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POEMA ACADIO DE AMOR

E l latido de tu corazón es mi señal:


¡Arriba! Quiero hacer el amor contigo,
en tu suave regazo, cuando te despiertas.
Qué dulces tus caricias,
qué sensual tu encanto;
tú, el del lecho que huele
a hierbas aromáticas e hinojo.
¡Oh mis sueltos mechones,
los lóbulos de mis orejas,
el contorno de mis hombros
y la exuberancia de mi pecho;
los dedos extendidos de mis manos,
los abalorios de mi cintura!
Acerca tu mano izquierda,
toca mi parte dulce,
acaricia mis pechos.
¡Entra, he abierto mis muslos!

E ste poema acadio de amor fue compuesto en Mesopotamia


entre los años 1850-1500 a. C. Es similar al poema de amor más
antiguo del mundo, sumerio, que ya comentamos en esta
web (puedes leerlo aquí si aún no lo has hecho). No es de extrañar
que ambos se parezcan: sumerios y acadios compartieron lo
territorios de la antigua Mesopotamia durante milenios, se alternaron
en el poder y se fundieron en una cultura relativamente homogénea.

Los acadios se habían ido extendiendo por Mesopotamia desde comienzos del
III milenio a. C. Durante el siglo XXIV, el rey Sargón conquisto las ciudades
sumerias y fundó el primer imperio de la historia, el acadio, que perduró
durante unos 150 años. Después vendrían el Renacimiento sumerio (siglos
XXII-XXI a. C.) y el Imperio paleobabilónico (siglos XVIII-XVI a. C.),
época, esta última, durante la que se compuso el poema que acabamos de leer.
Hemos dicho que este poema es similar al poema de amor más
antiguo del mundo: en ambos habla una mujer, en ambos se dirige a
su amado invitándole a la unión erótica y en ambos le pide que toque
su “parte dulce”, es decir, su sexo. Pero el poema de amor acadio se
cierra de forma más directa, con ese “¡Entra, he abierto mis muslos!”.
Algunas de las composiciones poéticas acadias en torno al amor
erótico son, de hecho, extremadamente crudas. La próxima que tengo
intención de publicar es un buen ejemplo en este sentido. Si quieres
que te avise cuando lo haga (gratis, naturalmente), deja tu dirección
de correo electrónico más abajo, donde dice “Boletín”.

El acadio es una lengua semítica (como el árabe o el hebreo) cuyas múltiples


variantes (antiguo acadio, asirio, babilonio, etc.) se hablaron en Mesopotamia
durante milenios. El original del poema que acabamos de leer, por ejemplo,
está en babilonio antiguo, una variedad del acadio que se habló en el sur de
la región entre los años 1900-1500 a. C.
Para traducir este poema acadio de amor, he seguido la versión
de Benjamin R. Foster (toda una autoridad en la materia) que aparece
en el libro citado más abajo. Sin embargo, hay diferencias sustanciales
entre su traducción y las de otros autores. Gwendolyn Leick, por
ejemplo, traduce “el latido de tu corazón es música alegre” en vez de
“el latido de tu corazón es mi señal”, “la corona de mi cabeza” en vez
de “mis sueltos mechones”, “el brazalete de mis muñecas” en vez de
“los dedos extendidos de mis manos”, etc. Digo esto para que os deis
cuenta de lo difícil que es, incluso para los especialistas, comprender
y traducir estos poemas, mal conservados y llenos de términos
desconocidos en la mayoría de los casos. Pero eso los hace
misteriosos… ¿Alguien se anima a estudiar la lengua acadia y
ofrecernos, algún día, una traducción mejor?
Ishtar, diosa del amor y la fertilidad

BIBLIOGRAFÍA:

“La poesía erótica acadia a la luz de la literatura comparada”


(Liburna, 6 [2013], pp. 101-134).

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