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SESIÓN 1: Emociones bajo control

Fundamento Bíblico
Entonces, ¿cómo podemos tratar con nuestras emociones a la luz de la Palabra de Dios para no
equivocarnos? Aquí algunos consejos que pueden ayudarnos:

1. Nuestras emociones forman parte de un todo en nuestro ser junto con nuestros pensamientos,
sentimientos etc. Por eso, Dios nos exhorta a guardar nuestro corazón

“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”. Proverbios
4:23.

Sabiendo Dios lo peligroso que es cuando nuestro corazón cae en malas manos, nos da este
consejo. No obstante, lo más común es recalcarles este verso a los jóve nes en relación el
enamoramiento. Pero ellos no son los únicos cuyas emociones pueden dominarlos. Sin importar
la edad que tengamos, podemos ser en un momento determinado esclavos de nuestras
emociones –y estas no serán muchas veces el enamoramiento o la ilusión sino la rabia, la
codicia, la envidia, o la lujuria-. Así pues, sobre toda cosa guardada guardemos nuestros
pensamientos, nuestros sentimientos, pero sobre todo, nuestras emociones.

2. Cuando un intérprete de la ley le preguntó a Jesús cuál era el gran mandamiento de la ley, Jesús
le contestó:

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu
mente”. Mateo 22:37.

Aquí vemos que cuando adoramos y alabamos a Dios, todo nuestro ser está envuelto,
incluyendo nuestras emociones. Lo triste y peligroso es cuando nos dejamos llevar solamente
por ellas, y dejamos a un lado nuestra mente y razón. Es decir, controlar el corazón con la
razón.

3. Cuando nuestras emociones nos dicten algo abiertamente contrario a los mandatos de la Palabra
de Dios, tenemos que obedecer lo que Dios nos dice sin dudar. Por sinceras y fuertes que sean
nuestras emociones, seguirlas a expensas del mandato divino es desobediencia abierta a lo que
Dios ya nos ha dejado dicho.

“Engañoso es el corazón más que todas las cosas”, Jeremías 17:9.

5. El Espíritu mismo nos da el poder para dominar y distinguir si nuestras emociones son de Dios
y me ayudan a crecer, o si son de la carne y las tengo que desechar. No está en mis fuerzas, sino
en el poder del Espíritu, como Pablo enseñó a Timoteo:

“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio
propio (de disciplina)”. 2 Timoteo 1:7.

Video

https://www.youtube.com/watch?v=bNu95Qcgbtk (Cómo dominar las emociones negativas)

https://www.youtube.com/watch?v=0z-hyAc6iD4 (5 pasos para tomar control de tus emociones)

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