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FORMA Y SINTAXIS MUSICAL

Apuntes elaborados sobre textos de María del Carmen Aguilar.

El sentido común entiende como lenguaje musical a toda manifestación sonora


articulada que establezca algún nivel de discursividad. Esta noción, entendida desde el
campo de la semiótica, implica el reconocimiento de unidades articuladas dentro de una
estructura y regidas por alguna forma de codificación compartida por una comunidad
de individuos que la reconozcan.

La organización temática y la forma del discurso.


La principal tarea para la comprensión de lo que se ha separado en unidades de
discurso es la asignación de rótulos identificatorios. Esta identificación se hará según lo
que la memoria de lo escuchado permita discriminar como nuevo, idéntico, similar o
vagamente reconocible. Aquí opera uno de los principios básico de este análisis: La
cognición de los procesos de permanencia, cambio y retorno. Sólo puede repetirse lo
que de alguna manera ya es algo, habiéndose cerrado sobre sí mismo; sólo se reconoce
como diferente algo que, por ser portador de una información nueva - no redundante -
implica la necesidad de nombrarlo de manera diferente.
Se denominará entonces a los segmentos temáticos con letras identificatorias A o B o C.
Aparece aquí la idea de función formal, es decir la atribución por parte de oyente de un
determinado rol en la construcción del discurso a cada segmento sintáctico.

LAS FUNCIONES FORMALES BÁSICAS.


Las funciones formales son las jerarquías relativas que el oyente atribuye a los
segmentos del discurso musical observando de qué manera se articula entre sí para
construir la forma temporal.
El tipo de atención que despliega el oyente ante una obra musical es similar a la que se
requiere para comprender otras formas temporales: una obra de teatro, un film, un
discurso político, una clase o una simple llamada telefónica. El receptor interpreta
ciertos signos (énfasis en el tono de la voz, pausas, frases convencionales, manejo del
tempo, cambio de nivel del discurso, etc.) que le permiten ubicar el significado de lo
que percibe dentro del contexto general de la forma. En música, esta actitud perceptiva
atribuye funciones formales a los segmentos del discurso. Para determinar las funciones
formales el oyente atiende simultáneamente a todos los parámetros del lenguaje
musical. En primer lugar, presta atención a los parámetros primarios (el ritmo, la
melodía y la armonía) que combinándose entre sí generan las células, la construcción
motívica, los puntos de articulación y cierre y, por ende, la sintaxis. En segundo lugar
aparecen los parámetros secundarios, es decir aquellos que “no pueden segmentarse en
relaciones perceptualmente proporcionales” (Meyer 1989). Estos parámetros son la
dinámica, la velocidad, la sonoridad, la textura y el timbre.
Las funciones formales básicas que el oyente atribuye a los diferentes segmentos del
discurso musical son las siguientes:

- Función introductoria: es la función que el oyente suele atribuir al primer


segmento del discurso si no puede reconocer en él una organización motívica
fuerte, apoyada en una estructura sintáctica clara. Este segmento está destinado a
atraer su atención y enfocarla en el segmento siguiente, que contendrá la
información temática que espera. Dependiendo del estilo, esta función puede
sugerirse de diversas maneras, por ejemplo: ritmos a cargo de instrumentos de
percusión que preceden a la aparición de melodías, un segmento instrumental
que antecede a la aparición del canto, un tema con menor grado de pregnancia
que el principal sin implicancias posteriores, un tema que posteriormente
reaparecerá para cumplir otras funciones tales como transición, conclusión o
coda.
- Función expositiva: es la función atribuida por el oyente a los segmentos
destinados a presentar el o los temas de la obra. La línea melódico-rítmica que
constituye el tema suele recortarse del resto del discurso ofreciendo al oyente un
alto grado de pregnancia. En todas las obras musicales puede reconocerse la
función expositiva, aún en las más sencillas, aparecerá un segmento (oración,
frase, miembro de frase) que contendrá la información que caracterice a esa obra
y la distinga de las demás.
- Función elaborativa: el oyente atribuye esta función a los segmentos en los que
puede reconocer rasgos motívicos del tema, modificados en sus aspectos
rítmicos y melódicos. Esta función puede no aparecer en obras muy sencillas o
en las que apelan a la reiteración como recurso estético.
- Función transitiva: es aquella que se atribuye a los segmentos del discurso que
se perciben como nexos entre otros segmentos más claramente temáticos. Si hay
dos o más temas acerca de los cuales se quiere hablar, puede pasarse
abruptamente de uno a otro sin solución de continuidad o dedicar un segmento a
hacer la transición entre ellos. El segmento que cumple una función transitiva
suele llamarse “puente”.
- Función recapitulativa o reexpositiva: se cumple en el momento en que se
vuelve a presentar un tema ya escuchado luego de haber sido elaborado.
También puede oírse como recapitulación la reaparición de un tema luego de la
aparición de otro.
- Función conclusiva: el oyente atribuye esta función a determinado segmento
del discurso cuando percibe que este está por concluir. Si el discurso ha
concluido satisfactoriamente y aparece un nuevo segmento inesperado, el oyente
percibe la función codal. La coda es un factor de redundancia utilizado por el
compositor para reafirmar la conclusión del discurso.

