Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
¿Por qué permitió Jesús que la hija de Jairo muriera? ¿Acaso no sabía Jesús
que si se demoraba moriría esta pequeña niña?
Ésta era una cuestión de vida o muerte, y Jesús optó por enseñar el evangelio
a la gente en lugar de salvar la vida de la niña. Los que creyeron el evangelio
obviamente ni siquiera de dieron cuenta de esto, pero los que lo rechazaron a
Jesús miraron este acto con desdén. Uno puede ver la situación tan tensa que
esto produjo cuando vinieron unos a decirle a Jairo: “Tu hija ha muerto;
¿para qué molestas más al Maestro?” (versículo 35). Al leer estas palabras
usted casi puede sentir el sarcasmo de estas personas al culpar a Jesús por la
vida de la niña.
Este tipo de actitud hacia Jesús no era nada nuevo, lo cual el libro de Marcos
resalta. Marcos presenta a Jesús como Maestro tratando de enseñar acerca
de Dios, mientras que era constantemente interrumpido por los que
querían ser curados (Marcos 1: 22-23, 32; 2: 2; cp. Lucas 11: 29-30). Jesús
vino principalmente como maestro, no un curandero. Sin embargo, debido a
su constante compasión, él sanó a todos los enfermos que se cruzaron en su
camino, y nunca le dio la espalda a una sola necesidad. Pero debemos
recordar que lo más importante era el mensaje del evangelio, no el sanar a
una multitud.
Esto nos explica por qué los siervos de Jairo se burlaban de Jesús. ¿Acaso no
sabía Jesús quien era Jairo? Sí, pero Jesús no se dejó impresionar por su
renombre. Él estaba más impresionado con la fe de la mujer, a la cual no le
dio vergüenza el querer tocar tan siquiera el borde del manto de Jesús.
Pero mientras que Eliseo lleno de pánico corrió a la cama del niño y
frenéticamente trató todo lo que pudo con tal de resucitarlo (2 Reyes 4),
Jesús caminó tranquilamente al lado de la niña y operó su poder en su
debido tiempo. A diferencia de la desesperación de Eliseo, Jesús
simplemente tomó la mano de la niña y le susurró al oído.