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“Cuídese mucho”

Sophie Calle

SALÓN DE HONOR
Traducción de textos

CEN TRO CU LTURAL K IRCH N ER


2015
Recibí un email diciéndome que todo había terminado.
No supe cómo responder.
Era casi como si no hubiera estado dirigido a mí.
Terminaba con la frase, “Cuídese mucho”.
Y así lo hice.
Les pedí a 107 mujeres, elegidas por su profesión o habilidades,
que interpretaran esta carta.
Que la analizaran, la comentaran, la bailaran, la cantaran.
La agotaran. Que la entendieran por mí. La respondieran por mí.
Era una forma de darme tiempo para cortar.
Una manera de cuidarme.
CURADORA, Christine Macel

Mientras más leo la carta de X., más me conmueve. Me gustaría


que cada visitante se sintiera del mismo modo. La mejor manera de
lograrlo sería haciendo una pila de fac similares que la gente
pudieran llevarse para leer en privado. La carta deberá ser exhibida
y distribuida en un espacio público.
CRIMINÓLOGA, Michéle Agrapart

Análisis de una carta anónima

Esta carta, si es auténtica, fue escrita aparentemente por un manipulador, un seductor, cuyas relaciones
con otras están basadas en la dominación y poder. Este poder es no-agresivo, suave y sutil, el
ascendente poder de labia, pero es muy efectivo porque se las arregla para exonerarse de cualquiera de
sus actos que pueden ser percibidos como negativos, para hacer sentir culpable a su interlocutor y así
posicionarse como una víctima.
Tema la intención de escribir, de responder, claro que él es sincero y tiene las mejores intenciones,
pero... no lo hizo, y por otra parte, puesto que parece incapaz de lidiar con el conflicto, su escritura es
deliberadamente evasiva, manteniendo así una distancia hacia cualquier percepción, cualquier juicio
que pudiera empañar su imagen.
Ciertamente, él está terminando la aventura, pero es solo “por honestidad, porque ha hecho una
promesa y está al pie de esa promesa”. Y si ha empezado a ver a las otras, de nuevo, es porque “no ha
estado del todo bien”. Sexualidad ansioL'tica. El está enfermo, angustiado y solo las voces de las otras
amantes pueden aliviar este malestar.
Él puede verte a los ojos y mentir. El quiere proyectar la imagen de una persona frágil, amable, mal al
rechazo, que reconoce y defiere a sus impulsos, y es solo la ansiedad, por la que no puede, claro,
hacerse responsable, la que lo sumerge a esta obra maestra de la bajeza, de dominación y de
manipulación. No es su culpa, no lo hizo a propósito, pero seguramente lo hará de nuevo.
Se presenta a si mismo como un hombre infeliz... por su supuesta fidelidad, cuya autenticidad -entre
paréntesis—deberá ser verificada de inmediato.

Así, porque llamó a las otras, ha roto su promesa, lo cual lo obliga a terminar la relación, y en
consecuencia a deshacerse de la mujer que presumiblemente, le impuso ciertas restricciones. Y no le
gustan las restricciones o las órdenes.
De paso, da un pequeño golpe —“puesto que sigue viendo a B. y R.”- poniendo así a su interlocutor en
el papel de criminal. Y “si no puede seguir viéndola, claro, él sufrirá”, pero rápidamente cumple con la
decisión de ella de dejar de verse, y la hace sentir un poco más culpable diciéndole que “la extrañará”.
Sin duda la mujer a la que le está escribiendo para halagarse no puede importarle su daño y la
frustración engendrada por el dolor que le está causando. Te estoy destruyendo, estoy desgarrándote,
te estoy rompiendo, pero, lo que sea que pase, ¡cuídese mucho!

Finalmente, un pequeño refrán romántico: “Te amo, siempre te amaré, etc., etc.” Parece como si ella le
hubiera dejado a él. Los roles se cambian.

Él es un hombre inteligente, cultivado, con buen bagaje sociocultural, elegante, encantador y seductor,
con una sutil, bastante sutil, inteligencia, más bien abstracta. Es orgulloso, narcisista y egocéntrico (él
dice “yo” más de treinta veces en una carta de 23 frases). Es posible que haya estudiado literatura.
Probablemente prefiere el jazz que el rock. Puedo imaginarlo usando un suéter tipo polo más que un
traje y corbata. Debe de tener una cocina pequeña y cocinar ricas comidas. Debe ser atractivo pero no
con una belleza clásica. Es un auténtico manipulador, perverso, psicológicamente peligroso y/o un
buen escritor. Que hay que evitar a toda costa.
INVESTIGADORA EN LEXIC O METRI A, Micheline Renard

Longitud de las frases que componen el texto

Tiempo verbal

Fonética

sOfi

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al wUd h&v lalkt TINz tu h&v t3nd aUt dlffirentli

telk ker @v jurself

Intertextu alidad
CONSULTORA DEL SAVOIR VIVRE Aliette Eichet, condesa de Toggenburg

Sophie, El título resulta algo gratuito.

Llevo un rato queriendo escribirle y contestar a su último e-mail. El debió haberte contestado al momento.
Al mismo tiempo, me parecía mejor hablar con usted y decir lo que tengo que decirle de viva V 02. Oración torpe;
pesada, poco elegante.
Por lo menos esto quedará ya escrito. ¿Y luego qué?
Como ya sabe, últimamente me he sentido mal ¡Ay, pobrecito! Como si ya no fuese yo mismo en mi propia
existencia. Qué nos importa; él no debería hablar de sí mismo. Una especie de angustia terrible contra la que poco
puedo hacer salvo avanzar a toda prisa en un intento por dejarla atrás, como he hecho siempre. Estas cosas
deberían mantenerse privadas.
A él no le esta permitido mostrar sus precupacioncillas.
Cuando nos conocimos, puso una condición: no convertirse en la “cuarta”. Qué mal de tu parte! La dama nunca
debería verse en la necesidad de poner condiciones. El mismo debió haberte hecho este ofrecimiento con la
mayor discreción
He respetado el compromiso: ya hace meses que dejé de ver a las “otras”, puesto que no tenía forma de seguir
frecuentándolas sin convertirla a usted en una de ellas. Que torpe mencionar esas otras relaciones una vez más, y
es insultante sugerir que Madame pudiera ser una de ellas
Creía que eso sería bastante, creía que el quererla yo y el quererme usted bastaría para que la angustia que me
empuja siempre a buscar en otros lugares y me impide por siempre jamás estar tranquilo y sin dudarlo ser
simplemente feliz y “generoso” se calmase con su presencia y con la certeza de que el amor que me aportaba era
lo más beneficioso para mí, lo más beneficioso que haya conocido jamás, como bien sabe. Esta oración está
pobremente construida, y él está hablándole a la persona equivocada: el amor no debe ser utilizado como remedio
para su malestar y el Otro tampoco está ahí para sanarlo. Al contrario, él debería darle al Otro, en este caso,
elevarla, elogiándola y respetándola.
Pensé que escribir pondría remedio, que disolvería mi “intranquilidad” y me permitiría ir a su encuentro. Pero no.
Me siento aún peor, no puedo ni decirle en qué estado me encuentro. Así, esta semana, empecé de nuevo a llamar
a las “otras”. Nunca utilices expresiones excesivamente egocéntricas y pomposas salpimentadas con “mí”, “me” ]
“yo”, como “mi desasosiego” o “en qué clase de estado siento que me encuentro”.
Así, esta semana, empecé de nuevo a llamar a las “otras”. Sé lo que eso significa para mí y a que ciclo me
arrastrará. Estos comentarios son inútiles, hirientes y humillantes. No le he mentido nunca y no estoy dispuesto a
empezar a hacerlo hoy. Bueno, pero él pudo haberse ahorrado estas protestas de honestidad y estas justificaciones
que disfrazan apenas su tremenda falta de consideración por el Otro.
Al principio de nuestra relación, usted había anunciado otra regla: que el día en que dejásemos de ser amantes, no
se plantearía volver a verme. Y con razón. El amor y la amistad no deben confundirse. Son dos áreas con
contenidos muy distintos.
Sabe hasta qué punto esta imposición me resulta desastrosa, injusta (puesto que sigue viendo a B., R., ...) y
comprensible (evidentemente...) ¡Pobre víctima!
De tal manera que no podré nunca contarme entre tus amigos. Pero hoy, el hecho de que acepte plegarme a su
voluntad (hipócrita), a pesar de que echaré terriblemente en falta verla, hablar con usted, aprehender su visión de
las cosas y los seres y su dulzura conmigo da cuenta de la importancia de la decisión que tomo.
Qué expresión tan extraña, una vez más poniéndose a sí mismo en el centro de todo.
Pase lo que pase, tenga presente que no dejaré de amarla de ese modo que me es propio (exacto, habría sido
mejor si esa “manera” hubiera sido algo distinta) como lo hice desde que la conocí, un modo que seguirá vivo en
mí y, estoy seguro, no morirá ¡Sublime!.
Pero hoy, sería la peor de las farsas tratar de prolongar una situación que, lo sabe tan bien como yo, ya no tiene
remedio por respeto al amor que le tengo (que aparentemente no es sinónimo ni de respeto ni de compromiso
e m o ó o n a l) y al amor que me tiene (muy presuntuoso) y que me obliga ahora a ser franco con usted (el término es
una vez más realmente superfluo y suena a restricción), como un último tributo a lo que compartimos y que será,
por siempre, algo único. Desafortunadamente es imposible regocijarse en esto.
Me habría gustado que las cosas fuesen de otro modo. Sí, claro: échale ia culpa a tu Matná, el Sacerdote, el
Presidente, a Madonna, a tu lectura de D o njuán , las revueltas en los suburbios y quién sabe qué más.

Cuídese mucho. Finalmente piensa en alguien más que en sí mismo.


TRABAJADORA SOCIAL DE LA CÁRCEL, M.L.

Notas de una
conversación con
prisionera X

Créanme, esta carta es un símbolo maravilloso de confianza, respeto y amor.


Este hombre tiene una imagen positiva de ti que debería ayudarte a
recuperar la confianza en ti misma y la autoestima que el estar en
prisión te ha hecho perder. Te aconsejo que conserves esta carta,
que, estoy segura, te dará fortaleza en la soledad de tu celda. No
obstante que se trata de una carta de rompimiento, te recomiendo
que la releas cuando te invada la tristeza.
TRADUCTORA DE LENGUAJE SMS, Alice Lenay

Sofi,

levo 1 rato kriendo escribirle i contestar a su último e-m. Al mismo tmpo, m parecía mjor
hablar con ud i dcir lo k tngo k dcirle d viva voz.
Xlo-esto kdará ia escrito. Cmo ia sabe, últimamnte m e sentido mal. Cmo si ia n fuese xo
mismo en mi propia existencia. Una especie d angustia terrible vs la k peo puedo hacer salvo
avanzar a toda prisa en 1 intento x djarla atrás, cmo e exo smpre. Qndo ns conocimos, puso
una condición: n convertirse en Ja “4a”. E respetado 1 compromiso: ia hace meses k djé d ver a
las “otras”, puesto k n tenía forma d seguir frecuentándolas sin convertirla a ud en una d ellas.
Creía k eso sería bastante, creía k 1 krerla xo i 1 krerm ud bastaría xa k la angustia k m empuja
smpre a buscar en otros Igs i m impid x smpre ja+ str trankilo i sin dudarlo sersimplemnte XD
i “generoso” se cal+e con su presencia i con la certza d k 1 amor k m axtaba era lo +
beneficioso xa mí, lo + beneficioso k aya conocido ja+, cmo bn sabe.
Pensé k escribir pondría remdio, k disolvería mi “intrankilidad” i m permitiría ir a su
encuentro. Xo n. M siento aún peor, n puedo ni dcirle en k stdo m encuentro. Así, st smn,
empecé d nuevo a llamar a las “otras”. Sé lo k eso significa xa m í i a k ciclo m arrastrará. N le e
mntido nunca i n stoi dispuesto a empezar a hacerlo oi. A l ppio d nuestra relación, ud había
anunciado otra regla: k 1 día en k djásemos d ser amantes, n se plantearía volver a verme. Sabe
hsta k punto st imposición m resulta dsastrosa, injusta (psto k sigue viendo a B., R., ...) i
comprensible evidntm nt...); d modo k n podría nunca convertirme en amigo suio, Xo oi, 1 exo
d k acepte plegarme a su voluntad, a pesar d k exaré terriblemnte en falta verla, hablar con ud,
apreender su visión d las cosas i ls seres i su dulzura conmigo da cta d la imxtancia d la deisión
k tomo. Pase lo k pase, tenga presente k n djaré d amarla d ese modo k m s propio cmo lo hice
dsd k la conocí, 1 modo k seguirá vivo en mí i, stoi seguro, n morirá. Xo oi, sería la peor d las
farsas tratar d prolongar una situación k, lo sabe tan bn cmo xo, ia n tiene remdio x respeto al
amor k 1 tngo i al amor k m tiene i k m obliga ahora a ser franco con ud, cmo 1 último tributo a
1 k compartimos i k será, x smpre, algo único.