LA SINTAXIS.
El análisis sintáctico del discurso musical consistirá en el reconocimiento de su
segmentación y de las relaciones que el oyente establece entre esos segmentos. Se
llegará así a la determinación de la forma del discurso, es decir, de su particular manera
de estructurar una porción determinada de tiempo.
La percepción de la sintaxis musical.
La frecuentación de determinado estilo musical proporciona al oyente un conocimiento
de sus reglas de construcción sintáctica – es decir, de las relaciones más habituales entre
sonidos aislados y entre configuraciones – y le permite establecer cierto grado de
expectativa acerca de posibles continuaciones, del mayor o menor grado de satisfacción
o desvío de esas expectativas surge una parte significativa de la reacción emocional
hacia la música (Meyer 1956).

UNIDADES SINTÁCTICO-TEMÁTICAS PRINCIPALES: por analogía con el


discurso verbal se utilizan en esta propuesta los conceptos de oración y frase,
agregando la noción de semifrase para los segmentos constitutivos de la frase y de
sección, para dar cuenta de las unidades mayores que la oración que construyen la
forma.
 Oración: es un enunciado musical con sentido completo, dado que se refiere al
segmento del discurso que cierra el desarrollo de una idea motívica. La oración
presenta el motivo y lo reitera y/o lo elabora de manera suficientemente explícita
como para que el oyente identifique y memorice sus rasgos. Las oraciones, en
general, exponen temas musicales. En ciertos estilos, sobre todo composiciones
que se basan en la armonía tonal, la percepción del cierre de las oraciones está
apoyada en el proceso armónico de tensiones y reposos.
 Frase: es la unidad sintáctica mínima completa. Una oración puede estar
constituida por una o más frases. En general se pueden identificar las frases con
un segmento en el que melódica y armónicamente se percibe en los finales una
sensación de tensión que debe ser resuelta con otro segmento o frase que lleven
hacia una conclusión o reposo. En algunos análisis este concepto de frase
coincide con los conceptos de “antecedente y consecuente”.
 Semi- Frase o Miembro de frase: es una unidad sintáctica menor que una frase,
determinada básicamente por la organización rítmica. La frase puede estar
segmentada en dos o más miembros de frase interdependientes. Los miembros
de frase, en general, exponen motivos musicales.
 Sección: es un fragmento de la obra formado por una o más oraciones donde
se desarrollan los temas cumpliendo determinado grupo de funciones formales.
Para determinar determinarlas es necesario reconocer perceptivamente ciertos
elementos de unidad entre ellas.

LOS TEMAS Y LOS MOTIVOS.


La composición de un discurso musical consiste en la organización de configuraciones
de sonidos, que le otorguen estructura a una determinada porción de tiempo. Esto es
posible gracias a la capacidad de la mente del oyente de organizar la recepción de los
sonidos en unidades de información significativas, establecer jerarquías entre ellas y
generar expectativas acerca de la posible continuación de la experiencia.

