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Vigésimo: Que debe recordarse que el Derecho del Trabajo es una rama en donde no
son aplicables en su totalidad los principios liberales que rigen los Códigos Civiles
decimonónicos que siguen las tendencias liberales del Código Civil Francés, como
ocurre con el Código Civil Chileno y que más bien se caracterizan por la existencia de
cortapisas a las libertades debido a la inexistencia de dos partes que no se encuentran
en igualdad de armas, y es en atención a ello, que el contrato de trabajo se caracteriza
por ser un contrato dirigido o normado por el legislador, donde los pactos de renuncia
de derechos se encuentran prohibidos durante la vigencia del contrato de trabajo y
donde se garantizan ciertos mínimos. En definitiva, nos encontramos en una esfera del
derecho en donde los pactos de limitación de responsabilidad se encuentran
prohibidos por adolecer de nulidad, en cuanto al objeto, por contravenir el derecho
público chileno, razón por la cual debe ser rechazada la excepción de transacción
opuesta por el demandado.
Vigésimo quinto: (…) La indemnización del daño moral sólo tiene por objeto
restablecer el equilibrio destruido por el hecho ilícito al estado anterior al mismo, esto
es, lo que se denomina la “restitutio in integrum y en el caso de la reparación del daño
moral su función no es la de compensar sino sólo dar a la víctima una satisfacción de
reemplazo, la cual es “meramente satisfactiva , otorgando a la víctima una ayuda o
auxilio que le permita atenuar el daño, morigerarlo o hacerlo más soportable.
Vigésimo sexto: Que por lo señalado en el considerando precedente, no es admisible la
pretensión del actor de fijar el quantum del daño moral en la suma solicitada
invocando como fundamento el que esta reparación tenga carácter ejemplar, ya que el
daño moral cumple el rol meramente satisfactivo, no es una pena ni puede
constituirse en fuente de lucro, porque, de lo contrario, habría un enriquecimiento sin
causa que repugna a una concepción moral del derecho, como lo sostenía el antiguo
tratadista francés, Henry Capitant.
Mazeud y Tunc “señalan, incluso, que existen sentencias de tribunales franceses que
han considerado que los Jueces tienen siempre libertad para estimar que la condena a
un franco, por daños y perjuicios, y a las costas del litigio, es suficiente reparación del
daño moral .
Vigésimo séptimo: Que se intentará, siguiendo a algunos autores, (“...Vergara
Bezanilla, José Pablo, Diez Schwerter, José Luis y Domínguez Aguila, Ramón... ) definir
el daño moral desde un punto de vista jurídico como “aquel que se caracteriza por
atentar contra los derechos de la personalidad y contra los no patrimoniales de
familia, lo que significa que consistirá en la lesión o detrimento que experimenta una
persona en su honor, su reputación, fama, integridad física o psicológica, su libertad,
sus afectos, su estabilidad y unidad familiar, esto es, en general, en los atributos o
cualidades morales de la persona con las consiguientes repercusiones en la
normalidad de su existencia .
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oportunamente, dado que, el artículo 184 del Código del Trabajo, establece en forma
imperativa que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias
para proteger eficazmente la vida de los trabajadores, manteniendo las condiciones
adecuadas y los implementos necesarios para prevenir accidentes.
Vistos y considerando:
Que ante este Juzgado de Letras, Garantía y Familia comparece el demandante don
Bernabé Guillermo Rojas Rojas, pensionado por incapacidad, cédula de identidad Nº
5.535.507 K, domiciliado en calle Chindo Vera Nº 301, de Puerto Aysén, viene en
interponer demanda en juicio ordinario laboral por indemnización de perjuicios en
contra de la Empresa Pesca Chile S.A., representada por su gerente zonal, don Emilio
Rodríguez Fernández, biólogo, domiciliado en calle Patricio Linch Nº 213, Puerto
Chacabuco, fundado en las siguientes consideraciones de hecho y de derecho:
I. Antecedentes de hecho:
Refiere que consta del contrato de trabajo que acompaña como documento fundante
de la demanda que trabajó para la demandada desde el día 3 de abril de 1989 hasta el
30 de junio de 2003, desempeñándose como chofer del área de transporte de la
empresa, percibiendo una remuneración mensual de $ 546.330. Señala que el término
de su relación laboral se produjo como consecuencia ineludible de un accidente
laboral sufrido con fecha 01 de septiembre de 2002, en el recinto portuario del
frigorífico de las dependencias de la Empresa Pesca Chile S.A. de Puerto Chacabuco,
que le causó invalidez total en grado de gran invalidez. Manifiesta que, en horas de la
tarde de ese día y luego de haber terminado una faena de descarga y traslado de
productos del mar desde el muelle de Puerto Chacabuco hasta el señalado frigorífico, y
debido a que se sentía enfermo, mojado y con frío por la fuerte lluvia y viento
reinante, se dirigió a la salita dispuesta por la empresa para el personal de transporte
junto al frigorífico para secarse, beber un café y reponer fuerzas. Hace presente que
para acceder a esa salita se debe transitar obligatoriamente entre dos corridas de bins
apilados en altura. Una vez que se secó y terminado de beber café, habría salido de ese
lugar, bajado la escalera y al pasar por el pasillo entre las hileras de bins y habiendo
avanzado unos cinco pasos, cuando en forma sorpresiva habría recibido un golpe en la
cabeza causado por el desprendimiento de la tapa de un bins, causado por la acción
del fuerte viento imperante, golpe que lo habría dejado inconsciente durante casi tres
meses, recuperando la conciencia recién el día 26 de diciembre del mismo año,
despertando completamente inválido en el Hospital del Trabajador de Santiago.
Refiere que los bins corresponden al modelo IB 1645 o similar que cuentan con tapa,
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asegurada con broches o amarras de fijación, para impedir que se abran, además no
contaban con mallas protectoras o barreras de contención que evitara el accidente,
dado el peso que ellas tienen.
Refiere que la tapa que le cayó por el efecto del viento el día del accidente que le
golpeó su cabeza, sólo se encontraba sobrepuesta en el bins, es decir, carecía de
fijaciones o amarras, dispuestas para su cierre y seguridad. Habiéndose investigado
posteriormente el estado de los equipos se pudo constatar que la generalidad de los
bins carecían de las fijaciones o estaban deterioradas a raíz de la antiguedad y
constante uso, el que sumado a la forma en la cual se encontraban apilados y a la
ausencia de mallas protectoras u otras medidas de seguridad, constituían un peligro
evidente para la seguridad de los trabajadores.
