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Ahora

Hoy que no estas me mata la demora,


como nieve, cae el tiempo del invierno
frío, blanco desierto eterno,
me encuentro pensando en ti ahora.

Tu voz, me suena tan sonora,


retumba como eco en mis entrañas,
entre palabras hechas telarañas
y en el viento de tus manos el ahora.

Hay en mi olfato tu esencia que decora


de perfume, airosa marejada,
desaire de placer, dulce carcajada,
y tu perfume es el que quiere ahora.

La calidez de mi cuerpo, seductora,


alrededor imperan vestiduras,
entre pasión, caricias, ataduras,
entrelazarme pide con el tuyo ahora.

El amor es tu amor que en mi alma mora,


pintando la emoción de carmesí,
del corazón paredes frenesí,
porque viviendo estás en mí ahora.

1
Arrebato

Usted me provoca,
despierta mis demonios, los invoca,
es luz solar y plenilunio,
agua de mayo, brisa de junio.

No sé si será su esencia,
quizá, sea su presencia,
me demora, me persigue, me evapora,
convirtiendo un segundo en una hora.

No se compara esa galanura


suya a la singular caricia
que su mano me ofrece, sin malicia
su saludo, su mirada, su figura.

Seguirlo como sombra, ver


sus pasos, contemplarlo auspicia
hacer de mis palabras su milicia
y en el camino yo de a poco perecer.

2
Contigo

Cada día y cada noche


que pasamos abrazados,
corazones enlazados,
derramándose derroche.

Derroche de sentimiento,
de besos y de caricias,
en un jardín de delicias
felices por nuestro encuentro.

Días de júbilo,
noches de anhelo,
tardes de idilio,
caricias del cielo.

Días de sol,
noches con estrellas,
tardes entre bellas
notas de canción.

Días de calor,
noches de ensueño,
viviendo este sueño
repleto de amor.

3
De cristal

En mis venas veneno,


placer ajeno,
volátil instinto
de Éter, vino tinto.

Luz, torrente,
cascada de repente,
estrellas, un mar,
marea secular.

Viento, arena,
alma en pena,
circulo de fuego,
tu cuerpo para luego.

Me tomas, me dejas,
en mi espejo te reflejas,
azúcar eres, eres sal,
acero, roca, de cristal.

4
De la inquisición

Por mandato de Dios vas a morir,


nada importa suplicar,
sangre vas a derramar,
grita, de nada importa pedir.

¿Quizá tendrás el perdón?,


no, más bien solo dolor,
tendrás de muerte color,
vas a perder la razón.

Cenit al desvanecer,
en vida ya no estarás,
sí hereje, perecerás,
sino, paraíso merecer.

5
Prohibido

Juego de azar,
instante de letargo,
sabor dulce y amargo,
apostar y ganar.

Al placer, convocatoria,
del éxtasis un encanto,
es demonio, es un santo,
es banquete de victoria.

De lo carnal es fragancia,
de los amantes penuria,
son rosas, vino, lujuria,
pécora arte amatoria.

En mujer resta censura,


es presa pura, libertad,
en hombre resta verdad,
presta calor, galanura.

Y todo ello en la sombra


de mantenerlo en secreto,
complicidad, sin respeto,
de raíces en penumbra.

6
De ti

Quise esta vez contemplarte,


agasajarme de tu presencia,
idolatrar la indulgencia
de la estática al mirarte.

Me perdí, no lo dudo,
en el temple de tu voz,
pensar que pensaba en dos
mi cuerpo, hoy se contuvo.

Aunque pocos besos


hubo, dulce de miel,
hoy no probé de tu piel,
hiciste mis besos presos.

De tus labios rosas


Probé, la eternidad de ellos,
sublimes, candentes, bellos,
en la vida, pocas cosas.

Te mereces más…
flores quizás,
un abrazo, tal vez dos,
creación única de Dios.

Gracias te doy por tu tiempo,


aunque sabemos fue poco,
primero me vuelves loco
luego libre como el viento.

7
Desvelo

Mis palabras tal vez no suenen en eco

del sonoro roto viento de campana,

tal vez ni sepa la luna que me llama,

robándome el sueño y mi llanto seco.

Quizá duerma en azules llamas o rojas,

quizá llene de placeres vanas estrellas,

quizá ya ni el roce de mis manos tibias

desprendan del encendido cielo, las hojas.

Pero mañana, no hoy, en duelo,

a mencionar me atreveré tu nombre,

ese por quien muero ahora.

Ese por quien me mata la demora,

ese en quien pienso, ese hombre,

mi corazón, mi pasión, mi desvelo.

8
Déjame que te piense

Me trae el viento tu aliento, tu perfume,

en el aire, de a poco se consume,

por verte, nuevamente este anhelo,

te pienso, te venero, toco el cielo.

Puedo solo consolarme

con la imagen de tu rostro, al regalarme

fulminante un destello, una mirada,

de tu sonrisa la alborada.

Y con esos dos detalles me conformo,

mientras que, por el momento, te informo,

a cada instante, siempre y en mi mente,

te tengo conmigo, aunque estés ausente.

9
Distancia

Parte mi corazón en dos la lejanía,


más sin embargo, hacer puedo nada,
¿para mí tenerte?, acaecida jugada,
tu voz escuchar en la distancia.

