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EL RIEGO
POR GOTEO
Núm. 11-12177 HD

JOSE M. HERNANDEZ ABREU


Ingeniero Agrónomo

JESUS RODRIGO LOPEZ


Doctor Ingeniero Agrónomo

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MINISTERIO DE AGRICULTURA
EL RIEGO POR GOTEO
En 1860, en Alemania, se empezó a aplicar el agua direc-
tamente a las raices de las plantas, utilizando instalaciones de
drenaje que en las épocas de sequia se hacian funcionar a la in-
versa. Con ello se pretendia evitar las pérdidas de agua por
evaporación. Esta fue la base del riego subterráneo, desarro-
Ilado posteriormente en U.S.A. y no excesivamente extendido
a causa de los siguientes problemas:

- Dificultad en la inspección y reparación del sistema enterrado.


- Obturaciones provocadas incluso por raices.
El riego por goteo, basado en los mismos principios del
riego subterráneo (aplicación localizada del agua a la planta),
presenta una diferencia fundamental, que es la de ir colocado
sobre el terreno, lo que permite su constante inspección y fácil
mantenimiento. El aumento en las pérdidas por evaporización
es reducido a causa de la cobertura vegetal y de la pequeña di-
mensión de las áreas mojadas que aparecen en superficie.
Aunque este tipo de riego se empezó a utilizar en Inglaterra
para contenedores o macetas hace unos 25 años, a los técnicos
israelitas se debe, en gran parte, el avance que ha experimenta-
do el sistema.

En 197^1, durante el Segundo Congreso Internacional de Rie-


go por Goteo se dio la cifra de 75.000 ha. como superficie
regada por goteo en el mundo y se estimó que para 1980 Ilega-
ría a las 200.000 has., figurando la mayor superficie en U.S.A.
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Estimamos que en España existen actualmente unas 1.000 ha.


bajo riego por goteo, pero es de esperar que se incrementen rá-
pidamente, sobre todo en Canarias y Sureste peninsular, por
las condiciones de alta aridez y escasez de recursos hidráulicos
de estas zonas.

DESCR[PC'ION DEL SISTEMA

Componentes de una instalación de riego por goteo

El riego por goteo es un sistema para suministrar agua fil-


trada y abonos directamente al suelo, eliminando las pérdidas
producidas por evaporación en canales, surcos, aspersores y des-
de el suelo, ya que no se moja la totalidad de ta superficie.
El agua es llevada hasta cada planta a través de una extensa
red de tuberias. EI mecanismo por el cual pasa al suelo se llama
«emisor» o«gotero», y en él se pierde la presión que dentro de
las tuberias tiene el agua, por lo cual esta descarga se produce
gota a gota.
Una vez en el terreno, se distribuye, a través del mismo,
formando un bulbo mojado cuya forma y dimensiones depen-
den del tipo de suelo, caudal del gotero y tiempo de riego.
Una instalación tipo de riego por goteo debe incluir:
1. Cabezal de riego y aparatos de control hidráulico.
2. Red de distribución.
3. Goteros o emisores.
d. Aparatos para estimar las necesidades de riego.

CABEZAL UF. R[EGO

Entendemos por cabezal de riego el conjunto de aparatos


utilizados para el filtrado, fertilización, control de presiones y
caudales. Normalmente se usa un solo cabezal situado en el pun-
to de entrada de agua a la finca. En algunos casos (grandes
explotaciones, situaciones con distintos cultivos, etc.) se instalan
varios cabezales de menores capacidades, para permitir un me-
jor control de la explotación.
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FILTRADO

Como consecuencia del pequeño diámetro de los conductos


por los que circula el agua en el interior de los goteros (menos
de 1 mm. y frecuentemente del orden de 0,7 mm. j, es indispen-
sable disponer de un buen sistema de filtrado que evite la obtu-
ración de los mismos.
Las características de los filtros y la mayor o menor comple-
jidad del sistema de filtrado, dependerá de la cantidad y tipo de
impurezas que estén presentes en el agua de riego.
Normalmente se utilizan dos tipos de filtros:
Filtro.s de grava. -Consisten en unos depósitos en cuyo in-
terior se colocan diversas capas de grava de distintos tamaños.
Los diámetros de estas gravas se escalonan en capas, al menos
dos, desde 0,5-1 cm. en las partes superior e inferior, hasta
menos de 0,3 cm. en el centro. Esta capa central deberá tener
un espesor minimo de 30 cm. El agua que entra por la parte su-
perior, atraviesa las mencionadas capas y sale filtrada por la
parte inferior. La capacidad normal de estos filtros, con acoples
de 2 ó 3 pulgadas, varía entre 20 y 30 m'/hora. Cuando se requie-

Fig. 1.-Detalle de la limpieza por reflujo de un filtro de grava.


- 5 -

ren mayores caudales, es necesario el acoplamiento en paralelo


de varias unidades.
Las conexiones de estos filtros se realizan de tal forma que,
cuando sea necesaria su limpieza, pueda invertirse el sentido
de circulación del agua, expulsando la suciedad por la parte su-
perior. Esta agua de reflujo deberá pasar previamente por fil-
tros. Deben situarse, asimismo, manómetros o tomas manomé-
tricas que permitan medir la caída de presión entre la entrada y
salida de los filtros para detectar su grado de obturación.
Conviene resaltar la importancia que para un buen filtrado y
por tanto la vida de la instalación, tiene la calidad de la grava
utilizada y dosificación de tamaños de la misma. Se recomienda
el uso de materiales inertes, sin aristas vivas para evitar su
disgregación.
Estos filtros están especialmente indicados para retener las
algas y materias orgánicas contenidas en el agua de riego.
Filtro.s de malla. -En estas unidades, situadas a la salida
del cabezal, el filtrado se realiza por el paso del agua a través de
mallas cilíndricas, cuyos orificios tienen un diámetro que oscila
eiitre 0,07 mm. y 0,2 mm. De este tipo de filtros existen diversos
modelos:
- Con una o varias mallas cilindricas concéntricas, nor-
malmente de acero inoxidable y a veces de plástico. En estos
filtros, el agua entra por la parte exterior del cilindro y sale por
su eje.
- Con discos, que al unirse fuertemente entre si, dejan
conductos de paso muy pequeños y cuya acción es equivalente
a la de las mallas citadas.
Todos estos filtros se desmontan fácilmente para su limpie-
za manual, aunque existen modelos preparados para limpieza
automática. Algunos modelos, en los que vienen incorporadas
escobillas de limpieza, no necesitan ser desmontados. Como en el
caso de filtros de grava, deben situarse manómetros o tomas
manométricas antes y después de estos filtros para comprobar
su grado de obturación. Si el caudal requerido es superior a
la capacidad de un filtro, será necesaria la instalación de varias
unidades en paralelo. El diámetro de los acoples suele ser de dos
pulgadas o menor.
- 6 -

i Fig. 2.-Filtros de
una sola malla, des-
montados para su
limpieza. Obsérvese la
suciedad retenida.

