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1 Art. 103.1 CE “La Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales y actúa de
acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación,
con sometimiento pleno a la ley y al Derecho. “
La A.P debe responder, además, a otros requerimientos constitucionales; debe ser sometida a
controles jurídicos y políticos que aseguren su objetividad y transparencia, debe contratar
respetando el principio de mérito y capacidad
2. LA POTESTAD ORGANIZATORIA.
La Administración General del Estado depende del Gobierno de la Nación, compuesto por el
Presidente, los Vicepresidentes y los Ministros.
2Las Subsecretarias, las Secretarias Generales, las Secretarias Generales Técnicas, las Direcciones
Generales, las Subdirecciones Generales.
➢ Criterios de ordenación de las Administraciones Públicas.
Por otra parte, debemos distinguir entre el órgano y su titular. Un órgano puede ser ocupado
por distintas personas a lo largo del tiempo, y es creado mediante Real Decreto, mientras que
el titular es nombrado y cesado por el consejo de Ministros.
➢ Los organismos o entidades.
La atribución de personalidad implica la creación de una nueva persona jurídica u organismo
(Ente, Entidad o Administración) a la que se le asignan unas funciones a realizar con
autonomía.
De este modo surge la Administración instrumental, en la cual la personalidad se utiliza para
conseguir determinados efectos positivos en la gestión de los intereses públicos que podían
hacerse perfectamente por un órgano más dentro de la AP correspondiente, pero que se
considera conveniente personificar y dotar de más autonomía. No obstante, se encuentran
najo la dependencia política de la correspondiente Administración territorial.
Por otro lado, la independencia es mayor en algunos casos, como el de las Universidades. Es el
caso también de algunas Administraciones independientes, como la Comisión Nacional de los
Mercados y la Competencia, a la que se le reconoce la posibilidad de impugnar actos de las
demás administraciones, pese a que la regla general, en principio, es que ni un órgano ni una
organización personificada puede impugnar los actos de la Administración en la que se
incardinan.