Lo que yo más quiero es verte feliz,


que compartas, al mundo de tu risa,
y del viento suave que mece tu sonrisa,
aunque distante yo me sienta infeliz.

Cuánto no daría por que fueras mío,


por sentirte cerca, tenerte a mi lado,
¿es una utopía o un sueño anhelado?,
en mi mar ahogarte o ser agua de río.

Tú y tu pensamiento deben recordar,


que el río por más cauce que lleve
y por más que cruce distinto relieve,
siempre los caminos cruzan en la mar.

10
El amor

Temerario e iluso,
andariego, inconcluso,
perdido y efímero,
desastroso polímero.

El más caro diamante,


caballero elegante,
aberrante quimera,
ave pasajera.

Ay amor,
pétalo de flor,
rígida espina,
raíz de encina.

Paloma en libertad,
fuerte tempestad,
pequeño asesino,
amante clandestino.

Una paráfrasis,
ambigua catarsis,
pintura de Dalí,
furioso carmesí.

11
El tiempo

En espera, un minuto,
sesenta en una hora,
no para la demora,
asesino diminuto.

¿Intriga?, ¿impaciencia?,
caminen segundos,
traviesos rodamundos
de poca resistencia.

Momentos de oro,
buenos y no tanto,
alegría, desencanto,
por ellos decoro.

Sale luz del día,


tigre de bengala,
bestia después, alada,
de noche, una harpía.

Amarillo péndulo,
mayormente caminando,
tras, siempre andando,
plateado anzuelo, oráculo.

Algunas veces de arena,


otras veces a la sombra,
de cuerda, quizás asombra,
la exactitud con qué suena.

12
En el camino

No sé si voy o vengo,

simplemente sé que tengo

en mi corazón, de piedra,

raíces, tierra, hiedra.

Y el cielo me acompaña

bajo la luz que me baña,

de su graciosa figura,

y de su voz, tesitura.

Me siento tan frágil,

cuando el viento ágil

persigue mis pasos,

mientras, las alas de mis brazos

llegan al borde del cielo

y emprenden al aire el vuelo.

13
En tus ojos

Son mis ojos un imán


y tú de cristal eres,
luminar boreal prefieres,
de ámbar un talismán.

Tus ojos, constelación,


inmensos, dos galaxias,
sinceros, aguamarinas,
estrellas de tentación.

En sus destellos, diamantes,


a la eternidad quisiera,
donde alumbrarme prefieran
con sus luces centellantes.

14
Enojo

Dos lunas y dos soles han pasado,


¿me consumirá el tormento?
la espera no ha terminado
solicitado momento.

Sin voz, palabras espero,


en el silencio romper,
tuve que ser el primero,
detén este padecer.

Más gastas indiferencia


en tu ausencia figurarme,
que yo en fingirte demencia
y de tu ser olvidarme.

15
Entre libros

El viento suave mece las ramas


del árbol de flores rojas,
rayos de sol por las paredes bajan,
las palabras en mi cabeza azotan.

Las intermitentes anunciando


por alguien estar esperando,
continuando leve al camino
taciturno y breve, cualquier destino.

Soñar un sueño de plácidas letras,


y entre fantasías todas revueltas,
mezcladas en aras de colores,
para que días y noches decores.

El conocimiento se hace espeso,


y como carcelero, me hace preso,
llevando en cada frase al enano
y un gigante tomando la otra mano.

Me sumerjo en profundos pensamientos,


voy escalando entre peldaños, cientos,
haciendo de esa línea tan delgada,
de que entre más se no sé nada.

En un mar navego, limpias hojas,


sobre pastas gruesas, cafés y flojas,
blancas, puras, son para el llenado,
de lo que diario se haya imaginado.

16
Estás aquí

Matías,

mi corazón

en el rincón

donde dormías.

Matías,

el sol tomando,

tarde esperando

donde solías.

Matías,

tu botecito,

tu trastecito

donde comías.

Con alegría,

tienes tu lecho

aquí en mi pecho,

tierno Matías.

17
Flor y canto

En mi ser, maraña de raíces,


fuertes, entrañables y profundas,
legado de mi pasado, oriundas,
dejaron grandes cicatrices.

Por estar no es ser aletargado,


pero en mi latente corazón, apacible,
muros salados, permisible,
en todas las paredes han dejado.

Sangre, palabras derramadas,


flores y cantos armoniosos,
ídolos, personajes gloriosos,
del tiempo que en la piel fueron tatuadas.

Corazón y cara en compañía,


haciendo del nahual una persona,
un personaje, una llorona,
a mis plantas detrás del alma mía.

Desdichado soy por las batallas,


consecuencia siendo de enemigos,
por oro y plata, bastardos confundidos,
los fuertes penetraron de mis ayas.

Milenaria confección de paladines,


atlantes gigantes desgarrados,
por los hechos vistos, desatados,
cañones, caballos, bergantines.

18
No bastaron las flores y los cantos,
malheridos quedaron, tierra y gente,
la cultura que en aquel era vigente,
devastaron los tiranos con sus actos.

Pero, aunque el fuego haya volcado


en brasas, siempre quedarán los ecos,
de toltecas, olmecas, zapotecos,
ese fuego jamás será apagado.

