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INTRODUCCIÓN

La historia mundial se ha estructurado sobre el avance, consolidación y decadencia


de los imperios en diversas y diferentes dimensiones. Desde la historia antigua, y en
los lugares más apartados de nuestro planeta, han existido los imperios, con
estructuras perdurables en el tiempo, como el Imperio Romano; con una importante
capacidad militar, pero con debilidades de gestión, como el Imperio Mongol; o con
capacidad impositiva, pero con serias limitantes económicas, como el Imperio
Español. «Una extraordinaria variabilidad en la cronología, así como en la extensión
geográfica de sus dominios»1. Así mismo, se pasa de imperios intensivos en
coerción a imperios intensivos en capital, que facilitan aún más su proceso de
fortalecimiento no sólo como imperios, sino como naciones.
OBJETIVO GENERAL
 Conocer sobre los distintos imperios a través de la historia

OBJETIVOS ESPECIFICOS

 Identificar cada imperio con sus orígenes


 Determinar la duración de cada imperio
 Valorar los aportes a la humanidad
EL IMPERIO DE ALEJANDRO MAGNO
Alejandro Magno es sin duda uno de los generales más famosos de la Historia.
Consiguió aumentar el pequeño territorio de Macedonia hasta completar uno de los
mayores imperios de todos los tiempos, llegando hasta la lejana India. Este gran
imperio se formó en muy poco tiempo. Alejandro y sus falanges macedonias
conquistaron todo el Imperio persa en tan sólo ocho años.

Alejandro se convirtió en rey de Macedonia a los 18 años, tras el asesinato de su


padre, Filipo II, en 336 a.C. Recibió una excelente educación (su tutor fue el filósofo
griego Aristóteles), y era valiente, decidido y violento. Tenía las cualidades y la
personalidad que se precisaban para acometer una campaña militar a gran escala
como era la lucha contra los persas. Su determinación le llevó a conseguir su
objetivo y a convertirse en leyenda.

Las falanges macedonias destruyeron el Imperio persa en tres combates: la Batalla


del Gránico (333 a.C), La Batalla de Issos (333 a.C) y la Batalla de Gaugamela (331
a.c). En una primera fase Alejandro ocupó las costas del Mediterráneo oriental, lo
que representó el declive definitivo de las ciudades fenicias (como Tiro) frente al
comercio griego. La conquista de Egipto y su viaje al Santuario de Amón en el oasis
de Siwa convirtieron a Alejandro en un monarca de aspiraciones absolutistas, como
lo habían sido los antiguos faraones.
Después de la Batalla de Gaugamela, Alejandro ocupó Mesopotamia (Babilonia),
destruyó Persépolis, y persiguiendo al derrotado Darío III se adentró en la Meseta de
Irán y en las regiones de Bactriana y Sogdiana, donde tuvo dificultades con los
escurridizos pueblos nómadas. Bajando por el Paso de Jáiber avanzó sobre la India,
pero después de las campañas en el río Hidaspes (327-325 a.C) sus tropas se
negaron a seguirle. Siguieron el curso del río Indo hasta el Mar Arábigo e iniciaron
un penoso viaje a través del desierto hasta llegar a Babilonia en el 324 a.c.

Mientras planeaba una nueva campaña en Arabia, Alejandro murió repentinamente


en el 323 a.C. Con sólo 33 años era un alcohólico y probablemente un enfermo
mental. Creyéndose un dios, había empezado a gobernar como un tirano,
desatendiendo cualquier consejo. No había dedicado tiempo ni esfuerzos a la
creación de un gobierno central que mantuviera unidas sus vastas posesiones. Sus
herederos, un hermano loco y un hijo pequeño, pronto fueron asesinados y sus
generales combatieron entre sí para formar reinos independientes.

EL IMPERIO ISLAM

Cuando Mahoma muere en el año 632, la nueva religión por él proclamada se


concentra en torno a los grandes núcleos comerciales de La Meca y Medina, junto
con Omán. Los primeros califas realizarán una rapidísima expansión, en la que en
tan solo 30 años, "conquistan militarmente" todo el Oriente Próximo y Egipto.

Califato ortodoxo (632-661): Los ejércitos musulmanes extendieron la nueva


religión, el islam, a través de la yihad o guerra santa, y crearon un gran imperio. La
historia de la expansión del islam medieval se divide en tres grandes etapas: el
califato ortodoxo, la dinastía Omeya y la dinastía Abasida. En este período
gobernaron amigos o parientes de Mahoma, que llegaron al poder por elección. Los
tres primeros califas (Abu Bakr, Omar y Otman) fueron elegidos casi unánimemente,
pero a la hora de designar al cuarto califa (Ali) surgieron las primeras luchas internas
por el poder. Durante esta etapa, la capital del mundo islámico fue la ciudad de
Medina. En cuanto a la expansión militar, la época de los califas ortodoxos supuso la
conquista de Siria, Palestina, Persia y Egipto, es decir los actuales países de Egipto,
Siria, Palestina, Irak, Israel, Líbano, Irán (fue una época de esplendor), Afganistán,
Pakistán: Turkmenistán, Uzbekistán, Kazajstán. También tuvieron lugar los primeros
enfrentamientos con el imperio bizantino. Estas conquistas iniciales son a costa del
Imperio Bizantino y del Imperio Persa Sasánida. El Imperio Bizantino todavía
resistirá durante bastantes siglos el embate del Islam. Sin Embargo el Imperio
Sasánida desaparece con esta primera expansión, es decir las partes de Irak, Israel,
Líbano, Irán y el este de Asia. La expansión del islam se hace según el principio de
la guerra justa según el cual sería justo combatir para la verdadera fe: el término
aparece en la fórmula «esfuerzo en el camino de Dios», en el sentido de esfuerzo
para hacer reinar los derechos de Dios, es decir, para defender el islamismo.

La dinastía Omeya (661-750): En el año 661, el gobierno pasó a manos de una


familia de La Meca, los Omeyas. Durante este período, el título de califa se hizo
hereditario entre miembros de la misma familia. Los Omeyas trasladaron la capital
del imperio a la ciudad de Damasco (actual Siria). En esta etapa, el islam conoció
una gran expansión territorial. Los ejércitos islámicos consiguieron llegar, por el
norte de África, hasta la península Ibérica y por el este se extendieron hasta el río
Indo y el Turquestán, es decir una parte de la India y China, España, Marruecos,
Argelia, Libia, Egipto. El avance de los ejércitos musulmanes por Europa fue
frenado por los francos en el año 732. Durante los siguientes 100 años, con el
califato Omeya, su expansión no se detendrá, alcanzando el Oriente Medio, toda la
costa mediterránea de África y casi toda España. El reino de los Vándalos y la
Hispania Visigoda desaparecerán del mapa.

La dinastía Abasida (750-1258): En el año 750, una rebelión dirigida por Abul
Abbas acabó con la dinastía Omeya. Todos los Omeyas fueron asesinados en un
banquete, con la excepción del príncipe Abderramán, que huyó a la península
Ibérica. El poder pasó a una nueva dinastía: los Abasidas. Con la dinastía Abasida la
capital se trasladó a Bagdad (actual Irak). Harum-al-Rashid, que reinó en la segunda
mitad del siglo VIII, fue el califa más importante de esta dinastía. En esta etapa se
multiplicaron las luchas internas por el poder y comenzó la desintegración del
imperio. Mientras tanto, crecía el poderío de los turcos, otro pueblo musulmán
procedente de las estepas de Asia. A partir del siglo XIII, los turcos afirmaron su
poder en el islam. A partir del siglo X, los esfuerzos de los califas abasíes, que eran
sunitas, por mantener la unidad política islámica fracasan. Distintas dinastías, casi
todas chiítas, desafían su autoridad en diversas regiones del teritorio; un espacio
extenso que alberga pueblos y etnias muy diferentes. En esta época, los turcos
selyúcidas, originarios de las estepas de Asia central y oriental, se establecen en
Bagdad y gobiernan en nombre de los abasíes.

EL IMPERIO CAROLINGIO

Carlomagno, sucesor e hijo de Pipino, reforzó el poder de la dinastía, que a partir de


entonces se llamó carolingia, y extendió su dominio por la mayor parte de Europa.
Ante la presión de los lombardos en Italia, Carlomagno acudió a la llamada del papa
y conquistó el reino lombardo. Posteriormente sometió a los sajones y a los
restantes pueblos de la Germania, en la actual Alemania. Pero fracasó en su
incursión contra el emir de Córdoba en España y su ejército fue aniquilado por los
vascones en su retirada por el paso de Roncesvalles. Hacia el año 800 el Imperio
Carolingio constaba de los actuales países de Francia, Alemania, Italia, Austria y
Hungría.

El Reino de los Francos no había dejado de expandirse desde su asentamiento en el


siglo V en el actual norte de Francia, aunque sin lugar a dudas fue Carlomagno el
que lo llevó a su máxima extensión. Tras su muerte, Luis I el piadoso (también
llamado Ludovico Pio, el unico hijo vivo), heredó el imperio unificado. Ya durante el
reinado de Luis I se produjeron diversos intentos de desgajar el imperio por parte de
sus hijos. Pero solo a su muerte, la separación del imperio se hizo realidad. El
reparto entre sus 3 descendientes (siguiendo la tradición germánica) se realizó en el
Tratado de Verdún en el año 843. En esta separación se puede rastrear los orígenes
de los actuales estados de Francia, Italia y Alemania.

Cuando un rey franco moría dividía su reino entre todos sus hijos. A Carlomagno
solo le sobrevivió un hijo, Luis el Piadoso, pero a la muerte de este el imperio
carolingio se fragmentó entre sus tres hijos.

Según el Tratado de Verdún, del año 843, Carlos el Calvo recibió la parte occidental,
que más tarde se convertiría en la actual Francia; Luis el Germánico ocupó la parte
oriental, de la que nació en el año 962 el Sacro Imperio; y el mayor, Lotario, heredó
el título imperial y el territorio intermedio entre los otros dos, la llamada Lotaringia,
que desapareció en el año 870, dividida y anexionada
La debilidad de los reyes se hizo evidente y se vieron obligados a ceder gran parte
de su autoridad a condes y marqueses para obtener su apoyo.

IMPERIO BIZANTINO

Antecedentes

Este gran imperio jamás hubiera sido creado, sin antes haber ocurrido ciertos
sucesos los cuales llevaron al Imperio a su resplandor. En este ensayosobre
el imperio bizantino, se hablara de cómo inicio este gran imperio, cuánto tiempo duro
su reinado, y cuando fue su caída. Descubriremos la increíble vida durante esa
época, y trataremos de explicar cómo este imperio logro ser uno de los más
poderosos de la Edad Antigua, con la ayuda de Constantino I y la de Justino I, el
creador de este gran imperio La caída del imperio romano de oriente, le dio la
oportunidad a Constantino I para convertir la ciudad Bizancio, del antiguo Imperio
Romano, en la ciudad que él deseaba, la cual era Constantinopla. Desde esta
ciudad, este gran imperio empezó una asombrosa expansión, tomando los
remanentes del ya destruido imperio romano. Todos estos sucesos nos llevaron a
nuestro futuro, ya que sin ellos, la historia hubiera sido muy diferente. "Pocos
acontecimientos de La Antigüedad Tardía fueron tan decisivos para el curso de la
historia, como el sitio que Constantinopla sufrió en manos de los avaros en el año
626" (Riveros, J. 2010. P. 38). Aquí el autor identifica a este suceso en
Constantinopla como parte de la historia.

Antes del gran auge del imperio bizantino, sucedieron muchos eventos para lograr
que este gran imperio surgiera y se desarrollara como tal. El imperio bizantino, en
realidad, nunca fue nombrado así como tal, ya que en su época era considerado
solamente como el Imperio Romano de Oriente. Antes de que Constantino tomara el
poder, existía un emperador, llamado Diocleciano, el cual poseía el mando de un
imperio inmenso y grandioso. Para que Constantino lograra obtener el poder total
sobre este imperio, tuvo que eliminar a sus dos otros ayudantes que Diocleciano
había dejado a cargo para ayudar a Constantino a dirigir el imperio desde su ciudad
capital, Bizancio, la cuna del Imperio Bizantino. Después de que Constantino I
tomara el poder total de la ciudad de Bizancio, el imperio empezó a tomar forma. Su
principal característica era que sería el primer imperio cristiano, ya que Constantino
era el primer emperador de religión cristiana. A mediados del siglo IV (330), este
imperio comenzó lentamente su expansión de fronteras, tomando el terreno que
había dejado el ya destruido Imperio Romano original. La localización de
Constantinopla en la encrucijada entre el Medio Oriente y la
del Occidente, contribuyó bastante. En cierto aspecto, a la inmensa riqueza que
obtuvo el Imperio bizantino abriendo su puerta a los comerciantes, y permitiéndoles
pasar por esta encrucijada que conecta tres continentes. La misma riqueza, sumado
con el gran prestigio de éste mismo, lo hizo convertirse en un imperio muy
respetado, pero también llevaron al imperio a convertirse en uno de los imperios más
codiciados de la época. Este imperio seguía desarrollándose de una manera muy
diferente al imperio romano de occidente, ya que gracias a sus preciadas
características, este logro expandirse cada vez más, con la ayuda de Constantino I,
a mediados del siglo V. Y después con la ayuda de Justino I, a mediados del siglo
VI., el imperio logró su máxima expansión.

