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C A P Í T U L O

Sistemas de memoria

PAN O R AM A DE LA M EM O RIA NORMAL Otras causas de la amnesia diencefàlica


Categorización de la m em oria en térm inos Relación en tre amnesia tem po ral
de lo que es recordado media y diencefàlica
Categorización de la m em oria en térm inos de ¿EN QUÉ PARTE DEL PROCESO DE LA M EM O RIA
capacidad y duración SE ENCUENTRA EL DETERIORO?
Procesos com ponentes de la memoria Registro/codificación
Relación en tre m em oria y otros campos de cognición Consolidación/alm acenam iento/m antenim iento
A M N E S IA DEL LÓBULO TEMPORAL M EDIO Recuperación
Y LA HIPÓTESIS DE CONSOLIDACIÓN ASPECTOS DE LA MEMORIA PRESERVADOS
Paciente H .M . EN LA AMNESIA
Algunas implicaciones de la deficiencia A prendizaje m otriz
de la m em oria de H.M . A prendizaje perceptual
DETERIORO DE LA M EM O R IA DESPUÉS DE LESIONES Condicionam iento clásico
UNILATERALES DEL LÓBULO TEMPORAL A prendizaje de habilidades cognitivas
Especialización com plem entaria de las funciones de P rím in g
memoria de los lóbulos temporales izquierdo y derecho M EM O RIA EPISÓDICA Y M E M O R IA SEMÁNTICA
Papeles de las estructuras del lóbulo tem poral Amnesia global
m edio y la corteza tem po ral lateral en la memoria D eterioro selectivo de la m em oria episódica
ESTRUCTURAS CRÍTICAS INVOLUCRADAS EN LA PÉRDIDA DE D eterioro selectivo de la m em oria semántica
MEMORIA POSTERIOR A LESIONES EN EL LÓBULO DETERIORO DE LA M EM O R IA DE TRABAJO
TEMPORAL Y LA M EM O R IA A CORTO PLAZO
Las lesiones de H .M . M em oria a corto plazo
Discrepancia e n tre los hallazgos M em oria de trabajo
en anim ales y hum anos Los lóbulos frontales y la m em oria de trabajo
Resolución ap aren te de la discrepancia CONCEPTUALIZACIÓN DE MÚLTIPLES
La búsqueda de las estructuras principales SISTEMAS DE M EM O RIA
involucradas en la m em oria de reconocim iento EL SUSTRATO NEURONAL DE LA
Algunos hallazgos conflictivos M EM O R IA A LARGO PLAZO
La im p ortan cia de la corteza tem p o ra l m edia La búsqueda de Lashley del engram a
A M N E S IA DIENCEFÁLICA Evidencia de que la m em oria a largo plazo
E n ferm ed ad de Korsakoff está alm acenada en la corteza
244 PARTE II Neuropslcología de los sistemas funcionales principales

Conjugación en ei hipocampo de diferentes ¿Dónde se almacena la memoria?


elem entos de memoria como un com ponente CONSIDERACIONES ADICIONALES ACERCA DEL PAPEL DE
integral en la memoria explícita LOS LÓBULOS FRONTALES EN LA M EM O RIA
Alm acenam iento de la memoria implícita Lóbulos frontales y organización
Síntesis de proteínas y plasticidad estructural Deterioro en la m etam em oria
subyacente a la memoria a largo plazo RESUMEN

La m em oria es un proceso extraordinario, uno de los Años después, cuando tuve la oportunidad de encon­
aspectos más centrales del ser humano. M ediante ella, el trarme y trabajar con H.M . en persona, lo patético de su
sistema nervioso codifica los eventos pasados en una form a deterioro me provocó una im presión indeleble. Encontré
que en ocasiones perm ite recordar de m anera consciente que se trataba de un hombre am igable y cortés quien pare­
eventos en el pasado distante tan vividamente como si ape­ cía disfrutar la conversación casual que se entabló en la
nas hubiesen ocurrido, y estos recuerdos con frecu en cia primera cita. Ese día llegué dem asiado temprano a su habi­
llevan consigo emociones intensas que van desde lo mara­ tación, un cuarto con fa ch a de hospital en un laboratorio
villoso hasta lo torm entoso. Los eventos pasados están en el MIT, donde él perm anecía durante una de sus perió­
representados en el sistema nervioso en una form a que no dicas visitas a Boston. P uesto que él todavía estaba en
produce recuerdos conscientes y que incluso afectan la cama, le expliqué que conversaríam os algunos minutos, y
conducta subsecuente, como cuando se desem peña una luego me retiraría para que pudiese levantarse y desayu­
habilidad motora como pasear en bicicleta. Parece como si nara antes de que com enzáram os nuestro trabajo. Tras
todo, a excepción de la delgada brecha del m om ento pre­ unos pocos minutos de charla, comencé a disculparme. En
sente, es o un recuerdo del pasado o la im aginación del cuanto lo hice, para mi sorpresa, H.M. se mostró preocu­
futuro. N o obstante, la experiencia del mom ento presente pado. M e preguntó por qué me iba, si él había hecho algo
está inextricablem ente entretejida con la memoria. El sig­ que me hiciera partir o acaso algo inapropiado. Le afirm é
nificado y la significancia de la gente y las cosas en el pre­ con insistencia que no era así, pero él continuó expresando
sente dependen de la m em oria, de modo que el presente su preocupación. Era claro que no solam ente había olvida­
pierde su realce sin el pasado, una idea que Gerald Edel- do nuestro plan previo de sólo conversar brevemente, sino
man (1989) capturó en el titulo de su obra El presente que tampoco sabía qué había ocurrido en el pasado inm e­
recordado (The remembered present). diato. M ás tarde, en respuesta a mis preguntas, él descri­
¿Cómo seria tener un deterioro devastador de la memo­ bió cómo se sentía su incapacidad para recordar: "Bueno,
ria de m odo que nada nuevo pudiese ser aprendido? La es una gran incógnita que tienes siempre. Y te preguntas:
magnitud de tal deterioro me fue traído a casa cuando, al­ ¿lo hice o no lo hice? A eso me refiero con una gran incóg­
rededor de 1975, escuché al em inente neurofisiólogo John nita."
Eccles describir al paciente conocido como H.M ., quien Tras una mañana de trabajo, durante la cual le apliqué
había experim entado remoción bilateral de ¡as estructuras a H.M . gran -variedad de tests de mem oria y hablé con él
del lóbulo tem poral medial para aliviar su epilepsia. Este extensam ente acerca de la naturaleza de su experiencia,
fue un procedim iento fi-ancam ente experim ental que, a fu e momento de terminar nuestro trabajo. Cuando me des­
pesar de lograr su meta de elim inar las convulsiones del pedí, algo ocurrió que m e m arcó desde ese momento.
paciente, tuvo horribles consecuencias no intencionales: Cuando estrechamos nuestras manos, H.M . asió mi brazo
H.M. aparentemente era incapaz de recordar cualquier cosa y, sonriendo, jugueteando me sujetó durante largo rato, de
que le hubiese ocurrido, incapaz de aprender algo nuevo. modo que no podía irme. Siempre me he preguntado si este
De m anera trágica, a pesar de que retuvo muchos de sus gesto se produjo como un grito desesperado por sujetarse a
recuerdos previos a la cirugía, todas las experiencias poste­ su pasado. ¿Acaso fue una manifestación de su conciencia
riores a la cirugía se olvidaron en cuestión de segundos, de que, cuando la gente lo deja, para él, en realidad, se van
perdidos para siempre en un vacío en blanco de amnesia. para siempre, sin dejar rastro en su memoria?
CAPITULO 10 Sistemas de memoria 245

PANORAMA DE LA MEMORIA NORMAL m er beso. Por otra parte, la m em oria sem án tica es
m em oria de inform ación general que no está unida
Se ha aprendido mucho acerca de la m em oria a par­ de m anera consciente a u na experiencia personal
tir del estudio de H.M . D e hecho, probablem ente él particular. La fórm ula de la sal de m esa, el núm ero
es el individuo que más se ha estudiado en la histo­ de estados en el país y la capital de Italia son ejem ­
ria de la psicología. Los pacientes con otros deterio­ plos de inform ación que se posee. Probablem ente
ros de m em oria también han enseñado m ucho acerca sería presionarse dem asiado el identificar las expe­
de la natu raleza de la m em oria. En este capítulo se riencias personales que ocurrieron cuando se apren­
exam inan algunos de los extraños, y con frecuencia dieron tales cosas. D esde luego, en algunas in stan ­
contrarios a la lógica, hallazgos que han surgido del cias existió algo acerca de la experiencia de aprendi­
estudio de los pacientes con m em oria dañada. Tam­ zaje que provocó que dichas experiencias perm ane­
bién se exploran las im plicaciones de tales hallazgos cieran en la memoria, com o algún tonto pero eficien­
para com prender la m em oria norm al. Para propor­ te dispositivo m nem ònico proporcionado por algún
cionar un contexto relacionado con las discusiones profesor favorito. Sin em bargo, m ucho del con oci­
próxim as, se com enzará con una breve revisión de m iento del m undo tiene un gusto im personal. Es
las teorías de la m em oria norm al. C onform e se ex­ sólo algo que se conoce, sin estar ligado a eventos
plore la relación entre cerebro y m em oria en las si­ específicos de la vida.
guientes secciones se verá que m uchos aspectos de la
actual com prensión de la m em oria norm al han sur­ M E M O R IA S E X P L ÍC IT A E IM P L ÍC IT A La m e ­
gido a partir del estudio de los pacientes con deterio­ m oria exp lícita se refiere a la representación con s­
ro en la memoria. ciente (colección) de eventos pasados, en contraste
A pesar de que comúnmente se habla de la memo­ con la m em oria im p lícita , la cual se refiere a la re­
ria, sería más preciso hablar acerca de sistem as de presen tación no con sciente de eventos pasados
memoria. Estos sistemas funcionan con diversos gra­ (G raf y Schacter, 1985). En la m em oria explícita, el
dos de independencia, pero tam bién son intrínseca­ efecto de la exp erien cia pasada tom a la form a de
mente interdependientes. Pueden ser categorizados a coleccion es de exp erien cias personales (m em oria
lo largo de varias dimensiones: d) ¿Qué es recordado? episódica) o m em oria consciente para conocim iento
Existen diferentes sistemas dedicados a recordar dis­ im personal de los hechos y conceptos (m em oria
tintas cosas; b) ¿cuánto es recordado y durante cuánto sem ántica). En contraste, en la m em oria im plícita el
tiem po? A lgunos sistem as alm acenan una cantidad efecto de los eventos pasad os se m anifiesta en la
lim itada de información durante breve tiempo, mien­ conducta, m ás que en la conciencia. Existen varios
tras que otros alm acenan una cantidad aparente­ tipos de m emoria im plícita. Ésta puede m anifestarse
m ente ilim itada de inform ación durante tanto tiem ­ com o una ejecu ción o h a b ilid a d m otora, como el
po como puede ser una vida entera; c) ¿cuáles son los aprender a m on tar en b icicleta o lanzar con p reci­
procesos que participan en recordar? Es posible anali­ sión una pelota de béisbol, o h abilid ad es perceptua-
zar la m em oria en procesos com ponentes, cada uno les, como aprender a leer rápido y con precisión las
de los cuales realiza una contribución específica para im ágenes a través del espejo de palabras. El apren­
recordar. En secciones subsiguientes se exam inarán der h a b ilid a d e s co g n itiv a s, com o un m étodo efi­
brevem ente los sistem as de m em oria en estas tres ciente para resolver un tipo particular de rom peca­
dim ensiones. Sin embargo, esta sección será didácti­ bezas o problem a, caería tam bién dentro de la cate­
ca, confinándose al bosquejo del territorio para ofre­ goría de la m em oria im p lícita. El a p ren d izaje no
cer un contexto para las próximas discusiones. asociativo (por ejem plo, la habituación y la sensibi­
lización) y el c o n d icio n a m ien to clásico tam bién
caen dentro del dom inio de la m em oria im plícita,
C a teg o rizació n de la m em oria en térm inos com o lo hace el p rim in g , el efecto facilitad or no
de lo que es reco rd ad o consciente de la experiencia previa sobre la percep­
ción y otros procesos, en ausencia de la recolección
M E M O R IA S E P IS Ó D IC A Y SE M Á N T IC A Endel consciente de experiencias previas.
Tulving (1972) propuso una distinción entre m em o­ A los térm inos m em oria d eclarativ a y m em oria
rias episódica y semántica. La m em oria episódica es de p ro ced im ien to (o no d eclarativa) (Cohen, 1981,
la m em oria de experiencias personales específicas, 1984; Cohen y Squire, 1980) tam bién se les conoce
como el juego de las m anzanas en la fiesta del sépti­ com o m em orias explícita e im plícita, respectivam en­
mo cum pleaños de uno, observar cómo se hacen los te. De hecho, algunos autores han articulado algu ­
ravioles en una fábrica de pasta en Venecia o el pri­ nas distinciones entre estos dos conjuntos de tèrmi-
246 PARTE II Neuropsicología de los sistemas funcionales principales

