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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS

POLITICAS
DERECHO

RESPONSABILIDAD CIVIL POR DAÑOS CAUSADOS


POR BIENES Y COSAS

 CURSO:

Derecho Daños

 DOCENTE:
Mario Fernández Vértiz

 ESTUDIANTE:

 García Rodríguez María Alejandra


 Melón Cruz Fiorella Katherine
 Rosales Ulco Nhataly Maleji
 Vigo Sánchez Alicia Jhovanna

Trujillo – 2018
RESPONSABILIDAD CIVIL POR LOS DAÑOS CAUSADOS POR LAS COSAS

1. ANTECEDENTES

En el derecho Romano, se encuentra el tipo de responsabilidad que es las acciones noxales,


quiere decir, se da daba cuando un delito era cometido subordinado del parter familia. Y esto
recaía directamente al pate r familia o a la persona encargada, y que la persona afectada por
el daño estaba en la facultad de poder vengarse contra los bienes, esclavos, o animales que
se encontraba bajo su patrimonio.

Por ejemplo, si un esclavo dañaba a un tercero, al entregar el esclavo al dañado; el límite era,
justamente, el precio del esclavo.

El código Italiano a diferencia de nuestro código peruano, no cuenta con una norma
específica de responsabilidad por los daños ocasionados por las cosas en custodia: contamos
con el articulo 1979 (que regula la responsabilidad por daño causados por el animal), artículo
1980 (que regula la responsabilidad del propietario por la caída del edificio), artículo 1970
(que trata de la responsabilidad por bienes y actividades riesgosos o peligrosos). El código
civil italiano, además de contar con estas normas señaladas y adicionalmente, con una regula
específicamente responsabilidad por circulación de vehículos (art. 2054), en su artículo 2051
prescribe que: “cada quien es responsable del daño ocasionado por las cosas que se tiene
salvo que se pruebe por caso fortuito”.

2. RESPONSABILIDAD CIVIL

Etimológicamente la palabra responsabilidad se remota al termino latino “responderé” que


es una forma latina de responder, por eso decimos que la responsabilidad es la habilidad de
“responder”.

Según el diccionario de la Real Academia Espeañola lo define como una deuda, obligación
de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona, a consecuencia de un delito de una culpa o
de otra causa legal1.

1
Diccionario de la Real Academia Española, Responsabilidad Civil
5artiendo del principio romano es deber genérico de causar daño a nadie, si este no es
cumplido, su correlato es la obligación de reparar el perjuicio causado por su responsable.
Consideramos que esta constituye la base de la responsabilidad y de sus distintos regímenes
jurídicos que derivan de él, sobre la naturale6a del hecho ilícito, entendido claro esta como
ilícito civil y del daño ocasionado.

“La responsabilidad est1 referida al aspecto fundamental de indemnizar los daños


ocasionados en la vida de relación a los particulares, bien se trata de los daños producidos
como consecuencia del incumplimiento de una obligación voluntaria, principalmente
contractual, o bien de daños que sean el resultado de una conducta, sin que exista entre los
sujetos ningún vínculo de orden obli!acional”.

A nuestro entender el tema de la responsabilidad civil no debe ser desarrollado ajeno a un


análisis de la relación jurídica obligatoria (obligaciones), dado que esta se desenvuelve dentro
de la dinámica de una obligación.

Considerando lo investigado como punto de partida la responsabilidad civil en general debe


ser conceptualizada como “un conjunto de consecuencias jurídicas a las que los particulares
se someten por el hecho de haber asumido una situación jurídica pasiva sea en forma
voluntaria o por efectos de la ley.

2.1. RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL

Como es evidente, la responsabilidad contractual deviene de una obligación preconstituida,


es un efecto propio de la obligación preexistente y se manifiesta ante el incumplimiento de
la misma. El vínculo jurídico que une a la parte contratantes he emanado del acuerdo de
ambas voluntades, de una relación obligacional, por lo que el carácter volitivo de dicha
relación hacer surgir de manera espontánea, natural, la obligación de reparar el daño causado,
por la inejecución de las prestaciones a cargo de los contratantes. La culpa contractual supone
una obligación concreta, preexistente, formada por la convención de las partes y que resulta
violadas por una de ellas.

