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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA

POLÍTICA

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

DERECHO DE SUCESIONES

LA ACCION PETITORIA, LA ACCION REIVINDICATORIA

Y LAS CAUSALES DE EXCLUSION

AUTORES:

FERNANDEZ PAUCCA, LUZ

HUAMAN CARDENAS, EDONIA

JERI ALFARO, JACKE

LLANTERHUAY MENDEZ, CLARIT

DOCENTE (TUTOR):

Dr. RIBEROS CARPIO BLADIMIRO

AYACUCHO_PERU
2017

1
DEDICATORIA:

El presente trabajo va dedicado al

docente del curso quien nos enriquece

de conocimientos para poder ser

buenos profesionales.

2
Contenido
DEDICATORIA ...................................................................................................... 2
INTRODUCCIÓN ................................................................................................... 4
CAPITULO I ........................................................................................................... 5
LA ACCIÓN PETITORIA, REINVINDICATORIA Y LAS CAUSALES DE
EXCLUSIÓN .............................................................................................................. 5
Acción Petitoria de Herencia .................................................................................. 5
Características de la acción petitoria ..................................................................... 7
CAPITULO II ........................................................................................................ 10
ACCIÓN REIVINDICATORIA DE HERENCIA ..................................................... 10
Diferencias entre la acción petitoria y la acción reivindicatoria ............................ 11
Caracteres comunes en ambas acciones ............................................................ 12
CAPITULO III ....................................................................................................... 13
FORMAS DE EXCLUSION DE LA HERENCIA ................................................... 13
CONCLUSIONES ................................................................................................ 24
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................... 35

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INTRODUCCIÓN

Según lo dispuesto por el artículo 660º del Código Civil vigente, desde que ocurre
la muerte de una persona, a los sucesores se les transmite los bienes, derecho y
obligaciones que forman parte de la herencia, o mejor dicho que son la herencia en
sí.

Todo esto se va a concretizar en la posesión y la adquisición a título de propietario


del patrimonio hereditario constituyendo el ideal; es decir, como debería ser, pero
resulta que en la práctica esto no se da del todo, ya que son frecuentes los casos en
que los herederos no toman posesión de los bienes por ocuparlos o porque se
encuentran bajo el poder de terceros. Los últimos ejercitan el poder pro-herede, en el
caso de los herederos; y proprossesore, si éstos fuesen adquirentes de los demás
coherederos o sólo tienen la posesión. Entonces podríamos decir que de suceder lo
indicado en el primer caso estaríamos ante la necesidad de entablar una acción
petitoria de herencia; y en el segundo caso la acción reivindicatoria de la misma.

Las definiciones de las acciones de petición y reivindicatoria de herencia de bienes


hereditarios responden a la forma como estas acciones estas legisladas en nuestro
Código Civil en los artículos 664, 665 y 666 respectivamente.

Esencialmente, son acciones reales, porque se fundan en los derechos de


propiedad y posesión de los bienes, los cuales constituyen su objeto. No obstante, la
acción petitoria rebasa el ámbito de la acción real por su universalidad.

Ambas acciones son inherentes a la condición de heredero y procesalmente, se


tramitan en procesos de conocimiento, siendo imprescriptibles, por ello el presente
trabajo tiene por finalidad definir en qué consisten ambas acciones, señalar cómo es
el proceso a seguir.

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CAPITULO I

LA ACCIÓN PETITORIA, REINVINDICATORIA Y LAS CAUSALES DE


EXCLUSIÓN

Acción Petitoria de Herencia

Esta normada en el artículo 664, que de acuerdo a la redacción modificada por el


vigente Código Procesal Civil, prescribe que el derecho de petición de herencia
corresponde al heredero que no posee los bienes que considera que le pertenecen,
y se dirige contra quien los posea en todo o en parte a titulo sucesorio, para excluirlo
o para concurrir con él. Agrega que dicha pretensión puede acumularse la de declarar
heredero al peticionante si, habiéndose pronunciado declaración judicial de
herederos, considera que con ella se han preterido sus derechos; así como la
imprescriptibilidad de la acción y su tramitación como proceso de conocimiento.

Es aquella acción que el heredero dirige contra otro heredero para concurrir con él,
en este supuesto, el demandado podría tratarse de un coheredero; o para excluirlo,
si tuviese mejor derecho, aquí se trataría de un heredero aparente.

Hinostroza Minguez define la acción petitoria de herencia, como la acción por la


cual el heredero reclama la entrega de los bienes que componen el acervo sucesorio,
de quien los detenta invocando también derechos sucesorios.

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Para que se desarrolle el concepto antes mencionado es necesario que se cumplan
los siguientes requisitos:
 Que los bienes del sucesorio se encuentren en poder de un tercero.
 Que el reclamante invoque para fundar la acción su título de herederos.
 Que el detentador de los bienes también los invoque.

El autor Jorge Maffia señala: "En todos los casos en que el demandado alega títulos
hereditarios sobre los bienes que detenta y desconoce esa calidad al genuino
heredero, procede la acción de petición de herencia". Lo expresado por este autor
coincide con lo dispuesto por el artículo 664º del Código Civil que a la letra dice:" El
derecho de petición de herencia corresponde al heredero que no posee los bienes
que considera que le pertenecen, y se dirige contra quien los posea en todo o en parte
a título sucesorio, para excluirlo o concurrir con él". En ésta última parte del artículo
vemos una similitud con el concepto dado por el autor Augusto Ferrero.

Fornieles, define la petición de herencia como la acción que se concede al dueño


de la herencia, para reclamarla totalmente de aquellos que la poseen, invocando el
falso título de herederos, o parcialmente de aquellos herederos que rehúsan
reconocerle el mismo carácter. El mismo autor señala que la acción petitoria
presupone una acción previa, por ejemplo nulidad de testamento, sentencia basada
en la autoridad de cosa juzgada que declara la filiación ilegítima de un hijo del
causante, por citar algunas.

Sobre la pretensión que se indica en el artículo 664º del C.C, se puede acumular
la de declarar heredero al peticionante si, habiéndose pronunciado una declaración
judicial de herederos, considera que con ella se han preterido sus derechos.

La acción petitoria es una acción que se dirige contra los herederos aunque haya
una resolución judicial de declaratoria de herederos que no comprenda al
peticionante, y está referida a todo el patrimonio hereditario. Por lo tanto, tanto el
demandante como el demandado deben ser herederos.

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Por otro lado cabe resaltar que a la acción de petición de herencia es aplicable
también lo dispuesto por el artículo 666º del Código Civil, referida a la enajenación de
un bien hereditario, que expresa: "El poseedor de buena fe que hubiere enajenado un
bien hereditario está obligado a restituir su precio al heredero y si se le adeudara, se
transmitirá a este último el derecho de cobrarlo. En todos los casos, el poseedor de
mala fe está obligado a resarcir al heredero el valor del bien y de sus frutos y a
indemnizarle el perjuicio que le hubiere ocasionado".

Naturaleza jurídica
Esencialmente es una acción real basada en los derechos de propiedad y posesión
de bienes, los cuales constituyen su objeto. Es inherente a la condición de heredero
y se tramita como proceso de conocimiento, siendo imprescriptible.

Características de la acción petitoria

En la acción de petición de herencia encontramos las siguientes características:

Existe una petición de herencia, la cual se refiere a todos los bienes de la


herencia, siendo una acción sui generis que no encaja propiamente dentro del
concepto estricto de la acción real, dado que no tiene como sustrato un bien corporal
determinado. Es una acción universal que persigue el reconocimiento de la condición
de heredero y, como consecuencia de ello, reivindicar los derechos hereditarios.

Corresponde al heredero que no posee los bienes que considera que le


pertenecen, contra quien los posea en todo o en parte a título sucesorio, esta
última expresión difiere de la del texto original del Código Civil, que se refería al título
de heredero. La actual es mas propia pues incluye a los legatarios, pudiendo darse el
caso, como se ha señalado, de una persona que disponga de sus bienes en legados,
afectando a sus herederos forzosos. Ambas partes deben ser sucesores del
causante: demandante y demandado. Esta es la nota distintiva fundamental con la
acción reivindicatoria.