ravillosam ente cerca del green. Frederick estaba com ­


TABLA 10.1 Principales categorías de la memoria
placido y consideró cuál palo, si un ocho o un siete,
M em oria explicita sería el m ejor para su siguiente tiro. M ientras tanto,
Schacter salió y estaba a pu nto de proceder con su
M emoria semántica bolo cuando vio a Frederick aproxim arse de nueva
Memoria episódica cuenta al tee y prepararse p ara salir con otra bola.
■ Memoria a corto' plazo Cuando Schacter le preguntó a Frederick qué hacía,
M em oria de trabajo recibió una mirada desconcertada y, para su sorpresa,
Memoria implícita
¡escuchó que Frederick detía que a él le gustaría jugar
Memoria de procedimiento el hoyo también!
Priming A partir de esta descripción se infiere que la habili­
dad golfista de Frederick (m em oria implícita, de pro­
cedim iento) estaba intacta. D e igual m odo lo estaba
su memoria semántica, es decir, su conodm iento acu­
m ulado del m undo. En contraste, su habilidad para
nos, pero están más allá del objetivo de este capítu­ añadir eventos a sus m em orias semántica y episódica
lo.1A quí principalm ente se em plearán los térm inos — esto es, habilidad para form ar nuevas m em orias
de m em oria ex plícita e im plícita. Sin em bargo, se explícitas— estaba devastada.
usarán los térm inos de procedim iento para hacer alu­
sión al su bco n ju n to de la m em oria im p lícita que
participa en el aprendizaje que resulta de las expe­ C ateg o rizació n de la m em o ria en térm inos
riencias rep etitivas, com o el aprend izaje de h ab ili­ de cap acid ad y duración
dades m otoras, perceptuales y cognitivas, para dis­
tinguir tal subconjunto de la m em oria im plícita que R E G IS T R O S S E N S O R IA L E S : M E M O R IA S IC Ó -
resulta de una experiencia individual, com o el pri­ N IC A Y E C O IC A A unque pocas personas tienen
ming. La m em oria de trabajo (a n alizad a en la si­ m em oria fotográfica, todas son capaces de retener
guiente sección) tiene com ponentes tanto explícitos representaciones precisas de lo que ven y escuchan
com o im plícitos. Esta term inología se resum e en la durante un breve periodo, en el orden de milisegun-
tabla 10.1. dos. Las representaciones altam ente precisas aunque
de corta vida en la m odalidad visual son denom ina­
F R E D E R IC K : UN G O L F IST A C O N E N FE R M E ­ das m em oria icó n ica. Las que se encuentran en la
DA D D E A LZH EIM ER Daniel Schacter (1996) ilus­ modalidad auditiva son denom inadas m em oria ecoi-
tra de m anera dram ática estas d istincion es en el ca. Estos sistemas contribuyen para que experimente­
curso de su descripción de un juego de golf, jugado m os el ambiente como un continuo al proporcionarle
con un hom bre al que llam ó Frederick, quien tenía a la persona una representación bastante precisa del
enferm edad de A lzheim er. Fred erick era un ávido pasado inmediato. El deterioro en los registros senso­
golfista quien am aba conversar acerca de aspectos riales como resultado de lesiones cerebrales no ha
generales del juego y lo h a d a con elocuencia. El era sido demostrado.
m uy capaz para jugar, lo hacía tan b ien com o antes
de que se estableciera su enferm edad. A unque no M E M O R IA A C O R T O P L A Z O Todo m undo he­
todo estaba tan bien. Schacter describe cóm o, en un m os tenido la exp erien cia de observar un núm ero
hoyo con una difícil trampa de agua, Frederick salió telefónico y luego ser d istraíd o antes de realizar la
y golpeó un drive que clareó la tram pa y lo puso ma- llam ada, para darnos cuenta que hem os olvidado el
número. Esto es característico de la m em oria a corto
plazo, un sistem a de m em oria explícita. La inform a­
ción en la m em oria a corto plazo está disponible sólo
' La relación entre la distinción declarativa-de procedim iento
durante pocos segundos, a m enos que tenga lugar un
(no declarativa) y la explícita-implícita puede ser fuente de con­
fusión, debido a que los términos son usados de m anera diferen­ repaso continuo, y es vulnerable a las distracciones.
te p or diversos investigadores, e incluso por el m ism o investiga­ La m em oria a corto plazo tam bién tiene una capari-
dor conform e sus conceptualizaciones evolucionan. P o r ejemplo, dad lim itada (Miller, 1956). Las personas son capaces
la distinción declarativa-de procedim iento ha experim entado de conservar sólo aproxim adam ente siete objetos en
una evolución significativa, com o se puede apreciar al com parar
su almacén, com o ilustra el hecho de que la m ayoría
Cohén y Squire (1980) y Cohén (1997). El lector deberá estar aten­
to a la variación en el significado asignado a estos términos por de la gente tiene d ificu ltad p ara recordar m ás de
los diferentes autores. siete dígitos que se le han leído. Sin embargo, es ca­
CAPITULO 10 Sistemas de memoria 247

paz de rem ontar ingeniosam ente esta lim itación de Ambiente Memoria episódica
la capacidad al organizar la in form ación en partes, inmediato (representación actual
dei ambiente)
un proceso denom inado agrupam iento. Gran parte
Espacio de
de la inform ación que ingresa a la m em oria a corto trabajo
plazo se olvida, pero parte ingresa a la memoria a pla­ r Memoria a corto
zo interm edio y a largo plazo, ya sea porque es en ­
sayada o porque es particularmente relevante.

M E M O R IA DE TR A BA JO El concepto de memoria ■Contenido .(explícita)


a corto plazo es parte de un concepto más inclusivo,
la m em oria de trabajo (Baddeley, 1986, 1994). La
m em oria de trabajo es importante para la regulación
Procesos
y guía de la conducta en curso y los procesos m enta­
(exp)ítita'-
les. Su contenido es temporal y cam bia constantemen­ e implícita);
te. La memoria de trabajo incluye a la memoria a corto Á1 ' Sistemas de memoria
plazo, pero es mucho más. Por lo general se considera implícita

que tiene dos componentes: el primero es un almacén


tem poral general, varios tipos de sistem as especiali­
zados de almacenamiento temporales y procesos par­ FIGURA 10.1 Se puede considerar que la memoria de
ticulares aplicados a dichos contenidos en un momen­ trabajo está compuesta por dos elementos principales: el
to dado. En conjunto a éstos se les ha denom inado espacio de trabajo y la función ejecutiva. Dentro del espa­
espacio de trabajo. El segundo componente es la fu n ­ cio de trabajo está el contenido consciente y los procesos
ción ejecutiva, la cual coordina de m anera global las que son aplicados a dicho contenido. El contenido de la
memoria de trabajo se deriva del ambiente inmediato (por
actividades de la memoria de trabajo, determinando
medio de la memoria a corto plazo) y a partir de la infor­
qué contenidos y procesos deberán ser desplazados
mación ya almacenada (es decir, desde las memorias epi­
hacia el interior y exterior del espacio de trabajo. sódica y semántica), se transfiere hacia el espacio de tra­
En este sentido, en un momento dado, la memoria bajo conforme se necesita. Los procesos dentro del espacio
de trabajo es el contenido del espacio de trabajo, los de trabajo se derivan desde los sistemas de las memorias
procesos en el espacio de trabajo que se efectúan so­ semántica y episódica y desde los sistemas de memoria
bre dichos contenidos y la función ejecutiva que regu­ implícita. Las líneas negras gruesas indican la regulación
la tanto a los contenidos del espacio de trabajo como a del contenido y los procesos dentro del espacio de trabajo
los procesos que interactúan con tales contenidos. por la función ejecutiva. La regulación del contenido se
D entro del espacio de trabajo, los procesos activos en realiza a través de la regulación de los procesos de aten­
ción que influyen la memoria a corto plazo y la regulación
un m om ento dado influyen el contenido, y viceversa.
de la información que llega hacia el espacio de trabajo
A dem ás, el resultado del procesamiento y el conteni­
desde las memorias episódica y semántica. La regulación
do en el espacio de trabajo son influidos por la fun­
de los procesos dentro del espacio de trabajo por medio
ción ejecutiva, la cual a su vez es influida por el proce­ de la función ejecutiva tienen lugar directamente y a
sam iento y el contenido del espacio de trabajo. Estas través de la activación de los sistemas de memoria semán­
relaciones recíprocas son ilustradas de manera esque­ tica, episódica e implícita. Las flechas que terminan en la
m ática en la figura 10.1. función ejecutiva representan la naturaleza interactiva de
En este punto puede ser útil un ejemplo. Suponga tales procesos. En particular, la función ejecutiva es a su
que a alguien se le da el siguiente problema: construir vez modificada por los procesos en curso dentro del espa­
cuatro triángulos equiláteros con sólo seis cerillos. cio de trabajo. Algunas de estas modificaciones se mani­
C uando la persona enfrenta este problem a, el conte­ festarán a sí mismas en la formación de nuevas memorias
semántica, episódica e implícita. Las flechas grises gruesas
nido del problem a, los seis cerillos, entran al espacio
indican el efecto de los procesos dentro del espacio de tra­
de trabajo. Esto ha venido desde el ambiente, al plan­
bajo sobre otros componentes de memoria.
tear el problem a, aunque la persona deba traer su
conocim iento de la apariencia de los cerillos desde la
m em oria sem ántica hacia el espacio de trabajo. Tam­
b ién trae_ hacia el espacio de trabajo, desde la memo­ seis cerillos en diversas configuraciones, buscando la
ria a largo plazo, el conocim iento de las característi­ que resultará en los cuatro triángulos. La persona los
cas de los triángulos y de los triángulos equiláteros coloca sobre una m esa im aginaria, los mueve, m as no
en particular. Luego la persona pasa estos contenidos puede dar con los cuatro triángulos. Después de cier­
p ara varios procesos m entales. Intenta im aginar los to esfuerzo, intenta cam biar la configuración m ental
248 PARTE II Neuropsicología de los sistemas funcionales principales

perdurar toda la vida). U n ejem plo de esto es la m e­


m oria para recordar lo que usted ha desayunado esta
mañana. Esta inform ación no es tan transitoria como
la inform ación en la mem oria a corto plazo, aunque,
a m enos que el desayuno de h oy haya sido inusual
en cierta forma, es im probable que usted conserve un
recuerdo específico del m ism o por m ás de unos
cuantos días.

M E M O R IA A LA RG O PLA ZO Una de las grandes


m aravillas de la herencia cognitiva, la m em oria a
largo plazo (MLP), es un sistem a que alm acena gran
FIGURA 10.2 La aplicación de la memoria de trabajo a la cantidad de inform ación, tanta que sus lím ites no
solución del problema de construir cuatro triángulos equi­ han sido definidos. M ás aún, m antiene esta inform a­
láteros con seis cerillos requiere la regulación del conteni­ ción durante años o toda la vida.
do y los procesos dentro del espacio de trabajo por la fun­
ción ejecutiva. La solución puede ser almacenada en las
memorias episódica y semántica. También puede estar re­ Procesos co m p o n en tes de la m em oria
presentada en la memoria implícita modificada y en alte­
raciones en la función ejecutiva de la memoria de trabajo.
El proceso de la m emoria es dividido en tres subpro-
cesos secuenciales: registro/codificación, alm acena­
m iento/m antenim iento y recuperación. El registro
y m anipular los cerillos en tres dim ensiones. Esto es se refiere al hecho de que un estím ulo debe tener
un cambio del proceso regulado por la fundón ejecu­ cierto im pacto sobre un sistem a nervioso para que
tiva de la memoria fundonal. El resultado es la mani­ dicho sistem a se form e una representación del m is­
pulación del contenido de la memoria funcional (ceri­ mo. La codificación es la form a en la cual la inform a­
llos) en la forma de una pirámide que contiene cuatro ción está representada en el sistem a nervioso. La
triángulos (figura 10.2). codificación tom a form as diferentes que dependen
La m em oria funcional es, por tanto, una confluen­ de las características del estím ulo que le sirven como
cia de sistem as de m em oria explícita (m em oria base. Éste, a su vez, tendrá m ucho que ver con el in­
sem ántica y memoria episódica), sistem as de m em o­ dividuo que hace la cod ificación . Por ejem plo, una
ria im plícita (procesam iento en el espacio de trabajo persona que ve la palabra im presa rosebud (capullo
y función ejecutiva) e inform ación am biental inm e­ de rosa) puede codificarla sobre la base de los aspec­
d iata en la m em oria a corto plazo. Si de nuevo se tos visuales de la palabra impresa, una imagen visual
piensa en Frederick, el golfista con enferm edad de de un capullo de rosa, la fragancia de una rosa fres­
Alzheimer, observam os que los com ponentes semán­ ca, su significado en la película El ciudadano Kane, o
tico e im plícito de su m em oria de trabajo estaban en muchas otras formas.
relativam ente intactos. Él podía recordar conoci­ Después del registro/codificación, la representa­
m iento del mundo para enfrentar el problema, como ción de la información en el sistema nervioso debe ser
cuáles palos son mejores para determ inados tiros. La alm acenada o m antenida en alguna forma, si debe
dificultad para Frederick fue que su m em oria episó­ estar disponible en un m om ento ulterior. El conoci­
dica devastada lo privó de una representación cons­ m iento acerca de cómo ocurre este alm acenam iento
ciente del problema real. Él no podía recordar dónde (y m an ten im ien to) es uno de los grandes m isterios
había golpeado la bola o incluso que la había golpea­ de la neurobiología, pero es obvio que debe ocurrir
do y así, desde luego, no podía enfocar su atención de alguna manera. No que la representadón sea nece­
sobre dicha tarea y usar su conocim iento im plícito sariam ente estática, com o las palabras grabadas en
intacto de las habilidades golfistas. piedra. Por el contrario, com o se analizará con más
detalle en la siguiente sección, el recordar es un pro­
M E M O R IA R EC IEN TE, O M E M O R IA D E D U R A ­ ceso dinámico, influido por una multitud de factores.
C IÓ N IN T E R M E D IA La m em oria recien te o m e­ No obstante, alguna representación, incluso si se trata
m oria de duración interm ed ia se refiere a un alm a­ de una dinám icam ente cam biante, debe ser alm ace­
cén que contiene inform ación durante un periodo nada en el cerebro para que la mem oria funcione.
interm edio entre la memoria a corto plazo (segundos El últim o proceso com ponente es la recuperación.
a m inutos) y la m em oria a largo plazo (la cual puede Todas las personas han tenido la experiencia de saber
CAPITULO 10 Sistemas de memoria 249

que conocen algo, como el nom bre de una persona, nos sujetos si habían visto a los niños que salían del
pero no ser capaces de mencionarlo en un mom ento autobús escolar. Esta m anipulación provocó un alto
particular. Está, como se dice, en la punta de la len­ porcentaje de sujetos que reportaron haber visto un
gua. M ás tarde, tal vez en un contexto no relaciona­ autobús escolar cuando se Ies preguntó acerca de la
do, el nombre llega a la memoria. Éste es un ejemplo película una semana después (Loftus, 1975). Éstos son
de una perturbación de la habilidad para ganar acce­ ejem plos sorprendentes de cuán influyentes son el
so al m aterial almacenado, esto es, una perturbación conocim iento y los conceptos del mundo, los esque­
de la recuperación. mas, al form ar las construcciones que son la m ateria
de gran parte de la memoria.
Ahora que se tiene un panorama de la memoria, se
R elación en tre m em oria y otros cam p o s regresará a la consideración de sus bases neuronales.
de cogn ición