Para DE TRAZEGNIES señala, la responsabilidad contractual cubre fundamentalmente dos


supuestos de daño: el incumplimiento de la prestación contratada o el cumplimiento parcial,
tardío o defectuoso (que es una forma de incumplimiento de la prestación principal,
constituida por el compromiso de ejecutar tal prestación principal en un plazo igualmente
contratado2.

Cuando el daño es consecuencia del cumplimiento de una obligación voluntaria, se habla en


términos doctrinarios de responsabilidad contractual, y dentro de la terminología del Código
Civil peruano de responsabilidad derivada de la inejecución de obligaciones.

La misma suponer una obligación concreta, preexistente, formada por la convención de


partes y que resulta violada por una de ella; por lo que, la culpa contractual es un efecto de
la obligación.

Como sostiene MANUEL DE LA PUENTE Y LAVALE, el carácter contractual de la


responsabilidad no está dado por la naturaleza de la obligación inejecutada, sino por ser la
consecuencia del incumplimiento de un acuerdo de voluntades generadoras de consecuencias
jurídicas3.

En ese mismo orden de ideas el Maestro De La Puente y Lavalle, considera que la posición
extracontractualista resulta ser simple, si es generalmente aceptado que para que surja
responsabilidad contractual se requiere necesariamente la existencia previa de un contrato,
cuando no se da este presupuesto la responsabilidad tiene carácter extracontractual.

Cuando el daño es consecuencia del incumplimiento de una obligación voluntaria, se habla


en términos doctrinarios de responsabilidad civil contractual, y dentro de la terminología del
Código Civil peruano, de responsabilidad derivada de la inejecución4.

2.2. RESONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL

Cuando el daño se produce sin que exista ninguna relación jurídica previa entre las partes, o
incluso existiendo ella, el daño es consecuencia, no del incumplimiento de una obligación

2
DE TRAZEGNIES, Fernando, La Responsabilidad Extracontractual, PUCP, Lima, 1988, pás. 420.
3
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel, El contrato en General, Comentarios a la Sección Primera
del Libro VII del Código Civil, Tomo I, Editores Palestra, Lima, 2001, pág. 370.
4
TOBOADA CÓRDONA, Lizardo Elementos de la Responsabilidad Civil, 2 edición, 2003, Editora
Jurídica Grijley, Lima, págs. 29-30.
voluntaria, sino simplemente del deber jurídico genérico de no causar daño a otro, nos
encontramos en el ámbito de la denominada responsabilidad civil extracontractual.

Esta clase de responsabilidad es independiente de una obligación preexistente y consiste en


la violación no de una obligación concreta sino de un deber genérico de no dañar; siendo así,
la culpa extracontractual es fuente de una obligación nueva.

En efecto, como se ha debatido arduamente el problema referido a la unidad de la


responsabilidad civil como sistema normativo siendo el criterio tradicional el que debe
mantenerse como ámbitos separados la responsabilidad contractual de la responsabilidad
civil extracontractual, en la medida que el origen del daño defiere en un caso y en el otro; sin
embargo, como señala Lizardo Taboada Córdova, ello “no es impedimento para que se
entiende que la responsabilidad civil en el sistema jurídico es una sola, y que se estudia ambas
clases de responsabilidad sobre la base de elementos comunes.

Sin embargo el autor PACCHIONI, mencionado por Jorge Bustamante Alsina, considera que
entre la culpa contractual & extracontractual existe una diferencia; en ésta última la diligencia
debida se refiere a la actitud que toda persona debe asumir ante los dem1s, con independencia
de toda relación obligatoria especial formada antes8 por el contrario, en la culpa contractual
la diligencia debida se relaciona con un deber concreto y especifico asumido
convencionalmente o de otro modo8 sin embargo esta diligencia especifica no es excluyente
de la genérica ni la absorbe; es sencillamente concurrente. La diferencia resulta de la diversa
naturaleza de las obligaciones.

La responsabilidad extracontractual surge de la obligación de indemnizar por la sola


producción del evento dañoso, porque una persona ha infringido las normas generales de
respeto a los demás, porque una persona ha infringido las normas generales de respeto a los
demás, impuestas por la convivencia.