Pl'efllliQ-
do. -En algu-
nos casos se ha-
ce necesario un
prefiltrado. Se-
gún el tipo de
impurezas, esta
operación pue-
de realizarse con
alguno de los
siguientes ele-
mentos.
1. Si el agua
contiene en sus-
pensión particu-
las sólidas de
pequeño tamaño (limos, arcillas, etc.) deben usarse separadores
o hidrociclones. En ellos, por la acción de la fuerza centrifuga,
originada por una rotación muy rápida del agua, las particu-
las sólidas en suspensión son separadas y extraidas por la parte
inferior del aparato, mientras que el agua limpia sale por la
superior.
2. Si la cantidad de algas y materia orgánica es excesiva
deben usarse filtros de malla gruesa en las alcachofas o colecto-
res de entrada de agua en la instalación, que en algún caso fun-
cionan incluso con mecanismo de limpieza. También pueden
utilizarse en este caso filtros de bloques de hormigón aligera-
do y arquetas de decantación.
-^-

FERTILIZACION

Tanto los abonos principales como los microelementos que


el cultivo necesita, pueden incorporarse al agua de riego, con la
sola condición de que sean solubles en ella. También pueden
aplicarse así fungicidas, herbicidas, nema^ocidas y otras sustan-
cias quimicas, como las empleadas para tratamientos de desob-
turación del sistema, principalmente ácidos clorhidrico o sul-
fúrico en muy baja concentración.
Existen dos clases de aparatos para la incorporación de abo-
nos al agua: los tanques de fertilización y los inyectores de abono.

Tanques de fertilización
Como su nombre indica se trata de tanques o depósitos,
generalmente metálicos tratados con anticorrosivos, con capaci-
dades que oscilan entre 20 y 200 litros, en donde se introduce el
abono. Estos depósitos resisten generalmente presiones de traba-
jo de unas tres atmósferas. De acuerdo con su funcionamiento
pueden distinguirse dos tipos de tanques:
Tipo «venturi».-En ellos la solución concentrada de abono
se incorpora a la red, a través de un tubo de succión conectado
a un punto de la tuberia en el que existe un «venturi» que
crea una depresión. Cuanto más caudal pase por el «venturi»
mayor es la succión y mayor cantidad de abono se mezcla con el
agua. Tienen el inconveniente de que si el abono no es perfecta-
mente soluble y deja residuos en el fondo del tanque, el punto
por donde succiona se obtura fácilmente, por ello es indispen-
sable disolver previamente el abono en otro recipiente, e intro-
ducir la solución una vez decantada. Además, para su correcto
funcionamiento, se necesita un caudal elevado que provoque la
succión descrita.
Tipo paralelo. -Van conectados en paralelo a la tuberia
principal. Su funcionamiento se produce cuanda una parte del
agua que circula por la tubería se desvia hacia el tanque, entran-
do por su parte inferior y saliendo de nuevo a la red por la supe-
rior ya con el abono incorporado. El caudal de agua desviado
hacia el tanque puede ser regulado mediante una válvula de
Fi^. 3.-Cabezal de riego con dos filtros de grava, dos de malla y un tanque de
fertilizarión tipo Faralelo.

compuerta que se coloca entre las mangueras de acople. Cuanto


más se cierre esta válvula más caudal se desvia y con mayor ra-
pidez se aplica el abono. Unos manómetros o tomas manomé-
tricas situados en los acoples de las mangueras, permiten con-
trolar la depresión que se desea (normalmente 0,15 a 0,3 atmós-
feras), para desviar por el tanque entre un cinco y un veinte
por ciento del caudal total. Es muy conveniente instalar a la en-
trada del tanque un medidor de flujo.
Estos tanques son sencillos y de buen funcionamiento, si
bien, presentan el inconveniente, de que no mantienen una apli-
cación uniforme ya que la concentración de abono va disminu-
yendo durante el riego hasta el final del mismo. Esto hace que
deba recomendarse consumir una carga del tanque por turno 0
unidad operacional de riego.
En estos tanques es posible la introducción directa del abono
en forma sólida dentro del mismo.

Inyectores de abono
Con este procedimiento la solución con abono concentrado
se coloca en un depósito abierto y es incorporada, inyectándola
con bomba, a presión mayor que la de la red. Algunos modelos
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presentan la ventaja de que cualquier variación en el caudal de


agua se acusa en la bomba, manteniéndose la misma concen-
tración de abonos en el agua de riego.
Según el tipo de energía utilizada para mover la bomba pue-
den distinguirse:
Inyectore.s con bomba.s movida.s con energía externa (eléctri-
ca o fuel).-Son bombas de diafragma con caudal variable en
las que se puede regular con toda precisión la cantidad de solu-
ción de abono que se desea incorporar. También existen de pis-
tones y centrifugas. El único inconveniente, aparte de su coste,
es el de necesitar una fuente energética exterior.
Inyectore.s con homba.s movida.s hidráulicamente.-En estos
aparatos se usa la propia presión del agua de riego para in-
yectar el abono. Su principal desventaja es que, generalmente,
no se puede variar la dosis de inyección, son muy costosos y
necesitan para su funcionamiento disponer de elevada presión.
Todos los aparatos de incorporación de abonos, deben co-
nectarse a la red después del filtro de grava y antes del de malla.
Si el agua se toma de una conducción general que también dé
servicio a viviendas, es necesario colocar, antes del aparato de
fertilización, una válvula de retención para impedir que los abo-
nos puedan llegar a dicha red.