Puede haber exclusión o concurrencia, en este caso como se trata de los dos
supuestos:
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Que el actor concurra con el reo en la herencia, por tener igual derecho a suceder,
o porque la ley determina su participación conjunta. En este caso, es de aplicación lo
dispuesto en el articulo 844°, que determina que si hay varios herederos, cada uno
de ellos es copropietario de los bienes de la herencia, en proporción a la cuota que
tenga derecho a heredar.

señalando que los herederos del condominio (copropietario) podían adquirir por
prescripción los bienes comunes cuando los poseían por un plazo de veinte años
desde la muerte del causante.

Que el demandante tenga mejor derecho para heredar que el demandado,


excluyéndolo. En este caso, el primero es el heredero verdadero y el segundo el
sucesor aparente. No son, coherederos y, por ende, tampoco copropietarios.

Acumulación de acciones, la nueva redacción del artículo 664 menciona


expresamente algo que estaba implícito: la facultad del accionante de demandar
acumulativamente que se declare heredero, en caso que medie una declaración de
herederos que no lo incluya. Inclusive para que proceda la petición de herencia, el
actor debe necesariamente solicitar, que se le declare heredero; pues es solamente
si procede esta segunda petición que podrá declararse fundada la primera.

Este nuevo agregado se refiere al caso en el que exista una declaración de


herederos expedida en un proceso en el cual el peticionante no haya sido parte, pues
de lo contrario habría cosa juzgada.

Se le aplica lo señalado en el artículo 666º, se analiza al tratar la acción


reivindicatoria, y que a la letra dice: "El poseedor de buena fe que hubiese enajenado
un bien hereditario está obligado a restituir su precio al heredero y si se le adeudara,
se transmitirá a este ultimo el derecho de cobrarlo. En todos los casos, el poseedor
de mala fe está obligado a resarcir al heredero el valor del bien y de sus frutos y a
indemnizarle el perjuicio que le hubiere ocasionado".
En efecto, el poseedor de buena fe a que se refiere puede ser el coheredero o el
sucesor aparente, que desconocía la existencia de un heredero para concurrir con él

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o para excluirlo, respectivamente. También el coheredero o el sucesor aparente
puede ser poseedor de mala fe, cuando conoce de la existencia de otro heredero.

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CAPITULO II

ACCIÓN REIVINDICATORIA DE HERENCIA

Es aquella acción que ejercita el heredero contra el tercero que, sin buena fe,
adquiere los bienes hereditarios por efecto de contratos a título particular oneroso
celebrados por el heredero aparente que entró en posesión de ellos.
Está referida a la acción reivindicatoria de bienes hereditarios, que es tratada en el
artículo 665º del Código, que señala: " La acción reivindicatoria procede contra el
tercero que, sin buena fe, adquiere los bienes hereditarios por efecto de contratos a
título oneroso celebrados por el heredero aparente que entró en posesión de ellos. Si
se trata de bienes registrados, la buena fe del adquirente se presume si, antes de la
celebración del contrato, hubiera estado debidamente inscrito, en el registro
respectivo, el título que amparaba al heredero aparente y la transmisión de dominio a
su favor, y no hubiera anotada demanda ni medida precautoria que afecte los
derechos inscritos. En los demás casos, el heredero verdadero tiene el derecho de
reivindicar el bien heredado contra quien lo posea a título gratuito o sin título".

La acción de reivindicación de herencia puede referirse a todo el patrimonio dejado


por el causante, o sólo a una cuota del mismo. en la acción reivindicatoria el actor
alega y deberá probar su derecho de propiedad y que, por tanto, le corresponde la
posesión del bien materia de la reivindicación; posesión que la tiene indebidamente
el demandado, partiendo de lo dispuesto en el artículo 880º del Código Civil que
señala que a todo propietario le corresponde poseer.
Esta acción reivindicatoria se refiere a los terceros adquirentes del sucesor
aparente o del coheredero o de un tercero. En este caso se norma el supuesto del
adquirente de mala fe y a título oneroso y, el del adquirente a título gratuito, con buena
o mala fe.

Planiol lo explica de la siguiente manera: "Ni el adquiriente de mala fe que conocía


la existencia del verdadero heredero, ni el adquiriente a título gratuito puede
verdaderamente oponerse a los derechos del heredero propietario de los bienes
comprendidos en la herencia".

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El caso del adquiriente de buena fe, no se encuentra normado, ya que no procede
contra él la acción, que en realidad debería dirigirse contra el vendedor. Entonces
vemos que lo dispuesto por el artículo 665º concuerda con lo expresado en el artículo
666º y observamos los siguientes presupuestos:
 El adquiriente a título oneroso de mala fe queda obligado a entregar al
heredero verdadero el bien y los frutos percibidos, así como a indemnizarlo.
 El adquiriente a título gratuito de buena fe queda obligado sólo a restituir el
bien.
 El adquiriente a título gratuito de mala fe queda obligado a la restitución del
bien, a la devolución de los frutos percibidos y a pagar una indemnización.
 El adquiriente a título oneroso de buena fe mantiene sus derechos, quedando
obligado sólo a pagar el saldo del precio, si hubiere, al heredero verdadero.
 Independientemente el tercero podrá demandar al enajenante la venta de lo
ajeno. Igualmente, el coheredero o sucesor aparente de mala fe será
responsable ante el heredero, pudiendo obligársele a una indemnización por
los daños y perjuicios causados.
 Debe tenerse presente, al igual como se ha dicho tratándose de la acción
petitoria, que si bien el poseedor no podrá deducir la prescripción adquisitiva
de los bienes que posea, la cual operara como caducidad del derecho del
accionante.

El articulo 665 agrega que, si se trata de bienes registrados, la buena fe del


adquiriente se presume si antes de la celebración del contrato hubiera estado
debidamente inscrito, en el registro respectivo, el titulo que amparaba al heredero
aparente y la transmisión de dominio en su favor, y no hubiera anotada demanda ni
medida precautoria que afecte los derechos inscritos. Estas condiciones a favor de la
presunción de buena fe no significan que de no presentarse se establezcan la
existencia de mala fe. No solo en ese caso se presume la buena fe. Esta es una
presunción general que opera siempre, salvo prueba en contrario, o cuando el bien
se encuentra inscrito a nombre de otra persona, tal como lo dispone el artículo 914.
Mientras la buena fe se presume, la mala fe debe probarse. En todo caso, debió
legislarse cuando, excepcionalmente en la situación planteada, no puede presumirse
la buena fe, conforme a la regla citada establecida en el Libro de los Derechos Reales.

Diferencias entre la acción petitoria y la acción reivindicatoria


Diferencias existentes entre la acción petitoria y la acción reivindicatoria son:

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La acción petitoria se dirige contra los coherederos, la acción reivindicatoria está
dirigida contra los terceros adquirientes a título particular o contra los poseedores sin
título.
En la acción petitoria el título que opone el demandante es el de heredero; en la
acción reivindicatoria el demandante invoca un título traslativo de dominio existente
en su favor, pudiendo únicamente invocar la posesión si fuese tan sólo un poseedor.

La acción petitoria es imprescriptible si se dirige contra un coheredero para


concurrir con él (Art. 664); la reivindicatoria prescribe a los 10 años, por ser una acción
real (Art. 2001, inc 1º)
La acción petitoria tiende al reconocimiento del derecho hereditario, siendo a título
universal, recayendo en la totalidad de la herencia; la acción reivindicatoria es a título
particular, y recae sobre determinados bienes.

Por otro lado el autor Maffia sostiene que "la diferencia de las acciones repercute
en el régimen de la prueba. En la reivindicación el actor debe probar que es propietario
de las cosas que reclama, mientras que en la petición de herencia se deberá probar
o acreditar su condición de heredero y que los bienes demandados constituyen parte
del haber sucesorio".

