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ORIGEN BIBLICO DEL ESTADO MODERNO

El mundo está dividido en países del I Mundo: EE.UU, Canadá, Japón,


Alemania, España, Francia, Australia, Suecia, Noruega, Holanda, Suiza
Corea del sur, Israel, etc. Son democráticos, libres y los más prósperos
de la tierra. ¿Por qué?

Países del III Mundo: todos los de África, todos los de Centroamérica y
Latinoamérica (con diferencias de unos a otros), gran parte de los de Asia
y Oceanía. Son los más oprimidos, conflictivos y pobres de la tierra ¿Qué
hicieron para merecer esa suerte?

La respuesta es sorprendente: todos los países del I Mundo, llamados


desarrollados que viven en libertad, democracia, justicia, y prosperidad
se organizan y gobiernan según variantes del modelo de Estado federal
descentralizado de regiones autónomas donde el poder político del
Gobierno civil esta distribuido entre muchas personas; asimismo está
descentralizado el poder económico, el poder judicial, el poder militar, el
poder educativo, el poder contralor; y existe separación de la Iglesia del
Estado, y entre el resto de poderes.

El creador hubiese sido un gran irresponsable si le ordena al genero


humano en Génesis que se multiplique, pueble y gobierne la tierra (algo
que es en extremo atrayente) y no le hubiese dado una manera de
organizar y gobernar la sociedad para vivir en libertad, paz y prosperidad.

Para este propósito en el año 1056 a.C. suministró el Estado federal


descentralizado de regiones autónomas cuando dijo por intermedio del
profeta Natán: “Yo fijaré lugar (Territorio) a mi pueblo Israel (Habitantes)
lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido
(posesión del territorio por las familias dividido en regiones) ni los
inicuos le aflijan mas, como al principio desde el día en que puse (Leyes
y) Jueces sobre mi pueblo Israel (…)y afirmaré tu reino (Gobierno civil) “
(2 Samuel 7.10-12).

Este es el origen bíblico del Estado Moderno.

Hans Kelsen (1881-1973), austriaco, padre del constitucionalismo


moderno, define el Estado “como un ordenamiento jurídico (conjunto de
leyes) que se aplica a los habitantes de un territorio por medio de un
Gobierno Civil”. El ordenamiento jurídico se configura con la
Constitución, las leyes orgánicas, las leyes especiales, reglamentos y
los estatutos que de esta se derivan. La llamada Pirámide de Kelsen.

El modelo de Estado según el cual se organiza y gobierna un país está


contenido en la Constitución que es una distribución de poder entre el
Gobierno civil, las regiones y los habitantes de un país.

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El poder y su distribución es pues el asunto medular de la organización
del Estado y su distribución está asentada en la Constitución

La distribución del poder es importante; porque "Los tres incentivos


fundamentales que dominan la vida del hombre en la sociedad y rigen la
totalidad de las relaciones humanas, son: el amor, la fe y el poder; de una
manera misteriosa están unidos y entrelazados. Sabemos que el poder de
la fe mueve montañas, y que el poder del amor... es el vencedor en todas
las batallas; pero no es menos propio del hombre el amor al poder y la fe
en el poder". (Loewenstein).

“Dos veces he oído esto: que de Dios es el poder” (Salmo 62:11).

El poder es espiritual y material. Espiritual, para hacer riquezas


espirituales o frutos del Espíritu: prodigios y milagros. “Recibiréis poder
cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo (Hechos 1.8).

Poder material: económico, para hacer riquezas materiales. “Dios te da


el poder para hacer las riquezas” (Dt. 8.18); político, para organizar y
gobernar las naciones; judicial para hacer cumplir las leyes, militar para
guardar a la sociedad de los delincuentes internos y de los invasores
externos, y educativo e investigativo para generar, difundir y atesorar
conocimientos. Todas estas son formas del poder material que
correctamente distribuidas y aplicadas generan libertad, paz y
prosperidad.

“Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tu dominas sobre todo; en tu


mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y dar poder a
todos” (1Cr 29.11). Dios dice en su palabra que desea que seamos
prosperados en todas las cosas (3Juan 2.2) “y el Dios de los cielos, él
nos prosperará” (Nehemías 2.20). Para asegurar esta promesa: “Jehová
dará poder a su pueblo; y lo “bendecirá con paz” (Sal 29.11).

La primera Constitución del primer Estado federal descentralizado de


regiones autónomas con separación, descentralización y distribución del
poder político, económico, militar, educativo e investigativo, y judicial; la
elaboraron David Benisai (hijo de Isaí, en el año 1048 a.C.) y los
representantes de las 12 regiones (tribus) del antiguo Israel, quienes se
reunieron en Asamblea Constituyente y redactaron un pacto, entre un rey
y las provincias y ciudadanos del país. Después de firmar el pacto,
coronaron a David como rey; Jefe del Gobierno Civil de un Estado
monárquico federal descentralizado de 12 provincias autónomas
(2Sam.5.3 y 1Cr.11.1-3).

Max Weber (1864-1920) alemán, padre de la sociología moderna, afirma


que “solo en los países donde se dio la Reforma Protestante se originó el
Estado moderno”. En su obra, “La ética protestante y el espíritu del
capitalismo”, estudió los principios políticos de los calvinistas
(protestantes), y demostró que estos crearon una cultura favorable al

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desarrollo democrático y capitalista en los países protestantes, en
comparación con la cultura de los países católicos organizados y
gobernados con principios opuestos

Gracias a la Reforma Protestante se puso la Biblia; sus


principios espirituales y los menos nombrados: los principios
políticos, al alcance del pueblo. Primero en Inglaterra, Jhon Wyclif
(1330-1384) teólogo católico de la universidad de Oxford, tradujo
la Biblia del latín al ingles; y dos siglos mas tarde, en Alemania,
Martín Lutero (1483- 1546) teólogo católico de la universidad de
Wittenberg, traduce la Biblia del griego al alemán y la imprime en
la imprenta que había inventado Gutenberg de la cual tenía tres
en su casa.

El cuestionamiento por Lutero, de la exclusiva interpretación de


la Biblia por el Papado romano, venta de indulgencias y
generalizada corrupción del clero provocó la Reforma que dividió
a la Iglesia católica en dos partes: los protestantes o evangélicos
liderados por Lutero, Calvino, Zwinglio y Wesley entre otros; y los
católicos romanos comandados por el Papa.

Lo novedoso del modelo de Estado federal descentralizado de regiones


autónomas que aparece en la Biblia (2Sam.5.3 – 2Sam.7.10-12 - 1Cr.11.1-3)
consiste, en que se fundamenta en siete principios políticos.

Un principio bíblico es una verdad fundamental clara y extensa que se


encuentra en la Biblia para proporcionar orientación y propósito a la vida
de las personas.

Un principio político bíblico es una verdad fundamental clara y extensa


que se encuentra en la Biblia para proporcionar orientación y propósito a
la organización y gobierno de las naciones.

Los principios bíblicos son los siguientes:

(1) EL PRINCIPIO DEL SERVICIO AL PROJIMO: Quien no vive


para servir, no sirve para vivir (I Pedro 2.10. Efesios 2.10. Mateo
20:28. Romanos 10:3; 12:6,7; 13:3-7) El Gobierno Civil del Estado es
para servir a la ciudadanía, no la ciudadanía para servir al
Gobierno Civil del Estado

El principio del servicio se origina en la naturaleza de “Dios que es


“amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él”
(1Jn 4.16).

En el Antiguo Testamento se usa la palabra hebrea ahab para indicar


preferencia de alguien o de algo, preferir, prestar un servicio

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(Lev.19.18, 34; Ex.23.4,5; Dt. 5.17-21;10.12; Is. 58.7). El amor de Dios al
hombre se expresa mas frecuentemente con la palabra heded que
significa misericordia, gracia.

Dios es amor, significa en realidad Dios es servicio. Por ello este es


el principio supremo de su palabra.

Dios establece el principio del servicio para cumplir su propósito: “Toda


obra del Señor tiene un propósito” (Pr.16.4). “Porque de él; y por él, y
para él, son todas las cosas”(Romanos 11.36). Dios creó al hombre para
su gloria; “ Trae todos los llamados de mi nombre ; para gloria mía los he
creado; los formé y los hice” ( Isaías.43.7).

El Salmo 104, “Dios cuida su creación” enseña que Dios es el primer


servidor de su creación. El servicio aparece de Génesis a Apocalipsis.
Cuando el Señor Jesucristo dijo "amaos los unos a los otros", estaba
diciendo en realidad “servíos los unos a los otros”. “Todo lo que queráis
que los hombres hagan con vosotros, hacedlo también vosotros a ellos,
porque esta es la Ley y los profetas”.

El servicio fue pervertido por Lucifer (encargado del servicio musical) e


introduce en el corazón de Adán, Eva y sus descendientes el principio
opuesto: "servíos de los unos y de los otros" para lo cual tiene que
inducir a matar, robar, destruir, mentir, manipular, etc.