Años antes de que empezara el desarrollo completo del Imperio Bizantino, un papel
muy importante lo tuvieron las invasiones bárbaras las cuales tuvieron su lugar, a
mediados del siglo IV, en donde éstas lograron debilitar el Imperio Romano. Lo cual
dio el surgimiento del Imperio Bizantino años después, ya que muchas ciudades se
encontraban totalmente destruidas, y fueron aprovechadas para la expansión del
nuevo imperio, con la ayuda de Constantino I.

Al inicio del Imperio Bizantino, todo inicio alrededor de los comienzos del siglo IV,
cuando Constantino I fue considerado como el primer emperador cristiano. Cuando
logro obtener el puesto de emperador, al haber eliminado ya a sus rivales, como ya
se dijo anteriormente, Constantino logra mejorar la gran ciudad de Bizancio, a
mediados del siglo IV. Constantino llegó a su gobierno repleto de nuevas ideas para
fortalecer su imperio. Decidió emprender la construcción de grandes murallas
alrededor de la gran ciudad de Bizancio, la cual fue llamada Constantinopla por sus
habitantes años después, lo cual significaba "La ciudad de Constantino".

Constantino finalizo su reinado dando inicio a este gran imperio. Al fallecer


Constantino, el imperio siguió en proceso de expansión. Las murallas alrededor de
Constantinopla fueron fuertemente fortificadas durante el mandato de Teodosio II, ya
que se encontraban aun en el periodo de las invasiones bárbaras y de los Hunos.
Esta fortificación en las murallas de la ciudad de Constantinopla tuvo un papel muy
importante en el desarrollo del imperio Bizantino, ya que estas murallas evitaron la
invasión y asaltos de muchos otros imperios, hasta el año 1204. "Una poderosa
avanzada militar avara llegaba hasta el Muro Largo o Muro de Anastasio, un gran
muro erigido a principios del siglo VI, y completado hacia 512, por orden del
emperador" (Riveros., 2010. P. 43) Aquí, el autor cita como una banda bárbara se
encuentra frente al muro de Constantinopla, detenida por la inmensidad del muro.

Los días de gloria del imperio Bizantino comenzaron cuando Justiano I tomo el poder
de emperador. Justino empezó a conquistar las tierras al norte de África con la
ayuda de su gran ejército. El objetivo de crear este nuevo imperio, siempre fue,
desde un principio, fomentar y proseguir con la misma cultura que se tenía en el
imperio romano. Pero sucedía todo lo contrario. Además se combinaban muchas
creencias y culturas diferentes, ya que este imperio era muy extenso, y al conquistar
territorios árabes (Siria, Egipto) las formas de pensar eran muy diversas. Pero el
objetivo principal de expandir el imperio se encontraba en proceso a los inicios del
siglo VI, cuando Constantinopla era la capital del imperio más poderoso de esa
época.

Justiniano I había decidido mandar a su mejor soldado a conquistar las tierras


de Europa y del Norte de África. El soldado, llamado Belisario, logro en menos de un
año, y con un ejército de aproximado al de 20.000 hombres, Belisario logró derrotar
a Gelimer, el rey de los vándalos, (Ejercito dominante en Europa) y volvió exitoso a
Constantinopla en 535. Al final de todas estas guerras, el Imperio Bizantino logro
llegar a su máximo resplandor justamente a la mitad del siglo VI. Pero así como
Justiniano I logro llevar su imperio a la gloria tan rápidamente, al fallecer Justiniano,
este deja un imperio incompleto y desorganizado. Las fronteras de este gran imperio
se encontraban muy alejadas y desprotegidas, lo cual fue aprovechado por
diferentes tribus, tales como los lombardos, los cuales invadieron Italia en el año
568, conquistando así dos tercios del territorio del imperio Bizantino en España. Así
que este Imperio fue, en pocas palabras, un imperio que durante varios siglos se
consideraba un imperio de mucho poder, pero se fue debilitando poco a poco, hasta
desaparecer totalmente en el siglo XV.

El imperio Bizantino se mantuvo en pie y se extendió desde inicios del siglo VI hasta
el saqueo de Constantinopla por los turcos en el año de 1204, durante La Cuarta
Cruzada. Finalmente, en este imperio sucedieron retrocesos y expansiones durante
un largo periodo de tiempo. Pero el imperio Bizantino no pudo soportar tantos
ataques, y finalmente cedió. Constantinopla es tomada por los turcos a los inicios del
siglo XV, y la ciudad cambia de nombre a la actual Estambul, la que conocemos
como la capital de Turquía.

Se concluyó en que este tema sobre el Imperio Bizantino logró demostrar como un
solo individuo puede hacer la diferencia, y levantar todo un imperio totalmente
organizado. También, se pudo encontrar bastante historia desde antes de lo inicios
de este imperio. Pero en realidad, la historia en donde se desarrolla este imperio y
en la época en la que ocurre lo hace como un evento muy importante en la historia
de la humanidad, ya que sin este imperio jamás hubiesen ocurrido muchos otros
sucesos, los cuales llevaron a colocar a nuestra sociedad en la estructura tan
organizada que tenemos hoy en día.

Cultura y Religión

La historia de cualquier lugar no se pudo haber escrito si se dejara atrás la cultura de


las personas y sus creencias religiosas. Durante un milenio Bizancio fue la reliquia
más valuada para todos aquellos que querían dominar ese lugar, ya sean los persas,
los turcos o los árabes. La cultura bizantina no fue tan original como lo fueron las
culturas antiguas de Grecia y Roma, pero esta fue una cultura bastantemente
desarrollada, y durante un par de siglos llegó a ser superior a muchas de las
civilizaciones de Europa. "Su capital fue Constantinopla o Bizancio, la ciudad más
populosa de la Edad Media, con su puerto comercial El Cuerno de Oro" (Lozano, J.
1982. P. 172).

La actividad artística en la que más destacaban los bizantinos era la arquitectura.


Destacaban siempre en sus obras, su estilo provenía de los antiguos griegos y
romanos, pero con su propio diseño de originalidad. Una de las creaciones más
importantes de su cultura, en la rama de la arquitectura, fue la basílica de Santa
Sofía. Todos los templos bizantinos contienen un estilo de bóvedas con piedra
labrada, diversos modelos de cúpulas y ventanas con diferentes detalles, como el
arco de medio punto. En sus interiores, los muros están pintados como frescos y
detallados con pequeños mosaicos a los alrededores.

En la ciudad de Bizancio la vida de las personas era movida y a veces violenta. La


gente tenía mucho gusto en ir a las carreras de caballos y si el público no tenía lo
que quería, se llegaban a armar varias disputas entre sí mismos. Muchas de las
peleas que se ocasionaban entre la gente eran gracias a las
diversas teorías teológicas que tenía la gente.
La literatura de la cultura bizantina se basó completamente en el griego antiguo,
hasta que durante el siglo XII fue cuando se escribieron diversas obras en latín. Así
pues, fue como se empezó a transmitir la historia en latín a las siguientes
generaciones. "Con todo, dichos acontecimientos no alcanzaron a impresionar a los
contemporáneos tanto como aquella dura y larga semana y media del verano del
626, cuando la misma existencia del Imperio Romano estuvo en peligro" (Riveros, J.
2011. P. 38).

La civilización bizantina se pudo extender por toda Europa Oriental. En Bizancio se


siguieron estudiando las obras de los antiguos pensadores griegos. Se dio con más
intensidad la teología y la historia. Durante la cruzada de 1204 se llevaron
preciados libros y escritos de las antiguas civilizaciones griegas y romanas de
las bibliotecas públicas y algunos más de las privadas. Aunque muchas obras de los
autores antiguos se salvaron y ayudaron al florecimiento de la cultura otra vez.

La religión en Bizancio fue un factor muy importante para las personas del imperio.
El cristianismo se introdujo y se impuso a partir del año 330 d. c. cuando el
emperador Constantino se estableció en esa ciudad, y designándola capital de su
imperio, la convirtió al cristianismo. Al hacer esto declaró que esta iba a ser la
religión oficial de su imperio. Constantino se auto nombró obispo, para ser
representar al Papa de Roma, pero al ver esto, el Papa lo decretó como patriarca en
lugar de obispo.

Durante el siglo VII hubo un conflicto entre un grupo de personas y las autoridades
cristianas originado gracias a las diferentes formas de practicar la religión entre las
clases de personas. En Constantinopla se le daba mucha importancia y se le rendía
culto a las imágenes representativas de Jesucristo, de la virgen María y de los
santos, en pinturas o esculturas. Con esta forma de practicar la religión, surgieron
los iconoclastas, estos eran un grupo que destruía las imágenes pensando que con
esto purificarían su religión, ellos creían que idolatrar estas imágenes era como
rendir culto a diversos ídolos que no eran exactamente el dios que le rendían culto.
Gracias a esto se llevaron a cabo conflictos entre el estado y la iglesia, el emperador
tuvo que enfrentar a ambos bandos.

Ya que era más fuerte el poder de la iglesia oriental, esta salió fortalecida de entre
los dos bandos. Sin embargo, en 867 d. c. el emperador Constantino IX queso
reconciliarse con el Papa para mantener el cristianismo y las buenas relaciones que
tenían el estado y la iglesia cristiana. Pero gracias al patriarca Miguel Ceruliano llevó
en 1054 d. c. al cismo de Oriente, en otras palabras, a la separación definitiva del
cristianismo romano y el cristianismo bizantino, denominada iglesia ortodoxa, gracias
a esto ayudó a reunir a el pueblo bizantino.

El imperio Bizantino tuvo un gran poder gracias a su cultura y su religión. Las


personas al seguir con su estilo de vida típico del lugar, siguiendo su camino de la
vida a través de un dios, pudieron sobresalir ante diversas guerras que tuvieron que
soportar. En su religión, después de haber sufrido varios cambios en su forma de
pensar, pudieron establecerse y unirse al final de todo, llevando así la formación de
la iglesia ortodoxa. Las personas pudieron enseñar a todo su pueblo acerca de las
artes y la literatura antigua, griega y romana, que guardaba mucho conocimiento y
estableció un pueblo sólido y creyente en su propia religión, la ortodoxa.

Guerras

Sin las guerras que surgieron durante el Imperio Bizantino, no hubiera sido posible la
caída de este imperio. Las guerras del Imperio Bizantino comenzaron con la batalla
de Manzikert, la cual se ubica en el siglo XI en el año 1071 el 26 de agosto. En
esta guerra hicieron acto de presencia los turcos Sleyúcidas contra las tropas
bizantinas. Las cuales fueron dirigidas por Baselius Romano IV Diógenes. Estos
enfrentamientos armados y sangrientos dieron paso a la repoblación de Asia menor,
logrando así que esta zona comenzara a tener un aumento demográfico y social.
Empezando así una época de gran impacto en Constantinopla.

Esta historia de guerra se remonta años atrás en el siglo VII cuando gracias a la
perdida de Siria y Egipto, el Imperio Bizantino se redujo en dos. Los Balcanes y
Anatolia también llamada y ubicada como Asia menor. Esta última fue en donde se
localizaba el reclutamiento del ejército militar bizantino. Comúnmente estas dos
áreas se mantenían estables y en paz ya que contaban con una frontera oriental que
habían establecido con el mundo Musulmán. Esta frontera se encontraba a cargo de
los hombres libres reclutados en esta región. Pero el lugar se vio afectado con
una crisis que lo atacó, causando un enfrentamiento entre los militares y los
funcionarios civiles. Este enfrentamiento causo la reducción de vidas y el
desmantelamiento de la defensa fronteriza. Tiempo después llega al poder Romano
IV Diógenes, personaje que impacto gracias a que incremento la organización militar
de Armenia, haciéndose de un ejército de más de 70,000 hombres, para lograr así
recuperar el territorio perdido.

La batalla de Manzikert comenzó un 26 de agosto de 1701. Los Sleyúcidas


vencieron a los Bizantinos. Esta derrota abrió las puertas a los turcos y a
poblaciones de Asia menor y así fue como comenzó la decadencia de este imperio.
Romano como el emperador y líder de esta batalla partió con su ejército del cual
solo la mitad eran bizantinos y la otra mitad eran mercenarios turcos. En este ejército
había muchos bizantinos con falta de experiencia y con poca lealtad hacia su
imperio pero esto no detuvo que lucharan contra los Sleyúcidas ya que habían
violado el tratado de paz firmado varios años atrás. En cuanto empezaron los
desacuerdos, Alp Arslan dejó todos sus planes y fue a la batalla. Su ejército estaba
compuesto por hombres muy agiles pero no estaban preparados para la caballería
pesada del ejercito contrario. Ya una vez empezada la batalla los ejércitos
comenzaron a atacarse aprovechando cuando estaban desprevenidos para debilitar
al enemigo. Una vez visto que el ejército Bizantino se estaba debilitando su líder
decidió retirarse. La falta de organización de los bizantinos con la gran insistencia de
Alp Arsal fue posible derrotar al imperio Bizantino y secuestrar al emperador. Ningún
ejército había podido derrotar a este imperio de la manera en la que Alp Arsal lo
hizo. Esta derrota dejo consecuencias que después de un tiempo no tuvieron
remedio en este imperio. Según McBride, A. (2013) dice que esta guerra abrió las
puertas a los turcos otomanos para apoderarse de Constantinopla y así venciendo
totalmente al ejercito bizantino dejándolos en las ruina.

