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Teatro europeo en la Segunda Guerra

Mundial
Europa fue el principal teatro de operaciones de la
Segunda Guerra Mundial.1 Fue abierto con la invasión Teatro europeo en la Segunda
de Polonia el 1 de septiembre de 1939 y cerrado con la Guerra Mundial
rendición incondicional de Alemania ante el Reino Parte de la Segunda Guerra Mundial
Unido, los Estados Unidos, Francia y la Unión Soviética
el 8 de mayo de 1945.

El importante teatro de operaciones europeo incluyó


tres frentes de operaciones:

Mediterráneo: incluye las campañas en África del


Norte, el mar Mediterráneo, los Balcanes, Italia y el
sur de Francia.
Oriental: incluye las campañas en Polonia,
Bulgaria, Rumanía, Finlandia, Europa Central y la
Unión Soviética.
Occidental: incluye las campañas en Francia,
Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega,
Dinamarca, el oeste de Alemania y las campañas
aéreas sobre las islas Británicas y luego sobre
Europa Occidental.

Índice Desarrollo de la contienda


según el territorio conquistado
Antecedentes URSS y sus aliados
Cambios territoriales Aliados
Crisis y recuperación alemana Potencias del Eje
Vientos de guerra
La conquista de Europa Fecha 1 de septiembre de 1939–7 de
La invasión de Polonia mayo de 1945
La Guerra de Invierno (5 años, 8 meses y 6 días)
La Campaña de Noruega
Lugar Europa y el Norte de África
La caída de Francia
La Batalla de Inglaterra Resultado Victoria aliada

Frentes secundarios en el Mediterráneo Cambios División de Alemania en la RDA


La Campaña de África del Norte territoriales y la RFA.
La distracción de los Balcanes Beligerantes
La Gran Guerra Patria Potencias del Eje Aliados
La coexistencia imposible
Alemania nazi Reino Unido
La Operación Barbarroja
Alemania
El Cáucaso y Stalingrado Francia
La Operación Ciudadela Reino de Italia Unión Soviética
Los tres frentes europeos (1939-1943)
Estados Unidos
La Invasión de Italia
República Social (desde 1941)
La liberación de la Unión Soviética
Italiana (1943-1945)
El regreso aliado a Europa Y otros
Y otros
La derrota del Eje
El contraataque alemán
Comandantes
La conquista de Europa Central
Adolf Hitler Winston Churchill
Consecuencias
Victor Manuel III Charles De Gaulle
Aliados
Benito Dwight Eisenhower
Fuerzas del Eje
Otros Mussolini Iósif Stalin

Notas y referencias [editar datos en Wikidata]

Antecedentes

Cambios territoriales
El inicio de la Segunda Guerra Mundial en Europa está ligado íntimamente con los resultados que arrojó la
Primera Guerra Mundial. Las consecuencias de los tratados firmados por las Potencias Centrales en la primera
guerra habían alterado completamente el mapa geopolítico de Europa Central y Oriental.

Las naciones que habían resultado más afectadas eran los imperios Alemán, Austrohúngaro y Ruso, que habían
perdido grandes extensiones de territorio para favorecer la creación de nuevos estados democráticos, que se
esperaba que servirían de contrapeso a las naciones derrotadas. De esta manera, nuevas naciones surgieron en
el mapa, amparadas inicialmente por Francia y el Reino Unido. Polonia, Checoslovaquia, Yugoslavia y los
Estados Bálticos formaban parte de estas naciones, y sus existencias serían motivo de conflicto en Europa.

Crisis y recuperación alemana


Durante la década de los 20, los gobiernos alemanes y soviéticos se mantuvieron ocupados en conflictos
internos. La Revolución de Noviembre significó el cambio del sistema político vigente en Alemania hasta
entonces, y la hiperinflación ocasionó que la clase media alemana virtualmente desapareciera. Mientras tanto, la
Unión Soviética luchaba por definir sus fronteras y se recuperaba de la sangrienta guerra civil rusa. Por otra
parte, en el Reino de Italia, el país se había convertido en el primer estado fascista, con la llegada de Benito
Mussolini al poder en 1922. Mussolini había prometido el renacimiento del Imperio romano, y para lograrlo
buscaba expandirse hacia África y los Balcanes. No obstante, Italia era uno de los países europeos menos
industrializados, y sus ejércitos distaban mucho de ser los más modernos. Mussolini era consciente de ello, por
lo que inició un ambicioso programa de industrialización que debería tener a su país listo para mediados de la
década de los 40.

Aunque la economía alemana se estaba recuperando a inicios de los 30, el pueblo alemán guardaba un profundo
resentimiento al trato recibido por los Aliados plasmado en el Tratado de Versalles. El hecho de que la derrota
del ejército alemán hubiera llegado tan abruptamente, fue utilizado como base por los políticos de derecha para
inventar el mito de la «Puñalada en la espalda». Este mito aseguraba que la guerra había sido finalizada
abruptamente por elementos internos, que terminarían por ser definidos como comunistas y judíos. Este odio
fue explotado por un joven partido nacionalista llamado NSDAP, o Partido Nazi. Sumándose a otras fuerzas
desestabilizadoras alemanas, el partido nazi, dirigido por Adolfo Hitler, reclamaba la anulación del odiado
Tratado de Versalles, y pedía la limpieza de Alemania de elementos foráneos, incluyendo a los judíos y a los
eslavos. Hitler iba aún más allá, no sólo sugería la recuperación de los territorios perdidos en la última guerra,
sino que aseguraba que era necesario para la supervivencia del pueblo alemán, que se adquirieran territorios al
este, a expensas de Checoslovaquia, Polonia y la Unión Soviética, que se convirtió en el enemigo natural de
Alemania.

La República de Weimar no podía soportar tantos embates políticos, y la llegada de la Gran Depresión derribaría
a este frágil gobierno. Hitler llegaría al poder en 1933, e iniciaría los cambios que había prometido, ocupando en
primer lugar, los territorios de la Renania. Luego ocuparía Austria, mediante una jugada política conocida como
Anschluss. Finalmente, en 1938, Hitler exigiría la incorporación de la región de los Sudetes, poblada por
alemanes pero en territorio checoslovaco. Para aquel entonces, Alemania contaba con un moderno ejército,
superando los límites impuestos en el Tratado de Versalles.

