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LUDOPATÍA

El punto de partida es el juego, es una actividad normal y deseable, pues muchas jugamos
por diversión buscando momentos agradables. Pero el problema radica cuando el juego
constituye una adicción convirtiéndose en una enfermedad. Muchas personas han llegado
a perderlo todo, dinero, familia, trabajo, relaciones, por culpa de su dependencia al juego.
Para estos enfermos el juego es una obsesión que puede considerarse como un descontrol
de los impulsos de uno mismo que sucede con el impulso de robar (deptomanía) o de
quemar casas (piromanía). Un claro ejemplo de que la ludopatía no distingue clases, es del
novelista ruso Fiodor Dostoievski, quien en su obra “El jugador” relata de manera
magistral la fiebre de la ludopatía pasada en experiencias que vivió en carne propia. En un
pasaje de la novela, el protagonista relata:

“En cinco minutos había reunido casi cuatrocientos federicos de oro, era el
momento de irme, pero una extraña sensación se apoderó de mí, algo así
como un desafío al destino, o deseo de burlarme de él, de sacarte la lengua.
Hice la máxima apuesta permitida, cuatro mil florines y los perdí. En un
arrebato saqué el resto, repetí la jugada y de nuevo perdí”.

No cabe duda que Dostoievski ha pasado a la historia como uno de los grandes escritores
de la literatura universal, pero fue un hombre desdichado que vivió sintiéndose muy solo y
con la conciencia de haber hecho desgraciadas a los que lo rodean.
Según la OMS el juego patológico se define como un trastorno caracterizado por la
presencia de frecuentes y reiterados episodios de participación en juegos de apuestas, los
cuales dominan la vida de la persona enferma en perjuicio de sus valores y obligaciones
sociales, laborales, materiales y familiares, esta conducta persiste y a menudo se
incrementa a pesar de sus consecuencias sociales tales como la pérdida de fortuna
personal, deterioro de las relaciones familiares y situaciones personales críticas. Según el
DSM-V la ludopatía debe cumplir con una serie de criterios, comportamiento de juego
desaptativo, persistente y recurrente.
Existen tres tipos de jugadores entre ellos el social, juega por el entretenimiento en el
momento de una relación, él tiene control sobre el juego; el jugador problema, juega con
bastante frecuencia, tiene menos dominio sobre el juego, por lo que este crea problemas
ocasionales. Tiene riesgo de convertirse en jugador patológico. El jugador patológico tiene
una dependencia.
EL ludópata pasa por cuatro fases en el desarrollo y progresión del juego patológico
siguiendo un patrón uniforme. Fase de ganancia: acercamiento al juego primeras
experiencias generando excitación en él; fase de pérdida: se intenta recuperar lo perdido
jugando más; fase de dependencia: inicio de una patología crónica, en que no se puede
controlar la conducta; fase de abandono: uno se vuelve esclavo del juego.
Todo lo mencionado trae una serie de consecuencias como biológicas, síntomas
psicosomáticas como son úlceras gástricas, dolores de cabeza e infartos; famiiar, pérdida
de confianza y apoyo familiar; laboral y educativo, disminuye, disminuye rendimiento en
el trabajo y/o estudios; económicos, deudas; personal, presenta tristeza, ansiedad,
depresión.
Como tratamiento para contrarrestar la ludopatía existen dos tipos de terapia que son:
En conclusión, la ludopatía, inicia con un golpe de suerte atrapando al individuo en este
mundo de la adicción y esta se crea una falsa percepción de la realidad, referidas al azar,
como la confianza en la suerte, llegando así a perderlo todo, familia, bienes, trabajo, etc.
Es muy difícil salir de este mundo por lo cual la fuerza de voluntad del ludópata juega un
papel importante para su posible recuperación.

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