No había señales de consecuencia graves al terminar la batalla. El emperador


consiguió ser liberado al darle unas plazas al Sultán Alp Arslan. También el Romano
IV fue depuesto y la familia Ducas lo torturaron y abandonaron, dejándolos libres del
tratado. Otra de las consecuencias según Spielvogel, J. (2005, p. 45) "Fue la caída
del imperio Bizantino y el bloqueo de los turcos lo que impidió que los navegantes
pasarán por ahí llevándolos a la búsqueda de nuevas rutas de comercio." Como
Spielvogel menciona en su libro de Historia Universal, este bloqueo motivo a países
como Portugal a salir a explorar el mundo para conseguir nuevas rutas de comercio
con otros continentes como Asia y África. La caída de este imperio fue en 1453 y
gracias a esta caída del imperio se pudieron encontrar nuevas rutas y el continente
de América.
Como se mencionó anteriormente, gracias a las guerras en las que participo este
imperio se fue debilitando poco a poco hasta llegar a su caída total. Otras de las
guerras que fueron importantes durante esta época fueron las cruzadas. Estas
fueron guerras en las que el imperio Bizantino bajo el mando de Constantino se aleó
a la iglesia católica para vencer a los turcos. A diferencia de la guerra de Manzikert
el imperio Bizantino ya estaba en manos de otro emperador y sin ayuda de nadie
tomo el riesgo de luchar contra los turcos que al final se apoderaron de
Constantinopla convirtiéndola en lo que ahora es conocido como Estambul. Ya que
los turcos tenían en sus manos el poder de Constantinopla bloquearon la pasada
entre los continentes de Europa y Asia impidiendo el paso a los comerciantes y
dejando a los países en búsqueda de más rutas de comercio. Estas búsquedas
ayudaron al descubrimiento de muchos avances como fue el descubrimiento de
América y la conquista de nuevos territorios.

Emperadores

La forma de gobierno monárquico empleado en el Imperio Bizantino, logró una


estructura muy organizada, se cree que esta organización logro el resplandor de
este imperio. Como todos sabrán el Imperio Bizantino es también conocido como el
Imperio Romano de Oriente, pero ¿Qué había antes de esto? bueno, el Imperio
Romano estaba constituido por el Imperio Romano de Occidente y el de Oriente,
pero al momento en que el de Occidente cae a manos de los barbaros, se acaba la
Edad Antigua y da comienzo a la Edad Media en donde surge el Imperio Bizantino.
La forma de gobierno siempre ha sido la misma en el Imperio Romano, es decir
una monarquía que se podría decir era absoluta.

Uno de los monarcas que marco historia en el Imperio Bizantino fue Constantino I
que fue el fundador de Nueva Roma también fue llamado Augusto de Occidente y
Constantino el Grande. Fue también el legislador de la religión cristiana en Roma.
Heraclio fue emperador del Imperio Bizantino desde el 5 de Octubre de 610
D.C hasta su lamentable muerte el 11 de febrero de 641 D.C. del idioma
griego como la lengua oficial del Imperio Romano de Oriente, abandonaron el latín
que era antes su idioma principal. Su llegada al poder comenzó en el año 608 D.C,
cuando su padre Heraclio el Viejo, ex jefe de lo que hoy es África, lideró
con éxito una revuelta contra el emperador Focas, que ya le había quitado el trono a
otro emperador, pero fue destronado por la mano dura de Heraclio. El reinado de
Heraclio estuvo marcado por diversas campañas militares. En el año en el cual
Heraclio subió al trono de este Imperio se vio amenazado por las fronteras que
había. Heraclio se enfrentó primero a los Sasánidas, con quienes el Imperio
Bizantino se encontraba en guerra desde el año 602 D.C.

"El proceso de feudalización revivió, alcanzando su clímax a partir del siglo xiv. Los
terratenientes laicos y eclesiásticos extendieron sus haciendas, incrementaron el
número de sus parecos, exigieron cada vez más extensos privilegios y les concedió
exención completa de impuestos" (Lacy. 2011. P. 142). El basileus que también se
podría decir que era el jefe supremo, él era el que dirigía y administraba al ejército.
El individuo que era seleccionado como el emperador podía decidir darles a sus
sucesores el título de césar. En lo que hoy se conoce como el Imperio Bizantino
llegó a haber hasta cinco cesares al mismo tiempo en el reinado de Romano
Lecapeno. Las progenies o sucesores de cada emperador no necesariamente eran
los que seguían en el orden a ser emperadores. En esta época sucedió mucho que
los reyes o emperadores les cedieran el poder a sus parientes, como tíos o sobrinos,
un ejemplo clave de esto sería Justiniano le dio el poder a su tío Justino I y este le
cedió el poder a su sobrino Justino II.

A través de lo que venía siendo el matrimonio muchas otras personas o individuos


llegaron al poder, podría ser empezando a entablar relaciones con gente de la
realeza como Nicéforo II o Romano IV Diógenes que hicieron esto para llegar al
poder. En la mayoría de los casos el emperador, rey, o como le quieran llamar
escogía a su sucesor, o en algunos casos el ejército en si era el que escogía a el
siguiente emperador, fue como un gran número de emperadores fueron electos
como Heraclio o Alejo I Comneno, o gracias a las intrigas cortesanas, estas vendrían
siendo problemas políticos entre los de la alta sociedad que compran o se ponen de
acuerdo cuando hay que elegir a el monarca. Evitando que las personas o ex
emperadores que habían sido destituidos de su puesto llegaran de nuevo al poder,
en muchos de los casos eran cegados, castrados y a veces en los casos más
extremistas eran aislados en los monasterios de la región. Justiniano II es uno de los
casos más comunes de estas atrocidades, al que también se le hacía llamar
Rhinotmetos, el Nariz Cortada, a este un famoso personaje llamado Leoncio el
usurpador le corto la nariz, mandándolo posteriormente al destierro aunque un lapso
muy corto después, recupero el trono. Estas acciones siguieron y siguieron durante
la época del Imperio Romano y más cuando se presentó la inestabilidad política. El
emperador y la iglesia estaban muy bien relacionados, esto fue un factor
estabilizador en estos tiempos, y especialmente con el Patriarca de Constantinopla.

El gobierno del Imperio Bizantino tenía un carácter cesaropapista, esto se refiere a


que a que el estado y la religión se hacen uno. Uno de los títulos del emperador era
Isapóstolos que venían siendo igual a los Apóstoles. Lo que vendría siendo la iglesia
(El Patriarca) y el emperador a decir verdad se llevaban muy bien,
había independencia y democracia en lo que hacían y decían: como el Patriarca era
escogido por el emperador, este tenía la libertadde sancionar o no al patriarca o la
iglesia en el momento en el que él quisiera. Hubo un momento en el que entre la
iglesia y el monarca hubo tensión. "Generalmente se considera como el fin de la
Edad Media la caída del imperio Romano de Oriente" (Brom. 1973. P. 119)

Gracias a la forma de gobernar que hubo en el Imperio Bizantino y su mano dura y


firme, fue como todas las personas de esta época (Que pertenecían a este imperio)
pudieron llegar a subsistir por tanto tiempo. El hecho de que los reyes se llevaran tan
bien con los Patriarcas, tuvo mucho que ver también con que no
hubiera conflictos religiosos, es decir que los de la iglesia no estuvieran inconformes
con las decisiones de los reyes.

Sociedad en la Edad Media

En la edad media el imperio gobernado por Constantino I tuvo un gran impacto


positivo. Para comenzar en el periodo conocido como la Edad Media había varias y
diferentes clases sociales en la cuales cada una de ellas tenía un poder diferente
sobre varios aspectos como el administrativo, el militar y el económico en los cuales
por lógica el que este en la punta o la parte más alta de la pirámide de la sociedad
es el que tiene mayor autoridad, mientras que el más pobre no podía hacer nada y
era el que trabajaba más la tierra pero también era el que vivía en las condiciones
más miserables de todas. Los religiosos o sacerdotes que aunque no estuvieran en
la posición más alta aún tenían una respetable y ellos lograban que la religión se
metiera con la política y así tener una influencia en ella a su favor y además de tener
el poder de convencer al pueblo de que el cristianismo es la solución de todo y que
si se entregaban su vida sería más fácil y además todos sus problemas quedarían
solucionados. Constantino l logro hacer varias de estas cosas. Kosminsky (1981)
dice que "El 29 de Mayo de 1453, Constantinopla fue tomada por asalto. El último
emperador bizantino, Constantino Paleólogo, pereció en el combate." Lo cual
significa que fue un líder respetado y sabio además de que pudo unificar a su pueblo
debido a que promovió una sola religión en la cual se inclinaron todos.

La sociedad estaba dividida en estamentos o estados. La nobleza y el clero eran


estamentos privilegiados. El resto de la población los cuales eran burgueses,
artesanos, trabajadores y campesinos integraban el estamento de los no
privilegiados, la burguesía y los grupos populares, que era un grupo numeroso y el
único que pagaba impuesto. El siglo XIV experimento varios cambios como la
nobleza perdió parte de su influencia política pero siguió disfrutando de sus
privilegios económicos y sociales. El clero se vio presionado por los monarcas, que
le hicieron pagar algunos impuestos, para que hicieran una sociedad más religiosa.
También la burguesía continúo con su ascenso social. La alta burguesía se
enriqueció y la baja burguesía fue empeorada por los artesanos. La mayoría de los
campesinos vivía en la pobreza. Aumento el número de propietarios libres y
arrendatarios. El este de Europa se mantenía la servidumbre del campesinado. Uno
de los grandes cambios que afecto a esta sociedad fue la elección de una sola
religión ya que al tener una sola religión se podía convencer a la gente de
convertirse más fácilmente.

En el siglo XII la economía en el país vasco evoluciono, la base seguía siendo


la agricultura pero otras actividades fueron adquiriendo más importancia como:
la pesca marítima, la construcción naval, el comercio o las industrias del hierro y de
manera más holgada la de la sal. Empezaron a surgir las relaciones feudales. El
señor feudal era amo absoluto, es decir su poder de decisión era ilimitado. Los
campesinos o siervos, gozaban de una economía propia basada en el
trabajo personal en donde el señor feudal les prestaba la tierra y el tiempo
de trabajo En cuanto a la agricultura a finales del siglo XIII hubo una expansión
agraria la cual había llevado los cultivos hasta zonas de dudosa productividad. Al
comenzar el siguiente siglo se fueron abandonando dichas tierras y los pueblos de
alrededor. En la actividad de la pesca eran pescadas varias especies. Las más
valoradas y con las que más se comerciaba eran el besugo, la sardina, la merluza y
la lubina.

Hubo una nueva fe, fundada en Palestina, llamada Cristianismo y que sus orígenes
fueron como una secta judía que se basaba en las enseñanzas de Jesús, según los
cuatro evangelistas. Se construye y estructura una nueva idea de Dios. Basado en la
resurrección de Cristo las enseñanzas de San Pablo se presentan como una nueva
fe. La base del Cristianismo son religiones del libro (nuevo testamento). En el nuevo
testamento además de la gran importancia que tienen los evangelios, se encuentran
las cartas de San Pablo a los Romanos aquí es donde se estructura el cristianismo.
El nuevo testamento se fusiona con el antiguo testamento y eso constituye La Biblia,
uno de los grandes éxitos de La Biblia, es que estaba escrita en latín, lengua
materna de los romanos. Por la idea de la resurrección, el Cristianismo atrajo
muchos más seguidores. La cual era que San Pablo defendía la idea que el
cristianismo aceptaba a cualquier persona, no sólo a los judíos. La estructuración
que se dio permitió que la Iglesia se viera como una sola unidad. Elhombre de la
Edad Media se ve a sí mismo como cristiano antes que otra cosa.

Para finalizar, podemos decir que la Edad Media fue una gran época de cambio en
la sociedad ya que por primera vez en mucho tiempo todos creían en una sola
divinidad que facilitaba la conversión de varias personas a esa misma religión y
después de eso la clase económica fue la que separo a la sociedad en varias partes
e hizo que esta se separara y se empezara la desigualdad. Esta desigualdad hizo la
diferencia en el mundo, porque después de esto el racismo surgió con un impacto
más fuerte en la sociedad.

Ubicación Geográfica

Bizancio tuvo tal influencia con este imperio cristiano que se encontraba en
Constantinopla que así fue como se creó el término de Imperio Bizantino. La
República Romana en el año 27 a.C. se convirtió en un fuerte imperio, que
en torno al Mediterráneo siguió propagando sus territorios. El emperador
Constantino en el año 330 desplazó la capital del imperio desde Roma a Bizancio,
una antigua colonia griega a la que puso el nombre de Constantinopla. La existencia
de dos partes diferentes se hizo evidente en el imperio: la occidental y la oriental. La
parte occidental del imperio fue poco a poco cayendo en manos de los invasores
bárbaros, mientras el Imperio de Oriente aguantó y Constantinopla acepto el mando
de un único imperio, el bizantino, que sobrevivió hasta 1453.