Señala que como es de conocimiento de aquellos que viven en esta región, Puerto
Chacabuco se caracteriza por ser una zona de fuertes vientos y lluvias regulares
durante todo el año, inclemencias climáticas que hacen particularmente riesgoso para
los trabajadores la estiba y movilización de cargas en el ambiente portuario, realidad
que hace que la empresa una mayor diligencia en la implementación de medidas de
seguridad para controlar el riesgo, más aun cuando se tenía la experiencia de caídas
de tapas de bins por efecto de fuertes vientos, con antelación a estos hechos, como
alega el actor haber sufrido un hecho similar en el año 2000, hecho ocurrido en el Sitio
Uno del muelle de Puerto Chacabuco siendo derivado a la clínica de la Achs de esta
ciudad en donde únicamente se le constataron lesiones leves sin mayores
consecuencias.
Alega el actor que “producto del golpe resultó con lesiones diagnosticadas
médicamente según el informe médico de la Asociación Chilena de Seguridad, del
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Hospital del Trabajador de Santiago, doctor Jaime González Fierro, con lesiones que
dan cuenta de que el actor sufrió accidente el 1º de septiembre de 2002 al caerle un
objeto de 90 kilogramos en el cráneo con dirección axial resultando con trauma
raquimedular, fractura C 6 y con una H.N.P. traumática C 6 y C, todas lesiones que
fueron operadas, además de resultar con un T.E.C. cerrado, deterioro orgánico
cerebral post tec y una lesión medular incompleta nivel C 5 que se traduce en una
tetraparesia incompleta a nivel neurológico C 5 y en una vejiga e intestino
neurogénico. Se informa que en diciembre de 2002 el actor presenta un
tromboembolismo pulmonar agudo que se trató con anticoagulantes orales por un
año.
Del mismo modo, refiere que, por lo anterior, por las secuelas de las lesiones sufridas
ya no puede valerse por sí mismo, amén del daño físico y de quedar sometido a
medicamentos, dieta alimenticia y ejercicios en forma indefinida, sus actividades
diarias dependen de terceros (alimentación, vestirse, asearse, salir de su casa, etc.),
actividades que requieren del auxilio de su cónyuge pues no puede hacerlas de
manera independiente, las cuales debe ejecutarlas de acuerdo a un cronograma con
horarios estrictos y siguiendo una rutina predeterminada a fin de mantener
condiciones físicas y psicológicas mínimas de forma de llevar su incapacidad.
Por lo anterior, estimo que el quantum del daño moral causado no puede ser menor a
la suma de $ 300.000.000 (trescientos millones de pesos) por el grado de pesar,
desaliento, todo lo cual lo ha sumido en una profunda depresión y le ha quitado el
gozo a toda su familia, especialmente, a su cónyuge e hijos, como asimismo la
necesidad de un pronunciamiento judicial ejemplar que tenga el efecto de
desincentivar futuras conductas negligentes en la protección de los trabajadores.
A la vez el artículo 69 letra b) de la ley 16.744 sobre Accidentes del Trabajo prescribe
que: “Cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad
empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan,
deberán observarse las siguientes reglas:
I. Excepción de incompetencia:
Alega que de conformidad al artículo 440 del Código del Trabajo, la excepción
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Por tanto, refiere que la excepción dilatoria deducida se interpone con el objeto de
que se abstenga de seguir conociendo de este asunto este Tribunal, y por tanto, se
sujete el pleito a las normas contempladas en el artículo 101 del Código de
Procedimiento Civil.
d) No hay responsabilidad de Pesca Chile en los hechos materia del presente juicio
debido a que el accidente se produjo por una combinación de factores que no son
atribuibles a la empresa ya que habría sido el propio actor el causante de sus lesiones,
siendo doctrina conteste de los autores que la culpa exclusiva de la víctima exonera de
responsabilidad al demandado. No obstante que no se reconoce responsabilidad, la
buena fe de la defensa aconseja que se debe considerar lo dispuesto en el artículo
2330 del Código Civil que dispone que “la apreciación del daño está sujeta a reducción,
si el que lo ha sufrido se expuso a él, imprudentemente .
respecto.
De fojas 47 a 47 vuelta rola resolución del Tribunal que rechaza la excepción dilatoria
de incompetencia absoluta.
De fojas 56 a 57 rola informe pericial de lesiones Nº 144 del actor, de fecha 07 de julio
de 2006, suscrito por el doctor del Servicio Médico Legal, Leonel Flandes Silva.
De fojas 58 a 60, rola informe de investigación de accidente, emitido por don Marco
Gómez, encargado de prevención de riesgos de la empresa demandada.
A fojas 68 se apercibe al demandado con lo dispuesto en el artículo 435 del Código del
Trabajo por no haber designado domicilio conocido dentro del radio jurisdiccional del
Tribunal.
Primero: Que la demandada deduce tachas a fojas 86 en contra del testigo Ernesto
Enrique Vargas Olivares de conformidad a lo dispuesto en el artículo 358 Nº 6 y 7 del
Código de Procedimiento Civil fundada en que el testigo habría manifestado su deseo
de que el actor gane el juicio, lo que le restaría imparcialidad y fundado en la íntima
amistad que lo ligaría con el demandante debido a que habría reconocido mantener
esta amistad desde hace 15 años e incluso habría reconocido visitar su hogar, y ambas
circunstancias, tiempo y visitas, permitirían ser consideradas como antecedentes
graves de la inhabilidad alegada.
Segundo: Que a fojas 97 la empresa demandada formula tacha en contra del testigo
del actor, don Héctor Miguel Ballesteros Muñoz, fundada en las causales de
inhabilidad contempladas en el artículo 358 del Código de Procedimiento Civil, Nº 5 y
6, esto es, en el hecho de ser dependiente de la persona que exige su testimonio,
fundado en que el abogado, señor Oscar Macías, si bien no es el empleador formal del
testigo, sí tendría la calidad de superior jerárquico debido a que el testigo es
Secretario del Juzgado de Policía Local de esta ciudad y el señor Macías es el Juez de
Policía Local de Puerto Aysén, resultando evidente que a su respecto es posible
considerarlo como empleado dependiente, de quien recibe instrucciones diarias y
quien le exige el buen cumplimiento de sus funciones, por lo que sería posible
considerar al testigo como dependiente en un sentido amplio. Y a continuación, opone
la tacha del artículo 358 Nº 6 del código citado fundada en que el testigo tendría un
interés indirecto en el juicio, lo que le restaría la imparcialidad debida a su testimonio,
toda vez que, difícilmente declarará algo contrario a los intereses de la misma persona
que debe calificarla en el desempeño de sus funciones, de quien recibe instrucciones y
que, en definitiva, puede influir directamente en su desempeño laboral, atendida la
relación jerárquica a que se aludió en los fundamentos de la tacha anterior (vínculo de
dependencia en un sentido amplio).
