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124.- ¡Quédate junto a nosotros!

Motivación

Hermosa catequesis de pascua, el relato de los discípulos de Emaús. Vemos a unos


discípulos que habían perdido la esperanza y la alegría, y a quienes el encuentro con
Jesús transforma. Inician el camino desencantados para volver a la comunidad
entusiasmados. ¿Qué ha pasado? En el camino se ha hecho presente el Señor. Él
acompaña también nuestro caminar pero muchas veces nos pasa como a los dos
discípulos: no podemos reconocerte porque estamos ciegos. Él nos explica la Palabra de
Dios, abre nuestros ojos y enciende nuestro corazón y se deja invitar a compartir con
nosotros el pan. Éste es el signo definitivo: Jesús compañero, amigo, maestro, invitado...
Los discípulos de Emaús se volvían locos contando a los demás el encuentro. Ésta es
ahora nuestra tarea.

Canción: Quédate con nosotros (cantar o rezar)

Quédate con nosotros, caliente el pan y envejecido el vino.


la tarde está cayendo, quédate.
¿Cómo sabremos que eres
¿Cómo te encontraremos al declinar el un hombre entre los hombres,
día, si no compartes nuestra mesa humilde?
si tu camino no es nuestro camino? Repártenos tu cuerpo y el gozo irá
Detente con nosotros, la mesa está alejando
servida, la oscuridad que pesa sobre el hombre.

Palabra de Dios (Lc. 24, 13-31)

Dos de ellos se dirigían a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos trece
kilómetros. iban hablando de todos estos sucesos. Mientras ellos hablan y discutían,
Jesús mismo se les acercó y se puso a caminar con ellos. Y les dijo “¿De qué veníais
hablando en el camino?” Se detuvieron entristecidos. Uno de ellos, llamado Cleofás,
respondió: “¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha sucedido en
ella durante estos días? Él les dijo: “¿Qué?” Ellos le contestaron: “Lo de Jesús de
Nazaret, que fue un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el
pueblo... Nosotros esperábamos que Él sería el liberador de Israel... Jesús les dijo: “¡Qué
torpes sois y qué tardos para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que
Cristo sufriera todo eso para entrar en su gloria?” Y empezando por Moisés y todos los
profetas, les interpretó lo que sobre Él hay en todas las Escrituras. Llegaron a la aldea
donde iban, y Él aparentó ir más lejos; pero ellos le instaron: “Quédate con nosotros,
porque es tarde ya ha declinado el día”. Y entró a quedarse con ellos. Se puso a la mesa
con ellos, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. Entonces sus ojos se abrieron y lo
reconocieron; pero Él desapareció de su lado.

Oración

* Abre mis ojos, Señor a la luz de tu * Abre mis ojos, Señor, como abriste los
Pascua y Resurrección. ojos de los Emaús.

- Abre míos ojos, Señor para reconocerte -Abre mis ojos, Señor, para reconocerte
vivo delante de los que pregunten por ti. como a los discípulos cuando te
acercaste a la orilla de su vida. Danos,
Señor, ojos de resurrección. Amén.

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