Este panorama de la memoria finaliza con unas cuan­


tas palabras concernientes a la relación entre memoria AMNESIA DEL LÓ BULO TEMPORAL MEDIO
y otros campos de cognición. Aunque es com ún el tra­ Y LA HIPÓTESIS DE CONSOLIDACIÓN
tar a la m em oria como si fuese una función discreta y
separada, es claro, a partir de la presente discusión, Paciente H.M .
que de hecho es una colección de sistem as que fun­
cionan en conjunto. Éste será un tem a recurrente en Aunque la prim era indicación reportada de una rela­
el resto de este capítulo, conforme se exam ine la rela­ ción entre m em oria y lóbulos tem porales, realizada
ción entre cerebro y memoria. M ás aún, la m em oria por Bekhterev, apareció en 1900, el reporte de Scovi-
está relacionada con otros dominios de cognición; lo lle y M ilner (1957) del paciente H.M., el hombre des­
que se recuerda está influido por lo que ya se conoce crito al com ienzo de este capítulo, fue la prim era
y lo que se infiere acerca del pasado. Este punto tan dem ostración inequívoca de una lesión cerebral que
im portante fue articulado de m anera más elocuente produce un deterioro específico de la m em oria. En
por Fred eric Bartlett (1932) en su libro R ecordando este caso la lesión fue localizada debido a que fue el re­
{R em em bering). Este título enfatiza la visión de B ar­ sultado de remoción quirúrgica. De acuerdo con el ci­
tlett de que la m em oria no es un registro estático rujano de H.M., William Scoville, la remoción incluyó
sino, más bien, un proceso dinám ico influido por el estructuras bilaterales de lóbulo temporal medio, como
conocim iento general y los m arcos conceptuales la amígdala y los 8 cm anteriores del hipocampo, así
(Bartlett los llamó esquem as) y las inferencias extraí­ como la corteza medial circundante, en un intento por
das a partir de ellos. Para este autor, en consecu en­ reducir las convulsiones de H.M. (figura 10.3). El dete­
cia, recordar no es sólo cuestión de consultar un rioro fue muy específico. La mem oria a corto plazo de
registro estático; es una construcción o reconstruc­ H .M ., m edida por su habilidad para repetir dígitos
ción dinám ica del pasado. que se le habían leído (retención de dígitos), estuvo
En años recientes, Elizabeth Loftus ha dem ostra­ m ejor que el prom edio. Su funcionam iento in telec­
do de m anera experim ental la naturaleza reconstruc­ tual general, medido por pruebas de inteligencia for­
tiva de la m em oria y el poderoso papel de los esque­ males, tam bién estuvo m ejor que el promedio, y no
m as en este proceso por m edio de la m anipulación tuvo deterioro intelectual que no fuese secundario a
del recuerdo de un evento de los sujetos a través de su deteripro de m em oria. En virtud de que nada de
la introducción de información tras la experiencia del la m em oria a corto plazo fue retenido durante
evento. En un estudio, los sujetos vieron una breve m ucho tiem po, H.M. casi no recuerda nada nuevo
película que m ostraba un accidente automovilístico. desde el mom ento de la cirugía. Él también tuvo cier­
De inm ed iato, Loftus preguntó a algunos sujetos to deterioro en la m em oria durante un periodo pre­
"¿V io algún faro roto?" y a otros "¿V io el faro roto?". vio a la cirugía.
A unque de hecho no había faros rotos, los sujetos a A la severa dism inución en la habilidad para recor­
quienes se les preguntó acerca del faro roto tuvieron dar m aterial nuevo se le denom ina am nesia anteró-
más probabilidad de reportar haber visto uno que los grada. M etafóricam ente, el deterioro en la m em oria
sujetos a quienes se les preguntó acerca de algún faro se extiende hacia adelante en el tiempo desde el esta­
roto (Loftus y Zanni, 1975). En otro estudio, Loftus blecim iento de la amnesia. Las grandes pérdidas del
m ostró a los su jetos una breve pelícu la de un acci­ material recordado previam ente se denomina am ne­
dente en el cual no había ningún autobús escolar. sia retrógrada. En el caso de H.M., esta deficiencia se
Poco después de la película, ella le preguntó a algu­ remontó en el tiempo casi 10 años antes del establecí-
250 PARTE II Neuropsicología de los sistemas funcionales principales

U n cu s del h ip o cam p o H ip o cam p o

O D)

C ircu n v o lu ció n
p a ra h ip o cá m p ica
(parte posterior)

FIGURA 10.3 Vista ventral del grado de remoción del hipocampo en el paciente H.M. (arriba) y vista en cuatro secciones
coronales (A-D, abajo). La remoción fue bilateral, pero para propósitos ilustrativos se muestran a un lado las estructuras
completas (tomado de Milner, 1970, p. 35). Un estudio más reciente de H.M. con MRI ha indicado que Scoville sobreestimó
la extensión de la remoción del hipocampo y que sólo los 5 cm anteriores de esta estructura fueron removidos (Corkin, et
a l , 1997). Sin embargo, el tejido restante del hipocampo mostró cierta atrofia, y probablemente permaneciera poco tejido
funcional del hipocampo.

m iento de la amnesia — es decir, antes de la cirugía— causó son factores que lo han hecho un paciente estu­
perturbando los recuerdos viejos ya alm acenados diado de m anera exhaustiva durante más de 40 años
(figura 10.4). Puesto que H.M . no tenía un deterioro y una fuente de inform ación muy rica acerca del cere­
intelectual global, como tiene mucha gente con amne­ bro y la memoria.
sia, él proporcionó una rara oportunidad para estu­ Ya se han visto algunos ejemplos de la conmovedo­
diar tina am nesia pura, no complicada con otros dete­ ra naturaleza de la horrible pérdida de m em oria de
rioros cognitivos. La especificidad de este deterioro y H.M. Al igual que alguna figura mitológica maldita, él
la ubicación relativam ente precisa de la lesión que la había sido condenado desde su cirugía a la edad de 27
CAPITULO W Sistemas de memoria 251

FIGURA 10.4 Amnesia retrógrafa


y anterógrada. A) En la amnesia
retrógrada, se olvidan los eventos
durante un periodo previo al trau­
ma, pero están intactos los recuer­
dos del pasado distante y del
periodo que sigue al trauma. B) En
la amnesia anterógrada, está dete­
riorada la memoria para eventos
posteriores al trauma, pero se
recuerdan los eventos previos al
trauma. (Adaptado de Bear, Connors y
traum a Paradiso, 1996, p. 519.)
B)
100

50

0« X
N a cim ien to Tiem po M o m en to A ctualidad
del traum a

M eta

años a vivir eternamente en una isla móvil del presen­


te y el futuro inm ediato, aunque tam bién tenía m u­
chos viejos recuerdos de su vida previa a la cirugía.
Esto devastó su habilidad para luchar con la vida. Por
tanto, él no reconocía a nadie que hubiera conocido
desde su cirugía. No podía seguir una conversación o
com prender los eventos en curso. Por ejemplo, su
am nesia hacía imposible para él seguir el argumento
incluso de un simple programa de televisión, y podía
ver la cinta del m ism o program a una y otra vez sin
ningún aparente reconocim iento de que lo hubiese
visto con anterioridad. H.M. carecía de conocimiento
incluso de los eventos más destacados en su vida des­
de los 27 años. Fue sacudido cuando escuchó que su
tío favorito había muerto, sólo para recibir la noticia
como si fuese nueve minutos más tarde y de nuevo ser inicio
consum ido por el llanto. Años después de la m uerte
FIGURA 10.5 Plano del laberinto de puntos. La línea
de su padre, cuando le pregunté acerca de ésta, H.M.
negra (no mostrada en el laberinto real) indica la trayecto­
dijo, tentativam ente, "C reo que mi padre está m uer­
ria correcta. (Tomado de Teuber y Milner, 1968, p. 354.)
to". Esta respuesta m uestra que H.M . había retenido
cierta inform ación acerca de su pasado, aunque no
tenía la certeza. De hecho, con frecuencia respondía a
preguntas acerca del pasado como si estuviese reali­ aprendizaje de laberinto en el cual los sujetos tienen
zando asociación libre, sin confianza en la precisión que descubrir y recordar el trayecto correcto m edian­
de sus respuestas, aun cuando eran correctas. te el m ovim iento de un estilete desde un punto hacia
Los estudios form ales de H.M. proporcionaron un otro (figura 10.5). Cada vez que es tocado un punto
cuadro m ás cuantitativo de su deterioro. Este cuadro que no está en el trayecto correcto, suena un conta­
es ejem p lificad o por su rendim iento en la tarea de dor de errores. Aunque los sujetos de control norm a­
252 PARTE II Neuropsicologia de los sistemas funcionales principales

les aprenden esta taxea m uy rápido, H .M . fracasó al A m n esia r etró g ra d a y la n a tu r a le z a d el p r o c e s o de


m ostrar un dpo de aprendizaje sobre el m ism o luego co n so lid a c ió n La amnesia anterógrada de H.M. es la
de 215 intentos, distribuidos durante 3 días de entre­ característica m ás destacada de su deterioro de
nam iento. D e hecho, a pesar de la cantidad de tiem ­ memoria. Sin embargo, su deterioro también tiene un
po em pleada en realizar la tarea, él no recordó haber­ com ponente retrógrado: él tenía m em oria deficiente
la realizado o haber visto antes el aparato, incluso al para eventos específicos que ocurrieron entre los 16 y
final del periodo de entrenamiento tan extenso (Mil- 27 años de edad, la década previa a su cirugía. De
ner y Teuber, 1968). hecho, la m uerte de su tío favorito, m encionada con
antelación, es uno de tales eventos olvidados que ocu­
rrieron antes de la cirugía. H .M . no exhibe deterioro
Algunas im plicaciones de la d eficiencia de memoria para eventos anteriores a los 16 años de
de la m em oria de H.M. edad. Este patrón de am nesia retrógrada representa
un gradiente tem poral, por m edio del cual la m em o­
E V ID E N C IA D E Q U E LA M E M O R IA A C O R T O ria para inform ación reciente tiene más deficiencia
PLA ZO Y LA M E M O R IA A LA RG O PLA ZO SO N que la m em oria para inform ación m ás rem ota. Este
S IS T E M A S SE P A R A D O S Se ha notado que H.M. patrón es observado en varios tipos diferentes de
tiene m em oria a corto plazo norm al, com o lo ejem ­ amnesia (Squire y Cohén, 1979,1982), particularmen­
plifica su retención de dígitos por arriba del prom e­ te en los pacientes con enfermedad de Korsakoff (dis­
dio. Sin em bargo, su retención a largo plazo de nue­ cutida más adelante). La presencia de un gradiente
va inform ación es bastante deficiente. Esta disocia­ tem poral en la am nesia retrógrada sugiere que la
ción es evidencia que apoya la noción de que la m e­ m em oria es un proceso dinám ico que cam bia a lo
m oria a corto plazo y la m em oria a largo plazo son largo del tiempo. También sugiere que las estructuras
dos sistem as separados, una idea propuesta por Wi~ del lóbulo temporal medial participan en la retención
lliam Jam es (1890), con diferente term inología, en el de recuerdos durante un periodo de años. En aparien­
siglo XIX. cia, estas estructuras están involucradas en el almace­
namiento de la inform ación o en el mantenimiento de
E ST R U C T U R A S DEL LÓ BU LO T E M P O R A L M E­ la información alm acenada en otros lugares, durante
D IA L C O M O SU S T R A T O N E U R O N A L D E LA un periodo prolongado, hasta que los recuerdos even­
C O N S O L ID A C IÓ N D E LA M E M O R IA Desde el tualm ente son alm acenados en un sistem a indepen­
reporte inicial de H.M., han surgido otros pacientes diente de las estructuras de lóbulo temporal medial.
con daño a las estructuras del lóbulo tem poral m e­
dial que tienen deterioro similar. Este daño puede ser
por diversas causas, como encefalitis por Herpes sim- DETERIORO DE LA MEMORIA DESPUÉS
plex, accidente vascular, hipoxia (privación de oxíge­ DE LESIONES UNILATERALES DEL LÓBULO
no), lesión cercana a la cabeza, choque electroconvul- TEMPORAL
sivo y enferm edad de Alzheimer. Las am nesias que
involu cran las estructuras del lóbulo tem poral m e­ Gran parte del trabajo en el área de las lesiones unila­
dial son llam ad as en conjunto am n esia de ló b u lo terales del lóbulo tem poral ha sido realizado por
tem poral m edial. La amnesia anterógrada de H.M. y Brenda Milner v -■ sus colegas
O en el M ontreal Neurolo-
otros pacientes con amnesia de lóbulo tem poral me­ gical Institute, quienes han estudiado pacientes que
dial sugiere que las estructuras de esta área son nece­ han experim entado lobotom ía tem poral unilateral
sarias para que la inform ación sea alm acenada en la para aliviar convulsiones focales que no puede ser
m em oria a largo plazo, un proceso referido como tratada exitosam ente con m edicam entos anticonvul­
consolidación. sivos (Milner, 1975). Estas lesiones difieren de las per­
cibidas en pacientes con am nesia de lóbulo temporal
L ím ites a la g en era lid a d de la h ip ó tesis d e c o n s o lid a ­ media en que ellas está confinada a un lado del cere­
ció n Tan intuitivam ente atrayente com o es esta bro, incluyen m enos daño extensivo a las estructuras
noción, existe un importante terreno de hallazgos que del lóbulo temporal medial e incluyen remociones de
muestran que, a pesar de que las estructuras de lóbulo grandes porciones de la n eocorteza tem poral. Estas
tem poral m edial juegan un papel im portante en la lesiones unilaterales del lóbulo temporal no causan la
consolidación de la memoria explícita, no son necesa­ devastadora am nesia observad a después del daño
rias para la m em oria im plícita, como la m em oria de bilateral del lóbulo temporal. En su lugar, las lesiones
procedimiento o el priming. Habrá mucho más que de­ confinadas a un lóbulo tem poral provocan deficien­
cir acerca de esto en una sección posterior. cia en la m emoria relativamente leves, lo cual, no obs­
CAPITULO 10 Sistemas de memoria 253

tante, todavía puede ser bastante problem ático para unilateral está relacionado con el grado de la rem o­
los individuos afectados por ellas. ción del lóbulo temporal medial. Los estudios de Phi­
lip Corsi (1972) demostraron primero esta relación. En
un estudio, él aplicó a sus pacientes con lobotom ía
E sp ecialización com p lem en taria de temporal unilateral el Test de Dígitos Recurrentes de
las fu n cion es de m em oria en ios lóbulos H ebb, tarea en la cual a los sujetos se les presentan
tem p orales izquierdo y d erech o cadenas de dígitos que son m ás largas que su reten­
ción de dígitos. Como es de esperar, todos los sujetos
La n atu raleza de la deficiencia en la m em oria des­ aprendieron pobrem ente estas nuevas cadenas. Sin
pués de una lesión unilateral de lóbulo temporal va­ embargo, cada tercer cadena fue repetida y, tras m u­
ría de acuerdo al hem isferio involucrado. Las lesio­ chas presentaciones, los sujetos control no operados
nes d el lóbulo tem poral izquierdo están asociadas aprendieron la secuencia repetida. Corsi dividió a los
con d eterioro en la retención de m aterial verbal (o
m aterial que es codificado verbalm ente) pero con
rendim iento norm al en los tests que valoran la m e­
m oria para el m aterial que es difícil de verbalizar. Grupo 1 Grupo 2
Por ejem plo, los pacientes con lobotom ía tem poral
H ip ocam p o exim id o Pes hipocampi escin d id o
izquierda están deteriorados en el recuerdo demora­
do de palabras, historias y asociaciones pareadas
verbalm ente (Milner, 1975), pero que no están dete­
riorad os en el recuerdo de figuras geom étricas y el
reconocim iento de imágenes de rostros. En contraste,
los pacientes con lesiones del lóbulo tem poral dere­
cho m ostraron el patrón com plem entario de m em o­
ria deteriorada y preservada. Por ejem plo, estos pa­
cientes mostraron que no recordaban figuras geomé­
tricas (Taylor, 1969) y rostros (Milner, 1968; Warring­
ton y Jam es, 1967b), pero no están deteriorados en la
retención de material verbal.
C a so T . H. C aso R. S.