Caracteres comunes en ambas acciones


Como se mencionó anteriormente, ambas acciones son diferentes, claro que cabe
señalar que también presentan similitudes. Los caracteres comunes en ambas
acciones son:

Ambas acciones son inherentes a la calidad de heredero.


Tienen su fundamento en los derechos de propiedad y posesión de los herederos
sobre la masa hereditaria.
Procesalmente, les corresponde el mismo procedimiento, pues ambas
pretensiones se tramitan como proceso de conocimiento.

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CAPITULO III

FORMAS DE EXCLUSION DE LA HERENCIA

Gustavo Palacio nos dice: “En la doctrina civil de Derecho de Sucesiones se


entienden como formas de exclusión dela herencia, dos: A) La indignidad y B) la
desheredación, además del caso especial de incompatibilidad para heredar, previsto
en el art. 688 del cual código (Disposiciones Generales sobre la Sucesión
testamentaria).
El actual código es más cercano en lo que concierne a las formas de exclusión de
la herencia, pues, contempla las causas y los efectos de la Indignidad en el Titulo II
de la sección Primera de Libro Cuarto, a diferencia del código derogado que la incluía
en el Titulo II dela sección Primera, entre las llamadas “incapacidades para heredar”.
A la desheredación le dedica el Código vigente el título V de la sección que comprende
la Sucesión testamentaria (Artículos742 al766).

LA INDIGNIDAD

1. Definición.
1.1 Luis Echecopar dice que: “Se entiende por indignidad la sanción que se impone
a una persona y en virtud de la cual no puede heredar por haber incurrido en actos
de tal naturaleza, respecto del causante, que no justificaran que este le dejase todo o
parte de sus bienes. Los actos tiene que ser tan graves que originen la disolución de
toso vínculo familiar, moral o económico entre ambas partes.
Nuestro código confunde la indignidad con la incapacidad, pero, en realidad, no
deben asimilarse. La primera tiene carácter penal y se impone en vista de graves
atentados contra el difunto o sus familiares, mientras que la segunda depende
enteramente de circunstancias personales que no envuelven falta de ninguna clase.
Tampoco debe ser confundida con desheredación que es la privación de la
herencia por voluntad del causante, mientras que la indignidad existe por el mérito de
la ley.

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La indignidad deriva de la institución romana llamada “Ereptorium” y en virtud de la
cual, por silencio del difunto, la ley privaba de la herencia a determinados herederos
indignos de suceder.
1.2 Gustavo Palacio nos dice que: “Se entiende por indignidad la sanción legal que
produce como efecto o consecuencia, la pérdida del derecho hereditario en el
sucesor, sea a título de heredero o de legatario, como sanción por haber cometido
aquel, un determinado hecho, expresamente previsto por la ley, en agravio o perjuicio
del causante, o también de su cónyuge o aun de determinados parientes, según sea
el caso. La indignidad viene a ser una especie de “penalidad civil” en el ámbito
sucesorio.
El tratamiento que ahora recibe esta forma de exclusión de la herencia, llamada
indignidad permite poder establecer su diferenciación con la “incapacidad”, pues,
mientras esta última ópera de pleno derecho, imposibilitando adquirir la herencia y,
dependiendo de circunstancias personales que no se califican como falta.
Contrariamente, la indignidad si se basa en la comisión por parte del heredero, de
una falta que la ley prevé expresamente; además, se precisa de dela expedición de
una sentencia judicial que la declare concreta y personalmente”.
1.3 Rebeca Jara Quispe cita cuatro autores para dar definiciones de la indignidad
:” La indignidad está normada en el Titulo III («Indignidad») de la Sección Primera
(Sucesión en general.) del Libro IV («Derecho de Sucesiones), en los artículos 667 al
671.
Gatti define a la indignidad como “una sancióno pena civil, dictada por autoridad
judicial competente, a pedido de los interesados, que tiene por objeto excluir al indigno
de la sucesión, y que se traduce prácticamente por la caducidad del derecho
hereditario” (GAITI, 1950: 16).
Domínguez Benavente y Domínguez Águila califican a la indignidad como “una
anomalía de la vocación suceso La fundada en el demérito del sucesor, sea por haber
faltado a los deberes que tenía con el causante y durante la vida de éste; sea por
faltar a los deberes que el respeto a la memoria del de cujus le imponía”.
(DOMÍNGUEZ BENAVENTE; y DOMÍNGUEZ AGUILA, 1990, Torno I: 213).
Para Castañeda, “la indignidad crea prohibiciones para suceder. El indigno podría
ser heredero o legatario, pero debido a que ha cometido ciertos hechos es excluido
de la herencia por la ley, siempre que ésta sea invocada por los otros herederos o por
quienes van a ser herederos en sustitución del indigno” (CASTAÑEDA, 1975, Torno
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1: 46). El indicado jurista concluye que la indignidad, en sustancia, constituye una
imposibilidad jurídica de suceder» (CASTAÑEDA, 1975, Tomo I: 50).
1.4 José Arias nos dice al respecto de la indignidad: “La herencia es, por lo
corriente, un favor un beneficio. Tal es así que el orden de la sucesión intestada se
funda en el posible afecto del de cujus. Es natural pues, que, con el mismo
fundamento, se lo prive de la herencia aquel cuya conducta ha debido destruir o
disminuir tal sentimiento y lo excluya por indignidad.
De acuerdo a lo ya adelantado, la indignidad de es una causa de exclusión de un
sucesor, tanto en la herencia ab intestato como en la testamentaria, fundada en
hechos graves cometidos por aquel contra el causante. La letra del art.3298 nos
autoriza a incluiral legatario entre los que pueden ser sujetos de una declaración de
indignidad.
No se produce de pleno derecho como si lo quiere la jurisprudencia francesa (D.
54-2-257 y D. 56-2-195), desde luego interpretando el código Napoleón pues, entre
nosotros su admisión sería incompatible con las reglas de los artículos 3303, que se
refiere al que ha sido declarado indigno de suceder, y el 3309 y su nota que declara l
indigno dueño efectivo de los bienes hasta la sentencia que lo excluye. Insistiendo:
en nuestro derecho la indignidad no se opera ipso iure por la simple comisión del acto
previsto por la ley.”

1.5 Benjamín Llanos nos dice acerca de la indignidad que: “Cuando una persona
ha cometido inconductas contra el causante o sus parientes próximos pueden ser
excluidas de la herencia. Esta exclusión impuesta por decisión judicial toma el nombre
de indignidad.

El autor uruguayo Hugo Gatti la define como sanción o pena civil dictada por
autoridad judicial competente, a pedido de los interesados, y tiene por objeto excluir
al indigno de la sucesión, lo que se traduce prácticamente por la caducidad del
derecho hereditario.

Salvo la última expresión referida a la caducidad, estamos de acuerdo con dicha


definición, pues la indignidad es una forma de exclusión de una sucesión (la otra forma
es la desheredación) debido a una inconducta del sucesor, lo cual se traduce en una
suerte de pena civil expedida por la autoridad judicial, ya que la indignidad no procede
15
por decisión propia del causante ni de los herederos, sino -que debe provenir de una
decisión judicial que termina excluyendo de una sucesión a la persona que ha
cometido la falta tipificada por la ley.

Existen varias definiciones de la indignidad, como la de Rébora para quien es una


anomalía de la vocación hereditaria, o la de Alvadalejo, quien la califica como ineptitud
para suceder. En el Perú, Luis Echecopar refiere que se trata de una sanción al
sucesor en virtud de la cual no puede heredar por haber cometido actos graves contra
el causante, actos que han originado disolución de todo vínculo moral entre el
causante y el sucesor. Para nosotros queda claro que se trata de una sanción judicial
impuesta al sucesor que ha cometido actos contra la persona o los intereses del
causante, o contra sus cercanos y directos parientes.”

