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ADOLESCENCIA
Capítulo IV
EL AMOR
Capítulo V
CONSPIRACION
Primera carta:
Beirut...
Amada Eva:
He perdido la serenidad. Mis sueños,
horribles visiones de tormenta, son más
frecuentes. Se habla ya de la ruptura de
relaciones entre Francia y Turquía. Esto, en
otras palabras, significa guerra.
Jorge Picó reunió a los jefes del partido
opuesto a Turquía y aseguró que Francia no
abandonará a Líbano.
Raras veces asisto a las reuniones secretas
del partido de la oposición.
Estoy engolfado en mis estudios, pues
quiero terminarlos en este año para ir a
rendir mi examen en Bahabda.
Las circunstancias difíciles nublan mi
vista. No me quejo, aunque veo que me rodea
una densa neblina.
No me atrevo a contarte mis sueños, porque
son fatídicos y no tengo derecho a envenenar
tu vida.
Pero debes estar segura siempre, de que te
amo y te amaré hasta la muerte.
Segunda carta:
Perdóname amada, el haber demorado en
contestar tu cariñosa misiva.
Ayer por la noche, nuevamente estuve a tu
lado, lo que me alivió mucho. Pero siempre
lloro el final, y tú te entristeces sin poder
llorar.
Se dice que Jorge Picó abandona el país.
También se sabe por la prensa, que el
Sultán M. Rached, en Constantinopla, por la
influencia del Anuar Pacha, pretende declarar
la guerra a los aliados... Parece que Turquía
no puede conservar su neutralidad.
Te amo.
Tercera carta:
Mañana vamos a Bahabda para rendir nuestro
examen final de grado. Ruega para que la
iluminación divina penetre en la mente de tu
ADONIS.
Turquía declaró la guerra a los aliados.
Jamel Pacha entró con su ejército en Siria
y Líbano.
Se fue Jorge Picó y como el cuervo de Noé,
no regresó.
Judas vendió a Jesús por 30 monedas de
plata. Felipe Zalzei vendió a sus hermanos de
la oposición por 2000 quintales de trigo.
(Fue más inteligente que el Iscariote.)
Se descubrieron los documentos
comprometedores en el Consulado francés.
La langosta invadió el país.
Jamel Pacha arrestó a muchos miembros del
bando de la oposición. El Consejo de Guerra
los declaró culpables y fueron ahorcados en
Beirut.
Los demás conspirados, huyeron por mar y
por tierra. Entre los proscritos, estuvo
Adonis a quien hemos visto al comienzo de
este relato, despidiéndose de su madre y de
su pueblo, para huir de las garras de la
muerte.