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Partiendo del capítulo de la historia bíblica de Adán y Eva, donde la

manzana es el fruto prohibido hasta llegar a Blancanieves que se comió una


manzana envenenada, la manzana, la llamada reina de las frutas, nunca ha
salido bien parada en todas las historias donde ha sido protagonista. Siempre
está envenenada o en medio de la discordia.

Una manzana cambia el destino, el curso de la historia. Por una


manzana Adán y Eva fueron desterrados del paraíso. Gracias a la manzana
Blancanieves conoció a su príncipe azul.

Por una manzana también, el curso de la historia occidental comenzó su


giro de 180º. Un recorrido que llegará hasta la fundación de Roma y que
asentará los cimientos de nuestra cultura occidental.

Éste es un largo episodio que comienza con las bodas de Tetis con el
mortal Peleo. Todos los habitantes del Olimpo estaban invitados, todos excepto
la diosa de la discordia, Eris, por temor a que dañara la velada. Su nombre es
ya su carta de presentación.

Ella se sintió ofendida y para vengarse se presentó allí, tal y como hizo el hada
Maléfica al no ser invitada a la fiesta con motivo del nacimiento de la princesa
Aurora, más conocida con la “Bella Durmiente”.

La diosa dejó una manzana de oro destinada: "Para la más hermosa". Cuando
las tres diosas más bellas del Olimpo, Afrodita, Hera y Atenea, la vieron, cada
una empezó a decir que era de ella, por ser ella la más bonita.

Hubo una gran discusión, en el que tuvo que intervenir el gran Zeus. El dios de
los dioses se vio en un serio compromiso: Hera es su esposa, Atenea es su hija
y Afrodita es la diosa de la belleza. Por lo tanto, dejó el “juicio” en manos de
Paris. Otra jugada del destino...

Salieron las tres para el monte Ida, donde vivía Paris.

Paris era hijo de Príamo y Hécuba, los reyes de Troya, ciudad


ubicada en Asia Menor y enemiga de los griegos. Hécuba, reina de
Troya, tuvo un sueño durante su embarazo: soñó que daría a luz a
una antorcha que incendiaría la ciudad. Esaco, hermanastro del futuro
príncipe, poseía el don de interpretar los sueños y aconsejó que, a su
nacimiento, abandonaran al recién nacido. Fue así como Príamo, el
rey y padre de la criatura, ordenó a su criado Agelao que abandonara
al pequeño en el Monte Ida. Agelao, en último momento, se apiadó
del recién nacido y decidió criarlo como si fuera su hijo.
Retomando nuestra historia, fue en el monte Ida donde se celebró el
primer certamen de belleza de todos los tiempos: elegir a la más bella. El dios
mensajero Hermes presentó a las tres diosas ante Paris y le propuso el dilema
Paris al ver llegar a las tres diosas y la decisión que tenía que tomar, se quedó
sin reaccionar. Por este motivo, cada diosa decidió sobornarlo.
Hera lo llamó aparte y le prometió hacerlo dueño de toda Asia, si la elegía.
Atenea le dijo le haría invencible en las batallas,
Y Afrodita le prometió la mujer más hermosa del mundo: Helena de Troya.

¿Cuál fue su elección?

Eligió a AFRODITA y así conseguir el amor de Helena.

Una vez celebrado el juicio, el destino comienza a mover sus hilos, a


tejer una nueva historia, a retomar la historia, pues Paris participa en los juegos
que Príamo, rey de Troya y su padre biológico, celebraba cada año en honor a
su hijo, que creía muerto. En una ocasión, los servidores del rey se llevaron a
su toro favorito para emplearlo como premio en los susodichos juegos. Paris,
que fue uno de los jugadores, ganó y se hizo con el toro, haciendo nacer en
sus hermanos la indignación al creer que habían sido derrotados por un ''simple
pastor''. Dispuestos a matarlo, fueron detenidos por Casandra, quién gracias a
sus poderes adivinatorios, reconoció que el ''simple pastor'' era el hijo del rey
Príamo.

Paris fue acogido en la corte real de Troya y tuvo la oportunidad de


embarcarse hacia Grecia. Llegó a Esparta, donde reinaba Menelao y su esposa
Helena, hija de Zeus y Leda, la mujer más preciosa del mundo que le había
prometido antaño Afrodita. El príncipe troyano no tardó en enamorarla con la
ayuda de la diosa y, aprovechando que Menelao estaba en Creta celebrando
los funerales de su abuelo, Paris y Helena se fugaron a Troya.

A su llegada a Troya], los ciudadanos no aceptaron a Helena, pues lo


consideraban una ofensa hacia el rey Menelao, y quisieron devolverla. A pesar
de ello, la decisión de la familia real troyana fue que Helena podía quedarse en
Troya junto a Paris.

Está a punto de comenzar la GUERRA DE TROYA.

Continuará…

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