Vientos de guerra
Checoslovaquia, que contaba con un excelente sistema defensivo, solicitó la ayuda de sus aliados occidentales,
pero el gobierno británico de Neville Chamberlain quería evitar a toda costa una segunda guerra mundial, y
apoyado por los franceses, intentó buscar una solución diplomática. En los Acuerdos de Múnich, Hitler recibió
los Sudetes, asegurando que esta sería la última anexión alemana. Checoslovaquia, que no tuvo representante en
Múnich, perdió entonces todo su cinturón defensivo, y acosada interna y externamente por elementos pro-
alemanes, terminaría dividiéndose en el Protectorado de Bohemia y Moravia y el Estado Eslovaco. En este
punto, Chamberlain se convenció de que Hitler no pensaba cumplir la promesa hecha en Múnich, y tardíamente
los Aliados empezaron a prepararse para otra guerra.

Todos estos éxitos alemanes no pasarían desapercibidos a Mussolini, que para aquel entonces, ya había iniciado
la ocupación de Albania y Etiopía, siendo expulsada de la Sociedad de Naciones. Finalmente, el 22 de mayo de
1939, la Italia fascista y la Alemania Nazi firmarían el Pacto de Acero, donde ambas naciones se comprometían a
brindarse asistencia mutua en caso de guerra.

Mientras tanto, en la Unión Soviética, Iósif Stalin había consolidado su posición como autoridad máxima y
acababa de iniciar una Gran Purga que también había afectado severamente al Ejército Rojo, diezmando la
capacidad de operación y organización de sus propias fuerzas armadas. Dándose cuenta de que el
expansionismo alemán estaba orientado hacia el este, Stalin intentó en vano encontrar aliados en Gran Bretaña
y Polonia, ya que para los gobernantes de este último país el bolchevismo era de temer aún más que el nazismo.
Cuando Hitler empezó a clamar por la desaparición del corredor polaco, la necesidad de Stalin de tener aliados
se hizo más apremiante, ya que era obvio que una vez que Alemania hubiera ocupado Polonia, luego intentaría
ocupar Rusia. Gran Bretaña y Francia ratificaron sus garantías a Polonia, no dispuestas a ceder de nuevo ante
Alemania, pero esto no fue suficiente para disuadir a Hitler, que no creía que las naciones occidentales le
declararían la guerra. No obstante, al igual que Stalin, Hitler no estaba seguro todavía de iniciar la guerra con la
Unión Soviética, motivo por el cual inició una aproximación diplomática al Kremlin, que finalizó con el Pacto
Molotov-Ribbentrop, firmado el 23 de agosto de 1939. Este pacto poseía una cláusula secreta, en la que el
destino de Polonia, Finlandia y los países bálticos fue sellado.2 Libre de obstáculos, Alemania se preparó para
invadir Polonia, confiada en que las promesas aliadas nunca se materializarían.

La conquista de Europa

La invasión de Polonia
El 1 de septiembre de 1939, los ejércitos alemanes cruzaron la frontera polaca, y en cuestión de días
neutralizaron el ejército polaco, que no estaba preparado para la Blitzkrieg. El 3 de septiembre los gobiernos
francés y británico declararon la guerra a Alemania, para sorpresa de Hitler, pero esto no significó ningún
cambio en el curso de la guerra en Polonia, ya que los Aliados no se plantearon enviar tropas a este país. Al caer
Varsovia, el Alto Mando polaco decidió dirigir sus fuerzas al sur, hacia la frontera con Rumania, donde
planeaban contener indefinidamente a los alemanes hasta la llegada de la ayuda prometida.

Este plan se vino abajo cuando la Unión Soviética invadió a Polonia desde su otra frontera el 17 de septiembre.
Entonces, los restos del ejército polaco empezaron su evacuación a Rumania. Los soviéticos y los alemanes se
dividirían el país, tomando la mayor parte Alemania.

La Guerra de Invierno
Stalin, preocupado todavía por una muy posible guerra con Alemania,
procedió a acelerar la organización de las fuerzas armadas soviéticas, y
enfocó su mirada en las fronteras occidentales. Consciente de que
Finlandia había simpatizado con Alemania en el pasado, Stalin previó
una muy posible ocupación de este país por fuerzas alemanas como
preparación para la inminente invasión nazi. La Unión Soviética ofreció
entonces a Finlandia mayores territorios en el norte, a cambio de recibir
Pila de soldados soviéticos
territorio alrededor del lago Ladoga, que utilizaría para proteger mejor
muertos en Finlandia
Leningrado. El gobierno finés de Carl Gustaf Mannerheim se negó y,
después de fallidas «negociaciones», la Unión Soviética inició la
invasión del pequeño vecino.

El resultado de la ofensiva soviética fue decepcionante: Los ejércitos soviéticos, numéricamente superiores, no
pudieron hacer nada frente a las fuerzas finesas, mejor adaptadas al duro clima del campo de batalla ártico, y
miles de soldados soviéticos murieron debido a la ineficacia de sus comandantes. Entonces, Stalin removió del
mando a su protegido Kliment Voroshílov, y con tropas frescas al mando de Semión Timoshenko reinició el
ataque. Esta vez los exhaustos defensores fineses fueron sobrepasados y Finlandia tuvo que ceder gran parte de
su territorio a la Unión Soviética.

Este fracaso soviético no pasó desapercibido a Hitler, que empezó a subestimar al Ejército Rojo. Por su parte,
Stalin empezó a otorgar más autonomía al proceso de designación de comandantes del ejército.

La Campaña de Noruega
Con la Unión Soviética calmada, Hitler dirigió su mirada entonces hacia el oeste, pero no se atrevía a abrir aquel
frente de guerra. Los británicos y los franceses tampoco se atrevían, por lo que este período fue llamado Drôle de
guerre, o «Guerra en broma». No obstante, preocupado por la posibilidad de que el Reino Unido ocupara
Noruega y luego invadiera Suecia, cortando el suministro de hierro de Alemania, Hitler decidió ocupar este país
primero. Ante la necesidad de establecer bases aéreas para la invasión, Alemania también invadió Dinamarca el
9 de abril de 1940.

Los británicos decidieron actuar entonces, ya que desde Noruega la Luftwaffe podría lanzar ataques contra el
norte de Reino Unido. La campaña aliada en Noruega terminó en fracaso, solamente en Narvik al norte, se
lograron resultados positivos, pero las tropas británicas se verían obligadas a retirarse, ya que eran más
necesarias en Francia, donde la batalla de Francia acababa de empezar.