19
La mandarina

Año dos mil dieciséis,


noviembre, miércoles dos,
los pasos caían en pos
de la noche de mis pies.

Caminaban de la mano
un camino, una flor,
con la muerte por olor,
sobre cempasúchil vano.

Nos topamos sin querer,


frío el viento emanaba,
mientras que yo caminaba
nos comenzamos a ver.

Fijamos la atención,
tú, un singular detener,
yo, mi suave caminar,
nos invadió la emoción.

Redondez singular veía,


un color apetecible,
aroma tan distinguible,
tres cosas en armonía.

Una mano te tomaba,


con la otra, la flor,
el perfume del amor
tu aroma que perfumaba.

20
Te estaba esperando,
también a mí tú, tal vez,
lo que sé que en este mes,
me llegaste enamorando.

21
La tristeza

Ayer mire al firmamento


y entre tanto recordé,
tu nombre meciéndose con el viento,
de tristeza me llené.

Te apartó la vida de tajo,


no pude volver a verte,
dime, ¿habitas con los de abajo
o vives sin detenerte?

Quiero volver a escucharte,


acariciarte, cerca tenerte,
más no sé dónde encontrarte,
¿yacerá tu cuerpo inerte?

Quiero en mis ojos fugaces,


los tuyos, bella dulzura,
con tu cariño entrelaces,
con hilillos tu ternura.

Al magnífico le digo,
que te encuentres en tu paso,
agua, comida y abrigo,
en cada día regazo.

Si de mí te has alejado,
te pido perdón mi niño,
hay en mi pecho alojado
para ti un gran cariño.

22
Mujer

Es un fuerte de alegría,
cristalina gota de lluvia,
emoción, embelesa,
es un mar, es tristeza.

Es palabra, una estrella,


una rosa roja bella,
de Dios, divina creación,
es melodía, canción.

Es la vida, es la muerte,
es infortunio, es suerte,
es la luna, es el sol,
el amor es su crisol.

Es la luz y es la sombra,
un mausoleo que asombra,
es céfiro matutino,
es abandono, destino.

Es el tiempo, es letargo,
es sabor dulce y amargo,
esposa, madre, amante,
es zafiro, es diamante.

El del Edén el cielo,


es una paloma en vuelo,
ese infinito ser,
ayer niña, hoy mujer.

23
Natural

Soy lluvia, agua soy,


también torrente, unas cascada,
brisa, una marejada
que a la mar me doy.

Rojo fuego intenso,


llamarada altiva,
una brasa viva,
un incendio inmenso.

Viajo con el viento,


aire también soy,
huracán el hoy,
mañana, sin tiempo.

A la madre tierra,
baña sus raíces,
bajo nubes grises,
mi canto en la sierra.

Soy nocturno animal,


mi nahual, un perro,
en mi pecho encierro,
alma, vida y sal.

Sal que de mis ojos


brota, cuándo
el océano ando
de mis placeres rotos.

24
Y en el corazón,
bajo las cenizas
de viejas promesas,
lloverá monzón.

Mientras tanto,
solo e inquietante,
espera constante,
mi nahual, mi encanto.

25
No dejes de

Dejarte de querer en la distancia,


es imposible, no puedo hacerlo,
es como aceptar, si merecerlo,
elogio de la mejor fragancia.

Jardín repleto de flores


llenas de rocío, amanecer del día,
bañadas de gotas de melancolía
regadas de penas en amores.

Solo te pido, no me dejes de querer,


no me quites la esperanza alma mía,
no apagues este incendio en agua fría,
no dejes esta flor sin florecer.

Y no importa si estas con alguien más,


mi alma y corazón son tuyos,
recuerda entre suaves murmullos
de mi voz diciendo no me iré jamás.

26
Ocaso

Si acaso no puedo sostenerte la mirada

mientras tu voz habla ante mi ser,

es porque me haces poco a poco perecer,

estará mi cuerpo, pero mi alma disipada.

Sí, pienso en ti en el instante

en que de mi emana algún suspiro,

tal vez sea un destello fugitivo

en tu coraza, de ti, fino diamante.

Quizá me convierta en polvo o en raíces,

profundas, como las de un fuerte roble

y mis pupilas dilatadas con tu nombre


se apagaran como dos luces fugaces.

27
Sobre él

Ser la inspiración de alguien


te hace importante,
por él, estar así, realmente
se siente bastante bien.

Al anochecer acontecía
su imagen, aquella esencia,
perfume, ante mi letargo presencia,
afuera mientras amanecía.

28
Te pienso

El corazón devórame,
hazme de placer gemir,
sin merecer tómame,
hazme la razón perder.

Con la mirada desnúdame,


con tus palabras tócame,
entre piedras rózame,
en madera fina tállame.

Con tu candor quémame,


del rojo sangre enciéndeme,
con tu amor convénceme,
de tu amor embriágame.

Siempre el alma habítame,


haz de mí lo que te plazca,
poséeme cuando te nazca,
de impaciencia destrózame.

Conquístame día a día,


mándame flores y cartas,
nunca de mi vida partas,
que tuya es la vida mía.

29
Tiempo

Camina el reloj en el casi muerto ocaso,


me detengo, el andar presencio del tiempo,
el frío suelo mis pies tocan descalzos,
el escalofrío mi ser siente del viento.