Grupo 3 G rupo 4
Papeles de las estru ctu ras del lóbulo Pes hipocampi y ap rox im ad am en te Escisión radical
tem p oral m edio y la co rte z a tem p oral 1 cm d e cu erp o escin d id o del h ip ocam p o

lateral en la m em oria

H.M . y los pacientes con lesiones sim ilares muestran


am nesia severa después de una lesión extensa a las
estructuras del lóbulo tem poral m edial y conserva­
ción relativa de la neocorteza tem poral lateral. Esto
da pie a la pregunta de si la severidad del deterioro
de m em oria observado tras lesiones unilaterales del
lóbu lo tem poral está relacionad a con el grado del
daño al hipocam po y a otras estructuras del lóbulo
tem poral m edial. La respuesta que ha surgido es que
d epend e de la tarea. La m agnitud del deterioro en C aso J. VV. C aso M . O.

ciertas tareas, como el recuerdo dem orado de asocia­


ciones verbalm ente apareadas y el reconocim iento
de rostros, está relacionado con el grado de rem o­ FIGURA 10.6 Mapas cerebrales basados en dibujos reali­
ción de n eocorteza tem poral, m as no el grado de zados durante la cirugía, que muestran lobotomías tempo­
rem oción del lóbulo tem poral m edial. Esto m uestra rales izquierdas representativas en cuatro grupos de
que la neocorteza tem poral participa en la retención parientes clasificados por el grado de remoción del lóbulo
de ciertos tipos de inform ación. temporal medial. El pes hipocam pi es la parte anterior del
En algunas tareas, sin embargo, el grado de dete­ hipocampo. El sombreado indica el grado de ía escisión
rioro de m em oria después de la lobotom ía temporal quirúrgica. (Tomado de Milncr, 1970, p. 31.¡
254 PARTE II Neuropsicología de los sistemas funcionales principales

FIGURA 10.7 Curvas de apren­


dizaje para los subgrupos control
normal y con lesión del lóbulo
temporal izquierdo (véase figura
10.6) para cada presentación de la
Control norm al © ------0
secuencia recurrente en el Test de
Dígitos Recurrentes de Hebb. La
Tem poral izquierd o ordenada indica la proporción de
G rupo 1 A A sujetos que recordaron correcta­
mente la secuencia recurrente. La
G rupo 2 ©-------@ abscisa indica la posición ordinal
G rupo 3 O — -O de la secuencia recurrente. (Toma­
do de Corsi, 1972.)
G rupo 4 □-------a

pacientes que habían sido sometidos a Iobotomía tem­


poral izquierda en cuatro grupos, de acuerdo con la
extensión de la remoción del lóbulo temporal medial
(figura 10.6). En esta tarea, los pacientes con remoción
extensa de las estructuras temporal-medial izquierdas
estuvieron severam ente deteriorados, m ientras que
los pacientes con pequeñas rem ociones tem poral-
medial izquierdas y los pacientes con leves o extensas
lesiones temporal-medial derechas no m ostraron de­ Vista del examinador
terioro (figura 10.7). También se encontró que el grado
del deterioro no estaba relacionado con la extensión FIGURA 10.8 Test de Corsi de recuerdo de secuencias.
de remoción neocortical. Los nueve bloques negros (cubos de 1.25 in), montados
En un análogo espacial de esta tarea, el Test de sobre un tablero negro (8 x 10 in), son numerados en el
Corsi de Recuerdo de Secuencias, Corsi pidió a sus lado del examinador para facilitar el registro de la ejecu­
sujetos que repitieran una secuencia colocada por el ción. Los números no están visibles para los sujetos. (To­
mado de Milner, 1971, p. 275.)
exam inador de un arreglo de bloques (figura 1 0 .8 ).
Al igual que en el Test de Dígitos Recurrentes, la lon­
gitud de la secuencia era m ayor que la retención in­
m ediata del sujeto, pero cada tercer secu encia era com pletam ente dilucidada, existe evidencia convin­
repetida. En esta tarea, los pacientes con rem ociones cente de que las estructuras del lóbulo tem poral
extensas del lóbulo tem poral m edial derecho tuvie­ medial son particularmente importantes para la reten­
ron gran deterioro para aprender la secuencia repeti­ ción de la inform ación espacial (Corsi, 1972; Rains y
tiva, m ientras que los pacientes con sólo pequeñas Milner, 1994a; Sm ith y M ilner, 1981) mas no para la
rem ociones del lóbulo temporal m edial derecho y los retención de patrones visuales (Taylor, 1969) o para el
pacientes con rem ociones del lóbulo tem poral iz­ reconocim iento de rostros (Milner, 1968). La diferen­
quierdo no tuvieron deterioros. Como en el Test de Dí­ cia en el papel funcional de las estructuras del lóbulo
gitos Recurrentes, no se encontró relación entre la me­ temporal medial izquierdo como opuesto a la neocor­
dida de remoción de la neocorteza temporal y la m ag­ teza temporal izquierda es difícil de caracterizar y es
nitud del deterioro. un área activa de la investigación actual.
Estos estudios de Corsi fueron seguidos por diver­
sos estudios que m ostraron una relación entre la
extensión de la remoción unilateral del lóbulo tempo­ ESTRUCTURAS CRITICAS INVOLUCRADAS EN
ral medial y el deterioro en la memoria. Sin embargo, LA PÉRDIDA DE MEMORIA POSTERIORA
para algunas tareas tal relación no fue aparente, sien­ LESIONES EN EL LÓBULO TEMPORAL
do el factor crítico la extensión de la neocorteza late­
ral. Aunque las diferentes contribuciones de cada una Cualquiera que sea el papel diferencial de las estruc­
de estas áreas a los procesos de m em oria debe ser turas del lóbulo tem poral m edial y de la neocorteza
CAPITULO 10 Sistemas de memoria 255

V entrículo lateral FIGURA 10.9 Sección


coronal del cerebro, donde
. T álam o se muestran el hipocampo
y la corteza del lóbulo tem­
poral medial, incluyendo la
corteza entorrinal, la corte­
za perirrinal y la corteza
parahipocámpica. (Tomado de
Bear, Connors y Paradiso, 1996,
p. 531.)

H ip o ca m p o Su rco

C o rteza C orteza
perirrinal p arah ip o cám p ica

temporal, la severa amnesia manifestada por H.M. y causaría una amnesia similar. El intento fue permitir
otros p acien tes con lesiones en el lóbulo tem poral a los investigadores estudiar la amnesia anterógrada
m edial m uestran que estas estructuras son críticas en el laboratorio anim al y aprender con m ás preci­
para la m em oria. Hasta ahora se ha usado el término sión cuáles estructuras del lóbu lo tem poral m edial
genérico estructuras del lóbulo temporal medial. En esta eran críticas para la m em oria. Con base en el paciente
sección se exam ina más a fondo las estructuras de H.M., un obvio candidato era el hipocam po. Los in ­
esta área que son cruciales para la memoria. vestigadores procedieron a estudiar los efectos sobre
la memoria de lesiones experim entales de esta estruc­
tura en monos.
Las lesiones de H.M , Para sorpresa de los investigadores que siguieron
esta línea de razonamiento, los estudios animales que
La cirugía de H.M. consistió en la rem oción bilateral involucraron lesiones al hipocam po fracasaron para
de las siguientes estructuras: los 8 cm anteriores del producir un deterioro en la m em oria. Esto fue inter­
hipocam po, la amígdala y la corteza rinal. La corteza pretado como evidencia de que el sustrato neuronal
rinal comprende la corteza entorrinal, la corteza peri­ de la memoria es fundamentalmente diferente en ani­
rrinal y la corteza parahipocámpica (figura 10.9). Los m ales y hum anos. Esto im pediría la creación de un
hallazgos en H.M. y en los pacientes con lesiones simi­ m odelo anim al para la am nesia de lóbulo tem poral
lares al principio fueron interpretados como evidencia medial y enfrentaría a los investigadores de animales
para el papel crucial del hipocam po en la m em oria. con el problem a de encontrar una estructura cuya
Esta idea ha cambiado en el curso de los 40 años desde función sea análoga a la del hipocampo humano.
su com ienzo, un proceso que sirve como un modelo
instructivo de fructífera interacción recíproca entre
hipótesis y experimento. Por esta razón se trazará esta Resolución ap aren te de la d iscrep an cia
evolución en cierto detalle en las siguientes secciones.
Durante un tiem po, esta discrepancia pareció ser
resuelta por el descubrim iento de una tarea que era
sensible a lesiones del hipocam po en monos. Gaffan
D iscrep an cia en tre los hallazgos
(1974) m ostró que macacos con daño en el hipocam ­
en anim ales y hum anos
po tuvieron pobre rendim iento en una tarea llam ada
Luego del reporte de H .M ., se realizaron intensos no ig u alació n a la m uestra dem orada (D N M S, por
esfuerzos para producir un modelo animal de su de­ sus siglas en inglés). En esta tarea prim ero se le pre­
terioro, esto es, producir una lesión en un animal que senta a u n m ono un objeto que cubre uno de varios
256 PARTE II Neuropsicología de los sistemas funcionales principales

Igu alación N o igu alació n


(in co rrecto) (correcto)

FIGURA 10.10 Test de no-igualación a la muestra demo­


rada. (Tomado de LeDoux, 1996, p. 1SS.) D em o ra

FIGURA 10.11 Rendimiento de monos con lesiones


extensas del lóbulo temporal medial {HA) y controles nor­
recipientes de comida sobre una m esa en frente de él. males (N) en no-igualación a la muestra demorada con
Luego, se baja una pantalla durante un periodo: el diferentes intervalos de demora. (Tomado de Squire, 1987, p.
intervalo de dem ora. Cuando la pantalla es levanta­ 191.)
da, el m ono ahora ve dos objetos, uno de los cuales
fue visto recientem ente y uno nuevo. Si el mono
m ueve a un lado el objeto nuevo, encuentra comida
en el recipiente, pero no hay com ida bajo el objeto que el hipocam po era la estructura principal; pero los
previam ente visto. De esta forma, el m ono puede ser experim entos iniciales que dem uestran deterioro en
entrenado para elegir el objeto novedoso, un proceso D N SM fueron en m onos con grandes lesiones del
que se facilita por la curiosidad natural del m acaco lóbulo temporal m edial que incluyeron, como las de
(figura 10.10). Puesto que esta tarea requiere identifi­ H .M ., al hipocam p o, la am ígdala y la corteza rinal
car un objeto previam ente visto, es una form a de (corteza entorrinal, corteza perirrin al y corteza pa-
m em oria de reconocim iento. rahipocám pica). Los experim entos con lesiones m ás
Los m onos norm ales son capaces de realizar esta circunscritas que selectivam ente dañaron sólo al h i­
tarea con un alto nivel de precisión durante interva­ pocam po produjeron poca deficiencia. Después M i­
los prolongados de 10 minutos. Sin em bargo, los ani­ shkin (1978) estudió el efecto de daño tanto a la amíg­
m ales con lesiones del lóbulo tem poral m edial son dala como al hipocam po y encontró que las lesiones
d eficientes en esta tarea para intervalos de dem ora com binadas produjeron un severo deterioro. Estos
m ás largos que pocos segundos (figura 10.11). El hallazgos son similares al daño de H.M. debido a que
hallazgo de que ellos son capaces de tener buen ren­ él también tuvo daño tanto en la amígdala como en el
d im iento en intervalos de dem ora cortos m uestra hipocampo. Como si las dos estructuras tuviesen fun­
que el deterioro no es debido a un déficit perceptual ciones redundantes, pareció que el daño a la am ígda­
o a fracaso para recordar el procedim iento de la ta­ la y al hipocam po fuese necesario para perturbar la
rea. Esto tam bién apoya la noción de que el deterioro memoria de reconocimiento.
es paralelo a la am nesia anterógrada percibida en
H .M . y otros pacientes con am nesia de lóbulo tem ­
poral m edial, debido a que en estos pacientes la re­ Algunos hallazgos conflictivos
tención a corto plazo tam bién está deteriorada.
Es una perogrullada que las teorías actuales siempre
serán superadas por los hallazgos futuros. Así sucedió
La búsqueda de las estru ctu ras principales con la conclusión de que el daño combinado a la amíg­
in volucradas en la m em oria de re co n o cim ien to dala y al hipocam po es la lesión crítica en la amnesia
de lóbulo temporal medial.
Con el logro de este modelo animal fue intensificada
la bú sq u ed a de las estructuras que p articip an en la PACIEN TE R .B . Una fuente de datos conflictivos fue
m em oria de reconocim iento. Al principio se pensó el reporte de un paciente, conocido como R.B., quien
CAPÍTULO 10 Sistemas de memoria 257

tenía una severa am nesia anterógrada (aunque más Corteza C orteza C orteza
visual auditiva som atosensorial
leve que la de H.M.) pero con una lesión confinada al
hipocam po (Zola-M organ, Squire y A m aral, 1986).
Este hallazgo tuvo dos importantes im plicaciones: o)
la am nesia puede ocurrir después del daño al hipo­ C o rteza perirrinal y
cam po y b) la amnesia es m enos severa que la resul­ c o rte z a p a ra h ip o cá m p ica

tante de lesiones tem porom ediales más extensas. En >- C orteza rinal
conjunto, estos hallazgos sugirieron que el hipocam ­
po es importante para la memoria de reconocimiento
C orteza entorrinal
pero que no es la única estructura importante.