Constantino que había sido educado en las regiones orientales del imperio, se dio
cuenta de la necesidad que había de crear una capital con una mejor defensa. La
parte más cercana a las rutas del comercio era en la parte oriental del Mediterráneo
en donde estaba situada la nueva capital del Imperio romano de Oriente. Es un lugar
estratégico en donde se unen el mar Mediterráneo y el mar Negro, entre Europa y
Asia. "El Imperio romano de Oriente o Imperio bizantino quedó como único
depositario de la cultura clásica." (Ballús, 2003, p.24) El imperio bizantino se
comprendía de territorios donde la cultura urbana era muy antigua y estaba muy
desarrollada como por ejemplo: Grecia, Siria, Asia Menor, Egipto y Palestina.

A lo largo de su interminable historia el Imperio Bizantino sufrió de varias pérdidas


de territorio, pero no importo porque continuó siendo una importante potencia militar
y económica en Oriente Próximo, Mediterráneo oriental y Europa durante la mayor
parte de la Edad Media. Tras una última recuperación en el siglo XII de su pasado
poder durante la época de la dinastía Comnena, "Es a partir de la época de los
Comneno que un profundo cambio se realiza en el espíritu bizantino:
la evolución interna de la sociedad bizantina terminaba por crear relaciones sociales
análogas a las del Occidente" (Martínez, 2011. p.143) El imperio comenzó una
extensa debilitación que terminó con la toma de Constantinopla y la conquista de los
demás territorios bajo el sometimiento bizantino en el siglo XV, por los turcos.

Su conversión a una entidad cultural diferente de Occidente y la prolongación de la


parte oriental del Imperio romano puede verse como una evolución que se inició
cuando el Emperador Constantino I el Grande trasladó la antigua capital de Bizancio,
continuó con la fragmentación definitiva del Imperio romano en dos partes tras la
muerte de Teodosio I en el año 395, y la consecutiva desaparición, del Imperio
romano de Occidente en 476; bajo el mando del emperador Heraclio I, logro su
consumación durante el siglo VII, con cuyas reformas, él fue adquiriendo un carácter
totalmente diferente al del antiguo Imperio romano.

Constantino gobernó en el año 364 sobre un Imperio romano unido, pero


Valentiniano I que fue un importante emperador distribuyó el imperio en dos partes
una fue el este y la otra oeste. Las dos regiones se separaron cuando el bárbaro
Odoacro destituyo al último emperador romano de Occidente, en 476 Roma había
caído. Pero los menos débiles a los ataques externos del Imperio Romano fue la
mitad oriental. Por su ubicación geográfica era muy complicada de conquistar ya que
estaba rodeada completamente de agua por tres partes y por la cuarta parte los
bizantinos construyeron tres murallas que la protegían por lo tanto era muy
complicado evadir las defensas de la capital, Constantinopla.
Heraclio existió en el Imperio romano de Oriente y después de él se creó el Imperio
Bizantino, que permaneció hasta 1453. Heraclio dejó el viejo nombre imperial de
"Augusto" y poco tiempo después lo llamaron basileus, nombre que los gobernantes
bizantinos llevarían hasta el final del Imperio. Alcanzo su máxima expansión
territorial en el siglo XI. El Imperio Bizantino estuvo reprimido a fuertes presiones de
otros pueblos, se fue reduciendo poco a poco su extensión hasta que fue
conquistado finalmente en 1453 por los turcos. En manos de los turcos la caída de
Constantinopla, concluía un gran período de mil años de supervivencia de un
imperio cristiano que llegó a esparcirse por Asia, África y Europa. Desde ese
momento la ciudad ahora se llamaría Estambul. Para Europa la caída de
Constantinopla marco el fin de la Edad Media y el principio de la Edad Moderna.

El Imperio bizantino tenía una población muy variada y sus ciudades se fueron
volviendo internacionales entre los principales grupos lingüísticos que habían
estaban el latín, el árabe, el copto, el griego, el eslavo, por mencionar algunos. El
Imperio de Oriente al igual que Roma, contaba con una red de centros urbanos,
conformada por alrededor de unas novecientas ciudades. La gran relación que había
entre el Imperio de Oriente y la Iglesia contribuyó a definirlo como una comunidad de
fe, de una forma en la que Roma nunca había logrado. Este imperio fue cambiando
a un grupo de pueblos, todos unidos por la cultura y la historia, oprimidos al centro
de acuerdo a grados diferentes de control político.

Auge

El auge de Constantinopla no se pudo llevar a cabo sin el gran ejército con el que
contaban. Disciplina, valor y organización, fueron estas las capacidades y
habilidades por parte del ejército lo que logró que los llevaran durante gran parte de
la historia del Imperio a ser la fuerza militar más poderosa y desarrollada de Europa
esto mismo los llevó a ser una versión renovada del ejército romano, este Imperio
fue heredero del ejército romano empezando principalmente por desarrollar la
caballería pesada, de origen sármata, lugar donde la tecnología militar influenció la
tecnología de sus aliados tanto como la de sus enemigos.

Justiniano, emperador de gran importancia del Imperio Romano, tenía una idea en la
cabeza que nadie le podía quitar por reconstruir este imperio. Con el fin de esta
reconstrucción, el Imperio Romano logró grandes avances y conquisto algunos
territorios como la parte norte de África y una parte de Italia. Justiniano, en realidad
concentraba su poder en diferentes maneras, le daba importancia a la concentración
del poder militar y otra parte del poder era concentrado en representación
como administrador de sus territorios y jefe religioso. Cabe destacar que cuando
Justiniano se encontraba en el poder hubo el máximo poder militar. "Las obras
generales sobre el imperio bizantino que hemos revisado, tienden a mencionar a
Justiniano como el gran emperador que dio forma al Imperio Bizantino y le
reconocen un sitial privilegiado dentro de la historia, fue conocido como El Grande"
(Cheix, Saavedra. 2009. p. 13) Justiniano fue una gran figura para el desarrollo del
Imperio Bizantino, y no solo él, sino también la armada bizantina.

La armada bizantina, con sus hábiles y estratégicas embarcaciones tuvo una


actuación de suma importancia en el desarrollo y en el progreso del Imperio, y
gracias al uso de sus armas ocultas como el fuego griego, el cual era un arma de
fuego y potente frecuentemente usada por el Imperio Bizantino, se encendía al
contacto con el agua e incluso ardía por debajo de ella. También gracias al gran
nivel naval de Bizancio, hizo que tuvieran un dominio total sobre el Mediterráneo
oriental. Al principio existían dos diferentes tipos de tropas: unos eran los limitanei,
ellos eran los que se establecían en la frontera para defenderla o protegerla y los
comitatenses quienes hacían frente a las invasiones o campañas militares a
gran escala que pudieran producirse en cualquier lugar del imperio, por lo que
estaban compuestas de soldados de mejor preparación militar y mejor equipamiento
de los limitanei. Después del siglo VII el Imperio fue organizado en distintas zonas
estratégicas, distritos militares y en divisiones administrativas. Durante la existencia
de los strategos el Imperio bizantino mejoro más de la mitad la capacidad de
defensa de Bizancio frente a sus numerosos enemigos exteriores.

En la defensa del Imperio se jugó un importante papel la hábil técnica


e inteligencia de sus astutos emperadores, un papel que no cualquiera pudo haber
jugado. Gracias a los pagos de tributos los enemigos estuvieron alejados de este
Imperio, ya que no contaba con suficiente presupuesto para pagar
los servicios necesarios, y su gran servicio de espías los sacó de algunos apuros y
situaciones en las que pensaban y parecía que ya no iban a salir. Sin embargo no
todo fue beneficio, también tenían debilidades, una de ellas fue la necesidad de
recurrir a tropas mercenarias, no tenían la suficiente confianza en ellos. Entre los
mercenarios más conocidos está la famosa guardia varega, fue un equipo especial
de los años 1300d.c, los miembros de esta unidad elite servían como barrera contra
cualquier tipo de fuego hacia los emperadores bizantinos. La peor crisis causada por
los mercenarios en el Imperio fue que provocaron un cambio drástico en los
almogávares, estas fueron tropas de gran tamaño y fuerza de la Corona de Aragón y
estas tropas estaban formadas por infantería ligera.

El auge de la época bizantina se causó gracias al arte de la gran estrategia con la


que contaban, e incluso unos emperadores escribieron la importancia del arte militar.
En estos escritos se daban a conocer los secretos y liderazgos de los comandantes
en esa época. Carl von Clausewitz, quien era el padre de las estrategias militares
modernas definía estos como el empleo de las batallas para conseguir el fin de la
guerra que se refería a que la estrategia más que la violencia puede conseguir el
alto a las guerras. De esta forma, se daba mayor importancia a los objetivos políticos
sobre los objetivos militares, apoyando en parte a los asuntos militares.

Todo dice e indica que el Imperio Bizantino tuvo un gran auge en la Edad Media y
fue el ejército más poderoso gracias a las estrategias por parte del Imperio y de los
emperadores. Se puede decir que con el tiempo este Imperio se fue desarrollando
notoriamente, al principio este ejército era como el ejército romano, después de que
surgieron algunos cambios se fue transformando a un estilo griego y al final llego a
convertirse en un estilo de la Europa medieval. "Colón convenció a la reina española
Isabel de que financiara una expedición de exploración. En octubre de 1492 llegó
a América y exploró las costas de Cuba y la isla de la Española" (Jackson, J. 2011.
p. 41) Con este acontecimiento termina la Edad Media y alrededor de eso años se
da la caída del Imperio Bizantino, fue su desaparición total.

La caída del Imperio Romano de Oriente

Constantino I fue el monarca del Imperio Bizantino y durante su gobierno tuvo


mucho éxito. Constantinopla fue una ciudad ubicada en lo que hoy en día es
Estambul, Turquía específicamente en donde Europa toca con Asia. Su emperador y
creador fue Constantino I también llamado Constantino el Grande. Constantinopla
fue la capital para el Imperio Romano, el Imperio Romano de Oriente y el de
Occidente también del Imperio Bizantino se mantuvo hasta 1453 y luego fue capital
del Imperio Otomano.

Constantino I fue el hombre que reconstruyó la ciudad: "Constantinopla fue un


Imperio dominado por Constantino I", la hizo renacer de sus ruinas. La construyó
a imagen y semejanza de Roma y durante muchos siglos tuvo afecto hacia ella, fue
tanto su parecido con roma que se le podía llamar la Nueva Roma. Pocos
acontecimientos de la Antigüedad Tardía fueron tan decisivos para el curso de
la historia, como que Constantinopla sufrió en manos de los otomanos.

Al morir Constantino I la fragmentación del Imperio Romano era un hecho. Sin


embargo, esto no se produciría hasta la muerte de uno de sus sucesores: Teodosio,
quien en el año 395 dividió en dos el Imperio y le cedió el mando de la parte
occidental, con sede en Milán, a su hijo Honorio; y la parte oriental, con sede en
Constantinopla, a su otro hijo, Arcadio, dando comienzo al Imperio Bizantino que, a
diferencia de la parte occidental cuya decadencia fue cada vez mayor, se mantuvo
pujante hasta el año 1453. A Teodosio se debe el foro de su nombre en la antigua
Constantinopla. Aparte que Constantinopla fue uno de los Imperios más grande de
que aquellas épocas, fue uno de los más desarrollados social, educativa y
culturalmente.

Constantino creo la primera universidad llamada Universidad de Constantinopla en


la cual se enseñaban demasiadas materias y lenguajes. Después de varios años
llego al trono el emperador Justiniano el cual realizo muchos cambios y nuevas
construcciones, como templos, iglesias y otros. Constantinopla fue una ciudad
comercial que monopolizó durante siglos el comercio de la seda, el trigo, la madera,
las especias y los esclavos fue también una ciudad industrial con artesanos que
trabajaban la seda y los metales preciosos, mandándolos a todos los países
mediterráneos. Los comerciantes extranjeros tuvieron un barrio propio situado al otro
lado del Cuerno de Oro (Europa toca con Asia). En lo que respecta a su moneda de
oro, el sólido, mantuvo la misma cotización durante siete siglos.

En época del emperador Justiniano (527–565) se construyó el templo de Santa


Sofía, donde sus arquitectos tuvieron que idear una cúpula para cubrir el amplio
edificio de planta rectangular. Tan bien hecho fue el trabajo que la primera cúpula se
derrumbó; la segunda es la que hoy se puede ver en el edificio. Justiniano también
construyó la iglesia de los santos Sergio y Baco, entre los años 527 y 536 después
de Cristo.

En el Siglo XV específicamente 1453, Constantinopla cayó a manos de los turcos


otomanos, momento en el cual fue el final de la edad media en Europa. A partir de
ahí, surgió un nuevo conflicto, el de la iglesia católica con la iglesia ortodoxa, algo
que no le gustaba a nadie, no querían coexistir porque ambas eran intolerantes con
las demás religiones.

