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Planeamiento de Viajes Europeos hacia nuevos destinos en el siglo

XV.
A partir del siglo XV, el reducido espacio en que se había desarrollado la vida de
la Europa medieval fue sucesivamente ampliado por expediciones sistemáticas
que descubrían nuevas tierras o abrían nuevas rutas. En poco más de dos siglos,
civilizaciones hasta entonces desconocidas, y otras con las que solamente se
habían establecido contactos a través de comerciantes y caravaneros, quedaron
sólidamente unidas a Europa por mar.

La demanda de objetos de lujo -seda, marfil, joyas- y de costosas especias, así


como de metales preciosos necesarios para la creciente actividad mercantil, se
acentuó con la recuperación económica de mediados del siglo XV. Pero estos
productos llegaban de Oriente a Europa a través de multitud de intermediarios
que los encarecían, sin contar con que el flujo se vio bloqueado por el dominio
turco en el Mediterráneo oriental a partir de la toma de Constantinopla (1453).

Fue la necesidad de buscar nuevas rutas para conseguirlos, junto a los avances
en navegación y en la elaboración de los mapas, los que se combinaron para
hacer posible la sucesión imparable de descubrimientos y conquistas. Portugal
y España lideraron esta búsqueda, cuyos éxitos más notorios fueron
conseguidos por Vasco de Gama, al alcanzar la India a través del mar, y por
Cristóbal Colón, en pos del mismo objetivo, al encontrar por error un continente
desconocido en Europa. Las ansias de riqueza de reyes, mercaderes y
aventureros, más los deseos evangelizadores de la Iglesia, inauguraron un
nuevo escenario mundial en el que Europa colonizaría vastas zonas del mundo.

Los viajes de exploración abarcaron un período de unos ciento veinte años,


desde 1416 a 1536. España y Portugal fueron pioneros en la exploración de
nuevas rutas comerciales hacia el Lejano Oriente, ya que, las rutas terrestres,
que hasta entonces se venían utilizando, se vieron fuertemente afectadas por la
dominación de los turcos que impedían el pasaje de los mercaderes. Tal
situación obligó a los europeos a buscar nuevas rutas para abastecerse de los
productos orientales. Los portugueses fueron hacia el sur bordeando las costas
de África y unos años más tarde los españoles navegaron hacia el oeste llegando
a cruzar el Océano Atlántico.

Exploración de los portugueses

Los portugueses fueron los pioneros a principios del siglo XV, ansiosos por El
iniciador de estas expediciones fue Enrique el Navegante. Entre 1414 y 1486,
lograron bordear toda la costa occidental de África. Cuando se produjo el bloqueo
turco, decidieron hallar la ruta hacia el Lejano Oriente. El cruce del Cabo de
Buena Esperanza, al Sur de África, en sentido Oeste-Este, por Bartolomé Díaz
1487. La llegada al Sur de la India por Vasco de Gama 1497.

Exploración de los Españoles 1492 – 1504

A diferencia de los portugueses, los españoles pretendían llegar a la india a


través del Atlántico. Esta travesía era mucho más arriesgada porque para la
época nadie se había aventurado a navegarlo, ya que era necesario alejarse
muchas millas de la costa.

El Proyecto de viaje de Cristóbal Colón.


El proyecto de Cristóbal Colón no era otro que encontrar una nueva ruta que
llegase a las costas del continente asiático navegando hacia el occidente, es
decir, atravesando el Océano Atlántico, en esos tiempos más conocido como
Mar Océano o Mar Tenebroso.

La razón de la búsqueda de esas nuevas rutas fue la ocupación de


Constantinopla por los otomanos, zona de obligado paso para los países
europeos hacia el comercio de la especierí¬a, por lo que para poder adquirir esas
mercancí¬as deberí¬an de hacerlo bajo su permiso y supervisión, algo que era
inaceptable. En esta carrera por llegar de otra forma a los productos asiáticos
tomaron ventaja los portugueses gracias a Bartolomé Dí¬as, que dobló el cabo
de Buena Esperanza en 1488 y navegó hacia el norte camino de Asia, pero
cuando al poco tiempo una tormenta les sorprendió y estuvo a punto de enviar a
pique las naves. Días quería continuar el viaje pero la tripulación se rebeló por
las pocas provisiones que quedaban y porque los buques necesitaban ser
arreglados para tener una navegación con garantías. Viendo lo feo que estaba
poniéndose el asunto el capitán aceptó la propuesta y regresó a Portugal. De la
misma forma Vasco de Gama sí llegaría a tierras asiáticas en un viaje que partió
de Lisboa en 1497 y llegó a Calicut en la India en 1498.

La idea empezó a rondar la cabeza de Colón con la lectura de ciertas obras y


documentos que sugerían esa posibilidad de llegar a las Indias por el occidente
y en las que se hacían cálculos sobre las posibles distancias a recorrer.
Toscanelli, matemático y astrónomo florentino, sugirió que la circunferencia de
la tierra era de unos 30.000 km aproximadamente, cuando en realidad es de
40.000 km. Por lo que, conociendo las distancias de Europa a Asia por el oriente,
le llevó a deducir que Asia se encontraba a unas 750 leguas marinas (4.500 km),
mucho menos distancia de lo que realmente está.

Igualmente Colón leyó con avidez Los viajes de Marco Polo, en los que se narran
las aventuras y experiencias del famoso mercader y explorador veneciano en su
viaje a Catai (China) y el regreso por Malaca, Ceilán, India y Persia. Con este
libro recreó en su mente como serían esas riquísimas Indias que quería colonizar
y extraer de ellas todas las riquezas posibles. También consultó la Imago Mundi,
tratado cosmográfico escrito a principios del siglo XV en el que se daba por cierta
la esfericidad de la Tierra y su rotación alrededor del Sol.

Otro de los motivos por el que el genovés se embarcó en tamaña aventura pudo
ser un encuentro casual con un náufrago en la isla de Porto Santo, lugar donde
Colón vivió varios años. Una leyenda cuenta que en este lugar Colón recogió a
un náufrago de nombre Alonso Sánchez, marinero onubense, que le confió que
una tormenta arrastró su pesquero océano adentro hasta unas costas
desconocidas. En ellas fueron recibidos muy amablemente por indí-genas de
extraña apariencia y que tras una breve estancia prepararon la nave para su
regreso, lográndolo tan sólo este valiente marinero. Pero Alonso llegó tan
maltrecho y enfermo que finalmente murió mientras Colón le acogí-a en su casa,
hecho que también ha azuzado las malas lenguas afirmando que fue Colón quien
le mató para que el secreto no se transmitiera y así- asegurarse que sólo él lo
conociera y, consecuentemente, sacarle todo el rendimiento posible. Es la
historia del Prenauta o Predescubridor.
Llegada de los europeos a La Española.

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