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La mente preconsciente
La mente inconsciente
De este modo, Freud comparó estos tres niveles de la mente con un iceberg:
La punta del iceberg que se puede ver por encima del agua representa la
mente consciente.
La parte del iceberg que se sumerge debajo del agua, pero es aún visible
es el preconsciente.
El grueso del iceberg está oculto debajo de la línea de flotación y
representa el inconsciente.
De acuerdo con esta la teoría, ciertos aspectos de nuestra personalidad son más
primitivos y que nos pueden presionar para actuar sobre nuestros impulsos más
básicos. Otras partes de la personalidad pueden lograr contrarrestar estos impulsos
y se esfuerzan por hacer que se ajusten a las exigencias de la realidad.
Vamos a ver cada una de estas partes clave de la personalidad, cómo funcionan de
forma individual y cómo interactúan.
El Ello
El ello es impulsado por el principio del placer, que se esfuerza por lograr la
satisfacción inmediata de todos los deseos, deseos y necesidades. Si estas
necesidades no se satisfacen inmediatamente, el resultado es un estado
de ansiedad o tensión.
El Ello es muy importante desde los momentos más tempranos de la vida, ya que
asegura que se satisfagan las necesidades de un bebé. Si el bebé tiene hambre o se
siente incómodo, él o ella van a llorar hasta que las demandas del Ello sean
satisfechos.
Sin embargo, el inmediato el cumplimiento de estas necesidades no siempre es
realista ni posible. Si estuvimos gobernados enteramente por el principio del placer,
conforme nos hacemos mayores podríamos cogeríamos sin más las cosas que
queremos sin importarnos las otras personas, para satisfacer nuestros propios
deseos.
El Yo
El Superyó
El ideal del Yo, que incluye las reglas y normas para el buen
comportamiento. Incluyen aquellos que son aprobados por las figuras de
autoridad de los padres y otros. Aquí se encontrarían los sentimientos de
orgullo, valor y logro.
La conciencia, que incluye información acerca de las cosas que son
consideradas por los padres y la sociedad. Se trata de comportamientos
que a menudo están prohibidos y dan lugar a malas consecuencias,
castigos o sentimientos de culpa y remordimientos.
Con tantas fuerzas en competencia, es fácil ver cómo podría surgir un conflicto entre
el Ello, el Yo y el Superyó. Freud utilizó el término fuerza del ego para referirse a la
capacidad del ego para funcionar a pesar de estas fuerzas en duelo. Una persona con
buena fuerza del Yo es capaz de gestionar eficazmente estas presiones, mientras que
aquellos con muy poca fuerza del Yo, pueden llegar a ser demasiado inflexibles
o antisociales.
Consciente
Freud describe a la mente consciente como una composición de todos los procesos
mentales de los cuales somos conscientes. La misma (mente consciente) se sitúa
en el presente y es quien le permite al sujeto tener percepción de la realidad.
Preconsciente
Inconsciente
Para Freud, la mente inconsciente comprende los procesos mentales que son
inaccesible a la consciencia. Para él, el inconsciente es la fuente primaria de la
conducta humana.
Podemos comparar las dos tópicas freudianas de esta manera: el ello se encuentra
dentro del inconsciente y el consciente y preconsciente hacen referencia al
superyó. Los pensamientos y sentimientos inadecuados para el individuo (de
acuerdo a la sociedad) son enviados al inconsciente, estos pensamientos son
impulsados por el ello y a la vez son reprimidos por el superyó.
Las cosas que están ocultas a la conciencia, para Freud, son las que ejercen la mayor
influencia sobre nuestras personalidades y comportamientos, por tanto afirma que lo
que se encuentra en el inconsciente son fuerzas que impulsan nuestro
comportamiento y definen nuestra personalidad.