Sei sulla pagina 1di 2

LA MORAL Y LA ÉTICA HUMANISTA

 La Moral: se refiere a la práctica y vivencia concreta de los valores, virtudes, principios…


El Objeto de estudio de la Moral
“La moralidad no se refiere específicamente a ciertos ámbitos de la vida: ni a la sexualidad, ni a ciertas situaciones límite
extraordinarias, tomadas aisladamente. Ser moral significa asumir las propias responsabilidades en todos los ámbitos de
la vida” Diccionario de ética

 La Ética una disciplina normativa: La ética es una ciencia que tiene como objeto la moral, la cual está estrechamente
vinculada a la norma y al deber ser, La ética no es una ciencia meramente explicativa, pues pretende generar un
comportamiento que se decida por el valor de lo bueno.
Esto no quiere decir que la ética sea un conjunto de sermones o un manual con recetas para portarse bien. Significa
que la ética es una ciencia que analiza el deber ser, la norma y la obligación moral.
En su Ética nicomaquea Aristóteles enseño que si la ética no nos hace virtuosos es un conocimiento inútil… un
conocimiento abstracto sin repercusiones para la vida.
La ética analiza lo que debe hacerse y lo que no debe hacerse. No le interesa lo que el individuo hace, sino lo que
debe hacer. El deber ser es el distintivo de la ética. (Fagothey)

1. Lean el siguiente artículo, saquen conclusiones personales y respondan la pregunta.

Nuestra realidad frente a la ética humanista.

La ética es el conjunto de normas que hacen posible la convivencia entre humanos. Erick Fromm refiere que hay
dos tipos, la autoritaria, que es impuesta al individuo por el Estado, la religión o la sociedad. La segunda, la
humanista, que nace de la reflexión del sujeto sobre lo que es mejor para él y para los demás.

Los principios clave de la ética del humanismo, tomado del Manifiesto Humanista (2000), nos señalan que la dignidad
y autonomía del individuo es el valor central. Y se compromete a maximizar la libertad de elección: libertad de
pensamiento y conciencia, el libre pensamiento y la libre investigación, y el derecho de los individuos a seguir sus
propios estilos de vida hasta donde sean capaces y hasta tanto que ello no dañe o perjudique a otros. Esto es
especialmente relevante en las sociedades democráticas en donde puede coexistir una multiplicidad de sistemas
alternativos de valores. Por consiguiente los humanistas aprecian la diversidad.

La defensa humanista de la autodeterminación no significa que los humanistas acepten como valiosas cualquier
clase de conducta por el mero hecho de ser humana. Ni la tolerancia de los distintos estilos de vida implica
necesariamente su aprobación. Los humanistas insisten que acompañando al compromiso con una sociedad libre
está siempre la necesidad de alcanzar un nivel cualitativo de gusto y distinción. Los humanistas creen que la libertad
debe ser ejercitada con responsabilidad. Reconocemos que todos los individuos viven en el seno de comunidades
y que algunas acciones son destructivas y están equivocadas.

La ética autoritaria, por el contrario, niega al hombre la facultad de saber lo que quiere, de valerse por sí mismo, de
dominarse, porque su único anhelo es dominar, castigar y coaccionar.

El éthos autoritario sólo sabe de deber y de obediencia –del deber de obedecer y de la obediencia al deber–. Para
esta moral de esclavos, «bueno» y «virtuoso» son sinónimos de obediente y sumiso. El éthos autoritario fomenta de
este modo un sistema social basado en el miedo al poder y a la autoridad «oficiales», al gobierno y al Estado, el
culto a la personalidad del gobernante, la complacencia con (la participación en) la delación, la vigilancia y el control
sobre y entre ciudadanos. Los Estados totalitarios han hecho de esta práctica su marca de serie y su tétrico distintivo.

Los filósofos éticos humanistas han defendido una ética de la excelencia (desde Aristóteles y Kant hasta John Stuart
Mill, John Dewey, y M.N. Roy). En ellos se hacen patentes la templanza, la moderación, la continencia, el autocontrol.
Entre los tópicos de la excelencia se encuentran la capacidad de elegir libremente, la creatividad, el gusto estético,
la prudencia en las motivaciones, la racionalidad y una cierta obligación de llevar a su máximo cumplimiento los más
altos talentos de cada cual. El humanismo intenta sacar a flote lo mejor de la gente, de manera que todo el mundo
pueda tener lo mejor en la vida.

El humanismo reconoce nuestras responsabilidades y deudas con los otros. Esto significa que no debemos tratar a
los demás seres humanos como meros objetos para nuestra propia satisfacción; debemos considerarlos como
personas dignas de igual consideración que nosotros mismos. Los humanistas sostienen que «todos y cada uno de
los individuos deberían ser tratados humanamente». Aceptan la Regla de Oro según la cual «no debes tratar a los
demás como no quieras que te traten a ti». También aceptan por la misma razón el antiguo mandato de que
deberíamos «recibir a los extranjeros dentro de nuestras posibilidades», respetando sus diferencias con nosotros.
Dada la multiplicidad actual de credos, todos somos extranjeros –aunque podamos ser amigos– en una comunidad
más amplia.

[…] deberíamos respetar una ética de principios. Esto significa que el fin no justifica los medios; por el contrario,
nuestros fines están modelados por nuestros medios, y hay límites acerca de lo que nos está permitido hacer. Esto
es especialmente importante hoy a la luz de las tiranías dictatoriales del siglo XX, en las que determinadas ideologías
políticas manipularon comprometidos medios morales con fervor casi religioso para realizar fines visionarios. Somos
agudamente conscientes del trágico sufrimiento infligido a millones de personas por quienes estuvieron dispuestos
a permitir un gran mal en la prosecución de un supuesto bien mucho mayor.

Tomado de: : https://www.elpais.cr/2015/11/30/nuestra-realidad-frente-a-la-etica-humanista/

2. ¿Estamos regidos por una ética y conducta humanista o autoritaria? Justifica tu respuesta.

3. Redacten unas reflexiones acerca de alguna situación que involucre problemas morales (de cualquier tipo) y las
posibles maneras de solucionarlas. El ejemplo o la reflexión pueden tomarlos de cualquier aspecto de la conducta
humana: Corrupción, sexo, economía, uso de la fuerza, la eutanasia voluntaria; los nuevos poderes reproductivos:
fertilización in vitro, la maternidad de alquiler, la ingeniería genética, el trasplante de órganos y la clonación entre otros.
Luego discutan esas reflexiones entre el grupo.

4. Indica con algunos dibujos (o con un collage tomado de periódicos o revistas) cuatro diferentes campos de la vida en
los que está presente la ética humanista:

En la vida personal En la vida familiar

En la vida social En la vida política

5. Con frecuencia se escuchan frases como: “cada quien tiene su ética”, “la ética es cuestión de enfoques y de opiniones”,
“la ética es un asunto completamente personal”. ¿Qué opinas?

Adaptado de: Cuadernillo de ejercicios. Seminario de ética. Ing. Héctor Fernando Barbosa Amaya. Febrero 2010

Potrebbero piacerti anche