M hubiese gustado k las cosas fuesen d otro modo. Cuídse mxo.


NOVELISTA, ESCRITORA LÍRICA, Marie Nimier

Ella es suficiente para mí, ella es suficiente pero también


CANCION DEL METRO Sophie, ya es suficiente, se acabó: ¡basta cosí!
Sophie Suficiente Sophie ya estuvo y pensar que esta chica
Fue la que más amé

E l lugar: un vagón del metro


Insertar la canción de cuna:
E lpersonaje: un hombre con elpelo revuelto
“Mary, Mary, quite contrary’:

El hombre desaliñado: luciendo desastroso


VU
<-V,
T3
Buenas tardes damas y caballeros es U •
u G
No tengan miedo farsante au 1
00
H
No escondo un charango bajo mi abrigo « ÊP
ce
Tengo comida para alimentarme, una cama para dormir G
3 Sophie no fue suficiente
Y no obstante soy un hombre necesitado. u
Les diré porqué emocionalmente precario N i tam poco otras tres veces
Amé a Sophie ¿duro? o M i idea fue un fracaso
Oh
Sophie me amó Lástim a, entonces pararé
Dejé a Marie por ella
Dejé a Sandra por ella
Dejé a Mónica por ella
Incluso me abandoné a mí mismo un poco
Pensé que sería suficiente
Que todo lo que dejé por Sophie sería suficiente
Que Sophie sería suficiente
Pero no Desagfadale

{
Monstruoso
No fue suficiente
Insoportable
Una sensación terrible de ansiedad Abominable
Entonces llamé a Marie Atroz
Llamé a Mónica
Y como resultado de todo esto
Me vi obligado a dejar a Sophie. balazo en el nombre del amor
Me siento muy solo
Habría matado por que las cosas hubieran sido diferentes Vals de las cosas que salen distinto.
Si tienes para mí una señal de afecto, un abrazo
un apretón de manos
o simplemente un teléfono al que pueda llamarte
sería de ayuda.
Pido disculpas por las molestias. Gracias a todos.
Evitar la conmiseración el sentimiento de compasión
E l hombre camina p o r el vagón con la mano extendida. Eos pasajeros mantienen la vista baja. E l se bajará en
la próxima estación para continuar su lamento en el siguiente vagón.
o bien, una joven le desliza un papel en el bolsillo (está en la bolsa) final feliz, pues por una vez
el hombre no tendrá que bajarse en la siguiente estación (soñar no cuesta nada)
CAPITÁN DE LA POLICÍA, F.G.

La Capitan de policía a

Asunto: carta de rompimiento de Monsieut X.

Anexo: un dossier

Por favor, encuentre abajo mis observaciones sobre el tema de la


carta de despedida de su ex amante. En lo referente al texto, debe
notarse que el malestar del autor es característico de una actitud muy
propagada entre los varones franceses:
-Un rechazo al compromiso y una vagancia sexual favorecidos por
dos factores perennes y cuantificables. Hay más mujeres que
hombres, y esto empieza a Ja edad de 20 años. En París, cuarenta y
seis por ciento de la población está compuesta por hombres y, por
lo tanto, cincuenta y cuatro por ciento son mujeres (estadísticas
oficiales).-Al llegar a la edad de 40 una mujer que desea casarse tiene
la misma oportunidad de encontrar un esposo que de tener un
accidente de auto.
-A la tasa de mortalidad más alta entre los varones, de todas las
edades, deberá añadirse la homosexualidad, que sustrae aún más
hombre del mercado del amor. Los hombres están, por lo tanto, en
una posición de poder con respecto a las mujeres, pues, como todos
saben, lo escaso es precioso. La insatisfacción congènita que el autor
de la misiva sufre está alimentada naturalmente por esta profusión
de mujeres a su alrededor. De la manera en que lo veo, esta carta
también suscita preguntas importantes sobre la naturaleza de las
relaciones amorosas, pero si se ha cometido alguna ofensa, esta no
es criminal.
Entiendo la queja de Madame Calle, pero en términos penales no es
admisible, puesto que parece no haber pérdidas económicas, y en
cuanto al perjuicio moral, este es inherente a toda relación amorosa,
pues ¿acaso no nos enamoramos bajo nuestro propio riesgo?

Capitán de la Policía.
ABOGADA, Caroline Mécaryv

París, febrero 14, 2005

re: CALLE/X
Estimada Madame,

He leído con mucha atención la carta de separación que le enviara X., y que usted me reenvió para
su análisis. Aunque no hay un amor ideal aquí, esta misiva sí indica una combinación ideal de
ofensas, es decir, el hecho de cometer simultáneamente varias ofensas en un acto único.
1. Me informó que el talX . se presentó a sí mismo como escritor. Uno podría dudar, y con razón,
de esta habilidad ya que en la carta que usted recibió se pueden anotar los siguientes elementos:
- falsedad en la escritura,
- lenguaje tieso, inmaterial, hueco.
- repeticiones.
- desconocimiento de la secuencia tem poral.
Ahora bien, el artículo 313-1 del código penal indica que "Elfraude es el hecho de, a partir (,.,) de una
habilidadfalsa, (...) engañar a una persona natural o legal haciéndola, en su propia desventaja (...), que
proporcione un servicio o acceda a un acto que implique o exima de una obligaáón
En el caso que nos ocupa, la “falsa habilidad" d e escritor — que, de acuerdo a la ley, pude resultar de
la “afirmaáón menda£ de una profesión privada” (Crim 26, junio 1974)— está, así parece, claramente
establecida.
2. En el contexto del intercambio amoroso que me ha descrito tan bien, parece ser que usted ha
sido engañada, tanto como mujer como en su capacidad de consumidora.

Al leer la carta se observa que:


X. es egocéntrico y narcisista,
X. está asustado por el “desasosiego”,
X. no es generoso,
X. se niega al debate,
X. no quiere perder nada,
X. sólo piensa en el perjuicio del que es objeto.
Todos estos elementos prueban engaño en cuanto a la naturaleza, forma, composición y cualidades
sustantivas de un hombre enamorado.

El artículo L 213-11 del código castiga con dos años en prisión y/o una multa de €37,500, “a todo aquel que
haya engañado o pretenda engañar la parte que contrata a través de cualesquiera medios de procedimiento (...) con respecto a
la naturaleza, forma, origen, cualidades sustantivas, composición o contenido en términos de los principios de uso de cualquier
mercancía".

En vista de que el comercio del amor no es solamente el más antiguo pero también extremadamente
mediado, el Tribunal seguramente sujetará a X. con las cadenas del arresto por haberla engañado atándola
a usted a las del amor.

Conclusión: la carta recibida ofrece una oportunidad razonable de ver a X. condenado por la corte tanto
por fraude como por engaño en lo que respecta a la calidad sustantiva de las mercancías.

Queda por definir el perjuicio en el que se incurrió: ¿tiempo perdido? ¿Asalto al ego? ¿Autoadjudícación de
una “falsa capacidad?.

La conveniencia de la acción legal es algo que usted, aun antes de que llegue a manos del fiscal público,
deberá juzgar. ¿Acaso no sería darle a X. demasiado crédito al otorgarle un rol en el escenario de la ley?.

Quedo a su disposición para discutir el caso más ampliamente; Muy atentamente.


Caroline MÉCARY
OFICIAL DE INTELIGENCIA FRANCESA, Louise

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STRJP QYTFTRST DOT RE ITHPYT IT PXPYMP IT TFT XEIE DOT XT TF QYEQZE UEXE
ME ÑZUT ITFIT DUT MP UEREUZ, OR XEIE DUT FTJOVYP BZBE TR XZ W, TFTEW
FTJORE, RE XEYZYP. QTYE ÑEW, FTYZP MP QTEY IT MPS VPYFPF SYPSPY IT
QREMERJPY ORP FZSOPUZER DUT, ME FPJT SPR JZTR UEXE WE, WP RE SZTRT
YTXTIZE QER YTFQTSE PM PXEY DUT MT STRJE W PM PXEY DUT XT SZTRT WDUT
XT EJMZJP PÑEYP P FTY VYPRUE UER OFSTI, UEXE OR OMSZME TYZJOTE P ME DUT
UEXPQYSZMEF W DUT FTYP, QEY FZTXQYT, PMJE ORZUE.MT ÑOJZTFTJOFSPIE
DUT MPF UOFPF VOTSTR IT ESRE MEIE. KOZITFT XUKÑE.
LATINISTA, Anne -M arie Ozanam

1
Los latinos daban su nombre al principio de una carta, no al final. He utilizado ignotas
para traducir X., puesto que es, como en Harry Potter, uno cuyo nombre no debe
pronunciarse — cuius nomen non dicendum est— .

2
Ya que la palabra “e-maiP no existe obviamente en el latín clásico, he adoptado la
traducción propuesta en el lex icó n 'Recentis J-Mtinitatis^ publicado por el Vaticano (labraría
Editoria Vaticana).

3
Para traducir “decirte lo que tengo que decirte de viva voz” escribo: “mira, te presento
presente”, como un pastiche de la famosa fórmula utilizada por Suetonio (Vida de Titus,
VII) cuando Titus deja a Berenice: Berenicen dimisit inuitus inuitam (le pidió que se fuera
contra su voluntad y contra la voluntad de ella).

4
Quodanr. atenuar lo que sería la naturaleza excesiva de la enunciación del caballero: “una
especie de angustia terrible”.

5
He tratado de jugar con el poliptoton (regresar a la raíz currere:procurrer, praecurreré) para
transmitir la metáfora del caballero (“intento por dejarla atrás”).

6
Dudé en traducir “la cuarta”. ¿Tendría que tomar la expresión literalmente e imaginar que el
caballero tema ya otras tres novias? En ese caso, debería haber escrito: nefieres umquam quarta
amiga mea (=que tú nunca te convertirías en mi cuarta novia). Pero pienso que las comillas nos
animan a darle a la expresión un significado más figurativo (como decir “ser el cuarto
hombre” en el bridge o “tocar el segundo violín” o “me siento como la quinta rueda”). Para
griegos y romanos, el equivalente habría sido “ser el tritagonista” (el tercer actor), el que actúa
los “papeles secundarios” (los Antiguos los llamaban papeles terceros”: en latín, agare tertias
partes). Con el objeto de conservar la alusión a las cuatro novias, he escrito: “actuar en los
cuartos papeles), que no existe en la Antigüedad pero que sin duda corresponde a nuestro
paupérrima frase “los cargadores de lanzas”.

