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cerebro
Se adapta al tiempo psicológico para evitar enfermedades
Mecanismo cerebral implicado en los intervalos de tiempo. © 2018 Chang Cai e Hiroshi Imamizu. Universidad de
Tokio.
Investigadores de la Universidad de Tokio han observado por primera vez lo que pasa en el
cerebro cuando percibimos un intervalo de tiempo entre una acción y su efecto: los cambios que
registra el cerebro se corresponden con los cambios en el tiempo psicológico.
Nosotros tenemos dos percepciones diferentes del tiempo: la percepción cronológica, que la
marca el reloj, y la percepción psicológica, que es muy diferente de la cronológica. A veces los
minutos se nos hacen eternos: esta sensación es un claro ejemplo de esta diferente percepción.
Una diferencia más sutil ocurre cuando encendemos la luz de la habitación. El tiempo que tarde
en encenderse la luz desde que accionamos el interruptor es siempre más o menos constante.
Pero los psicólogos han apreciado que nuestra percepción de ese lapso de tiempo varía según
las circunstancias: nos parece que la luz tarda más en encenderse cuando entramos en una
habitación por primera vez. O que tarda menos cuando la encendemos por propia voluntad y no
cuando alguien nos obliga a hacerlo.
Aunque estos episodios son bien conocidos en psicología, los científicos apenas saben nada
de cómo se modifica nuestra actividad cerebral cuando encendemos la luz y percibimos de
diferente forma el intervalo de tiempo, según las circunstancias.
El grupo de investigación liderado por el profesor Hiroshi Imamizu quiso desentrañar el misterio
y para ello se valió de la magnetoencefalografía y de la resonancia magnética funcional para
investigar la actividad cerebral de un grupo de personas participando en experimentos de
intervalo temporal: los investigadores introducían diferentes intervalos de tiempo entre la acción
de pulsar un botón y un flash posterior.
Ajustes neurotemporales
Con este sistema, el grupo descubrió que, aunque el momento de encender el interruptor de la
luz no cambia, la actividad cerebral se ajusta a la percepción psicológica del intervalo de tiempo.
Es decir, cuando percibimos que el intervalo es pequeño, la actividad cerebral que se necesita
para encender el interruptor, se retrasa. Dado que se va a encender muy deprisa la luz, no es
necesario correr para darle al interruptor.
También descubrió el mismo procedimiento, a la inversa: cuando vamos a percibir que la luz
tardará más en encenderse, la actividad cerebral necesaria para encender el interruptor se
adelanta.
Según los investigadores, este descubrimiento sugiere que la actividad cerebral necesaria para
el desempeño de una actividad está relacionada con la percepción psicológica del tiempo.
También que la percepción psicológica del tiempo atrae una actividad cerebral específica, según
las circunstancias.
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Mente-cerebro
Hay que tener en cuenta que el intervalo de tiempo psicológico entre una acción y su resultado
no una cosa baladí: afecta especialmente a la sensación de control operativo de muchos
dispositivos, que hoy dominan nuestra vida cotidiana.
Referencia
Temporal recalibration of motor and visual potentials in lag adaptation in voluntary
movement. Chang Cai et al. NeuroImage, Volume 172, 15 May 2018, Pages 654-662.
DOI:https://doi.org/10.1016/j.neuroimage.2018.02.015