Que al contestar el traslado, la parte demandante refiere que deben rechazarse las
tachas opuestas fundadas en que: a) la misma ley señala lo que debe entenderse por
dependiente para estos efectos de inhabilidad testimonial, citando al efecto la
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disposición del artículo 358 Nº 4 del Código de Procedimiento Civil, definición que
también abarcaría al dependiente del numeral 5, en el sentido de que el que presta
testimonio debe realizar servicios retribuidos al que lo haya presentado como testigo;
b) el testigo es funcionario municipal y su retribución la recibe directamente del
municipio local y no del abogado de la parte que lo presenta; c) en materia municipal,
quien realiza la calificación definitiva de los funcionarios municipales es la junta
calificadora del municipio de acuerdo al estatuto administrativo municipal y además
el testigo, como funcionario municipal y Secretario del Juzgado de Policía Local es
nombrado por el Alcalde, y d) por último, el testigo ha declarado que conoce
personalmente al actor y en esa calidad declara, por lo que pide sean rechazadas las
tachas.
Tercero: Que las incidencias de tachas tienen por objeto garantizar la debida
imparcialidad y el debido proceso entre las partes, con el fin de garantizar el principio
procesal de la bilateralidad de la audiencia, las cuales deberán ser resueltas por el
Tribunal en la sentencia definitiva y para el caso de que algún testigo sea inhabilitado
por alguna de las causales de tacha del artículo 358 del Código de Procedimiento Civil,
respecto de sus testimonios, el Tribunal podrá otorgarles el valor de presunción
judicial.
Séptimo: Que al contestar el traslado a fojas 42 a 45, el actor deduce oposición por
cuanto el certificado de discapacidad es un instrumento público emanado del Servicio
de Registro Civil que de acuerdo al artículo 342 del Código de Procedimiento Ovil no
puede ser desvirtuado por la mera objeción; y en cuanto al informe médico, la parte
contraria no invoca antecedentes alguno de objeción, amén de que sería
improcedente, por cuanto sólo podría ser objetado por alguna de las causales del
artículo 346 del Código de Procedimiento Civil y por la parte de la cual emana o
suscribe, y en la especie, el documento emana de un tercero, por lo que no procedería
la objeción.
demandada y configurarse la infracción laboral al artículo 184 del Código del Trabajo
y a la ley de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, será necesario
determinar la procedencia del daño moral y dentro de ésta, los perjuicios ocasionados
a la salud del actor, para determinar el quantum de los daños de carácter satisfactivos.
1. Prueba de la demandante:
a) Original del contrato de trabajo de fecha 1º de enero de 1996 suscrito por las
partes, debidamente firmado por las partes.
c) Original del informe médico del actor Nº 403.04 06, de fecha 28 de abril de 2006,
suscrito por el facultativo del Hospital del Trabajador, doctor Jaime González Fierro.
g) Copia simple del informe de investigación del accidente del trabajo suscrito por
don Marco Gómez Herrera, encargado de prevención de riesgos, de fecha 3 de
septiembre de 2002 y firma del subgerente de recursos humanos de la empresa
demandada, sin identificar su identidad.
e) Carlos Cárcamo Vera, jubilado, domiciliado en Laguna San Rafael Nº 310 de esta
ciudad.
Causa de este Juzgado del Crimen, rol Nº 15.668 1 sobre “cuasidelito de lesiones
graves , iniciada el 24 de octubre de 2005 por estos mismos hechos y siendo el actor
querellante en esa acción criminal.
Set fotográfico consistente en 6 fotografías del sitio del suceso, de la forma como se
encontraban apilados los bins, estado de estos últimos y su número en altura.
2. Prueba de la demandada:
Oficios:
a) Oficio a la Inspección Provincial del Trabajo de esta ciudad a objeto de que remita
copia del finiquito registrado en esa institución de fecha 30 de junio de 2003.
Tercero: Que a objeto de acreditar el primer y segundo punto de prueba, esto es, los
motivos y circunstancias del accidente que afectó al demandante y efectividad de que
la empresa demandada adoptó las medidas de seguridad necesarias para evitar el
accidente que afectó al actor, esta última rinde prueba confesional, testimonial de los
testigos signados con las letras a), b) y c) del Nº 1.2 del considerando precedente y
solicita sea traído a la vista el expediente criminal sobre cuasidelito de lesiones
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graves.
I. Hechos reconocidos:
c) Que los bins carecían de mallas protectoras de seguridad y nunca las han tenido
porque se tratarían de contenedores que se mueven constantemente por una grúa
horquilla de patio, por lo que no podrían moverse con mallas, por lo demás, “se lleva
haciendo así durante años confesó el absolverte (“... ).
c) Que no es efectivo que la “mayoría de los broches de los bins se encuentran rotos ni
le consta que el demandante haya sido golpeado por una tapa de bins porque, según lo
que sabe, apareció inconsciente y no le consta que haya sido una tapa (“...la causa del
accidente... ) y el lugar donde debía estar es la cabina de un camión y no donde se
encontró accidentado porque él era chofer.
e) Que no es efectivo que con posterioridad al accidente los bins son los mismos, ya
que es material fungible que se renueva periódicamente.
Torres.
Sexto: Que el primer testigo declara, en cuanto al primer punto de prueba, que la
empresa Pesca Chile nunca se preocupaba del asunto de los bins, lo que viene desde
hace años, y que ellos avisaban varias veces cuando se volaban, hecho que se
informaba al encargado de seguridad, don Marcos Gómez. Refiere en cuanto a las
circunstancias que con el demandante, con quien eran compañeros de labores por 12
años, choferes, se fueron a secar a un cuartito que se encuentra abajo del frigorífico,
saliendo de ese lugar y quedándose el actor tomándose un café en ese sitio, para
posteriormente salir a entregar las llaves del cuartito que dejaban en la sala de
máquina y en ese lapso llega un muchacho a decirle que al actor le había caído un bins
en la cabeza. Refiere que no presencia el hecho sino tan sólo vio al actor tendido en el
suelo y con un bins al lado, que supuestamente era el bins que le había caído.
Reconoce el cuarto al que alude por las fotografías de fojas 6 y 7 que se le exhiben y en
cuanto a las circunstancias climáticas reinantes el día de los hechos, refiere que había
lluvia y harto viento; que llegó al minuto de producido el accidente; había más gente
en el sitio del accidente; que no movieron al actor luego de sufrido el accidente; y que
todos sabían de los peligros de los bins en cuanto a que se volaban producto del
viento.