7
Entiendo “esta semana” en un sentido bastante amplio (últimamente). Si realmente
significa siete días, podríamos escribir: septem ante diebus.
8 Estoy muy consciente de que se trata de “llamar” por teléfono (medio de comunicación
obviamente desconocido para los latinos). Pero en lugar de buscar un equivalente en el
Is.xicon Recentis Latinatis, le otorgué deliberadamente al verbo “llamar” el sentido de reafirmar
autoridad. Evocare es la palabra utilizada cuando un general llama a los soldados a servicio
(= los convoca). El caballero está llamando a sus amigas, quienes por definición están a su
disposición, casi de la misma manera en que uno le chifla a su perro,

9
Debo admitir que no estoy segura de si “tu ternura hacía mí” es el objeto de “advertir” o de
“echar terriblemente”. De cualquier modo, la oración es torpe. “Advertir ternura” no es muy
afortunado, pero coordinar el sustantivo “ternura" con una serie de verbos que son sujetos
de “echaré” (“no verte... hablarte... advertir... y tu ternura— que echaré terriblemente) me
parece aún más desprovisto de significado. Es, para ponerlo suavecito (¡y seamos correctos
aquí!), un zeugma muy audaz. El caballero, además, se ha enredado un tanto en el juego de
negaciones. Uno podría decir: “Te extrañaré”, “extrañaré ía manera en que miras los
objetos”, pero ¿cuál es el significado de “no verte... que extrañaré”? El habla popular,
algunas veces utiliza este giro de frases pero es absurdo, e imposible de pasar al latín. Tengo,
por lo tanto, que apartarme del texto para darle alguna coherencia básica.

10
Esta sucesión de cláusulas subordinadas (y con frecuencia relativas) está en el texto. Me
veo obligada a reproducirla, a pesar de admitir que no es muy afortunada.

11
¿La irrealidad del pasado o una afirmación atenuada? Me inclino por la irrealidad.

12
Los latinos siempre terminaban sus cartas con uak (cuídese mucho). Resulta algo divertido
que el caballero haga eco a esa fórmula de despedida. No puedo dejar de pensar en el sello
con el cual Rodolfo lacra su carta de separación para Emma Bovary y que lleva el lema: A m or
nel cor.
MAESTRA DE KINDER, Laure Guy

1. Encontrar un título para la historia.


2. ¿Quién es el héroe de la historia?
3. ¿Cuál es el elemento perturbador?
4. ¿Cómo es que el héroe traiciona el pacto?
5. ¿Cómo decide resolver su problema?
6. Encontrar otro final para la historia.
ESPECIALISTA EN LITERATURA CONTEMPORÁNEA FRANCESA,
Christiane Blot

UNA CARTA TERMINANDO UN ROMANCE


Comentario textual
A pesar de la larga descripción de su estado (“ me he sentido mal”), su súbita renuncia —
sí, el obedecerá a Sophie, como por complacerla, justo antes de dejarla— y sobre todo la
afirmación tres veces repetida de su rectitud, el conjunto vuelve dudoso el juicio y dificulta
cualquier conclusión.
De hecho, el rompimiento, que no es nombrado jamás pero está implícito en el “echaré
terriblemente en falta verla, hablar con usted, aprehender su visión de las cosas y los seres”, se
desliza entre afirmaciones de amargura — “su dulzura conmigo” — que “echaré
terriblemente”— y promesas — "tenga presente que no dejaré de amarla de ese modo que me
es propio como lo hice desde que la conocí, un modo que seguirá vivo en mí y, estoy seguro,
no morirá”. El amante va de un presente doloroso, o sugeridamente doloroso, para desviarse
hacia un pasado (nostalgia del amor por Sophie) y un futuro (una larga promesa de un
recuerdo que no morirá). Además, la forma brusca del comienzo: “Sophie” encuentra eco en
las palabras del cliché del final: “Me hubiese gustado que las cosas fuesen de otro modo. ” y
“Cuídese mucho”, que envuelven de banalidad todo lo dicho. ¿Un amante torturado? A lo
m ejor... El hecho es, no obstante, que ese juramento de fidelidad eterna a Sophie suena más a
una negación que a una declaración apasionada, al preámbulo a una despedida y la
recuperación de una libertad hasta entonces coartada, a una pasión degradada que se aviva
solamente en la imaginación. Un simulacro. El habla escueta del amante se metamorfosea en
una “prueba final”, enmascarando al tiempo que lo proclama el anuncio de una separación
inevitable.
En última instancia, ¿no parecería estar deseando el evento venturoso — facilitado,
precisamente por esta separación— de un amor in absentia, incorpóreo y distante y, por
virtud de ese hecho, perdurable e inmortal? De hecho, este ideal, con su nobleza ilusoria, no
está líbre de equívoco, si no es que de una crueldad involuntaria. Sugiere que la
reminiscencia, ya sea próxima o remota, tiene legítima precedencia sobre la fiebre de la
pasión. En una palabra, que el recuerdo del amor o sus vestigios son más valiosos que el
amor mismo.
Esto podríamos ponerlo en duda...
JEFA DE SUBEDICIÓN, Sabrina Champenois

El amante pérfido
clama que el motivo
es eí respeto a su
pacto original.
¿Honestidad o
cobardía?

El infierno,
sin los otros
puesto que no tenía forma de semana, empecé de nuevo a su visión de las cosas y los seres
Sophie: seguir frecuentándolas sin llamar a las “otras”. Sé lo que y su dulzura conmigo da cuenta
convertirla a usted en una de eso significa para mí ya que de la importancia de la decisión
T j levo un tato queriendo ellas. Creía que eso sería
bastante, creía que el quererla
ciclo me arrastrará. No le he
mentido nunca y no estoy
que tomo. Pase lo que pase,
tenga presente que no dejaré de
escribirle y contestar a su
yo y el quererme usted bastaría dispuesto a empezar a hacerlo amarla de ese modo que me es
último e-mail. A l mismo
para que la angustia que me hoy. A l principio de nuestra propio como lo hice desde
tiempo, me parecía mejor hablar empuja siempre a buscar en relación, usted había anunciado quela conocí, un modo que
con usted y decir lo que tengo otros lugares y me impide por otra regla: que el día en que seguirá vivo en fní y, estoy
que decirle de viva voz. Por lo siempre jamás estar tranquilo y dejásemos de ser amantes, no seguro, no morirá. Pero hoy,
menos esto quedará ya escrito. sin dudarlo ser simplemente se plantearía volver a verme. sería la peor de las farsas tratar
Como ya sabe, últimamente me feliz y “generoso” se calmase Sabe hasta qué punto esta de prolongar una situación que,
he sentido mal. Como si ya no con su presencia y con la imposición me resulta lo sabe tan bien como yo, ya no
fuese yo mismo en mi propia certeza de que el amor que me desastrosa, injusta (puesto que tiene remedio por respeto al
existencia. Una especie de aportaba era lo más beneficioso sigue viendo a B., R .,...) y amor que le tengo y al amor que
angustia terrible contra la que para mí, lo más beneficioso que comprensible me tiene y que me obliga ahora
poco puedo hacer salvo avanzar haya conocido jamás, como (evidentemente. ..); de modo a ser franco con usted, como un
a toda prisa en un intento por bien sabe. Pensé que escribir que no podría nunca último tributo a lo que
dejarla atrás* como he hecho pondría remedio, que disolvería convertirme en amigo suyo. compartimos y que será, por
siempre. Cuando nos mi “intranquilidad” y me Pero hoy, el hecho de que siempre, algo único. Me hubiese
conocimos, puso una condición: permitiría ir a su encuentro. acepte plegarme a su voluntad, gustado que las cosas fuesen de
no convertirse en la “cuarta”. Pero no. Me siento aún peor, a pesar de que echaré otro modo. Cuídese mucho. X
He respetado el compromiso: ya no puedo ni decirle en qué terriblemente en falta verla,
hace meses que dejé de ver a las hablar con usted, aprehender
“otras”, estado me encuentro. Así, esta
TRADUCTORA, Adriana Hunter