Otra distinción radicaría en que el interés protegido es asegurar el resarcimiento de daños en


las personas y en las cosas; lo que la diferencia de la contractual, que es precisamente el
contrato.
No obstante las discrepancias de los autores tratados, consideramos lo apreciado con Taboada
Córdova, que se trata de diferencias de matiz entre la responsabilidad contractual y
extracontractual, tanto en el ámbito teórico como en el ámbito normativo.

RESPONSABILIDAD POR LOS DAÑOS CAUSADOS POR LAS COSAS


ANIMADAS: ANIMALES

1. BASE LEGAL

ARTICULO 1979

“El dueño de un animal o aquél que lo tiene a su cuidado debe reparar el daño que éste
cause, aunque se haya perdido o extraviado, a no ser que pruebe que el evento tuvo lugar
por obra o causa de un tercero”

El Derecho Romano, como lo recuerda Santos Briz, consideró como casos encuadrados en
los cuasidelitos cuando un animal causaba un daño sin culpa de nadie, concediéndose acción
contra el dueño. Así, mediante la acto de pauperie el perjudicado por los daños causados por
el animal podía dirigirse contra el propietario de este para exigirle el resarcimiento del daño
o la entrega del animal, alternativas entre las cuales podía elegir el demandado.

Por supuesto que en la actualidad los daños producidos por animales no son tan comunes
como en épocas pasadas, en las que se empleaban animales hasta para el transporte e incluso
en las ciudades era frecuente taparse con animales propios del campo. No obstante, el tema
de un tiempo a acá ha recobrado notoriedad dada una serie de casos de daños ocasionados
por animales, principalmente canes de razas consideradas peligrosas, como el american
pitbull terrier, entre otros.

2. CONCEPTOS

Lizardo Taboada Córdova, La responsabilidad Civil por hecho de las cosas animadas. El
tercer caso de responsabilidad indirecta es aquel regulado en el artículo 1979 por hecho de
los animales, no se puede hablar de autor indirecto, tratándose de responsabilidades indirectas
por hecho de las cosas, ya se trate de daños causados por animales o por las caídas de
edificaciones. En tal sentido de los animales deben verificarse los requisitos generales del
daño causado y la relación de causalidad entre la víctima y el animal.
Es necesario destacar tal y como establece el citado precepto, que incurren en responsabilidad
tanto el poseedor del hecho del animal, como al que se sirve de él, es decir que lo utilice en
su provecho, sea o no propietario del mismo. Además de reparar el daño causado es solidaria
en los casos de concurrencia de pluridad de sujetos y a los que también se les pueda atribuir
la responsabilidad, es lo que se conoce como solidaridad impropia.

En España, al imponerse a la figura jurídica de la posesión en esta materia, es confuso


determinar en muchas ocasiones el sujeto responsable del daño causado por el animal, con lo
que no faltan criterios distintos, tanto jurisprudencia como doctrinas, a los efectos de
atribución de responsabilidad.

Por otro lado, el beneficio obtenido del animal puede ser económico, de utilidad o puramente
efectivo, como ocurre con las mascotas domésticas.

Por ejemplo:

Imaginemos que un perro escapa del cercado como consecuencia de un terremoto y


cause daños a terceros, nos encontramos ante un supuesto de fuerza mayor, e el que un
hecho ajeno (terremoto9 produce la ruptura del nexo causal: sin embargo, el hecho de
que el perro rompa una alambrad y escape del cercado causando daño, no es un
supuesto de fuerza, ya que no interviene un elemento extraño que produzca ruptura del
nexo causal; es decir, no se trata de un supuesto ajeno al ámbito de la referencia del
animal; sin embargo, si un tercero rompe la cerradura de una puerta del cercado y
consecuencia escape el perro, produciendo daño, es considerado como fuerza mayor.

3. NATURALEZA DE SU RESPONSABILIDAD

Como se observa del dispositivo analizado, se atribuye responsabilidad al propietario o


custodio por los daños producidos por el animal, a no ser que pruebe que el evento tuvo lugar
por obra o causa de un tercero. Nos adherimos a la opinión de autores nacionales como
Espinoza Espinoza, Taboada Córdova o De Trazegnies Granda en el sentido de que la
presente es una regla de responsabilidad objetiva, al desprenderse de la norma que el
resarcimiento no está supeditado a la negligencia o imprudencia (culpa) del responsable. Es
decir, se deben resarcir los daños ocasionados sin que importe si la conducta del propietario
o custodio del animal se adecuó o no a un patrón esperado de diligencia.