Jesucristo vino a salvar; a restituir la comunión con Dios y a rescatar el


acatamiento del principio de servirse los unos a los otros. Enseñó el
principio del servicio con su ejemplo; dijo en Mateo 20:28 que había
venido "no para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por
muchos".

Aclaró mas su enseñanza con la parábola del buen samaritano en


Lucas10:25-37: un hombre cayó en manos de los ladrones y lo dejaron
medio muerto; pasó un levita y un sacerdote quienes viéndole pasan de
largo; pero llegó un samaritano (extranjero para los judíos) y le sirvió: lo
auxilió. Y preguntó Jesús: ¿cual es el prójimo del que fue asaltado? y
respondió el judío:" el que usó misericordia con el asaltado"; es decir el
que le sirvió a la victima.

Soy prójimo del que necesita mi servicio y lo contrario.

Si se lee 1Co13 cambiando la palabra amor por la palabra servicio se


entiende mejor el significado del mismo.

Cuando la madre de Juan y Santiago pidió al Señor Jesús que fuesen


designados gobernantes en lo que creía que sería el inminente Gobierno
del Mesías; este no cuestionó el deseo de ser gobernantes solo dijo:
”Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas y los
que son grandes ejercen sobre ellas potestad..” y a renglón seguido
indicó cómo deben comportarse los gobernantes: “mas entre vosotros el

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que quiera hacerse grande (gobernante, líder, etc.) será vuestro servidor,
y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro siervo”(Mt.
20.26,27). Es decir, será un servidor público.

Los cargos del gobierno deben desempeñarse con sujeción a la


ética cristiana asumidos como un servicio público.

(2) EL PRINCIPIO DE LA DESCENTRALIZACION DEL PODER


ECONOMICO, POR DESCENTRALIZACIÓN DE LA POSESION DE LA
TIERRA Y SUS RECURSOS
Dios te da el poder para hacer
las riquezas (Dt.8.18)

Dios nos creó libres e iguales ante Él, y por fe en nuestro señor
Jesucristo nos convierte por el poder del Espíritu Santo en Reyes y
Sacerdotes. Reyes para poseer, organizar y gobernar la tierra según sus
principios y hacerla producir; y sacerdotes para comunicarnos
directamente con Dios sin intermediarios mediante su Palabra y el
Espíritu Santo .

Dios establece este principio relativo al poder económico en la ocasión en


que repartió en propiedad la tierra a cada tribu del antiguo Israel para
que las familias la trabajaran, la gobernaran con plena autonomía, y
organizaran la producción de bienes y servicios.

“Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos,


de aguas, de fuentes y de manantiales que brotan en vegas y montes;
tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos de
aceite y de miel; tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te
faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes
sacarás cobre. Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios
por la buena tierra que te habrá dado (Deut. 8.7-10).

La tierra fue repartida a las familias (Nm. 26. 55; Josué 14.1).

“Yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo…; y recogerás tu grano, tu


vino y tu aceite…Daré también hierba en tu campo para tus ganados...”
(Deut:11.14y15).

Tener la capacidad y medios para producir bienes y servicios, venderlos


y percibir ganancias, ahorrar y reinvertir es poder económico.

“La familia es la unidad económica de toda la sociedad. El suelo


cultivable debe ser repartido en forma permanente entre las familias,
como propiedad. Los recursos minerales que se encuentran en el suelo
(y subsuelo) deben ser también propiedad de las familias que poseen la
tierra, de tal manera que la sociedad sea una asociación de familias
productoras. Los países que han logrado un desarrollo social e industrial,
(económico) en libertad, basado en la agricultura, han tomado este
modelo bíblico” (Marin 1987).

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El propósito de Dios al descentralizar la posesión del territorio mediante
un reparto equitativo de la misma entre las tribus (familias) israelitas, fue
descentralizar la producción de riquezas, es decir descentralizar el poder
económico, suministrándole a las familias recursos para que mediante el
trabajo, la productividad y el acatamiento del principio del servicio,
obtuviesen prosperidad. Con el mismo propósito descentralizó el poder
político al conferirle a las tribus la autorización para gobernar sus
regiones. Obsérvese que Dios les dio la tierra a las familias no al
Gobierno nacional civil, ni a la Iglesia.

“Dicho en otras palabras Dios no desea que el Gobierno y la Iglesia sean


empresarios. De acuerdo a la enseñanza bíblica, entonces, el Gobierno no
puede ser administrador de empresas económicas, Eso le corresponde a
la gente, a las familias, al pueblo. Es más bien el pueblo que mantiene
económicamente a su Gobierno; no al revés. Cuando el Gobierno
administra empresas productoras, estas se hacen improductivas y no
rentables, y son fuentes de corrupción y pobreza de la nación, porque los
Gobiernos siempre han administrado mal a las empresas, lo están
haciendo mal y lo harán mal, siempre, porque es contrario a la enseñanza
bíblica”(Marin. 1987)

Por tanto: no al Gobierno latifundista y empresario que administra mal y


es, ha sido y será impotente para mantener a las familias.

(3) EL PRINCIPIO DE LA DESCENTRALIZACION DEL PODER POLITICO


DEL GOBIERNO CIVIL DEL ESTADO.

Dios creó al hombre y a la mujer para que fructificaran mediante el trabajo


(Levítico 26.6. Dt 11.11-15); se multiplicaran y gobernaran la tierra (Gen
1.27. 28,31); para gloria de Dios, y felicidad, paz y prosperidad de las
naciones.

Para orientar la sociedad Dios creó la Iglesia (Ef.4:11-16,1Pedro 5:1-5);


para asegurar una descendencia para Dios creó la familia (Gén.1:28,
Ef.5:21-6); para producir riquezas materiales creo el trabajo (Gén.1:28-29,
2:15, 2:19-10) como base de la economía.

Para organizar y gobernar la sociedad y para que esta disfrute de


prosperidad, libertad y paz, Dios creó el Estado federal descentralizado
de regiones autónomas

Las funciones del Gobierno civil del Estado son las siguientes: proteger
al que hace el bien, reprimir al que hace el mal, implementar servicios
públicos, cobrar impuestos, administrar justicia y promover la economía,
alabar al que hace lo bueno, castigar al que hace lo malo, facilitar y
proteger la función de la Iglesia, o sea, velar por el acatamiento de los
derechos humanos, sociales, económicos, educativos, y el cumplimiento
de las leyes (Rom.13:1-7 y Dt.17:18-2.

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La creación del Estado federal descentralizado de regiones autónomas en
el antiguo Israel se hizo mediante un proceso: primero, se repartió el
territorio (uno de los cuatro componentes del Estado) a las familias
otorgándole una porción del mismo (región) a cada tribu) según su
tamaño (número de familias); excepto a la Iglesia (tribu sacerdotal de
Leví) y autorización a los jefes de las tribus para que gobernaran sus
regiones autónomas. Mas tarde Dios accedió a designar un rey que tenía
jurisdicción sobre todo el territorio de Israel y un radio limitado de
atribuciones, debiendo compartir el poder con los gobiernos regionales, y
cumplir además algunos requisitos y condiciones para ocupar el
trono. De esta manera se garantizaba la descentralización del poder
político.

El principio de la descentralización del poder político lo establece Dios en


la oportunidad en que dispuso que los jefes de las tribus que ya habían
sido dotadas de territorios y de todo un conjunto de leyes, aplicasen
estas últimas mediante gobiernos regionales autónomos y jueces
regionales. “Entonces los príncipes de Israel, los jefes de las casas de
sus padres, los cuales eran los príncipes de las tribus, que estaban sobre
los contados, ofrecieron; y trajeron sus ofrendas delante de Jehová”
:”(Nm.7.2).

El pueblo de Israel desde los días de Jacob, y durante la monarquía vivió


bajo un sistema de gobiernos regionales autónomos. Después se añadió
un gobierno nacional al frente del cual estaba un rey, y se estableció una
clara distribución de derechos y deberes entre los gobiernos regionales y
el gobierno nacional.

Los Consejos de ancianos en cada tribu y el Consejo Nacional de


ancianos en el antiguo Israel eran los parlamentos regionales y nacional
respectivamente.

“Cuando hayas entrado en la tierra que Dios te da y tomes posesión de


ella y la habites, y digas: pondré un rey sobre mi (…) pondrás por rey al
que Jehová escogiere (Dt. 17:14-20).

Efectivamente los representantes de las tribus pidieron por intermedio


del profeta Samuel la designación de un rey. A Dios no le gustó la idea;
porque sabía de las corrupciones en las que incurriría el rey:
“ tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros y en sus gente de a
caballo, para que corran delante de su carro; nombrará para sí jefes de
miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus
campos y sieguen sus mieses, y que hagan sus armas de guerra y los
pertrechos de sus carros. Tomará también a vuestras hijas para que sean
perfumadoras, cocineras y amasadoras. Asimismo tomará lo mejor de
vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares y los dará a sus
siervos. Diezmará también vuestros rebaños, y seréis sus siervos” (I
Samuel 8:11-18).

El pueblo insistió, y Dios accedió a designar un primer rey, Saúl.