Sophie,1
2
Llevo un rato queriendo escribirle y contestar a su último e-mail. Al mismo tiempo, me parecía
mejor hablar con usted y decir lo que tengo que decirle de viva voz.
Por lo menos esto quedará ya escrito.
Como ya sabe, últimamente me he sentido mal. Como si ya no fuese yo mismo en mi propia
existencia. Una especie de angustia terrible contra la que poco puedo hacer salvo avanzar a toda
prisa en un intento por dejarla atrás, como he hecho siempre.
Cuando nos conocimos, puso una condición: no convertirse en la “cuarta”. He respetado el
compromiso: ya hace meses que dejé de ver a las “otras”, puesto que no tenía forma de seguir
frecuentándolas sin convertirla a usted en una de ellas.
Creía que eso sería bastante, creía que el quererla yo y el quererme usted bastaría para que la
angustia 4-que me empuja siempre a buscar en otros lugares y me impide por siempre jamás estar
tranquilo5y sin dudarlo ser simplemente feliz y “generoso”- 6 se calmase con su presencia y con la
certeza de que el amor que me aportaba era lo más beneficioso para mí, lo más beneficioso7 que
haya conocido jamás, como bien sabe. Pensé que escribir pondría remedio, que disolvería mi
g
“intranquilidad” y me permitiría ir a su encuentro. Pero no. Me siento aún peor, no puedo ni
decirle en qué estado me encuentro. 9Así, esta semana, empecé de nuevo a llamar a las “otras” .
Sé lo que eso significa para mí y a que ciclo me arrastrará. No le he mentido nunca y no estoy
dispuesto a empezar a hacerlo hoy. Al principio de nuestra relación, usted había anunciado otra
10
regla: que el día en que dejásemos de ser amantes, no se plantearía volver a verme. Sabe hasta
qué punto esta imposición me resulta desastrosa, injusta (puesto que sigue viendo a B., R., ...) y
comprensible (evidentemente...); de modo que no podría nunca convertirme en amigo suyo. Pero
hoy, el hecho de que acepte plegarme a su voluntad, a pesar de que-echaré- 11 terriblemente en falta
verla, hablar con usted, aprehender su visión de las cosas y los seres y su dulzura conmigo da
cuenta de la importancia de la decisión que tomo.
Pase lo que pase, tenga presente que no dejaré de amarla de ese modo que me es propio como lo
12
hice desde que la conocí; un modo que seguirá vivo en mí y, estoy seguro, no morirá.
Pero hoy, sería la peor de las farsas tratar de prolongar una situación que, lo sabe tan bien como yo,
ya no tiene remedio por respeto al amor que le tengo y al amor que me tiene y que me obliga ahora
a ser franco con usted, como un último tributo a lo que compartimos y que será, por siempre, algo
- • 13
único.
M e hubiese gustado que las cosas fuesen de otro modo.
14
Cuídese mucho.
1 ¡Los problemas comienzan de inmediato! En inglés todavía tendemos a utilizar la palabra “querido o querida” aun en
e-mails, o podemos saludar con un simple “hola” (hi). Poner solamente el nombre suena cortante en inglés. E! impacto
no es el mismo en francés: los franceses tienden a hacer esto en los correos electrónicos. He decidido dejarlo en la
esperanza de que suene serio en vez de cortante.
2 E! terror de cualquier traductor: la diferencia entre “tu” y “usted”. Me parece absolutamente extraordinario que este
hombre se dirija a su amante en el estilo formal del "usted”, y — sin ninguna investigación de por medio— es imposible
saber si siempre la trató de “usted” o si esta formalidad es algo nuevo, lo cual le otorga a este em ail una ausencia de
intim idad escalofriante. Si los amantes siempre se hablaron con ei “usted”, ¿era en serio, fruto de un respeto m utuo, o
era porque deseaban mantener cierta distancia entre ellos, o lo usaban juguetonamente? La única forma de pasar el
empleo del “usted” al inglés es dándole a la carta un nivel de formalidad comparable; una manera que he utilizado para
lograr esto es escribir las palabras completas en lugar de recurrir a las contracciones. Incidentalmente, aparte de y por
encima del uso de “usted”, esta carta exhibe una formalidad afectada— mezclada con explosiones de verborrea
emocional— que traté de recrear
3 Me gusta mucho la poca importancia que el autor confiere a la estructura convencional de la oración; refleja su estado
de ánimo. Otros traductores optarían quizá por hacer que esta oración fluyera de la anterior más fluidamente añadiendo
la palabra “Creando” al principio de la oración.
A Introduje los guiones para facilitar la comprensión. En francés, esta oración es retorcida y emocional y casi desprovista
de puntuación. He tratado de mantener la complejidad y el sentimiento pero necesitaba algo de puntuación ¡para que no
se perdiera el sentido aquí tampoco!
5 Utilicé ias palabras “tranquilo y descansado” para traducir la palabra “tranquilo” pues necesitaba esta frase para referir
a la cita de Pessoa unas líneas más adelante (ver nota 8 a pie de página abajo).
6 E l significado de “generoso” no es enteramente claro, pero en vista de que está entrecomillado sólo puedo asumir que
se refiera a algo que Sophie le dijo, y debería dejarse, por lo tanto, tal cual.
7 “Más beneficioso” es más blando que la palabra bénéfique utilizada en el francés, pero la traducción apropiada de ese
“benéfico” realmente sonaba como una manera demasiado clínica de describir el amor. Opté por em plear “m ejor” y
evité la tentación de decir “la mejor cosa para mí” porque él claramente quiso decir que era el “mejor am or para m f ..
presumiblemente en comparación a ias clases de amor que las “otras” le ofrecían
8 La palabra “intranquillité” no existe en francés pero se trata de una cita del poeta Pessoa. He encontrado esta palabra
traducida como “disquiet” en las traducciones al inglés de la obra de Pessoa.
9.Esta es una manera inusualmente prolija de decir lo que quiere, pero el francés es igualmente prolijo y yo quería
mantener las señales de agitación en el autor aun a riesgo de que la traducción sonara torpe.
10 Aquí la estructura más bien obtusa de la oración refleja una estructura inusual y ligeramente form al del francés.
11. Una vez más me vi obligada a introducir algo de puntuación aquí. La expresión “echaré terriblemente” tiene una
construcción muy distinta en francés y en inglés, y era necesario introducir los guiones para conservar el mismo orden en
francés, donde la palabra m isúng tiene un impacto adiciona! ya que no aparece sino hasta el final de la oración.
Incidentalmente, resulta interesante apuntar que — de manera presumiblemente inadvertida— él dice que extrañará ¡no
verla y no hablar con ella!
12 He agregado un punto y coma porque esta oración era difícil de estructurar de la misma manera en inglés sin que el
significado se oscureciera.
13 Esta es otra de sus oraciones retorcidas y emocionales. Podría ser retrabajada cantidad de veces pero no estoy muy
dispuesta a planchar la manera en que él va uniendo las cláusulas; esto es señal del estado emocional cuando está
escribiendo, y las ideas se amontonan unas sobre otras.
14 Este no es realmente el comentario de un traductor sino uno más general: estoy intrigado por la “X ”; ¿se trata de un
beso o de la inicial del escritor? Sería tanto más tierno terminar con un b eso ... pero hay algo más bien presuntuoso en
dejar solamente un beso o la simple inicial y no el nombre completo al final de una carta tan solemne y definitiva. Quizás
le esté dando demasiada importancia a esta “X ”; igual y es un artilugio de Sophie para ocultar la identidad del autor de la
carta.
CAZADORA DE TALENTOS, Christiane Cellier

Solicitante con un habla retorcida.

Intenta simultáneamente explicar y excusarse para evitar los


reproches y descargar la responsabilidad sobre otros. Lo que más
le convendría sería una posición donde su talento para escribir
pudiera utilizarse de manera ventajosa. Sin embargo su admirable
capacidad para despachar — "Me hubiese gustado que las cosas fuesen de
otro modo. Cuídese mucho. ”— podría servir de vez en cuando en las
compañías que están “reestructurando” . .. en la esperanza de que
no provocara muchas protestas de los sindicatos...
ESCRITORA PÚBLICA, Rafaéle Decarpigny

Por mucho tiempo ha estado corriendo lejos de todo, en dirección hacia


su propia destrucción y, para mí, su carta lo confirma. Pero supongo que
usted sabe que... No hay nada que yo o cualquier "otra" pueda hacer.

Yo podría expresar incomprensión, tristeza, ira. Le podría decir que


incluso escribirle sería expresar demasiado interés. Puedo decirle que
hubiera preferido una "buena, franca conversación" (?) en lugar de esta
prolijidad en la que se hunde, como si quisiera ocultar su evasiva y sus
"razones"... Y... bueno.

Sí, está fuera de lugar la cuestión de verla. Y usted comprenderá que


quiero poner la mayor posible distancia entre usted y yo. No tendría
sentido iniciar
lo que sólo sería una prolongación de
nuestra despedida.
PSIQUIATRA, Françoise Gorog

3x-Ox -3x-«í>x
Vx Ox -Vx Ox

____ S(A)

o r—•" "

Un hombre Una mujer


EDITORA, A.F.

Ficha de lectura

Día: ,
Autor: /\
Título; La carta de ruptura
Lector: $ - F

La palabra “intranquilidad” surge un par de veces, por ejemplo, y suena falsa.


Sugiero que se sustituya con la palabra “deseo”. Más apropiada, y lo que esta
carta reprime. Una vez que aparezca la carta arderá incendiándonos...

Sophie,

Llevo un rato queriendo escribirle y contestar a su correo electrónico. Al mismo tiempo, me


parecía mejor hablar con usted y decir Jo que tengo que decirle de viva voz.
Por los menos esto quedará ya escrito.
Como ya sabe, últimamente me he sentido mal.-|Como si ya no fuese yo mismo en mi propia
existencia. Una especie de angustia terrible ccj^aa^2kq0: *¡ncfTp|iedo hacer salvo
des co
avanzar a toda prisa en un intento por dejarla atrás, como he hecho siempre.
Cuando nos conocimos, puso una condición: no convertirse en la “cuarta”. He respetado el
compromiso: ya hace meses que dejé de ver a las “otras”, puesto que no tenía forma de seguir
frecuentándolas sin convertirla a usted en una de ellas.
tíreía que eso sería bastante, creía que el quererla yo y el quererme usted bastaría para que la
"ln £ ^iC (fcr/íeW m p u ja siempre a buscar en otros lugares y me impide por siempre jamás
"deseo
estar tranquilo y sin dudarlo ser simplemente feliz y “generoso” se calmase con su presencia y con
la certeza de que el amor que me aportaba era lo más beneficioso para mí, lo más beneficioso que
haya conocido jamás, como bien sabe. Pensé que escribir pondría remedio, que disolvería mi
“intranquilidad” y me permitiría ir a su encuentro. Pero no. Me siento aún peor, no puedo ni
decirle en qué estado me encuentro. Así, esta semana, empecé de nuevo a llamar a las “otras”.
Sé lo que eso significa para mí y a que ciclo me arrastrará. No le he mentido nunca y no estoy
dispuesto a empezar a hacerlo hoy. Al principio de nuestra relación, usted había anunciado otra
regla: que el día en que dejásemos de ser amantes, no se plantearía volver a verme. Sabe hasta qué
punto esta imposición me resulta desastrosa, injusta (puesto que sigue viendo a B., R., ...) y
comprensible (evidentemente...); de modo que no podría nunca convertirme en amigo suyo.
Pero hoy, el hecho de que acepte plegarme a su voluntad, a pesar de que echaré terriblemente en
falta verla, hablar con usted, aprehender su visión de las cosas y los seres y su dulzura conmigo da
cuenta de la importancia de la decisión que tomo.
Pase lo que pase, tenga presente que no dejaré de amaría de ese modo que me es propio como lo
hice desde que la conocí, un modo que seguirá vivo en mí y, estoy seguro, no morirá.
Pero hoy, sería la peor de las farsas tratar de prolongar una situación que, lo sabe tan bien como
yo, ya no tiene remedio por respeto al amor que le tengo y al amor que me tiene y que me obliga
ahora a ser franco con usted, como un último tributo a lo que compartimos y que será, por
siempre, algo único.
Me hubiese gustado que las cosas fuesen de otro modo.

Cuídese mucho.
EXÉGETA DEL TALMUD, Eliette Abécassis

Cobardía o sublimidad?
PERIODISTA DE AGENCIA DE NOTICIAS
Benedicte Maníer

Personalidades del mundo del arte URGENTE: Sophie Calle ha recibido una carta de X en
la que pone fin a su relación.

París, 25 de enero de 2 0 0 6 (Agencia International de Noticias) — El jueves la


artista Sophie Calle recibió una carta de X en la que le informaba que le rompía la relación,
según comentaron fuentes cercanas a la artista el jueves por la noche, abm/sv/rd----------------
ÉTNOMETODOLOGA, Barbara Olszewska

La lógica de la ruptura: cómo leer una separación a partir de la tecnología

__: (clic clic clic) el día que dejásemos de ser am antes,___________[clic clic clic clic clic]
(pérdida del texto, rápido deslizamiento hacía arriba, buscando) y no puedo ni decirle en qué
estado me encuentro. Sabe hasta qué punto esta imposición me resulta desastrosa, injusta (clic):
cuando usted sigue : viendo________ B___ y R___ ...) {y comprensible
(evidentem ente...)}(om isión);__(clic) de modo que no podría (clic) nunca convertirme en
amigo suyo. Pero hoy, el hecho (clic) de que acepte plegarme a su voluntad, a pesar de que
echaré terriblemente en falta verla _____ [clic clic clic clic clic], hablar con usted, aprehender
su visión de las cosas y los seres y su dulzura conm igo___ (clic) da cuenta de la importancia de
la decisión (clic) que tomo (me perdí otra vez)
MAESTRA EN IKEBANA, Marette Renaudin

Hortensias, lasflores de nuestros


ancestros, simbolizan el otoño de la
vida. Este tema nos reconecta con
nuestro mundo interior. ¿Acaso la
naturaleza sagrada de este estilo
tradiáonal de ikebana logró
trascender la imagen irresuelta de
nuestro ego en el torbellino social En
ese caso} la idea de separadón se
volvería casificticia e ilusoria, h a s
flores son las únicas cosas que se
juntan.
JUEZ, X

Un jurista va a ver esta carta seguramente como la ilustración de los principios


fundamentales de las leyes civiles en tanto cuanto le concierne a la conclusión e
implementación de contratos.

¿Qué es un contrato? Es el acuerdo voluntario entre dos personas cuyo consentimiento de ser
libre y consciente, con el objeto de crear una cierta situación y organizar con precisión las
reglas bajo Jas cuales funciona. Cada una de las partes entiende que se beneficiará del contrato,
pero, a cambio, estará sujeta a ciertas obligaciones.

El receptor de esta carta había establecido la condición de que al concluir el contrato


amoroso con el remitente: la amante no puede convertirse en “cuarta”. Es claro que el
amante encontró esta condición severa desde el principio. Sin embargo la aceptó, a .
sabiendas que sin este compromiso de su parte, el contrato no hubiera sido firmado.

Habiéndose apegado al contrato por un tiempo, el amante está a punto de romper esta
cláusula fundamental del mismo a sabiendas que hacerlo es irreversible. La otra parte del
contrato estará en su derecho de establecer éste como motivo de rescisión, es decir,
anulación del contrato.

Por lo tanto, llevado por la honestidad o la prisa, el autor de la carta anticipa la rescisión del
contrato.

Un jurista también apuntará a la extrema contractualización de la relación. Pues no


solamente se acordó precisamente en Jas reglas que Ja gobiernan, sino que Jas regJas
gobiernan asimismo el futuro de la relación: la relación amorosa no podrá bajo ninguna
circunstancia seguirse de una amistad.

Una vez más, esta estipulación le resultó difícil de aceptar al autor de la carta, en especial
porque le pareció injusta ya que, al parecer, la amante no la había aplicado a sí misma en el
caso de sus relaciones previas. Esta circunstancia no es relevante, sin embargo, en tanto cuanto
el amante aceptó la condición, pues — este es otro principio legal— no importa si el original
mostraba un desequilibrio objetivo si este desequilibrio era conocido y aceptado por la parte
que experimentaría sus efectos: el acuerdo es tal simplemente por virtud de haberse
consentido.
DIPLOMÁTICA, Leila Shahid

Lo primero que me sorprendió de la carta de X. es que optara por


expresar su decisión unilateral por escrito, como si le preocupara
que una discusión o confrontación con la protagonista pudiera
socavar su determinación de poner fin a una relación que parece ser
importante para él pero con la cual ya no puede más. Como sucede
en cualquier negociación emprendida a partir de un acuerdo, los
términos de referencia son bastante claros: ser la única amante y, en
caso de un rompimiento, dejar de verse. Dada la violación a las
resoluciones tomadas con anterioridad, y al hecho de que, producto
de una especie de angustia existencial, X. ha empezado a llamar y a
ver a las otras una vez más, el rompimiento parece ser la decisión
más obvia a tomar. Lo extraño es que X. parece sinceramente
aferrado a la protagonista y perturbado por su decisión, aunque
simultáneamente incapaz de renegociar nuevos términos de
referencia o, en otras palabras, nuevas condiciones para el contrato
amoroso. Irreparable es el término que mejor ilustra esta situación
en la que X. se encuentra y que justifica su decisión.
CORRECTORA DE ESTILO, Valérie Lermite

Un texto corto y repetitivo. He reunido todas las repeticiones y subrayado en


naranja las conjugaciones del verbo “saber” y en amarillo, las conjugaciones
del verbo “decir”.
CLARIVIDENTE
Maud Kristen

Puse el texto frente a mí.


Decidí leer las cartas. Las revolví y las puse boca abajo.
Entonces escogí cinco de ellas.
Las coloqué en cruz y pregunté:
¿QUE SE ESCONDE DETRÁS DE ESTAS CARTAS?

Echemos un vistazo a las cartas. Son desfavorables.

IX. EL ERMITAÑO

Un viejo hombre encapuchado ubicado


en la noche a solas con su linterna. En su
desencantada soledad no hay mucho
espacio para el amor.

ESTAS NO SON LAS PALABRAS DE UN HOMBRE FELIZ,


PORQUE ES ERMITAÑO.

Acosado por los animales, él ciegamente busca a


tientas encontrar su camino. Mórbidamente
inestable, es una paja en el viento.

XXII. EL TONTO

ESTAS NO SON LAS PALABRAS DE UN HOMBRE CONSTANTE,


PORQUE ES UN TONTO.

LA EMPERATRIZ ELLA

DOMINA LA RETÓRICA.

III. LA EMPERATRIZ

Fue con la colaboración de la emperatriz —patrona


de los escritores—y su inteligencia con el lenguaje
con lo que se las arregló para componer esta carta.
Los lobos aúllan a la luna frente al reflejo ilusorio de una mujer desnuda en el agua...
Estamos entre mentiras e ilusiones, entre el miedo al espejo y la fascinación narcisista,
entre confusión y complacencia.

XVIII. LA LUNA

ESTAS NO SON PALABRAS DE UN HOMBRE SINCERO,


POR CULPA DE LA LUNA.

ESTAS NO SON LAS PALABRAS DE UN HOMBRE LIBRE Y ADULTO,


POR CULPA DE EL HOMBRE COLGADO

XII. EL HOMBRE COLGADO

Ninguna de las cartas hablan del deseo, el amor o recuerdos.


Frente a la confusión de la LUNA, la distracción y la poligamia
de los necios, el agotamiento, cansancio y desinterés en otros
del ERMITAÑO, la desesperación suicida del AHORCADO,
trata a través de la EMPERATRIZ de hacer un último esfuerzo por explicar.
Lo que se esconde detrás de esta carta es peor que lo que dice.
Es la carta de un hombre que está desesperado y amenazado,
que tuvo que luchar mucho para expresarse.
“Cuídese mucho”
Sophie Calle

SALA LATERAL
DERECHA
Traducción de textos

CEN TRO CULTURAL KIRCH N ER


FILÓLOGA, Barbara Cassili

Así que el pérfido que escribe utiliza comillas en su pulidísimo email.


Dos veces dos pares.

1. P ala empezar las utiliza para citar a Sophie Calle y, si te fijas 3. Obviamente tiene que haber un término medio. Este
bien, para restregarle la nariz en su propio desastre: La término medio es propio del pérfido, pero en vista de que el
“CU ARTA”, y “O TRAS”, FUISTE TÚ QUIEN LO DIJO. pérfido es un escritor que escribe, la especificidad se señala
Fuiste tú quien lo quiso, quiso que jugáramos bajo esas reglas, con otro grupo de citas. CITAS CULTAS. “Generoso”.
tus reglas, tes regles. Perdón, quiero decir “ vos” regles. nótese el “Intranquilidad” .
tono respetuoso usado para consignar complacientemente tus
Para “GENERO SO ” las citas son un palimpsesto. Pues esta
reglas a la distancia decretada entre dos autonomías personales
fue la palabra inicial de amor que ella utilizó para describirlo a
que el contacto de la piel de los amantes condimenta con un
él mismo. Pero él la vuelve a entrecomillar ya separada de ella,
poquito de perversión, ¡fiu! Estas son “tus” reglas que definen
y de manera algo complaciente, en su esfera filosófica. Estas
"nuestra” relación.
citas son también de las Pasiones del alma de Descartes: A sí, creo
Existen (pues ese es el es gib t establecido por ti en un
que la verdadera generosidad, la que hace qm un hombre se estime en él
principio) dos regias. más alto grado que legítimamente pu ede hacerlo, consiste, p o r una parte,
en saber que no hay nada que le pertenezca realmente, sino esa libre
1.1. La primera es que Ella, ella (tú, S.C.) no se volverá parte de
disposición de sus deseos, ni que deba ser alabado o denostado sino p o r el
la serie. Regla de excepción para Ella. Sin embargo OH, TAN buen o m al uso que haga de ella;y, p o r atraparte, en que siente en s í
COMUN: soy yo y solamente yo la/una mujer, como de mismo una firm e y constante resolución de usarla bien, es decir; de tener
costumbre. No hay nadie más que yo, S.C. siempre ¡a voluntad p a ra emprender y ejecutar todas las cosas quejuague
1.2. La segunda (“otra regla”, cito al pérfido): no habrá mejores. Esto es seguir la virtud a la p efecá ó n .
entrecruces entre amantes y amigos. Eso o nada. No hay Lástima que tu am or no me procure autoestima. Pero la aflicción es
nada más que todo. mía, mi autoestima sólo puede provenir de mí mismo, del libre
Regla de excepción para Nosotros: si amantes, no amigos. En ejercicio y mi constante resolución, de esa constancia del alma
cualquier caso, en este caso, si somos amantes nunca más que mi “desasosiego” me impide.
seremos amigos. Y no cabe duda, cuando somos amantes no
Para “INTRANQUILIDAD” ver Pessoa. Estoy cansado de
somos amigos. A sí que una vez más es “vous” usted, no tu tú:
aquello que no me cansa. Para mí, estar alegre es tan doloroso como una
aunque “nosotros” pertenezcamos al mismo mundo, debemos
pena. D el am orprofundo y su uso tan sólido tengo una visión superficial,
dirigirnos ei uno al otro como “vous*’, pues no somos ni
decorativa. Y hoy, pensando en lo que ha sido m i vida me siento como
seremos jamás unos vaqueros alrededor de una hoguera, no
cualquier ser anim al llevado en una canasta entre dos estaciones de tren
seremos amigos. Lo único que compartimos es todo, y si no es
suburbano. M e he convertido en un personaje de una novela, de una vida
eso, nada.
que ha sido leída. Sophie, solo las cartas de negados se dirigen a alguien;
2, Sea como sea, te estoy dejando solamente porque te las otras, en e l caso de un hombre superior a l menos, se dirigen solamente
estoy obedeciendo. a uno mismo. Tú tienes el sexo de las form as soñado, e l no-sexo de las
“H oy”: tú sabes, ¡o sabes, yo sé, tú lo sabes tan bien como yo. formas.
Esta restricción, mi decisión, tu voluntad que aún me fuerza,
como prueba final. Tu desastre. La conclusión irrefutable
del silogism o del pérfido.

Todo excepto constancia. Lo que me vuelve filosóficamente una porquería (y no “generoso), pero poéticamente
interesante — un contemporáneo sincero, un heterónimo. Ahora te estoy dejando, pues tal es mi deber en el
punto en que mi ser se encuentra con tus reglas. Mi constancia es otra cosa (sea lo que sea que pase, recuerda que
yo siem pre...), no soy tal porquería, y tú me extrañarás. Cuídese mucho: vale, entre iguales, y no voy a poner
ningunas comillas porque deberíamos estar en la misma onda cultural si tú no fueras tan hembra no sufrirías, tú
perra estúpida. Dejemos el tema. Si yo lo hubiera querido, si te amara, podría haber cambiado las reglas del juego,
■por supuesto. CAM BIARLAS REGLAS DEL JUEGO.
FISICA, Françoise Balibar

“El fin último de una prueba de estrés [...], un ensayo deJluenáa, etc. es la fractura de la muestra. De manera más dramática,
un objeto o estructura sujeto a un estrés e s tá tic o o cíclico (biela, vidrio, cable, etc.) puede romperse, ya sea después de una
cierta deformación plástica o incluso antes de alcanzar el punto de quiebre ante el estrés. “Tomando en consideración los
rasgos de las superficies de fractura, distinguimos la fractura por fra gilid a d y la fractura dúctil. En el primer caso, Jas dos
superficies del objeto roto pueden subsanarse al contacto con una correspondencia casi perfecta incluso a nivel de átomos
A quí me ocuparé de las llamadas fracturas frágiles. Estas son las más peligrosas porque ocurren “sin previo aviso”.

