teológico, sino por el milagro de las lenguas, y de las lenguas de fuego
y aun el impacto hecho sobre el edificio donde estaban congregados, como si Dios dijera al
mundo que el derramamiento Pentecostal no era un incidente trivial.

Una experiencia similar al modelo de Loa Hechos 2 continuó siendo normal en la Iglesia del
Nuevo Testamento. Hay un total de cinco casos en el libro de los Hechos que describen un
derramamiento Pentecostal similar en clases y manifestación al caso original del día de
Pentecostés. El último caso registrado en la Biblia está en Hechos 19, y esto tomó lugar unos
veinte y uno años después del derramamiento original. El modelo Pentecostal parece haber sido
bien autenticado y establecido.

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