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UNIDAD EDUCATIVA “SAN VICENTE FERRER”

Nombre: Fernando Naranjo


Curso: 1ro “BI”
¿Por qué se habla del culto a la personalidad en los líderes autoritarios y
de partido único?
Porque según el sociólogo alemán Max Weber existen tres tipos diferentes
de autoridad: tradicional, racional-legal y carismática de esta manera los
regímenes nazi, comunista y fascista del siglo veinte buscaban legitimarse a
través de una combinación de recursos de tradición, derecho legal y
carisma. Lo que les hizo únicos fue la forma en que buscaron construir
legitimidad, invirtiendo en ideas, eventos, instituciones, oficinas
particulares y personalidades con carisma. El régimen comunista bajo
Stalin, por ejemplo, fue altamente autoritario y desarrolló un culto
extraordinario de veneración alrededor de la figura del líder. De esta
manera Stalin ocupó el “culto al individuo” como una explicación a los
cambios en el sistema de liderazgo soviético después de 1934, lo cual
convirtió a Stalin en un ser omnisciente e infalible además este término
puso acento en la psicología de Stalin como un factor explicativo de lo
ocurrido al igual que relató el surgimiento del gobierno despótico de Stalin.
Es por ello que se define al culto al líder como un sistema establecido de
veneración de un líder político, que busaca la integración del sistema
político alrededor de la persona del líder, al cual obviamente se espera que
se suscriban todos los miembros de la sociedad. De esta manera los grandes
cultos al líder están asociados con líderes que eran representados casi como
semidioses o superhombres, aquí podemos encontrar a Joseph Stalin,
Benito Mussolini, Adolf Hitler y Mao Tsetung, mismos que como los demás
líderes y el aparato estatal tenían algunas estrategias básicas de
legitimación como el apego afectivo o simbólico, el cual era muy influyente
en regímenes ideológicos y movilizadores o también era común en
situaciones de guerra, aquí por ejemplo podemos colocar a Hitler quién
promovió la lealtad de sus ciudadanos, lealtad al estado, al partido y al líder
mediante grandes propagandas previo a la segunda guerra mundial. Otra
de estas estrategias era el apoyo ideológico o pragmático donde también
podemos colocar a Hitler ya que alentaba a la gente prometiendo que
eliminarían el tratado de Versalles. Y por último el logro de rendimiento en
donde también tomamos a Hitler puesto a que a causa de la crisis del 29
prometía a la población trabajo lo cual era una necesidad básica en aquel
entonces puesto a que la crisis dejó a muchos desempleados. Por ello el
líder mismo era un don de la providencia, con poderes aparentemente
maravillosos, como salvador de su nación con el poder de sanar la tierra.
Por ejemplo a la muerte de Lenin se creó un comité para supervisar la
inmortalización de su memoria. Se estableció un instituto para estudiar su
cerebro, se erigió un mausoleo para albergar sus restos y sus reliquias
fueron preservadas en museos que parecían iglesias en cierta forma, es por
ello que se dice que esta fue una de las manifestaciones más extraordinarias
de los cultos al líder del siglo veinte, de igual forma en Alemania Hitler y su
arquitecto, Hermann Giesler, también tenían sus planes para un mausoleo
en Linz. De esta manera el culto solo podía desarrollarse verdaderamente
donde hay funcionarios a cargo de controlar su intermediación con la
masas: editores, periodistas, radiovisores, etc. (Hitler, Stalin) Así el culto de
Stalin, por ejemplo, fue promovido conscientemente para fomentar amor y
devoción tanto al líder como a la patria. Para eso el mismo lenguaje jugaba
un papel fundamental, no sólo como instrumento de comunicación sino
también como código, como medio para definir temas y clasificar grupos e
individuos. De esta manera el culto pretendía ser el cemento que cubriera
las acalladas divisiones, para reforzar el sentido de propósito y unidad. Una
unidad que se relacionaba con la “verdad” de la doctrina Marxista-Leninista
y la adhesión a esta verdad era central al sentido del partido.
Dicho esto cabe concluir que se hablada de culto a la personalidad en los
líderes autoritarios y de partido único puesto a que estos partidos poseían
líderes tales como Hitler, Stalin, Mussolini y Mao quienes reformaron los
partidos del siglo veinte, pues lograron llamar la atención de la masas y de
cierta forma atender sus necesidades que todos les brindaban un culto o en
otras palabras les tenían un respeto y les veneraban como semidioses.

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