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LA MÚSICA EN LA EDAD ANTIGUA

INSTRUMENTOS MUSICALES

Cítara Aulos Lira


LA MÚSICA EN LA ÉPOCA PRIMITIVA

La música y la danza fueron las formas de expresión artística más antiguas de la


humanidad. Lo evidencias su expresión en todas las culturas humanas, actuales y
precedentes. Además, la audición es el primer sentido corporal que desarrollamos,
y lo hacemos en el vientre materno, antes de nacer. Aún así, no hay testimonios
directos de la actividad musical en tiempos prehistóricos, aunque sí restos de
herramientas e instrumentos que pudieron tener una aplicación musical: pequeñas
flautas de hueso o cañas, arcos que sonaban aún más si se mordía la cuerda y
con la boca como caja de resonancia, así como muchos objetos para producir
sonidos percutidos (raspadores, vainas, troncos huecos, etc.). El desarrollo de la
música es simultáneo a dos factores que diferencian al Homo Sapiens de sus
antecesores: el descenso de la glotis, que permitió el nacimiento del lenguaje y el
canto y un importante desarrollo del cerebro que le permitió adquirir muchas
posibilidades, transformando los objetos con las manos.

Ritos y Emociones

La música trazó su propia trayectoria y evolución. Su Historia recorre infinitas


melodías y bailas. Las emociones que desata la música en ritos, celebraciones y
actos trascendentales de la vida comienzan a crearse su propia significación. La
clasificación más primitiva destaca la música para alegrarse o para entristecerse,
para recordar y celebrar, para ofrendar a los dioses, o para acunar al recién
nacido. Así y todo, conservamos algunos elementos arquetípicos, una fibra interior
que vibra estimulada por la magia del sonido... por la música que llevamos dentro.

Instrumentos y Tecnologías

Cada tribu o etnia humana que recorrió los tiempos anteriores a la escritura (la
Historia), supo aprovechar su propia industria y saber para crear un estilo musical.
Los mismos arcos que disparaban flechas en la caza, servían de arpas primitivas
para celebrar la vuelta de los cazadores al poblado. Los restos del cuero de la
caza que no se usaban en la confección de prendas de vestir, se utilizaban para
forrar la boca de vasijas o un tronco hueco, formando un tambor primitivo. Los
huesos de los animales cazados se usaban como agujas y estiletes, pero también
como flautas primigenias. Hoy en día subsisten tribus en un grado de evolución
tecnológica similar y cuentan con recursos varios para acompañar sus cantos y
danzas: desde elementos naturales como conchas marinas que suenan como
trompetas, a teclados de piedras percutidas (litófonos) o una varilla de bambú
vibrando entre los dientes. Son testimonios vivientes de una música que se
gestaba en los oídos y corazones de una especie que dominaría la Tierra.

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