CONTROL DE PRESIONES Y CAUOALES

Para mantener las presiones dentro del sistema a un nivel


adecuado y poder controlar el agua que vamos a aplicar en cada
riego, se instalan una serie de válvulas. Cuando las condiciones
de la finca lo permiten, estas válvulas se sitúan en el cabezal. En
los demás casos deberán ir distribuidas en el sistema.

Control de presiones
Con esta acción se pretende conseguir la máxima uniformi-
dad en la aplicación del agua y proteger la instalación de posi-
bles excesos de presión.
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Reguladores de presión.-Son válvulas que, mediante un re-


sorte y un pistón, de forma automática, mantienen la presión
constante a partir del punto en que se encuentran instaladas.
Existen muchas marcas y tipos. En algunos modelos se puede
regular a voluntad la presión que se quiere obtener después de
la válvula. Todas ellas actúan entre un minimo y un máximo de
caudal para cada diámetro. Las más perfeccionadas, además de
regular la presión cuando el agua está pasando por ellas, man-
tienen una presión máxima que podemos prefijar, para evitar
roturas de filtros, tuberias, etc., cuando el agua deja de circular
y el sistema pudiera quedar sometido a demasiada presión.
Reguladores de flujo. -Consisten en una pieza metálica en
cuyo interior hay un diafragma de goma con un orificio de diá-
metro variable según la presión del agua, manteniendo con ello
un caudal constante.
Suelen ser de pequeño diámetro y por ello se instalan en la
toma de cada linea portagoteros, lo que encarece la instalación.
Están indicados en el caso de terrenos ondulados.

Control de caudales
Para controlar la cantidad de agua a aplicar o dosis de riego,
se pueden utilizar dos métodos:
Controlando caudales mediante válvulas volumétricas. Cada
válvula contiene los tres principales componentes:
- Contador.
- Acoplamiento de control.
- Válvula mecánica o hidráulica.
La válvula medidora se pone en funcionamiento cuando se
gira a mano un dial en el que se marca la cantidad de agua.
Cuando el contador ha medido esa cantidad y el mando ha
vuelto a cero, el mecanismo de control transmite una señal a la
válvula hidráulica que cierra automáticamente el paso de agua.
También puede Ilevar un contador totalizador. Los diámetros
varían entre una y 10 pulgadas.
La cantidad de agua puede ser rectificada cuando la válvula
ya está en funcionamiento y cerrada manualmente cuando se
desee. El funcionamiento de esta válvula no es afectado por
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Fig. 5.-Válvula Solenoide y regulador de presión.

fluctuaciones de presión en la tubería principal, pero si por su-


ciedad en el agua de riego.
Controlando tiempos mediante válvulas solenoides o electro-
magnéticas que abren y cierran accionadas a distancia desde un
panel de control de tiempos de duración del riego. En otros mo-
delos, con reloj incorporado, se señala directamente el tiempo.
Para su funcionamiento necesitan corriente eléctrica que pueden
recibir desde el panel de control o mediante baterías incorpo-
radas a la propia válvula.
Todos los elementos descritos, que componen un cabezal de
riego por goteo, van acoplados, generalmente, como se señala
en la figura correspondiente siendo recomendable la instalación
de una ventosa a la salida del mismo.
RED DE DISTRIBUCION
A partir del cabezal de riego, el agua es conducida hacia
las plantas mediante una red de tuberías, que debe estar dise-
ñada y calculada para que la diferencia de caudales en los go-
teros no sea mayor de un 10 por 100 del caudal nominal de los
mismos,
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Desde el cabezal hasta los goteros o emisores tenemos:


Tubería principal.-Es la que conduce al agua desde el cabe-
zal a las distintas unidades de riego. El conjunto de unidades
regadas simultáneamente constituye un turno o unidad operacio-
nal de riego. Es recomendable espaciar alternativamente las uni-
dades y distribuirlas entre los turnos, de tal forma que el diáme-
tro necesario en estas tuberias sea el menor posible. El número
de turnos puede determinarse fácilmente dividiendo el tiempo
disponible entre dos riegos consecutivos, para la época de máxi-
mo consumo, entre el tiempo de aplicación de un riego.
Por ejemplo, suponiendo que en agosto debemos regar cada
día, con jornada de 10 horas y que la duración de un riego fuera
de 3 horas, el número de turnos de riego sería de 10/3 = 3,3.
Se adoptarian tres turnos. Esto es, la finca podriamos regarla
en tres veces. Cuanto mayor sea el número de turnos que se
vayan a utilizar, menores serán los caudales y por tanto los
diámetros de la tuberia principal y la capacidad de cabezal, lo
que abarataria la instalación. Esto es especialmente importante
en las fincas cuya forma obliga a diseñar tuberias principales
de gran longitud.
Estas tuberias pueden ser de fibrocemento, PVC y de hierro
galvanizado, aunque en este último caso pueden producirse, con
el tiempo, corrosiones debidas a los abonos y tratamientos. Se
podria utilizar también polietileno, pero al tratarse, generalmen-
te, de diámetros grandes, resulta muy costoso. Si se usan las de
PVC deben colocarse enterradas. En cualquier caso deberán
ser de un timbraje adecuado a las presiones que deben soportar.

Tubería.s .subprincipale.s. - Dentro de la unidad de riego son


aquellas que conectan entre si las distintas subunidades. En ca-
beza suelen llevar una válvula para el control del caudal y las
piezas especiales que fueran necesarias (reguladores de presión,
ventosas, etc.). En el caso de que se utilizasen cabezaies auxilia-
res, deberán ir colocados en cabeza de estas tuberias que suelen
ser de PVC o polietileno.

Tuóerías secundarias.-Dentro de cada subunidad de riego,


son las que partiendo de las subprincipales, conectan entre
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CABEZAL

Regulador de presión

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Tubería principal 1, 2, 3 y 4 Unidades de riego


Tubería subprincipal AyB Subunidades de riego
Tubería secundaria
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Tubería portagoteros Turno de riego
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I^i^. h. -Ej^^nti^l^^ dc insf^tlctr^ón d^^ riegu p^^r goleo.

sí las distintas líneas portagoteros. Llevan en cabeza un regula-


dor de presión. Pueden ser de PVC o polietileno.
Tuberías porlagoteros. - Son de polietileno con diámetros de
12 mm., 16 mm. ó 20 mm. y llevan los goteros colocados en
ellas.