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El rey Saúl se reveló como incompetente: se enfrascó en una guerra
interna contra David quien comandaba una especie de guerrilla que
ofrecía protección a los ganaderos y agricultores a cambio de comida; al
mismo tiempo libraba otra guerra externa contra los invasores (filisteos);
y usurpó funciones del poder religioso. Pierde la vida en batalla junto
con sus hijos y desapareció la monarquía.

David derrota a los invasores y conquista la ciudad de Jerusalén.


Entonces se presentó la necesidad de reorganizar el Estado y su
respectivo Gobierno. Para esto se reunieron los representantes de todas
las tribus en una Asamblea Constituyente, que se encargó de redactar un
pacto; una “Carta de derechos”, es decir, una Constitución: un pacto
social que no es más que una distribución de poderes y deberes entre el
Rey y las Provincias. Después de firmar el pacto coronaron a David como
Rey: Jefe de un Estado federal descentralizado de 12 provincias
autónomas (2Sam.5.3).

Pero ¿por qué dispuso Dios la descentralización y distribución del poder


entre el mayor número de personas? Porque la centralización del poder
en alguna de sus formas en una sola persona, en pocas personas o en
una agrupación política corrompe a gobernantes y gobernados e impide
el desarrollo socioeconómico y cultural de la sociedad; y conduce
indefectiblemente a la tiranía.

Tener atribuciones y capacidad para expedir disposiciones vinculantes y


para hacerlas cumplir es poder.

El Estado federal descentralizado de regiones autónomas es un


dispositivo que previene la tiranía.

“¡Ay de los que dictan leyes injustas, y prescriben tiranía, para apartar del
juicio a los pobres, y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo;
para despojar a las viudas, y robar a los huérfanos! ¿Y que haréis en el
día del castigo? ¿A quien os acogeréis para que os ayude cuando venga
de lejos el asolamiento? ¿En donde dejaréis vuestra gloria? ” (Isaías10:1-
3).

“La Biblia y los protestantes enseñan que el género humano es una


especie profundamente afectada moralmente como consecuencia de la
caída de Adán. Por supuesto, los seres humanos pueden hacer buenos
actos y realizar acciones que muestran que, aunque empañadas, llevan
en sí la imagen y semejanza de Dios. Sin embargo, la tendencia al mal es
innegable y hay que guardarse de ella cuidadosamente. Por ello, el poder
político debe dividirse para evitar que se concentre en unas manos —lo
que siempre derivará en corrupción y tiranía— y debe ser controlado. (…)
(y dividido) en varias instancias que se frenan y contrapesan entre sí
evitando la corrupción” (Cesar Vidal)

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Sobre la corrupción que origina la concentración del poder, declaró San
Agustín de Hipona (354 - 430), el mas grande doctor de la Iglesia Cristiana
Latina; en su obra “La Ciudad de Dios”.T IV. Cap. IV: “las asambleas de
bandidos son como imperios pequeños: tropa de hombres gobernados
por un jefe, unidos por cierta alianza, que se reparten el botín según lo
convenido. Si una compañía de este tipo crece y cuenta con perversos
suficientes en sus filas como para conquistar lugares y asentar su
poderío, tomando villas y sometiendo pueblos, entonces se le llama el
(Gobierno civil del) Estado”.

Juan Calvino, el gran reformador manifestó: “Todos estamos inclinados a


equivocarnos. El poder del gobierno debe estar distribuido entre el mayor
número de personas, para que si alguna se equivoca el daño no sea
grande.

(4) EL PRINCIPIO DE LA DESCENTRALIZACION DEL PODER MILITAR.

Una de las funciones del Gobierno Civil Regional y Nacional es proteger


a la ciudadanía de la delincuencia violenta que utiliza armas para robar,
matar y destruir; por ello se crean los ejércitos regionales con funciones
de protección, prevención y disuasión.

A esto se refiere el Apóstol Pablo cuando dice: “Porque los magistrados


no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres,
pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella;
porque es servidor de Dios, para tu bien. Pero si haces lo malo, teme;
porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador
para castigar al que hace lo malo.”(Ro. 13:3,4)

Dios dispuso que cada tribu del antiguo Israel tuviera su propio ejército.
“Habló Jehová a Moisés en el desierto de Sinaí (…) Tomad el censo de
toda la congregación de los hijos de Israel, por sus familias, por las casas
de sus padres (…) de veinte años arriba, todos los que puedan salir a la
guerra (Nm. 1: 2,3).

Cuando había agresión a Israel de alguna nación extranjera; como


Madián que invadía y asolaba constantemente a Israel; se reunía un
ejército compuesto por contingentes que procedían de los doce ejércitos
regionales: un contingente por cada una de las doce tribus.

“Y Moisés (por orden de Dios) los envió a la guerra (contra Madián que
trató de corromper y destruir a Israel); mil de cada tribu envió “(Nm. 31: 6,
7).

No obstante la guerra no es la primera opción, ni un mandamiento, ni una


institución, ni algo que enaltezca; sino un recurso desagradable que
contamina; por ello se lee: “Y vosotros cualquiera que haya dado muerte
a personas, y cualquiera que haya tocado muerto, permaneced fuera del
campamento siete días, y os purificareis al tercer día y al séptimo,
vosotros y vuestros cautivos. Asimismo purificareis todo vestido y toda

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prenda de pieles y toda obra de pelo de cabra y todo utensilio de mande”
(Nm. 3119,20). Dios también dio leyes sobre la guerra (Dt. 20).

Cuando no hay guerras contra invasores, existe una guerra interna contra
los delincuentes violentos. Cada ejército regional debe cumplir funciones
policiales de prevención, orientación y eventualmente represión.

Dios no quiso jamás un ejército nacional permanente. Cuando Israel pidió


rey, predijo que este trataría de formar un ejercito permanente nacional:
“tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros y en sus gente de a
caballo, para que corran delante de su carro; nombrará para sí jefes de
miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus
campos y sieguen sus mieses, y que hagan sus armas de guerra y los
pertrechos de sus carros” (I Samuel 8:11-18).

.El primer rey de Israel, Saúl, después de una campaña militar exitosa del
ejercito nacional, lo disolvió como era usual; pero creó, tal como había
previsto Dios, un ejercito nacional permanente: “escogió luego tres mil
hombres de Israel, de los cuales estaban con Saúl dos mil (…) y mil con
Jonatan y envió el resto del pueblo a sus tiendas” (1S. 13:2).

El rey David que venía de comandar una guerrilla de 600 hombres que
efectuaba labores de policía y cambiaba alimentos por protección a los
agricultores y ganaderos, después de ser coronado rey, mantuvo el
ejercito que creó Saúl y censó al pueblo para contar los soldados y
aumentar su ejercito. La respuesta de Dios, ante un aparente e inocente
censo fue muy dura (1Cr. 21) (2S24): casi destruye a toda Jerusalén.

Evidentemente Dios no deseaba un gran ejército nacional al mando del


rey que centralizara en sus manos todo el poder militar y anulara por
completo la autonomía militar y policial de las regiones.

Si Dios les concedió a las familias propiedad sobre el territorio dividido


en regiones, capacidad para gobernarse, para educar a los hijos y
administrar justicia; también le concedió capacidad para tener sus
propios ejércitos y sus propias armas a fin de defenderse de la
delincuencia interna y externa.

No obstante las armas y la guerra no son para siempre: “acontecerá en


lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de
Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y
correrán a el todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán:
venid, y subamos al monte de Jehová; a la casa del Dios de Jacob; y nos
enseñará sus caminos, y caminaremos en su senda. Porque de Sión
saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová, Y juzgará entre las
naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en
ruedas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra
nación, ni se adiestrará mas para la guerra” (Is.2:2-4; Mi.4:1-3).

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Los ejércitos Nacionales al mando de un Jefe de Estado han sido
generadores de guerras internacionales de ocupación, exterminio y
rapiña; y un generador de golpes de estado para asaltar el Gobierno del
Estado; una fuente de tiranías.

Los gastos que hacen las naciones en material de guerra son enormes, y
serían mas que suficientes para proveer educación, salud, capacitación
técnica, créditos y oportunidades al pueblo para generar riqueza; y para
emprender obras de utilidad pública, construcción de infraestructura,
educación para todos, asistencia medica de calidad, jubilaciones dignas,
saneamiento ambiental y recuperación de bosques, y ríos dañados por la
explotación intensiva y la contaminación ambiental.

Las carreras armamentistas producen cementerios de chatarra bélica que


puede ser matera prima para elaborar maquinas productoras de bienes.

Las ventajas de poseer ejércitos regionales de los cuales se puede


formar cuando sea necesario un ejército nacional provisorio durante el
tiempo que dure una necesidad de defensa, es muy grande. Dios bendice
con paz y prosperidad a las naciones que obedecen este principio
descentralizador del poder militar.

Suiza y Costa Rica carecen de ejércitos nacionales, no obstante tienen


fuerzas armadas constituidas y organizadas de maneras no
convencionales muy eficientes que cumplen con funciones policiales y
eventualmente de defensa nacional. Son un ejemplo a seguir por todos
los países del mundo.