Me regala de mi alma el espejo una sonrisa


y penetrante una mirada de tez perturbadora,
es porque de mi vida he hecho toda prisa
y sesenta minutos no he vivido de una hora.

Me adentro en el palacio de mis recovecos,


percibiendo entonces cosas postergadas,
emociones, reacciones, pasiones, encuentros,
mariposas revoloteando aletargadas.

Sombras me envuelven oscuras y templadas,


de mí respiran al pasar cerca la esencia
desvaneciente de ilusiones, de juventud enajenadas
que jamás en mi pensamiento tendrán presencia.

30
Tristeza

Esta tristeza mía,


un día es sin el sol,
la lluvia cayendo fría,
opacando mi crisol.

Nube, una fúnebre


en mi interior, humo denso,
nada hay que se celebre,
oscuro trémolo inmenso.

Eterno en un vacío,
¿por qué Dios, llegue a perderte?,
un discurso sin prefacio,
yace un cuerpo inerte.

La más triste melodía,


con el paso de la edad,
carga de melancolía
y de negra soledad.

En el silencio, ahora,
espero tan solo el llegar
de aquella bendita hora
de volvernos a encontrar.

31
Tu nombre

Te quiero, te extraño tanto,


no sé si imaginas cuanto
deseo encender el fuego,
no me divierte este juego.

Mis mensajes no respondes,


mi llamado no correspondes,
nunca dejarte, quisiera,
aunque alejarte prefieras.

Y tus andares persigo,


quiero caminar contigo,
con la letra muda empieza
tu nombre, mi gran tristeza.

32
Una sola palabra

Abrasa
la
luna
a
Laura,
las
palabras
son
rosas
rosas,
olas
son.
Un
sol,
polar
ara,
solo
para
su
aura
sola.

33
Vivir y percibir

Tiempo, reloj de sol,


viento, aliado y enemigo,
¿tal vez amigo?,
lento caracol.

Respirar atendiendo el vaivén


de pasajeros, caminar, andar
de palomas al volar
bajo este nublado tren.

Azulado fondo,
canción sin formas,
olor de armas,
óxido profundo.

Quizás espera,
quizá melancolía,
adentro, afuera,
noche o día.

34
A quién le escribo

Quién lo dijera, amor a primera vista,


me susurraste, me pediste te tomará,
yo te tomé con mi vista enamorada,
amor embriagante, pasajero, de revista.

Escuche el latido de tu corazón


en el momento mismo de tocarte,
lleno de magia, lleno de arte,
pintura, colores, canción.

Me gritabas llévame a tu boca,


yo con sigilo olí tu cuerpo,
olor de amor, más bien tormento,
tormento que al tenerte me provoca.

Sobre tu cuerpo hormigas en andanzas,


me contaron la historia de tu vida,
con tu néctar me hacías una bebida
que de alegría terminaba en alabanzas.

Quizá no sepas que tengo la madera


de escritor o árbol de palabras soy,
lo que sí puedo decirte es que hoy
me enamore de ti por vez primera.

35
Amarte

Después de tomar tu mano,


sentir la brisa del verano,
de mirarte a los ojos,
con mis suspiros airosos.

De platicar con el viento,


de congelarme en el tiempo,
de que las rosas rojas
se rocíen de nuestras aguas.

De qué me invites del vino,


dulce tormento divino,
de seducirme tu aura
y de quererte ahora.

Del secuestro de tus brazos,


de tus eternos abrazos,
de enseñarme a caminar,
con tu singular andar.

De escuchar esa canción,


qué nos llega al corazón,
de la magia en tus palabras,
ante el mundo decretadas.

De volar libre en el cielo


y darme fuerzas en vuelo,
de que al caer la lluvia
sientas ya mi piel tan tuya.

36
Del poder qué me darás
diciéndome volverás,
que lo aprendí de ti sabré,
porque siempre te amaré.

37
Berenice y Ricardo

Berenice, ¡mujer fácil!,


dice su infiel marido,
por los celos corrompido,
de mentalidad frágil.

Ella, mujer sumisa,


solo escucha, calla y llora,
espera llegue la hora
de atenderlo a toda prisa.

No la baja de ramera,
siendo siempre él quien falla,
excusas, palabras haya,
haciéndole una cualquiera.

Ricardo insensato esposo,


frío, cruel y desalmado,
al golpearla, el despiadado,
su ego llena gustoso.

Nunca ha recibido flores,


solo insultos, golpes, gritos,
preguntándose entre lamentos:
¿así serán los amores?

Déjame en paz, ella dijo,


él, gritándole disfruta,
¡yo no soy ninguna puta,
soy la madre de tu hijo!

38
Ella con firme esperanza
cree que él puede cambiar,
ya no quiere más lidiar
con ese monstruo en la casa.

No ha conocido cariño
de una pareja amorosa,
recibiendo poca cosa,
no quiere sea así su niño.

Él la envolvió fácilmente
con promesas olvidadas,
palabras muy detalladas,
decía este rufián corriente:

Conmigo no faltará nada


y nunca te fallare,
gracias a dios te encontré
te amo, mi fiel amada.

Ella, inocente creyendo


en sus besos y palabras,
ahora, tiene golpizas
y su alma entristeciendo.

39
Como decirte

Te siento tan cerca, pero


tan lejos te mantienes,
soy tu presa, me hieres,
soy tu amante sincero.