EX C LU SIÓ N D E LA A M ÍG D A LA Con base en los


descubrim ientos de M ishkin (1978), un obvio candi­ H ip ocam p o

dato para otra región importante era la amígdala. Sin


FIGURA 10.12 Entrada cortical al hipocampo. La entra­
em bargo, la interpretación del descubrim iento de
da altamente procesada desde todas las modalidades sen­
M ishkin de que las lesiones com binadas de la amíg­ soriales principales se proyecta hacia las cortezas perirri­
dala y el hipocampo resultaban en deterioro de la m e­ nal y parahipocámpica. Estas, a su vez, se proyectan hacia
m oria fueron com plicadas por el hecho de que sus la corteza entorrinal. La corteza entorrinal es la principal
lesiones de la am ígdala tam bién im plicaban daño a fuente de entrada al hipocampo. El hipocampo proyecta
regiones circunvecinas de la corteza. Para explorar de regreso a la neocorteza por medio de las mismas vías.
esto aún más, Zola-Morgan y sus colegas (1989) lleva­ (Inspirado en LeDonx, 1996, p. 194.)
ron a cabo un estudio con monos en el cual realizaron
remociones selectivas sólo de la amígdala, sin pertur­
bar áreas corticales adyacentes. Cuando estos monos daño en la corteza rinal, adem ás de su lesión hipo-
fueron su jetos a pruebas de m em oria, se demostró cámpica. R.B., con daño confinado al hipocampo, era
que las lesiones de la amígdala solas no causaban de­ amnésico pero no m anifestó un deterioro de m em o­
terioro en D N M S. M ás im portante, tam bién fue de­ ria tan severo como el de H .M . Esta conclusión tam ­
m ostrado que las lesiones de la amígdala que afectan bién es consistente con la relación anatómica entre el
regiones corticales adyacentes no exacerban el dete­ hipocam po y su corteza circu nd ante. Las cortezas
rioro de la m em oria que sigue a lesiones hipocámpi- perirrinal y parahipocám pica reciben entrada senso­
cas. La estructura externa al hipocam po para la rial altam ente procesada que converge a ellas desde
memoria de reconocimiento no fue la amígdala. cada una de las grandes áreas sensoriales corticales.
Estas cortezas a su vez proyectan hacia la corteza
entorrinal, la cual es la m ayor fuente de entrada al
La im p o rtan cia de la c o rte z a tem p oral m edia hipocam po. Es probable, por tanto, que el daño a la
corteza rinal produzca un severo deterioro de m em o­
Las estructuras críticas resultaron ser la corteza ento- ria debido a que priva al hipocam po de entrada sen­
rrinal, la corteza perirrinal y la corteza parahipocám- sorial altam ente procesada necesaria para el estable­
pica, todas ellas parten de la corteza adyacente al cim iento de los recuerdos (figura 10.12). Además, la
hipocam po (véase figura 10.9). En conjunto, a estas corteza rinal puede ser el sitio del alm acenam iento
regiones se les refiere com o corteza rinal. El conoci­ tem poral de la inform ación. Esto es sugerido por el
m iento acerca de que estas estructuras son críticas se hecho de que R.B., quien ten ía daño hipocám pico
vuelve claro a partir de diversos estudios, como aque­ mas no en la corteza rínica, tuvo am nesia más leve
llos que m uestran que las lesiones selectivas de las que los pacientes como H.M., cuyas lesiones estaban
cortezas perirrinal, entorrinal y parahipocámpica que en la corteza rinal.
exim ieron tanto la amígdala como el hipocam po pro­
dujeron severa deficiencia en la m em oria de los m o­
nos (M eunier et al., 1993; Squire y Zola-Morgan, 1991; AMNESIA DIENCEFALICA
Zola-M organ, Squire, Am aral y Suzuki, 1989).
La con clu sión de que el hipocam po y la corteza Otro tipo severo de pérdida de mem oria es la amne­
rinal circundante son importantes para la m emoria de sia diencefàlica, la cual difiere de la amnesia de lóbu­
reconocim iento, obtenida a partir de estos estudios en lo temporal m edial tanto en su sintomatologia como
anim ales, coincide con los estudios de la amnesia de en la u bicación de las lesio n es que la producen. La
lóbulo tem p oral m edio en los hum anos. H .M . tuvo forma más com ún de am nesia diencefàlica se presen­
258 PARTE II Neuropsicología de los sistemas funcionales principales

ta en la enferm edad de K orsakoff, una enferm edad 80


por d éficit de tiam ina (vitam ina B x) p or lo general No a lc o h ó lic o
70 P—1 (n = 16)
provocada por mal nutrición secundaria de alcoho­
lism o severo. La mayoría de las investigaciones de la A lc o h ó lic o
c &0 (n = 16)
am nesia diencefálica han estudiado a pacientes con
I 50
enferm edad de Korsakoff. También existen otras cau­ 0
sas m enos frecuentes del daño a las estructuras dien- J 40 _ - - o Korsakoff
cefálicas, com o trauma y apoplejía. !n = 8)
1 30
.-O
¡£ 20 Cr~
Enferm edad de Korsakoff
10
Al igual que los pacientes con am nesia de lóbulo
0
tem poral m edial, los que tienen la en ferm edad de 1970 1960 1950 1940 1930
K orsakoff tien en severa am nesia anterógrada. Sin D écad a
em bargo, ellos generalm ente tienen m uchos otros
80
com ponentes de su trastorno que lo hacen diferente -Q N o a lc o h ó lico
de lo observad o en la am nesia de lóbu lo tem poral 70 in = 15)
medial.
S 60
u
D E T E R IO R O D E LA M E M O R IA P O R LA EN FER­
M E D A D D E K O R S A K O F F A dem ás de tener una 0 50 .-■O Korsakoff
severa am nesia anterógrada que es tan profunda co­ -C 40 (n = 11)
mo la vista en la amnesia de lóbulo tem poral medial,
la en ferm ed ad de K orsakoff está acom pañada por 1 30
y
am nesia retrógrada. Ésta por lo general se prolonga S. 20 X>'
más atrás en el tiempo que la amnesia retrógrada de
la am nesia de lóbulo tem poral m edial, ya que con 10
frecuencia se extiende hacia el pasado por décadas o J J
(figura 10.13). 1970 1960 1950 1940 1930
D écad a

P e r t u r b a c io n e s d e la m e ta m e m o r ia La am nesia
FIGURA 10.13 Amnesia retrógrada en dos poblaciones
diencefálica tam bién difiere de la am nesia de lóbulo diferentes de pacientes con enfermedad de Korsakofí
tem poral m edial en que los pacientes con am nesia medida a partir de un test que involucra la identificación
diencefálica con frecuencia m uestran deficiencia en de pinturas de rostros famosos de diferentes décadas.
la habilidad para hacer una valoración precisa de su (A rriba ) Resultados de Cohén y Squire (1981). (Abajo)
capacidad de memoria, un proceso llam ado m etam e­ Resultados de Albert, Butters y Levin (1980). El deterioro
m oria. Cuando se les presenta una tarea de memoria es más severo para los rostros que aparecen en los noticia­
y se les solicita estim ar cuán bien se desem peñarán rios durante las dos décadas más recientes a la admini­
en ella, los pacientes con am nesia diencefálica tien­ stración del test. Presumiblemente esto se debe a que la
amnesia anterógrada estuvo presente o se desarrolló
den a sobreestimar sus habilidades de memoria (Gard­
durante dicho periodo. (Tomado de Squire, 1987, p. 216.)
ner, 1975, pp. 181-182).

C o n fa b u la c ió n Los pacientes con am nesia dience­


fálica p u ed en ir más allá y exh ib ir u na aparente rito (Sacks, 1985). La conducta confabulatoria en los
inconsciencia total de su deterioro. Esto puede estar pacientes con am nesia severa puede alcanzar p ro ­
acom pañado por confabu lación, que es actuar como porciones tragicóm icas, pues parece que m enospre­
si uno recordase a gente y situaciones que de hecho cian su falta de conocim iento de las situaciones y de
uno no reconoce. Por ejem plo, el ex propietario de la gente y se com p o rtan com o si estu viesen en un
una fiam brería con enferm edad de K orsakoff salu ­ terreno más familiar.
dará a su m éd ico en la sala del h o sp ital como si
am bos estuviesen en su fiam brería en una lejana ciu­ A m n esia d e referen c ia La am n esia de referen cia es
dad y su m éd ico fuese un viejo clien te habitu al a la deficiencia en la habilidad para recordar la fuente
quien está a punto de preparar su em paredado favo­ de inform ación pero con preservación de la inform a­
CAPITULO 10 Sistemas de memoria 259

ción m ism a. Por ejem plo, a un paciente se le pudo O T R A D ISF U N C IO N A L ID A D EN LA EN FERM E­


haber dicho alguna trivia como "L a com ida favorita D A D D E K O R S A K O F F A dem ás de los aspectos de
de Yogi Berra es la p izza". Cuando se le preguntó memoria perturbada en la enferm edad de Korsakoff,
unos cuantos m inutos después acerca de la com ida con frecuencia se percibe cierto deterioro en el fu n ­
favorita de Yogi Berra, puede responder "pizza" pero cionam iento cognitivo y em ocional. Los pacientes
es incapaz de responder con precisión a preguntas re­ con esta enfermedad han sido descritos como cogni­
lacionadas en dónde aprendió dicha información. La tivam ente apáticos y desm otivados, no m uestran la
respuesta a estos cuestionam ientos produce una res­ atención y la concentración requeridas para resolver
puesta de confabulación, como indicar que han obte­ un problem a que de otro m odo era resuelto p or su
nido la inform ación mientras veían televisión o leían habilidad intelectual. Adem ás, con frecuencia se per­
una revista. cibe la reducción en la gama e intensidad de la expre­
sión emocional. Esto puede reflejarse en una tenden­
M e m o r ia p a r a e l ord en te m p o r a l: d is c r im in a c ió n de cia a m inimizar o incluso negar por completo la seve­
e v e jito s recien tes Ser capaz de recordar y reconocer ridad de su deterioro de memoria.
las experiencias pasadas es una im portante función
de la mem oria, lo cual es muy útil. Pero es im portan­ N E U R O P A T O L O G ÌA D E LA EN FE R M E D A D D E
te ser capaz de ir m ás allá e identificar cuándo ocu­ K O R S A K O F F ¿Qué está m al en los cerebros de la
rrieron los eventos en el pasado en relación con otros gente con enferm edad de K orsakoff? Los estudios
acontecim ientos; en otras palabras, recordar el orden neuropatológicos de estos p acien tes sugieren que
cronológico de su ocurrencia. Puede ser im portante existen lesiones en el diencèfalo y en los lóbulos fron­
saber qué ocurrió antes de tal o cual evento y qué tales.
ocurrió después. A dem ás, el proceso de reconstruc­
ción, el cual Bartlett y otros han argum entado es un L e s io n e s d ie n c e fá lic a s Las dos lesiones más fre­
sello distintivo del recuerdo a largo plazo, logra m a­ cuentes que reportan los estudios post mortem de los
yor precisión cuando es posible "etiq u etar" eventos pacientes con enferm edad de Korsakoff se localizan
específicos a m om entos y contextos particulares. Esta en dos estructuras diencefálicas: los cuerpos m amila­
m em oria tan im portante para el orden temporal con res y el núcleo dorsom edial del tálam o (Mair, Wa­
frecuencia está deteriorada en los pacientes con en­ rrington y W eiskrantz, 1979; Parkin y Leng, 1993;
ferm edad de Korsakoff. Victor, A dam s y C ollins, 1989). Estudios M RI de
pacientes vivos tam bién son consistentes con estos
F r a c a s o p a r a e lim in a r la in terferen cia p r o a c tiv a La descu brim ientos post m ortem (Jeringan et a i , 1991).
in terferen cia proactiva (PI, por sus siglas en inglés) Además, han existido algunos reportes de lesiones al
es la tendencia de la inform ación presentada previa­ núcleo anterior del tálamo en pacientes con enferme­
m ente de interferir con la m em oria para el m aterial dad de K orsakoff, aunque estas lesiones son m enos
que será presentado más tarde. Por ejem plo, supon­ consistentes.
ga que a una sujeto se le presenta una lista de nom ­
bres de frutas (lista F x) y se le pide recordarla. Des­ L e s io n e s a fu e r a d e l d ie n c è fa lo M uchos pacientes
pués de esto, se le proporciona una segunda lista con con enferm edad de K orsakoff, adem ás de sus lesio­
diferentes nom bres de fruta (lista F2) para recordar. nes diencefálicas, tienen lesiones que incluyen áreas
D espués se le dan las listas F 3 y F 4, am bas tam bién de los lóbulos frontales. Es probable que estas lesio­
com puestas con nom bres de frutas. Al recordar la nes del lóbulo frontal expliquen muchas de las carac­
cuarta lista de nombres de frutas, existirá una tenden­ terísticas que diferencian la enferm edad de K orsa­
cia para que el sujeto inserte palabras de las listas pre­ koff de la am nesia de lóbulo tem poral m edial. El
vias. E sta es interferencia proactiva. Si una lista de apoyo para esto proviene del hecho de que todas las
nom bres de una categoría com pletam ente diferente, características que d iferen cian a la enferm edad de
por decir, anim ales, se le proporciona, la tendencia K orsakoff de la am nesia de lóbulo temporal medial,
para la introm isión de las listas previas se reduce. Se excepto la extendida am nesia retrógrada en la enfer­
dice que el cambio de categoría ha provocado una eli­ medad de K orsakoff, tam bién son percibidas en las
m in ación de la interferencia proactiva. Se piensa que lesiones confinadas a los lóbu los frontales. Esto in­
la elim in ación de PI refleja aspectos de la organiza­ cluye p ertu rbación de la m etam em oria, confabu la­
ción de la mem oria. Los pacientes con enfermedad de ción, am nesia de referencia, perturbación de la m e­
K orsakoff frecuentem ente fallan para m ostrar tal eli­ moria para el orden tem poral, fracaso para elim inar
m inación de la PI; las intrusiones de las listas previas de la PI, apatía cognitiva, perturbación motivacional
ocurre aun después de un cambio de categoría. y expresión em ocional reducida. M ás aún, se ha de­
260 PARTE II Neuropsicología de los sistemas funcionales principales

