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Característica de la Edad Adulta

Característica de la Edad Joven

CRECIMIENTO Y DESARROLLO FÍSICO


Los hombres crecen hasta los 21 años y las mujeres hasta los 17-18 años, una
de cada 10 mujeres puede crecer hasta los 21años.

DESARROLLO SENSORIAL Y MOTOR


En el adulto joven las capacidades físicas alcanzan el máximo de efectividad,
existe destreza manual y una mayor agudeza visual. Los hombres y mujeres
alcanzan su mayor plenitud, han logrado el más elevado punto de coordinación,
equilibrio, agilidad, fuerza y resistencia.
Entre los 25 y los 30 años el hombre tiene máxima fuerza muscular, siempre y
cuando la desarrolle.

DESARROLLO SISTÉMICO
Los sistemas tienen en esta edad una notable capacidad compensatoria, así el
adulto joven es capaz de conservar la salud en forma casi continua, por esta
razón presentan poca o ninguna preocupación por su salud.
A pesar de que en esta etapa las características físicas alcanzan su plenitud, se
debe considerar que alrededor de los 30 años empiezan a declinar algunas
capacidades.

DESARROLLO COGNITIVO
Es importante saber que la vida para los adultos jóvenes, pierde su carácter
provisional, lo cual significa que sabe que lo que hace hoy tendrá consecuencias
mañana y que debe proyectarse a lo largo de la vida y no a 2 o 3 años.
El desarrollo del pensamiento alcanza un paso más, el adulto pasa del
pensamiento formal según Piaget, al pensamiento post formal que tiene la
particularidad de que la persona es más flexible frente a las diversas situaciones
a las que enfrenta.

DESARROLLO PSICOSOCIAL
Según E. Erickson el adulto joven enfrenta la intimidad versus el aislamiento
en donde la gran tarea es: ser capaz de comprometerse con otro.

DESARROLLO MORAL
Kohlberg define moral como un sentido de justicia, el cual depende de un
desarrollo cognitivo que implica una superación del pensamiento egocéntrico y
una capacidad creciente de pensar de una manera abstracta.
El desarrollo moral del adulto se basa en experiencias, el adulto vive y aprende,
a través de las emociones que le permite reevaluar lo correcto y lo justo. Estas
experiencias hacen que pueda ver mejor, moral y socialmente el punto de vista
de los demás. Así también la confrontación de valores en conflicto fuera del
hogar (como en el trabajo, los estudios, etc.), ayuda al desarrollo de la moral.

