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Quieren experiencias íntimas más placenteras, dar rienda suelta a su imaginación, evitar la
monotonía entre las sábanas, cumplir sus sueños y fantasías sexuales. Sin embargo, son
muchos los hombres que reprimen sus deseos, que no son capaces de comentarlos y
asumirlos ante su pareja y optan por guardar silencio. Algunos incluso, lo que hacen
usualmente es buscar una mujer de vida licenciosa para experimentar lo que realmente
anhelan en la intimidad.
¿Pero, por qué el hombre calla ante su pareja? Son muchas las razones que exponen los
especialistas consultados: timidez, temor a ser rechazados, a que su cónyuge piense que es
gay, bisexual o pervertido, o que está saliendo con otra. Porque su mujer no lo escucha o
porque puede abandonarlo; por el tipo de educación recibida y su formación religiosa...
Lo que muchos maridos colombianos no se imaginan es que sus propias mujeres están
ávidas de nuevas propuestas y quieren escucharlos para, juntos, espantar la rutina.
1. Más frecuencia. El deseo más común de los varones es tener más sexo con su pareja a la
semana; que ella esté más dispuesta y no le rehuya con comentarios como los niños no se
han dormido, no tengo ganas, estoy muy cansada, mañana hay que madrugar y el
consabido: tengo dolor de cabeza. Mientras él generalmente está listo para la acción, ella
primero quiere ser atendida, seducida, recibir detalles. O si ella se siente bien teniendo sexo
una sola vez a la semana o cada quince días, él no.
Por eso, hay que dialogar y llegar a convenios. Preguntarse, por ejemplo, ¿si ella siempre
está cansada será porque él no le ayuda lo suficiente con los niños?
2. No pasiva. Por nuestra cultura machista reinan los tabúes y las mujeres son temerosas de
expresar su sexualidad. De ahí que no sea frecuente que ellas tomen la iniciativa. Eso ha
limitado las prácticas sexuales. Por eso es que los hombres quieren que también hoy ellas
propongan, que les muestren qué les gusta y dispongan qué van a hacer en el momento de
intimar. Eso hace que la relación se enriquezca y no caiga en la monotonía.
Aunque las últimas generaciones, las chicas más jóvenes, ya están tomando la iniciativa,
pero al ‘competir’ de forma malsana con los varones, en la búsqueda del placer algunas
han llegado a la promiscuidad, porque están solo buscando gratificación sexual como tal y
no relaciones amorosas y estables.
3. Juguetona. Los hombres quieren una mujer que dance con erotismo para él, que
practique el baile del tubo, que se muestre sensual y divertida mientras juega con su propia
ropa interior y que no se espante si la invita en la intimidad a experimentar con juguetes
sexuales.
4. Que exhiba su cuerpo. En el campo de la sexualidad los varones son más visuales por
naturaleza. La mujer, más auditiva. Por eso es que a ellos les incomoda y hasta les molesta
que su pareja se muestre inconforme con su propio cuerpo y por eso, una vez están en
intimidad, pidan apagar la luz de la alcoba, se deje toda la ropa puesta o algunas de las
prendas que lleva.
El hombre cuando ama no le importan esos gorditos que avergüenzan a su pareja, las
piernas con celulitis o ese ‘derriere’ marcado por las estrías.
5. Sin tantas limitaciones. Que la mujer no le ponga tanto freno a algunas iniciativas en la
cama es uno de los deseos más generalizados de los hombres colombianos que ellos
prefieren callar.
‘Que esto no’, ‘que esto otro tampoco’, ‘que por acá menos’ “porque no me gusta”, son
limitaciones que ellas tienen en el campo sexual y lo que quieren los hombres es que la
mujer se libere, que sea más activa, más propositiva y abierta sexualmente.
Sin embargo, este tipo de actitudes hacia el sexo la pareja debe discutirlas y llegar a
acuerdos, porque la mujer tiene que sentirse satisfecha con lo que haga en la intimidad y no
llegar a convertirse en objeto sexual de su pareja por el hecho de querer complacerlo
siempre.
Siempre plantéele a su pareja la nueva propuesta con enfoque positivo, como una
sugerencia de algo que mejoraría la vida íntima de los dos: “qué tal si
experimentamos esto”, “me gustaría que cumpliéramos esta fantasía”...Jamás pida
las cosas de manera vulgar, brusca o torpe. Tampoco como crítica, queja o
reproche. Ella se puede sentir atacada u ofendida.No comente que con su
expareja tal propuesta ya la vivenció, porque eso es destructivo para la relación.
Ejercicio
Haga este ejercicio: tenga un diálogo de diez minutos con su pareja. En los primeros
cinco minutos usted, varón, le dice a su pareja qué cosas lo estimulan sexualmente y
qué cosas lo inhiben o lo sacan del ambiente sexual. Ella lo escuchará atentamente.
Durante los otros cinco minutos la mujer le dice al hombre qué es lo que más a ella
la excita o la cohibe y qué la aleja del clima sexual. Este tipo de diálogos que son
como juegos, pero muy concretos y constructivos, resultan ser muy positivos para
las innovaciones en la relación.