Refiere que las condiciones climáticas el día de los hechos era de lluvia y viento,
condición frecuente en Puerto Chacabuco y que el viento es fuerte habiendo botado
hasta contenedores.
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En cuanto al lugar del accidente, declara que ocurrió como a dos o tres metros de una
escala de una oficina donde los choferes descansaban reconociendo las fotografías que
rolan a fojas 6 a 7 que se le exhiben donde se encontraría una mujer que aparece en
ellas (“...Juez Titular de este Tribunal con ocasión de la inspección ocular... ), oficina
que en la actualidad es una oficina de archivos y anteriormente correspondía a la sala
de estar de los choferes.
En cuanto al segundo punto de prueba, declara que piensa que debe existir mayor
seguridad en ese sector porque ha pasado muchas veces que caen los bins o las tapas
por efecto del viento reconociendo la forma de apilamiento de los bins que se le
exhibe en las fotografías de fojas 6 a 7, más o menos a la misma distancia y faltando
más bins y declarando que por el lugar del accidente existe, por lo general, un tránsito
permanente de trabajadores y sin que existan medidas de seguridad tales como
barreras de contención, señales de advertencia, líneas divisorias u otros elementos
destinados al transito seguro de los trabajadores por ese sector a fin de evitar
accidentes e ignorando quienes en la empresa debían adoptar esas medidas de
seguridad y si se les habían informado de esos riesgos. Por último, declara que conoce
al jefe de seguridad de la empresa, que sí lo ubica, ignorando su nombre e ignora si
cumple su rol porque nunca lo ha visto por “abajo (“...refiriéndose al frigorífico... ).
Contrainterrogado, declara que sólo conoce a ese jefe de seguridad y a ningún otro
como prevención de riesgos de la empresa en Puerto Chacabuco y que era de
conocimiento público y general, es decir, por todos los trabajadores, los peligros que
producían las voladuras de las tapas y de los bins por el efecto del viento.
Octavo: Que traído el expediente criminal, traído a la vista, rol Nº 15668 1 por
querella de delito de lesiones graves en perjuicio del actor, se da cuenta de lo
siguiente:
de apilar los bins, los cuales a fojas 188 y 189 se detalla que los bins se encuentran
apilados en altura de cuatro unidades, y en la conclusión se señala lo siguiente:
Secuencia fotográfica del sitio del suceso: 1. fotografía donde se aprecian apilados los
recipientes (bins); 2. fotografía de acercamiento donde se aprecian los recipientes
apilados y sin seguros en las tapas; 3. acercamiento de un recipiente (bins) sin seguro;
4. fotografía donde se aprecia escalera de acceso al baño y con recipiente mal apilado;
5. acercamiento de recipientes mal apilados; 6. fotografía donde se aprecia parte de la
escalera con los recipientes en ambos lados; 7. fotografía de la escalera.
Noveno: Que a objeto de acreditar el tercer punto de prueba, esto es, la efectividad de
que el demandante actuó con imprudencia o negligencia, exponiéndose al daño, el
demandado no rinde prueba alguna a objeto de acreditar su defensa, por lo que no
pasa de ser una alegación en donde no se cumplió con la carga procesal que le impone
el artículo 1698 del Código Civil.
En el análisis de las causas del accidente laboral, se indican las causas inmediatas y
causas básicas.
4. Detener el manejo de materiales en altura, toda vez que se requiera intervenir para
el conteo de los bins u otra operación.
1. Los bins son apilados a una altura de cuatro unidades, lo cual tiene “implícito
riesgos potenciales de accidentes por caídas de materiales desde distintos niveles,
debido a que a mayor altura menor es la estabilidad de los bins.
2. Los bins en su mayoría han perdido los sellos que fijan las tapas, lo que los hace
más vulnerables a las condiciones climáticas, tales como el viento, que las hace caer o
volar en forma imprevista.
Decimoprimero: Que en cuanto a acreditar el cuarto punto de prueba, esto es, el daño
ocasionado a la salud del actor producto del accidente, el demandante acompañó los
siguientes medios de prueba:
1. Prueba documental:
2. Prueba testimonial:
El primer testigo declara que conocía al actor desde hace varios años atrás debido al
deporte, ya que jugaban fútbol en diferentes clubes, y posteriormente se incorporó a
una cooperativa de vivienda donde él también formaba parte, lo que se mantiene
hasta el día de hoy. Declara el testigo que estima que si un hombre tuvo un accidente
en la empresa debe indemnizárselo, ignorando el monto, ya que lo ve como quedó
después del accidente, prácticamente inválido e imposibilitado de trabajar.
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Habiéndole conocido en la actividad deportiva (fútbol) refiere que hoy lo ve como una
persona semi inválida, asumiendo su desgracia con entereza, viéndolo caminar todos
los días, con muletas al principio y hoy con bastón, y cuando le ha preguntado cómo se
encuentra responde que el ánimo se le decae porque se siente desmejorado, además
de haber sabido por comentarios que tiene problemas familiares con su cónyuge en el
aspecto sexual e igualmente le ha manifestado el actor sentirse aburrido y lo ha oído
decir que incluso ha tenido la intención de quitarse la vida, por lo que cree que el daño
que ha sufrido ha sido grande. Igualmente, declara el testigo que el actor le ha
señalado que al no poder trabajar habría presentado problemas con la educación de
sus hijos porque la señora de él, al parecer, tampoco trabajaría.
Declara que conocía al actor antes del accidente cuando laboraba como chofer en
vialidad, y él era deportista, compartiendo varias veces con él por ese motivo; declara
que posteriormente renunció a ese trabajo para desempeñarse en Pesca Chile, Puerto
Chacabuco, y a veces se lo encontraba en el aeropuerto de Balmaceda cargando carga
de la empresa para embarque. Tiempo después se enteró que había sufrido un
accidente y ya no era el mismo, lo encontró usando bastones, y a la vista se ve que
presenta una gran parte del cuerpo inutilizado.
En cuanto a su estado anímico, declara el testigo que el actor es una persona que se
caracteriza por ser una persona hiperquinética y que su vida conyugal no sería la
misma, por razones físicas.
Decimosexto: Que conforme a las normas de onus probandi, quién alega un hecho
debe acreditarlo.