La caída de Francia
Con los ojos del mundo fijos en Noruega, el OKW empezó a
planificar la reapertura del Frente Occidental. Los alemanes a
toda costa querían evitar la reaparición de la lenta guerra de
trincheras de la Primera Guerra Mundial. Se trazaron varios
planes, pero sería el general Erich von Manstein quien
encontraría el punto débil de las líneas defensivas francesas.
Como los Países Bajos y Bélgica se habían declarado neutrales,
los ejércitos franceses se habían replegado a sus fronteras,

Los soldados británicos utilizan botes esperando el ataque desde este punto, ya que su frontera con
pesqueros para escapar de Dunkerque. Alemania era considerada impenetrable. El general Von Manstein
se dio cuenta de que la región de las Ardenas, al sureste de
Bélgica, no había sido protegida lo suficiente, ya que el mariscal
francés Maurice Gamelin consideró que los tupidos bosques harían difícil el cruce de tanques por esa región. El
mariscal Gamelin tenía razón, pero dejó casi sin protección esta región, que fue por donde las principales
fuerzas alemanas se encaminaron el 10 de mayo de 1940.

El día de la invasión, una importante fuerza alemana entró en Holanda y Bélgica, violando su neutralidad, y los
aliados avanzaron desde Francia hacia estos países. Mientras tanto, otra importante fuerza alemana al mando
del general Gerd von Rundstedt cruzó las Ardenas, congestionándose los tanques en las estrechas carreteras.
Cuando salieron del bosque dos días después, los Aliados se dieron cuenta de que iban a ser rodeados, y el
gobierno francés entró en pánico.

El 18 de mayo el cerco alemán fue cerrado, y el grueso de los ejércitos aliados quedaron atrapados en Bélgica.
Contrataques desde adentro y desde fuera para levantarlo no tuvieron éxito, y los británicos iniciaron la
evacuación de sus hombres mediante la Operación Dinamo. Mussolini decidió finalmente actuar, y el 5 de junio
le declaró la guerra a los Aliados, e intentó invadir Francia desde el sur. El 10 de junio París fue declarada ciudad
abierta, y cayó poco después.

Sin reservas para contener el avance alemán, Francia se rindió el 22 de junio de 1940. El entonces coronel
Charles de Gaulle escapó a Inglaterra, y desconociendo el nuevo gobierno pro-alemán de Vichy, creó la
Resistencia francesa. Durante la batalla, con tantas derrotas en su gobierno, Chamberlain renunció, y fue
sucedido por Winston Churchill como Primer Ministro del Reino Unido.

La Batalla de Inglaterra
Con Polonia, Francia y la URSS neutralizadas, sólo Inglaterra se
interponía en la conquista alemana de Europa.

Los estrategas alemanes habían estudiado la posibilidad de una invasión


Hitler y varios oficiales alemanes
de Inglaterra, que fue condensada en la operación León Marino. Habían
minutos antes de firmar el
concluido que antes de considerar el desembarco alemán era necesario Armisticio con Francia
neutralizar a la Fuerza Aérea Británica para que la Fuerza Aérea
Alemana acabará con la Armada británica, ya que la Armada alemana no
podía lograrlo. De esta manera todas las miradas cayeron sobre el general Hermann Göring, comandante de la
Luftwaffe.

El general Göering inició una serie de bombardeos estratégicos sobre Inglaterra, enfocándose en aeródromos y
zonas industriales. Los resultados fueron devastadores, especialmente el de la operación «Día del Águila»,
donde 1000 bombarderos protegidos por 700 cazas atacaron Inglaterra, destruyendo decenas de aviones en el
suelo.

No obstante, la RAF encontró un respiro cuando accidentalmente los puertos de Londres fueron bombardeados,
lo que motivó que los británicos bombardearan Berlín. Este ataque en suelo alemán motivó a Hitler a que
ordenara a Göering el cambio de estrategia, iniciándose la Blitz. En esta etapa se bombardearon objetivos civiles,
muriendo unas 43 mil personas y destruyéndose 1 millón de casas. La RAF aprovechó el cambio de estrategia
para incrementar sus efectivos, y finalmente pudieron hacer frente a la Luftwaffe. El 12 de octubre, Hitler se
cansa de esperar y ordena la suspensión de la invasión de Inglaterra. No obstante, los bombardeos sobre
Londres no pararían hasta el 16 de mayo de 1941, cuando Hitler enfocaría su mirada de nuevo hacia el este.

Frentes secundarios en el Mediterráneo

La Campaña de África del Norte


Alemania fue arrastrada a la llamada Guerra del Desierto por su aliado Italia. Con la derrota de Francia,
Mussolini intentó apoderarse de Egipto en septiembre de 1940, atacando desde su colonia Libia. El resultado fue
desastroso, casi 170 mil italianos fueron capturados y Libia fue conquistada por el Reino Unido.

Alemania intervino para evitar que el Mediterráneo fuera controlado por los Aliados, abriendo el camino a un
desembarco por el sur de Europa. Un regimiento panzer fue enviado al mando del legendario Erwin Rommel,
que al recibir mayores fuerzas comandaría la famosa Afrika Korps. El general Rommel se dio cuenta de que la
mayoría de las fuerzas británicas en África habían sido enviadas a la batalla de Creta, por lo que se decidió a
atacar, logrando la victoria. Después de varios intentos, los británicos finalmente lograron hacer retroceder a
Rommel, que había agotado sus reservas. Un contraataque alemán hizo retroceder a los británicos hasta la
frontera con Egipto. Pero las exhaustas tropas de Rommel fueron barridas en el segunda batalla de El Alamein
en octubre de 1942.
EL Afrika Korps se retiró a Túnez, donde fue acosado por el oeste y el este, ya que
tropas estadounidenses desembarcaron en Argelia y Marruecos. A pesar de que en
la batalla de Kasserine Rommel logró momenténeamente poner en aprietos a los
Aliados, era obvio que la superioridad de recursos enemiga era aplastante, y el 7 de
mayo de 1943 unos 275 mil soldados alemanes se rindieron en Túnez.

La distracción de los Balcanes


Mientras la OKW preparaba la invasión de la Unión Soviética, Mussolini hacía lo
mismo con Grecia. Mussolini había presionado al primer ministro de Grecia,
El general Rommel
Ioannis Metaxas, a que cediera ante unas exigencias italianas. La respuesta
conversa con sus
negativa de Grecia desencadenó la invasión italiana desde Albania en octubre de oficiales durante la
1940, que terminó en una derrota italiana y el estancamiento del frente. En marzo campaña de África del
de 1941, Hitler se enteró que la RAF estaba utilizando las bases aéreas griegas, y Norte.
finalmente acudió en ayuda de Italia.