¿Cómo es posible que el estrés aplicado desde fuera del En ingeniería, esta licuefacción se conoce como
m aterial produzca grietas en el corazón mismo de su sustancia deslizamiento. “No es justo”, es el grito que sale en el patio
sólida? La respuesta es simple y mecánica. En la ausencia de de la escuela de las gargantas de los niños, para quienes las
estrés el material sólido, cuyos átomos están distribuidos reglas de la vida son asaltos castrantes, a la vez unilaterales,
equitativamente en el espacio en los nodos de una red desastrosos, injustos y malignos. El otro equipo esta
tridimensional, se encuentra en estado de equilibrio. Como jugando sucio; ¿qué tal si cambiamos las reglas? Después de
consecuencia el átomo está absolutamente quieto, todo, aunque son comprensibles (obviamente), se
sencillamente feliz: no se encuentra atraído por alguno de sus establecieron al principio de la relación. Pero cambiar las
vecinos más que por otro, se siente — por así decirlo— reglas es imposible, esto es lo que la Naturaleza con N
“generoso”. Como máximo se aleja casi imperceptiblemente de mayúscula no permite. Sin embargo, antes de llegar a tales
su estado de equilibrio como parte de su agitación térmica, extremos, existe la posibilidad que el m aterial se rompa. Se
pero si esto sucede se ve inmediatamente empujado de regreso rompa no se doble. Un rompimiento frágil no dúctil. Roble
por la mera mecánica del equilibrio que — cumpliendo con su no vara. De ahí esas grietas microscópicas amafiadas por
función— le impide buscar más allá. Ir a “ver” un enlace en craqueos ultrasónicos registrados por los detectores, como si
especial es imposible para el átomo: si dejara "de ver a las el material, en lugar de hablar y d ecir lo que tiene que
otras”, obviamente no encontraría la “m anera” d e verlas sin decir de viva voz, considerara preferible que ai menos
haber establecido el enlace inicial en una de ellas. Así que quedara por escrito. Con el átomo jalado en dirección de
fluctúa y revolotea alrededor de su locación, sin realmente la fuerza y habiendo alcanzado el punto de estrés más allá
alejarse de esta en absoluto. de! cual la atracción local no es capaz de regresarlo a su sitio
Es esta forma de equilibrio existencia! lo que resulta de tranquilidad, conviene a sus intereses — y aquellos del
trastornado por el estrés aplicado desde el exterior. Una material como un todo— terminar esta situación ahora
dirección específica toma precedencia entonces, la irreparable y romper el vínculo ubicado a lo largo de la
correspondiente a la fuerza de tracción aplicada al espécimen. línea de fuerza. Obviamente el “interés” no deberá
Y todos los átomos alineados con el estrés se ven sometidos entenderse en términos antropomórficos: el átomo no es un
entonces a una fuerza contra la cual no puede luchar más ser egoísta que razona, calculando las posibles consecuencias
que siguiendo intentándolo y superarlo. Tal es la ley desastrosas o injustas de sus actos y sopesando los pros y los
implacable formulada por vez primera por Newton: “el cambio contras. No, el átomo simplemente obedece las leyes de la
de momentum lineal es proporcional a la fuerza motriz impresa y naturaleza que garantizan que cualquier sistema se mueve
ocurre en la dirección en que aquella fuerza actúe”. Es verdad, hacia un estado de energía mínima. El que nos guste o no
el cuerpo resiste gracias a su inercia, que va en dirección esta afirmación con dejos teleológicos es irrelevante en
contraría al cambio en el movimiento, como si el cuerpo cuanto al hecho de que esta es la manera en que e! mundo
estuviera .intentando refugiarse de la fuerza aplicada funciona: las cosas no resultan diferentes. Es así como en
superándola — pero mientras más ligero sea el cuerpo, más el caso de los sólidos la impecable ruptura frágil —
sencilla será la resistencia y por lo general será superada. Este impecable porque las dos superficies pueden casarse casi a la
efecto de arrastre, además de perturbar el estado impasible en perfección otra vez— es la solución óptima.
el que se encontraban los átomos, puede tener consecuencias
desastrosas para el material mismo. La imposición súbita de
una dirección específica es una amenaza a esa estabilidad que
hace que el material “se mantenga”, que lo hace un “sólido”, y
por lo tanto conlleva el riesgo de una transición de fases de un
estado sólido a uno líquido, donde el material fluye en la
dirección impuesta por la- fuerza ejercida. Cuando este cambio
de estado ocurre, el sólido fluido no se reconoce a sí mismo
en su propia existencia (como sólido) y es incapaz incluso
de decir en qué estado siente estar (si el lector me permite
extender la metáfora antropocéntrica). Frágil fractura
SEXÓLOGA, Catherine Solano

No veo por qué habría de recetarle antidepresivos. Usted está nada


más triste. Un evento penoso duele, pero la solución apropiada no
es química. Estoy segura de que usted es lo suficientemente fuerte
como para seguir adelante y encontrar dentro de sí los recursos para
actuar y reaccionar.
JUGADORA DE AJEDREZ, Nathalie Franc

Las negras renuncian. El Rey negro yace derribado, eso significa el


fin del juego que se ha perdido.

Con él, los Otros tres: tres Torres. Un Peón negro, también: protección Un escenario inusual
pero posible, endeble, mínima, Debe haberse tomado una decisión que podría haber
cambiado las cosas de
extraña para llegar a este punto, habérsele dado la oportunidad.

Más allá,
Peones que se han tnovido hacia adelante avanzando un trecho
considerable.
¿Habrán asustado tanto al Rey negro que éste no puede ni
siquiera pensar seguir en la confrontación?

De cara al Rey negro, el Rey blanco. Ella. Su alter ego. El Rey


blanco está protegido por otras piezas. Hay Caballos cerca, el A lfil'
está en la diagonal larga: parece a salvo.

Dicen que en el ajedrez uno no debe rendirse jamás.


La única salida habría sido sacrificar las Torres negras.
ESCRITORA DE LIBROS PARA NIÑOS, Marie Desplechin

La pluma del Diablo

Un pobre viudo, sintiendo que habían llegado ya sus últimos momentos, mandó llamar a su
único hijo a su lado. “Hijo mío, no tengo nada para heredarte” le dijo, “a excepción de esta
vara de avellano que me dejó tu madre. Cuídala mucho ya que te concederá tres deseos. Pero
también mantente muy alerta ya que el Diablo le ha lanzado un maleficio”.

Y con estas palabras expiró, dejando a su hijo profundamente infeliz.

Llorando copiosamente, el joven cortó dos ramas de roble e hizo una cruz con ellas. Después,
laboriosamente, cavó un hoyo en la tierra pedregosa lo suficientemente grande para enterrar a
su padre; enterró la cruz en el polvo y le pidió a Dios que acogiera el alma de su padre en el
Paraíso. Cuando hubo realizado estos últimos ritos, emprendió la inspección de sus tierras. El
suelo era una capa delgada y la roca asomaba por todos lados. Bajo el sol candente el pasto
crecía tan fino y amarillento que una cabra no habría podido subsistir comiéndolo. El joven
puso sus escasas pertenencias en una bolsa, tomó la vara de avellano y cerró la puerta de la
choza tras sí. Entonces emprendió el camino, pues fuera lo que fuera que le esperara al final
de su viaje no podría ser peor que lo que le esperaría si se quedara donde estaba. AI menos eso
pensó, pues era joven y creía que tenía por delante un futuro mejor.

Cuando hubo caminado tres días y tres noches a través de un paisaje árido donde sólo se
topó con chapulines y cuervos, estaba tan hambriento que le sobrevino una gran debilidad.
Sentándose a la sombra de un arbusto espinoso, se preparaba a morir cuando su mirada
recayó sobre la vara de avellano.

“Qué me importa que el diablo te haya lanzado un hechizo”, le dijo. “Un hombre que se
prepara a morir no puede esperar más nada del Cielo. ¿De qué me servirás cuando sea un
esqueleto reseco debajo de un enebro?”

Conforme hablaba, la vara empezó a temblar.


“Dame algo de comer”, ordenó el joven, “y calma mi hambre hasta que llegue a mi
destino”.

Inmediatamente los arbustos a su alrededor volvieron a la vida y se cubrieron de unos frutos


dulces y suculentos que jamás había visto. Un arroyo empezó a fluir a un lado del camino,
llenando el aire con su murmullo, y el joven sólo tenía que agacharse a la superficie para
beber su agua clara y perfumada. Al enderezarse, una vez que había saciado su sed, vio a una
chica aproximarse llevando en su cadera una canasta llena de aves rostizadas y frutos secos
que le ofreció sin que él tuviera que pedirle nada. Cuando hubo comido hasta llenarse ni el
arroyo, ni los árboles, ni la muchacha desaparecieron; de hecho reaparecían continuamente a
lo largo del camino.
“Si el Diablo es tan generoso conmigo dándome comida”, se dijo el joven, “entonces el
Diablo es mi amigo”. Y así, el miedo se esfumó de su mente. Pasaron otros tres días con sus
noches, y el joven seguía caminando. El camino era sinuoso y lo llevaba de un huerto de
duraznos a uno de cerezas, pero en el curso de estas vueltas no se topó con ningún pueblo ni
aldea ni persona alguna, a excepción de la chica f f ^
ANTROPOLOGA, Françoise Héritier

• • •

Pero el verdadero elemento legitimador tras esta casuística es que él no puede soportar ser
despojado de las prerrogativas tradicionales del macho y, en una relación amorosa, tener
que ceder a los dictados de una mujer que, en términos de demandas y conducta, actúa
como si ella fuera el hombre y él, simbólicamente, la mujer.

“Me hubiese gustado que las cosas fuesen de otro modo”, es decir, sin que me forzaras a ir en
contra de mi identidad viril y moderar mi deseo sexual; sin que fueras esta mujer que reclama
igualdad en el terreno del amor.
PSICOANALISTA, Marie-Magdeleine Lessana

Una carta de despedida para Sophie, una carta de ruptura de un amante. Es más de lo que él
puede manejar para no mentir. Él está sufriendo, está ansioso, no puede dejar de buscar más
lejos, viendo a las “otras”. En una primera lectura lo encuentro agradable, este hombre que la
está dejando de mala gana, para no traicionar el amor que da y sobre todo, que recibe. Para no
traicionar su palabra. La dirección es formal. Hay una serie de reglas entre ellos que no pueden
seguir respetando. Él extrañará “terriblemente” la forma en que Sophie ve las cosas y su ternura.
Pero no es consistente, da la impresión de evasión, una falsedad, una facilidad con la que se
despide de la mujer que ama. Nada, Al releer, algo me detiene. Toda se mueve en un círculo.
Son los deseos de Sophie los que están forzándolo a renunciar a ella. “Por lo menos esto
quedará escrito”, el cambio de la frase es demasiado limpio. El amante esta en efecto, girando.
Pero ¿por qué no hacia Sophie, para hablar alto, lidiar con su presencia, su reacción? Pero está
estancado, él lo sabe; prefiere escribir, es más fácil. Una vez que la carta arriba, el rompimiento
será un hecho. Él es la peor forma de violencia: fingiendo no hacer nada. ¿Ha habido algún
amante que no haya mentido jamás? El no puede irse y ver a las “otras” un repugnante término,
que empieza con una y termina con cuatro, ¡lo cual es demasiado o muy poco! ¿Cuáles “otras”?
Las que están siempre listas para recibirlo. Francamente, él está engañando. Cita los deseos de
su amante: “el día en que dejásemos de ser amantes”, la mejor intimidad que han dejado, esa
erótica angustia de deseo se ha ido. ¡Como si nunca hubiera existido! No más cuerpo en la
aventura, solo el ir y venir del sonsonete retórico. No tensión; frase hechiza. Parece ser que el
compromiso de la escritura que tiene al amante, está apagado. Su malicia la lleva bien, es una
capa desgastada lisa, listo para ennegrecer el papel, y el juego de amor con Sophie no se sostiene
más. ¡Lo que queda es un gran amor que jamás morirá, un amor sin presencia física, sin discurso,
una memoria de amor sin conflicto! Él lo siente, dice. No es muy convincente. Al final, la frase
asesina “Cuídese mucho”. Aquí captamos la brutalidad de su acción vacía. Un banal “Cuídese”
como un adiós. “Cuídese mucho” una daga astuta. ¡El descaro! Claro, porque ya no podré
cuidarte. Pero ¿en qué clase de amorío se ha metido nuestra Sophie para ser despachada con tan
poca sustancia, por un hombre que claramente hubiera preferido ser su amigo que su amante?
Ella no puede responder con una carta, porque eso sería confirmar la ausencia. Podemos
entender que ella necesita jugar artísticamente con esta carta de despedida, para lo cual ella tiene
una habilidad especial. De modo que, gracias a esta dimensión pública, ella puede llegar este
cuerpo evasivo.
ESCRITORA, ARTISTA DE PERFORMANCE, Chloé Delaume