La regla de objetividad fijada, en todo caso, no inhibe a la víctima del animal, o sus
representantes o sucesores, de demostrar la relación de causalidad. Vale decir, debe probar,
primero, que el daño se produjo por el hecho del animal, y, en segundo lugar, que el
demandado es su dueño o la persona que lo cuidaba. Probará finalmente los daños concretos
producidos y el monto indemnizatorio respectivo.

Ahora, no es pacífico en la doctrina que el régimen del Código Civil en materia de daños de
animales sea objetivo. León Hilario considera que del Código Civil no se deduce que este
sistema de responsabilidad extracontractual pueda calificarse como subjetivo u objetivo.
Admitir lo contrario, en su opinión, implicaría, por ejemplo, que en nuestro sistema no
operaría ni siquiera uno de los supuestos más evidentes eximentes de responsabilidad,
planteado por Trimarchi: la generación de una enfermedad desconocida, atribuible a un
animal; pues al no mediar el obrar o la conducta de un tercero, que es la única eximente
reconocida en el artículo 1979, el dueño sería responsable.

El autor parte además de una premisa para nosotros totalmente cierta: no todo animal califica
como bien riesgoso. En efecto, deben distinguirse los tipos de animales, pues no todos
encierran un peligro de daños per se (el régimen de responsabilidad no puede ser igual para
la señora que tiene un perro poodle que para quién se le ocurre criar un tigre). En ocasiones,
la calificación de peligrosidad depende no solo de la propia naturaleza del animal sino de
factores culturales. El mismo autor cita a Prosser y Keeton, para hacer ver que, por ejemplo,
un elefante puede calificar como bien riesgoso en Inglaterra pero no en Burma, en donde su
domesticación es extendida y los daños que producen son menores.

Cuando el animal no es (natural o culturalmente) riesgoso, el factor de atribución a aplicar


es menos claro. Puede optarse por una regla de objetividad con la posibilidad de alegar todos
los supuestos de fractura de nexo causal, pero también podría plantearse una subjetividad con
culpa presunta, en los términos que expresa Bianca. Debemos admitir que nos resulta difícil
definimos por una de estas reglas, pues en nuestra opinión lo ideal sería que no se regule
expresamente esta responsabilidad extracontractual y que el factor de atribución sea definido
caso por caso, analizándose las capacidades de prevención de las partes (aunque también
puede cuestionarse una solución así teniendo en cuenta que los jueces peruanos no resuelven
de modo idóneo los temas de responsabilidad, prefiriéndose las soluciones legales expresas).
Pero definitivamente no creemos que elementos como el caso fortuito o la imprudencia de la
víctima, sean eliminados de plano como eximentes de responsabilidad para los daños de
animales.

Puede apreciarse, por ejemplo, la relevancia del hecho imprudente de la víctima como
eximente de responsabilidad. Visintini cita el caso italiano en el que no se consideró
responsable al propietario de un perro que al momento de verificarse el evento dañoso se
hallaba en un patio atado a una cadena, puesto que la causa exclusiva del daño derivado de
una mordida del animal fue el hecho de la víctima, una niña que había entrado al patio no
obstante la prohibición establecida por los propietarios. Por el contrario, los jueces
condenaron al propietario en un caso en que una señora había entrado a un jardín ajeno, donde
los perros estaban en libertad y no estaba obstruido el acceso a terceros extraños.

En suma, y sin perjuicio de las críticas formuladas, para nosotros queda claro que el Código
Civil peruano ha optado por una regla de objetividad que no hace distinción alguna por el
tipo de animal, a diferencia de otras codificaciones, como el BGB alemán, o la legislación
del common law. El problema, en cualquier caso, no estaría tanto en la regla de objetividad
misma sino en que se acepte el hecho del tercero como único eximente de responsabilidad,
regla sumamente rígida que lleva al propietario o custodio a responder en ocasiones en las
que resulta conveniente exigir el comportamiento diligente de la(s) víctima(s). De ahí que
deba buscarse un criterio interpretativo que palie esta situación.