Para realizar un ataque sorpresa, los ejércitos alemanes debían atravesar Macedonia, parte de Yugoslavia, por lo
que se presionó al regente Pablo para uniera su país al Pacto Tripartito. Dos días después de ocurrir esto, el
Regente fue derrocado, y aunque los nuevos gobernantes de Yugoslavia decidieron unirse al bando alemán de
todas maneras, esto no calmó a Hitler, que ordenó el inicio de la invasión el 6 de abril. Después de 11 días de
combates, Yugoslavia fue ocupada completamente. Al mismo tiempo, los ejércitos de Bulgaria, Italia y Alemania
habían iniciado la invasión de Grecia, cuyos defensores no pudieron contener la avalancha enemiga, a pesar de
contar con unidades británicas entre sus fuerzas.

El 27 de abril Atenas cayó y se inició la evacuación aliada hacia Creta. El 20 de mayo Alemania también invade
Creta, sufriendo fuertes bajas. No obstante, a pesar de haber perdido casi 16 mil hombres, las Fuerzas del Eje
logran expulsar a las fuerzas aliadas, conquistando la isla el 1 de junio.

La campaña alemana de los Balcanes es conocida como la Distracción o la Diversión de los Balcanes, ya que una
de sus consecuencia fue el atraso de la ofensiva alemana sobre la Unión Soviética. En efecto, Hitler inició su
ansiada «cruzada» dos meses después de lo planeado inicialmente, lo que causaría que las tropas alemanas
llegarían a Moscú al iniciarse las lluvias de otoño, dificultando el avance blindado alemán.

La Gran Guerra Patria

La coexistencia imposible
Desde el inicio de la invasión de Polonia, Winston Churchill había declarado que la coexistencia pacífica entre la
Unión Soviética y la Alemania Nazi no era natural. En efecto, el fascismo alemán y el comunismo soviético
habían rivalizado desde antes de iniciarse la guerra, y era obvio que Stalin y Hitler habían realizado un pacto de
no agresión con el único objetivo de no iniciar la guerra prematuramente. Stalin confiaba en que Hitler
respetaría el pacto por lo menos hasta 1945, y planeaba tener su ejército listo para esa época. Por su parte, Hitler
pensaba que ni Francia ni Gran Bretaña le declararían la guerra, y podría planear con tiempo su avance hacia el
este. El pensamiento alemán de aquella época dictaminaba que para asegurar la existencia del pueblo alemán,
era necesario extenderse hacia el este, expulsando a su paso a los elementos
asiáticos: eslavos y judíos. El comunismo lo veían como una invención judía, y por
ende, un estado eslavo bolchevique era la antítesis de la existencia alemana.

La campaña alemana que iba iniciarse en la Unión Soviética iba a ser


completamente distinta a las campañas anteriores, ya que el objetivo de esta no se
Winston Churchill
limitaba a neutralizar al enemigo, sino a expulsar de su territorio a la población
predijo acertadamente
civil. Esto significaba la deportación y ejecución masiva de pueblos enteros, con el
que el Pacto
objetivo de abrir paso a colonos. Los eslavos sobrevivientes se convertirían en una Germano-Soviético no
clase obrera esclava, mientras que la población judía y gitana sería exterminada en duraría mucho. En la
su totalidad. imagen, oficiales
alemanes y soviéticos
se saludan en Polonia
La Operación Barbarroja en 1939.

La Operación Barbarroja fue en su momento la mayor ofensiva realizada en el


mundo, lanzada el 22 de junio de 1941 y conformada por 3,5 millones de alemanes más 600 mil aliados. En total
contaba con 225 divisiones, distribuidas en tres grandes grupos de ejércitos: Norte, Sur y Centro. Este último
contaba con la mayor cantidad de tanques y hombres, que lograron destruir con éxito las grandes unidades
soviéticas en Bielorrusia y Ucrania. Mientras que el Grupo Norte se encargaba de conquistar los estados bálticos
y Leningrado, el Grupo Sur se encargó de Crimea y el sur de Ucrania.

No obstante, a pesar de las impresionantes victorias alemanas, el avance no fue tan rápido como había sido
planeado, y la cantidad de soldados soviéticos resultó ser mucho mayor a la estimada; además, Leningrado no
pudo ser conquistada y tuvo que ser sitiada. Preparados para una corta campaña, los alemanes llegaron a Moscú
a inicios del invierno de 1941 y 1942, desgastados, con unas líneas de sumunistros excesivamente extendidas y
poco preparados para el intenso frío. La batalla de Moscú empezó a estancarse, y un contraataque soviético
comandado por Gueorgui Zhúkov enterró definitivamente las esperanzas alemanas de una rápida victoria. La
guerra en la URSS continuaría varios años más, pero la racha de victorias alemanas terminaría con la Operación
Barbarroja.

El Cáucaso y Stalingrado
Desanimado por el estancamiento de la batalla en el norte, Hitler buscó explotar una rápida victoria en el sur. El
Cáucaso era lo único que se interponía entre el Grupo de Ejércitos Sur y los pozos petrolíferos de Bakú. Se
planificó entonces una ofensiva al sur, aprovechando que la Stavka estaba enfocada en Moscú todavía.
Inicialmente se determinó que era necesario asegurar los cruces de los ríos Don y Volga, por lo que era necesario
la toma de Stalingrado. Una vez conseguido esto, el avance debería mantenerse hacia el Cáucaso. A última hora,
Hitler decidió tomar ambos objetivos al mismo tiempo, dividiendo las fuerzas destinadas inicialmente para uno
solo. Esta decisión probó ser fatal, ya que las fuerzas alemanas que avanzaron por el Cáucaso lograron abrirse
paso fácilmente, pero no contaban con fuerzas que les protegieran los extendidos flancos. Por su parte, las
fuerzas alemanas que llegaron hasta Stalingrado tampoco protegieron adecuadamente sus flancos, y dos
contraataques soviéticos en Stalingrado y el Cáucaso cercaron al 6º ejército alemán del general Friedrich Paulus
en Stalingrado y expulsaron a los alemanes del Cáucaso.
Los contraataques alemanes para liberar a las fuerzas del general Paulus no lograron su objetivo, y después de
resistir durante casi cien días, las fuerzas alemanas en Stalingrado se rindieron el 2 de febrero de 1943,
muriendo la mayoría en el cautiverio.