2. Reseña histórica de la indignidad.

Benjamín Llanos nos dice: “Procede del Derecho imperial romano. La indignidad
se derivó de dos instituciones: La ex heredatio como posibilidad de que el padre
pudiera privar de los bienes a sus hijos, lo que dio lugar a litigios; y el ereptorium, por
el cual, en caso de silencio del difunto la ley apartaba a ciertos herederos cuando eran
indignos de heredar.

Procede de la palabra latina ereptorius a um, lo que debe ser quitado o arrebatado.
Las causas de indignidad estaban contempladas en el Digesto y en general se
refieren a conducta inmoral, delictiva o deshonrosa del heredero respecto del
causante.
En el Derecho germánico se admitió la indignidad en los únicos casos que
contemplaba el precepto legal, con exclusión del incontrolado arbitrio del causante.
Según éste, quedaban privados de la herencia el que niega subsidio al pariente, quien
podía por este hecho transferir a un extraño todo su patrimonio; el hijo que usa
violencia contra el padre; el hermano u otro pariente que asesina o intenta asesinar a
la persona de cuya sucesión se trata; la hija que desobedece al padre, especialmente
cuando rompe los esponsales concluidos por él y se casa con hombre de condición
servil.”

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3. Naturaleza jurídica.

Benjamín Llanos desarrolla: “Binder y Maffia opinan que se trata de una penalidad
civil, pues no se trata de una incapacidad. Ésta, a decir de Cornejo Chávez, se refiere
al ser mismo, mientras que la indignidad se refiere a actos sancionables cometidos
por el heredero.

Por nuestra parte considerarnos que estarnos ante una pena o condena civil. En
efecto, el legislador usando su criterio establece determinadas conductas y las
considera agraviantes contra el causante y en función de ello determinauna sanción
civil, la cual se traduce en una inhabilidad sucesoria, pues se aparta al ofensor de la
herencia de su causante.”

4. Fundamentos.

Benjamín Llanos define que: “La razón fundamental que explica la indignidad
sucesoria radica básicamente en el respeto y gratitud que debe guardar todo posible
sucesor hacia su causahabiente, no contrariando con su conducta los sentimientos
cíe afecto en que se basa la sucesión hereditaria como su motivación natural.
Coincidimos con José Arias pues, al igual que él, consideramos que la sucesión
encierra un beneficio para el sucesor, quien recibe pura y simplemente sin dar nada
a cambio. Dice Arias: «La herencia es por lo corriente un favor, un beneficio, tal es
así que el orden de la sucesión intestada se funda en el posible afecto del de cujus.
Es natural pues que, con el mismo fundamento, se le prive de la herencia a aquel
cuya conducta ha debido destruir o disminuir tal sentimiento y se lo excluya por
indignidad».

A todo ello debemos agregar una suerte de moral pública que el Derecho debe
tutelar, en este caso el cumplimiento de los deberes morales tanto de los cónyuges,
como de los padres e hijos recíprocamente, y lo hace fijando una sanción al privar de
la herencia a aquel que incumple estos deberes. En este contexto se ubica la
indignidad.”

5. Caracteres de la indignidad:
Gustavo Palacio nos dice que: “Son caracteres de la indignidad:

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Es una sanción legal fundada en hechos graves expresamente mencionados por
la ley;
Es personal, su comisión priva al sucesor de la herencia, con respecto a un
determinado causante;
Funciona en la succión legal y también en la testamentaria;
Solo es sancionada en una sentencia dictada en un proceso iniciado por el
interesado, con vocación sucesoria; esto es no opera de pleno derecho.
Puede ser perdonada por instituirse al indigno, heredero y declarase en ese
sentido en testamento o en escritura pública art.670), norma esta que no se
encontraba en el código Civil derogado de 1936.”

6. Causales de la Indignidad y acción para hacerla efectiva.


Gustavo Palacio establece que: “La exclusión por indignidad, dice el Art.668 del
Código debe ser declarada por sentencia .Las únicas personas que pueden
promover un juicio con este objeto, son las que posean “vocación sucesoria” que les
sea suficiente para suceder a falta del indigno o en concurrencia con él y que prueban
la comisión de la falta o causal .Sin embargo, la acción prescribe al año de entrar el
indigno en posesión de la herencia o del legado.

6.1 Las causales de indignidad: se enumeran en el Art. 667 del C.C (en el
derogado se especificaban en el precepto 665).Son las siguientes:
1ª. La autoría o complicidad del homicidio doloso o su tentativa, en agravio del
causante, de su cónyuge, ascendientes o descendientes. Las circunstancias del
indulto del delito o la prescripción de la pena no la hacen desaparecer. Su
antecedente es el Inc. 1º.del 665 que extendía el agravio a los herederos y hacía
referencia al atentado contra la vida, que podía entenderse y tanto como la comisión
del delito, como también la mera tentativa.
2ª.La condena por delito doloso en agravio del causante, de su cónyuge,
ascendientes o descendientes. Este inciso reemplaza al 2do. Del artículo
mencionado que limitaba sus alcances a los delitos de homicidio, lesiones, riña y
contra el honor y las buenas costumbres
3ª.La denuncia calumniosa al causante por delito sancionado con pena privativa
de la libertad. Vemos que se requiere de una denuncia, en la cual el indigno impute
falsamente o sabiendo que tal delito no existe.
18
El Inc. 3º del artículo correspondiente del Código derogado, exigía únicamente la
denuncia por delito penado con prisión.
4º.El empleo de dolo o violencia para impedir al causante que otorgue testamento;
obligarlo a hacerlo; u, obligarlo para que revoque total o parcialmente el ya otorgado.
5º. La destrucción, ocultación, falsificación o alteración del testamento, o el uso, a
sabiendas, de uno falsificado. Es una causal nueva que versa sobre casos en que
el indigno actúe sobre el testamento, y no sobre la persona del testador, como en el
caso previsto por el inciso anterior.
No es posible iniciar acción de declaración por indignidad contra los menores de
edad, incapaces, ni mayores de edad privados de discernimiento (última parte del Art.
748).”

6.2 Personas que pueden ejercitar la acción de exclusión de la sucesión por


indignidad.
Rebeca S. Jara Quispe establece que: En lo que respecta a las personas que
pudieran ejercitar la acción de exclusión de la sucesión por indignidad, cabe indicar
que, conforme al Código Civil, la exclusión por indignidad del heredero o legatario
debe ser declarada por sentencia, en juicio que puede promover contra el indigno los
llamados a suceder a falta o en concurrencia con él. Ello según el art 668 del Código
Civil.
Acerca de lo tratado en este punto, Hernández y Ugarte enseñan lo siguiente:
«En lo que se refiere a legitimación activa, (...) las exclusiones por causa de
incapacidad o indignidad no pueden ser demandadas sino por los parientes a quien
corresponda suceder a falta del excluido de la herencia o en concurrencia con él.
(...) El cónyuge supérstite (...) también se encuentra habilitado para demandar la
indignidad, dada la condición sucesoria que (se) le otorga (...) y la posición especial
que se le ha dado, según la cual no es excluido por ningún otro orden, concurre con
descendientes y ascendientes y excluye a los colaterales, y además es un heredero
forzoso.
(...) El heredero instituido también podrá accionar por indignidad. Aun cuando no
sea pariente, como tiene vocación al todo de la herencia, y vocación potencial
expansiva derivada de su condición de heredero, también estará legitimado, como el
cónyuge sobreviviente (...).