4. TIPOS DE ANIMALES:

A los animales domésticos, salvajes, vertebrados e invertebrados. La jurisprudencia francesa


considera como tales, a efectos de la responsabilidad civil también a los microbios.

Los microbios no parecen al enfermo ni están bajo su cuidado, sin embargo el contagiado
puede demandar al contagiante, fundamentándose en el artículo 1969, si se aduce que el
contagio fue por dolo o por culpa.

La responsabilidad no está referida a los daños producidos por cualquier animal, sino a los
que son propiedad o están bajo cuidado de alguien a quien debe hacerle suportar los daños;
más que por culpa o negligencia del vigilante, por la exigencia social de hacer soportar los
daños procurados por los animales a quien obtiene ventaja de ellos.

En tal sentido no interesan los animales que son callejeros o que no pertenecen a nadie o ya
sean animales salvajes, que eventualmente pueden encontrarse en la propiedad de un
individuo y que ataquen a su visitante o extranjero cualquiera.

5. ¿SOBRE QUIÉN RECAE LA LEGITIMACIÓN PASIVA?


 Sobre quien es el propietario del animal, se presume que es el padre de familia
 Quien tiene bajo cuidado o custodia, entendido como el “ efectivo poder de
disposición y de control”

En al mayoría de los casos quien tiene a su cuidado el animal será también su propietario de
modo que solo contra este podrá dirigirse la víctima a efectos de obtener objetivamente el
resarcimiento respectivo. Sin embargo, si quien resulta custodiando el animal dañoso no es
el propietario sino un tercero, entonces la victima debe dirigirse contra este último.

6. RELACIÓN DE CAUSALIDAD

Es la producción misma del daño se exige la intervención activa del animal. Vale decir, no
basta con que esté presente un animal sino que el daño debe ser consecuencia de su actuar.

Por ejemplo:

No estaremos frente al tipo de responsabilidad que analizaremos si el daño se lo produjo


la misma persona porque no supo cómo ubicarse a un caballo y finalmente cayó al piso.
Asique el animal no participa activamente en la producción del daño, por lo cual el
dueño no deberá responder.

La participación activa a la que hacemos referencia incluye no solo los daños que el animal
produce directamente, como en el caso de un perro que actúa atacando y daña a la víctima,
sino también lo que se dan de un modo menos directo, como en el típico ejemplo de la vaca
que ingresa intempestivamente a una vía de tránsito vehicular y que genera una colisión al
obligar a los conductores a realizar maniobras peligrosas para esquivarla.
La relación de causalidad entre el hecho del animal y el daño producido. Así el daño tiene
que ser una consecuencia de un hecho vinculado a la naturaleza típica del animal, sea
producto de una actividad irracional o de un movimiento no convulsivo.

7. SUPUESTOS DE RUPTURA DEL NEXO CAUSAL

7.1 CASO FORTUITO

Debe ser un evento imprevisible, inevitable, que excluye todo nexo entre deber de control
del usuario y del hecho dañino del animal. Se trata de una prueba objetiva y para nada sirve
demostrar las diligencias en la custodia, el carácter irrazonable del animal, o un momento de
imprevisible ferocidad de un animal tranquilo. El caso fortuito no es un hecho ocasional del
animal, por ello, no excusa el embravecimiento imprevisto, la fuga frente a una castración o
el rompimiento de la cadena provocada por un perro testarudo.

Se conceptúa por el caso fortuito, el vínculo de causalidad no solo falta cuando resulte posible
relacionar el daño con un individuo determinado que sea distinto del demandado (víctima o
tercero), sino también cuando el perjuicio no se debe al hecho de nadie; existe entonces una
causa ajena al demandado que es también ajena a quien quiere que sea.

7.2 HECHO DE UN TERCERO

Libera de responsabilidad si con su culpa determina el daño. Debe tenerse en cuenta que
“no son terceros los animales que gocen en común del animal. En tal sentido, no libera el
apoderamiento de un caballo por parte del menor: el usuario tenía el deber de impedirlo.
Del mismo modo, la agresión por parte del animal debe ser determinada por culpa de un
tercero o de la víctima.

Si el hecho del tercero no es la solo causa del daño, esto es relevante a los actos de la
responsabilidad solidaria.

