Si definimos iuscivile como el derecho civil que regula a todos los miembros de una

sociedad en especifico, iusgentium como el derecho que permite la convivencia entre

esa sociedad y sus vecinos (hoy en día conocido como derecho internacional) y
iushonorarium como aquel derecho que intenta corroborar o corregir lo dictado por el
iuscivile y es dictado por un emperador, magistrado, etc., entonces podemos decir que
la principal diferencia entre estos conceptos es el alcance o limite de su aplicación.

Podemos afirmar lo anterior debido a que si se limita correctamente a que persona y en

que circunstancia (lugar) se le aplica cada uno de estos principios, podemos hablar de
un derecho justo y equitativo.

De igual forma es importante resaltar aquello que se conoce como

ius scriptum que no es otra cosa que las normas dictadas por
cualquier autoridad con facultad para emitirlas, mismas que no
necesariamente están por escrito. Por el contrario el ius non
scriptum son aquellas normas que se aprobaron por
consentimiento de aquellos que las practican, es decir, son
costumbres adoptadas por la sociedad y que hasta cierto punto
se validaron como ley por el uso continuo de la misma.

Entonces, en resumen el ius scriptum son las normas dictadas

por una autoridad y el ius non scriptum son las normas
adoptadas y aceptadas libremente por la sociedad.

Para el desarrollo de esta actividad de aprendizaje, he decidido elegir el articulo cuarto

de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos como norma vigente del
Derecho Público. Mi elección se da porque en mi opinión, en estos días es importante
recordar que vivimos en un Estado en el que todos los miembros de la sociedad somos
iguales y tenemos los mismos derechos y obligaciones.

Como norma del Derecho privado, escogí el articulo 97 del Código Civil del Distrito
Federal, relativo a las actas de matrimonio, esto porque desde mi punto de vista es el
mejor ejemplo de un pacto entre particulares.

En mi opinión, nuestro actual derecho mexicano guarda una estrecha relación con los
apotegmas planteados en el derecho romano ya que teniendo en cuenta que solo sirven
como apoyo a la interpretación de las normas jurídicas y solo son validos sobre si
mismos, permiten una constante evolución sobre la cultura del derecho y permite que los
estudiosos de esta ciencia tengan un mejor resultado al interpretarlas.

Por ejemplo, podemos sugerir que el matrimonio es un contrato entre particulares,

basándonos en contractus vis omnis in conclusione consistit (Toda la fuerza de un
contrato reside en su conclusión), al final el matrimonio es la unión de dos personas para
compartir y convivir el uno con el otro en igualdad de condiciones.

Bibliografía
Di Pietro, Alfredo, Derecho privado romano, Buenos Aires, Depalma, 1996, pp. 37-43.