m ostrado que, al m enos algunos de estos deterioros, tante sim ilares. A m bas se caracterizan por severa
como la confabulación, se ven sólo en pacientes con am nesia an terógrad a. Tam bién exh iben am nesia
Korsakoff quienes tienen patología de lóbulo frontal retróg rad a que se p ro lon ga h acia el pasado unos
(Shimam ura, Jem igan y Squire, 1988). cuantos años (la en ferm ed ad de K orsako ff puede
estar asociad a con am n esia retróg rad a m ás larga,
pero esto no se observa en la am nesia en la cual la
Otras causas de la amnesia diencefálica lesión está confinada al d iencèfalo). Adem ás, tanto
la amnesia de lóbulo tem poral m edial como la amne­
Como ya se mencionó, la enfermedad de Korsakoff no sia diencefálica m uestran preservación de la m em o­
es la única causa de am nesia diencefálica. Cualquier ria a corto plazo, recuerdos antiguos y funcionamien­
enferm edad o trauma que dañe estructuras diencefá- to intelectual general. El h echo de que el daño a es­
licas críticas causará severo deterioro en la memoria. tructuras de lóbulo tem poral m edial o a estructuras
Aunque el trauma confinado a estas estructuras dien- d iencefálicas produzca u na am nesia m uy sim ilar
cefálicas críticas es raro debido a su posición profun­ sugiere que estas dos regiones son parte de un siste­
da dentro del cerebro anterior, tales casos han sido ma com ún que m edia la form ación de nuevas m e­
reportados. m orias declarativas a largo plazo.
D urante algún tiem po hubo h allazgos que no
PA C IE N T E N .A . En 1959, el p aciente conocido apoyaban esta noción de un sistem a unitario común
como N.A. fue apuñalado de m anera accidental por que incluye tanto estructuras tem poral m edial como
su com pañero de cuarto con un florete de esgrim a diencefálicas. Estos descubrim ientos tienen que ver
en m iniatura. El florete entró por la fosa nasal dere­ con el efecto de lesiones al fórnix, el tracto fibroso
cha de N.A. y penetró hacia la izquierda en su cere­ que envía im pu lsos desd e el hipocam po hacia los
bro. C om o resultad o contrajo una severa am nesia cuerpos m am ilares. El problem a fue que reportes clí­
anterógrada. A pesar de que no era tan severa como nicos tem p ran os ind icaron que las lesiones a este
la de H .M . (ya que era capaz de tener recuerdos vínculo entre regiones tem poral m edial y el diencè­
borrosos de ciertos eventos y caras), no obstante era falo no p roducían d eficien cia en la m em oria. En
extrem a. Él tam bién tuvo una am nesia retrógrada años más recientes se ha dem ostrado que los pacien­
para un p eriod o de aproxim ad am ente 2 años p re­ tes con lesiones del fórnix tienen cierto deterioro en
vios a su accid en te. En otros aspectos su deterioro su mem oria, la m agnitud de su deterioro no es com­
de m em oria era sim ilar al de H .M .: su reten ción a parable con la percibida en la am nesia (Gaffan, Gaf-
corto plazo era norm al, su recu p eración de viejos fan y Hodges, 1991). Estos descubrim ientos no enca­
recuerdos estaba intacta y no hubo d eterioro en el jan con la noción de que las dos regiones son parte
fun cion am ien to in telectu al general. El reco n o ci­ de un sistem a com ún.
m iento con TC reveló una lesión del n úcleo dorso-
m edial izquierdo del tálamo.

O TR A E V ID E N C IA DE A M N E SIA TA LÁ M IC A N ú cleo
Fórnix;
— H ip ocam p o
Han existido varios reportes de amnesia tras lesiones an terior,
d e! tálam o
talámicas (por ejemplo, Von Cramon, Hebel y Schuri,
1985), incluyendo lesiones que involucran el núcleo N ú c le o ■ Corteza entorrinal
anterior del tálam o (A ggleton y Brown, 1999). A d e­ d orsom ed ial
. C u e rp o s' del tá la m o
más, se ha reportado el deterioro en la m em oria du­ m am ilares“
rante estim ulación talámica llevada a cabo durante el :: Corteza
D ie n c è fa lo per.rrinal
curso de una cirugía (Ojemann, B lick y Ward, 1971). y co rte z a
p arah ip o cám p ica

Lóbulo tem poral m edial


Relación entre amnesia temporal media
y diencefálica FIGURA 10.14 Dos circuitos diferentes que conectan la
corteza del lóbulo temporal medial y el diencèfalo. Un
Si no se tom an en cuenta los deterioros en la enfer­ circuito conecta al hipocampo con el núcleo anterior del
m edad de K orsakoff debidos a lesiones del lóbulo tálamo, tanto de manera directa como por medio de los
frontal, los patrones de función m em oria deteriora­ cuerpos mamilares. El otro conecta las cortezas perirrinal
da y p reserv ad a asociados con am nesia de lóbulo y entorrinal con el núcleo dorsomedial del tálamo. (Adap­
tem poral m edial y con amnesia diencefálica son bas- tado de Aggleton y Brown, 1999, pp, 426, 427J
CAPITULO 10 Sistemas de memoria 261

Existen hallazgos anatómicos consistentes con la hi­ Sin em bargo, diversos aspectos del com ponente
pótesis del sistema unitario. El fóm ix no es sólo la ma­ anterógrado de la amnesia com plican esta interpreta­
yor conexión entre estructuras del lóbulo temporal ción. Primero, el periodo de amnesia retrógrada pue­
m edial y el diencèfalo; como se ilustra de manera de ser muy largo, hasta de 10 años en H.M . y varios
esquemática en la figura 10.14, también existe una ruta años en otros pacientes. Si este componente retrógra­
desde las cortezas perirrinal y entorrinal hacia el do se debe a un problema de consolidación, entonces
núcleo dorsom edial del tálamo que no involucra al la consolidación es un proceso muy largo del orden de
fóm ix (Aggleton y Brown, 1999). Más aún, Aggleton y años. También ha sido propuesta una perturbación del
Brown han hipotetizado que la m em oria episódica es m antenim iento para explicar este efecto. De acuerdo
dependiente del eje talám ico anterior-hipocám pico, con esta hipótesis, la am nesia retrógrada resulta por­
mientras que la memoria semántica depende de la vía que las estructuras lesionadas son incapaces de m e­
corteza perirrinal-talámica dorsomedial, aunque en la diar los procesos que norm alm ente m antendrían la
mayoría de los casos amnésicos reportados están com­ traza de memoria hasta que estuviese completamente
prometidas estructuras pertenecientes a ambas vías. consolidada en la memoria a largo plazo. El que dicha
inform ación debería ser conservada en algún estado
intermedio entre la memoria a corto y largo plazo du­
¿EN QUÉ PARTE DEL PROCESO rante un largo periodo parece improbable, aunque es
DE LA MEMORIA SE ENCUENTRA una posibilidad.
EL DETERIORO? Un segundo problema con la hipótesis de consoli­
dación también tiene que ver con la amnesia retrógra­
En la sección anterior se estudiaron los procesos en da; en particular, el hecho de que su extensión es muy
los cuales la m em oria puede ser analizada. ¿Cuáles variable entre los pacientes am nésicos. Algunos pa­
de estos com ponentes de la m em oria son perturba­ cientes am nésicos tienen am nesia retrógrada que se
dos en la am nesia?, ¿cuáles son perturbados en el extiende en el pasado 1 o 2 años. Para otros se extiende
m enos severo deterioro de m em oria percibido tras en el pasado por una década o incluso varias décadas.
lesiones unilaterales del lóbulo temporal? Sí la am nesia retrógrada se debe a un deterioro en la
consolidación, no es claro por qué la duración de este
proceso debería ser tan variable entre los pacientes.
Registro/codificación Un tercer problem a para la hipótesis de que un
deterioro en la con solid ación subyace a la am nesia
Si observam os la etapa inicial del proceso de m em o­ retrógrada es el descubrim iento de amnesia retrógra­
ria, se encuentra que no existe evidencia de pertur­ da en un paciente quien, antes del establecimiento de
bación en el registro o la codificación de la inform a­ su síndrom e de Korsakoff, había escrito una autobio­
ción en H .M . (Milner, Corkin y Teuber, 1968) o en los grafía que docum entó que él había tenido un exce­
pacientes con lobotom ía temporal unilateral (Rains y lente recuerdo para los eventos que su bsecuente­
M ilner, 1994b). A sim ism o, al m enos el com ponente m ente se perdieron dentro del periodo de am nesia
retrógrado de la pérdida de m em oria en los pacien­ retrógrada (Butters y C erm ak, 1986). Los descubri­
tes con am nesia no se debe a perturbación del regis­ mientos com o éste no parecen ajustar bien con la idea
tro o la codificación debido a que la pérdida de infor­ de que la am n esia se debe a una perturbación del
m ación fue retenida con precisión durante el perio­ proceso de consolidación.
do anterior al establecim iento de la amnesia. Debe hacerse notar que aún es posible que la per­
turbación de diferentes com ponentes del proceso de
memoria subyazca a los componentes anterógrado y
Consolidación/almacenamiento/mantenimiento retrógrado de la am nesia. Por tanto, el com ponente
anterógrado puede deberse a una perturbación de la
La siguiente etapa en el procesam iento de mem oria consolidación, mientras que el componente retrógra­
que puede ser perturbado en la am nesia es concep- do puede d eb erse a la pertu rbación de la inform a­
tu alizad a com o consolidación, alm acenam iento o ción ya alm acenada.
m an tenim ien to de la inform ación. La perturbación
en este nivel parece coincidir con el com ponente
an terógrad o de la am nesia. H.M . y otros pacientes Recuperación
am nésicos no parecen consolidar la inform ación que
es codificada y retenida con precisión durante cortos Una señ al de recu p eración es un estím ulo que per­
intervalos m ediados por la memoria a corto plazo. ceptual o sem ánticam ente, o en alguna otra forma, es
262 PARTE II Neuropsicología de los sistemas funcionales principales

similar o está relacionado con la información que uno no reconocía a C laparéde a pesar de tener contacto
intenta recordar. Todo el m undo ha tenido la expe­ diario con él durante un periodo considerable. En un
riencia de ser incapaz de recordar algo y después de esfuerzo por valorar más el daño de m em oria de su
ser exp u estos a una señal, la elu siv a in form ación paciente, C laparéde realizó u n experim ento in for­
de rep en te llega a la m ente. C uando esto ocurre, m al. C olocó un alfiler en su m an o y se acercó a su
ello m uestra que la inform ación estaba "e n alguna paciente en la sala del hospital con su mano extendi­
parte" pero que no se podía obtener. Éste es un tras­ da y ofreció estrechar las m anos. Cuando su paciente
torno de la recuperación. respondió al saludo, sintió u n doloroso pinchazo.
En los pacientes am nésicos, el recuerd o de los M ás tarde ese m ism o día, C laparéde de nuevo se
eventos pasados dentro del periodo abarcado por su acercó a su paciente en la sala del hospital, y de nue­
am nesia retrógrada usualm ente m ejora cuando se vo ofreció un apretón de m anos. Esta vez la paciente
em plean señales. Esto ha sido interpretado como evi­ rehusó estrechar su m ano. C uando le pidió explicar
dencia de que un trastorno de la recu peración sub- su com portam iento socialm en te inconveniente, la
yace al m enos al com ponente retrógrado de su am­ paciente confundida, contestó al final: "Tal vez tenga
nesia (Warrington y Weiskrantz, 1970). Sin embargo, un alfiler en su m ano." La paciente no recordó explí­
la m ejora en el recuerdo con el uso las señales signi­ citam ente la d esagradable exp erien cia que había
ficaban sólo que había m ás inform ación alm acenada ocurrido hacía sólo una horas. Ella no dijo, como
de la que estaba disponible en la condición sin seña­ otros podrían hacerlo: "H ey, no voy a hacer eso de
les. El m ecanism o por m edio del cual esta inform a­ nuevo." En vez de ello, la exp erien cia previa había
ción no estaba disponible en el recuerdo sin señales causado un cambio en la conducta de la paciente sin
no n ecesariam ente es un trastorno de la recu pera­ dejar un recuerdo del evento en sí. La paciente sólo
ción. El problem a podría ser de codificación o alma­ tuvo una sensación, o acaso realizó una inferencia a
cenam iento; el m aterial pobre o ineficientem ente partir de su propia conducta, de que estrechar las
codificado o alm acenado tam bién podría ser m ejor manos sería doloroso.
recordado con la ayuda de una señal de recu pera­ La conducta de la p aciente de C laparéde es un
ción. ejem plo de m em oria im plícita, la cual se ha definido
Es claro, a partir de la discusión en curso, que la com o un cam bio en la conducta com o resultado de
evidencia concerniente a la etapa (o etapas) del pro­ experiencias pasadas sin conocim ien to consciente,
cesam iento de m em oria que es (o son) perturbado(s) sin recolección consciente de la experiencia pasada.
en la am nesia sigue sin ser concluyente y que es un El lector recordará a partir de la discusión previa que
área activa de la investigación actual. la m em oria explícita, en contraste, es recuerdo cons­
ciente del pasado. La m em oria im plícita es la que
está intacta en los pacientes am nésicos. En las si­
ASPECTOS DE LA MEMORIA guientes secciones se explorará m ás este terreno de
PRESERVADOS EN LA AMNESIA la m em oria preservado en la amnesia.

Se ha visto que a pesar del severo deterioro en la ha­


bilidad para retener inform ación durante un periodo Aprendizaje motriz
considerable, los pacientes con am nesia de lóbulo
tem poral m edial y am nesia diencefálica retienen Los prim eros estu dios en H .M . revelaron que su
cierta capacidad de m em oria. En particular, la m e­ severo deterioro en la m em oria explícita estaba
m oria a corto plazo no está lesionada. Bajo ciertas acom pañado por una habilidad para m ostrar m ejo­
condiciones la m em oria de trabajo puede ser muy ría en las tareas que involucran el aprendizaje de ha­
eficiente, aunque se perturbe de m odo secundario bilidades motoras. Por ejem plo, él era capaz de m ejo­
siempre que existe la necesidad de echar mano de la rar en una tarea de dibujo en espejo (figura 10.15)
inform ación del pasado que n orm alm ente, en una que le requirió aprend er a trazar un cam ino entre
persona sin amnesia, estaría disponible en la mem o­ dos contornos de estrellas m ientras veía sólo el refle­
ria a largo plazo. jo de su m ano y las lín eas en un espejo (Milner,
Las m em orias a corto plazo y de trabajo no son las 1965a). Al inicio esta tarea es m uy difícil para los
únicas que se preservan en la amnesia. A hora se des­ su jetos norm ales, pero fácilm en te la aprenden con
cribe un análisis de la m em oria preservada en la ensayos repetidos. H.M . tam bién m ostró un apren­
amnesia, que inicia con un famoso reporte del médi­ dizaje constante en esta tarea a lo largo de un perio­
co francés Claparéde (1911 /1951). Él estaba al cuida­ do de 3 días, m ostrando reten ció n de la habilidad
do de una paciente severamente amnésica, tanto que aprendida de un día al siguiente, aun cuando él no
CAPITULO 70 Sistemas de memoria 263

1er. día 2 o . día 3er. día

1 10 10
Intentos c a d a día

FIGURA 10.15 En la taxea de dibujo en espejo, los sujetos tienen que trazar una línea entre los bordes exter­
nos de dos estrellas mientras observan su mano y la estrella en un espejo. A lo largo de un periodo de 3 días,
H.M. mostró aprendizaje, según se mide por el número de lineas que se desvían hada los bordes en cada
intento. (Tornado de Milner, 1970, p. 44.)