Tener las regiones atribuciones, armas y capacidad para utilizarlas en


resguardo de la seguridad de los ciudadanos y cumplimiento de las leyes
y defensa del país frente a invasiones externas es tener poder.

(5) EL PRINCIPIO DE LA DESCENTRALIZACION DEL PODER JUDICIAL:


“El respeto al derecho ajeno es la paz” (Juárez)

Una de las funciones del Gobierno Nacional y de los Gobiernos


Regionales es administrar la justicia. La palabra justicia
(Equidad, Integridad, Juicio, Rectitud, Santidad, Santificación, Verdad)
aparece mas de 188 veces en la Biblia.

La administración de justicia es muy importante. “No harás injusticia en


el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con justicia
juzgarás a tu prójimo” (Lv. 19.15)

”No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes


soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las
palabras de los justos. La justicia, la justicia seguirás, para que vivas y
heredes la tierra que Jehová tu Dios te da” ( Dt.16.19-20).

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Este principio lo instaura Dios en pleno desierto del Sinaí: “Aconteció
que al día siguiente se sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo
estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde. Viendo el
suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto
que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tu solo, y todo el pueblo
está delante de ti desde la mañana hasta la tarde?

Y Moisés respondió a su suegro: Porque el pueblo viene a mí para


consultar a Dios. Cuando tienen asuntos vienen a mí; y yo juzgo entre el
uno y el otro y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes. Entonces el
suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que hace. Desfallecerás del
todo, tu, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es
demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tu solo.

Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el


pueblo delante de Dios y somete tú los asuntos a Dios. Y enseña a ellos
las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben
andar, y lo que han de hacer. Demás escoge tu de entre todo el pueblo
varones de virtud temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan
la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, e
cincuenta y de diez. Ellos juzgaran al pueblo en todo tiempo; y todo
asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgaran todo asunto pequeño.

Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo. Si esto


hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás sostenerte, y también todo este
pueblo irá en paz a su lugar. Y oyó Moisés la voz de su suegro e hizo todo
lo que le dijo. Escogió Moisés varones de virtud de entre todo Israel, y
los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil, sobre ciento, sobre
cincuenta, y sobre diez. Y juzgaban al pueblo en todo tiempo; el asunto
difícil lo traían a Moisés, y ellos juzgaban todo asunto pequeño“
(Éxodo 18. 15-26)).

Dios desea que la tarea de juzgar no recaiga en una sola persona porque
esta puede hastiarse y ser desbordada por la cantidad de casos o por la
ignorancia de los aspectos de cada caso o por la compraventa de
sentencias. Por tanto dispuso un Juez supremo (Moisés) con jurisdicción
sobre todo el territorio, y jueces menores sobre entidades territoriales
mas pequeñas: una comarca, un pueblito, una ciudad pequeña, una
ciudad grande, etc.:“Jueces y oficiales pondrás en todas tus ciudades
que tu Dios te dará en tus tribus, los cuales juzgaran al pueblo con justo
juicio” (Dt.16.18).

Tener atribuciones para emitir fallos condenatorios o absolutorios en


litigios entre ciudadanos y la capacidad para hacerlos cumplir es poder.

(6) EL PRINCIPIO DE LA DESCENTRALIZACION DEL PODER EDUCATIVO


E INVESTIGATIVO.

Dios establece el principio de la descentralización del poder educativo,


en la oportunidad en que encomienda a cada tribu la educación de sus

12
hijos. “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y
las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y
andando por el camino, y cuando te levantes (Dt. 6:6-7)

Dios responsabiliza a la familia de la educación de los hijos (Ex. 12:26, 27;


Dt. 4:9-10; 6:4-9; 18,19) porque los hijos no entran en la sociedad civil
por si mismos sino por medio de la comunidad en la que nacieron.
.
“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las
repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando
por el camino, y cuando te levantes (Dt. 6:6-7

Esto implica la enseñanza religiosa: "conocimiento del Santísimo que es


la inteligencia" (Proverbios 9.10); enseñanza convencional: normas de
convivencia en sociedad; porque "El alma sin ciencia no es buena"
(Proverbios 19); y, la capacitación profesional mediante la enseñanza
politécnica. Y dijo Moisés: “Jehová ha nombrado a Bezaleel y lo ha
llenado del Espíritu de Dios en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en
todo arte, para proyectar diseños, para trabajar en oro, plata y bronce, y
en talla de piedras de engaste, y en obra de madera, para trabajar en toda
obra ingeniosa. Y ha puesto en su corazón el que pueda enseñar”
(Exodo35:30-35).

Dios quiso que esta responsabilidad descansara en manos de las familias


para que la asuman con la ayuda de la Iglesia y del Gobierno. Este tiene
entre sus funciones facilitar las actividades educativas pero no tiene
ningún derecho a imponer una doctrina, un plan de estudios o una moral
ni tampoco centralizarlas, sino implementar lo que de mutuo acuerdo
presenten en materia de educación las familias y las diferentes Iglesias.

La educación politécnica es literalmente cuestión de vida o muerte; de


atraso o progreso; de generación de riqueza o de pobreza. Como se
demuestra en los siguientes hechos:

”En 1940, Hitler sabía que los EEUU no tenían una gran marina mercante
y sus destructores eran pocos y anticuados. Casi tampoco tenían una
industria óptica (...) Pero aprendieron a capacitar trabajadores casi
totalmente no calificados, muchos de ellos antiguos aparceros, y en el
término de 60 o 90 días los convirtieron en soldadores de primera,
constructores de barcos y de aparatos ópticos de precisión y calidad
(Gracias a la aplicación del estudio del trabajo realizado por F.W. Taylor, y

13
además en línea de producción(...).Adam Smith había dado por sentado
cincuenta años de experiencia, y mas probablemente un siglo, para que
un país o región adquiriera las habilidades necesarias para producir
bienes de alta calidad(...).EEUU pudo montar la producción que
finalmente derrotó a Alemania y Japón en la II Guerra Mundial(...).

Todas las potencias económicas de posguerra deben su ascenso a la


capacitación que vino a ser el único motor de desarrollo económico
realmente eficaz” (Drucker.1998), combinado con la organizaron y
gobierno de las mismas mediante constituciones que respetan los
principios bíblicos. Todas son Estados descentralizados de regiones
autónomas con economías capitalistas de libre mercado. Todas se
apoyaron en la profesionalización: “el éxito pedagógico mas grande de
EE UU en todo el siglo XX” (Goodson.1995)

El principio de la descentralización del poder educativo trae aparejada la


necesidad de organizar la educación en subsistemas regionales libres,
autónomos e interconectados entre de educación convencional y de
educación politécnica a todos los niveles; a fin de que los educadores y
los planteles educativos asuman por cuenta y decisión propias en
concertación con la comunidad y las Iglesias, la concepción, desarrollo,
organización, enseñanza y administración de todas las actividades
académicas, administrativas, de investigación, servicio, y su vinculación
con el entorno social.

Tener atribuciones y capacidad para generar y difundir conocimientos es


poder.

(7) EL PRINCIPIO DE LA SOLIDARIDAD INTERREGIONAL Y LA


PRESERVACION DE LA INTEGRIDAD TERRITORIAL.

La autonomía regional no significa desunión, caos, ni libertinaje entre las

regiones, sino todo lo contrario: una fuerte solidaridad entre ellas, orden

y solidaridad.

Las regiones son hermanas unidas por tres fuertes vínculos: un primer

vínculo religioso: Y Jehová dijo a Moisés: “ofrecerán su ofrenda, un

príncipe un día y otro príncipe otro día, para la dedicación del altar” (Nm

7.11).

Un segundo vínculo: la posesión en común de la tierra repartida en

regiones con el mandato de cuidarla, trabajarla para vivir en sana

14
convivencia: ”Mirad cuan delicioso es habitar los hermanos juntos en

armonía…Porque allí envía Jehová bendición y vida eterna”(Sal 133.1-3);

y un tercer vínculo: la obligatoria solidaridad en caso de agresión contra

alguna región por parte de países extranjeros: “ Y Moisés los envió a la

guerra; mil de cada tribu envió y pelearon contra Madián, como Jehová lo

mandó“((Nm. 31. 6-7).

Los siete principios políticos bíblicos se reducen a dos: servicio al

prójimo, y descentralización de todo tipo de poder entre el mayor

número de personas.

La unión es poder.

El modelo de gobierno civil que se desprende de los principios bíblicos


es uno donde se distribuye el poder político como se hace en un régimen
parlamentario de gobierno: el poder Ejecutivo está dividido entre el Jefe
de Estado (Presidente de la República) y el Jefe del Gobierno (Primer
Ministro). El Jefe de Estado posee una parte del poder y desarrolla un
papel simbólico y de influencia psicosocial que es esencial y de altísima
dignidad para mantener la integración nacional.

El Primer Ministro tiene otra porción del poder: es el Jefe del Gobierno o
del Ejecutivo, preside y dirige el Gabinete Ministerial, es seleccionado por
el Parlamento Nacional, depende del beneplácito y confianza de este ante
el cual responde. El Parlamento Nacional puede disolver todo el Gabinete
o sólo despedir al Primer Ministro mediante un voto de censura o de
desconfianza.