Los soviéticos intentaron explotar su victoria y continuaron avanzando, a pesar de haber sobreextendido sus
líneas de suministros y haber perdido muchos hombres en sus ofensivas. El fracaso de la operación Marte y la
derrota soviética en la Tercera Batalla de Járkov gracias a la genialidad del general Erich von Manstein,
dictaminaron el fin de la ofensiva soviética del invierno de 1942 y 1943.

Como resultado de las acciones del general Von Manstein, un importante saliente en el frente quedó sobre la
ciudad de Kursk, saliente que fue clasificado por Hitler como la oportunidad perfecta para revertir a su favor el
curso de la guerra en el Frente Oriental.

La Operación Ciudadela
En la línea del Frente Oriental, dos salientes alemanes ubicados cerca de Orel y Járkov, habían formado a su vez
un saliente soviético centrado en Kursk. Hitler vio este saliente como la oportunidad perfecta para retomar la
iniciativa y destruir a tres frentes (grupos de ejércitos) soviéticos al mismo tiempo. Cuando sus generales
escucharon sus planes se asustaron, con falta de hombres y material, si una ofensiva de este tipo no funcionaba,
el Frente Oriental colapsaría, ya que ya no dispondrían de fuerzas para mantener sus posiciones actuales. En su
lugar sugirieron una retirada del saliente, y mantener una postura defensiva desde entonces. Hitler los ignoró, e
inició la acumulación de tropas en el norte y el sur del saliente de Kursk.

El 5 de julio de 1943 se ejecutó la Operación Ciudadela. No obstante, la inteligencia soviética ya había


averiguado los planes alemanes y Stalin había concentrado gran cantidad de tropas alrededor del saliente.3
Además, se habían planificado a su vez dos contraofensivas contra los salientes alemanes de Jarkov y Orel (véase
Cuarta Batalla de Jarkov y Operación Kutuzov respectivamente). El ataque sorpresa alemán se vio frustrado
cuando los soviéticos atacaron las posiciones alemanas horas antes. Los alemanes se enfrentaron a varias líneas
defensivas soviéticas sucesivas, y en el norte, después de una semana de combates encarnizados, solamente se
había avanzado 10 km. En el sur, la batalla de Prokhorovka se destacó por la cantidad de tanques involucrados,
aunque los progresos alemanes fueron igual de estériles.

Finalmente, el 9 de julio la situación militar de Alemania en Europa se volvió desesperante, ya que los británicos
y los estadounidenses desembarcaron en Sicilia (véase Operación Husky), y ante la falta de progresos Hitler tuvo
que suspender la Operación Ciudadela para enviar refuerzos a Italia.4 Las pérdidas alemanas y soviéticas
habían sido similares, pero mientras que la Unión Soviética podía reponerlas, la Alemania nazi, no. De esta
manera, la URSS por fin obtuvo un leve respiro en su lucha con Alemania. Peor aún, Alemania ahora no sólo
debía combatir en el sur y el este de Europa, sino que acababa de perder 1.300 tanques sin recibir nada a
cambio, convirtiéndose en realidad los peores temores de los generales de Hitler.3

Los tres frentes europeos

La Invasión de Italia
Aunque Benito Mussolini no sería capturado hasta abril de 1945,
perdería su poder en julio de 1943. En efecto, al desembarcar los Aliados
en Sicilia, el Gran Consejo Fascista votaría el 24 de julio la deposición de
Mussolini, que sería arrestado al día siguiente. En este golpe de estado
participaría el rey Víctor Manuel III, y sus dos otrora aliados Dino
Grandi y Galeazzo Ciano. En su lugar, fue nombrado Primer Ministro el
mariscal Pietro Badoglio, quien inmediatamente anunció que Italia
continuaría en la guerra, aunque inició en secreto negociaciones con los
Aliados. Soldados aliados desembarcan
en Salerno
Sicilia fue conquistada por los Aliados fácilmente, y el general alemán
Albert Kesselring inició la fortificación de la península italiana,
aprovechando las formaciones montañosas de la misma. Hitler, quien desconfiaba de Badoglio, ordenó la toma
de puntos claves del gobierno italiano el 8 de septiembre, cuando Badoglio intentaría públicamente hacer la paz
con los Aliados. Cuatro días después, Mussolini fue rescatado por comandos alemanes y fue proclamado Primer
Ministro de la recién creada República Social Italiana, un puesto nominal, ya que todo su poder lo perdió el
anterior 24 de julio.

Entre el 3 y el 9 de septiembre se realizaron desembarcos en Salerno, Tarento y el estrecho de Messina. Después


de sufrir fuertes bajas en Salerno, los ejércitos aliados iniciaron su ascenso por Italia, denominada el «suave
vientre del Reich» por Winston Churchill. La realidad fue otra, ya que una serie de líneas defensivas preparadas
con anterioridad causaron fuertes bajas a los Aliados, ya que los alemanes utilizaron los montes Apeninos y los
ríos como una defensa natural.

Después de perder miles de hombres cruzando la Línea Gustavo, los Aliados realizaron un desembarco en Anzio,
con el objetivo de flanquear la línea defensiva. Este desembarco no logró completar sus objetivos y sumó más
soldados a la lista de bajas. Sin embargo, después de muchos contratiempos, los Aliados por fin llegaron a Roma
el 4 de junio de 1944. Esta victoria tardía fue opacada por el desembarco de Normandía, efectuado dos días
después.

Si bien la batalla en Italia duraría hasta mayo de 1945, los generales británicos y estadounidenses se enfocarían
de ahora en adelante en el Frente Occidental. Al final de la guerra en Europa, las fuerzas aliadas lograrían
quebrar las líneas defensivas alemanas en Italia y llegarían al valle del Po.

La liberación de la Unión Soviética


Después de Kursk, Alemania pasó a la defensiva en el Frente Oriental. Stalin clamó por la liberación de Ucrania,
y el Ejército Rojo dirigió su avance hacia el Dnieper. En la batalla del Dnieper, los alemanes intentaron en vano
contener a un enemigo numeroso y mejor equipado, sufriendo fuertes bajas. La línea Panther-Wotan fue
quebrada al sur de las marismas del Pripet, y el 1º ejército Panzer casi quedó atrapado en su totalidad. Al
cortarse el enlace terrestre de la guarnición alemana en Crimea con Ucrania, las fuerzas alemanas en Sebastopol
tuvieron que ser evacuadas en mayo de 1944. Para finales de aquel mes, del territorio soviético, solamente
Bielorrusia y los estados bálticos continuaban ocupadas por Alemania. En una ofensiva al norte, el dramático
sitio de Leningrado fue finalmente levantado. Esta ofensiva se detuvo en la Panther-Wotan, que correspondía,
con poca exactitud, a la actual frontera de Estonia con Rusia.
Para junio de 1944, los soviéticos se encontraban a la entrada de los Balcanes, y los generales alemanes pensaron
que la nueva ofensiva enemiga intentaría seguir explotando el éxito en el sur. No obstante, el pensamiento de la
Stavka era distinto. Se deseaba que el frente avanzara de manera uniforme, por lo que se decidió empujar el
frente hasta la frontera con la Polonia ocupada.

