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DISCUSIONES

1. DEPRESIÓN Y FUNCIONALIDAD FAMILIAR EN ADULTOS MAYORES DE UNA UNIDAD DE


MEDICINA FAMILIAR EN GUAYALEJO, TAMAULIPAS, MÉXICO

La depresión en adultos mayores es una patología de gran importancia en la actualidad,


dado el aumento global de la expectativa de vida y las comorbilidades crónicas que
conlleva.

De los pacientes estudiados 27.7 % presento algún grado de depresión al aplicar la Escala
de depresión de Yesavage, pero no se encontró relación entre disfuncionalidad familiar y
depresión. Los pacientes que vivían en una familia nuclear presentaron predominio de
depresión.

Los adultos mayores con depresión y sin depresión son equiparables entre las familias con
y sin disfunción familiar.

2. DEPENDENCIA FAMILIAR Y PERCEPCIÓN DE APOYO FAMILIAR EN EL ADULTO MAYOR

En investigaciones realizadas en México y Sudamérica se demostró que la dependencia


funcional incrementa con la edad en el adulto mayor, este estudio se encontró
dependencia total en adultos de 86 años, coincidiendo con algunos otros reportes que
relacionan la edad directamente con la dependencia funcional.

Sin embargo, se observó en mujeres de 70 años, una mayor independencia, difiriendo con
otras investigaciones en las cuales se menciona que las mujeres tienen mayor
dependencia que los hombres, quienes mostraron dependencia parcial y total a los 70
años en este trabajo de investigación.

Al observar las características sociodemográficas, hubo predominio de casadas y viudas en


el género femenino; datos que se deben resaltar, ya que la viudez lleva a la mujer a ser
dependiente funcional, pues al estar sin pareja es más vulnerable. Se considera un factor
protector el estar casado o con pareja, entendiendo que al presentar apoyo familiar se
protege al adulto mayor mejorando su condición de salud.

La educación fue mejor en las mujeres, aunque los hombres mostraron menor
analfabetismo. La mayoría de las mujeres se dedicaba al hogar y los hombres, en su
mayoría jubilados, se ocupaban en actividades extras al hogar.

Las variables de estado civil, ocupación y escolaridad se relacionan entre sí, para confirmar
que la cultura y educación van ligadas a la economía y a tener mejor calidad de vida,
alargando la aparición de patologías que como secuela llevan a la dependencia funcional,
ya que si están sanos, por ende van a ser independientes y con posibilidad de tener un
trabajo, manteniendo ingresos con mejor bienestar biopsicosocial.

La tipología familiar se compuso por: familias nucleares (53%) con adultos mayores en las
que predominaron los hombres (56.5%) con dependencia funcional; y aquellos que viven
solos (13%) en su mayoría mujeres, de ellas 5.3% presentó dependencia funcional. Esto
confirma que la necesidad de ser cuidados y convivir con los hijos o familiares vuelve al
adulto más dependiente, favoreciendo al senilismo, si no se sabe manejar bien los
conceptos de cuidado y dependencia funcional.

Las enfermedades están relacionadas con la presencia de dependencia funcional: la


hipertensión arterial sistémica (28.4%), diabetes mellitus tipo 2 (28l.1%), enfermedades
osteoarticulares (9.8%), enfermedades pulmonares (5.7%), cáncer (3.1%) y neurológicas
(2.5%). La hipertensión arterial sistémica, en conjunto con las enfermedades
osteoarticulares, son algunas de las principales causas de dependencia funcional en el
adulto mayor, consideradas así en algunas regiones de México y Sudamérica. En cuanto al
género, las enfermedades cardiacas y neurológicas afectan más a los hombres, mientras
que los padecimientos osteoarticulares y mentales afectan más a las mujeres, todas
asociadas a aumento de dependencia funcional.

Es importante destacar que una buena relación familiar se vincula con mejor salud en la
vida adulta, el número de mujeres que mostraron independencia en este estudio tuvieron
una mejor relación familiar.

3. CUIDADO BUCAL EN MAYORES DEPENDIENTES DE UN PROGRAMA DE CUIDADOS


DOMICILIARIOS

El propósito de este estudio fue determinar el rol que desempeña el cuidador en la


higiene bucal del adulto mayor dependiente de acuerdo a su nivel de dependencia.

La muestra de cuidadores que participaron en esta investigación en su mayoría


correspondió a mujeres (94,7%), lo que concuerda con resultados de estudios nacionales,
donde la tarea de cuidado es asumida mayoritariamente por mujeres.