DISPOS[CION DE LAS TUBERIAS PORTAGOTEROS


Las disposiciones más usuales se presentan en la figura ad-
junta y son:
a) Simple línea lateral: Consiste en una linea portagoteros
por fila de plantas con goteros uniformemente espaciados den-
txo de ella.
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B) Doble /ínea lateal: Consiste en dos lineas portagoteros


por fila de plantas.
C) Disposición en zig-zag: Los goteros no van instalados
a distancias fijas a lo largo de la línea lateral, sino en los bucles,
formados con la misma linea, que rodean a la planta.
D) Di.spo.sición en anillo.s: Los goteros van instalados en
aros formados con tubería de polietileno, que se insertan en la
linea lateral.
E) Con goteras de varias salidas: Provista cada una de ellas
de un tubo de polietileno que permite aplicar el agua a distan-
cias del gotero de hasta unos dos metros. Según como se dispon-
gan estos tubos puede conseguirse cualquiera de los anteriores
diseños.

Criterios de elección

En cultivos poco espaciados o de marco estrecho -hortico-


las-, que necesitan gran densidad de goteros, la disposicíon
más recomendable es la simple linea lateral.
En cultivos de marco amplio -frutales- es necesario con-
seguir una distribución de los puntos de goteo que se vaya am-
pliando a medida que crecen las plantas, para obtener un desa-
rrollo radicular acorde a la copa del árbol. En estos casos las
disposiciones más recomendables son las de doble linea lateral,
zig-zag o anillos, siendo nuestra preferencia utilizar cualquiera
de las dos últimas.
En cultivos con marco de plantación intermedio puede usar-
se cualquiera de ellas.

GOTEROS O EMISORES

Como ya se ha dicho, en estos elementos es donde se pier-


de la presión que Ileva el agua, dentro de la red, para que salga
gota a gota.
Existen multitud de tipos de goteros que se pueden clasifi-
car atendiendo a varias características.
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Válvula de compuerta

^ Regulador de presión

Válvula de 3 vías

i
Desagiie
Filtros de grava

Tomas manométricas

Enchufes rápidos

Tanques de
fertilización

Válvulas de compuerta

Filtras de malla

Ventosa
Fig. 7.- Esquema de cabezal de riego por goteo.
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POR SUS CARACTERISTICAS HIDRAULICAS


Goteros de largo conducto
En ellos la pérdida de presión se consigue al hacer circular
el agua por un largo conducto (de hasta 2 m.) de pequeño
diámetro (0,5 m. a 1 mm.). Los caudales de estos goteros va-
rian de 2 a 10 1./h. con presiones de una atmósfera. Respon-
diendo a este principio, se tiene una amplia gama de emisores
que incluye a los microtubos como más sencillos, si bien en
ellos se debe trabajar a menores presiones para no necesitar
longitudes de microtubo excesivamente largas.

Goteros de orificio
Aunque son los más simples y baratos, suelen ser muy sen-
sibles a obturaciones debido a que el tamaño del orificio debe
ser del orden de 0,1-0,5 mm. para caudales de 2 a 8 1./h., con
presión de una atmósfera.

Goteros tipo vórtex


Con cámaras circulares en donde el agua entra tangencial-
mente a alta velocidad y sale por el centro de la cámara.
Fig. 8.=Goteador interlinea de largo conducto desmontado.
- 18 -

Goteros autocompensantes
Llamados asi porque admiten una amplia variación de pre-
sión para un caudal dado. Generalmente constan de una mem-
brana de goma que, según la presión, disminuye en mayor o
menor grado el diámetro del paso de agua, manteniendo asi cau-
dales constantes.

Goteros multisalidas
Basado en cualquiera de los principios anteriores, el agua
sale al exterior por varios orificios, que pueden ser totalmente
independientes o no. En el primer caso cada orificio emite un
caudal determinado sin que influya cuanto sale por los otros.
En el segundo caso, cuando un orificio no funciona, su caudal,
o parte de él, se reparte entre los demás.

Mangueras de goteo

Se emplean, por su bajo costo, en cultivos de marco de


plantación muy estrecho que requieran una gran densidad de
goteros. Existen diversos tipos. Los más usuales son:
Mangueras tipo «Twin-wall» y«By-wall».-Constan de dos
tubos concéntricos o adyacentes. El agua circula por uno de
ellos y pasa a través de unos pequeños orificios al segundo tubo,
desde donde sale al exterior por otras perforaciones. Por cada
orificio interior hay varios exteriores, por lo que pueden consi-
derarse como goteros de orificio con multisalida.
Suelen ser de polietileno de diversas galgas, lo que in-
fluye en su vida útil. Estas mangueras permiten regar grandes
longitudes (hasta unos 200 m.) con una buena uniformidad de
di`^tribución a lo largo de ellas. Su presión de trabajo es de O,a
a 0,6 atmósferas.
Manguera.s de rezume. -En ellas el agua sale al exterior a
través de material poroso o, en el caso más sencillo, de un cosi-
do. Su vida útil es también corta. Son muy sensibles a obtura-
ciones por carbonatos, especialmente las de material poroso.
Para conseguir una buena distribución de agua, debe irse a
longitudes cortas. Estas tuberias y las anteriores deben colocar-
se parcialmente enterradas.
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Man^ueras corruRada.s.-Formadas por dos tuberias concén-


tricas, la exterior lisa y la interior corrugada, dejando entre
ambas un conducto, de pequeño diámetro, a modo de resorte.
EI agua circula por la [uberia interior y pasa al conducto a
través de unas perforaciones practicadas regularmente en el mis-
mo. Después de perder presión en el largo conducto, el agua
sale a través de unas perforaciones practicadas en la manguera
exterior.