La operación Bagration se lanzó el 22 de junio, tres años después que la Barbarroja, y los resultados fueron
inmediatos. Dos ejércitos alemanes, el 4º y el 9º, fueron atrapados cerca de Minsk, y las fuerzas del Grupo de
Ejércitos Norte fueron amenazadas de quedar aisladas en Curlandia, a menos que se retiraran rápidamente. Al
sur, más soldados alemanes fueron capturados cerca de Leópolis, y para finales de agosto, Bielorrusia había sido
finalmente liberada.

Con el Ejército Rojo cruzando sus fronteras, Rumania cambió de bando rápidamente, y dos semanas después, el
8 de septiembre, Bulgaria le declaró la guerra a su otrora aliado Alemania. Ese mismo mes, Finlandia también
cambió de bando, y aunque intentó sin éxito mantenerse neutral, tuvo que acceder a las demandas soviéticas de
expulsar a la fuerza a los soldados alemanes de su territorio. La llamada guerra de Laponia vio a dos antiguos
aliados enfrentándose en el Ártico, si bien al final, las fuerzas alemanas lograron escapar a Noruega.

1944 fue un año de grandes victorias para los Aliados. Para el final del año, la URSS controlaba los Balcanes y
todo su territorio, a excepción de Curlandia, donde el Grupo de Ejércitos Norte había quedado finalmente
aislado. El Ejército Rojo tenía ante sí el llano polaco, y solamente debía cruzar el río Vístula para apoderarse de
Polonia. Si bien la resistencia en Prusia Oriental era fuerte, no significaba una seria amenaza para el avance
soviético y solamente fue rodeada.

En efecto, en 1944, la carga sobre el Ejército Rojo finalmente fue aliviada, en gran parte, por el desembarco
aliado en Normandía.

El regreso aliado a Europa


El 6 de junio de 1944 se realizó la tan esperada reapertura del Frente
Occidental. Unos 134 mil soldados estadounidenses, británicos,
franceses, polacos y canadienses desembarcaron en las costas de
Normandía y establecieron cabezas de playa no muy profundas pero
sólidas, que fueron la base para futuros desembarcos. En efecto, se
estima que desde el Día D hasta el final de la guerra, casi tres millones
de soldados cruzaron el canal de la Mancha y desembarcaron en
Normandía.

Si bien inicialmente el avance fue muy lento, la batalla de Caen atrajo a


la mayoría de las tropas alemanas a esta ciudad, lo que debilitó el flanco
occidental del frente en Normandía. Este debilitamiento fue
aprovechado por las tropas estadounidenses, que rompieron el frente en
la Operación Cobra y luego avanzaron hacia el este, atrapando a cuerpos Blindado estadounidense en el
de dos ejércitos alemanes en lo que se llamó la Bolsa de Falaise. El 25 de Arco de Triunfo de París.
agosto, las fuerzas del general Jacques Leclerc entraron en París, que
había sido declarada ciudad abierta por el enemigo.
Las tropas alemanas se retiraron a las fronteras orientales de Francia, con el objetivo de resguardarse detrás de
la Línea Sigfrido. Deseoso por terminar la guerra rápidamente, el general Bernard Montgomery elaboró la
operación Market Garden, que implicaba la captura de varios puentes estratégicos en los Países Bajos, desde
donde pensaba entrar en Alemania, superando el río Rin.

La operación Market Garden fue un éxito táctico pero un fracaso estratégico, ya que se tomaron todos los
puentes salvo el último, que habría permitido a los Aliados entrar en Alemania atravesando el Rin: Las tropas
blindadas que debían avanzar a Arnhem encontraron seria resistencia y quedaron atascadas en la única
carretera existente. Este retraso dejó sin apoyo a la 1º División Aerotransportada británica, que había sido
lanzada en Arnhem. Esta división fue diezmada y los sobrevivientes tuvieron que retirarse. Esta operación fue
uno de los peores fracasos aliados, al sufrir más bajas que en Normandía. No obstante, los problemas estaban
lejos de terminar, ya que Hitler estaba preparando un ambicioso contraataque con el que esperaba cerrar el
Frente Occidental.

La derrota del Eje

El contraataque alemán
Hitler había ideado un plan que implicaba una ofensiva alemana a través de las Ardenas. Con 500 mil soldados,
pensaba capturar el estratégico puerto de Amberes, atrapando a las tropas británicas en el norte. Con sus líneas
de aprovisionamiento cortadas y sin suministros, las tropas británicas deberían rendirse y los estadounidenses
al sur solicitarían un armisticio al quedarse sin puertos cercanos. Hitler ignoró completamente la superioridad
aérea aliada, así como las voces en contra de sus generales.

El 16 de diciembre de 1944 se inició la Batalla de las Ardenas. La sorpresa estadounidense y el mal tiempo, que
mantuvo a los aviones aliados en tierra, fueron las principales causas del inicial éxito alemán. No obstante, los
dos ejércitos Panzer que se dirigían a Amberes fueron detenidos en seco por los cazas aliados, ya que al mejorar
el tiempo, fueron detectados fácilmente. El 23 de diciembre los estadounidenses lanzaron una contraofensiva,
que fue respondida por otra contraofensiva alemana. No obstante, el saliente creado fue reducido poco a poco, y
para el 25 de enero de 1945 había sido eliminado completamente.

Completamente debilitado, el ejército alemán fue empujado poco a poco detrás del río Rin, la última defensa
alemana.