Permaneces con otro,


para otro suspiras,
otros ojos miras,
esperas su reencuentro.

Ya no percibo tu aliento,
ya no huelo tu perfume,
en el aire se consume
la soledad en el tiempo.

Hoy aquí en mi pecho


lágrimas rojas sangrando,
mi alma necesitando
reconstruir lo deshecho.

Nada te importa,
ni mi angustia ni me espera,
ni mi fría primavera,
ni que mi ser no soporta.

Esperare, con paciencia,


para que pienses en esto,
no me des final funesto,
regálame tu presencia.

40
Francisco

Barbado piel de cantera,


presencia monumental,
hecho de maíz y cal,
raíces de nuestra tierra.

Un cenzontle enajenado,
viaje al mundo del Mictlán,
tierra prometida, Aztlán,
Quetzalcóatl reencarnado.

¿Cuantos códices tendrá tu historia?,


¿cuántos tendrá tu geografía?,
valles, relieves y cauces,
jaguar, caigo en tus fauces.

41
En un minuto

La luz se apaga,
la tormenta cede,
la luna se mueve,
el sol se amaga.

Acelera la trucha,
las olas se relajan,
los cerros se desgajan,
el oído no escucha.

Las palabras callan,


la voz no hace eco,
el suelo está seco,
las manos nos fallan.

Desvanece la espuma,
se detiene el andar,
ralentiza el palpitar,
nos invade la bruma.

La vista se cansa,
nos carcome el frío,
no me siento mío,
la muerte me alcanza.

La vida se acaba,
el roble se quiebra,
renace la hiedra
donde no había nada.

42
Enrique

Si tú supieras las ganas que yo tengo


de rozar tu faz morena,
de volar sobre tu piel serena,
me muerdo los labios, me contengo.

Si tú supieras lo que causas al pasar,


haces estremecer mis entrañas,
me haces sentir cosas extrañas,
me haces callar, me haces excitar.

Si tú supieras lo que mis ojos miran,


simplemente lo que hay bajo tu ropa,
así como el mar moja la roca,
las aguas de pasión mi ser transpira.

Si tú supieras que quiero estar adentro


de cada cavidad que hay en tu cuerpo,
de tu barca quiero ser el puerto,
en tu ciudad perdida, el centro.

Si tú supieras que quiero hacer brotar


a borbotones el agua celestial,
en tus aposentos, cristalino manantial,
para el desierto de mi cuerpo bañar.

43
Es

Jamás imaginé el momento,


anochecer sin conocerte,
hoy, el aire inerte,
zaino mi pensamiento.

Él, puntual, las tres,


lejano y efímero,
menester etéreo,
enredadera, ciprés.

Ningún arrebol al cielo,


destino pasajero,
emblemático, primero,
zabordar mi barca, vuelo.

44
Infinito

Ramos de rosas secas,


albergan un gran amor
y entre sus hojas, candor,
de caricias siempre vivas.

Burbujas de azul celeste,


dos amantes en el mar,
música para cantar
mirando el sol en el este.

Viajes entretejidos,
de roca, una gran torre,
el tiempo, que siempre corre,
de nuestros sueños cumplidos.

De papel hay muchas flores


en un glaciar color rosa,
de cristal la mariposa
volando entre dos amores.

En tres urnas de metal


está la mirada dulce,
que en el aire se mece
deshaciéndose entre sal.

De alegría trozos trazados


en un relámpago azul,
hecho de madera y tul,
con hilos de plata hilados.

45
Un caballo galopando
sobre invisibles montañas,
desahogándose de mañas
que lo estaban enfermando.

Un perro con una flecha,


ayudando a los heridos
corazones afligidos,
al cielo abriendo una brecha.

Un conejo hecho de polvo,


brincando y dejando huella,
detrás, una sombra bella,
con paso disolutivo.

Y con los brazos abiertos


espera mi cruel tormento,
también, mi tierno momento,
reviviendo antiguos muertos.

46
Inocencia

La inocencia de una niña


abrazada a su mascota,
amor en el aire flota,
delicada maravilla.

La tierna caricia suya


callar hace ese llanto,
al perro triste, un canto,
al oído le susurra.

Pequeños sus piececitos,


la frialdad sienten del suelo,
entre sus brazos consuelo,
encuentran esos pasitos.

Lo mantiene en su regazo,
acaricia sus patitas,
y en sus frágiles manitas,
de amor le brinda un pedazo.

Con su vestidito rojo,


abraza a la criaturita,
sucia esta su carita
y un zapatito flojo.

Pero a ella no le importa,


solo abraza a su perrito,
gran momento, Dios bendito
que la humanidad exhorta.

47
Invencible

A oscuras me desvelo,
silencio, surge el duelo,
bajo mis pies me araña
la noche, una telaraña.

Inquietud, quizá la calma,


las líneas leo de mi palma,
vivir pidiendo sin miedo
con lo que llevo dentro ¿puedo?

De ayer, frente a mí la paz


ilumina, marca mi faz,
haciéndome de invisible
un corazón invencible.

Y si la muerte, guadaña,
de a poco mi cuerpo daña,
en mi presencia ¡imposible!

Y si he de vivir de hazaña,
de elixir y de maraña,
a mis pies ¡insensible!