podía recordar haber hecho la tarea previam ente si


se alejaba de ella unos cuantos m inutos. D e m anera
sim ilar, H .M . m ostró aprendizaje en una tarea de
seguim iento rotor que le requirió m over un estilete
de tal form a que se m antuviese en contacto con un
punto m ontado sobre una tornam esa en movimiento
(Corkin, 1968). De nuevo, este aprendizaje tuvo lugar
sin recuerdo consciente de haber realizado la tarea.
La p reserv ación del aprendizaje m otor tam bién se
observa en pacientes con amnesia diencefálica.
La evidencia concerniente a las principales áreas
del cerebro para el aprendizaje m otriz apunta hacia \ í- . 1,
■s
los ganglios basales y el cerebelo. Los pacientes con i N\
en ferm ed ad de H untington, la cual afecta los gan­
glios b asales, están deteriorados en el aprendizaje
m otriz, pero no en los tests de m em oria explícita o
prim ing (discutido más adelante) (H eindel, Butters y V
-B a 9

Salm ón, 1988). Además, los estudios de PET de suje­ v \ '(■


tos norm ales que desem peñan en tareas de aprendi­
zaje m otriz m uestran activación de los ganglios basa­
les. Tam bién se ha reportado aprendizaje m otriz
d eteriorad o en asociación con lesiones cerebelosas
(Pascual-Leone el al., 1993).
\ -

Aprendizaje perceptual

H.M. y otros pacientes amnésicos son capaces de m os­ -o - '


trar m ejoría en diversas tareas perceptuales. Por ejem ­ . v u
i
plo, considere el test de dibujos incom pletos de FIGURA 10.16 Ejemplos de dibujos lineales visualmente
G ollin. En esta tarea al sujeto prim ero se le presenta degradados con los cuales los sujetos amnésicos son capa­
una serie de dibujos lineales degradados de objetos ces de mostrar aprendizaje perceptual. (Tomado de Cohén,
fam iliares, mostrados uno a la vez. Después de esto se 1997, p. 332.)
264 PARTE II Neuropsicología de los sistemas funcionales principales

m uestra un segundo conjunto de dibujos m enos de­


E E 9 fl9 U § fiV Í U E l ih s U E B auoludsn
gradados de los mismos objetos. Esto es seguido por
varias series adicionales de dibujos progresivam ente
m enos degradados, hasta que el sujeto es capaz de
identificar todos los objetos (figura 10.16). Tras una
dem ora, de nuevo se le m uestran los dibujos, desde
los más degradados hasta los progresivamente menos
degradadas. Tanto los sujetos de control normal como
los pacientes amnésicos fueron capaces de beneficiar­
se de la visión previa; identificaron las versiones más
degradadas de los dibujos tras la dem ora que en su
presentación inicial (Milner, C orkin y Teuber, 1968;
Warrington y Weiskrantz, 1968,1970).
O tro ejem plo de aprendizaje perceptual en los
pacientes am nésicos es el m ejoram iento, después de
ensayos repetidos, en la lectura de imágenes en espe­
jo de palabras (figura 10.17). A l principio ésta es una
tarea difícil, pero con la p ráctica los sujetos control
- “ — 60 norm al aprenden la lectu ra en espejo m uy bien. Se
JÉ ha dem ostrado que los su jetos am nésicos aprenden
esta h abilidad tan rápido com o los sujetos control
S normales, aun cuando fracasan para recordar o reco­
*§5
U-. 6
— BBS! nocer las palabras específicas que leen u otros aspec­
B ip tos de las sesion es de en trenam iento (Cohén, 1981;
1 C ohén y C orkin, 1981; C oh én y Eichenbaum , 1993;
111 Cohén y Squire, 1980).
y 4 1 1 1 Jgllpgl
55
jS B
gïigp
■ I C on d icion am ien to clásico
p jjp lip i pus
^¡gfgi

m u ¡mu
El condicionam iento clásico está preservado en pa­
KüS ¡¡¡¡i
® É l! i¡ Í cientes am nésicos. W eiskrantz y W arrington (1979)
c
han dem ostrado el condicionamiento de la respuesta
___ — 50
de parpadeo en pacientes am nésicos. Este hallazgo
BiL RUL DEP BIL RUL DEP
es consistente con los estudios en anim ales que han
demostrado preservación de respuesta condicionada
de parpadeo después de rem oción del cerebro ante­
FIGURA 10.17 Aprendizaje y retención de habilidad de rior al cerebro m edio y la abolición del condiciona­
lectura en espejo a pesar de amnesia para la experiencia miento clásico tras lesiones a los núcleos interpósitos
de aprendizaje. (A rriba) Los pacientes que recibieron tera­ del cerebelo (Thompson, 1990).
pia electroconvulsiva (ECT) bilateral (BIL) o unilateral
derecha (RUL) y los pacientes que no recibieron ECT
practicaron la lectura en espejo durante tres sesiones (50
ensayos/sesión). Para los pacientes que recibieron ECT, A prendizaje de habilidades cognitivas
un tratamiento ECT se administró entre la primera y la
segunda sesiones, y un promedio de siete tratamientos M uchos estudios han dem ostrado que los pacientes
ocurrieron entre la segunda y la tercera sesiones. (Abajo) am nésicos son capaces de d esarrollar h abilidades
Al comienzo de la tercera sesión, los sujetos fueron eva­ cognitivas. En particular, son capaces de aprender
luados para determinar el recuerdo de las sesiones pre­ procedim ientos y estrategias que les conduzcan a la
vias de evaluación (entrevista de nueve puntos) y para las solución exitosa de ciertos problem as, aun cuando,
palabras que habían practicado (test de reconocimiento, como en otras situaciones en las cuales el aprendiza­
azar = 50%). (Tomado de Squire, 19S7, p. 1S4.) je tiene lugar en pacientes am nésicos, no tengan
recuerdo explícito de haber realizado la tarea.
U n ejemplo sorprendente de esto es el rom pecabe­
zas Torre de H anoi. En esta tarea el sujeto tiene que
CAPITULO 10 Sistemas de memoria 265

m odo de resolver el problem a, sin recordar exacta­


mente qué hizo. Los pacientes amnésicos son capaces
de hacer esto tam bién. Es interesante que éstos son
capaces de recordar las reglas (un disco a la vez y nin­
gún disco grande sobre un disco m ás pequeño) y la
meta de la tarea. Esto tam bién se observa en el rendi­
miento de los sujetos am nésicos en otras tareas, como
FIGURA 1 0 .1 8 Rompecabezas Torre de Hanoi. Para la infrecuente ruptura de reglas en una tarea de
resolver este rompecabezas, el sujeto debe m over cinco
aprendizaje visual de laberinto, aunque en tal instan­
discos desde su posición inicial en la estaca de la izquier­
cia fueran incapaces de aprender el laberinto (Milner,
da h ad a la de la extrema derecha. Las reglas son que sólo
un disco puede ser movido a la vez y que un disco gran­
1965b). No se conocen las estructuras neuronales que
de no puede ser colocado sobre un disco más pequeño. m edian el aprendizaje de las habilidades cognitivas,
L a soludón óptim a requiere 31 movimientos. (Tomado de aunque parece probable que los lóbulos frontales son
Caben, Eichenbaum et ni., 1985, p. 57.) importantes en estos procesos.

Príming
m over cinco discos con agujeros en sus centros desde
u na estaca hacia otra, con las restricciones de que El prim ing perceptual es otra instancia del efecto de
sólo un disco puede ser m ovido a la vez y un disco la exposición previa a la in form ación sobre la con­
grand e no puede ser colocado encim a de un disco ducta subsecuente, en ausencia de recolección cons­
m ás pequeño (figura 10.18). El aprendizaje en esta ciente de la inform ación previam ente experim enta­
tarea puede ser m edido en térm inos del núm ero de da. Sin embargo, en contraste con las instancias de la
pasos que un sujeto ejecuta para resolverlo; la solu­ memoria im plícita discutidas con antelación, la cual
ción óptim a requiere 31 pasos. Se ha dem ostrado que requiere exposición repetida a un estím ulo o acción
los pacientes am nésicos aprenden las h abilidades repetida en una situación, en el prim ing perceptual
cognitivas requeridas para esta solución tan rápido una breve exposición a un estím ulo facilita y aumen­
com o los controles norm ales (Cohén, Eichenbaum et ta la percepción del estím ulo en una ocasión ulterior.
a i , 1985). Las curvas de aprendizaje para ambos gru­ Esta facilitación puede tom ar la form a de percepción
pos se m uestran en la figura 10.19. m ás rápid a o percepción precisa de un estím ulo
Si el lector intenta este rom pecabezas por sí m is­ degradado que de otro m odo no sería reconocido.
mo, encontrará que m ejora a lo largo de los ensayos, Por ejemplo, en el prim ing de repetición, a un sujeto
aun cuando pueda no recordar de m anera explícita prim ero se le expone una lista de palabras. Luego
los pasos que tomó en los ensayos previos; aprende el sigue un test de recuerdo. Entonces, las palabras son

56

Pacientes con amnesia


<n= 12)
51
« Sujetos de control
GJ
in = 8)
I
> 'O
c 46
¡1
_2J o
41
FIGURA 1 0 .1 9 E jecu aó n d e
parientes amnésicos y de
36 sujetos control normales en
el rompecabezas Torre de
Hanoi. Durante un periodo
31 de 4 días, la ejecudón de
ambos grupos tendió a la
± __ L soludón óptima en 31 pasos.
Núm. de intentos 2 3 4 6 7 8 10 11 12 13 14 15 16 (Tomado de Cohen, Eichenbaum et
Día de prueba — 1 — >- — 2 ---- al., 1985, p. 63.)
266 PARTE II Neuropsicología de los sistemas funcionales principales

desplegadas taquistoscópicam ente al sujeto tan bre­ A usente A U S_

vem ente que bajo circunstancias n orm ales pocas Ingreso IN G -

serían leíd as con precisión. Sin em bargo, bajo estas P otranca PO T-

condiciones, los sujetos tienen m ás probabilidad de D iscu sión DIS -

leer con precisión las palabras que aparecieron en la Q u eso QUE-

lista previa, incluyendo palabras que no recordaron Elem ento ELE -

en u n test de m em oria realizado entre la p resen ta­ 100


ción de la lista y la prueba. Por tanto, la exposición A m n ésico
previa al estím ulo facilita la percepción, aun en au ­
sencia de m em oria consciente del estímulo.
Otro ejem plo es la tarea de com pletar cadenas. En
esta tarea la exposición previa del sujeto a una lista
de palabras facilita el com pletar las cadenas de pala­
bras con las palabras previam ente vistas. Por ejem ­
plo, su pon ga que la palabra elefante aparece en la
lista. El sujeto entonces es enfrentado con tres letras
que podrían ser el comienzo de una palabra (la cade­
na), seguida por espacios en blanco para las letras
perdid as (por ejem plo, ELE_________), y se le pide Recuerdo R ecu erd o C om pletar
rellen ar los blancos para form ar cualquier palabra libre c o n pista

que le venga a la m ente. En otras palabras, al sujeto


no se le pide explícitam ente que com plete la cadena
con u na p alabra de la lista previa. A p esar de estas FIGURA 10.20 Prim ing intacto en pacientes amnésicos.
instrucciones, los sujetos con frecuencia com pletan la Tras la exposición a una lista de palabras, los pacientes
cadena con palabras que ocurrieron en la lista previa amnésicos tuvieron deterioro en el recuerdo libre de pala­
que con otras palabras que reúnen las restricciones bras de la lista. Sin embargo, si a los sujetos se les daban
de la cad ena y que ocurren con igual frecu encia en las tres primeras letras de las palabras y se les instruía a
inglés. Éste es el caso aun cuando ellos son incapaces decir ¡a primera palabra que viniese a su mente (comple­
tar), los pacientes amnésicos tuvieron un rendimiento tan
de recordar la palabra como una que apareció en la
bueno como los sujetos control normales. (La línea base
lista previa. Aquí de nuevo se ve el efecto sobre la con­
de adivinación en la condición de completar palabras fue
ducta de la exposición previa a un estímulo, en ausen­
del 9%.) La ejecución de los sujetos control, mas no la de
cia de conocim iento consciente de haber visto el es­ los sujetos amnésicos, mejoró en relación con la condición
tímulo. de completar cuando a los sujetos se les proporcionaron
Éstos y otros efectos de prim ing han sido reporta­ las tres primeras letras y se les pidió recordar de manera
dos en sujetos normales (por ejemplo, Tulving, Schac- explícita las palabras vistas en la lista previa (recuerdo
ter y Stark, 1982) y han contribuido a la form ulación con pista). (Tomado de Squire, 1987, p. 155.)
de la distinción entre m em orias im plícita y explícita
propuesta por Graf y Schacter (1985). (Para revisiones
de la m em oria im plícita en sujetos norm ales véase
Roediger y McDermott, 1993; Schacter, 1987; Schacter, contraste con los datos m ostrados en la figura 1 0 .2 0 ,
Chin y Ochsner, 1993.) que la ejecución de los pacientes amnésicos en la tarea
de com pletar cadenas pu ede declinar si, en lugar de
P R IM IN G IN T A C TO EN P A C IEN TES A M N É SI- pedirles com pletar la cadena con cualquier palabra
C O S Los efectos de priming se observan en pacientes que les venga a la m ente, se les pida com pletar la
amnésicos. En consecuencia, aunque los pacientes am- cadena con una palabra de la lista vista recientemente
nésicos tengan deterioro en el recuerdo libre y el (Graf et a i, 1984).
recuerdo con señales (claves) de palabras vistas re­
cientem ente, no difieren de los controles normales en R E G L A S D IF E R E N T E S P A R A EL P R IM IN G QUE
su h abilid ad para com pletar cadenas con palabras PARA LA M E M O R IA E X P L ÍC IT A EN S U JE T O S
que fueron vistas en una lista previa cuando sólo se N O R M A L ES M ás evidencia de que el prim ing y la
les solicitó com pletar la cadena con cualquier palabra m em oria explícita son m ediadas por diferentes siste­
que les viniese a la m ente (Graf, Squire y Mandler, m as proviene de las d iferen cias en las reglas que
1984; Squire, 1987; W arrington y W eiskrantz, 1970). gobiernan las dos form as de m em oria. El prim ing no
Esto se m uestra en la figura 10.20. Es interesante, en m uestra la profundidad de procesam iento observa­
CAPÍTULO 7O Sistemas de memoria 267