1. Que el expediente que se solicitó traer a la vista por la demandante, rol Nº 15.668 1
sobre cuasidelito de lesiones graves de este Juzgado del Crimen, iniciada por querella
del actor, por los daños sufridos en su persona a consecuencia de los hechos ocurridos
el 1º de septiembre de 2002 en dependencias de la empresa Pesca Chile, ubicadas en
la localidad de Puerto Chacabuco, es posible, tener por acreditado las circunstancias
en las cuales se produjo el accidente del trabajo, con ocasión o a consecuencia causal
de la falta de previsión de la empresa demandada en adoptar medidas de seguridad
suficientes para evitar que los bins o sus tapas respectivas no volarán sin causar daño
en las personas, hecho que puede atribuirse a la culpa o negligencia de la empresa.
estabilidad de los bins. Igualmente se indica que la mayoría de los bins han perdido
los sellos fijadores de las tapas, lo que los hace más vulnerables a las condiciones
climáticas como el viento, lo que las hace caer o volar en forma imprevista, por lo que
se recomienda apilar los bins en no más de tres unidades.
5. Que el testigo Ernesto Vargas Olivares declara que la empresa nunca se preocupaba
de los bins y que cuando les avisaban que se volaban, no hacían nada; reconoce el
lugar en donde ocurrió el hecho, y declaró que se encontraba con el actor momentos
antes del accidente y que cuando concurre al sitio del suceso, vio tendido al actor y al
lado suyo dos bins y dos tapas de este último, presumiblemente atribuibles como los
objetos que le ocasionaron las lesiones como consecuencia del accidente.
6. Que de los testimonios de don Ernesto Enrique Vargas Olivares y Luis Orlando
Espinoza Torres es posible inferir que las condiciones climáticas en las cuales se
encuentra ubicada la planta de Pesca Chile en la localidad de Puerto Chacabuco se
caracterizan por el fuerte viento reinante y fuertes lluvias, viento que era capaz de
botar un container de 200 kilos como había ocurrido con anterioridad, riesgos y/o
peligros conocidos por la empresa y por el jefe de seguridad de la misma, a quien
extrañamente se le veía en la planta de frigoríficos.
8. Que el absolvente reconoce que los bins nunca han tenido mallas protectoras
porque son contenedores que se mueven constantemente por una garúa horquilla de
patio, por lo que no pueden moverse con mallas, y que ese procedimiento se ha hecho
durante años. Igualmente reconoce que no sería cierto que la “gran mayoría de los
broches de seguridad de los bins se encuentran rotos, por lo que, a contrario sensu, sí
existían algunos broches que se encontraban desgastados o en malas condiciones y
con riesgo para las personas de causar daño.
10. Que las pruebas consistentes en informes acompañados al proceso por el médico
del Hospital del Trabajador de Santiago, doctor Jaime González Fierro; doctor de la
Asociación Chilena de Seguridad de esta ciudad, doctor Carlos Cabello Cervellino;
certificado del psicólogo Alejandro Dalmazzo Olavarría; certificado de lesiones graves
del Servicio Médico Legal, doctor Leonel Flandes Silva; certificado de discapacidad del
Compin; declaraciones de los testigos Jorge Orlando Panichine Chiguay, Carlos
Belisario Cárcamo Vera y Héctor Miguel Ballesteros Muñoz, estos antecedentes
probatorios dan cuenta de:
a) Los daños sufridos por la salud del actor y de su naturaleza, alguno de orden físico,
psicológicos y sensoriales, lesiones calificadas como “muy graves por el médico del
Servicio Médico Legal.
juicio, en el sentido de que el accidente del trabajo que sufrió el actor el día 1º de
septiembre de 2002 en las dependencias de la Empresa Pesca Chile, localidad de
Puerto Chacabuco, se debió a la falta de cuidado en la implementación de todas y cada
una de las medidas de seguridad a que se encuentra obligado, por ley todo empleador.
Más aún, una de las características de la empresa demandada, multinacional con vasta
experiencia en el giro que le es propio, con un gran número de empleados, que
conocía y no podía menos que conocer los riesgos inherentes de su negocio, las
condiciones habituales de clima, de fuertes vientos y lluvias reinantes en el lugar
donde se encuentra inserta la Planta de Pesca Chile y a la cual le eran exigibles todas
las providencias que le impone la ley de accidentes, el Código del Trabajo y la
Constitución Política de la República en orden a satisfacer el deber de seguridad y
protección eficaz de la integridad, salud y vida de los trabajadores. Este riesgo
derivado de la naturaleza, es un hecho público y notorio para aquellos que habitamos
esta zona de la XI Región y al no prever los riesgos inherentes existentes en la forma
peligrosa per se de apilar los bins a una altura de cuatro unidades, con riesgo
potencial elevado de caer al suelo y ocasionar riesgos inminentes de daños en las
personas, hechos que ya habían sido informados por los mismos trabajadores,
máxime si los bins carecían de las medidas de seguridad necesarias que impedían que
volaran por los aires o que con ocasión de los vientos reinantes en esa zona cayeran al
suelo.
una de ellas a las obligaciones que emanan del contrato y en el cual no son admisibles
las reservas de derechos unilaterales.
Sin embargo, en la especie, se deja a salvo, por reserva legal, las acciones por
accidentes del trabajo, las que tienen un origen legal (“...en la ley sobre Accidentes del
Trabajo... ), indemnizaciones que se financian con el seguro social obligatorio, y ella es,
sin perjuicio, de que la víctima demande en caso de culpa o dolo a su empleador o
tercero responsable del accidente, las otras indemnizaciones a que tenga derecho, con
arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso el daño moral (“...haciendo
referencia a las disposiciones contenidas en el Título XXXV del Libro IV del Código
Civil... ).
El acto jurídico laboral del finiquito, ubicado y tratado en el Código del Trabajo dentro
de las normas relativas al despido, debe interpretarse como aquel acto, que dando
cumplimiento a las formalidades legales, tendrá un efecto liberatorio pero limitado a
las prestaciones patrimoniales que nacen del contrato de trabajo, es decir, las
remuneraciones, sean las de origen legal o convencional, de acuerdo a lo que debe
entenderse como remuneración de conformidad al artículo 40 del Código del Trabajo
y dentro de las cuales existen algunas que tendrán un origen legal (ejemplo de ello, la
gratificación del artículo 47 del citado código) y otras uno convencional (sic).
Vigésimo: Que debe recordarse que el Derecho del Trabajo es una rama en donde no
son aplicables en su totalidad los principios liberales que rigen los Códigos Civiles
decimonónicos que siguen las tendencias liberales del Código Civil Francés, como
ocurre con el Código Civil Chileno y que más bien se caracterizan por la existencia de
cortapisas a las libertades debido a la inexistencia de dos partes que no se encuentran
en igualdad de armas, y es en atención a ello, que el contrato de trabajo se caracteriza
por ser un contrato dirigido o normado por el legislador, donde los pactos de renuncia
de derechos se encuentran prohibidos durante la vigencia del contrato de trabajo y
donde se garantizan ciertos mínimos. En definitiva, nos encontramos en una esfera del
derecho en donde los pactos de limitación de responsabilidad se encuentran
prohibidos por adolecer de nulidad, en cuanto al objeto, por contravenir el derecho
público chileno, razón por la cual debe ser rechazada la excepción de transacción
opuesta por el demandado.