48
Luna blanca

Danzan cisnes alegremente


sobre un brillante lago cristalino,
tú y yo, momento divino,
abrazados y alejados de la gente.

Con matices lluvia de diamante,


de noche goteando en Julio,
la voz escuchando, Clío,
recordando fieles amantes.

Amantes de serenos ojos,


la mirada tenían mía, tuya,
también poseían tu voz, bella,
y mis instantes de enojos.

Hermoso instante, preciosa fortuna,


cuando unió el destino nuestras vidas,
como rayos de plata, distinguidas,
bajo la luz de nuestra blanca luna.

49
Luna roja

Luna para dos enamorados,


de rojo encendida, pasión,
palpitar haciendo el corazón,
entre dos amantes abrazados.

Emociones y besos enlazados,


ardientes labios como el fuego,
a gritos pidiendo con ferviente ruego,
a oscuras sean encontrados.

Miradas cómplices, deseo anhelado,


traviesos juegos de manos,
de perfumadas rosas los ramos
los novios en el altar llevan a lado.

Al llegarnos amor que nos sonroja


por su alma la calidez blanca,
cada suspiro que del ser arranca,
la melodía dulce de la luna roja.

50
Manuel

Si pudiera decir lo que pasó ese mes,


quizá jamás me atrevería
a expresar lo que sentí aquel día
que te miraba por primera vez.

Hubo taquicardia y sonrojos,


palpitar incesante y maravilla,
como cuando el sol arriba brilla,
entre destellos de varios frutos rojos.

Algún suspiro se escapó en el aire


mirándote, venias, de reojo,
quise evitar cualquier enojo
y de tu parte darme algún desaire.

Tal vez escuche oírte hablar,


de mirarte pasar tan ponderante,
la curiosidad viajaba, incesante,
del poderme en tus ojos contemplar.

Excusa no encontré para acercarme,


pasaste sin siquiera verme,
manera busque de entretenerme,
de la fragancia que dejaste olvidarme.

Los meses pasaban y no te perdía


de vista y por fin pude hablarte,
me conformaba con solo saludarte
y sentir que al verte el corazón latía.

51
Esta sensación hermosa,
dejo en mi alma ansiado anhelo,
bajo claro azul del cielo
que tiñe de color alguna rosa.

¿Has escuchado al viento extraño giro?,


es porque te ha seguido a dónde vas,
caminando entre tu sombra al ras
de mi respiración algún suspiro.

Se han desgastado mis solapas,


por querer encaminarte a diario,
seguirte como si fuera el río,
y de tus aguas conocer los atlas.

Sin embargo me lo callaré,


no expresare mi sentir,
tratare solo de sonreír,
lo demás silenciaré.

No tiene sobrenombre él,


de morena piel el hombre,
melodioso es su nombre,
en sus andanzas, Manuel.

52
Mayahuel

Y ahí está aquella diosa


de tierra hecha y maguey,
libre como mariposa,
sutil nombre, Mayahuel.

Figura hermosa, morena,


de espinas y dulce miel
a todo hombre envenena,
sonata bella, Mayahuel.

Sales de noche tan fina,


sagrada tu voz, tu piel,
eco de un ave divina
repitiendo, Mayahuel.

El norte posee tu cuerpo,


tú, alma y corazón fiel,
lugar donde vive el muerto,
esperando, Mayahuel.

La luna trae la penumbra,


y ese final tan cruel,
dejando anoche tu sombra
y tu nombre, Mayahuel.

53
Mientras tanto

Hoy temo a la claridad,


porque en ella vive el hombre,
el ser más ruin de la cumbre
que hizo la divinidad.

Hoy temo a la paz del mundo,


que según se vive al día,
más bien es melancolía
y una calle sin rumbo.

Hoy temo a la religión,


que llena está de rencor,
al pasar deja dolor,
y decepción, aguijón.

Hoy temo a la soledad,


me hace sentir tan pequeño,
noches dejando sin sueño,
haciendo paso a la edad.

Hoy temo a la cobardía,


que se enfrenta cara a cara,
como si alguien la comiera
en la fruta que mordía.

Hoy me siento vulnerable,


frágil, tibio y desdichado,
con el corazón hinchado
por llorar lo inalcanzable.

54
Hoy siento débil mi ser,
heladas tengo las piernas,
de relámpagos, las tiernas
medusas al perecer.

Hoy existe un gran vacío,


flotando encima de mí,
tal vez, porque no entendí,
que mi todo es el espacio.

Hoy no amanecí en mi cama,


navegando en una barca,
la misma que cruel abarca
mi alma de que se desgrana.

55
Nada

Hoy que tantas ganas tengo

de hacerte el amor y me contengo

al margen, por ser tú, fruto prohibido

y yo un fantasma cohibido.

Paseas en mi pensamiento,

cual hoja volando al viento,

más nunca sabrás las formas

que en mi mente te transformas.

Agua bendita eres, rojo fuego,

sin espinas eres rosa, dulce ruego,

eres terciopelo negro, espuma de mar,

adagio de placer, eclipse lunar.

¿Sabes?, desde lejos te poseo,

no concibes cuanto deseo

acariciar de a poco tu mirada

con las suaves fundas de mi almohada.

Recuerdo, que, para luego,

¿siempre será que lo niego?,

nunca obtuve tu mirada,

ni eco, ni sombra, nada.