DESARROLLO AFECTIVO
El adulto joven comienza a superar el egocentrismo de la etapa anterior y logra
colocarse en el lugar del otro, compartir experiencias y comportarse de una
manera altruista, que le permite establecer una relación de pareja responsable y
asumir una posible paternidad.
Al encontrar su identidad permite la fusión con otro, ya sea laboral o
afectivamente ya posee la capacidad de adaptarse y de afiliarse.
Característica de la Edad Media
Etapas de la adultez
La adultez es un proceso gradual, no se trata de un crecimiento inmediato. En
ese sentido se pueden identificar dos distintas etapas de adultez: la temprana y
la media. Adultez temprana. Comprende el momento inicial de adultez, desde
el fin de la adolescencia hasta más o menos los 40 años. Se trata de una etapa
vigorosa y de enorme potencia productiva, acompañada de una sensación de
plenitud indispensable para emprender los caminos profesionales e individuales
trazados.
Adultez media. Es la etapa “meseta” de la vida, comprendida entre los 40 años
y los 65 años, en la que se espera un mayor asentamiento y cierto
enlentecimiento del ritmo, a pesar de que sigue siendo un instante de gran
productividad y experiencia, cuyo fin conduce al cese de la vida productiva y la
vejez.
Independencia
Lo esperable durante la adultez temprana es un anhelo de independencia en el
individuo, que apunta a necesidades de espacio físico y emocional distintos del
hogar paterno.
Ya sea que esto pueda lograrse o no (ello dependerá de variables de entorno
socioeconómico, de emplazamiento cultural y geográfico, tanto como las
capacidades del individuo), o que pueda lograrse por propia cuenta, en pareja o
en grupo, se trata de una necesidad intrínsecamente vinculada con la adultez,
sobre todo considerando que el individuo maduro tenderá, con el tiempo, a
fundar una propia familia.
Integración social
A diferencia de en la adolescencia, los vínculos sociales del adulto pasan
necesariamente por su personalidad y sus decisiones individuales de vida. Dejan
de ser tan frecuentes las pandillas, para enfocarse en la pareja y en amistades
que tengan un camino vital semejante: compañeros de trabajo, de universidad,
etc. Se dice que los amigos hechos en esta etapa son realmente los que durarán
toda la vida.
Estabilidad
La adultez, y más aún la etapa media, es un período de mayores estabilidades
en el ser humano. Los emotividad meteórica y la volubilidad de carácter típicos
de la adolescencia suelen ya haber quedado atrás, reemplazados por un
progresivo autoconocimiento y una mayor profundidad de carácter.
La toma de decisiones en esta etapa (sobre todo en la media) tiende a ser más
concienzuda, más fruto de meditaciones y no a la emoción del momento. Lo
cual acusa un desarrollo cognitivo más acentuado en la reflexión y la
flexibilidad, la adaptabilidad y el individualismo.
Matrimonio
La mayor parte de la población adulta se casa durante la primera adultez (entre
los 25 y 34 años). Es también la etapa de mayor presión social en torno a los
temas de reproducción y descendencia (sobre todo en la mujer), y de los
primeros intentos formales de vida familiar.
En el caso de muchos adultos, esta decisión se posterga en aras de otras áreas
vivenciales, pero es lo común que a partir de la entrada a la adultez media, las
necesidades de compañía y pertenencia deriven más hacia el ámbito familiar,
sobre todo con miras a la paternidad.
Paternidad
Junto con el matrimonio, en la adultez temprana suelen producirse las primeras
tentativas de paternidad (deseada o no), lo cual es vivido sin las dimensiones
trágicas del embarazo adolescente, pero sí supone un reto para los jóvenes
profesionales en formación.
Así como en las sociedades poco desarrolladas el embarazo adolescente es
común, en muchas sociedades desarrolladas existe la tendencia a postergar el
embarazo y la fundación de una familia, e incluso la vida conyugal, en pro de
garantizar primero el éxito profesional e individual, cuando no económico, para
afrontarlo. Y muchos, llegado el momento, deciden optar por modelos de vida
distintos al familiar.
La moral
En la adultez se reafirman los preceptos de moralidad que determinarán la vida
en sociedad. El contrato social, por ejemplo, que antepone el bien de la mayoría
a los deseos individuales, o ciertos preceptos éticos universalistas, echan raíz en
esta etapa. Y esto se debe a que el conjunto de experiencias vividas y
conocimientos adquiridos ya es suficiente para evaluar desde distintas ópticas
posibles un dilema.
De hecho, los expertos acusan dos tipos de experiencia como enormes
formadores de la moralidad, como son: la confrontación de valores (como la
que tiene lugar en la universidad o en las labores militares) y responsabilizarse
del bienestar de un tercero (como la paternidad). Ambos tipos de experiencias
muy vinculadas con el mundo adulto.
Sexualidad
El ejercicio de la sexualidad en la adultez encuentra, idealmente, sus mayores
oportunidades para la libertad, la experimentación y la satisfacción. Sea o no
dentro de un contexto conyugal o monógamo, el sexo cosecha un espacio
psíquico importante en el adulto, empezado a ceder lugar hacia finales de la
adultez media.
La sexualidad se percibe como una vía hacia la realización individual y se la
ejerce, en principio, de manera autónoma, ética, abierta y autoconsciente.
La crisis experiencial
También conocida como crisis de la mitad de la vida, suele producirse en el
paso de la adultez temprana a la media, y consiste en un replanteamiento radical,
a veces incluso temerario, de las prioridades vitales y del ritmo y modelo de
vida que se lleva.
Como muchas otras cosas en la vida, es producto de la conciencia de la finitud:
del fin eventual de la vida, del paso inexorable del tiempo, reflejado en el fin,
justamente, de la etapa más cotizada socialmente en nuestras sociedades: la
juventud.
Característica de la Vejez

Los cambios que se pueden producir en la vejez comportan varios aspectos:

Cambios fisiológicos: las células envejecen, cambia la estructura corporal, se


pierde elasticidad e hidratación en la piel (aparecen las arrugas).

Cambios en la salud: aumenta la prevalencia de enfermedades (morbilidad y


mortalidad).

Cambios nutricionales: las necesidades metabólicas ya no son las mismas, y


por tanto la alimentación debe ser más específica.

Cambios en la eliminación: pueden aparecen incontinencias, que tienen


consecuencias psíquicas y sociales muy importantes para el anciano.

Cambios en la actividad: el ritmo de ejercicio disminuye, si bien es más


necesario que nunca que el individuo se mantenga activo.

Cambios en el sueño: el patrón de descanso cambia, el individuo no sigue


rutinas.

Cambios en la percepción: los órganos de los sentidos pueden verse afectados,


lo que lleva a problemas sensoriales (sordera, problemas de visión.,).
Cambios sociales: las relaciones sociales y los roles son distintos, incluso
dentro de la familia. Muchas veces la persona tampoco se implica activamente
en la sociedad.

Cambios sexuales: por limitaciones físicas en órganos sexuales, y


pensamientos erróneos arraigados en la sociedad.

Cambios en autoconcepto: la actitud, la identidad así como la imagen corporal


de uno mismo cambia, y suele ser negativa. Disminuye la autoestima.

Debemos saber observar la vejez como una etapa más del ciclo evolutivo. Sí
que es cierto que en esta etapa de la vida se producen muchas pérdidas a nivel
físico o psíquico, pero hemos de evitar estigmatizar la vejez y verlo
simplemente como una etapa más que requiere intervenciones más específicas.
Es importante que lo enseñemos a nuestros mayores.

La vejez no es sino la última etapa de una vida completa y llena de momentos


e historias. Nuestra misión es potenciar las vivencias positivas y fomentar las
habilidades y capacidades del anciano, dentro de sus limitaciones.

Según las predicciones del Instituto Nacional de Estadística, en España en el


año 2052 el 37% de la población superará los 64 años. Es necesario que
tomemos conciencia de este grupo de población, que sepamos cómo podemos
intervenir e interactuar en esta próxima sociedad. Los recursos de hoy día son
muy amplios, aunque no todos los individuos saben hacer buen uso de ellos.

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