Así, la existencia del daño es prueba suficiente de que los resguardos adoptados por la
empresa en su reglamento interno fueron insuficientes.
Se debe tener presente que, en virtud de la ley de Accidentes del Trabajo, las
“prestaciones (“...prestaciones médicas, incapacidad temporal, invalidez,
supervivencia y cuota mortuoria... ) de la ley de Accidentes del Trabajo prescriben en
el plazo de 5 años a contar del hecho del accidente y por el derecho común, la
indemnización civil prescribirá en el plazo de 4 años a contar de la ocurrencia del
hecho que ocasiona el daño.
Vigésimo cuarto: Que debe tenerse presente que la ley Nº 16.744 ha definido
expresamente lo que debe entenderse por Accidentes del Trabajo como “toda lesión
que una persona sufra a causa o con ocasión del trabajo, y que le produzca
incapacidad o muerte (...). La ley sólo exceptúa aquellos accidentes “debidos a la
fuerza mayor extraña que no tenga relación alguna con el trabajo y los producidos
intencionalmente por la víctima. La prueba de las excepcionales corresponderá al
organismo administrador .
Por consecuencia, toda lesión sufrida por una persona “a causa o con ocasión del
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trabajo que produzca un efecto (“...daño... ) como incapacidad o muerte debe ser
considerado accidente del trabajo, y por ende, se hacen exigibles las prestaciones
laborales que son financiadas con el seguro social obligatorio y nace el derecho a
accionar cuando ha existido culpa o dolo del empleador o de un tercero, en
conformidad al derecho común, extendiéndose los daños, a los de naturaleza moral
(“...o extrapatrimoniales... ), por cuanto se verán, precisamente afectados por el
accidente del trabajo, la integridad de la persona (“...su grupo familiar, su integridad
física, su derecho a la salud, su derecho al trabajo, sus expectativas a gozar de una vida
plena, mermando, en definitiva, sus ganas de vivir, etc. ).
Vigésimo quinto: Que debe tenerse presente en el derecho chileno, que, al demandar
daños, el rol que cumple la acción de perjuicios es uno muy diverso al de otros
derechos, como el anglosajón o derecho de “torts , ya que en el derecho chileno
cumple un rol compensatorio, tratándose del daño material y meramente satisfactivo
en el caso del daño moral y muy excepcionalmente, en los casos que establece la ley,
cumplirá un rol de sanción o de pena, porque de lo contrario; se confundiría la
responsabilidad civil con la penal.
La indemnización del daño moral sólo tiene por objeto restablecer el equilibrio
destruido por el hecho ilícito al estado anterior al mismo, esto es, lo que se denomina
la “restitutio in integrum y en el caso de la reparación del daño moral su función no es
la de compensar sino sólo dar a la víctima una satisfacción de reemplazo, la cual es
“meramente satisfactiva , otorgando a la víctima una ayuda o auxilio que le permita
atenuar el daño, morigerarlo o hacerlo más soportable.
Mazeud y Tunc “señalan, incluso, que existen sentencias de tribunales franceses que
han considerado que los Jueces tienen siempre libertad para estimar que la condena a
un franco, por daños y perjuicios, y a las costas del litigio, es suficiente reparación del
p.30
daño moral .
Trigésimo: Que conforme lo dispone el artículo 184 del Código del Trabajo, “el
empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger
eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones
adecuadas de higiene y seguridad en las faenas como también los implementos
necesarios para prevenir accidentes (...).
Como lo ha señalado alguna jurisprudencia “hay que insistir en que cuando se trata
de cumplir una obligación laboral tan perentoria como extrema (debe tomar “todas
las medidas necesarias ) cualquier omisión importa desobedecer el mandato legal. Y
por ende, a la luz de la naturaleza de la exigencia, ciertamente el deber de
proporcionar los elementos de seguridad a trabajadores que desempeñen funciones
peligrosas no se refiere sólo a tener a disposición de tales trabajadores dichos
elementos en una bodega, sin que nadie parezca controlar si los toman o no, sino que
además ese deber de proporcionar se refiere a entregárselos personal y
controladamente para cada comienzo de labor, vigilando además, en cuanto sea
posible, que los usen .
Por último, tampoco es suficiente la simple entrega del reglamento interno de higiene
y seguridad para cumplir con el mandato legal.
Trigésimo segundo: Que, en otros sistemas jurídicos distintos del chileno, pero de
igual raíz romanista como lo es el sistema francés, se habla de daño moral (“...género...
) y de otras clases de daños extrapatrimoniales diversos al pretium doloris
(“...especies... ) dentro de los cuales se encuentra el llamado “daño hedonístico o
estético (sistema de “torts ) o “pérdida de amenidad (en el sistema inglés o “perjuicio
de agrado en el derecho francés, que es concebido como la pérdida del interés o placer
de vivir, del agrado o goce de la vida y de los placeres que ella otorga, más aún, si
consideramos que el actor, antes del accidente, era una persona que gozaba del
deporte, de la vida comunitaria y de su trabajo y el “perjuicio estético constituido por
las deformaciones dejadas por las lesiones físicas y que hacen sentir a la víctima que
tiene un defecto notado por los demás, aunque éstas no sean objetivamente tan
importantes.
Existe también el llamado “loss of consortium en virtud del cual se concede el derecho
a reparación por “la circunstancia de perder al cónyuge o a un hijo, o de no contar con
p.32
ellos para las atenciones físicas y morales, así como por la pérdida de la vida común
que tenía .
escogido o aceptado, derecho del cual, producto del accidente del trabajo se verá
privado el actor.
Trigésimo séptimo: Que en cuanto al pago de las costas, habiendo resultado la parte
demandada totalmente vencida respecto de los incidentes de tachas y objeción de
documental, es que se la condenará en costas.
En cuanto al fondo, estimando que ha tenido motivo plausible para litigar, es que no
se la condenará al pago de las costas de la causa.
1.1. Que no se acogen las incidencias de tachas deducidas por la demandada a fojas 86
y 97.
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1.2. Que no se acogen las objeciones a los documentos que rolan de fojas 9 a 11.
1.3. Que se condena en costas a la demandada por no haber tenido motivo plausible
para litigar.
2.2. Que los intereses legales y reajustes, se deberán desde la dictación de esta
sentencia, para lo cual deberá utilizarse como índice de corrección monetaria los
reajustes de acuerdo a la variación experimentada por el Indice de Precios al
Consumidor hasta su pago total y efectivo.