En el presente estudio se observó que todos los adultos mayores dependientes leves y la
mayoría de los dependientes moderados realizan su propia higiene oral, sin la ayuda del
cuidador, al contrario de lo que ocurre con los adultos mayores dependientes severos, en
donde en un 76,3% de ellos es el cuidador quien la realiza. En nuestro estudio, a 6 (8%)
adul-tos mayores dependientes no se les realiza higiene bucal, al 11,5% de los
dependientes moderados y al 7,8% de los dependientes severos. Es evidente que los más
afectados cuando el cuidador no toma la iniciativa en la higiene bucal de los mayores son
aquellos que presentan mayor nivel de dependencia.

4. DOLOR EN EL ANCIANO: CALIDAD DE VIDA, FUNCIONALIDAD Y FACTORES ASOCIADOS.


ESTUDIO SABE, BOGOTÁ, COLOMBIA

Es evidente el gran impacto que tiene el dolor sobre la calidad de vida y la funcionalidad
de las personas. En nuestro estudio encontramos diferencias significativas entre quienes
no tienen dolor y en quienes lo padecen, siendo estos últimos el grupo de personas que
están en peores condiciones de salud, presentan peor condición social y además tienen
mayor pérdida de independencia, esto último siendo evidente en las escalas de Barthel,
Lawton y EQ-VAS, en donde las personas con dolor puntuaron menos que aquellas sin
dolor. Podemos ver que enfermedades crónicas de difícil tratamiento como la artritis, la
falla cardiaca, la EPOC o la depresión tienen gran asociación con dolor, pudiendo ser la
depresión consecuencia del dolor o factor agravante del mismo.

El tratamiento del dolor en las personas mayores de 65 años es algo que merece especial
consideración debido a las múltiples comorbilidades, la polifarmacia y las dificultades para
evaluarlo en población geriátrica, siendo en muchas ocasiones subestimado o pasado por
alto. La mayoría de personas mayores de 65 años tienen problemas significativos de dolor;
entre el 25 y el 40% de los pacientes ancianos con cáncer presentan dolor al menos una
vez al día. Además, la detección y el tratamiento del dolor en muchos casos son aún
inadecuados. En un estudio en pacientes institucionalizados, el 66% de los residentes
tenían dolor crónico, pero en casi la mitad de ellos (34%) este tipo de dolor no había sido
detectado por el personal de salud.

La información disponible en Latinoamérica sobre el impacto del dolor en estas áreas es


muy limitada, por lo que al mostrar esta problemática se convierte en un factor
fundamental para lograr un mejor tratamiento de quienes lo presentan y, de igual forma,
como un soporte sólido a la hora de priorizar en las estrategias de salud pública. La
población envejece cada día más y, al parecer, la prevalencia de dolor aumenta
acompañando este proceso. Conocer para prevenir se convierte actualmente en uno de
los pilares de la medicina. En Geriatría, el mantenimiento de la independencia y el buscar
más años libres de enfermedad es fundamental no solo para lograr calidad de vida y
percepción de bienestar, sino también para la sostenibilidad de la sociedad hacia un futuro
próximo cuando, según las proyecciones para 2050, por cada 3 personas activas
económicamente habrá un anciano dependiente.

Se necesitan más estudios para dilucidar con claridad este problema, buscar la
optimización de las intervenciones en la prevención y en el tratamiento con el fin de
mejorar la calidad de vida de las personas mayores.

Este estudio presenta algunas limitaciones, pues, al ser transversal, no fue posible la
determinación causal y temporal del dolor. Además, en el estudio no se evaluó el dolor
leve como posible respuesta en la valoración subjetiva de la intensidad del dolor. No fue
posible diferenciar objetivamente la intensidad del dolor mediante alguna escala y
compararlo con las diferentes variables independientes, y no se hizo una discriminación
detallada de los tipos de dolor presentes en la población. Así mismo, no se realizó una
diferenciación detallada del tipo de tratamiento analgésico que recibían los pacientes que
reportaron tener dolor. Sin embargo, se debe destacar que es el primer estudio
epidemiológico que mide la asociación de dolor, percepción de salud, funcionalidad y
calidad de vida en las personas adultas mayores de la ciudad de Bogotá. Estos resultados
son un buen soporte para el desarrollo de programas de prevención y promoción de la
población adulta mayor, teniendo clara aplicabilidad en el diseño, la modificación o la
contextualización de la política pública del anciano.

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