56
Nuestra vida

Porque hay en tus palabras


caminos a la verdad,
que borran antiguas sombras
y enfrentan la realidad.

Con tus caricias escribes


las frases que trae el día
y en cada nota recibes
cariño del alma mía.

Abrazos que traen consuelo,


suspiros que vuelan alto,
momentos llenos de encanto
que me despegan del suelo.

Instantes gratificantes,
miradas hipnotizantes,
susurros armonizantes,
corazones palpitantes.

Tu galanura, elegante,
entre mi andar, desafiante
y esta relación triunfante
con la vida por delante.

57
Paso del ayer

Mes estoy desprendiendo del pasado,


de la más longeva de las avaricias,
del ensueño que bañaba las primicias
del dolor y de todos mis pecados.

De los eternos bosques desteñidos


del azul cielo, que en nuestro mar dejaba
la espuma, brumosa de cada carcajada,
sobre pasos marcados y ceñidos.

De las estrellas altivas que a lo lejos,


hoy solo brillan, para mí, al revés,
al caer la noche, cuando cambia el mes,
laten perplejas en los frágiles recuerdos.

Y del verde primavera que encendía


el encrespado jardín de flores cristalinas,
en el que hoy retoñan solamente espinas,
muriendo por dentro vive el alma mía.

Ni luz ni sombra tendrán las madrugadas,


recordando un beso tibio que alojaba,
en nuestro ayer, mi vida enamorada,

que hoy son mieles amargas y saladas.

58
Pensarte

Sobrevolar templadas aguas


al aire desplegando nuestras alas,
sonido de las olas, bella melodía,
tu mano estrechando con la mía.

En el viento escucharé un murmullo


de la luna de plata, un arrullo,
volar luciérnagas de colores,
en suave campo aroma de las flores.

De un sueño despertar taciturno,


hilos dorados, rodamundo,
tejidos, con agujas de armonía,
dos palpitantes corazones día a día.

Esos tus ojos recordar, tornasol,


de tu cuerpo punto cumbre, crisol,
azul, apacible lago cristalino,
de ruiseñor eco, dulce trino.

Crecer bajo mis pies la enredadera


con tu perfume sobre una cordillera,
haciendo entre nubes que resista,
el ocaso se pinta de amatista.

Navegante turquesa y profundo


en un barco a la mar, vagabundo,
haciendo nuestros roces suaves olas
al ritmo de blancas caracolas.

59
Suspirar sabiendo que ha llegado
cubriéndome la espalda el ser amado,
con pasos firmes, siendo mi destino,
con quien quiero terminar este camino.

60
Retrato de mí

Hacer quiero una pintura


que hable de mi persona,
aquella que me abandona
por faltar cualquier premura.

Pintaré varias muñecas,


ellas de muchos colores,
colocadas entre flores,
en sus caras varias muecas.

También estarán mis hijos,


por los que daría mi vida,
sabiendo que en su partida
se ahogaran mis ojos.

En el cielo un Pegaso,
representará mis sueños,
grandes, medianos, pequeños,
que cada día entrelazo.

Todo en color verde y fresa,


el verde, de la alegría
y cada hazaña en que ría,
el otro, mi gran tristeza.

Atravesando un gran río


en una barca, mis padres,
representando las tardes
cálidas, lluvia de hastío.

61
Yo, con rostro serio,
mirando hacia el horizonte,
contemplando un cenzontle
que simboliza el misterio.

Un arcoíris dorado,
del cual tú estés bajando,
del otro lado esperando,
yo, tu fiel enamorado.

Caerán flores amarillas,


cempasúchil frenesí,
de ese día en que nací
en frijoles, mole y tortillas.

Un árbol de rojas manzanas


cubierto de luz y sombra,
habiéndose en la redonda
podridas, verdes y sanas.

Unas notas musicales


con el viento bailaran,
ellas me recordaran
mis triunfos más garrafales.

El último toque, fuerte,


una silla mecedora,
de madera acogedora,
donde me espera la muerte.

62
Roberto

Ya tengo ojeras de tanto pensarte


y no poder dormir,
de mi mente no dejarte ir,
por volver a contemplarte.

Que sensación extraña de mirarte,


macho cabrío,
ídolo sombrío,
quizá quiera seducirte.

En un roce de efímeras palabras


sutil entrelazamos,
cada que nos acercamos,
miradas peligrosas.

Navegar permíteme en las aguas


profundas de tus pupilas,
No sé si serán tranquilas,
tal vez serán tormentosas.

La intensidad de luciérnaga en prado


con su luz titila,
furiosas de bestias de Scylla,
ingrato placer ahogado.

Tu nombre en la rosa roja


de a poco comienza,
en medio del árbol de cereza,
con el rocío de la hoja.

63
Podría congelar la luna llena,
convertir aquel momento
en retórica, destino, un encuentro,
menguar y ser luna nueva.

64
Talía

De noche luz, llevas en tu nombre,


de la poesía, fragmentos llevas,
a veces llueves, a veces nevas,
musa o estrella tus pronombres.

Aunque luz eres también de día,


de café, perfume fragante,
impredecible dama elegante,
universo, mujer, Talía.

65
Te amare

Voy, tomo de tu mano,


siento tus latidos,
palpitares fugitivos,
suave brisa de verano.