Se puede comparar el modelo de Estado federal descentralizado de

regiones autónomas con un Condominio de viviendas unifamiliares

autónomas donde cada construida es autónoma familia es propietaria de

su casa y terreno donde está construida. Existe una Junta de Condominio

o de propietarios cuyo presidente es equivalente al Jefe del Estado

Federal; lo elige la junta de propietarios y asimismo elige al Administrador

que es el jefe del Gobierno del Condominio que ejerce con la Conserjería

que es su gabinete. La ley de Condominio es equivalente a la

15
Constitución Nacional y el documento del Condominio al estatuto de

autonomía de cada vivienda que es equivalente a las regiones autónomas

de un Estado Federal.

.
Para fundar en 1787 los EE UU, los líderes se apoyaron en la Biblia: en
lugar de Rey, Juez Supremo y jueces menores, crearon los cargos de
Presidente de la Unión, Presidente de la Corte Suprema de Justicia y
Presidentes de Cortes menores; honrando el principio de
descentralización y distribución equitativa del poder que caracteriza a
todo Estado federal descentralizado. Unión de provincias dueñas de su
territorio y autónomas del antiguo Israel, se tomó como referencia para
establecer la Unión de Colonias dueñas de su territorio y autónomas que
luego se convirtió en la Unión de Estados en Norteamérica.

En el dinero de EE UU figura una leyenda: “In god we trust” (en Dios


confiamos); es una frase del Salmo 56 de David, que se repite seis
veces. Los Presidentes de EE UU juran en la ceremonia de asunción al
poder poniendo una mano sobre la Biblia; al igual que quienes
intervienen en las Cortes Judiciales.

La palabra “federal” fue acuñada por los teólogos protestantes ingleses


en 1625 (proviene del vocablo latino foedus que significa pacto o
alianza) para designar los pactos de Dios con Adán, Noé, Abraham,
Moisés, David, ofrecidos al pueblo judío; hasta el último pacto - por fe - en
la sangre de Jesucristo, que son válidos para toda la humanidad. En el
antiguo Medio Oriente se sellaban los grandes negocios y acuerdos
mediante un pacto de sangre (“ferire icere foedus”): los pactantes se
hacían una pequeña herida en la mano (herir, viene de ferire) y luego
unían las heridas. Era un pacto solemne e irrevocable.

Es muy esclarecedor indagar sobre el origen de la Constitución de los EE


UU

“La Constitución de los Estados Unidos es un documento de unas


características realmente excepcionales. De entrada, es el primer texto
que consagra un sistema de gobierno de carácter democrático en una
época en que tal empeño era interpretado por la aplastante mayoría de
habitantes del orbe como una peligrosa manifestación de desvarío
mental.

El origen y las influencias de la Constitución de los Estados Unidos


constituyen uno de los temas más apasionantes de la Historia
contemporánea. Siendo la primera constitución democrática de la
Historia y conteniendo en su seno una peculiar doctrina de la división de

16
poderes

Por añadidura, el sistema democrático contemplado en sus páginas era


bien diferente de otras construcciones políticas anteriores en especial en
lo referido al principio de división de poderes —un sistema de checks and
balances o frenos y contrapesos— que ha servido históricamente para
evitar la aniquilación del sistema tal y como ha ocurrido repetidas veces
con otras constituciones aplicadas al sur del río Grande o en Europa.

La Constitución de Estados Unidos es el fruto de un largo proceso


histórico iniciado en Inglaterra con la Reforma del siglo XVI. Mientras el
continente europeo se desgarraba en el conflicto entre Reforma y
Contrarreforma, la Inglaterra de Enrique VIII optó por un comportamiento
cuando menos peculiar.

El monarca inglés provocó un cisma con Roma pero, a la vez, se


manifestó ferozmente antiprotestante persiguiendo a los partidarios de la
Reforma y manteniendo un sistema dogmático sustancialmente católico.
Sólo la llegada al trono de su hijo Eduardo permitiría que en Inglaterra se
iniciara una reforma muy similar a la que estaba experimentando el
continente.

Es cierto que la reina María Tudor —conocida por sus súbditos como “la
sanguinaria” por la persecución desencadenada contra los protestantes
— intentaría desandar ese camino pero su hermana Isabel, una vez en el
trono, consolidó la orientación protestante del reino especialmente tras
ser excomulgada por el Papa. Con todo, la manera tan peculiar en que el
proceso había sido vivido en Inglaterra tuvo notables consecuencias.
Mientras que un sector considerable de la iglesia anglicana se sentía a
gusto con una forma de protestantismo muy suave que, históricamente,
se consolidaría como la confesión protestante más cercana a Roma, otro
muy relevante abogaba por profundizar esa reforma amoldando la
realidad eclesial existente a los modelos contenidos en el Nuevo
Testamento.

Los partidarios de esta postura recibieron diversos nombres: puritanos,


porque perseguían un ideal de pureza bíblica, presbiterianos, porque sus
iglesias se gobernaban mediante presbíteros elegidos en lugar de
siguiendo un sistema episcopal como el católicorromano o el anglicano,
y también calvinistas, porque su teología estaba inspirada
vehementemente en las obras del reformador francés Juan Calvino. Este
último aspecto tuvo enormes consecuencias en muchas áreas — entre

17
ellas las de un enorme desarrollo económico y social en Inglaterra —
pero nos interesa especialmente su influjo en la política. Como señalaría
el estadista inglés sir James Stephen, el calvinismo político se resumía
en cuatro puntos: 1. La voluntad popular era una fuente legítima de poder
de los gobernantes; 2. Ese poder podía ser delegado en representantes
mediante un sistema electivo; 3. En el sistema eclesial clérigos y laicos
debían disfrutar de una autoridad igual aunque coordinada y 4. Entre la
iglesia y el estado no debía existir ni alianza ni mutua dependencia.

Sin duda, se trataba de principios que, actualmente, son de


reconocimiento prácticamente general en occidente pero que en el siglo
XVI distaban mucho de ser aceptables....Durante el siglo XVII, los
puritanos optaron fundamentalmente por dos vías. No pocos decidieron
emigrar a Holanda —donde los calvinistas habían establecido un peculiar
sistema de libertades que proporcionaba refugio a judíos y seguidores de
diversos credos— o incluso a las colonias de América del norte.

De hecho, los famosos y citados Padres peregrinos del barco Mayflower


no eran sino un grupo de puritanos. Por el contrario, los que
permanecieron en Inglaterra formaron el núcleo esencial del partido
parlamentario —en ocasiones hasta republicano— que fue a la guerra
contra Carlos I, lo derrotó y, a través de diversos avatares, resultó
esencial para la consolidación de un sistema representativo en Inglaterra.

La llegada de los puritanos a lo que después sería Estados Unidos fue un


acontecimiento de enorme importancia. Puritanos fueron entre otros
John Endicott, primer gobernador de Massachusetts; John Winthrop, el
segundo gobernador de la citada colonia; Thomas Hooker, fundador de
Connecticut; John Davenport, fundador de New Haven; y Roger Williams,
fundador de Rhode Island. Incluso un cuáquero como William Penn,
fundador de Pennsylvania y de la ciudad de Filadelfia, tuvo influencia
puritana ya que se había educado con maestros de esta corriente
teológica. Desde luego, la influencia educativa fue esencial ya que no en
vano Harvard —como posteriormente Yale y Princeton— fue fundada en
1636 por los puritanos.

Puritanos fueron entre otros John Endicott, primer gobernador de


Massachusetts; John Winthrop, el segundo gobernador de la citada
colonia; Thomas Hooker, fundador de Connecticut; John Davenport,
fundador de New Haven; y Roger Williams, fundador de Rhode Island.
Incluso un cuáquero como William Penn, fundador de Pennsylvania y de

18
la ciudad de Filadelfia, tuvo influencia puritana ya que se había educado
con maestros de esta corriente teológica. Desde luego, la influencia
educativa fue esencial ya que no en vano Harvard —como posteriormente
Yale y Princeton— fue fundada en 1636 por los puritanos.

Cuando estalló la revolución americana a finales del siglo XVIII, el peso


de los puritanos en las colonias inglesas de América del norte era
enorme. De los aproximadamente tres millones de americanos que
vivían a la sazón en aquel territorio, 900.000 eran puritanos de origen
escocés, 600.000 eran puritanos ingleses y otros 500.000 eran calvinistas
de extracción holandesa, alemana o francesa. Por si fuera poco, los
anglicanos que vivían en las colonias eran en buena parte de simpatía
calvinistas ya que se regían por los Treinta y nueve artículos, un
documento doctrinal con esta orientación.

Así, dos terceras partes al menos de los habitantes de los futuros


Estados Unidos eran calvinistas y el otro tercio en su mayoría se
identificaba con grupos de disidentes como los cuáqueros o los
bautistas. La presencia, por el contrario, de católicos era casi testimonial
y los metodistas aún no habían hecho acto de presencia con la fuerza que
tendrían después en Estados Unidos. El panorama resultaba tan obvio
que en Inglaterra se denominó a la guerra de independencia de Estados
Unidos “la rebelión presbiteriana” y el propio rey Jorge III afirmó:
“atribuyo toda la culpa de estos extraordinarios acontecimientos a los
presbiterianos”. Por lo que se refiere al primer ministro inglés Horace
Walpole, resumió los sucesos ante el parlamento afirmando que “la prima
América se ha ido con un pretendiente presbiteriano”.

