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Antimonio

El antimonio elemental forma aleaciones de gran dureza con cobre, plomo y estaño. Los compuestos de
antimonio tienen diversos usos terapéuticos. Se consideró el uso del antimonio como posible sustituto del
plomo en soldaduras, pero no hay pruebas de que este uso haya contribuido significativamente a la
presencia de antimonio en el agua de consumo. La ingesta oral diaria de antimonio es, al parecer,
significativamente mayor que la exposición por inhalación, aunque la exposición total procedente de
fuentes medioambientales, los alimentos y el agua de consumo es muy baja comparada con la exposición
por motivos laborales.

Valor de referencia 0,02 mg/l


Presencia Las concentraciones en aguas subterráneas y superficiales son normalmente de 0,1 a
0,2 μg/l; las concentraciones en el agua de consumo son, al parecer, menores que 5 μg/l.
IDT 6 μg/kg de peso corporal, basada en una DSEAO de 6,0 mg/kg de peso corporal al día
correspondiente a la ralentización del aumento de peso corporal y la reducción de la
ingesta de alimentos y agua en un estudio de 90 días en el que se administró a ratas
tartrato de antimonio y potasio en agua de consumo, aplicando un factor de
incertidumbre de 1000 (100 para la variación inter e intraespecífica, y 10 por la corta
duración del estudio)
Límite de detección 0,01 μg/l mediante EAAS; 0,1-1 μg/l mediante ICP/MS; 0,8 μg/l mediante EAA con
horno de grafito; 5 μg/l mediante AAS con generación de hidruros
Concentración alcanzable Los tratamientos convencionales no eliminan el antimonio. No obstante, el antimonio no
mediante tratamiento es un contaminante habitual del agua bruta. Dado que la fuente más común de antimonio
en aguas de consumo parece ser la disolución de cañerías y accesorios metálicos de
fontanería, el control del antimonio procedente de estas fuentes se realizaría mediante el
control de estos productos.
Cálculo del valor de
referencia 10% de la IDT
• asignación al agua adulto de 60 kg
• peso 2 litros al día
• consumo

Reseña toxicológica
La información disponible sobre toxicidad ha aumentado significativamente desde la reseña anterior,
aunque gran parte se refiere a la vía de exposición intraperitoneal. El tipo de antimonio en el agua de
consumo es un determinante clave de su toxicidad; al parecer, el antimonio procedente de materiales que
contienen antimonio está en forma de oxoanión de antimonio(V), que es la forma menos tóxica. La
toxicidad subcrónica del trióxido de antimonio es menor que la del tartrato de potasio y antimonio, que es
la forma más soluble. El trióxido de antimonio, debido a su biodisponibilidad baja, sólo manifiesta
genotoxicidad en algunas pruebas in vitro, pero no in vivo, mientras que las sales solubles de
antimonio(III) producen efectos genotóxicos in vitro e in vivo. No hay experimentos con animales que
permitan cuantificar el potencial cancerígeno de compuestos solubles o insolubles de antimonio. El CIIC
ha concluido que el trióxido de antimonio es posiblemente cancerígeno para el ser humano (Grupo 2B),
basándose en un estudio en ratas por inhalación, pero que el trisulfuro de antimonio no era clasificable
con respecto a su capacidad cancerígena para los seres humanos (Grupo 3). No obstante, la exposición
oral crónica a tartrato de potasio y antimonio no puede asociarse a un aumento del riesgo de cáncer, ya
que la inhalación de antimonio sólo produjo cáncer en los pulmones, pero no en otros órganos, y se sabe
que la afectación pulmonar directa por inhalación prolongada se debe a una sobrecarga con partículas
insolubles. Aunque hay algunos indicios de la capacidad cancerígena de ciertos compuestos de antimonio
por inhalación, no hay datos que indiquen capacidad cancerígena por vía oral.

Antecedentes de la determinación del valor de referencia


Las Normas internacionales para el agua potable de la OMS de 1958, 1963 y 1971 no hicieron referencia
al antimonio. La primera edición de las Guías para la calidad del agua potable, publicada en 1984,
concluyó que no era preciso adoptar medidas con respecto al antimonio. En las Guías de 1993 se fijó un
valor de referencia provisional para el antimonio correspondiente a un límite práctico de cuantificación de
0,005 mg/l, basándose en los datos toxicológicos disponibles.

Fecha de evaluación
La evaluación de riesgos se realizó en 2003.

Referencia principal
OMS, 2003: Antimony in drinking-water. Documento de referencia para la elaboración de las Guías de la
OMS para la calidad del agua potable. Ginebra (Suiza), Organización Mundial de la Salud
(WHO/SDE/WSH/03.04/74).

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