Es un ritual antiguo. Siempre lo he utilizado, así es que le di nombre. Antes no lo tenía. Era un
ritual innombrable e injusto también, no vil o repugnante, nada qué ver con merendarse el
cerebro del enemigo con una cucharita. Es un ritual secreto. Transmisiones detrás del himen
intacto. No una herencia de madre a hija, solamente una cosa de mujeres circulando entre
algunas ratas de imprenta. No puedo escribir su nombre: susurrarlo en Garamond significaría
el fin instantáneo para mí. Pero te aseguro que existe. Que lo llevé a cabo esta tarde. Porque
necesito pruebas — pruebas concretas, tú entiendes.

Con la primera lectura, sabes, con la primera lectura sentí algo, pero varias cosas a la vez.
Varias cosas, un montón. Interferencia en el viejo ciclo discursivo. Extractor de jugos
gramatical, 5 veces mi, 12 veces mí, 1 yo mismo y 32 veces yo. Un ego tan difuso que
desquició el mensaje. El mensaje de la carta es 1 x 32 y 18 piezas más de evidencia: enrollé
todo en 50 velos de sí mismo, yo viéndolo irse, yo viéndolo dejarte y escuchándolo incluso
sufrir, yo ahogándome en reflexiones: yo es un estilo. La cosa específica del punto de fuga es
que no debe haber un cadáver contorsionándose como una tenia en el receptáculo de sus
ventrículos. El punto de fuga le tiene demasiado miedo al dolor así que, sabiendo qué hacer
con él, permanece horizontal.

En mi segunda leída me dio dolor en los senos frontales y una crisis de tinnitus. Era una
melodía rancia retacada de sudor y pólvora y lodo amargo en mangas de camisa trotando
doblado camuflado tras los arpegios amontonados del organillo sintáctico. Papel pautado, su
carta de 1 x 32 dirigida a ti, papel pautado que apesta a formaldehído. Mi cuerpo conocía la
forma. Cada carta es un frasco con un espécimen. Si el corazón odia el modo epistolar, es
porque se cubrió de lesiones cuando partió por la mitad el acuario. Mi cuerpo conoce esas
cosas. Esas varias y esos montones. No nos llevamos muy bien, mi cuerpo y yo, eso es seguro.
Pero lo necesito en ciertas circunstancias. Es el único de los dos que puede leer la sangre
negra, así que para el ritual tengo que arreglármelas con él. Lo cual hice, por cierto.

Una carta impresa, incluso una fotocopia y sin importar la fuente, piensas que es llana y
carente de toda trampa orgánica. Una carta impresa tiene tanta conciencia como un espejo y
no es posible atravesar al otro lado. Eso fue lo que pensé también. Pero de hecho una carta es
palabras. Nada más que palabras. Palabras que pican el minueto de gres de las oraciones,
algunas veces rebanan los ventrículos sollozando con hocicos empolvados que compiten sin
descanso con la marquesa salió a las cinco: su carnet de baile se ha suicidado. Pero incluso con
peluca, las palabras acaban siempre diciendo algo. Pero sólo cuando ya están muertas, se
entiende.

Para leer las entrañas de las palabras se calienta primero medio litro de agua donde se ha
diluido previamente la entrada del Webster correspondiente a verdad. La carta con sus
palabras de pepitas de Casandra tiene que escaldarse y mientras se vierte el H 2 0 modificado
es preciso canturrear una canción gutural de lo más popular, que ayude al
cuerpo a entrar en trance y que luego sea buena también para el Stimmung.

Se pone la carta remojada en un tazón de gres azul. El gres es importante porque los lados son
ásperos. El azul también porque los nomeolvides son siempre más planeadores entre
camaleones. Dile a tu cuerpo que te estoy dejando: mañanas mediodías y noches permanecerás
erguida. Estás estimulada, la mano derecha arranca el proceso. Movimientos rápidos con las
muñecas, amasando las palabras mojadas que se pegostean a la carne llorando del calor.
Trabaja duro con tus manos y revienta tus ampollas, mezclando con uñas y nudillos, cuela,
toma un platón y pon la masa de palabras a reposar. Pon una bolsa de té verde en el tazón,
para enmascarar el sabor del recuerdo. Observa el cuerpo trabajando. Pero sobre todo no te
involucres, nunca. El cuerpo tiene que estar solo para completar el ritual, tú tienes que dejarlo
ser, palpar su interior como suprimes tu miedo de ver a Pandora vomitar. Observando
acomodado en un rincón del cráneo, te prometo que vi todo. Se levantó el tenedor. La masa
de palabras se masticó lentamente, el tazón se secó hasta el fondo. La sustancia misma se come
con una rebanada de pan de centeno y una pizca de sal, con las corolas muy abiertas. Mi
cuerpo comió y bebió, la piel de la carta estaba grasosa. El jugo de palabras se había cortado.
Ningún sabor distintivo a excepción quizá de la acidez cenicienta, el sabor a animal del carbón
de la estufa de los desertores en la huida. Permanece en la boca largo tiempo después de
tragarse.

Es un ritual antiguo pero intentado y probado. Hace resaltar el sabor de las cartas, de todas las
cartas, no falla. Y la que leí hoy en la noche sabía a cobardía: ya hasta me salió un afta en la
lengua.
“Cuídese mucho”
Sophie Calle

SALA LATERAL
IZQUIERDA
Traducción de textos

CENTRO CU LTURAL KIRCH N ER


2015
ADOLESCENTE, Anna Bouguerau

¡Él cree que es estupendo!


HISTORIADORA DEL SIGLO XVIII, Arlette Farge

Seguramente él vivió en el siglo XVIII. Puede que no haya sido un gran aristócrata o
cortesano, pero al menos poseía la educación y maneras de la cultura. Y entonces él amaba a
esta mujer, pero ella había establecido una condición que no solamente acabó por pesarle
demasiado a él, sino que también lo llevó a su ruina: ella le había pedido que no pusiera los
ojos en ninguna otra. Entre los placeres de aquel siglo, parece tener algunas inclinaciones: su
malestar, su melancolía e incluso su ansiedad y su manera de escribir marcaron tanto su deseo
de ella y el placer furtivo de “tener” otras. Bastante banal, ciertamente. Podría pensarse que su
jornada no fue a Citera. Un día, no obstante, él rompió el pacto de amantes, un pacto que no
era fácil de mantener en este siglo de la Ilustración cuando, para el libertino educado, amar
significaba básicamente capturar: capturar inteligencia, atención sentimientos, y someter al otro
a la propia influencia, aun si la carne lo registraba apenas. Ambas la carta de amor y la carta de
ruptura mantienen los sentimientos bajo control: la neutralización de las emociones era la
moneda de cambio de la distinción. Habiéndose, una noche cuando se hicieron promesas,
puesto del lado la virtud, de la misma manera en que un siglo antes pudo haberlo hecho del
lado de la piedad, fue incapaz de mantenerse; y como todo hombre de honor, se lo dijo. Aún la
amaba, imaginaba su ira e incluso la anticipaba. Aunque parecía no muy afectado, las palabras
revelan que este libertino alguna vez seguro de su fuerza se desmoronaba ante la tarea, y ante
■ella también. Sabía el precio de su confesión: no verla jamás. Y su despedida sonó quizá como
alguna vez lo hiciera su saludo. No estaba ahogado en lágrimas pues había colocado su ente
social por encima de cualquier expresión de un corazón roto. La Revolución de 1789 estaba
por venir aún: algunos la deseaban, sin duda, tan remotos parecían, tanto él como cualquier
parte de ella posible de descifrar, de cualquier mundo externo en el cual hubieran podido
habitar. Este era por supuesto el A nden Régime, ciego a la vulnerabilidad. Para él, entonces, ella
no volvería a ponerse el traje para el escenario; para ella, ponérselo para él era ahora
impensable.
COLEGIALA, Ambre

Ambre. edad 9 1/2

La leí y observé cuidadosamente las palabras. Un hombre le está


hablando a una mujer contándole sobre sus sentimientos. Le
escribe pata decirle que a él le gustaría romper. Es amable pero
complicada. Hay palabras complicadas: no tiene remedio y farsa.
Lo que pienso es que él la ama. Dice que siempre la amará. Si la
ama, no sé entonces por qué la deja. Habla de divorcio. Él dice que
está viendo a sus otras amigas de nuevo. Dice que le habría gustado
que las cosas hubieran sido diferentes. Eso significa que van a
ponerse mal.

Es triste.
GRADUADA DE LA ÉCOLE NORMALE SUPÉRIEURE, Mazarine Pingeot

En vista de que no sabemos de qué obra fue tomado, el texto será analizado en su finalidad,
sin referencias externas. Sin embargo, se trata de una carta y como tal, refiere a una
destinataria, “Sophie”, y al estatus del escritor, que desde el principio se coloca dentro de un
diálogo. Un diálogo de un solo sentido, quizás, ya que se trata de terminar una relación, pero
con todo y todo un diálogo puesto que el autor le está hablando a una mujer en especial.
Ciertamente, este acto de dirigirse a alguien es solamente parcial, ya que el autor está tratando
de justificar un acto, ante sí mismo en primer lugar, y la destinataria puede ser meramente un
pretexto. El autoanálisis pesa más que la función puramente informativa, y aprendemos más
sobre su estado mental que sobre la personalidad del individuo a quien se dirige. Esta carta
hace referencia a un amorío, y podemos deducir sus características principales, lo cual puede
explicar en parte ciertos párrafos. Es fácil definir el género en la medida en que puede verse
como una típica carta de ruptura, de la misma manera en que existen machotes para las cartas
de renuncia.
Este texto consiste de una introducción que resulta cuando menos profètica, una sección
principal indistinta y una conclusión.