POR LA SENSIBILIDAD A LA OBTURACION


Según los diámetros de los orificios de paso de agua, los
goteros pueden clasificarse en:
- Muy sensibles, con diámetro menor de 0,7 mm.
- Sensibles, con diámetros entre 0,7 mm. y 1,5 mm.
- Poco sensibles, con diámetros mayores de 1,5 mm.

CRITERIOS DF. SELN;CCION


Las caracteristicas básicas que debe cumplir un buen gote-
ro son:
1. Caudales bajos (de 2 a 10 1./h.) que no varien grande-
mente por pequeñas diferencias en presión.
2. Diámetros de sección de paso de agua relativamente
grandes para evitar problemas de obturación.
3. Ser compactos y no demasiado costosos.
d. Elevada uniformidad de fabricación.
En muchos casos se deben exigir caracteristicas especiales;
por ejemplo, autocompensantes o mangueras de goteo, multi-
salida, etc.
En cuanto a caudales pueden aplicarse los siguientes criterios:
- Los caudales de 2 l./h. deben reservarse para densidades
altas de goteros (cultivos horticolas) o cuando el suelo es muy
arcilloso.
- En cultivos más espaciados es recomendable usar cauda-
les de d l./h. o mayores.
- Como norma general deben preferirse caudales tanto más
altos, cuanto más arenoso sea el suelo a regar.
-ao-

APARATOS PARA ESTIMAR LAS NECESIDADES


DE RIEGO

A1 tratarse de una técnica que permite una alta precisión en


la aplicación de agua, se hace imprescindible la utilización de
alguno de los aparatos que se describen a continuación, para el
manejo racional del riego.

Tensiómetros

Son unos medidores del vacio que se crea en una columna


de agua, cuando parte de ella sale del aparato, a través de una
cápsula de porcelana porosa. Cuanto más seco está el terreno
en contacto con dicha cápsula, más agua pasa al mismo y, por
tanto, más tensión se produce. Esta tensión del agua en el suelo
se mide con un manómetro graduado de 0 a 100 centibares.
La puesta a punto del tensiómetro antes de su utilización es
fundamental para su correcto funcionamiento, por lo que con-
viene seguir las instrucciones que para ello dan los fabricantes.
El aparato se llena con una soluctón de agua con sustancia
alguicida y a continuación se sumerge en dicha solución hasta

F'i^. 9.-Tensióme[roti en un riego por gotco. Unas estaca^t manticnen fija la posi-
ción del gotero.
que se saturen todos los poros de la cápsula. Mediante repetidas
acciones con una pequeña bomba de vacio, se extraerán las bur-
bujas de aire que pudieran haber quedado en la columna
de agua.
Como comprobación de que la puesta a punto del tensióme-
tro es correcta, cuando la cápsula se deja al aire, deberá alcan-
zar una lectura de unos 70 centibares en unas dos horas. Al in-
troducirla nuevamente en agua deberá marcar cero en unos 60
segundos.
Para colocarlo en el terreno, una vez elegido el sitio como
luego se dirá, se hacen agujeros con una barra hueca del mismo
diámetro que el tubo del tensiómetro, marcando la profundidad
a la que se llega. Se introduce el tensiómetro, se humedece la
tierra del fondo del orificio y la tierra de alrededor, apretando.
Es muy importante garantizar un contacto intimo entre la
cápsula y la tierra. Por tanto, cuando el terreno es pedregoso,
se aconseja abrir una pequeña zanja con una pared vertical en la
que se apoya el tensiómetro, rellenando la zanja a continuación.
Ya que al colocarlo se alteran las condiciones de humedad
del suelo en contacto con la cápsula, los dos o tres primeros
dias las lecturas del tensiómetro no serán válidas.
Colocados en campo, su mantenimiento consiste en añadir
agua periódicamente para que el nivel de la misma en el tubo
permanezca siempre por encima del punto de inserción del ma-
nómetro.
Estas operaciones no tienen que realizarse frecuentemente,
cuando se riega por goteo, ya que el bulbo de tierra mojada,
en donde van situadas las cápsulas, conserva constantemente
un alto grado de humedad.

Tanques evaporimétricos
Los más utilizados son los llamados de clase A, que con-
sisten en un depósito circular de 120 cm. de diámetro y 25 cm.
de altura que se coloca unos 15 cm. por encima del suelo,
sobre una plataforma de madera que permita la libre circula-
ción del aire por debajo del tanque, el cual se llena de agua
hasta una altura de 18 a 20 cm. En su interior se coloca un poci-
llo en el que se apoya el tornillo micrométrico para medir la
Fig. 10.-Tanque e^^apo-
rimétrico.

altura de agua. La normalización de sus caracteristicas y forma


de colocación permiten comparar resultados obtenidos en zonas
distintas.
Todos los dias, a primeras horas de la mañana, se mide la
altura del agua en el tanque y se calcula, por diferencia de lec-
turas consecutivas, el agua que se ha evaporado durante un
dia. El tanque debe rellenarse de vez en cuando para que las
fluctuaciones de nivel no sean mayores de 5 cm.

AUTOMATIZACION DEL RIEGO POR GOTEO

Desde la automatización nula hasta la total, existe toda una


gama de posibilidades intermedias. El nivel cero de automati-
zación de una instalación de riego por goteo seria aquel en el
que las válvulas fueran abiertas y cerradas a mano para contro-

Fig. Il.-Tres válvulas


volumétricas y una válvu-
la hidráulica conectadas
para riego secuencial.
-23-

lar presiones y caudales. Aún en este caso, el riego por goteo


supone un buen ahorro de mano de obra comparado con los
demás sistemas.
Según los métodos utilizados para abrir y cerrar válvulas
conseguiremos distintos tipos de automatización; como son:
a) Con mecanismos hidráulicos a base de válvulas hidráuli-
cas y volumétricas conectadas entre sí para conseguir riegos
secuenciales.
b) Con mecanismos eléctricos, que van desde utilizar pane-
les controladores de ciclos de riego y válvulas solenoides, hasta
programadores con puesta en marcha por señales recibidas des-
de tensiómetros.
c) Con mecanismos mixtos eléctrico-hidráulicos.
EI nivel adecuado de automatización para una determinada
explotación dependerá de una serie de circunstancias fisicas, de
organización de trabajo y económicas. A titulo de ejemplo, po-
demos señalar, como factores a tener en cuenta, entre otros,
el tamaño de la explotación, topografía de la finca, tipo y cla-
ses de cultivo, disponibilidad y coste de mano de obra, nivel
técnico de la misma, etc.

