Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
A.G. Mendoza2
Buscando una localidad por las poblaciones cercanas a la ciudad de la paz que todavía
realicen el trueque, me decidí finalmente por embarcarme hacia el lago en donde,
aparentemente en la isla Suriqui, existía treque4. Ahora bien, me dispuse a conducir el
coche de mis hermanos empacando una bolsa de dormir por las horas que implicaba
llegar hasta Copacabana y de ahí embarcarse a la isla. Para mi fortuna, en batallas
decidí parar y preguntar a la gente sobre trueque (ya que un compañero de la clase iba a
realizar su trabajo respecto al trueque en este lugar). Efectivamente, ellos realizaban
trueque, en especial en sus ferias. Animado por comprobar que existe este intercambio
hoy, me compré unos cigarrillos y me senté con los señores a hablar sobre otros lugares
en los que puedan hacer trueque. En eso, escuchando la conversación, un señor se me
acerca y me dice que en su provincia lo hacen y que ahora necesitaba alguien que lo
lleve hasta ahí: era nada menos que los alrededores de Ilabaya.
1
Trabajo para la materia Antropología socio-económica con la Doctora Alison Speeding II-2018
2
Estudiante de la carrera de Sociología en la universidad Mayor de San Andrés
3
Fuente: http://www.eldiario.net/noticias/2016/2016_01/nt60112/nuevos horizontes.php?n=1&-
provincia-larecaja-ilabaya
4
Fuente http://aymarasinfronteras.org/economia-y-comercio-tradicional/el_trueque.html
sacar a su familia adelante y en el resto del tiempo juntos me contó sobre su hijita y
ñietos que viven en La Paz.
Pasando por el desvío que llevaba a Ilabaya, decidió el hombre bajarse unos minutos
antes de llegar al mismo porque su casa se encontraba en el camino, no en el pueblo.
Ahí nos despedimos, y por el estado aturdido que llevaba no le pregunté ni su nombre.
Me aventuré entonces a entrar al pueblo. Una plaza principal junto a una iglesia, de la
que la magnitud y tamaño no esperaba encontrar en un pueblo, me dieron la bienvenida.
Ya sabia que existía trueque, basado en el maíz seco y ollas de barro al menos. Decidí
sacar mis apuntes de las interrogantes que me faltaban hacer y me dispuse a seguir
preguntando. Me acerqué a una señora que charlaba en la plaza. Ella no llevaba pollera
pero hablaba aymara. La treintagenaria me respondió el saludo de manera muy cordial y
se dispuso a escucharme. Me confirmó que si se hace trueque pero que no es la mejor
persona para indicármelo, entonces me llevo con el “señor Heredia” que junto a su
esposa atendían un pequeño comedor a media cuadra de la plaza. Ese hombre si que se
dispuso a hablarme y sin apuro (de seguro porque eran ya las 3.30 de la tarde y ya no
había que atender el local). Entonces, tuve medio información muy valiosa.
Primero, me dijo que si hay trueque. Los campesinos y ellos, los vecinos
(aparentemente se distinguen así) intercambian productos entre ellos y con
“ambulantes” que suelen ir una o dos veces al mes con sus productos a modo de feria.
No existe, sin embargo, una feria real tan grande como de las que se comentan en
batallas o tanto trueque como en la isla Suriqui. Ahora bien, la base de estos trueques
son el maíz seco y las ollas de barro (como me decía el campesino que llevé ne el
coche) pero además candados. Cabe aclarar que me explicó que el maíz seco se lo da en
granos y en mazorcas, “depende de lo que haya”. Las cantidades a intercambiar se
organizan, me dijo, de la siguiente manera: