Salazar Vidales Juan Carlos

Seminario de investigación: Romanticismo alemán

He hablado anteriormente acerca de lo que parece ser un punto de partida para esta
investigación, éste es: la muerte. En aquel momento cuando comencé a vislumbrar el tema
a desarrollar no tomé en cuenta que el mero hecho de morir no era tan simple como puede
ser percibido en esta época. Es posible, querida lectora, que quiera saber cuál es la razón
de este singular pensar y me daré la tarea de hacer una explicación lo más detallada
posible.

Pensar en la muerte en una época como la actual supone ya una pérdida de crítica, de
suspenso, de atención, de ilusión, de discusión, de amor, de libertad, de autonomía. La
muerte en este tiempo puede ser deseable o indeseable, no importa, pero ¿qué significa
morirse en una época como ésta? Es tan sólo una huida. Ningún acto de muerte representa
o enaltece a la libertad, tan sólo muestra la deshonra, la fatiga y la decepción.

Este pensamiento acarrea nuevos problemas para la cuestión que voy a intentar responder
aquí, en lo que se llamará tesis o, si tengo suerte. en lo que resta de mi vida. Las dificultades
que se me presentan son varias y de distinta naturaleza. Cuando juzgo la manera en la que
se comprende la muerte durante este siglo va cargado ese juicio de lo que se cree, de lo
que se estima o se desestima, de los pensamientos nacionales, posiblemente las
ambiciones latinoamericanas, etc.

Algo tan similar ocurre con la cuestión ¿Qué significa la muerte durante la Alemania del
siglo XVIII? Pues para contestar a la siguiente pregunta es menester que me arroje a nado
tendido sobre los pensamientos que crecen como flora en los espíritus de aquellos
hombres, a las querellas, las aspiraciones del espíritu alemán.

¿De qué otra manera puedo adentrarme a ello si no es por medio de los más cercano
para mí que son los libros, los relatos, su filosofía y los estudios que hablan sobre esos
hombres y sobre esos pensamientos? No hablo o me refiero a los medios con los cuales
me acercaré a mi propósito.

Quiero decir, más bien, que lecturas de literatos, de tragedias, o sobre la historia de
Alemania, sobre sus mitos y sobre su filosofía me va permitir