MANF;JO UEI. RIEGO POR GOTEO

Eficiencia del riego


La eficiencia de riego puede definirse como el porcentaje
del agua total aplicada, que es realmente utilizada por el cultivo.
E1 sistema de goteo permite conseguir altas eficiencias de rie-
go, siempre que el manejo sea el adecuado. Este es, en defini-
tiva, el principal responsable del resultado del cultivo.
En las normas de manejo pueden distinguirse dos aspectos,
si bien muy relacionados: mantenimiento de la instalación y ma-
nejo agronómico.

Mantenimiento de la instalación
Dada la diversidad en las caracteristicas del material existen-
te, la primera recomendación que debe tenerse presente es cum-
plir las instrucciones de la firma instaladora.
-24-

No obstante, se dan las siguientes normas con carácter ge-


neral:
Control de la uniformidad del riego: La relación que existe
entre la descarga mínima y la media del sistema de riego es el
factor más importante para evaluar la uniformidad de aplica-
ción. Este coeficiente se denomina «Uniformidad de riego».
Sin embargo, la calidad de la cosecha puede verse afectada no
sólo por el déficit de agua, sino también por el exceso. Por
ello se ha desarrollado otro coeficiente que relaciona las descar-
gas máximas y minimas, que se llama «Uniformidad absoluta
de riego».
Estos coeficientes son el mejor criterio para definir la bon-
dad del diseño hidráulico. Si la diferencia existente entre las
plantas que menos agua reciben por unidad de tiempo, respec-
to a las que más agua reciben, es excesiva, cubrir las necesidades
de las primeras supone aplicar un exceso de agua en el resto,
disminuyendo asi, la economía del agua.
Para calcular estos coeficientes se eligen una o varias unida-
des de riego, y dentro de ellas cuatro lineas portagoteros. En
cada una se escogen cuatro plantas localizadas al comienzo, a
1/3, a 2/3 y al final de la línea. Es importante resaltar que se
trata de medir el agua que reciben las plantas; por tanto, si a
cada planta le corresponden varios goteros habrá que medir el
caudal de todos ellos. Para ello, se recoge en un recipiente, du-
rante un tiempo minimo de tres minutos, el agua emitida por
cada gotero seleccionado, y se mide con una probeta. Con los
resultados de los 16 aforos se prepara una tabla en la que se
calcula:

La media de los cuatro aforos más bajos = Q,,,;,,


La media total = Q,,,^.^;,,
La media de los dos aforos más altos = Q^,,,^
E1 coeficiente de uniformidad se determina por la fórmula:

Qmin.
C.U. = 100 y debe ser igual o superior al 90 por 100.
Qmcd.

E1 coeficiente de uniformidad absoluta se determina por


la fórmula:
-25-

1
min. ^
C.U.A. = 100 x-^ Q Qn^ed ^ y debe ser igual o supe-
2, Qmed. `•Cmá^.

rior al 90 por 100.


Estas medidas deben hacerse al terminar la instalación pa-
ra comprobar la bondad de la rnisma y repetirlas a intervalos
entre seis y dieciocho meses, preferiblemente antes de la época
de máxima necesidad de riego, para poner de manifiesto proble-
mas de pérdidas de uniformidad y capacidad del sistema debidas
a obturaciones que, de otra forma, podrían pasar inadvertidas
hasta que llegasen a un nivel en el que su solución seria difícil
y costosa.

Limpieza de los filtros


Nuevamente hay que recomendar, ante todo, cumplir las
normas de las firmas instaladoras. El grado de suciedad de los
filtros se estima mediante manómetros que miden la caída de
presión entre la entrada y la salida de agua. Es usual limpiar los
filtros de malla cuando la caída de presión es de dos metros,
y los de grava, llenos con material de tamaño adecuado, con
diferencias de presión de unos 5 metros.
Dado que normalmente se dispone de unos sistemas de lim-
pieza cómodos para el operario, es aconsejable se limpien filtros
con frecuencia, al menos una vez por semana.
Obturaciones
La obturación es seguramente el problema más serio en el
riego por goteo. A1 ser los diámetros de paso en el interior del
gotero inferiores a 1 mm., la facilidad con que pueden producir-
se es enorme.
Las causas más frecuentes de obturación son:
- Particulas sólidas en suspensión.
- Microorganismos y materia orgánica.
- Precipitación química.

Partículas sólidas en suspensión


Estas partículas pueden ser eliminadas, como se ha dicho
anteriormente, mediante la instalación, antes de los filtros de
grava, de filtros tipo hidrociclón.
-26-

Microorganismos y materia orgánica


Las obturaciones producidas por microorganismos y materia
orgánica son muy comunes cuando el agua es embalsada en de-
pósitos descubiertos, o circula por conducciones abiertas.
Las algas existentes en estos depósitos pueden provocar la
obturación frecuente de los filtros de grava y malla, problema
que ocasiona las molestias de la limpieza de los mismos, pero
que si no pasa a los goteros, no produce más graves conse-
cuencias. También hemos tenido experiencias de obturaciones
en filtrado por explosiones demográficas de fauna lacustre en
primavera y otoño.
Para su control puede recomendarse la aplicación de sulfato
de cobre (0,5-1,5 g./m' de agua) o de productos clorados y al-
guicidas, en dosis no tóxicas para las plantas, en los depósitos
y canales de riego. Es recomendable, incluso, algún tratamiento
a través del sistema de goteo, pues si bien el color negro de los
materiales inhibe, en gran media, el desarrollo de algas y bac-
terias, pueden pasar a través del filtrado y acumularse en la
instalación.