El TEMA de una obra musical es aquella construcción melódico/rítmica que la


caracteriza y la diferencia de otras. Suele ser el fragmento breve, de sentido completo,
que con más facilidad acude a la memoria cuando se intenta recordar una obra. Es el
material rítmico, melódico y armónico que servirá de germen para el desarrollo del
discurso, es una configuración rítmico-melódica que ofrece un alto grado de pregnancia
e incluye suficiente información y la necesaria redundancia como para que se la
recuerde como el fragmento más representativo de la obra. El tema está construido a
partir de motivos. El oyente es capaz de recordar el tema, y de reconocerlo aún en el
caso de que el soporte tímbrico varíe con respecto al que en primera instancia apoyó su
experiencia de audición. En términos generales se puede decir que los temas se
presentan mediante una oración. La sucesiva reaparición y modificaciones del tema
también se desarrollan por medio de unidades sintácticas. En obras de cierta
complejidad el tema, luego de ser expuesto, suele repetirse o ser transformado. Estas
transformaciones consisten en transportarlo, cambiarlo de modo o introducir en él
modificaciones en los aspectos rítmico, melódico, armónico, textural o sintáctico. Estas
modificaciones conservan algún rasgo claro del tema, que permite reconocerlas como
elaboraciones y no considerarlas como temas nuevos.

El MOTIVO, es la unidad mínima con sentido musical que funciona como elemento
generador de elaboraciones. El motivo está constituido por pequeñas organizaciones
rítmico – melódicas mínimas llamadas células, en general por una o dos células. La
célula es la unidad constructiva mínima que en la música pulsada no abarca más que un
pulso o a lo sumo dos. Cada célula tiene un acento principal alrededor del cual se
organizan elementos débiles previos al acento (anacrusa) y posteriores al acento
(desinencia).
El análisis de las células, y por lo tanto del motivo que se forma con células, permite
identificar a las células y los motivos según su organización rítmica y su movimiento
melódico:

- anacrúsica (comienza con anacrusa) o tética (comienza con acento)


- resolutiva (termina con acento) o suspensiva (termina con desinencia)
- uniforme (todos los elementos del ritmo tienen igual duración) no uniforme
(elementos de duración desigual).

- ascendente o descendente (movimiento melódico en una u otra dirección)


- ascenso y descendente (movimiento melódico de ida y vuelta)
- repetición de alturas
- intervalos melódicos característicos.

Este análisis de características rítmicas y melódicas también se puede aplicar a las


frases, semifrases y oraciones.

TIPOS DE ESTRUCTURA SINTÁCTICA.


Dentro de los estilos basados en una mecánica de composición que consiste en exponer
motivos y desarrollar un discurso a partir de ellos, se pueden diferenciar cuatro tipos de
estructura sintáctica tomando en cuenta que dichos motivos se elabore o no.

 La estructura reiterativa: se desarrolla a partir de un motivo, el cual es reiterado


sin elaboración. Esta repetición puede consistir en una repetición a la misma
altura (ostinato) o una transposición a otra altura que conserve los rasgos
rítmicos y melódicos del motivo original (secuencia).
 La estructura periódica: consiste en dos partes complementarias, que sugieren al
oyente una sensación de simetría. Las estructuras periódicas más simples están
construidas a partir de dos motivos que se complementan entre sí, se establece la
relación “antecedente-consecuente”.
 La estructura evolutiva: Se desarrolla a partir de la elaboración de un motivo. En
música tonal, las estructuras evolutivas suelen desarrollarse sobre procesos
armónicos abiertos o modulantes.
 El encadenamiento de motivos diferentes: Es la estructura compuesta por
motivos heterogéneos, que no son elaboraciones de ningún motivo básico.
IMPORTANTE:
En este curso nos limitaremos a analizar sintácticamente las obras en Frases y Temas.
Los Temas se señalarán con letras mayúsculas (tema A, B, C, etc) ; y las Frases con letra
F y números (F1,F2,F3, etc.).
Se les colocarán, el mismo número en caso que las frases se repitan idénticas; el
mismo número y apóstrofe en caso que sean muy similares (F1 y F1´ “frases primas”), y
números diferentes cuando las frases difieran completamente en su composición
rítmico-melódica (F1,F2, etc.).

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