19
En suma, los legitimados para demandar la indignidad serán los parientes -en
grado sucesible, obviamente el cónyuge y los herederos instituidos» (HERNANDEZ y
UGARTE, 1996: 89).
Según Lohmann Luca de Tena, puede demandar todo aquel que, de no haber
indignidad, hubiera concurrido con el indigno. Es decir, está legitimado el sucesor que
sigue en el puesto siguiente de la línea sucesoria. Por lo tanto, no es solamente el
llamado en el momento de la muerte del causante, sino también quien siga a éste si
muere o renuncia a la herencia, o situación semejante. No están, pues, legitimados
quienes como consecuencia de la declaración de indignidad no pueden obtener un
beneficio o mejorar el que les corresponda (LOHMANN LUCA DE TENA, 1995, Tomo
177). El mencionado tratadista nacional agrega que legitimados activamente no son
sólo los llamados a suceder a falta del indigno o que hubieran concurrido con él, sino
también los pasibles de una acción de reducción a pedido del presunto indigno, o de
colación por la participación de él» (LOHMANN LUCA DE TENA, 1995, Tomo I 179).
En opinión de ZANNONI
Las exclusiones por causa de indignidad no pueden ser demandadas si no por los
parientes a quienes corresponda suceder a falta del excluido en la herencia o en la
coocurrencia con el (al mencionarse) a los parientes llamados a suceder a falta del
indigno o en concurrencia con el pareciera (limitarse) la acción solo a los herederos
legítimos, cuya vocación ab intestato hace la ley en base al vínculo de parentesco.
Sin embargo, también están legitimados todos los que, en concurrencia o exclusión
del indigno tienen vocación hereditaria: así el conyugue supérstite si es heredero; el
heredero instituido en testamento, desde que, aun cuando su vocación encuentra
fundamento en un acto de última voluntad del causante, independientemente del
vínculo de parentesco, goza tanto respecto de terceros como respecto de los
coherederos de los mismos derechos que los herederos legítimos y pueden ejercer
todas las acciones que podría ejercer un heredero legítimo, etc.
En cuanto a los deudores de la sucesión:
No podrán oponer al demandante la excepción de indignidad. Tampoco están
legitimados los acreedores de la sucesión desde que carecen de todo interés jurídico,
ni los acreedores de otros herederos podrán por la vía de la acción subrogatoria
demandar la indignidad del coheredero: estamos frente a una acción no ejercible
subrogatoriamente y reiteramos, el ejercicio de la acción no se sustenta para ellos en
la tutela de ningún interés legítimo.
20
Solo se legitima la acción entre coherederos con vocación actual, o eventual
realizable por la exclusión del indigno.
El fisco en ningún caso estará en condiciones de oponer la indignidad: ni aun
siquiera cuando se trate del único heredero (ZANNONO, 1976 VOLUMEN 1: 169-171)
BORDA en cuanto a las personas que pueden ejercitar la acción de exclusión de
la sucesión por indignidad, refiere lo siguiente:
Las exclusiones por causa de indignidad solo pueden ser demandadas por los
parientes a quienes corresponda suceder a falta del excluido de la herencia o en
concurrencia con él.
Se trata, por tanto, de un derecho excepcional, que la ley confiere únicamente a
los parientes interesados desde el punto de vista patrimonial en la exclusión del
indigno. Los restantes parientes no pueden promover la acción so color de la defensa
de la memoria del difunto. La ley ha dispuesto que si aquéllos, que son los más
allegados al causante, prefieren guardar silencio, no debe facultarse a los demás para
remover cuestiones tan íntimas (...).
Aunque la ley habla sólo de parientes y aunque, en rigor, el cónyuge no lo es, no
cabe duda de que también él tiene la acción, desde que su unión afectiva con el
causante es por cierto más íntima que la de cualquier otro pariente (...).
(..) Debe reconocerse la acción al heredero instituido no pariente. Debe
suponerse que en él confluyen el afecto hacia el causante y el interés patrimonial de
los parientes; es tan heredero como éstos (...).
(...) No pueden reconocerse la acción a los legatarios. Es verdad que ellos también
pueden tener un interés en la declaración de indignidad (corno ocurriría en el caso de
que el legado no pudiera cumplirse íntegramente por afectar la legítima del heredero);
pero (...) no es posible permitir que los extraños promuevan estas cuestiones, por
mucho que sea un interés económico.
Tampoco el Fisco puede demandar la indignidad. Su derecho no es propiamente
el de un heredero, sino que, cuando nadie se presenta, adquiere los bienes del difunto
por el derecho que le compete sobre todas las cosas sin dueño La indignidad se
Funda sobre todo en razones morales; los parientes son los mejores jueces para
resolver si deben o no ventilar esas causas; el Fisco nada tiene que hacer con ellas
Tampoco gozan de la acción los acreedores de la sucesión. Ellos ni siquiera
pueden invocar un interés económico, pues, cualquiera que sea el heredero, lo mismo

21
cobrará su crédito. Y si la solvencia del indigno les parece dudosa, tienen a su
disposición el recurso de pedir la separación de patrimonios.
(...) Se ha discutido si los acreedores del heredero que vendría a ocupar el lugar
del indigno pueden, por vía de la acción subrogatoria, intentar la demanda (...) Es
verdad que los acreedores tienen un interés patrimonial evidente en la declaración de
indignidad. Pero en esta materia pesan consideraciones más importantes que las
simplemente pecuniarias. Se trata de evitar que salgan a la luz miserias disimuladas
en el seno de la familia; de impedir el escóndalo que significa dar a publicidad el mal
proceder de un pariente muy allegado al causante. El derecho de intentar la - acción
de indignidad, por todas las implicancias que supone, debe reputarse inherente a la
persona; escapa, por tanto, a la acción oblicua...» (BORDA, 1980: 105-108).

7. Efectos de la Indignidad.
Gustavo Palacio define que: “El fundamental efecto es la pérdida en perjuicio del
indigno de la herencia de su causante, quedando obligado a restituir a la masa los
bienes hereditarios y a reintegrar los frutos percibidos que pasarán a acrecentar el
acervo sucesorio.
A partir de ese momento funcionará la Representación en línea recta o en línea
colateral, para los descendientes o hijos del hermano indigno, respectivamente, tanto
en la sucesión legal, como en la testamentaria, con la salvedad del Art. 685.
Además, el Art. 671 contempla el supuesto en que el excluido hubiera enajenado
los bienes hereditarios a terceros, supuesto en el cual rigen, con relación a dicho tema
para el adquiriente, las siguientes reglas:
Si adquirió sin buena fe, es pasible de una sanción reivindicatoria interpuesta
por los beneficiarios con la exclusión, quedando obligado a resarcir los frutos y el
perjuicio que les hubiere ocasionado. La buena fe se presume por la debida
inscripción del derecho del heredero aparente, en la partida registral del inmueble;
Si posee el bien a título gratuito o sin título, los herederos verdaderos tienen el
derecho de reivindicarlo. (Ver Arts. 671, 665,666).”
8.Perdón al indigno.
Benjamín Llanos nos dice que: “El artículo 669 del Código Civil de 1984 refiere
que el causante puede perdonar al indigno de acuerdo a las normas de
desheredación, remitiéndose a lo dispuesto en el artículo 753 del Código Civil,

22
considerándose que el causante ha perdonado al indigno si lo instituye heredero y lo
declara expresamente en su testamento o escritura pública.
Sobre el particular nos parece un error del artículo 753 aludir a la escritura pública,
pues la única forma de instituir heredero o revocar la institución es el testamento, tal
como aparece en los artículos 734 y 799 del Código Civil. Por otro lado, habría que
señalar que el perdón supone que el causante conoció la falta, por ello el perdón tiene
que ser expreso, pues si el causante no conoció la falta ¿cómo operaría el perdón?
Se perdona cuando se conoce la falta, por tanto, la sola designación de heredero no
basta para que opere el perdón, puespara que éste funcione el testador debe declarar
que ha perdonado al heredero V en atención a ello lo instituye como tal.
Una situación similar al perdón, en cuanto a los efectos, se da cuando los
sucesores llamados a accionar no lo hacen dentro del término de ley que fija el artículo
668 del Código Civil de 1984. En tal caso no opera la indignidad y el sucesor que
cometió la falta participa de la herencia como cualquier oteo sucesor.
El perdón, al reponer al indigno en todos sus derechos de sucesor, implica que al
abrirse la sucesión los sucesores no podrán iniciar acción alguna sobre la indignidad.