Precipitación química

La formación de precipitados en el sistema de riego depende


de la composición del agua que se utiliza. Sin embargo, con
aguas bicarbonatadas son muy probables.
Es difícil aplicar un tratamiento corrector de estas precipita-
ciones si están en un grado muy avanzado, pero son muy efi-
caces los tratamientos preventivos con ácidos. Estos consisten en
aplicar regularmente, con mayor frecuencia cuanto mayor sea el
riesgo de obturación, pequeñas cantidades de ácido al agua, a
través del tanque ferlitizante. Como cifra orientativa puede re-
comendarse 0,5-1 p.p.m. de ácido clorhídrico concentrado, es
decir, aproximadamente 0,5-1 centímetro cúbico de ácido por
metro cúbico de agua de riego.
El tratamiento corrector se aplica de la siguiente manera:
Se calcula el volumen de la red de tubería a tratar y se du-
plica como garantia de que el ácido va a alcanzar los últimos
goteros. Se pone a funcionar el sistema a muy baja presión, y
se inyecta, durante una media hora, una solución de 0,5-2 por
100 de ácido clorhidrico concentrado, grado técnico del 36 por
100. Después se lava el sistema a alta presión. Los restos de
ácido que quedan en los goteros no son dañinos al suelo ni a los
cultivos. En precipitaciones de hierro se recomienda ácido sulfú-
rico al 0,5-1 por 100, aplicado de forma similar.

Tratamientos con agua a presión y aire a presión

Es éste un método que se ha empleado con resultados va-


riables. Consiste en inyectar agua a presión y después aire
a 5-10 atmósferas hasta un minuto después que toda el
agua haya salido del sistema. Este tratamiento es impracticable en
microtubos. goteros instalados sobre linea y mangueras de goteo.

Inspección de la instalación

Además de todas las recomendaciones anteriores, debe ins-


peccionarse en campo el buen funcionamiento de la instalación,
para detectar posibles fugas de agua. Asimismo, debe compro-
barse la correcta emisión de agua en los goteros. Para esto,
recomendamos una inspección diaria de una part^e de la finca,
de forma que se complete un recorrido de toda ella cada uno 0
dos meses. Esta medida es especialmente interesante durante
la época de mayor necesidad de riego.

MANEJO AGRONOMICO
Manejo del riego
E1 riego por goteo se basa en e] mantenimiento constante
de alta humedad en determinadas zonas del suelo. Estas zonas
mojadas deben suponer un minimo del 30 por 100 del volumen
total de suelo, en cultivos de marco amplio (frutales) y alcanzar
mayores porcentajes cuanto más estrecho sea el marco de plan-
tación (casi el 100 por 100 de la cama de cultivo en los hor-
ticolas).
Las lecturas de tensiómetros que se recomiendan oscilan
entre 5 y 20 centibares, dependiendo del cultivo. Para mantener
estas lecturas es necesario dar riegos cortos y frecuentes. En
-28-

términos generales, si el cultivo no recibe agua procedente de


Iluvia, no es aconsejable espaciar los riegos en más de dos dias.
Los tensiómetros deben instalarse en cada zona distinta de
suelo o de desarrollo del cultivo que exista en la explotación y,
aproximadamente, a 20-30 cm. de un punto de goteo. Las pro-
fundidades a que deben colocarse dependen del desarrollo ra-
dicular del cultivo, que normalmente se verá afectado por las
caracteristicas físicas del perfil del suelo. Unas profundidades
medias orientativas pueden ser:
- Hortículas: 10 y 20 cm. ó 15 y 30 cm., según cultivo.
- Frutales: 20, 40 y 60 ó 20, SO y 80 cm., según cultivos.
- Platanera: 20 y 40 cm.
Es importante elegir localizaciones representativas de las
condiciones medias que se quieren caracterizar.
Es interesante, en todos los casos, mantener un tensiómetro,
al menos en alguna de las estaciones, a mayor profundidad
como testigo de que no se están produciendo pérdidas por per-
colación o de que se está provocando lavado, cuando interese
controlar la salinidad del suelo.
Otro elemento útil en el control de riegos es el tanque eva-
porimétrico. Existe una alta correlación entre los valores de eva-
poración en tanque y los consumos de los cultivos. Aún se des-
conocen los valores de los coeficientes de consumo para algunos
cultivos en nuestras condiciones climáticas. En estos casos pue-
den aplicarse, en principio, los coeficientes determinados en
otras zonas, comprendidos generalmente entre 0,6 y 0,9.
A1 ser las demandas de agua variables en el tiempo, en fun-
ción de las características climáticas y fisiológicas del cultivo,
los riegos deben adaptarse a ellas. Esto puede lograrse variando
la cantidad de agua suministrada en cada riego, el intervalo en-
tre riegos, o ambos.
No obstante, recomendamos, por su mayor facilidad para el
agricultor, siempre que las circunstancias no aconsejen en con-
trario, mantener fija la dosis de riego y variar las frecuencias
en función de la lectura del tensiómetro.
Lo primero que debe determinarse es la lectura media de
los tensiómetros, previa al riego. Ya hemos dicho que las osci-
laciones recomendadas varian entre 5 y 20 centibares. En culti-
-29-

vos frutales recomendamos 10-20 centibares. En cultivos horti-


colas, 5-8 centibares; en platanera, 8-10 centibares. Siempre bien
entendido que se refieren a tensiómetros instalados a 20-30 cm.
del gotero y utilizando agua de riego de baja salinidad.
Una vez determinado este valor para el cultivo en cuestión,
basta con leer los tensiómetros diariamente, a la misma hora,
preferentemente en las primeras horas de la mañana, y cuando
se alcance el valor establecido aplicar el nego, con la cantidad
de agua que previamente se haya determinado como adecuada
al tipo de suelo y a la profundidad de raíces.
Con este sistema se obtendrán aplicaciones de riego diarias
en épocas de gran demanda y espaciadas dos o tres dias en
épocas frias de lento desarrollo vegetativo. En épocas Iluviosas
se obtendrán espaciamientos mayores en función de la cuantía
y distribución de las lluvias ocurridas.

Manejo del abonado


La fertilización a través del riego por goteo es, en términos
generales, al aplicar frecuentemente pequeñas dosis, más eficien-
te que cualquier otra. Sin embargo, se presentan algunos pro-
blemas que es necesario señalar.
Fig. 12.-Desarrollo radicular de una platanera adulta. Muy abundante en la zona
de goteo y muy escaso en el resto.
-30-

La fertilización fosforada tiene bastantes inconvenientes.