Su caída se dio gracias a los Turcos Otomanos: "Su caída se dio gracias a que los
turcos otomanos invadieron ese territorio". Al caer Constantinopla se dieron muchos
cambios importantes para todos los países. Cuando el gran imperio cayó se tuvo
que dividir. Por lo cual se creó el Imperio Romano de Occidente y el Imperio
Romano de Oriente o también llamado Imperio Bizantino. También se desataron
muchas guerras. Y ya que los turcos otomanos bloquearon el territorio de la ciudad
de Constantinopla los imperios tenían que rodear el territorio y fue por eso que se
crearon muchas rutas nuevas y, apartes descubrimientos de nuevas culturas.

Los Bizantinos y los otomanos lucharon durante años, por el poder no sólo de
Constantinopla, sino de todo el Imperio Bizantino. Desde el sitio de Constantinopla,
en el que los otomanos quitaron el poder de la ciudad a los Bizantinos,
Constantinopla fue la capital del Imperio Otomano.

Después de que los Turcos Otomanos bloquearon el Cuerno de Oro lo hicieron


con la intención de afectar a todos los otros imperio de Europa. Por lo tanto todos
los imperios empezaron a buscar nuevas rutas. Después de eso los imperios
descubrieron nuevas tierras. Por ejemplo España mando a Cristóbal Colon a buscar
nuevas tierras y lo mandaron a rodear África y él se fue hacia al otro lado. Después
de algún tiempo Cristóbal Colon llego a un nuevo territorio el cual llamo San
Salvador y gracias a los españoles empezaron a extraer bienes de aquel continente
y fue por lo cual Portugal llego a Brasil, Inglaterra a Estados Unidos y Francia a
Canadá.

IMPERIO ROMANO

El Imperio romano fue el tercer periodo de civilización romana en la Antigüedad


clásica, posterior a la República romana. Poseía una forma de gobierno autocrática.

El nacimiento del imperio vino precedido por la expansión de su capital, Roma, que
extendió su control en torno al mar Mediterráneo (el «mare nostrum» o ‘mar nuestro’
de los romanos). Bajo la etapa imperial los dominios de Roma siguieron aumentando
hasta llegar a su máxima extensión durante el reinado del emperador Trajano,
momento en que abarcaba desde el océano Atlántico (al oeste) hasta las orillas
del mar Caspio, el mar Rojo y el golfo Pérsico (al este), y desde el desierto del
Sahara(al sur) hasta las tierras boscosas a orillas de los ríos Rin y Danubio y la
frontera con Caledonia (al norte). Su superficie máxima estimada sería de unos
6,5 millones de km².

La caída del Imperio romano se debió a múltiples factores que agrupados


propiciaron la decadencia.

De lo que no cabe duda es de que Roma y su imperio han dejado una gran huella en
nuestra sociedad actual, en temas que abarcan desde la arquitectura y la
construcción hasta la literatura, el derecho e incluso en pequeños detalles de la vida
cotidiana.

Historia y orígenes de Roma

La aldea de Roma fue fundada hacia el siglo VIII a. n. e. a orillas


del río Tíber.[1] Esta pequeña villa floreció y se desarrolló hasta llegar a ser
considerada durante la época previa a la República, superior a sus vecinos,
haciéndose cada vez más fuerte a medida que se apoderaba de más territorios. Ya
en la República, alrededor del año 270 a. n. e. Roma dominaba toda la península
itálica y seguía en expansión. Este imperio que a partir del siglo I a. n. e. sería
gobernado por emperadores, creció y absorbió ciudades y territorios que hoy en día
comprenden más de 40 países, con 5000 km de un extremo a otro.

El Alto Imperio

Augusto (31 a. n. e.-14 n. e.)

Cayo Julio César Augusto.

Cayo Julio César Augusto (Caius Iulius Caesar Augustus; Roma, 23 de


septiembre de 63 a. n. e. - Nola, 19 de agosto de 14, fue el primer emperador del
Imperio romano.[2] Gobernó desde el 27 a. n. e. hasta su muerte en el año 14,
convirtiéndose así en el emperador romano con el reinado más prolongado en la
Historia (en total, 44 años de mandato).

Nacido bajo el nombre de Cayo Octavio Turino, fue adoptado por su tío abuelo Julio
César en su testamento, en el año 44 a. n. e. Desde ese instante hasta
el 27 a. n. e. pasó a llamarse Cayo Julio César Octaviano. En ese año (27 a. n. e.) el
Senado le concedió usar el cognomen de «Augusto», y por consiguiente se convirtió
en Cayo Julio César Augusto. A causa de los varios nombres que ostentó, es común
llamarlo «Octavio» al referirse a los sucesos acontecidos entre el 63 y el 44 a. n. e.,
«Octaviano» desde el 44 hasta el 27 a. n. e. y «Augusto» después del 27 a. n. e. En
las fuentes griegas, Augusto es conocido como Όκταβίος (Octavio), Καισαρ (César)
o Αύγούστος (Augusto), dependiendo del contexto.

El mandato de Augusto inició una era de paz relativa conocida como la Paz romana
o Pax Augusta (en su honor). Salvo por las constantes guerras fronterizas, y con la
excepción de una guerra civil de sucesión imperial que duró un año, la sociedad del
Mediterráneo gozó de un ambiente pacífico durante más de dos siglos. De igual
forma, Augusto expandió el Imperio romano, asegurando en el proceso sus fronteras
mediante la subordinación a Roma de las regiones circundantes. Además, celebró
un acuerdo de paz con el Imperio parto ―el más poderoso de sus vecinos― por la
vía diplomática, reformó el sistema tributario romano, desarrolló redes de caminos
que contaban con un sistema oficial de mensajería, estableció un ejército
permanente (así como un pequeño cuerpo de marina), y creó la Guardia
Pretoriana junto a fuerzas policiales de seguridad, tanto para mantener el orden
como para combatir los incendios en Roma. Resulta destacable añadir que gran
parte de la ciudad se reconstruyó bajo su reinado.

En el plano militar Augusto estableció las fronteras del Imperio romano en lo que él
consideraba debían ser sus límites máximos de extensión en el norte, el limes Elba-
Danubio. Asimismo, finalizó la conquista de Hispania doblegando las últimas tribus
del Norte de las montañas cantábricas: cántabros y astures, que permanecían aún al
margen del control militar romano. Esta sangrienta lucha final sería conocida como
las Guerras Cántabras. Tan difícil fue la tarea que Augusto se trasladó
personalmente con toda su corte a la península Ibérica estableciendo Tarraco como
capital provisional imperial. En este período la urbe experimentó un gran crecimiento
urbanístico. Hacia el 17 a. n. e. Hispania pasa a dominio romano por completo,
quedando el territorio organizado en tres provincias: Lusitania, Tarraconensis y
Baetica.

Tras su muerte en 14, el Senado lo divinizó, siendo posteriormente adorado por el


pueblo romano. A manera de legado, sus nombres «César» y «Augusto» serían
adoptados por todos los emperadores posteriores, y el mes de Sextilis sería
renombrado «Agosto» en su honor. Asimismo, sus logros son relatados en un
documento conocido como «Los escritos del Divino Augusto» que, a petición del
propio Augusto, fue grabado en un par de pilares de bronce y colocado enfrente de
su mausoleo, llegando tiempo después a tallarse en gran cantidad de edificaciones,
muchas de las cuales han sobrevivido. No obstante, este material es considerado
poco objetivo históricamente, y más bien es tratado como un escrito publicitario cuyo
objetivo es ofrecer una visión idílica del principado ejercido por Augusto. Tras un
largo proceso para solventar los problemas en torno a su heredero, César Augusto
fue sucedido por su hijastro Tiberio.

La dinastía Julio-Claudia (14-69)

Los cinco primeros emperadores romanos entroncados con Cayo Julio César:
Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. Gobernaron el Imperio romano desde
el 27 a. n. e. al 68 n. e., cuando el último de la línea sucesoria, Nerón, se suicidó.

Estos cinco emperadores estaban unidos, por matrimonio y adopciones, con las
gens Julia y Claudia. Julio César es considerado algunas veces, aunque
erróneamente, como el fundador; esto a pesar de que nunca fue emperador (aunque
ostentó un poder superior al de ellos) y tenía conexiones con los Claudios a través
del matrimonio de Augusto con Livia y de varios otros entre sus descendientes. Por
las venas de Augusto, Calígula, Claudio y Nerón corría la sangre de César. Aunque
muchos historiadores sostienen que la dinastía fue fundada por Julio César, otros
atribuyen el hecho a su sobrino nieto Augusto. Los Julio-Claudios también se
hallaban emparentados con Marco Antonio.

Tiberio (14-37)

Tiberio César Augusto, nacido con el nombre de Tiberius Claudius Nero (Tiberio
Claudio Nerón, 16 de noviembre del 42 a. n. e. - 16 de marzo del 37 n. e.), fue un
emperador del Imperio romano que gobernó desde el 18 de septiembre de 14, hasta
su muerte. Se convirtió en el segundo emperador romano perteneciente a la dinastía
Julio-Claudia. Era hijo de Tiberio Claudio Nerón y Livia Drusilla, perteneciendo por
tanto a la gens Claudia.

Calígula (37-41)

Cayo César, o Gaius Julius Caesar Augustus Germanicus (31 de agosto de 12 - 24


de enero de 41), también conocido como Cayo César o Calígula, fue emperador
romano desde el 16 de marzo de 37 hasta su asesinato, el 24 de enero de 41. Fue el
tercer emperador del Imperio romano y miembro de la dinastía Julio-Claudia,
instituida por Augusto. Hijo de Germánico. La madre de Calígula era Agripina.

Claudio (41-54)

Tiberio Claudio César Augusto Germánico: 1 de agosto de 10 a. n. e. Roma, 13 de


octubre de 54 Historiador y político romano, fue el cuarto emperador romano de la
dinastía Julio-Claudia, y gobernó desde el 24 de enero del año 41 hasta su muerte
en el año 54. Nacido en Lugdunum, en la Galia, fue el primer emperador romano
nacido fuera de la Península Itálica.

Nerón (54-68)

Nerón Claudio Druso Germánico: Nació el 15 de diciembre del año 37, en Antium
(Anzio), hijo del cónsul Cneo Domicio Ahenobardo y de Agripina la Menor, bisnieta
del emperador Augusto. En el 49 Agripina se casó con su tío, el emperador Claudio
I, a quien un año después convenció para que adoptara a su hijo. Más tarde, en
el 53, Nerón se casó con la hija de Claudio, Octavia, y aquél le nombró su sucesor,
evitando a su propio hijo, Británico. Tras el asesinato, un año después, de Claudio,
la Guardia Pretoriana, dirigida por el prefecto Sexto Afranio Burro, representante de
Agripina, declaró emperador a Nerón a la edad de diecisiete años.[3]

Galba

Servio Sulpicio Galba: 24 de diciembre del 3 a. n. e. - Roma, 15 de


enero del 69 n. e. fue emperador del Imperio romano desde el 8 de junio de 68 hasta
su muerte. Fue el primero de los cuatro emperadores que ocuparon el trono de
Roma durante el año 69, el conocido como año de los cuatro emperadores.

Otón (69)

Marco Salvio Otón, llamado en ocasiones Marco Otón César Augusto y más
comúnmente conocido como Otón (Ferentinum, 25 de abril de 32 - Bedriacum, 16 de
abril de 69), fue emperador del Imperio romano desde el 15 de enero al 16 de
abril de 69. A su muerte se convirtió en el segundo en ascender al trono durante el
«año de los cuatro emperadores».
Vitelio

Aulo Vitelio Germánico, nacido como Aulo Vitelio, y más comúnmente conocido
como Vitelio (24 de septiembre de 15 - 22 de diciembre de 69) fue emperador del
Imperio romano desde el 17 de abril de 69 hasta el 22 de diciembre de ese mismo
año. Accedió al trono tras las muertes de sus dos predecesores, Galba y Otón,
ambas víctimas del año de los cuatro emperadores. A su ascenso al trono se
convirtió en el primer emperador que añadió el cognomen honorífico de Germánico a
su nombre, en vez del de César. Este primero había caído en desuso a
consecuencia de los actos del último que lo portó, el emperador Nerón.

La dinastía Flavia (69-96)

Llegan al poder en una posición en la que no tenían ni prestigio, ni patrimonio, ni


clientelas. Ese ascenso comportó una especie de refundación del principado, que es
exponente de la renovación del Senado con la incorporación de nuevas familias
provenientes del orden ecuestre. Se va elaborando una nueva concepción del
principado, en el que el trono no es ocupado por derecho de nacimiento de una
familia carismática, sino que aparece como la culminación de una carrera de oficios
militares y administrativos abiertos al más capaz. Esa nueva dinastía tendrá que
fundamentar su poder sobre nuevas bases: la lex de imperio vespasiani, y a través
de la eficacia administrativa.