Claridad de luz de luna,


reflejándose en tus ojos,
suspiros tiernos, airosos,
arena fina de duna.

Pláticas junto al viento,


te hace su marioneta,
dibujando tu silueta
congelándose en el tiempo.

Rosas frescas, rojas,


que jamás se marchitan,
para vivir necesitan
el rocío de nuestras aguas.

Me invitas del vino


qué de tus labios emana,
siete días a la semana,
dulce o amargo, divino.

Me seduces con el aura


del manantial de tu alma,
haces que pierda la calma,
te necesito ahora.

66
Me secuestras en tus brazos,
pones fin a la amargura,
me inundas con la ternura
infinita, tus abrazos.

Me enseñas a caminar
taciturno, cual tus pies,
dejando huella, tu vies,
en la tela de mi andar.

En mis oídos canción,


escucharé de tu voz,
la melodía para dos,
nos llegará al corazón.

De tu magia las palabras,


desharán lo que Pandora
vertiera en aquella hora,
al mundo, todas regadas.

Me dirás cómo poder


navegar en altamar,
en tormenta sin cesar
haciéndome a ti volver.

Y volaré por el cielo


repleto de nubes grises,
nuestros momentos felices
me darán fuerzas en vuelo.

67
Y cuándo la lluvia caiga
torrencial, fría y oscura,
se borrara mi amargura
de mi piel y alma mojada.

Y todo lo aprenderé
de ti, tu alma, tu ser,
de lo que se del ayer
y mañana, te amaré.

68
Tláloc

Nos mira de frente,


nos mira a los ojos,
bajo cielo nuboso,
cae el torrente.

Y él, majestuoso de pie,


revestido, azulado,
mientras bajando
gotas en enjambre.

Suenan caracoles,
goces tremulosas,
voces milagrosas
y vientos danzantes.

69
Tú y el

Llegaste en el momento preciso,


él llegó un día lluvioso.

Te conocí en una banca del parque,


de él su primer mirar, divino instante.

Tú y yo conversamos, interesante,
él y yo platicamos, fue electrizante.

Tu voz, maravilla ponderante,


su voz fuerte, hombre galante.

Eres toda ternura, un caballero,


él valiente, toro fiero.

A ti te dedico mis poemas,


a él mis noches placenteras.

Estás en mi pensamiento,
él en mi piel todo el tiempo.

Eres poseedor de mis labios,


él, dueño de mis besos.

Permaneces en mis días bellos,


él dentro de mis sueños.

Me haces perder la razón,


a él le escribo mi mejor canción.

70
Me llenas de detalles,
él de caricias incesantes.

Me robas la calma,
él se ha robado mi alma.

Te quiero, no lo puedo negar,


lo amo, no lo puedo olvidar.

Estás conmigo a cada paso,


de amor con él no se rompe el lazo.

Te extraño si no estás conmigo,


de él extraño sus brazos como abrigo.

Me haces sentir el más seguro,


él, amante puro.

Me das y me dedicas tu tiempo,


de él recibía un futuro incierto.

Estás ayudándome a sanar la herida,


de él quiero comenzar la huida.

Me entiendes, me escuchas, quieres comprenderme,


de él no puedo hablar sin excitarme.

Quiero hacerte el amor y no puedo,


con él lo hago y sé que ya no debo.

71
De ti recuerdo tus besos, tus abrazos,
de él recuerdo de vino vasos llenos.

De ti no he recibido algún engaño,


y él me ha hecho tanto daño.

Ayúdame a olvidarlo te lo pido,


porque él de mi corazón no se ha ido.

Tengo miedo de perderte


mientras él ufano se divierte.

Perdóname si alguna vez te he fallado


si lo recuerdo a él contigo estando.

Necesito que seas tú por quien yo viva


tan solo espero que él devuelva mi vida.

72
Volver a verte no quiero

Presta atención amor mío


a lo que voy a decir,
no fue fácil decidir,
esto se convirtió en hastío.

Todo fue bueno al principio,


besos llenos de pasión,
dándonos el corazón
con un amor siempre limpio.

Llenabas con tu presencia


cada rincón de mi ser,
alegría, dulzura, placer,
me inundaban de tu esencia.

Te di lo mejor de mí,
me diste lo que tuviste,
un títere de mí hiciste
cuando en tu trampa caí.

Me tenías enamorado
creyéndote en cada instante,
mi corazón delirante
lo tuviste encadenado.

Se rompieron las cadenas


aquel día de amargura,
me di cuenta de tu hechura
aire corría por tus venas.

73
Solo jugaste conmigo,
y yo me sentía tu dueño,
he despertado del sueño
donde quería estar contigo.

El alma se fragmentaba
cual pedazos de cristal
como Ícaro hizo mal
sus alas cuando volaba.

Se derrumbó ese castillo


que creí hicimos juntos,
ahora somos dos puntos
del final y de estribillo.

El de estribillo lo ganas
por repetir de lo mismo
y el del final es el sismo
que deja tu tierra en ruinas.

El del final seré yo,


tu vida dejando en nada
y aunque me hagas de rogadas,
no vuelvo a caer contigo.

Mi orgullo será más fuerte


que tu gran palabrería
y al caer la luz del día
no quiero volver a verte.

74

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