No se equivocaban y, por citar un ejemplo significativo, cuando


Cornwallis fue obligado a retirarse para, posteriormente, capitular en
Yorktown, todos los coroneles del ejército americano salvo uno eran
presbíteros de iglesias presbiterianas. Por lo que se refiere a los
soldados y oficiales de la totalidad del ejército, algo más de la mitad
también pertenecían a esta corriente religiosa. Sin embargo, el influjo de
los puritanos resultó especialmente decisivo en la redacción de la
constitución. Ciertamente, los cuatro principios del calvinismo político
arriba señalados fueron esenciales a la hora de darle forma pero a ellos
se unió otro absolutamente esencial que, por si solo, sirve para explicar
el desarrollo tan diferente seguido por la democracia en el mundo
anglosajón y en el resto de occidente.

19
La Biblia —y al respecto las confesiones surgidas de la Reforma fueron
muy insistentes— enseña que el género humano es una especie
profundamente afectada moralmente como consecuencia de la caída de
Adán. Por supuesto, los seres humanos pueden hacer buenos actos y
realizar acciones que muestran que, aunque empañadas, llevan en sí la
imagen y semejanza de Dios.

Sin embargo, la tendencia al mal es innegable y hay que guardarse de ella


cuidadosamente. Por ello, el poder político debe dividirse para evitar que
se concentre en unas manos —lo que siempre derivará en corrupción y
tiranía— y debe ser controlado. Esta visión pesimista — ¿o simplemente
realista?— de la naturaleza humana ya había llevado en el siglo XVI a los
puritanos a concebir una forma de gobierno eclesial que, a diferencia del
episcopalismo católico o anglicano, dividía el poder eclesial en varias
instancias que se frenaban y contrapesaban entre sí evitando la
corrupción.

Esa misma línea fue la seguida a finales del siglo XVIII para redactar la
constitución americana. De hecho, el primer texto independentista
norteamericano no fue, como generalmente se piensa, la declaración de
independencia redactada por Thomas Jefferson sino el texto del que el
futuro presidente norteamericano la copió. Éste no fue otro que la
Declaración de Mecklenburg, un texto suscrito por presbiterianos de
origen escocés e irlandés, en Carolina del norte el 20 de mayo de 1775.

La Declaración de Mecklenburg contenía todos los puntos que un año


después desarrollaría Jefferson desde la soberanía nacional a la lucha
contra la tiranía pasando por el carácter electivo del poder político y la
división de poderes. Por añadidura, fue aprobada por una asamblea de
veintisiete diputados —todos ellos puritanos— de los que un tercio eran
presbíteros de la iglesia presbiteriana incluyendo a su presidente y
secretario.

La deuda de Jefferson con la Declaración de Mecklenburg ya fue


señalada por su biógrafo Tucker pero además cuenta con una clara base
textual y es que el texto inicial de Jefferson —que ha llegado hasta
nosotros— presenta notables enmiendas y éstas se corresponden
puntualmente con la declaración de los presbiterianos. El carácter
puritano de la Constitución —reconocida magníficamente, por ejemplo,
por el español Emilio Castelar— iba a tener una trascendencia innegable.

20
Mientras que el optimismo antropológico de Rousseau derivaba en el
terror de 1792 y, al fin y a la postre, en la dictadura napoleónica o el no
menos optimismo socialista propugnaba un paraíso cuya antesala era la
dictadura del proletariado, los puritanos habían trasladado desde sus
iglesias a la totalidad de la nación un sistema de gobierno que podía
basarse en conceptos desagradables para la autoestima humana pero
que, traducidos a la práctica, resultaron de una eficacia y solidez
incomparables.

Si a este aspecto sumamos además la práctica de algunas cualidades


como el trabajo, el impulso empresarial, el énfasis en la educación o la fe
en un destino futuro que se concibe como totalmente en manos de un
Dios soberano, justo y bueno contaremos con muchas de las claves para
explicar no sólo la evolución histórica de Estados Unidos sino también
sus diferencias con los demás países del continente.”(Fuente:
www.protestantedigital.com).

Antes del Estado federal descentralizado de regiones autónomas que

aparece en la Biblia existieron Ciudades-Estados, países e imperios

basados en los seis principios políticos del mundo, es decir, los

principios políticos del príncipe de este mundo que es el diablo; que son

diametralmente opuestos a los principios bíblicos:

(1) EL PRINCIPIO DEL SERVICIO AL GOBIERNO CIVIL DEL ESTADO, AL

GOBIERNO DE LA IGLESIA, O A AMBOS.

Quien no vive para servir al gobierno civil del Estado, al Gobierno de la

Iglesia o a ambos, no sirve para vivir. El Gobierno Civil del Estado y/o el

Gobierno de la Iglesia son para ser servidos por la ciudadanía, no lo

contrario.

(2) EL PRINCIPIO DE LA CENTRALIZACION DEL PODER ECONOMICO


POR POSESION Y GOBIERNO DEL TERRITORIO Y SUS RECURSOS
DIVIDIDOS EN REGIONES POR PARTE DEL GOBIERNO CIVIL DEL
ESTADO Y/O DEL GOBIERNO DE LA IGLESIA.

21
Las familias que habitan el territorio trabajan para el gobierno y/o para la
iglesia; y las regiones y municipios carentes de autonomía; son
gobernados por funcionarios que designan el rey y/o el clero.

(3) EL PRINCIPIO DE LA CENTRALIZACION DEL PODER POLITICO.

La distribución del poder del Gobierno Civil y de la Iglesia efectúa entre


el menor número de personas; lo cual siempre facilita al máximo la
corrupción y la ineficiencia. Los cargos de gobierno se asumen como
medios de lucro personal.

(4) ELPRINCIPIO DE LA CENTRALIZACION DEL PODER MILITAR EN


MANOS DEL GOBIERNO CIVIL DEL ESTADO

(5) EL PRINCIPIO DE LA CENTRALIZACION DEL PODER JUDICIAL EN


MANOS DEL GOBIERNO CIVIL DEL ESTADO O DE LA IGLESIA.

(6) EL PRINCIPIO DE LA CENTRALIZACION DEL PODER EDUCATIVO E


INVESTIGATIVO EN MANOS DEL GOBIERNO CIVIL DEL ESTADO Y/O DE
LA IGLESIA.

(7) EL PRINCIPIO DEL AISLAMIENTO DE LAS REGIONES Y LA AUSENCIA


DEL SENTIDO Y COMPROMISO DE PRESERVAR LA INTEGRIDAD
TERRITORIAL.

Estos seis principios se reducen a dos: servicio al Gobierno civil del


Estado y/o de la Iglesia; y; centralización de todo tipo de poder entre el
menor número de personas.

PRINCIPIOS POLITICOS BIBLICOS Y CRISIS DE LAS NACIONES

Existe un problema político fundamental que enfrentan las naciones: la


desobediencia a los principios políticos bíblicos causa megacrisis que se
expresan mediante maldiciones: miseria, pobreza, atraso,
ingobernabilidad, opresión y corrupción administrativa generalizada.

Dios premia la obediencia y castiga la desobediencia. “¿Ahora, pues,


Israel, que pide Jehová tu dios de ti, que temas a Jehová tu Dios, que
andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios
con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos,
de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas
prosperidad? (Dt. 10.12,13)

“Si anduviereis en mis decretos, y guardareis mis mandamientos y los


pusiereis por obra, yo daré vuestra lluvia en su tiempo y la tierra rendirá
sus productos, y el árbol del campo dará su fruto. Vuestra trilla alcanzará
a la vendimia y comeréis vuestro pan hasta saciaros, y habitareis seguros
en vuestra tierra. Yo daré paz en la tierra y dormirás y no habrá quien os
espante y haré quitar de vuestra tierra las malas bestias y la espada no
pasará por vuestro país.” (Lv.26. 3-6).

22
“Pero si no me oyereis, ni hiciereis todos esto, y si desechareis mis
decretos, y vuestra alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando
todos mis mandamientos e invalidando mi pacto; yo también haré con
vosotros esto: enviaré sobre vosotros terror, extenuación…procederé en
contra de vosotros con ira, y os castigaré aún siete veces por vuestros
pecados…Y aun con todo esto yo no los desecharé ni los abominaré para
consumirlos, invalidando mi pacto con ellos. Antes me acordaré de ellos
por el pacto antiguo” (Lv. 26. 3, 28, 44).

En el Antiguo Testamento el pueblo de Israel desobedece una y otra vez


los principios de Dios y este lo castiga, perdona y le da una y otra vez
una nueva oportunidad.

