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XV.
A partir del siglo XV, el reducido espacio en que se había desarrollado la vida de
la Europa medieval fue sucesivamente ampliado por expediciones sistemáticas
que descubrían nuevas tierras o abrían nuevas rutas. En poco más de dos siglos,
civilizaciones hasta entonces desconocidas, y otras con las que solamente se
habían establecido contactos a través de comerciantes y caravaneros, quedaron
sólidamente unidas a Europa por mar.
Fue la necesidad de buscar nuevas rutas para conseguirlos, junto a los avances
en navegación y en la elaboración de los mapas, los que se combinaron para
hacer posible la sucesión imparable de descubrimientos y conquistas. Portugal
y España lideraron esta búsqueda, cuyos éxitos más notorios fueron
conseguidos por Vasco de Gama, al alcanzar la India a través del mar, y por
Cristóbal Colón, en pos del mismo objetivo, al encontrar por error un continente
desconocido en Europa. Las ansias de riqueza de reyes, mercaderes y
aventureros, más los deseos evangelizadores de la Iglesia, inauguraron un
nuevo escenario mundial en el que Europa colonizaría vastas zonas del mundo.
Los portugueses fueron los pioneros a principios del siglo XV, ansiosos por El
iniciador de estas expediciones fue Enrique el Navegante. Entre 1414 y 1486,
lograron bordear toda la costa occidental de África. Cuando se produjo el bloqueo
turco, decidieron hallar la ruta hacia el Lejano Oriente. El cruce del Cabo de
Buena Esperanza, al Sur de África, en sentido Oeste-Este, por Bartolomé Díaz
1487. La llegada al Sur de la India por Vasco de Gama 1497.
Igualmente Colón leyó con avidez Los viajes de Marco Polo, en los que se narran
las aventuras y experiencias del famoso mercader y explorador veneciano en su
viaje a Catai (China) y el regreso por Malaca, Ceilán, India y Persia. Con este
libro recreó en su mente como serían esas riquísimas Indias que quería colonizar
y extraer de ellas todas las riquezas posibles. También consultó la Imago Mundi,
tratado cosmográfico escrito a principios del siglo XV en el que se daba por cierta
la esfericidad de la Tierra y su rotación alrededor del Sol.
Otro de los motivos por el que el genovés se embarcó en tamaña aventura pudo
ser un encuentro casual con un náufrago en la isla de Porto Santo, lugar donde
Colón vivió varios años. Una leyenda cuenta que en este lugar Colón recogió a
un náufrago de nombre Alonso Sánchez, marinero onubense, que le confió que
una tormenta arrastró su pesquero océano adentro hasta unas costas
desconocidas. En ellas fueron recibidos muy amablemente por indí-genas de
extraña apariencia y que tras una breve estancia prepararon la nave para su
regreso, lográndolo tan sólo este valiente marinero. Pero Alonso llegó tan
maltrecho y enfermo que finalmente murió mientras Colón le acogí-a en su casa,
hecho que también ha azuzado las malas lenguas afirmando que fue Colón quien
le mató para que el secreto no se transmitiera y así- asegurarse que sólo él lo
conociera y, consecuentemente, sacarle todo el rendimiento posible. Es la
historia del Prenauta o Predescubridor.
Llegada de los europeos a La Española.