2.3. Que no se condena en costas a la parte demandada por estimar que ha tenido
motivo plausible para litigar.
Resolvió el señor Diego Francisco Rubi Araya, Juez Subrogante del Juzgado de Letras,
Garantía y Familia de Puerto Aysén.
Visto y considerando:
b) Que el Código del Trabajo ha establecido una norma general para incorporar al
juicio la prueba documental esto es dentro del plazo que contempla el artículo 443
pero excepcionalmente, se faculta al Tribunal para la admisión de prueba documental
en la audiencia de juicio, ya sea adicional o complementaria a la acompañada, en los
términos contemplados en el artículo 446 del Código del Trabajo.
c) Que por las consideraciones de hecho y teniendo presente como base el argumento
de derecho esgrimido por el demandado, esto es, el artículo 446 del Código del
Trabajo, facultad expresamente contemplada en la ley para mejor acierto del Tribunal,
es que se tendrá por denegada la objeción documental deducida a fojas 83 por la parte
demandante, más aún si tal prueba se encuentra incorporada en el expediente
criminal traído a la vista según da cuenta lo expuesto en el considerando
decimocuarto y en el oficio de la Inspección del Trabajo.
4. Que por razones de orden, el punto 2.2 pasará a ser el 2.3. y el 2.3. pasará a ser el
2.4. sucesivamente.
Dictada por el señor Diego Francisco Rubi Araya, Juez Suplente de Letras del Trabajo
de Puerto Aysén.
Vistos:
Primero: Que se ha elevado esta causa para conocer del recurso de apelación
deducido a fojas 154 y siguientes por la parte demandante en contra de la sentencia
definitiva de autos de fecha 17 de abril de 2007, escrita a fojas 131 a 152 vuelta, y de
la apelación deducida a fojas 184 y siguientes y 206 y siguientes por la parte
demandada, en contra de dicha sentencia y de su complementación, de fecha 6 de julio
de 2007, escrita de fojas 204 a 206.
2) Que debieron acogerse por el a quo las tachas opuestas por su parte a los testigos
Ernesto Enrique Vargas Olivares y a don Héctor Miguel Ballesteros Muñoz. Al primero,
por lo dispuesto por el artículo 358 Nº 6 y 7 del Código de Procedimiento Civil, esto es,
tener íntima amistad con el actor y tener interés personal en beneficiarlo, tachas que a
su parecer se encuentran acreditadas por las propias declaraciones del testigo. Al
segundo, por lo dispuesto en los números 5 y 6 del artículo 358 del Código del
Trabajo, consistentes en que Ballesteros es Secretario del Juzgado de Policía Local de
Aysén, cuyo superior jerárquico es el Juez Oscar Macías Contreras, quien es uno de los
abogados patrocinantes del demandante de autos, lo que estima es un testigo
dependiente del abogado que lo presenta, ya que si bien el abogado sólo representa a
su cliente, durante el juicio forman una sola parte y no puede considerarse que son
distintos uno del otro, lo que afectaría su imparcialidad al existir una presión, al
menos indirecta, de no desagradar al “jefe si éste le pide ser incluido en una lista de
testigos de un cliente.
3) Que no hay responsabilidad de Pesca Chile S.A. por cuanto el hecho se produjo por
la accidental caída de la tapa de un bins, que califica como un hecho fortuito o fuerza
mayor, y por el actuar imprudente del actor que se expuso al daño. Que esta acción del
trabajador rompe el nexo causal que pretende atribuir a una supuesta conducta
reprochable de la demandada, por cuanto si el trabajador hubiera ingresado al área
con el cuidado necesario y conociendo los riesgos, no estaríamos lamentando ahora el
accidente sufrido. Que la acción temeraria del demandante resulta ser la condictio
sine qua non del daño que sufrió. Que conforme a la doctrina y jurisprudencia
nacional que cita, la culpa exclusiva de la víctima exonera de responsabilidad al
demandado.
perjudicial se debió a la exclusiva culpa del señor Rojas, quien ingresó al área con
pleno conocimiento de las características del lugar, del clima imperante y del estado
de los bins. Expresa que éste trabajaba en la empresa desde el año 1996 y su función
era, precisamente, trasladar los bins y conocía plenamente el clima imperante en la
zona. Cita al efecto los testimonios de Ernesto Vargas Olivares, de fojas 86 y
siguientes, y de Luis Orlando Espinoza Torres, quienes refieren que debido al
inclemente clima se producen voladuras de bins todos los días, que el viento es tan
fuerte que ha botado hasta contenedores, situación de conocimiento generalizado de
toda la gente. Que los contratos deben cumplirse de buena fe por lo que el trabajador
debe tomar las precauciones para evitar sus propios daños previsibles y no puede
valerse de su propia negligencia para obtener provecho de ella.
Agrega que la suma fijada como indemnización por el Juez de la causa no guarda
relación con la magnitud del daño sufrido. Que las consecuencias sufridas por don
Bernabé Rojas son de tal envergadura que su estado y situación son peores que la
muerte, pues el fallecido no padece ni sufre a diferencia del que está vivo pero
cercenado física, mental, emocional y en su vida íntima, como es el caso del
demandante, quien es un muerto en vida soportando el calvario de su desgracia,
involucrando en su padecimiento a su cónyuge y a su círculo familiar.
Que la demandada debe ser condenada al pago de las costas por su indiferencia frente
al deber legal de dar protección a la vida de sus trabajadores, demostrada en autos, en
que a varios años del accidente la empresa Pesca Chile en una conducta temeraria, no
ha adoptado un plan de seguridad de orden preventivo, existiendo comprometido un
interés público en el cumplimiento de las normas de seguridad laboral. Que el motivo
plausible para litigar dice relación y es procedente cuando existe una controversia por
un derecho que puede ser dudoso y en que ambas partes pueden tener fundamentos
que legitiman su pretensión, pero en el caso de autos el derecho no es dudoso y se
recurre por porfía.
Cuarto: Que el objeto del presente proceso consiste como lo ha señalado el Juez a quo
en la sentencia recurrida en conocer y resolver en juicio indemnizatorio del trabajo,
conforme a las reglas de la sana crítica, si producto del accidente del trabajo sufrido
por el actor Bernabé Rojas Rojas, trabajador de la empresa Pesca Chile S.A. desde el
día 3 de abril de 1989 hasta el 30 de junio de 2003, ocurrido el 1 de septiembre de
2002, se expuso imprudentemente al daño y el hecho es atribuible a su culpa o, por el
contrario, si el accidente del trabajo es imputable a la falta de diligencia y cuidado de
la empresa demandada, quien debió adoptar todas las medidas de seguridad
necesarias para evitar el hecho dañoso. En caso afirmativo, de falta imputable a la
demandada y configurar infracción laboral al artículo 184 del Código del Trabajo y a la
ley de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, será necesario
determinar la procedencia del daño moral y dentro de éste, los perjuicios ocasionados
a la salud del actor para determinar el quantum de la indemnización satisfactiva.