Los profetas del Antiguo testamento, de Moisés a Malaquías fueron


profetas del desastre, del perdón y de la misericordia restauradora de
Dios. Solo mencionaremos algunos:

“Israel desechó el bien; enemigo lo perseguirá. Ellos establecieron reyes


pero no escogidos por mi; constituyeron príncipes, más yo no lo supe; de
su plata y de su oro hicieron ídolos para sí, para ser ellos mismos
destruidos” (Os. 8.3,4).

“Sus príncipes prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman el


soborno, y van tras las recompensas; no hacen justicia al huérfano ni
llega a ellos la causa de la viudas… (Is. 1. 16, 19,20, 23) “Y les pondré
jóvenes por príncipes, y muchachos serán sus señores. Y el pueblo se
hará violencia unos a otros; cada cual contra su vecino; el joven se
levantará contra el anciano, y el villano contra el noble” (Is. 3.1-5).

Dios permite gobernantes malos que no fueron elegidos por él, que no
están en su perfecta voluntad y son controlados por el diablo, quienes
desencadenan enormes crisis como respuesta de Dios a la desobediencia
de sus principios. Con respecto a este importantísimo punto es
indispensable leer “Los Pecados de los Gobernantes: Causas de Juicios
Nacionales” por Patrick Gillespie (http://www.contra-
mundum.org/castellano/gillespie/Juicios.pdf)

La oración del profeta Daniel resume de manera magistral el anterior


circulo de desobediencia-juicio-perdón y, vuelta a comenzar) (Dan 9:5-6;
17).

La desobediencia a los principios políticos bíblicos comenzó bien


temprano. He aquí los primeros ejemplos.

EJEMPLOS DE VIOLACION DE LOS PRINCIPIOS BIBLICOS.

La violación de los principios bíblicos siempre trae consecuencias y


juicios terribles: crisis, hambre, miseria, atraso, guerras y destrucción.

23
Existen muchísimos casos de desobediencia. A continuación se
mencionaran algunos casos que corresponden a los tres primeros
reyes del antiguo Israel. Para ver el resto de casos deberá leerse todo el
Antiguo Testamento.

El rey Saúl usurpó funciones de la Iglesia: ofreció sacrificios en Gilgal,


cuestión (1S. 137-10). Creó un ejército Nacional personal. Algo que Dios
no quería porque esto le quitaba la autonomía militar a las regiones; y
sería causa de muchas guerras por el poder; y base de la tiranía; y creó
un ejercito nacional: (1S. 13:2).

El rey David mantuvo el ejército que creó Saúl y censó al pueblo para
aumentarlo. Violó el principio de la descentralización de la justicia: se
convirtió en juez supremo único, anulando la función de los jueces
regionales establecidos por Dios en Éxodo 18. Cometió el mismo error de
Moisés; y no pudo con esa tarea de juez supremo único para todas las
regiones. Colapsó. De esto se aprovechó su hijo Absalón para
sublevarse y tratar de tumbarlo. “Aconteció después de esto que Absalón
se hizo de carros y caballos, y cincuenta hombres que corriesen delante
de él. Y se levantaba Absalón de mañana y se ponía a un lado del camino
junto a la puerta, y a cualquiera que tenía pleito y venía al rey a juicio,
Absalón le llamaba y le decía: ¿De que ciudad eres? Y él respondía: tu
siervo es de una de las tribus de Israel.

Entonces Absalón le decía: Mira tus palabras son buenas y justas más no
tienes quien te oiga de parte del rey. Y decía Absalón: ¡Quien me pusiera
por juez en la tierra para que viniesen a mi todos los que tienen pleito o
negocio, que yo les haría justicia! Y acontecía que cuando alguno se
inclinaba para acercarse a él, él extendía la mano y lo tomaba, y lo
besaba. De esta manera hacía con todos los israelitas que venían al rey a
juicio; y así robaba Absalón el corazón de los de Israel” (2S.1.1- 5).

Absalón se levantó en armas contra el rey quien salió huyendo de


Jerusalén, y casi lo tumba.

El rey Salomón, mantuvo el ejercito nacional, continuó usurpando la


posición de juez supremo; violó el principio de la descentralización del
poder político: convirtió el estado federal descentralizado de regiones
autónomas en un Estado federal centralizado de regiones dependientes:
revocó los gobiernos regionales autónomos y ”nombró doce
gobernadores” sobre todo Israel los cuales mantenían al rey y a su casa
cada uno de ellos estaba obligado a abastecerlo por un mes en el
año(1R.4.7; y desconoció el principio de la descentralización del poder
económico: se convirtió en un gran empresario del cobre y en un gran
comerciante (1R10.28-29). Se endeudó, (1R9.10-17). A pesar de haber sido
advertido por Dios (1R9.1-9). Tuvo muchos logros, pero se unió en yugo
desigual a muchas mujeres paganas que desviaron su lealtad a Dios
(Neh.13.26)

24
Como consecuencia de las violaciones de los principios políticos bíblicos
y de otras desviaciones, el rey Salomón tuvo que enfrentar rebeliones y a
su muerte Israel se dividió en dos reinos: uno, que duró 250 años, y otro
que duró 400 años; después desaparecieron ambos como consecuencia
de las violaciones de los principios políticos bíblicos.

Salomón creyó como muchos sacerdotes y los reyes que lo siguieron


que Dios lo que deseaba eran cultos y ritos, mas que obediencia e
implementación de sus principios. Creyó que los actos religiosos lo
librarían de todas las dificultades y de todo juicio y condenación por
parte de Dios.

Cuando Dios hace pacto con Salomón y le pide que le solicite lo que
quiera para gobernar Israel, en lugar de pedir como David: “ no quites de
mi tu santo espíritu”(Sal. 51.11); “Tu buen espíritu me guíe a tierra de
rectitud”(Sal.143.10); el mismo espíritu que Saúl recibió y después
despreció; el mismo espíritu que pidió y obtuvo Eliseo de Elías (2R.2.9-
11); el mismo espíritu que colocó Dios en setenta ayudantes de Moisés;
cuando oró: “No puedo yo solo soportar a todo este pueblo que me es
pesado en demasía. Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta
varones de los ancianos de Israel, que tu sabes que son ancianos del
pueblo y sus principales; y tráelos a las puertas del tabernáculo de
reunión. Y esperen allí contigo. Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y
tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la
carga del pueblo, y no la llevarás tu solo” (Nm.11.14,16,17.) Salomón pidió
sabiduría (1R.5.5,9,12); y le fue dada ( 1R3.11-12). Pero no fue suficiente,
necesitaba también el espíritu santo.

Como consecuencia de las violaciones de los principios políticos bíblicos


y de las desviaciones del rey Salomón, a su muerte Israel se dividió en
dos reinos: el del norte regido por Jeroboam, general de Salomón; que
duró 250 años, y otro reino del sur regido por Roboam, hijo de Salomón
duró 400 años; después desaparecieron ambos como consecuencia de
las violaciones de los principios políticos bíblicos (ver I y II de Reyes).

Salomón creyó como muchos sacerdotes y los reyes que lo siguieron


que Dios lo que deseaba eran cultos y ritos, mas que obediencia e
implementación de sus principios. Creyó que los actos religiosos lo
librarían de todas las dificultades y de todo juicio y condenación por
parte de Dios.

Lo primero que hace Dios para salvar al hombre o a la sociedad de


cualquier congoja, opresión, angustia o megacrisis CAUSADA POR LA
DESOBEDIENCIA DE LA PALABRA DE Dios, es precisamente enviar su
palabra. “Fueron afligidos los insensatos a causa del camino de su
rebelión y a causa de sus maldades. Pero clamaron a Jehová en su
angustia y los libró de sus aflicciones. Envió su palabra y los sanó” (Sal
107. 17,19,20).

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DIOS ESPERA EL CUMPLIMIENTO DE SUS PRINCIPIOS ESPIRITUALES Y
POLITICOS.

¿Como se van cumplir los principios políticos bíblicos si las Iglesias


cristianas católica y evangélica enseñan únicamente los principios
espirituales?

La inmensa mayoría de los pastores predican siempre lo mismo:


salvación, redención, santificación y sabiduría que da Cristo en base a los
principios espirituales, en procura de poder espiritual para que ocurran
milagros y prodigios personales. Esto está muy bien, pero no es
suficiente.

Predican la prosperidad personal y la de las naciones al mismo tiempo


como si fueran cosas iguales que vendrán disparadas del cielo como
rayos tan pronto como el creyente clame que “somos salvos por gracia,
todo lo podemos en Cristo que nos fortalece”.

Se pide y/o decreta prosperidad para las naciones; y la prosperidad no


viene se comprueba con los índices tecnocientíficos socioeconómicos
recopilados por instituciones confiables.

¿Que sucede? Ocurre que la mayoría de pastores no se dan cuenta que


la prosperidad individual es como la salvación: un asunto personal: la
suma total de los creyentes de casi todo país está entre el 10% y 15%; es
decir, es una manada pequeña; porque ancho es el camino de la perdición
y muchos lo siguen; pero angosto es el camino de la salvación y pocos
entran por el.