La conquista de Europa Central


En el este, la resistencia alemana era cada vez más obstinada. La ofensiva del Vístula-Óder fue iniciada a inicios
de enero de 1945, y en tres semanas las tropas soviéticas avanzaron desde el río Vístula hasta el Óder,
ubicándose a menos de 70 km de Berlín. Para inicios de febrero, el Ejército Rojo se encontraba desplegado a lo
largo del río Óder, a unos 60 km de Berlín. Solo quedaba la mitad del Grupo de Ejércitos Sur (Grupo de Ejércitos
A) para resguardar la entrada a Berlín, ya que muchas tropas habían sido enviadas al oeste de Alemania para la
batalla del Saliente.
En el sur, la Batalla de Budapest
tuvo un final sangriento cuando
las desesperadas tropas
alemanas, completamente
rodeadas, se lanzaron en una
carga suicida contra los
soviéticos. Más al sur, en
Yugoslavia, las fuerzas
partisanas de Tito, apoyadas
Winston Churchill y Bernard ahora por el Ejército Rojo,
Montgomery cruzan el río pusieron en jaque a más de una
Rin. docena de divisiones alemanas, Situación en Europa central a
aunque gran parte de la mitad mediados de febrero de 1945.

oriental del país ya se


encontraba liberada desde el año anterior. El 9 de abril, Viena fue
capturada por los soviéticos.

En el oeste, los cruces aliados del Rin en Wessel, Remagen y Oppenheim, desbarataron el plan de defensa
alemán, y el Grupo de Ejércitos B, casi 500 mil soldados, fue cercado y destruido en abril. Su comandante,
Walther Model, se suicidó para no ser capturado. Este cruce significó el derrumbamiento del Frente Occidental.
Consciente de la derrota alemana y siguiendo los acuerdos pactados previamente con los rusos, el comandante
aliado Dwight Eisenhower dejó Berlín a los rusos, y envió a sus tropas hacia Dinamarca, Sajonia y Baviera.

En abril de 1945, finalmente el mariscal Harold Alexander reinició su ofensiva en Italia logrando tomar Bolonia.
Al mismo tiempo, los partisanos de Yugoslavia liberaron Sarajevo, Croacia y Eslovenia.

El 16 de abril comenzó el asalto final contra Berlín, y dos frentes soviéticos, comandados por Georgi Zhúkov e
Iván Konev, se dirigieron hacia la capital por el noreste y el sureste respectivamente. La resistencia alemana
estaba condenada al fracaso, y aunque la resistencia fánatica alemana evitaba la rendición, esto no frenó al
ejército soviético. Habiendo perdido muchas unidades del ejército, Hitler recurrió al Volkssturm, unidades de
milicias populares poco entrenadas y reclutadas entre jóvenes y viejos: esto sólo incrementó el número de bajas
alemanas y tuvo poca repercusión en el resultado final.

El 25 de abril, las fuerzas estadounidenses hicieron el primer contacto con las fuerzas soviéticas en Torgau,
sobre el Elba y el 5 de mayo los Aliados entraron en Austria.

El 27 de abril, Benito Mussolini fue arrestado cerca del lago Como por partisanos comunistas, siendo ejecutado
al día siguiente, junto con importantes miembros de su gobierno. Su cuerpo fue vejado por la multitud.

Los generales refugiados en el búnker de Hitler llamaron de vuelta al 9º y al 12º ejércitos, que se dirigían al
oeste, pero sus generales ignoraron las llamadas y sus tropas cruzaron el Elba, para rendirse a los
estadounidenses (véase Batalla de Halbe).

El 29 de abril, las tropas fascistas italianas, al mando del mariscal Rodolfo Graziani, se rendieron
incondicionalmente y también la República Social Italiana en la llamada Rendición de Caserta.
El 30 de abril de 1945 Hitler se suicidó en su búnker en la Cancillería del Reich, nombrando Presidente al
almirante Karl Dönitz y Canciller a Joseph Goebbels, quien se suicidó al día siguiente, después de asesinar a su
familia. El 2 de mayo, las fuerzas alemanas en Italia se rindieron, y el 7 de mayo a las 02:40 hora local Alemania
se rindió incondicionalmente a los Aliados, terminando la guerra en Europa.

Consecuencias
La Segunda Guerra Mundial en Europa cambió completamente el panorama geopolítico del continente.

Aliados
Estados Unidos: salió de la guerra como una superpotencia, con gran influencia política (bloque
occidental) y económica (Plan Marshall) sobre los países de la Europa Occidental en los primeros años de
la Guerra Fría. Al finalizar la guerra, Estados Unidos contaba con un moderno ejército y con superioridad
tecnológica, así como una pujante economía.

Unión Soviética: en su avance hacia Alemania, había ocupado militarmente a todos los países de
Europa Oriental, a excepción de Grecia y Yugoslavia. Aunque la Unión Soviética fue clasificada como una
superpotencia, a diferencia de los Estados Unidos, este país sufrió fuertes daños en su infraestructura por
la guerra, aunque muchas fábricas de Alemania fueron desplazadas al este en la posguerra. Las grandes
bajas civiles y militares dejaron profundas huellas en el colectivo soviético, aún apreciables. Los estados
bálticos fueron anexionados por la Unión Soviética, que también tomó territorios de Polonia, Rumanía y
Finlandia.

Reino Unido: vio debilitado su control colonial después de la guerra, perdiendo también su influencia
en la Europa Oriental. Las bajas británicas fueron elevadas y aunque las ciudades británicas no fueron
completamente destruidas como lo fueron algunas ciudades alemanas, los daños fueron terribles.

Francia: perdió su posición de potencia, debido al decepcionante papel que jugó en la guerra. Al igual
que los Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Soviética, Francia recibió una zona en la Alemania
ocupada, pese a la inicial negativa soviética.

Polonia: dividida entre Alemania y la Unión Soviética en 1939, a pesar de ello los polacos pelearon en
todos los frentes; luego fue ocupada por tropas soviéticas hasta 1992. Polonia perdió seis millones de sus
ciudadanos en la guerra, y Varsovia fue destruida por las SS e ingenieros alemanes. También perdió
territorio oriental en favor de la Unión Soviética, pero lo recuperó de Alemania en la parte occidental. Y
mientras que antes de la guerra tenía un 30% de minorías alemana, judía, ucraniana y bielorrusa, tras ella
quedaron reducidas al 1%

Checoslovaquia: fue otra nación democrática que no contó con suficiente apoyo occidental para
mantener su independencia. Checoslovaquia fue dividida por los alemanes en el Protectorado de Bohemia
y Moravia y el Estado Eslovaco en 1939, pero sus territorios fueron restaurados parcialmente después de
la guerra. No obstante, Checoslovaquia fue dominada por la Unión Soviética hasta 1989, pero dejaría de
existir en 1992, al dividirse en la República Checa y Eslovaquia.