Vesparsiano (69-79)

Nacido en Reate, de origen ecuestre, realizó una carrera militar que culminó con la
guerra contra los judíos, lo que puso en su posición clave para contar con el apoyo
de una parte del ejército para su llegada al poder. Limitó los poderes del emperador,
al que se le atribuía entre otros privilegios, bajo la concepción «por la voluntad del
pueblo», el imperium maius y la tribunicia potestas, algo que ya había en la práctica,
Augusto, pero que ahora, con esta lex de imperio, el poder de los príncipes se le da
una fundamentación jurídica. Finalmente, Vespasiano tuvo que hacer frente a su
sucesión, problema que el principado arrastraba desde Augusto. Asoció como
herederos a sus dos hijos, Tito el mayor, fue declarado coadjutor del emperador con
plenos poderes, mientras que Domiciano recibió los títulos de Cesar y princeps
iuventutis, aunque sin poderes.
Tito (79-81)

Sucedió en el 79 por dos años después, en el 81 murió. Básicamente siguió la línea


política de su padre. Fue bastante popular entre la plebe, aunque quienes se le
opusieron calificaron su principiado como «feliz por su brevedad».

Domiciano (81-96)

Asociado también al trono, al principado en el 81 tuvo un principado autoritario que


persiguió duramente la oposición senatorial, sin embargo esto no le impidió ser un
gran administrador, que siguió las líneas trazadas por su padre y hermano.

Finalmente un complot de senadores, en donde estuvieron implicados varios libertos


de la casa imperial, la propia emperatriz, y los dos prefectos del pretorio, llevó a que
Domiciano fuera asesinado, y se entregara el trono a Marco Coceyo Nerva, un viejo
senador, acabando así la dinastía Flavia.

La dinastía de los Antoninos

En la historia se considera peculiar, en cuanto que los príncipes heredaban el trono


por adopción y no por nacimiento. Por lo cual se consideraba que quien era
asociado al trono lo era por ser optimus para ocupar tan alta dignidad, debiendo ser
respetuoso con las normas de las leyes y las instituciones.

Nerva (96-98)

Nerva: 8 de noviembre del 30 - 27 de enero del 98, fue emperador del Imperio
romano del 96 hasta su muerte en el año 98. A su adhesión al trono contaba con 65
años; este reputado senador había dedicado su vida al servicio del imperio durante
los reinados de Nerón, Vesparsiano, Tito y Domiciano.

Trajano (98-117)

Marco Ulpio Trajano, más conocido como Trajano (Itálica, 18 de septiembre del 53 -
Selinus, 9 de agosto del 117) fue un emperador romano que gobernó desde el año
98 hasta su muerte en 117, el primero nacido fuera de Italia. Inició la
tradicionalmente llamada dinastía Antonina o, según reciente propuesta, Dinastía
Ulpio-Aelia. Primer emperador procedente del mundo provincial, concretamente de
Hispania. Su elección como sucesor no fue casual, y pudo influir además su
reputación militar.
Adriano (117-138)

Publio Elio Adriano (Adriano), de Itálica como Trajano y pariente de este, le sucedió
en el 117 en el trono. Estando detrás de la sucesión la emperatriz, Plotina, y el
prefecto del pretorio, Elio Atiano. Al obtener el principado estaba como legado en el
ejército de Siria aunque esto no impidió que el senado lo reconociera como
emperador.

Antonino Pío (138-161)

Antonino Pío (Lanuvium, 19 de septiembre del 86 - Lorium, 7 de marzo del 161) fue
emperador desde el 138 hasta el 161. Pertenecía a una familia senatorial de la Galia
Narbonense y de este emperador es donde se toma el nombre de los Antoninos que
engloban a todos los emperadores. Su reinado se caracterizó por la «paz romana»,
siendo un imperio protegido por los bárbaros, con bonanza económica, y gobernado
por un hombre de Estado y de grandes cualidades.

Marco Aurelio (161-180)

Marco Aurelio Antonino (Roma, 26 de abril del 121 - Roma, 17 de marzo del 180) fue
emperador del 161 al 180. Tenía veleidades de filósofo. Tuvo que hacer frente a
importantes invasiones en las fronteras del imperio. Su reinado estuvo cubierto por
diversas guerras. En el 178 realizó una nueva estrategia que comportaba conquistar
territorios, y crear dos nuevas provincias al norte del Danubio: la Marcomania y la
Sarmacia, pero no se cumplió el objetivo ya que en el 180 murió debido a la peste.

Cómodo (180-192)

Lucio Aurelio Cómodo (Lanuvio, en la periferia de Roma, 31 de agosto del 161). Su


padre fue el emperador Marco Aurelio Antonino y Faustina conocida como la Menor.
También se le llama Marco Aurelio Cómodo por el nombre de su padre Marco
Aurelio. Fue el último emperador de la dinastía Antonina. Su reinado se caracterizó
por el libertinaje, el derroche y la violencia. A mediados de septiembre del año 192
se autonombró «dios» y adoptó el título de «Hércules romano». Se otorgó el título de
«nuevo fundador de Roma» y le cambió el nombre a Roma, llamándola «Colonia
Lucia Annia Comodiana».
La dinastía Severiana (193-235)

La dinastía Severa es una casa de emperadores romanos que reinó por varias
décadas desde finales del siglo II hasta comienzos del siguiente. Fue el último linaje
del principado, y precedió a la crisis del siglo III.

Septimio Severo (193-211)

Tras la muerte de Cómodo el 31 de diciembre de 192, el general Publio Helvio


Pertinax asumió el poder, tras pagar un contundente soborno a la Guardia
Pretoriana. Debido a la política financiera de Pertinax, que implicó rebajar la paga de
los pretorianos, se sublevó la Guardia Pretoriana, y terminó asesinándolo. El rico
senador Didio Juliano compró, en una subasta pública, el trono imperial.

Tras la llegada de la noticia de la muerte de Pertinax, las legiones del Danubio, el


Rin y Germania proclamaron emperador a Septimio Severo.

En el año 195 nombró César a su hijo Bassiano (Caracalla) por lo que D. Clodio
Albino, que había sido nombrado César por Sp. Severo en 193, se levantó contra él.
La guerra finalizó dos años después. El emperador tuvo todos los poderes, prestó
gran atención a las fuerzas militares (su principal apoyo) y disminuyó la influencia del
Senado.

Caracalla (211-217)

Emprendió importantes reformas militares, administrativas, cívicas, fiscales y


financieras. La más importante de sus reformas fue la concesión de la ciudadanía
romana, en el año 212, a todos los peregrinos que habitaban en el imperio. Con la
equiparación jurídica de todos los habitantes del imperio, el emperador intentaba
hacer frente a las dificultades económicas, incrementando la recaudación de algunos
impuestos que debían pagar todos los ciudadanos.

Otro recurso para hacer frente a los problemas económicos fue la emisión de una
moneda nueva, el antoniniano, que equivalía nominalmente a dos denarios pero
que, en realidad, contenía solamente la plata de uno y medio.

Macrino (217-218)

Fue el responsable de la muerte de Caracalla. No pertenecía a la dinastía de los


Severos pero tomó el cognomen de esta.
Heliogábalo (218-222)

Fue emperador a los 14 años, destacando su reinado por la impiedad, pues


contravino todas las tradiciones religiosas romanas. Llamado así porque en Emesa
era el gran sacerdote de la divinidad local El-Gabal (dios de la montaña). En esas
circunstancias, se hizo necesaria su sustitución y fue Julia Mesa la encargada de
eliminarlo para mantener el poder dentro de la familia.

Alejandro Severo (222-235)

Tenía 13 años cuando paso a gobernar como César. Practicó una política filo-
senatorial, impulsó la cultura, trayendo a Roma a numerosos intelectuales de
Oriente. Desde joven se dedicó a los asuntos judiciales, por lo que la jurisprudencia
alcanzó gran importancia para la administración del imperio. Sufrió importantes
derrotas en el terreno militar.

Crisis del siglo III (235-284)

Del 235-274 hubo tres momentos álgidos en la historia del imperio: del 249 al 253,
del 258 al 260, y del 266 al 268.

Cada uno de estos momentos está separado por períodos intermedios, en los que la
situación imperial vuelve más o menos a estabilizarse. En estas crisis coincidirán
tres fenómenos: las usurpaciones, como consecuencia de un descontento social y
militar y que se inician de forma local, viéndose en esta práctica el relevo del poder
en un sistema que no lo preveía, así como una forma de control contra el abuso del
príncipe. Por otra parte están las invasiones en las fronteras imperiales, y las
persecuciones de los cristianos en el interior del imperio.

El Bajo Imperio (284-395)

El Bajo Imperio romano es el período histórico que se extiende desde el acceso al


poder de Diocleciano en 284 hasta el fin del Imperio romano de Occidente en 395.

Diocleciano y la tetrarquía (284-395)

Diocleciano (24 de diciembre del 244 - 3 de diciembre del 311, nacido con el nombre
de Diocles, fue emperador de Roma desde el 20 de noviembre del 284 hasta el 1 de
mayo del 305. Nacido en una familia iliriana de bajo estatus social, fue escalando
puestos en la jerarquía militar hasta convertirse en el comandante de la caballería
del emperador Caro. Tras la muerte de Caro y de su hijo Numeriano en campaña en
Persia, Diocleciano fue aclamado emperador por el ejército. Consiguió acceder al
trono tras un breve enfrentamiento con Carino, el otro hijo del emperador Caro, en la
batalla del Margus, y su llegada al poder puso fin a la crisis del siglo III. Mediante la
tetrarquía como forma de gobierno mediante la cual el poder lo comparten cuatro
personas que se denominan tetrarcas.

La tetrarquía fue también el sistema de gobierno colegiado instaurado por el


emperador romano Diocleciano en el año 284 ante la necesidad de regular el caos
interior que reinaba en el imperio tras los años conocidos como «crisis del siglo III»
entre el 238 y el 285.

La dinastía constantiniana (305-363)

La dinastía constantiniana es un nombre informal dado a la familia gobernante en el


imperio romano desde la subida de Diocleciano en el 284 hasta la muerte de Juliano
en 363. Recibió ese nombre de su miembro más famoso, Constantino I.

La dinastía valentiniana (364-395)

Llamada así por el nombre de su fundador, Valentiniano I, e integrada por cuatro


emperadores, gobernó en el Imperio romano de Occidente del 364 al 392, fecha en
que murió su último representante; y en el Imperio romano de Oriente desde el 364
hasta el 378.

Valentiniano fue elegido por el estado mayor del ejército, que resolvió con buen
criterio la difícil elección del sucesor de Joviano. El gobernante así elegido era
realmente un combatiente valeroso, una de las cualidades más valoradas en este
problemático período.

La división del imperio (395-476/1453)

A principios del siglo V, las tribus germánicas, empujadas hacia el oeste por la
presión de los pueblos hunos, procedentes de las estepas asiáticas, penetraron en
el Imperio romano. Las fronteras cedieron por falta de soldados que las defendiesen
y el ejército no pudo impedir que Roma fuese saqueada por visigodos y vándalos.
Cada uno de estos pueblos se instaló en una región del imperio, donde fundaron
reinos independientes. Uno de los más importantes fue el que derivaría a la postre
en el Sacro Imperio Romano Germánico.

El emperador de Roma ya no controlaba el imperio, de tal manera que en el año


476, un jefe bárbaro, Odoacro, destituyó a Rómulo Augústulo, un niño de 15 años
que fue el último emperador romano de occidente y envió las insignias imperiales
a Zenón, emperador romano de oriente.

El fin del Imperio romano de Occidente (395-476)

Tras una breve reunificación del imperio, romano en manos de Teodosio, finalmente
este fue dividido en el 395 entre sus dos hijos: Arcadio y Honorio, el primero de
dieciocho años, y el segundo de diez. Honorio, recibió la parte occidental del
imperio, fue tutelado por el magister utrisque militiae, Estilicón, quien fue el auténtico
protagonista, por intentar mantener unido al imperio. Esto no lo logró por su corta
edad, a lo que se sumaban las aspiraciones de otros personajes, como los prefectos
del imperio Rufino y Eutropio.

Ambas mitades del imperio comenzaron a tener problemas entre sí. El principal de
ellos fue ocasionado por los godos, que pese al foedus seguían creando
inestabilidad al imperio oriental. Ello hizo que Occidente entrara en un proceso de
«barbarización», en donde el ejército, incluido las escalas de mando, eran
controladas por bárbaros que se habían romanizado de una forma bastante
grotesca.

La primera gran amenaza bárbara que encontró Estilicón fue en el 400, cuando
vándalos y alanos entraron en Retia y Nórica, y en el 405 junto con los ostrogodos
llegaron hasta el valle del Po y la Toscana, donde Estilcón logró frenarlos, aunque
estas dos no son las únicas en esta caída.

Supervivencia del Imperio romano de Oriente (395-1453)

Imperio bizantino es el término historiográfico utilizado desde el siglo XVIII para


referirse al Imperio romano de Oriente en la Edad Media.

La capital de este imperio cristiano se encontraba en Constantinopla (en griego,


Κωνσταντινούπολις [Konstantinópolis], actual Estambul), de cuyo nombre
antiguo, Bizancio, fue creado el término Imperio bizantino por la erudición ilustrada
de los siglos XVII y XVIII.