Quinto: Que el Juez de la instancia en su fallo, a fojas 139, estableció como hechos
reconocidos que el demandante sufrió accidente laboral en el recinto frigorífico de
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dicho finiquito amplio incluye una renuncia a las acciones a las que se refiere la
presente demanda, toda vez que reclama el incumplimiento de una obligación legal de
su ex empleador este Tribunal no hará lugar a dicha excepción.
imperativa que el empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias
para proteger eficazmente la vida de los trabajadores, manteniendo las condiciones
adecuadas y los implementos necesarios para prevenir accidentes.
Que la petición anterior debe ser desestimada dado que, en opinión, de este Tribunal,
no existe tal plausibilidad considerando que se tachó a un testigo, Héctor Ballesteros
Muñoz invocando una causal evidentemente infundada, como dependiente del actor
sin serlo; y se objetó un instrumento público, como son los certificados otorgados por
el Servicio de Registro Civil e Identificación, siendo este el caso del Certificado de
Discapacidad, agregado a fojas 11; y, en ambos casos, no haber ofrecido prueba para
acreditar la objeción de documentos ni las tachas de testigos.
norma legal que establezca los alcances del daño moral, corresponde fijar el monto de
la indemnización, en forma prudencial, teniendo en consideración la magnitud del
daño causado. En efecto, habiéndose acreditado en autos que el actor, sufrió un
accidente con resultados catastróficos, de 100% de su discapacidad laboral y 80% de
capacidad síquica o mental; 80% de discapacidad física y 80% de discapacidad
sensorial, con disfunción sexual; con pérdida significativa de la fuerza en sus cuatro
extremidades; con incapacidad de evacuar sin ayuda de sondas implantadas al efecto,
dependiendo del auxilio de terceros para efectuar sus necesidades más cotidianas,
como asearse; sufriendo depresión y pérdida del goce de vivir; en definitiva habiendo
el demandante quedado inválido, en grado de gran invalidez, este Tribunal estima del
caso, atendida la circunstancias anteriormente señaladas, aumentar el monto de la
indemnización a pagar por el daño moral causado a la suma de $ 110.000.000,
estimando que ésta representa una racional, prudencial y satisfactoria cantidad que se
condice con la real y efectiva entidad del daño moral producido, el que, como ya se
señaló fue causa y efecto del descuido y negligencia de la empresa demandada.
I. Que, se revoca la sentencia apelada de fecha diecisiete de abril de dos mil siete,
escrita a fojas 131 a 152 vuelta, complementada con fecha 6 de julio de 2007, escrita
de fojas 204 a 206, en cuanto por ella y en su resuelvo 2.3. no condenó en costas a la
parte demandada y, en su lugar, se resuelve que se condena en costas a la parte
demandada, Empresa Pesca Chile S.A., por haber sido esta totalmente vencida y no
haber tenido motivos plausibles para litigar.
II. Que, se confirma, con costas del recurso, la sentencia apelada de fecha y fojas ya
referidas precedentemente y su complementaria, con declaración que se aumenta el
monto de la indemnización que se ordena pagar por la demandada Pesca Chile S.A. al
demandante Bernabé Guillermo Rojas Rojas, por concepto de daño moral causado, a la
suma de $ 110.000.000 (ciento diez millones de pesos), más intereses legales, desde
que la demandada incurra en mora, y reajustes de acuerdo a la variación del Indice de
Precios al Consumidor, desde la fecha de la sentencia apelada.
Regístrese y devuélvanse.
Ministro Titular señor Pedro Leñam Licancura y el Primer Abogado Integrante señor
Lorgio Oñate Herrera.
Rol Nº 19 2007.
Vistos:
Ante el Juzgado de Letras del Trabajo de Aysén, autos rol Nº 1.780 06, don Bernabé
Rojas Rojas demanda a la empresa Pesca Chile S.A., representada por don Emilio
Rodríguez Fernández, a fin que se condene al empleador a pagarle la indemnización
por concepto de daño moral por la cantidad que indica o la que se estime de justicia,
con costas.
Considerando:
Nº 16.744; 12, 465, 1545, 1560 y 1446 del Código Civil; 177, 455 y 456 del Código del
Trabajo. En síntesis, el demandado argumenta sobre la base de errores de derecho
cometidos a propósito de la excepción de transacción, basada en el finiquito suscrito
entre las partes, la que fue desestimada en la sentencia atacada, sosteniendo el pleno
poder liberatorio del mencionado acuerdo para los efectos de enervar la acción
indemnizatoria ejercida en estos autos por el trabajador, a lo que agrega la plena
capacidad de este último para celebrar actos y contratos completamente válidos, pues
no ha sido declarado interdicto, ya que su incapacidad dice relación con el desempeño
de una actividad laboral, pero no con su discernimiento. También discute la
apreciación que se ha hecho de los antecedentes extraídos de la causa criminal
seguida por los mismos hechos, expresando que no pudo controvertir las diligencias
que allí se llevaron a cabo. Por último, el recurrente manifiesta que se incurre en un
error de lógica y experiencia, puesto que para aumentar la indemnización el fallo se
basa en cuestiones no probadas, como la disfunción sexual del afectado, la
dependencia del auxilio de terceros para labores cotidianas, la depresión de que
padece y la pérdida del goce de vivir.
Tercero: Que plantear la nulidad de fondo de que se trata en tales términos, importa
contrariar su naturaleza de derecho estricto, pues surge la duda acerca del derecho a
aplicar en la especie, cuestión que conduce, desde ya, a desestimarlo.
Cuarto: Que, en armonía con lo reflexionado, sólo es dable concluir el rechazo del
recurso de casación en el fondo intentado por la demandada.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 463 del
Código del Trabajo y 764, 767, 771 y 783 del Código de Procedimiento Civil, se
rechaza, con costas, el recurso de casación en el fondo deducido por la demandada a
fojas 285, contra la sentencia de diecisiete de octubre del año pasado, que se lee a
p.48
fojas 271.
Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros
señores Patricio Valdés A., señora Gabriela Pérez P. y los Abogados Integrantes
señores Hernán Alvarez G. y Juan Carlos Cárcamo. No firman los Abogados Integrantes
señores Alvarez y Cárcamo, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y
acuerdo del fallo, por estar ambos ausentes. Santiago, 11 de marzo de 2008.