23
24
CAS. Nº 4956-2013 LIMA
PETICIÓN DE HERENCIA.
Lima, dos de julio de dos mil catorce.-
LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
REPÚBLICA; vista la causa número cuatro mil novecientos cincuenta y seis – dos mil
trece, en audiencia pública llevada a cabo en la fecha, emite la siguiente sentencia:
MATERIA DEL RECURSO:
Corresponde absolver el recurso de casación interpuesto por Augurio Eulogio
Villavicencio Martel, a folios trescientos cincuenta, contra la sentencia de vista de
folios trescientos veintiséis, de fecha quince de agosto de dos mil trece, la cual revoca
la apelada que declaró fundada la demanda; y, reformándola la declara
improcedente.-
FUNDAMENTOS DEL RECURSO DE CASACIÓN:
Esta Suprema Sala mediante resolución de fecha uno de abril de dos mil catorce,
declaró procedente el recurso de casación interpuesto por Augurio Eulogio
Villavicencio Martel, por la causal de infracción normativa (procesal y material),
prevista en el artículo 386 del Código Procesal Civil modifi cado por la Ley número
29364, en virtud del cual el recurrente denuncia que se han infringido: a) Los artículos
121 y 468 del Código Procesal Civil:
Sostiene el impugnante que el Juez de primer grado ha señalado como punto
controvertido determinar si corresponde heredar el inmueble sub litis al demandante,
el cual no ha sido cuestionado por la parte demandada; en consecuencia, dicha
controversia versa si le corresponde heredar y no si tiene la condición de legatario; b)
Los artículos 660, 664 y 737 del Código Civil; refi ere que de los fundamentos fácticos
de la demanda y los puntos controvertidos, se desprende que tiene la calidad de
heredero; que de la lectura del testamento, el causante lo instituye como heredero y
no como legatario, encontrándose por tanto investido de todos los derechos para ser
instituido como heredero y peticionar la herencia.
ANTECEDENTES:
A efectos de determinar si en el caso concreto se han infringido los numerales
antes mencionados, es necesario realizar las precisiones que a continuación se
detallan: Con fecha catorce de junio de dos mil siete, Augurio Eulogio Villavicencio
Martel interpone demanda de petición de herencia y exclusión de heredero contra la
Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana, respecto del departamento A, sito
25
en la calle Corpancho número ciento cincuenta y siete – ciento sesenta y tres, Distrito
de Barranco, refi riéndose ser legatario del que en vida fue heredero de María del
Rosario Boudon Figueroa; por consiguiente, teniendo dicha condición se encuentra
con derecho a reivindicar el referido predio.
Como fundamentos de hecho señala que mediante resolución judicial expedida por
el Primer Juzgado Especializado Civil de Lima, se reconoce como único y universal
heredero a José Rafael Gallo Boudon, hijo de María del Rosario Boudon Figueroa,
quien falleciera intestada el cuatro de octubre de mil novecientos setenta; que
mediante Testimonio de Anticipo de Legitima de Independización y División de Crédito
otorgado por María del Rosario Boudon Figueroa a favor de José Rafael Gallo Boudon
y el Banco Central Hipotecario, ante Notario Público, expedida con fecha doce de
setiembre de mil novecientos cincuenta y cinco, la primera de las prenombradas
reconoce como su único hijo a José Rafael Gallo Boudon; sin embargo, sin tener en
cuenta ello, la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana se declaró como
única heredera; que mediante proceso judicial seguido ante el Sexto juzgado
Especializado Civil de Lima, el hoy demandante ha sido declarado único heredero de
José Rafael Gallo Boudon, tal como figura en la Partida número 23219417 del
Registro de Testamento, motivo por el cual solicita que se le considere como heredero
de María del Rosario Boudon Figueroa, en calidad de legatario de José Rafael Gallo
Boudon Figueroa y excluir a la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana de
la sucesión intestada inscrita en la Partida número 11756211 del Registro de
Sucesión Intestada; así como del predio inscrito en la Partida número 07015649 del
Registro de Propiedad Inmueble de Lima y Callao; que su testador José Rafael Gallo
Boudon, falleció con fecha veinte de noviembre de mil novecientos ochenta y uno, y
María del Rosario Boudon Figueroa falleció el cuatro de octubre del año mil
novecientos setenta.
Por escrito de folios ochenta y uno, la Sociedad de Beneficencia de Lima
Metropolitana, contesta la demanda y señala que se adjudicó el inmueble sub litis
mediante un proceso de sucesión intestada, derecho que se encuentra inscrito en los
Registros Públicos; que dicho proceso fue tramitado con todas las garantías del caso;
que la carta de fecha dieciséis de diciembre de mil novecientos setenta y seis remitida
por José Rafael Gallo Boudon a la señora Guadalupita, que se toma como
Testamento Ológrafo y protocolizado posteriormente con fecha dos de febrero de mil
novecientos ochenta y nueve, contiene el derecho de libre disposición de sus bienes,
26
dejando como herencia el inmueble sub litis a favor de Augurio Eulogio Villavicencio
Martel; sin embargo, dicha carta está condicionada a que el beneficiario
(demandante) atienda en todas sus necesidades y requerimiento al testador como si
fuera su padre hasta el último día de su existencia, no sabiendo si tal condición ha
sido cumplida. Por escrito de fojas ciento diecisiete, el Ministerio de la Mujer y
Desarrollo Social contesta la demanda y señala que la Sociedad de Beneficencia de
Lima Metropolitana se adjudicó el inmueble sub litis a través de un proceso de
sucesión intestada y que su derecho fue inscrito en los Registros Públicos; que la
citada Beneficencia realizó las búsquedas correspondientes, no encontrando título
inscrito; por ello procedió a iniciar la sucesión intestada, de acuerdo al artículo 830
del Código Civil; que el presunto derecho del legatario invocado por el demandante
nunca se inscribió; que existe un testamento ológrafo que está sujeto a condición sin
que se haya comprobado que ésta ha sido cumplida; por lo tanto la protocolización
realizada sin la verificación de la condición, suspende los efectos del testamento; que
la única fuente del legado es el testamento, por lo tanto, no podrá ser la
representación la que opere en el presente caso; la petición de herencia es para el
heredero y no para el legatario; que no funciona la representación sucesoria, pues
dicho derecho ha sido concedido a favor de los descendientes.
Por sentencia de folios doscientos ochenta, se declaró fundada la demanda,
ordenándose la exclusión de la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana, de
la propiedad sobre el inmueble que aparece en la Partida número 07015649 y la
reivindicación de dicho predio en favor del demandante, bajo el fundamento de que:
1) Mediante Escritura Pública de Anticipo de Herencia e Independización, de fecha
doce de setiembre de mil novecientos cincuenta y cinco, perfeccionado judicialmente
el tres de julio de mil novecientos noventa y ocho, María del Rosario Boudon Figueroa
otorgó como herencia a favor de su hijo José Rafael Gallo Boudon el inmueble sub
litis; nuestro ordenamiento recoge el sistema consensual para la transferencia de
propiedad inmueble, conforme se infiere del artículo 949 del Código Civil; por lo tanto,
se concluye que José Rafael Gallo Boudon tenía la condición de propietario del
inmueble sub litis desde el doce de setiembre de mil novecientos cincuenta y cinco;
2) Con la Protocolización del Testamento Ológrafo de fecha dieciséis de diciembre
de mil novecientos setenta y seis se acredita que José Rafael Gallo Boudon nombró
como legatario del inmueble sub litis a Augurio Eulogio Villavicencio Martel, por lo que
tratándose de bienes determinados que ya se hallaban dentro del dominio del testador
27
a la hora de su muerte, en aplicación de lo dispuesto en los artículos 756 y 757 del
Código Civil se ha producido la transferencia del bien a favor del legatario, desde el
dos de febrero de mil novecientos ochenta y nueve en que se protocolizó el
expediente ológrafo;
3) Desde el fallecimiento de José Rafael Gallo Boudon el año mil novecientos
ochenta y uno a la fecha, han transcurrido más de treinta años, por lo que no resulta
razonable exigir al legatario prueba respecto del cumplimiento de la condición
señalada;
4) La protocolización de dicho testamento emana de un mandato judicial; por lo
tanto, el órgano jurisdiccional encargado de verificar el cumplimiento de la condición,
es el juzgado que dispuso su validez, correspondiendo entonces cumplir con lo
decidido en sus propios términos, tal como lo manda el artículo 4 del T4exto Único
Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial;
5) Se ha sostenido que no funciona la representación sucesoria para el legatario;
al respecto, se precisa que no se trata de un pedido de representación sucesoria,
pues conforme a lo expuesto, el inmueble sub litis ya había sido transferido por María
del Rosario Boudon Figueroa a favor de su hijo José Rafael Gallo Boudon desde el
doce de setiembre de mil novecientos cincuenta y cinco y de este último a través de
testamento ológrafo a favor de Augurio Eulogio Villavicencio Martel, conforme a la
escritura pública de protocolización de fecha dos de febrero de mil novecientos
ochenta y nueve; por lo tanto, a la fecha en que la Sociedad de Beneficencia de Lima
Metropolitana tramita e inscribe la sucesión intestada de María del Rosario Boudon
Figueroa, el quince de diciembre de dos mil seis, el inmueble sub litis ya no se
encontraba dentro de la esfera de dominio de la prenombrada causante;
6) El artículo 664 del Código Civil autoriza la reivindicación del inmueble sub litis al
heredero desposeído, por lo que se debe entender en vía de interpretación que esta
acción puede ser utilizada por el legatario también, toda vez que accede a la herencia
mediante testamento. Contra dicha decisión, la Sociedad de Beneficencia de Lima
Metropolitana y la Municipalidad Metropolitana de Lima, interponen recurso de
apelación. La Sala Superior mediante sentencia de vista del folio trescientos veintiséis
revoca la apelada y reformándola la declara improcedente, bajo el fundamento de que
el demandante Augurio Eulogio Villavicencio Martel tiene la calidad de legatario y no
de heredero, que no es correcta la conclusión a la que arriba el Juez de primer grado,
por lo que no habiéndose presentado ni teniendo la parte demandante la calidad de
28
heredero, sino de legatario (como así lo precisa en su escrito de aclaración de la
demanda de fojas setenta y con el cual subsanó la inadmisibilidad que se había
decretado) no corresponde hacer un símil entre ambas fi guras sucesorias, por cuanto
éstas son distintas y en ese sentido lo ha señalado el artículo 664 del Código Civil
que establece que la legitimidad para accionar le corresponde restrictivamente al
heredero no así al legatario; motivo por el cual corresponde declarar la improcedencia
de la presente demanda, dejando a salvo el derecho que le podría asistir al accionante
para que lo haga valer en la vía procedimental correspondiente. Frente a dicha
sentencia, Augurio Eulogio Villavicencio Martel interpone recurso de casación, el
mismo que corresponde resolver conforme a los términos en que fue admitido:

CONSIDERANDO:
Primero:
Existiendo denuncias por vicios in iudicando e in procedendo, corresponde verificar
primero si se ha configurado o no esta última causal, pues en caso de ser estimada,
se dispondrá el reenvío de la causa al estadío procesal correspondiente, impidiendo
que sea factible el análisis de las normas materiales en las que se sustenta o debió
sustentarse la resolución recurrida.
Segundo:
Analizando la denuncia contenida en el acápite A), cabe precisar que la fijación de
los puntos controvertidos es un acto procesal relevante y trascendente ya que están
constituidos por aquellos hechos afirmados por cada una de las partes como
fundamentos de sus petitorios y que no son admitidos por la otra parte, lo que va a
permitir al Juez, además de delimitar los extremos de la controversia, actuar en su
oportunidad los medios probatorios relativos a tales extremos, destinando la actividad
procesal solo respecto de aquellos; en consecuencia, se puede determinar que los
puntos controvertidos son los hechos en el que las partes no están de acuerdo como
consecuencia del ejercicio del derecho de contradicción. Como es de verse de la
Resolución número veintidós, de fecha tres de octubre de dos mil doce, de fojas
doscientos treinta y uno, se fi jó como punto controvertido determinar el derecho que
le pueda corresponder a la parte demandante respecto a su causante Rafael Gallo
Boudon y como consecuencia de ello, si le corresponde heredar el inmueble sub litis.
Al respecto, la Sala Superior bajo su criterio ha determinado que el derecho que le
corresponde al demandante en relación a su causante no lo legitima en su calidad de
29
legatario, a solicitar la petición de herencia; decisión que motivó a que se desestime
la incoada; siendo así, se advierte que la instancia de mérito ha actuado conforme a
sus atribuciones que le confi ere la ley, no resultando cierto lo alegado por el
impugnante; en consecuencia, corresponde desestimar este extremo denunciado.
Tercero:
El Código Civil, en su artículo 664 prevé que el derecho de petición de herencia
corresponde al heredero que no posee los bienes que considera que le pertenecen y
se dirige contra quien los posea en todo o en parte a título sucesorio, para excluirlo o
para concurrir con él (...) Las pretensiones a que se refi ere este artículo son
imprescriptibles y se tramitan como proceso de conocimiento.
Al respecto, Aníbal Torres Vásquez señala que la acción de petición de herencia
tiene tres notas características: a) el demandante debe ser un heredero que no posee
los bienes que considera que le pertenecen, b) el demandado debe ser una persona
que posea a título sucesorio la totalidad o parte de los bienes de la herencia (poseedor
pro herede), c) la finalidad que persigue el demandante es excluir de la herencia al
demandado por ser un falso sucesor o concurrir con él en la herencia por tener ambos
derecho a suceder1.-
Cuarto:
El artículo 660 del Código Civil prevé que desde la muerte de una persona, los
bienes, derechos y obligaciones que constituyen la herencia se transmiten a su
sucesor. Al respecto, si bien dicha norma establece que la apertura de la sucesión y
la transmisión sucesoria se producen con la muerte del causante, para efectos de
acreditar la calidad de heredero se requiere tener título sucesorio consistente en el
testamento o la resolución judicial de declaratoria de herederos, según se trate de
una sucesión testamentaria o intestada respectivamente. En cuanto al testamento, el
mismo tiene como fi n que el testador disponga la sucesión o distribución de sus
bienes según crea conveniente, sin embargo dicha autonomía tiene la limitación que
establece la ley respecto de la herencia forzosa o legítima que está constituida por
una cuota o parte alícuota del patrimonio hereditario que opera como freno a la
libertad dispositiva del causante.
Quinto:

1
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. Código Civil, Tomo I, Séptima Edición, Comentarios y Jurisprudencia. Concordancias.
Antecedentes. Sumillas Legislación Complementaria, IDEMSA, Lima, año 2011, p. 669.