7.3 HECHO DE LA VICTIMA

La culpa de la víctima también tiene debe tener fuerza causal absorbente. Se requiere probar
una conducta del dañado que lo auto exponga al riesgo, haciéndolo posible en concreto y que
se inserte en la relación causal con fuerza determinante, tal culpa es entendida como
comportamiento consistente que absorba toda la relación causal; por ejemplo la victima que
se entromete en la esfera del animal, no obstante toda cautela idóneas tomadas por el custodio
con el fin de impedirlo.

La culpa exclusiva de la víctima se da cuando su conducta es la única causa de su propio


daño. Se trata de un caso de ruptura del nexo causal quedando librado de toda
responsabilidad. En estos casos interviene el propio agraviado en la producción del hecho
dañoso. Esta hipótesis exime de responsabilidad al supuesto ofensor, de allí que sea muy
frecuente que estos esgriman el hecho de la víctima para alejar de s la responsabilidad.

RESPONSABILIDAD POR LOS DAÑOS CAUSADOS POR LAS COSAS


INANIMADAS: CAÍDA DE EDIFICIOS

1. BASE LEGAL

Artículo 1980 del código civil peruano

El dueño de un edificio es responsable del daño que origine su caída, si esta ha provenido
por falta de conservación o de construcción.

2. CONCEPTOS:

Lizardo Taboada, en este supuesto no se puede hablar de autor directo, sino únicamente de
autor indirecto, tratándose de responsabilidades indirectas por hecho de las cosas, ya se trate
de daños causados por las caídas de edificaciones. Sin embargo, aun cuando no existe
jurídicamente en ambos casos un autor directo, pues se trata de daños causados por cosas, se
trata de supuestos de responsabilidad indirecta, por cuanto el daño no es causado por el autor
indirecto. En el caso de las caídas de edificaciones los mismos requisitos deberán verificarse
entre las víctimas y la caída de la edificación. Como es también evidente, no tienen sentido
hablar de los demás requisitos generales de la responsabilidad civil, sino solamente del daño
y la relación causalidad. En el caso específico de las edificaciones los requisitos especiales
son: en primer lugar, el que el autor indirecto sea el propietario y en segundo lugar, el que la
caída de la edificación haya sido consecuencia de falta de conservación o de construcción.
Al igual que en los caso anteriores de responsabilidad por hecho ajeno, en estos dos
supuestos de responsabilidad por hecho de las cosas, la responsabilidad civil del autor
indirecto no se sustenta en la noción de culpabilidad, sino en factores de atribución objetivos,
fundamentados en la noción de riesgo creado, razón por la cual el autor indirecto no puede
liberarse de responsabilidad civil invocando su ausencia de culpa, una vez verificados los
requisitos generales y especiales antes mencionados.

Una presunción juris et de jure, según la cual el propietario es responsable de los daños
causados por ruina. La responsabilidad está vinculada exclusivamente al propietario, razón
que lleva a ciertos autores a considerarla de carácter real, doctrina que a nuestro juicio no es
correcta, porque la responsabilidad no sigue a quien adquiere la propiedad con posterioridad
a la ruina. No se trata de un vínculo de causalidad, que siempre puede desvirtuarse por prueba
en contrario. Solo el propietario para el momento en que se produce la ruina es responsable
frente a la víctima, lo que no excluye que tenga acciones de regreso a quienes hayan incurrido
en culpa.

Una presunción juris tantum de haberse producido la ruina por defectos de mantenimiento o
vicios en la construcción.

3. NATURALEZA DE SU RESPONSABILIDAD:

Su naturaleza es objetiva “teniendo como fundamento el aforismo, cuius comoda eius et


incomoda. En efecto, en la medida que se beneficia el titular del edificio, sea viviendo en
este, o disponiendo del mismo, a título gratuito o a título oneroso, el tendrá que asumir los
costos de los daños que produzcan su caída por vicios de construcción o por falta de
conservación.

La responsabilidad es de carácter, en el sentido de que está vinculada exclusivamente a la


titularidad del derecho de propiedad; pero el propietario que enajene el edificio después de
producida la ruina continúa siendo responsable y la responsabilidad no afecta al nuevo
propietario.