A veces algún creyente puede, por gracia de Dios recibir prosperidad


mediante un milagro aislado- como el aceite y la harina de la viuda- ; esto
genera algún crecimiento en la congregación; mientras tanto cada uno
del resto de creyentes piensa: el próximo milagro será para mí. Pero esto
no ocurre y por supuesto tampoco le sobreviene la prosperidad a la
nación de la cual forma parte la congregación; porque ese milagro o
milagros aislados no ocurre en el resto de la congregación ni tampoco se
produce en el resto de la nación alrededor del 90% de los habitantes del
país.

Con todo, de la misma manera que el sol y la lluvia caen sobre justos e
injustos, asimismo la prosperidad, libertad y crecimiento cae por gracia
de Dios sobre toda la población de un país (la nación) como
consecuencia de la implementación, por parte de los gobernantes, de los
principios políticos de Dios; no de la ejecución de ritos invocatorios.

Naturalmente que estas ceremonias religiosas son bonitas; y muy útiles


para entusiasmar a los creyentes porque generan esperanzas en los
mismos

Dios es un Dios de pactos. Los pactos son condicionantes.

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Juan 3.16 es un buen ejemplo: serán salvos y tendrán vida eterna los que
crean en el Señor.

Parodiando a Juan 3.16, podríamos decir que tal manera amó Dios a la
sociedad que dio el modelo de Estado federal descentralizado de
regiones autónomas y los siete principios políticos que lo sustentan para
que toda aquella sociedad que en este modelo crea y en el mismo se
organice y gobierne sea próspera.

Si hay diferencias de prosperidad, libertad, paz y progreso entre uno y


otro país es porque son proporcionales al desempeño del Gobierno civil
del Estado, es decir, al grado de cumplimiento de los siete principios
bíblicos. El país que cumple más y mejor tendrá más y mejor bendiciones.

Para asegurar la prosperidad (y el resto de bendiciones) Dios proveyó el


modelo de Estado federal descentralizado de regiones autónomas y los
siete principios políticos bíblicos que lo fundamentan. Pero muchos
pastores por ignorancia o simple temor o ambos no predican el Estado
federal de Dios ni los principios políticos que lo sostienen. Y no los
predican precisamente donde hace mas falta: en los países del III Mundo
donde estos principios están siendo desacatados desde hace mucho
tiempo.

Y esto es un asunto de la mayor importancia, sencillamente porque son


los creyentes conocedores de los principios políticos de Dios quienes
pueden aplicarlos. En consecuencia deberían enseñar estas revelaciones
en las escuelas dominicales.

Porque la solución de las sempiternas megacrisis en que viven los países


del III Mundo comienzan a resolverse cuando sus gobernantes, lideres y
pastores dejen de autoengañarse consciente o inconscientemente y se
den cuenta que solo la promulgación de Constituciones que se deriven
de los siete principios políticos bíblicos, que contengan versiones del
modelo de Estado federal descentralizado de regiones autónomas,
regímenes parlamentarios de gobierno, economías capitalistas de libre
mercado con propiedad privada de los medios de producción,
desestatización de las empresas que son propiedad del gobierno,
administración descentralizada de la justicia, educación y salud, y
conversión de los ejércitos nacionales en ejércitos regionales con
funciones de policías; son los únicos instrumentos organizativos y de
gobierno que pueden traer las bendiciones de prosperidad sobre las
naciones.

CONSIDERACION FINAL.

Los gobernantes, políticos e intelectuales no toman suficientemente en


serio las enseñanzas de la Biblia cuando analizan las megacrisis de sus
naciones. La citan de manera, superficial, ocasional y descontextualizada.

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No obstante ”no hay libro alguno en la historia de la humanidad que haya
ejercido influencia tan grande y tan decisiva en el desarrollo de todo el
mundo occidental y que haya alcanzado tanta difusión (1120 idiomas y
dialectos) Al cabo de dos milenios, no parece dar señales de terminar su
brillante carrera. Contiene elementos de los géneros literarios más
dispares: desde el tratado moral hasta la novela policíaca, desde la
prédica hasta el texto jurídico, desde el himno litúrgico hasta el canto de
amor, desde el relato histórico hasta la novela y tampoco faltan las
leyendas, las anécdotas y los cuentos populares” (Keller: “Y la Biblia
Tenía Razón”. Edit. Omega. Barcelona España .1981. ).

La Biblia contiene también enseñanzas de constitucionalismo, sociología,


politología, economía política y administración, etc. Jorge Luís Borges,
afirma que es “el único libro completo en sí mismo”. No podía ser de otra
manera porque se trata nada más y nada menos que de la palabra
inspirada por Dios (Las citas son de “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo
Testamento”. Versión Reina/Valera. Revisión de 1960).

La Biblia “tiene relación con la “existencia” del hombre, sus maneras de


ser, las tendencias de la época que actúan sobre él, las influencias del
ambiente en que se encuentra inmerso, el espíritu de la época que le
domina, las modas a las que está sujeto. Solo a la luz (o media luz) de
todo esto conocemos nuestro ambiente; todo esto decide que es lo que
puede entrar en nuestra esfera de vivencias y, por lo tanto, lo que es
accesible a nuestro conocimiento” (Keller.1981)...

“Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Dios”


(Lamentaciones 3.40)...

“Escudriñad las escrituras” (Juan 5:39).

El desarrollo socioeconómico, estable, progresista y continuo de una


nación, su gobernabilidad y autosuficiencia depende del acatamiento de
principios bíblicos espirituales y materiales. Los principios espirituales se
respetan a medias. De los principios materiales se desprecia de manera
sistemática el de la distribución y descentralización del poder político,
económico, judicial, militar, y educativo e investigativo. El desacato se
materializa en que las Constituciones de todos los países del III Mundo
contienen modelos centralizados de Estado, Economía, Milicia y
Educación e Investigación; y promiscuidad explícita o encubierta de
poderes en manos de pocas personas.

Descentralización de todo tipo de poder y globalización son dos


megatendencias dominantes en todo el mundo debido a que son bíblicas.
La globalización llegará a su máxima expresión con el reinado de Cristo,
después de su segunda venida.

Globalización y descentralización son procesos de ruptura con el atraso,


la miseria y la ignorancia del mundo; se manifiestan en forma de
vigorosos procesos-movimientos sociales de refundaciones completas

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de los términos de la convivencia política, económica, educativa y social
entre los ciudadanos de un país.

La idea central que explica los términos de esta refundación es que la


centralización del poder cuando se agota después de su rol fundacional,
se vuelve autocrática, totalitaria, excluyente, corrompida, ineficiente y
genera pobreza; en cambio, la descentralización desarrolla un rol
regenerador, consolidador y progresista, es democrática, representativa,
participativa, incluyente, honesta, eficiente que genera riqueza.

La idea central contiene un conjunto de derechos fundamentales donde


destaca el derecho de la ciudadanía a participar con sus representantes o
directamente en los asuntos públicos, y el derecho a optar a cargos
públicos en igualdad de condiciones según los principios de méritos y
capacidad; y no según el aberrante principio: “el cargo califica”.

Los nuevos modelos organizativos descentralizados colocan a cualquier


país del III Mundo en ruta hacia el siglo XXI. El principio rector que
provee de sustancia a los modelos descentralizados de Estado, Economía
y Educación e Investigación, es la distribución equitativa del poder
político, económico, militar, educativo e investigativo, legislativo, judicial,
etc.; entre las entidades territoriales (nacional: país; regionales: estados,
regiones o provincias; y locales: municipios y distritos especiales) del
Estado Nacional y los ciudadanos.

Es imposible a la luz de la experiencia histórica contemporánea de


América Latina, España y Europa Occidental; reconstruir un país
devastado por la miseria, pobreza, exclusión social, ignorancia,
malversación y corrupción integral acumuladas; hacer que venga la
prosperidad solamente invocando a Dios y pidiéndole por su gracia la
prosperidad; no que Dios no pueda; sino que no lo ha hecho: Él dispuso
su palabra en el Antiguo Testamento y la envió viva ( Nuestro Señor
Jesucristo) y solo hay que poner esa palabra por obras; es decir:
instaurar una versión del modelo de Estado federal descentralizado de
regiones autónomas.

No funciona para ningún país (pasan los años) ni ha funcionado (siguen


pasando los años), clamar por prosperidad para las naciones (y la
prosperidad no solo no llega, sino que crece la pobreza) a grandes gritos
(“Este país es de Cristo… Nuestra es la prosperidad” etc.), mientras se
mantienen intactos o ligeramente maquillados los modelos antibíblicos de
Estado federal centralizado y los siete principios políticos del mundo que
lo sustentan, y que le ocasionaron la megacrisis que lo sumió en la
devastación. Porque se contravienen los principios bíblicos que pautan
el servicio honesto al prójimo y la descentralización y distribución del
poder político, económico, judicial, militar y educativo e investigativo
entre el mayor número de personas que confluyen en el Estado federal
descentralizado de Regiones autónomas.

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Oramos para que el Señor en su gracia incline el corazón de los pastores
hacia la enseñanza de los principios políticos bíblicos al lado de los
principios espirituales; y lo hagan de manera de manera sistemática,
constante y profunda, en sus escuelas dominicales, y en la radio y
televisión.

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