La primera oración define el contexto, mientras anuncia sutilmente el contenido de la carta:


“Llevo un rato queriendo escribirle y contestar a su último e m ail.” La expresión “llevo un
rato” combinada con el verbo de volición “queriendo” crea de inmediato una paradoja. La
intención ha sido entonces pospuesta. ¿Por qué? El uso del pronombre de primera persona
indica que el autor está totalmente inmerso en lo que dice, que después de todo es lo menos
que una podría esperar, y relativiza un poco la discrepancia entre la expresión deliberadamente
vaga de “un rato” y el verbo “querer”. El autor utiliza el lenguaje formal para dirigirse a
alguien (vous). Esto no denota una distancia educada, pues está contestando no a un e-mail
sino al “último”. Nos imaginamos entonces que este ha sido precedido por otros. La sucesión
de dos verbos es reveladora: “escribir” y “contestar”. Uno indica la necesidad de repetir lo que
parece ser la misma cosa, pero no lo es nunca exactamente, como si existiera una indecisión
constante entre los dos deseos, Pero también puede ser la mera expresión de una mala
consciencia. El autor no está seguro de sí mismo, Y desde luego, el acto de escribir y el acto
de responder no son idénticos. Si responder incluye escribir, escribir no incluye una respuesta.
Esta carta es por lo tanto ambas cosas al mismo tiempo, una respuesta, pero sobre todo un
mensaje independiente de cualquier correspondencia. La importancia de la carta es entonces
superior a la de la respuesta, en tanto que esta carta constituye la respuesta general a una
relación amorosa, mientras que la respuesta se liga exclusivamente al último e-mail. Habría
sido más galante si el texto se hubiera enviado como una carta independiente y no como una
respuesta parte de una larga correspondencia. Pero el autor parece necesitar ubicar la carta
dentro de un continuo para otorgarle significado, mismo que parece haber desaparecido de su
existencia. El intento es o naif o torpe. La referencia al tiempo es insistente, Pero este tiempo
es deliberadamente vago, lo cual tiende a apoyar la tesis de la falta de continuidad y, por lo
tanto, de coherencia, como mencionamos arriba: “Al mismo tiempo, me parecía mejor hablar
con usted y decir lo que tengo que decirle de viva voz”; , .que tengo” y “al mismo tiempo:”
¿qué clase de temporalidad es esta, sino la de una indecisión crónica que, precisamente, está
fuera del tiempo? Las intenciones del autor están ya desdibujadas aun antes de llegar al meollo.
Una vez más tenemos algo repetido:
“hablar con usted y decirle lo que tengo que decir de viva voz”. El verbo “hablar” no
PERIODISTA, Florence Aübenas

Mesa de Redacción

Para: Señorita Sophie Calle


En respuesta a su carta
Fechada junio 10 de 2004

Por qué no publicaremos esta carta en el periódico

Esta carta no ha matado a nadie


Para dar fin a la relación el autor no utiliza los venenos de Madame de Brinvilliers ni de la
estufa de Landrú, ni siquiera ántrax en un sobre, como es la moda entre los jóvenes en EU.
No, lo que tenemos aquí es una carta incómoda desprovista de los comentarios terribles o
sarcásticos que también hubieran servido para el caso. Es obvio que no provocó la clase de
emociones que lo hubieran arrastrado a él al crimen o a ella al suicidio. En resumen, lo que
necesitamos para poder reportar este rompimiento — y por lo tanto la carta que lo disparó —
en la “página roja”, es un cadáver.
Esta carta no le interesa a nadie
Las páginas de Sociales, sin embargo, son muy afectas a los corazones rotos, aunque no sean
fatales (y quizás especialmente si no lo son).No hay nada aquí que sugiera que esta persona es
alguien lo suficientemente famoso para que su vida fascine a un círculo más amplio que el de
aquellas que han compartido su cama
o aspiran a hacerlo. A estas podríamos añadir algunos compañeros de borrachera, uno o dos
chismes, la familia quizás — en otras palabras, nadie. No es para nada la clase de material que
inspiraría a un cronista de sociales.
Esta carta no es un libro
Si el autor fuera un escritor, esta carta podría a lo mejor constituir el principio de una novela
epistolar, un libro, o incluso un opúsculo. Pero ¿qué es una carta, especialmente esta, tan corta?
Se necesitarían muchas páginas más para tener una publicación que pudiera resultar de algún
interés para la sección de “Libros” .

Esta carta no es una carta


Hay una página de “cartas” donde publicamos las reacciones de nuestros lectores a las
noticias publicadas en el periódico. Este no es el caso.

Esta carta acabó en la papelera


No resultó muy difícil descubrir quién escribió esta misiva y quién la recibió. De otro modo,
seamos honestos, esta carta literalmente no se habría considerado, porque obviamente no hay
nada en ella para un periodista. Esto no significa que dicho periodista no reciba nunca otras del
mismo tipo. De hecho son extrañamente frecuentes. Generalmente, un par de palabras anuncian
su llegada: “otro loco”. Y terminan en la papelera. El comentario fue más largo esta vez, pero el
modo de archivar fue el mismo.

París, 1 de septiembre de 2004


ESCRITORA, Christine Angot

Al principio hice un texto donde despreciaba la carta. Sentí que había demasiada gramática,
demasiada elegancia, demasiada pose. Y recordé lo mucho que Sophie odia la elocuencia. Cito
el pasaje, que mas bien me gustaba en el tiempo. Tenía la sensación de habérmelas arreglado
bastante bien con las condiciones, con el favor que Sophie había pedido a todas estas mujeres.
El resultado fue, la versión dura, Sophie le gusta el texto en esa forma, la versión dura, era más
visual con las tachaduras, los colores: Después de que había dos páginas que rompí. Sophie
quería mostrarlas. Él cuarta había sido trabajada, yo no había decidido todavía. Probablemente
iba a romperla también. Yo no sabía exactamente lo que iba a hacer. Pero sabía que algo no
estaba bien. Entonces algunos meses más tarde releí la carta de X. Meses durante los cuales yo
había cambiado. Y todo lo que había escrito me pareció absurdo. Estúpido, ciego e incluso '
peligroso; me faltaba lucidez en demasía. Ni siquiera había leído la palabra “ansiedad” bien en
la carta de X. Si Sophie lo hubiera amado tanto como decía, no habría convocado a todo un
escuadrón de mujeres para ayudarla a superarlo. Habría tratado claro de sobreponerse, tienes
que hacerlo, pero no así, rodeada de mujeres. Un escuadrón de mujeres, eso es lo que somos,
con nuestros textos patéticos o nuestras interpretaciones, peleándonos con el hombre, para
perseguirlo y empequeñecerlo. Debí haberle dicho a Sophie y se lo digo ahora: cuídate de
todas esas mujeres juntas. Evítalas. La mayoría quiere transformar a los hombres en mujeres,
han dedicado sus vidas a eso, las vuelve locas ser mujeres, no pueden consentirlo. No te van a
ayudar a convertirte en mujer, una mujer real, es decir, alguien que no tiene nada, ni palabras,
ni poder sobre nada, una mujer real buena e indefensa. No te van a ayudar, se enojan con el
vacío, la carencia. No te van a ayudar, seguirán diciéndote “que te cuides mucho” cuando no
tienes nada qué cuidarte. No tienes nada. Tienes un hoyo, tienes una carencia, eso es todo.
Eres una artista, eso no te otorga poder, pero sí gracia, cada vez que veo tu obra, me
encuentro, no sé cómo decir esto... a la vez conmovida y llena de admiración. Pero las
mujeres juntas lo único que desean es que los hombres desaparezcan, que se conviertan en
fantasmas, allá lejos. El coro que has formado alrededor de esta carta es el coro de la muerte.

El coro que has


formado alrededor
de esta carta es el
coro de la muerte.
MADRE, Monique Sindler

Querida, me temo que él realmente es, y siempre lo será, un hombre de letras y no un


hombre sencillo.

Puedo entender tu tristeza y, no obstante, esta carta que apesta a auto-obsesión no me


sorprende. Ahora bien, en su defensa, hace las cosas correctamente: “intranquilo” (no está
mal), “farsa” (trágico), “no tiene remedio” (solem ne)... Ciertamente posee talento literario, y
¡qué bendición es eso! Introducirse en el cuerpo de Benjamín Constant y componer una carta
de ruptura donde la palabra maestra, AMOR, se conjuga en todos los tiempos del indicativo.
Como lo diría Woody Alien, “Todo mundo dice 'te amo'”. Comparto tu desilusión ante todo
esto, pero no dramaticemos demasiado. Su “amor” duró solamente tres o cuatro
temporadas, y ni siquiera vivieron juntos. Sí hubieras pasado veinticinco años con un hombre
y él te hubiera dejado por una chiquilla a causa de la crisis de los cuarenta — el escenario
clásico— habría resultado infinitamente más hiriente. Piensa que la que tú tienes es la mejor
clase de carta. Un músico te habría dicho que había escuchado una nota falsa en su corazón.
Un plomero habría hablado de cómo sus sentimientos gotearon hasta secarse, un electricista
habría mencionado un “cortocircuito” súbito y el representante de una tienda de línea blanca
para el hogar habría invocado el vencimiento de la garantía. Recordemos nuestros viejos
proverbios: “un clavo saca a otro clavo”, “un mal por un bien”, etcétera
Tú te vas, se te van, esas son las reglas del juego, y para ti este rompimiento podría ser fuente
de una obra de arte nueva — ¿me equivoco?

Te quiero,

Tu mamá
Sophie,

Llevo un rato queriendo escribirle y contestar a su último e-mail. Al mismo tiempo, me parecía
mejor hablar con usted y decir lo que tengo que decirle de viva voz.
Por lo menos esto quedará ya escrito.
Como ya sabe, últimamente me he sentido mal. Como si ya no fuese yo mismo en mi propia
existencia. Una especie de angustia terrible contra la que poco puedo hacer salvo avanzar a toda
prisa en un intento por dejarla atrás, como he hecho siempre.
Cuando nos conocimos, puso una condición: no convertirse en la “cuarta”. He respetado el
compromiso: ya hace meses que dejé de ver a las “otras”, puesto que no tenía forma de seguir
frecuentándolas sin convertirla a usted en una de ellas.
Creía que eso sería bastante, creía que el quererla yo y el quererme usted bastaría para que la
angustia que me empuja siempre a buscar en otros lugares y me impide por siempre jamás estar
tranquilo y sin dudarlo ser simplemente feliz y “generoso” se calmase con su presencia y con la
certeza de que el amor que me aportaba era lo más beneficioso para mí, lo más beneficioso que
haya conocido jamás, como bien sabe. Pensé que escribir pondría remedio, que disolvería mi
“intranquilidad” y me permitiría ir a su encuentro. Pero no. Me siento aún peor, no puedo ni
decirle en qué estado me encuentro. Así, esta semana, empecé de nuevo a llamar a las “otras”.
Sé lo que eso significa para mí y a que ciclo me arrastrará. No le he mentido nunca y no estoy
dispuesto a empezar a hacerlo hoy. Al principio de nuestra relación, usted había anunciado otra
regla: que el día en que dejásemos de ser amantes, no se plantearía volver a verme. Sabe hasta
qué punto esta imposición me resulta desastrosa, injusta (puesto que sigue viendo a B., R .,...) y
comprensible (evidentemente...); de modo que no podría nunca convertirme en amigo suyo.
Pero hoy, el hecho de que acepte plegarme a su voluntad, a pesar de que echaré terriblemente en
falta verla, hablar con usted, aprehender su visión de las cosas y los seres y su dulzura conmigo
da cuenta de la importancia de la decisión que tomo.
Pase lo que pase, tenga presente que no dejaré de amarla de ese modo que me es propio como lo
hice desde que la conocí, un modo que seguirá vivo en mí y, estoy seguro, no morirá.
Pero hoy, sería la peor de las farsas tratar de prolongar una situación que, lo sabe tan bien como
yo, ya no tiene remedio por respeto al amor que le tengo y al amor que me tiene y que me obliga
ahora a ser franco con usted, como un último tributo a lo que compartimos y que será, por
siempre, algo único.
Me hubiese gustado que las cosas fuesen de otro modo.
Cuídese mucho.

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Cuídese Mucho - Sophie Calle
Centro C ultural Kirchner
2015

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