Puede ignorar que el edificio le pertenece; por ejemplo, al desconocer que su causante era
propietario del edificio. El haberlo abandonado no lo exime de responsabilidad; puede no ser
propietario del suelo sino de la construcción.

Si son varios los copropietarios, la doctrina predominante considera que son solidariamente
responsables.
En caso de propiedad horizontal responderán solidariamente todos los copropietarios, a
menos que se trate de la ruina de alguna parte del edificio que corresponda a determinado
departamento.

A partir de 1916, al redactarse la norma en forma similar a la contienda en el Código


Napoleón y el Código Civil Italiano, hay bases suficientes para discutir si el fundamento de
esta responsabilidad era la culpa (negligencia en la falta de oportunas reparaciones o
inadvertencia de los vicios en la construcción) o una responsabilidad por hecho ajeno (culpa
del constructor o negligencia en el mantenimiento). Los partidarios de la teoría de los riesgos
consideraron que se trataba de una responsabilidad objetiva.

¿SOBRE QUIEN RECAE LA LEGITIMACIÓN PASIVA?

Se refiere al dueño del edificio o a propietario.

En caso de copropiedad, es decir, cuando un bien pertenece por cuotas ideales a dos o más
personas. Las cuotas de los propietarios se presumen iguales, salvo prueba en contrario. El
concurso de los copropietarios, tanto en los beneficios como en las cargas, está en
proporción a sus cuotas respectivas.

 Según el código civil peruano señala:

Responsabilidad del contratista por destrucción, vicios o ruina SI en el curso de los cinco
años desde su aceptación la obra se destruye, total o parcialmente, o bien presenta evidente
peligro de ruina o grave defectos por vicios de la construcción, el contratista es responsable
ante el comitente o sus herederos, siempre que se le avise por escrito de fecha cierta dentro
de los seis meses siguientes de descubrimiento. Todo pacto distinto es nulo. El contratista es
también responsable, en los casos indicados en el párrafo anterior, por la mala calidad de los
materiales o por defecto del suelo, si es que hubiera suministrado los primeros o elaborados
los estudios, planos y demás documentos necesarios para la ejecución de la obra. El pazo
para interponer la acción es de un año computado desde el día siguiente al aviso a que se
refiere el primer párrafo.

Por otro lado, también señala: liberación de responsabilidades de contrato, no existe


responsabilidad del contratista en los casos a que se refiere el ART.1784, si prueba que la
obra se ejecutó de acuerdo a las reglas del arte y en estricta conformidad con las instrucciones
de los profesionales que elaboraron los estudios, planos y de más documentos necesarios para
la realización de la obra, cuando ellos son proporcionados por el comitente.

RELACIÓN DE CAUSALIDAD

En atención al ART.1985 del Código Civil Peruano señala que: la indemnización


comprende las consecuencias que deriven de la acción u omisión generadora del daño
incluyendo el lucro cesante, el daño a la persona y el daño moral, debiendo existir una
relación de causalidad adecuada entre el hecho y el daño producido. El monto de la
indemnización devenga intereses legales desde la fecha que se produzco el daño.

En efecto la caída no debe ser necesariamente violenta ni repentina ni que tenga una
relación de simultaneidad con el daño ocasionado. Es decir que exista una relación de
causa- efecto de la caída del edificio con el daño producido.

SUPUESTOS DE RUPTURA DEL NEXO CAUSAL

CASO FORTUITO

Es irrelevante que el propietario acredite la falta absoluta de los síntomas pre monitorios de
la caída para demostrar la ruptura del nexo causal. Los fenómenos de la naturaleza como:
terremotos, lluvias, torrenciales, entre otros, en estos casos el operador jurídico debe tener en
cuenta los efectos que se ha producido en zonas de desastres. Porque puede darse el caso de
un sismo en el cual solo se calló un solo inmueble y esto a causa por un defecto de
construcción, mientras que las demás están intactas.

HECHO DE UN TERCERO

El hecho de que el daño se derive de un acto atribuible al dependiente del propietario tampoco
constituye un supuesto de ruptura de nexo causal. Un hecho de un tercero puede ser un
atentado terrorista.

HECHO DE LA PROPIA VICTIMA

En el caso de una tribuna que se cae por el exceso de personas, la responsabilidad es del
organizador del encuentro deportivo no del dueño del estado.

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