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escritas allí. Pero, sólo tenemos como quince minutos para las
doce. Quiero salir. Y no me he puesto ronco, esta mañana,
hablando. Algunas veces estos aires acondicionados aquí me
ponen muy ronco.
Así que si el Hermano Neville no^¿No tiene Ud. nada
para esta noche? [El Hermano Neville dice: “No”._Editor]
Bueno, bueno, yo^Si está bien, tengo algo. Me encontré un
paquete de cigarrillos el otro día, tirado en el bosque; y recibí
un Mensaje de ese paquete de cigarrillos, para esta noche, si el
Señor quiere. ¿Ven?
Así que, tengo estas Escrituras aquí. Y no quiero pasarme
de la hora, para que Uds. puedan regresar.
147 Un paquete de cigarrillos, hablando. Muy bien. Me estaba
poniendo en camino a través del bosque, y allí estaba un
paquete de cigarrillos, y simplemente seguí mi camino
alejándome. Yo pensé: “Bueno, alguien está adelante de mí”.
Y Algo dijo: “Regresa y recoge eso”.
Yo pensé: “¿Recoger un paquete de cigarrillos? Yo no”.
Algo dijo: “Regresa y recoge ese paquete de cigarrillos”.
Y yo fui allí, había un paquete viejo vacío, y vi algo. Se los
voy a contar, esta noche, si el Señor quiere. Muy bien.
148 Ahora vamos a hablar acerca de Luces del atardecer, sólo
por unos momentos. La Biblia predice que vendría un tiempo,
justamente en el tiempo final, que el sol saldría, y habría una
Luz del atardecer. Todos sabemos eso. ¿No es así? Nosotros,
nosotros estamos^Nosotros los que estamos familiarizados
con nuestro Mensaje hoy del Señor Jesús, creemos que habrá
una Luz del atardecer. Y esta Luz del atardecer^
Por supuesto, la gran Luz vendrá cuando Jesús mismo será
manifestado aquí en la tierra, o arriba en los Cielos, llevándose
a Su Novia, y luego el Milenio empezará.
149 Pero tenemos uno de los tiempos más espantosos por los
cuales pasar, que hayan estado delante de los seres humanos. Y
sólo estoy esperando la hora, y cuando podamos tener^todos
puedan tener oportunidad donde Uds. puedan tener unos días
libres del trabajo y dedicar unos días, y podamos instalarnos
en alguna parte donde yo pueda hablar sobre esas Plagas y
cosas que han de caer en los últimos días; y juntar alrededor de
dos o tres semanas, y traer eso junto, si el Señor me permite
vivir para hacerlo y me inspira a hacerlo así, ver cómo esas
cosas serán introducidas, y esos Truenos. Entonces Uds. se
darán cuenta sobre qué han estado soñando esos hombres y
esas personas, y todas esas cosas allí, se van a cumplir; ¿ven?,
Uds. se darán cuenta lo que ellos revelaron, ese gran trueno
saliendo de los_de los cielos. Ahora, por supuesto, todo el
38 LA PALABRA HABLADA
165 Pienso que, esa es una buena palabra con la cual terminar,
y decir: “Señor, ¿qué quieres que yo haga? Cuando veo esta
Escritura tan perfectamente revelada ahora mismo; Señor, ¿qué
quieres que yo haga?”
Inclinemos nuestros rostros.
166 Yo les pido a todos los que están aquí que examinen sus
corazones ahora y se hagan esa pregunta: “Señor, ¿qué quieres
que yo haga?” Y Uds., si todavía están en los cables del
teléfono por toda la nación, inclinen sus rostros y pregunten:
“Señor, ¿qué quieres que yo haga? Viendo que estamos aquí en
los últimos días y las últimas horas, tan perfectamente delante
de nosotros, tan claramente revelados, ¿qué quieres que yo
haga?”
167 Amado Dios, mientras ellos te están haciendo esa pregunta;
te pregunto, yo mismo, a Ti, ¿qué quieres que yo haga, Señor?,
ya que me doy cuenta que se debe dar cuenta por cada día. Y
ruego que Tú me ayudes, Señor, a vivir de manera que cada
día, sea contado para Tu honra y gloria.
Ruego que Tú ayudes a todos por toda la nación, y a
aquellos aquí que están presentes en el tabernáculo, mientras
examinamos nuestros corazones y decimos: “Señor, ¿qué
quieres que yo haga? ¿Qué podría yo hacer, Señor, para
propagar Tu Reino y Tu Causa?” Concédelo, Dios.
Examínanos, nuestros corazones, y pruébanos. Si hay
iniquidad en nosotros, Señor, egoísmo, motivos u objetivos
malos, oh Dios, límpianos con la Sangre de Tu Hijo, Jesucristo,
a quien humildemente le aceptamos Su propiciación de Su
muerte y Su resurrección. Y siendo justificados por creer que
El hizo esto, con mucho gusto aceptamos el plan de salvación
que Tú nos diste, a nosotros.
Padre, te damos gracias por el Mensaje del día, lo que
creemos y a lo que nos aferramos, saber y creer que es Tu
Palabra y Tu Mensaje. No para ser diferentes de la otra gente,
sino para tratar de ser más como Jesucristo Quien es nuestro
ejemplo.
168 Amado Dios, puestos aquí hay pañuelos, y hay gente
enferma en todas partes. Y yo mismo, Señor, estoy cansado y
agotado, esta mañana. Ruego que Tú nos ayudes, amado Dios.
Recurrimos a Ti por fortaleza. Tú eres nuestra Fortaleza. Tú
haz ayudado a tantos, amado Dios.
169 El otro día, pensando allá en ese bosque, caminando con el
Hermano Banks Woods, cuando los doctores^Su corazón
estaba tan mal que él casi no podía caminar. Luego pensar
cómo yo^no tenía yo la menor idea allá arriba, caminando en
aquellas montañas después de esa visión: “Yo debo de matar a
ese león. Yo debo de ver a ese león muerto”.
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