Yugoslavia: inicialmente una monarquía constitucional, la popularidad de los partisanos yugoslavos,


liderados por Josip Broz Tito, los llevó al poder mediante elecciones. El mariscal Tito convirtió a Yugoslavia
en un estado socialista pero no se alineó con el bloque de la Unión Soviética. En los años 90, Yugoslavia
se desmembró en Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Macedonia y Serbia y Montenegro.
Montenegro se independizó de Serbia en 2006.

Grecia: ocupada por Alemania desde 1941, los partisanos comunistas lograron obtener el control de
gran parte de su país aun antes de acabar la guerra. Apoyados por el Reino Unido, las facciones
monárquicas se enfrentaron a los comunistas en una larga guerra civil. Los comunistas fueron derrotados,
al no obtener apoyo soviético y Pablo I subió al trono.
Canadá: perdió menos de 45.000 soldados en la guerra, y se benefició económicamente por la
expansión de los Estados Unidos en la guerra y la posguerra. Canadá ya había entrado en 1919 la
Sociedad de Naciones por separado del Reino Unido, había accedido a la independencia en 1931 con el
Estaturo de Westminster, y había declarado la guerra a Alemania tres días después que Gran Bretaña,
pero tras la guerra emergió como la segunda economía mundial, después de los Estados Unidos, y su
política fue cada vez más independiente de la del Reino Unido. En 1949, Terranova se unió a Canadá
mediante un plebiscito.

Países Bajos: perdió su imperio colonial poco después de la guerra. A pesar de sufrir pocas bajas,
algunas ciudades, como Róterdam, fueron seriamente dañadas.

Noruega: ocupada hasta el final de la guerra, recuperó su autonomía en 1945. Varios noruegos
colaboracionistas fueron ejecutados después de acabar la guerra, incluyendo a Vidkun Quisling.

Bélgica: al igual que en la Primera Guerra Mundial, esta nación presenció batallas importantes en su
territorio, con los consecuentes daños. Acusado de traición después de la guerra, el rey Leopoldo III abdicó
en 1951.

Fuerzas del Eje


Alemania nazi: ocupada por las tres potencias aliadas más Francia, Alemania perdió el 25% de su
territorio en favor de Polonia y la Unión Soviética. En 1949 fue dividida en Alemania Occidental y Alemania
Oriental. Durante la Guerra Fría, estas dos naciones compitieron en todos los campos, excepto el militar.
Con una mejor economía y mayores libertades, Alemania Occidental fue el destino de muchos alemanes
orientales, lo que motivó la construcción del muro de Berlín. Al tambalearse el bloque del Este, el gobierno
de Alemania Oriental se debilitó también, y finalmente abrió sus fronteras. Alemania se reunificó en 1990.

Italia: perdió todas sus colonias y la monarquía fue abolida en 1946. La República Social Italiana,
fundada por Mussolini en el norte, fue derrotada, finalizando la etapa fascista de Italia.

Rumania: el régimen fascista y militarista de Ion Antonescu no pudo soportar las derrotas militares
ante la Unión Soviética. Visto como un estorbo en las negociaciones secretas de paz, el rey Miguel I fue
presionado para que arrestara a Antonescu, que fue entregado a los soviéticos cuando éstos cruzaban la
frontera rumana. Rumania cambió de bando en 1944, pero la monarquía fue abolida en 1947, después de
que los comunistas ganaran las elecciones.

Hungría: después de intentar cambiar de bando sin éxito en 1944, esta nación se mantuvo al lado de
Alemania hasta el final de la guerra. En 1947 se instauró un estado socialista en Hungría, aunque en los
años 80 la economía aplicó reformas liberales.

Bulgaria: se unió al bando del Eje para recibir territorios de la Grecia ocupada, pero luego fue
arrastrada a un conflicto mayor. Después de que Rumania cambiara de bando, los soviéticos se dirigeron
rápidamente a Bulgaria, que también cambió de bando. La monarquía fue abolida en 1947, y el rey Simeón
II marchó al exilio al instaurarse un estado socialista.

Finlandia: después de luchar con la Unión Soviética entre 1939 y 1940, y después entre 1941 y 1944,
finalmente se unió al bando aliado y luchó contra sus otrora aliados alemanes. Los tratados firmados en
1947 y 1948 con la Unión Soviética tuvieron como consecuencia una serie de compromisos políticos, así
como concesiones territoriales en el este. Finlandia perdió más del 10% de su territorio y su segunda
ciudad, Viipuri. Además, un número considerable de personas tuvo que ser evacuado y realojado en otras
partes del país (ver República Socialista Soviética Carelo-Finesa). A pesar de las concesiones políticas y
territoriales, así como de las indemnizaciones de guerra impuestas, Finlandia nunca fue ocupada por los
soviéticos y permaneció al oeste del llamado Telón de Acero (véase finlandización). Finlandia no tomó
parte en la Guerra Fría en ninguno de los dos bandos.

Otros
Albania: ocupada por Italia en 1939, los partisanos comunistas, liderados por Enver Hoxha, tomaron
el poder después de la guerra, siendo depuesto el rey Zog I. Hoxha se encargó de aislar a Albania en
Europa, y como consecuencia, esta nación se convirtió en una de las más atrasadas de Europa.

Austria: gobernada por fascistas desde 1934 y ocupada por Alemania desde 1938, Austria fue
ocupada por las tres potencias victoriosas más Francia, hasta 1955, año en que el país volvió a ser
plenamente independiente con la condición de que permaneciera neutral.

Dinamarca: ocupada por Alemania hasta el final de la guerra, este país sufrió críticas por la poca
resistencia a la ocupación, aunque el gobierno danés ayudó a escapar a la mayoría de los judíos a Suecia.

Notas y referencias
1. Casi todas las potencias involucradas en la II Guerra Mundial, a excepción de Japón y China, consideraban
que Europa era el principal teatro de operaciones que debía cerrarse. El propio presidente estadounidense
Teodoro Roosevelt fue un gran entusiasta de la política aliada «Europa primero».
2. «Pacto nazi-soviético: Stalin brinda por Hitler» (http://www.nodulo.org/ec/2004/n029p10.htm), por Luis
David Bernaldo de Quirós Arias. Revista virtual El Catoblepas, N° 29, julio de 2004, Página 10. ISSN 1579-
3974. Oviedo, España.
3. von Manstein, Eric. Lost Victories. Edición Libre. pp. Capítulo 14 - Operación Ciudadela.
4. Newton, Steven H. (2002). Kursk, the German View. Da Capo Press. p. 357. 0-306-81150-2.

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Esta página se editó por última vez el 29 may 2018 a las 15:00.

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