La caída del Imperio romano de occidente había dado lugar a una multitud de reinos.
En Oriente, el poder del emperador se había mantenido, conformando lo que se
conocerá como Imperio bizantino, fundado por Augusto. Convertido en un imperio
medieval con rasgos diferentes. Pero lo cierto es que el imperio bizantino
contrastaba con los nuevos reinos occidentales. Se mantuvo como un estado urbano
que articulaba un amplio territorio, en donde destacaba la propia capital,
Constantinopla, la antigua Bizancio, con un millón de habitantes. Mantuvo
instituciones fuertes, a cuya cabeza se encontraba el emperador, que ejercía las
competencias fiscales, judiciales y militares, y cristianas, en donde la patriarca de
Constantinopla estaba, o al menos intentaba ser la cabeza de la iglesia, en un
intento de convertirse en algo parecido al papa de Roma, quien estaba surgiendo
como cabeza de la iglesia en Occidente.

El imperio restaurado: el Sacro Imperio Romano (800-1806)

Unión política de un conglomerado de Estados de la Europa Central, que se


mantuvo desde la Edad Media hasta inicios de la Edad Contemporánea. Formado en
el 962, tuvo sus orígenes en la parte oriental de las tres en que se dividió el imperio
carolingio. Desde entonces, el Sacro Imperio se mantuvo como la entidad
predominante en la Europa central durante casi un milenio y hasta su disolución en
1806 por Francisco II.

Un templo de la arquitectura romana.

El arte romano se inicia en íntima conexión con el arte etrusco y con el de las
colonias griegas de la Magna Grecia, de cuya cultura es directo heredero,
incorporando, además, múltiples elementos de las más diversas culturas
mediterráneas bajo dominio romano, con un sincretismo sumamente característico.

Se desarrolla fundamentalmente a partir del siglo III a. n. e. y evoluciona con


evidente homogeneidad hasta el siglo V, a través de las etapas que van señalando
su evolución política: República (hasta el año 27 a. n. e.), Alto Imperio (hasta el
siglo III) y Bajo Imperio (siglos IV y V).
El espíritu práctico del pueblo romano se impone en las obras arquitectónicas,
interesa hacer obras útiles, lo que contribuye a la uniformidad de los modelos
arquitectónicos. Además, deben responder al espíritu de grandiosidad, orden y
permanencia, que rigen la política romana; la arquitectura romana es la expresión de
su poder y esto lleva a su afán de eternidad.

Según la disposición de los materiales en los muros se obtenían diferentes aparejos.


Los principales aparejos romanos son: opus quadratum, con sillares de piedra
aparejado a soga y tizón o al hilo; opus latericium, de ladrillos más estrechos y
profundos que los actuales; opus reticulatum, que no es un aparejo, sino una forma
de darle un aspecto exterior agradable mediante pequeñas teselas de forma
piramidal perfectamente escuadradas, incrustadas en el muro; opus incertum, que
utilizaba pequeños bloques de piedra colocados sin orden, reforzado en las
escuadras por sillares tallados; opus caementicium, de cemento, el hormigón
romano (mezcla de cal, arena, cascotes y piedras ligeras, que permitía una
construcción rápida y crear multitud de formas como las inmensas bóvedas y
cúpulas que van a caracterizar a la arquitectura romana), vertido en una armadura
de madera que más tarde se retiraba (encofrado).

Todos estos materiales constructivos se recubrían con materiales nobles. Algunos


de las construcciones que se han conservado eran enteramente de mármol, pero
esto era un lujo sólo al alcance de los emperadores, por lo que eran mucho más
frecuentes los revestimientos de mármol o de mosaicos.

En la arquitectura romana se funden los "sistemas arquitrabados" griegos,


utilizándose los órdenes griegos (con más libertad, introduciendo variantes y
superponiendo varios en un mismo edificio, según criterios de riqueza decorativa se
ordenan toscano, jónico, corintio y compuesto) y el orden toscano (de fuste liso y con
basa, que sustituye al dórico), con las soluciones en arco y bóveda de los etruscos,
"arquitectura abovedada", sobresaliendo los arcos de medio punto, las bóvedas de
medio cañón y anulares y las cúpulas.
El legionario

Reclutamiento

Durante la época imperial los requisitos para convertirse en legionario eran: ser
delgado pero musculoso, y tener buena vista y oído. También era preciso saber leer
y escribir y, sobre todo, ser ciudadano romano. Esto no quería decir que fuera
ciudadano de Roma, sino que tuviese la ciudadanía romana.

La ciudadanía se conseguía después de servir en el ejército durante 25 años en


puestos auxiliares, lo que le otorgaba derechos y privilegios especiales a él y toda su
familia.

Los aspirantes a soldados tras acudir a la oficina de reclutamiento que se


encontraba en la capital de provincia, eran sometidos a una entrevista y un
reconocimiento médico. Una vez admitidos, prestaban juramento de obedecer a sus
superiores y no desertar. Sus documentos junto con un certificado del gobernador y
las dietas de viaje (tres monedas de oro por cabeza), se entregaban a un oficial que
les acompañaba en el largo viaje hasta el destacamento asignado.

Organización jerárquica

El ejército romano se encontraba muy jerarquizado. En la cúpula se encontraba el


emperador. El prefecto del pretorio era, en cierto modo, el Ministro de la Guerra y
estaba asistido en Roma por el prefecto de las cohortes pretorianas, de los oficiales
y de los centuriones. En las provincias, cada ejército regional estaba bajo el mando
de un general, el legado del ejército.

Al mando de cada legión había un comandante (legado), 7 oficiales (un prefecto del
campamento y seis tribunos, los tribunos se encargaban de la selección de sus
soldados) y 59 centuriones. Cada unidad auxiliar tenía un jefe y varios centuriones
(infantería) o decuriones (caballería). En la marina, cada barco se organizaba como
una centuria, fuese cual fuere su tamaño; su comandante, que estaba a las órdenes
de un prefecto (almirante), ostentaba el título de centurión.

Dentro de una legión, un hombre empezaba como simple soldado de a pie (miles),
después de varios años de servicio y para los soldados con oficio, el primer ascenso
era de miles a inmunis; aunque tenía el mismo salario, les eximía de las rutinas
generales de los demás soldados.

Pero el primer ascenso verdadero convertía al soldado en principal, de los que


existían dos clases: los que cobraban paga y media (sesquiplicarii) y los que
percibían doble paga (duplicarii). El primer grupo incluía varios tipos de suboficiales,
como el tesserarius (ordenanza). Entre los segundos estaban los portaestandartes
(signiferi y vexillarii), los optiones y otros oficiales. El siguiente grado era el de
centurión, en donde los más veteranos y experimentados (primi ordines) formaban
parte de la primera cohorte, y el más antiguo de ellos (primus pilus) tenía derecho a
asistir a los consejos de guerra.

El verdadero carácter de los centuriones aparece ilustrado en un episodio de


la Guerra de las Galias de Julio César. En el año 52 a. n. e., las tropas de César
trataron de conquistar la fortaleza de Gergovia, pero fueron rechazados y tuvieron
que retirarse monte abajo. En estas condiciones habrían sufrido terribles bajas, pero
los centuriones se quedaron a cubrir la retirada de sus hombres: murieron casi
700 hombres, de los cuales 46 eran centuriones (1 por cada 14 legionarios, cuando
la proporción normal era de 1 cada 80).

Economía

La economía del Imperio romano era la propia de un régimen esclavista, los


esclavos trabajaban obviamente de manera gratuita, lo cual producía una enorme
riqueza. Las diferentes ciudades y provincias estaban conectadas por una red de
comunicaciones: vías y puertos que fomentaban notablemente el comercio. Aunque
la vida se centraba en las ciudades, la mayoría de los habitantes vivían en el campo,
donde cultivaban la tierra y cuidaban el ganado. Los cultivos más importantes eran
el trigo, la viña y los olivos, también árboles frutales, hortalizas, legumbres y lino. Los
romanos mejoraron las técnicas agrícolas introduciendo el arado romano, molinos
más eficaces, como el grano, el prensado de aceite, técnicas de regadío y el uso del
abono.

El ascenso de Augusto al trono fue el principio de una era de gobierno relativamente


estable, requisito básico para la recuperación económica y la expansión. El nuevo
régimen se hallaba entregado a la causa de la paz civil y la «pacificación» de los
enemigos de Roma (la «pax» romana). El éxito de esta política fomentó el desarrollo
económico interno y, en la medida que amplió el territorio controlado por los
romanos, agrandó los horizontes económicos del imperio.

El problema de documentar el crecimiento económico y medir su importancia se


agudiza de forma especial en el caso del comercio. Se intenta demostrar la
expansión del comercio basándose en:

Que la exacción de impuestos monetarios en las provincias por parte del Gobierno
romano incrementó en gran medida el volumen de comercio en el imperio;

Que los niveles de consumo eran muy superiores en el período romano, que en el
prerromano, al menos en Occidente;

Que la mayor incidencia de naufragios, haciendo suponer un mayor tráfico marítimo


y por último, se produjo un incremento de la oferta monetaria, que permitió financiar
un aumento del comercio interregional.

Las autoridades jurídicas no se vieron sometidas a grandes presiones por parte del
mundo del comercio, para que rompieran las arraigadas tradiciones del
comportamiento económico. Estas conclusiones son compatibles con la hipótesis de
que el intercambio y el comercio, experimentaron un crecimiento modesto durante el
principado.

Los intereses y las necesidades del Gobierno romano eran pocos. Aparte de la
guerra y la diplomacia, su preocupación básica era abastecer y financiar el
estamento militar, la burocracia y la corte. Una vez cumplida la obligación
permanente de alimentar a la plebe de la ciudad de Roma, el Gobierno tenía que
gastar dinero en edificios públicos y diversiones para la capital y proporcionar
periódicamente ayuda material a las comunidades en tiempo de crisis. El impuesto
sobre las tierras agrícolas en todas las provincias, menos en Italia, era el que servía
para sufragar la mayor parte de los gastos.

Sociedad

La sociedad romana se configura de dos clases sociales que tenían la ciudadanía


romana: una aristocracia de propietarios (patricii, patricios) y una clase popular que
luchaba por conseguir derechos (plebs, plebeyos). Como ya se ha dicho
anteriormente la economía estaba basada en el sistema de producción
esclavista donde la mayoría de los esclavos eran prisioneros de guerra. Existían
mercados de esclavos donde se comerciaba con ellos como si fuesen simples
mercancías.

Así pues la sociedad romana estaba dividida en:

Patricios: la clase dominante que poseía todos los privilegios tanto fiscales, como
judiciales, políticos y también culturales (es decir eran más cultos).

Plebeyos: eran el pueblo que no gozaba de todos los derechos ni privilegios.

Esclavos: no tenían derechos y eran posesión de sus amos.

Religión

Los romanos adoraban un gran número de dioses. Los más venerados


eran Júpiter, Minerva y Juno. En honor a ellos se construyeron templos y se
ofrecieron sacrificios de animales. El emperador era adorado como un Dios y en
todo el imperio se practicaba el culto imperial. También veneraban, en casa, a los
dioses protectores del hogar y de la familia; en cada casa había un altar dedicado a
esos dioses. Además, los romanos eran muy supersticiosos y, antes de tomar una
decisión consultaban la voluntad de los dioses, expresada por medio de los
oráculos.

La religión oficial de Roma era un racimo de creencias que se expresaban por medio
de un complejo sistema de instituciones y rituales. Los romanos aceptaban la idea
de que la seguridad y la prosperidad de sus comunidades dependían de los dioses,
cuyos favores se conquistaban mediante el correcto cumplimiento de toda la serie de
prácticas de culto heredadas del pasado. La supervisión de la religión del Estado se
hallaba en manos de las autoridades políticas. Los sacerdocios eran desempeñados
por los mismos hombres que ocupaban cargos políticos.

Los cargos religiosos, al igual que todo lo demás, quedaron bajo el control del
emperador. Los colegios sacerdotales se vieron privados de su influencia en la toma
de decisiones políticas y reorientadas al servicio del emperador. Entre las cosas que
Roma exportó al imperio, la principal fue el culto a los emperadores. Fue la única
intrusión romana en el campo del culto que se toleró en el mundo griego. La
aceptación del culto imperial no supuso el desplazamiento de los cultos a los dioses
tradicionales. Este culto imperial atrajo a Augusto, y posteriormente a sus sucesores,
porque podía utilizarse para concentrar la lealtad de la gente de las provincias en la
persona del emperador. El culto es importante por su novedad, su ubicuidad y por
sus funciones en calidad de transmisor de la ideología imperial, foco de la lealtad
para los muchos y mecanismos de progreso social para pocos.

En Oriente prosperó el culto a Zeus, el equivalente griego a Júpiter. El Templo de


Zeus Olímpico en Atenas fue terminado bajo la dirección de Adriano, que adoptó el
título de Olimpios, como representante del dios en la tierra.

En Egipto se hizo mucho daño a los cultos locales, porque se fue despojando a las
clases sacerdotales de su riqueza, su independencia y sus privilegios. En general,
los contactos de Roma con las religiones extranjeras se caracterizaron por la
penetración pacífica en vez de por la coacción.