30
En cuanto a la herencia, es un derecho constitucional2 que además se encuentra
regulado por nuestro ordenamiento civil, fi gura jurídica que constituye el patrimonio
que se transmite por causa de la muerte de una persona, es decir, esta constituida
por el conjunto de bienes, derechos y obligaciones que esa persona (llamada
causante) tenía al momento de su fallecimiento. Respecto a las calidades sucesorias,
el Código Civil en su artículo 735 establece que: La institución de heredero es a título
universal y comprende la totalidad de los bienes, derechos y obligaciones que
constituyen la herencia o una cuarta parte de ellos. La institución de legatario es a
título particular y se limita a determinados bienes, salvo lo dispuesto en el artículo
756. El error del testador en la denominación de uno u otro no modifica la naturaleza
de la disposición.
La institución de heredero está referida a la disposición de la última voluntad hecha
por el testador en su testamento, donde designa a las personas que han de sucederlo
a título universal en sus relaciones jurídicas transmisibles. Para nuestro ordenamiento
civil, existen dos formas cómo puede aparecer el llamamiento de los herederos por
testamento, es decir, los llamados herederos forzosos3 y los herederos voluntarios4;
sobre esto, Guillermo Lohmann Luca de Tena refi ere: Herederos Forzosos. (...). El
testador deberá respetar la preferencia sucesoria entre los legitimarios; así si tiene
legitimarios ascendientes y descendientes deberá convocar a estos últimos en tanto
que ellos terminan excluyendo aquellos, y si tiene descendientes y cónyuge, deberá
convocar a ambos, pues es sabido que ellos concurren en la sucesión, lo que
igualmente pasa cuando el testador, no teniendo descendientes, tiene cónyuge y
ascendientes. En este supuesto, es que estas reglas de prelación deberán aplicarse
al abrirse la sucesión. La convocatoria de estos herederos forzosos les da el título
que requieren para participar en el proceso sucesorio, pues si el testador no los
hubiera llamado a la sucesión, deberían agotar el proceso judicial o notarial para ser
declarados herederos. Herederos Voluntarios. (...). La presencia de los herederos
voluntarios solo va a ser posible en el caso de que el testador no tenga herederos
forzosos hábiles, pues sí los tuviera son ellos los que deben de participar en su calidad
de herederos, lo que significa que en nuestra legislación no pueden coexistir

2
Artículo 2 numeral 16 de la Constitución Política del Estado.
3
Artículo 736 del Código Civil: La institución de heredero forzoso se hará en forma simple y absoluta. Las modalidades que
imponga el testador se tendrán por no puestas.
4
Artículo 737 del Código Civil: El testador que no tenga herederos forzosos, puede instituir uno o más herederos voluntarios
y señalar la parte de la herencia que signa a cada uno. Si no la determina, sucederán en partes iguales.

31
herederos forzosos con voluntarios, sino que estos solo van a tener presencia ante la
ausencia de aquellos. (...)5. Respecto a la institución de legatario, la misma es a título
particular y se limita a determinados bienes, dicho de otro modo, el legatario es la
persona natural o jurídica favorecida por un acto de liberalidad del testador, quien
dispone en su benefi cio uno o más bienes de libre disponibilidad, respetando una
parte de la herencia a los herederos forzosos (legítimos).- Sexto: De la revisión de
autos, se observa que: a) Mediante Escritura Pública de Anticipo de Herencia e
Independización y División de Créditos, de fecha doce de setiembre de mil
novecientos cincuenta y cinco, perfeccionado judicialmente el tres de julio de mil
novecientos noventa y ocho, María del Rosario Boudon Figueroa otorga el inmueble
sub litis a su hijo José Rafael Gallo Boudon en su condición de único y universal
heredero; b) Por Testamento Ológrafo de fecha dieciséis de diciembre de mil
novecientos setenta y seis, protocolizado mediante escritura pública de fecha dos de
febrero de mil novecientos ochenta y nueve, José Rafael Gallo Boudon al no tener
ningún heredero, nombra como su único heredero a Augurio Eulogio Villavicencio
Martel; c) De la Partida número 23219417, se observa que el doce de abril de mil
novecientos ochenta y nueve se inscribe el citado testamento que fue protocolizado
por Notario Público; d) De la Partida número 07015649, se aprecia que la Sociedad
de Beneficencia de Lima Metropolitana se adjudicó el inmueble sub litis por sucesión
intestada tramitada en sede judicial, derecho que se encuentra inscrito desde el
quince de diciembre de dos mil seis.- Sétimo: Estando a lo expuesto, si bien la
demandada Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana mediante sucesión
intestada de María del Rosario Boudon Figueroa adquirió el inmueble sub litis,
inscribiendo su derecho el quince de diciembre de dos mil seis en los Registros
Públicos; sin embargo, se advierte que la prenombrada causante ya no era propietaria
del bien, pues lo otorgó en anticipo de herencia el doce de setiembre de mil
novecientos cincuenta y cinco a su único hijo José Rafael Gallo Boudon, quien a su
vez mediante testamento ológrafo de fojas cincuenta y uno escogió por propia
voluntad como su único heredero al demandante Augurio Eulogio Villavicencio Martel,
inscribiendo éste ultimo su derecho el veintitrés de mayo de mil novecientos noventa
y siete en la Partida número 23219417.

5
LUCA DE TENA, Guillermo Lohmann. Derecho de Sucesiones; segunda edición; julio 2011; Ediciones Legales E.I.R.L; pp.
370-371.

32
Octavo:
Habiéndose determinado que la voluntad del testador era la de otorgar al
demandante en propiedad el inmueble sub litis, bajo la condición de heredero, al no
existir herederos forzosos y no como legatario como erróneamente se ha señalado
en el decurso del proceso por el actor; se concluye que al amparo de lo previsto en el
artículo 664 del Código Civil corresponde reivindicar el inmueble otorgado en herencia
a favor del demandante y excluir a la parte demandada, por haber adjudicado el bien
vía sucesión intestada de la persona que ya no era propietaria.- Por tales
fundamentos, y en aplicación del artículo 396 del Código Procesal Civil, declararon:
FUNDADO el recurso de casación de fojas trescientos cincuenta interpuesto por
Augurio Eulogio Villavicencio Martel; CASARON la sentencia de vista de fojas
trescientos veintiséis, expedida por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia de Lima; en consecuencia NULA la misma, y actuando en sede de instancia:
CONFIRMARON la sentencia apelada en cuanto declara fundada la demanda sobre
petición de herencia y exclusión de heredero; DISPUSIERON la publicación de la
presente resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los
seguidos por Augurio Eulogio Villavicencio Martel con la Sociedad de Beneficencia
de Lima Metropolitana y otro, sobre Petición de Herencia y otro; y los devolvieron.
Ponente Señora Cabello Matamala, Jueza Suprema.- SS. TICONA POSTIGO,
VALCÁRCEL SALDAÑA, CABELLO MATAMALA, MIRANDA MOLINA, CUNYA
CELI

33
CONCLUSIONES

1. La acción de petición de herencia es imprescriptible, y en tal sentido cualquier


defensa que esté basada en la extinción de la acción por el transcurso del tiempo
deberá ser desestimada.

2. Para interponer la acción de petición de herencia, se encuentra legitimado


activamente quien considere tener la calidad de heredero; y puede ser
demandado, quien actúa como sucesor y se oponga a la calidad de heredero
del accionante.

3. La acción petitoria es a titulo universal y se refiere a la totalidad de la herencia;


la reivindicatoria es a título particular, dirigiéndose a determinados bienes.

4. Contra la acción petitoria el demandado opone su titulo de sucesor, contra la


reivindicatoria invoca su título de propiedad o tan solo la posesión.

5. Son excluidos de la sucesion de determinada persona por indignidad,como


herederos por legatatarios: los autores y complices de homicidio doloso o de su
tentativa comentida contra la vida del causante.

6. Existen exclusión de dignos por sentencia del heredero o legatario estos casos
suceden cuando el juicio puede ser promovida contra el indigno llamados a
suceder a falta o en concurrencia con el.

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BIBLIOGRAFÍA

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Juristas Editores. Lima-Perú.

2. FERRERO COSTA, Augusto. (Marzo 2012). Trtado de Derecho de Sucesiones. Séptima


edición. Editorial Gaceta Juridica S.A. Lima-Perú.

3. GUSTAVO PIMENTEL.H. (Año 2004). Manual de Derecho Civil. Editorial Huallaga.


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4. MIRANDA CANALES. Manuel. (Año2005). Manual de Derecho de Sucesiones.


Ediciones Juridicas. Lima- Perú.

5. AGUILAR LLANOS, Benjamín. DERECHO DE SUCESIONES. Ediciones


Legales.Primera Edición Julio 2010. Pág. 71.

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