Asi, la solubilidad de los abonos fosfóricos de uso corriente es
tan baja que queda descartado su uso a través de este sistema.
Existen en el mercado formas solubles, pero a precios nota-
blemente superiores. Por otra parte, los fosfatos precipitan con
gran facilidad en presencia de calcio y pueden producir daños
en el sistema de riego.
Sin embargo, a nuestro juicio, el problema más grave que
desde el punto de vista agronómico puede presentarse es que,
dada la facilidad con que el fósforo queda fijado en el suelo,
al aplicarlo a través del goteo, quede retenido en los primeros
centímetros del mismo, no alcanzando la totalidad de la zona
radicular. A este hecho debe prestarse tanta más atención
cuanto más profundas estén las raices del cultivo a regar y ma-
yores las propiedades fijadoras dei suelo.
Como norma general puede darse la siguiente:
- En cultivos no muy exigentes en fósforo se obtienen
buenos resultados aplicando este elemento directamente al suelo,
con lo que pueden utilizarse formulaciones normales (superfos-
fatos) de precio más bajo, incorporándolos con una labor que
garantice su buena distribueión en profundidad. Esta aplicación
puede hacerse una o dos veces al año.
- En cultivos exigentes (por ejemplo horticolas) puede
aplicarse la mitad de la eantidad total directamente al suelo
antes de la plantación y el resto a través del riego por goteo
utilizando fórmulas solubles.
Al regar por goteo, el sistema radicular queda generalmente
confinado a las zonas húmedas y, por tanto, el volumen de suelo
explorado por las raices es inferior al normal. Los microele-
mentos están presentes en el suelo en cantidades muy pequeñas,
pero también las plantas los necesitan en pequeñas proporciones
que, generalmente, encuentran en el volumen de suelo que nor-
malmente exploran. A1 disminuir este volumen en el riego por
goteo aumenta la posibilidad de que se presenten deficiencias.
Por tanto, la utilización sistemática de microelementos a través
del goteo es práctica recomendada. Sin embargo, estas apli-
caciones deben ser estudiadas por técnicos competentes, ya que,
sobre todo en algunos elementos, pueden producirse toxicida-
- 31 -

des por dosis excesivas. Hasta ahora, las deficiencias que con
más frecuencia se presentan son las de hierro, manganeso y cinc.
En el diseño del programa de abonado a través del riego
por goteo deben tenerse presentes tres factores:
- Solubilidad del abono, que va a determinar la cantidad
máxima que puede aplicarse durante un riego. Si se trata de
abono sólido colocado directamente en un tanque de fertiliza-
ción de tipo paralelo, será función del caudal que se derive a
través del mismo. Si se va a utilizar un tanque de fertilización
tipo « Venturi» o un inyector de abono, será función de la capa-
cidad del recipiente donde se coloca la solución. En la tabla
adjunta se presentan valores de solubilidad de los abonos más
usuales, tomados de varias fuentes. Es de destacar que una mis-
ma t'ormulación puede presentar distintos valores de solubilidad,
según el grado de pureza y finura del producto (tipo granulado,
cristalino, etc.).
- Posibilidad de precipitación en la red de riego. A este
respecto debe tenerse especial cuidado en el uso de abonos con
f^ósforo, calcio y hierro.
- Et'ecto sobre el pH del suelo.
En cuanto a fórmulas de abonado, si no existen datos más
precisos, se recomienda utilizar, como base, las mismas aplica-
ciones que se vienen empleando en los sistemas tradicionales.
Sin embargo, debe tenerse presente que las pérdidas de nutrien-
tes por percolarión, fundamentalmente productos nitrogenados,
no se producen en un riego por goteo bien manejado o suceden
en mucha menor cuantia. No obstante, el ahorro de abono no
debe ser en si mismo un fin a perseguir, sino que la meta del
plan de abonado debe ser maximizar la producción.
Parece necesario recordar aqui que la fórmula de abonado
debe ser función de la cosecha esperada y que en riego por
goteo, al estar la planta en condiciones óptimas dedesarrollo,
es probable que obtenga respuesta a altas aplicaciones de abono
que serian rentables al agricultor.

Otras aplicaciones del riego por goteo

El riego por goteo constituye un medio ideal de aplicar al


suelo product^s fitosanitarios, en dosis pequeñas, con facilidad
-32-

Solubilidad
Fertilizamc aproximada
(^. por I. de agua)

Cloruro potásico ................................................ 277


Fosfato biamónico ............................................. 250-413
Fosfato bicálcico ................................................ Insoluble
Fosfato monoamónico .......................................... 225-1.710
Fosfato monocálcico .......................................... lnsoluble
^.^itrato amónico ...............................................: L 180
Nitrato cálcico ................................................... 1.350-2.600
Nitrato potásico ................................................ 130
Nitrato sódico ................................................... 700
Sulfato amónico ................................................ 700
Sulfato de cobre ................................................ 200
Sulfato de hierro ................................................ 250
Sultato rnagnésico ................................................ 700
Sulfato de manganeso .......................................... 517-I.Ov0
Sulfato potásico ................................................ 67
Sulfato de cinc ................................................... 750
Urea .......................................................... R00-1.190
^
Yeso .............................................................. In>^,^ul• ^,

y buena uniformidad de distribución. La aplicación deberá ser


bajo ±^ormas liquidas, sólidas muy solubles o gaseosas a baja
presión.
AI aplicar estos productos en la zona radicular de los culti-
vos, su efectividad es muy alta, produciéndose importantes aho-
rros de producto y mano de obra en comparación con los
lnétodos tradicionales.
Se han obtenido muy buenos resultados en la aplicación de
herbicidas, nematocidas, fungicidas del suelo y en desinfecciones
con bromuro de metilo.

PUBLICACIONES DE EXTENSION AGRARIA


Bravo Murillo, 101 - Madrid-20

Se autoriza la reproducción íntegra


de esta publicación, mencionando
su origen: cHojas Divulgadoras del
Ministerio de Agricultura».

I.S.B.N. 84-341-0123-8 - Depósito legaL• M. 15.639-1977 (20.000 ejemplares).


Neografis, S. L. - Santiago Estévez, 8- Madrid-19.

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