IMPERIO MONGOL
Las estepas se extienden a lo largo de más de 5.000 kilómetros, desde la llanura del
Danubio, en Europa oriental, a través del sur de Rusia y Asia Central, hasta
Manchuria. Su clima es duro, con inviernos muy fríos y veranos secos. Las estepas
estaban habitadas por tribus de pastores nómadas que recorrían largas distancias
con sus rebaños de caballos, ovejas y cabras.

A lo largo de la historia, de vez en cuando surgían de las estepas bandas de


guerreros que atacaban a los pueblos que vivían en torno a sus fronteras, como
ocurrió con el conocido Atila, cuyas incursiones sembraron el terror en Europa en el
siglo V d.C. Aunque causaban miedo y destruían todo lo que encontraban, lo cierto
es que los imperios territoriales de estas tribus de jinetes nunca duraban mucho
tiempo, ya que carecían de estructuras políticas ni organización. Sus líderes sólo
eran eficaces en la medida en la que obtenían botines para sus ejércitos.

l guerrero de las estepas más excepcional de todas las épocas fue Temujin, más
conocido como Gengis Kan. Adoptó este título, que significa “gobernante universal”,
en 1206, tras unificar bajo su poder a todas las tribus mongolas. Para mantenerse en
el poder había que tener constantemente ocupados a sus guerreros, pues cuando el
flujo de botines de guerra se interrumpía, le abandonaban. De modo que Gengis Kan
mantenía a su ejército activo a base de constantes incursiones y campañas que le
llevaron desde el norte de China, cruzando Asia Central, hasta la India e Irán, y en
torno al Mar Negro hasta el sur de Rusia, conquistando un imperio mucho más
extenso que el de Alejandro Magno.

A Gengis Kan le sucedieron como “Gran Kan” su hijo Ogodei (reinado, 1229-1241) y
sus nietos Kuyuk (1246-1248), Mongke (1251-1259) y Kublai Kan (1260-1294). Sus
ejércitos conquistaron el Tíbet, la Península de Corea, Persia, Iraq y gran parte de
Rusia y Hungría. En 1279, tras más de una década de campañas, Kublai Kan
conquistó la China de los Sung, tomando el título dinástico de Yuan. Fue la última
gran conquista mongola, pues las campañas del Sudeste Asiático no aportaron
nuevos éxitos y el intento de invadir Japón fracasó dos veces.

IMPERIO ESPAÑOL
Tras el Descubrimiento de América en 1492, España colonizó grandes extensiones
de territorio en América, desde el actual suroeste de Estados Unidos, México, y el
Caribe, hasta Centroamérica y la mayor parte de Sudamérica. Todos estos territorios
se integraron en la corona de Castilla y se organizaron inicialmente en dos
virreinatos, el de la Nueva España y el del Perú. Con el descubrimiento y
asentamiento de varios archipiélagos del Pacífico a finales del siglo XVI, se
incorporaron al imperio las Indias Orientales Españolas, formadas por las Filipinas,
las Marianas (que incluían Guam) y las Carolinas (que incluían las Palaos). Así, el
español fue el primer “imperio global” de la Historia, porque por primera vez un
imperio abarcaba posesiones en todos los continentes del mundo. “El Imperio donde
no se ponía el Sol”, así se conocía al Imperio español de Felipe II (reinado, 1556-
1598).

unque fue bajo los reinados de Felipe II, Felipe III y Felipe IV cuando se alcanzó la
máxima extensión, en el mapa superior se representa el Imperio colonial español de
finales del S.XVIII, cuando llegó a tener 20 millones de kilómetros cuadrados. La
decisión de considerar 1790 como el momento de máxima extensión del Imperio se
debe a que entre 1580 y 1640 la Corona española tuvo un imperio más grande por el
hecho de que Portugal y todas sus posesiones estuvieron bajo la misma Casa de
Austria, en lo que se conoce como Unión Ibérica. Teniendo en cuenta únicamente
las conquistas y posesiones españolas, el momento de máxima extensión tuvo lugar
a finales del S.XVIII.
IMPERIO BRITÁNICO
El imperio más grande del S.XIX se hizo aun más extenso tras la firma del Tratado
de Versalles (1919). Así, los dominios del Imperio británico aumentaron con las
anexiones de colonias alemanas como África Oriental y la adjudicación de partes del
derrotado Imperio Otomano, como Jordania, Palestina e Irak. La consecución de
estos territorios en África y Oriente Medio hicieron que tras la Primera Guerra
Mundial, el Imperio británico alcanzara su máxima extensión.

Además de los territorios citados, antes de 1914 los británicos ya controlaban un


vasto imperio, con colonias y posesiones en todos los continentes. En Norteamérica
poseían Canadá, que aunque en 1867 se formó como un dominio federal, no
consiguió su autonomía hasta 1931. En Centroamérica y El Caribe los británicos
controlaban Jamaica, Honduras, Bahamas y varias islas más. En Sudamérica
poseían la Guayana Británica y las Islas Malvinas (islas que siguen bajo su poder,
en una clara muestra del incompleto proceso de descolonización que acometió la
Corona británica en la segunda mitad del S.XX).

En Europa, además del actual Reino Unido, el Imperio británico poseía toda la isla
de Irlanda. En Oceanía, tenía la mitad de la isla de Nueva Guinea, las Islas
Salomón, el archipiélago de las Nuevas Hébridas, y también el control de Australia y
Nueva Zelanda. En el caso de Australia, si bien en 1901 se constituyó la
Confederación de Australia, esta gran isla seguía siendo un dominio del Imperio
británico.

En el continente africano la presencia británica había sido importante desde los


primeros años de la colonización, proceso que se desarrolló en el S.XIX.
Controlaban la columna vertebral de África, de Norte a Sur, con la excepción del
África Oriental Alemana (actual Tanzania), que se anexionaron los ingleses en 1919,
momento a partir del cual tuvieron por completo el control desde El Cairo hasta
Ciudad del Cabo. Además, tenían importantes colonias en Nigeria, Sierra Leona
y Costa de Oro.

En Asia el poder del Imperio británico se concentró en el sur continente. El


subcontinente indio estaba bajo su control desde 1858, en lo que se conocía
como Raj británico, que no encontraría su independencia hasta 1947 (con la lucha
de Mahatma Gandhi). Además, las posesiones británicas se extendían
por Birmania y Malasia. En el Medio Oriente los ingleses poseían territorios que el
Imperio Turco había perdido en 1919, como Irak, Kuwait, Jordania o los actuales
Israel y Palestina. También poseían Yemen, Omán y los Emiratos Árabes. En Asia
también fue muy importante la colonia establecida en Hong-Kong, uno de los puertos
más importantes del mundo. Los ingleses tuvieron el control hasta 1997, cuando el
Reino Unido le transfirió Hong-Kong a la República Popular China.

A partir de 1870 varios territorios, como Canadá o Australia, mantuvieron auto-


gobiernos, aunque formando parte del Imperio británico. En 1931, con el Estatuto de
Westminster, los siguientes territorios del imperio obtuvieron su independencia total:
la Confederación de Australia, el Dominio de Canadá, el Estado Libre de Irlanda,
el Dominio de Terranova, el Dominio de Nueva Zelanda, y la Unión Sudafricana.

En el contexto de la Gran Depresión (década de 1930), el Reino Unido se sirvió de


la Commonwealth para mantener su economía dentro de un circuito cerrado,
paliando así los efectos de la crisis. Aunque Inglaterra históricamente había
adoptado posiciones librecambistas, en aquéllos años 30 adoptó una política
económica proteccionista. Gracias a la Commonwealth, el Reino Unido pudo
comerciar con estos territorios en una situación claramente ventajosa.

IMPERIO COLONIAL FRANCÉS


Tras una “primera época colonial”, cuando los franceses llegaron a las costas de
Norteamérica y conquistaron una vasta extensión desde Canadá hasta
Luisiana(S.XVII-XVIII), el Imperio francés alcanzó su máxima extensión en una
“segunda época colonial” (S.XIX-XX), tomando el control de gran parte del Norte de
África y varias zonas del sur de Asia.

Fue en 1830, con la invasión francesa de Argelia, cuando comenzó el segundo


imperio colonial de Francia. En 1881 se estableció un protectorado en Túnez, y poco
a poco el control francés se extendió por el Norte, Oeste y Centro de África, llegando
a ocupar el territorio de los actuales Senegal, Malí, Mauritania, Guinea, Costa de
Marfil, Níger, Chad… y un largo etcétera. Además de esta región, en el continente
africano también controlaron Madagascar y el enclave de Yibuti (la Somalia
francesa), un punto estratégico en el Mar Rojo.
Fue durante la Tercera República (1871-1940) cuando las posesiones de Francia se
desarrollaron. Además de consolidarse las colonias africanas (Marruecos en 1911,
Chad en 1900…), tras el Tratado de Versalles en 1919, el Imperio francés ganó el
control de Siria, Líbano, Togo y Camerún.

Algunos años antes, con Napoleón III, Francia había extendido su poder en Asia. En
1867 se estableció un protectorado en Saigón y en 1863 en Camboya. En 1885,
desde el sur de Vietnam (la Conchinchina), los franceses avanzaron hasta Tonkín y
Annam. Junto con Camboya, esta región formó la conocida como Indochina
francesa, a la que se añadiría Laos en 1893.

En el continente asiático, el Imperio francés también tuvo una importante presencia


en la India. En el año 1901 la India francesa tenía una población de 275.000
habitantes. Eran enclaves puntuales en la costa oriental de la India, que se habían
establecido en el S.XVII.
CONCLUSIONES

Los imperios y los procesos coloniales durante la era de 1870 a 1914, se gestaron
por el agotamiento de dos equilibrios. El equilibrio político del poder que se había
logrado en el Congreso de Viena, en 1815, con varias situaciones desequilibrantes,
pero no en la dimensión a la que los pueblos europeos estaban acostumbrados. Y el
rompimiento del equilibrio económico que se había generado por la dominación
absoluta del Imperio Británico desde casi principios del siglo XIX.

El avance económico de algunos países que no habían iniciado a profundidad un


proceso industrial debido a su inestabilidad territorial y, por ende, su atraso
industrial, serían los nuevos artífices del sistema económico internacional, en donde
esa capacidad económica, sustentada sobre procesos de innovación y progreso
tecnológico, así como de la optimización de los factores de producción, serían los
que iniciarían el aprovechamiento de los recursos y mercados que habían sido
exclusivos del Reino Unido.

Esto contrastaría con la deficiencia del mercado interno británico, el cual vio que la
mejor posibilidad para mantener su estructura hegemónica era la optimización del
capital y para esto requería, no solamente mantener su mercado externo, sino
fortalecer sus procesos de inversión, dejando en ocasiones al mercado interno sin
los recursos necesarios para reconvertirse industrialmente. Sin embargo, en
ocasiones fue más sencillo trasladar esos recursos a nuevos mercados que se
vincularan a los intereses económicos y evitar los procesos de reconversión que
implicaban dificultades y trastornos en los procesos productivos. Estados Unidos y
Alemania lograron avanzar en ese proceso, pero nunca dejaron de lado su mercado
interno, el cual gozaba de inmensas oportunidades, así como la optimización de los
factores de producción y la especialización industrial que permitía el progreso
tecnológico, de la mano de sistemas adecuados de educación.

La competencia económica, lejos de la rivalidad territorial que se había vivido en


Europa durante todos los años de su consolidación política, era el artífice de la
interacción más importante del sistema internacional. Pero en el momento en que
fue necesario avanzar con más fuerza en esa competencia económica, se acude al
acuerdo imperialista de Berlín, contrarrestando cualquier enfrentamiento territorial o
declaración de guerra. Se buscaba salvaguardar la competencia económica antes
que el enfrentamiento, pero bajo una concepción antigua donde primaba la jerarquía
de las relaciones internacionales: desde el intercambio hasta la dominación.

El afán de posicionamiento en los mercados internacionales podría ser el inicio para


que el sistema capitalista no estuviera capacitado para absorber la producción global
y sostener el ciclo económico ascendente que, a pesar de algunas desaceleraciones
y crisis puntales, era positivo, pero fácilmente vulnerable. Era la estabilidad
hegemónica de Keohane64, que estaba llegando a su fin, prediciendo una
decadencia del poder económico británico y la necesidad del reacomodamiento de
fuerzas y los recursos de poder.

Conectando esto a la desconfianza política entre las potencias, que no era diferente
a épocas anteriores, la vanidad del poder, la errada interpretación diplomática, el
exceso capitalista y la intención de buscar la hegemonía global, por encima de
cualquier cosa, logra reactivar las rivalidades, el accionar de principios del siglo XIX
y la herencia de guerra con que Europa había convivido por más de 2000 años; solo
con la diferencia que muchos de ellos contaban con una estructura de acumulación
de capital autónoma y suficiente para fortalecer sus recursos de poder y establecer
el Imperio del siglo XX.
BIBLIOGRAFIA

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FKJFH6ECMZ

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 catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lri/rosas_r_l/capitulo5.pdf

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F3YRB

 www.ensayostube.com/historia/El-imperio-bizantino43.php
ANEXO

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