do en la m em oria explícita. Un ejemplo de profundi­ descubrim iento de que los pacientes con deterioro en
dad de procesam iento es el descubrim iento de que, el prim ing perceptual no tien en deterioro en el p ri­
cuando los sujetos son inducidos a codificar palabras ming conceptual. Un ejem plo de prim ing conceptual
sem ánticam ente (por ejemplo, al responder pregun­ sería prim ero escuchar la oración El pajar fu e im por­
tas acerca de su significado), su bsecuentem ente re­ tante porque la ropa se rasgó y luego escuchar la pala­
cuerdan y reconocen m ejor dichas palabras que las b ra paracaídas. C uando la oración es escuchada de
que han sido codificadas fonéticam ente (por ejem ­ nuevo tras una demora, los sujetos normales pueden
plo, al responder preguntas acerca de sus sonidos). form arse un sentido de la m ism a porque han escu ­
Las palabras fonéticamente codificadas, a su vez, son chado la palabra clave. Es interesante que los pacien­
recordadas m ejor que las palabras codificadas de tes am nésicos tam bién retienen esta capacidad. Sin
acuerdo con sus características físicas (por ejem plo, em bargo, en el contexto actual, lo que es importante
al respond er preguntas acerca de si la palabra está es el hallazgo de que los pacientes con prim ing p er­
impresa en letras mayúsculas). ceptual deteriorado pueden tener priming conceptual
Esta profundidad de procesam iento presum ible­ no deteriorado (Keane et a l , 1992). Esta disociación
mente depende de la interacción de los sistem as que proporciona m ayor evidencia de que el prim ing per­
m edian la m em oria con los sistem as que m edian los ceptual está vinculado a sistem as que median el pro­
procesamientos semántico y fonético. Aparentemente, cesamiento perceptual más que con sistemas cogniti-
el sistema que media el priming no interactúa con tales vos más generales.
sistemas. En vez de ello, el priming parece estar más
vinculado con el procesamiento con base perceptual. PAPEL D EL P R IM IN G EN LA R EH A BILITA C IÓ N
Esto es indicado por el descubrim iento de que el pri- C O G N IT IV A D urante m uchos años los esfuerzos
ming no ocurre si la presentación inicial de las pala­ para ayudar a la gente con m em oria deteriorada se
bras a ser recordadas están en una m odalidad di­ han enfocado en el uso de auxiliares de memoria simi­
ferente a la del test de prim ing subsecuente (llamado lares a los empleados por la gente normal que quiere
cam bio de m od alid ad entre estudio y prueba). Por m ejorar su m em oria. Esto incluye enfoques como el
ejem plo, los sujetos expuestos de inicio a palabras m étodo de loci, en el cual un sujeto forma imágenes
escuchadas no mostrarán efectos de priming para pala­ visuales interactivas con una secuencia bien apren­
bras presentadas visualmente. dida de sitios imaginados. Se ha demostrado que estos
métodos ayudan a algunos pacientes con deterioro de
SU ST R A T O N EU RON A L D EL P R IM IN G La hipó­ memoria relativamente leve (por ejemplo Jones, 1974).
tesis de que el priming está vinculado de manera cer­ En años recientes, la reh abilitación cognitiva se
cana con el procesamiento perceptual se apoya en los enfoca en el uso de capacidades de memoria im plíci­
hallazgos de estudios de imagen y de lesión. Aunque ta en pacientes con severo deterioro de la m em oria
los estudios PET muestran que las regiones temporal explícita. Un ejem plo dram ático de esto es el entre­
y frontal son activadas cuando un sujeto piensa en namiento de una m ujer que sufrió una severa am ne­
una palabra, ver una palabra activa áreas occipitales. sia anterógrada causada por una encefalitis. Puesto
Esto es de esperar porque la corteza occipital está que el prim ing está intacto en los pacientes am nési­
involucrada en las etapas iniciales del procesamiento cos, Schacter y sus colegas intentaron entrenar a su
visual cortical. Existe evidencia de que en los sujetos paciente, a quien llam aron Bárbara, para que ingre­
norm ales el cambio en la actividad occipital ocurre en sara datos de pedim entos y otros docum entos de
condiciones que promueven el priming visual (Buck- n egocios en una com putadora, usando un m étodo
n er et a l , 1995), m ientras que la activación del hipo­ que ellos denominaron m étodo de desvanecim iento
cam po se observa durante el recuerdo y el reconoci­ de estím u los. Para apreciar si la m em oria im plícita
m iento (Squire, O jem ann et a i , 1992). A dem ás, exis­ podría ser usada para entrenar a un paciente amnési-
ten reportes de deterioro en priming tras lesiones del co en tal tarea, Schacter y sus colegas com enzaron
lóbulo occipital (Gabrieli et a l , 1995; Keane, Clarke y por intentar en trenarla en la term inología com pu­
Corkin, 1992). En conjunto, estos hallazgos apoyan la tational. Para hacer esto m ostraron por unos instan­
idea de que el priming es mediado por un sistema vin­ tes una definición sobre la pantalla de una com pu­
culado con los sistemas que m edian el procesamiento tadora, por ejemplo "porción repetida de un progra­
perceptual. Esto se basa en la hipótesis de Daniel m a". Si ella fracasaba para proporcionar el térm ino
Schacter de un sistem a de representación perceptual correcto, com enzaban a aparecer letras clave hasta
(SRP) (Schacter, 1996). que ella localizaba el térm ino correcto, en este ejem ­
El vín cu lo entre procesam iento perceptual y pri­ plo loop. M ás tarde la defin ición era presentada de
ming perceptual todavía tiene apoyo adicional por el m anera repetitiva, cada vez con una letra m enos en
268 PARTE II Neuropsicología de los sistemas funcionales principales

la clave que las que se habían requerido en el ensayo der el lenguaje escuchado o leer. Él padecía una ence­
previo, hasta que Bárbara fue capaz de dar con el tér­ falitis que incluía al lóbu lo tem poral izquierdo. Sin
m ino correcto por su propia cuenta. U sando ese m é­ em bargo, es dudoso que el daño a esta área pudiera
todo d urante u n periodo aproxim ado de 6 m eses, haber sido la causa de su déficit pues la amnesia glo­
Bárbara fue capaz de aprender a ingresar datos en la bal usualm ente no se observa después de daño confi­
com putadora de 11 diferentes docum entos de nego­ nado a las estructuras de lóbulo tem poral izquierdo.
cios, un proceso que requiere el uso correcto de más Sin embargo, m ás inform ativos para com prender
de 250 reglas, sím bolos y claves. Ella fue capaz de la organización de la mem oria, son los pacientes con
hacer esto a pesar de que tenía una profunda am ne­ deterioro selectivo de las m em orias episódica o se­
sia an terógrad a que le hizo im posible recordar de m ántica. A continuación se consideran estas disocia­
m anera consciente nueva información (Glisky, Schac- ciones, las cuales proporcionan m ayor evidencia
ter y Tulving, 1986; tam bién Glisky y Schacter, 1987, para la validez de la distinción entre am bos sistemas.
1988,1989). Su rendimiento fue tan preciso y eficiente
que fue capaz de conseguir un empleo de tiempo com­
pleto pagado. D eterioro selectivo de la m em o ria episódica

Un paciente conocido como Gene sufrió un deterioro


MEMORIA EPISÓDICA Y MEMORIA selectivo de la m em oria episódica como resultado de
SEMÁNTICA traum a craneal producto de un accidente en m otoci­
cleta (Schacter, 1996; Tulving, Schacter et al., 1988). El
Como se recordará de la sección anterior, Endel Tul­ paciente no era capaz de recordar virtualm ente nin­
ving (1972) realizó una distinción entre m em oria epi­ gún evento o experien cia p erson al de su vida. En
sódica y m em oria semántica: la memoria episódica es contraste, su m em oria sem án tica estaba sólo m uy
la m em oria para los eventos e incidentes específicos levem ente deteriorada. Interesantem ente, él retuvo
que son parte de la historia personal de las personas. el conocim iento de su pasado, pero era como si ese
La m em oria sem ántica se com pone de conocim iento conocim iento fuera de la vida de otra persona. Esta
conceptual y fáctico que no está vinculado de manera m em oria au tobiográfica im p erson al está m ediada
consciente con los eventos en las vidas personales de por el sistem a de m em oria sem ántica. Para Gene y
la gente. Existe una diferencia fenom enológica im ­ otros pacientes com o él (vea C erm ak y O 'Connor,
portante entre estos dos tipos de mem oria, una dife­ 1983; Damasio, Tranel y Dam asio, 1989) todo conoci­
rencia descrita de manera puntual por William James m iento de uno m ism o está en form a impersonal. Es­
h ace m ás de un siglo. H ablando de lo que ahora se tos pacientes inform an del h echo de que, en los su­
llam a m em oria episódica, Jam es (1890) escribió: "la jetos norm ales, la m em oria sem ántica sirve como la
m em oria requiere más que el mero fecham iento de base para una buena cantidad de conocimiento auto­
un hecho en el pasado. Debe ser fechado en mi pasa­ biográfico, como el conocim iento de cuándo y dónde
do. En otras palabras, debo pensar que yo experimen­ se nació.
té directam ente su ocurrencia" (p. 650). En contraste,
esta intim idad no acompaña a los hechos en la memo­
ria sem ántica; sólo son cosas que se conocen, sin D eterioro selectivo de la m em o ria sem án tica
conexión alguna a la experiencia personal.
M Ú L T IP L E S S IS T E M A S D E C O N O C IM IE N T O
SE M Á N T IC O En los capítulos previos se han dis­
A m nesia global cutido la afasia, agnosia y apraxia en cierto detalle.
C ada uno de estos trastornos pu ede ser entendido
E xisten reportes de pacientes con severa am n esia como un deterioro en un sistem a específico de cono­
g lo b a l, u na d evastación total de la m em oria que cim iento sem ántico. La selectividad de estos trastor­
incluye la pérdida tanto de la m em oria sem ántica nos indica que cada uno de tales sistem as opera por
como de la episódica. Esto deja al paciente sin hechos separado de los otros, au nqu e bajo circunstancias
y conceptos que hayan sido acumulados en la m em o­ norm ales constantem ente interactúan entre ellos.
ria sem ántica y sin los recuerdos de un pasado per­
sonal previam ente m ediado por la m em oria episódi­ D E T E R IO R O G E N E R A L D E LA M E M O R IA S E ­
ca. U no de tales pacientes, descrito por Schacter M Á N T IC A Y M E M O R IA E P IS Ó D IC A P R E S E R ­
(1996, pp. 140-143), no pod ía recordar n ad a de su VADA H an sido reportados pacientes con deterioro
pasado personal y era incapaz de hablar, com pren­ general en la m em oria sem án tica con m em oria epi­
CAPITULO 7O Sistemas de memoria 269

sódica preservada. En un caso (De R enzi, Liotti y ficación de im ágenes de objetos. Cuando los sujetos
N ichelli, 1987), el paciente tenía deterioro en la m e­ identifican las im ágenes de animales o herramientas,
m oria p ara el significado de las palabras, eventos existe un aumento en la actividad de la corteza tem ­
históricos, gente fam iliar y los atributos de los obje­ poral inferior, un área im portante para la percepción
tos, com o el color de u n ratón o dónde encontraría de objetos com plejos. Sin embargo, cuando los sujetos
un jabón. Estos deterioros se observaron en ausencia identifican imágenes de herramientas (mas no de ani­
de deterioro en la m em oria episódica. males) se observa un aumento en la actividad de la cor­
teza precentral (M artín et a l , 1996), un área que tam ­
D E M EN C IA SEM Á N T IC A La d em encia sem ánti­ bién se activa cuando la gente im agina movim ientos
ca es un trastorno selectivo en la m em oria semántica (Decety et a l, 1994). Estos hallazgos son consistentes
observada en asociación con una dem encia. La m e­ con la visión de que al m enos ciertos deterioros espe­
m oria episódica no siem pre es norm al en pacientes cíficos de categoría en la m em oria semántica reflejan
con dem encia semántica, pero cualquier deterioro en la disociación de distintas redes cerebrales responsa­
la m em oria episódica es leve en relación con la seve­ bles del conocim iento de diferentes propiedades de
ridad de la deficiencia en la memoria semántica. Esta los objetos.
condición difiere de la usualm ente vista en la enfer­ Aunque la interpretación de los deterioros de ca­
m edad de A lzheim er, donde am bas m em orias, la tegoría específica en la m em oria sem ántica aún es
episódica y la semántica, están deterioradas (Hodges cuestión de investigación activa y debate, la disocia­
et a l , 1992). ción doble del deterioro en las memorias episódica y
sem ántica tiene una in terpretación m ás clara. Ella
A L G U N A S D ISO C IA C IO N E S EX TR A Ñ A S EN LA proporciona fuerte apoyo para la idea de que las m e­
M E M O R IA SE M Á N T IC A Se han reportado algu­ m orias episódica y sem ántica son distintos sistem as
nos patrones de disociación inesperados en la mem o­ de memoria.
ria sem ántica. Por ejemplo, algunos pacientes tienen
dificultad para identificar cosas vivientes cuando se
les dan sus nom bres (por ejem plo, ¿qué es un caba­ DETERIORO DE LA MEMORIA DE TRABAJO
llo?), m as no en identificar objetos m anufacturados Y LA MEMORIA A CORTO PLAZO
(por ejem plo, ¿qué es un automóvil?) (H illis y Cara-
m azza, 1991; W arrington y Shallice, 1984). El patrón M em oria a c o rto plazo
inverso tam bién ha sido reportado (m em oria no
deteriorada para cosas vivas y m em oria deteriorada LA M E M O R IA A C O R T O PLA Z O D E S D E LA
para objetos manufacturados). Además, han sido re­ P E R SP E C T IV A D E LA T E O R ÍA DE LA C O M ­
portadas algunas disociaciones aún m ás sutiles, co­ PUERTA C om o observam os en una sección an te­
mo un paciente que puede explicar la función de las rior, el m odelo serial de consolidación ve a la m em o­
herram ientas mas no las prendas de vestir y otro pa­ ria a corto plazo (MCP) como la compuerta a través
ciente quien puede describir los objetos m anufactu­ de la cual debe p asar la in form ación para que sea
rados, excepto los instrumentos m usicales (Damasio, consolidada en la m em oria a largo plazo (M cGaugh
1990). y H erz, 1972; Scoville y M ilner, 1957). D esde esta
U na interpretación a estas d isociaciones es que perspectiva, la reten ción de inform ación en la m e­
ellas proporcionan pistas para la organización es­ m oria a corto plazo tam bién es un paso obligado en
tructural de la m em oria sem ántica, sugiriendo una la secuencia de procesos que subyacen las operacio­
organización a lo largo de las líneas de las disociacio­ nes cognitivas com plejas com o la com prensión del
nes observadas. En consecuencia, se ha sugerido que lenguaje, prod ucción de lengu aje y resolución de
cierta inform ación, como la que tiene que ver con los problem as. Estas n ociones parecen obvias, pero
anim ales, está alm acenada en un sistem a organizado ahora existe fuerte evidencia de que están equivoca­
a lo largo de las dimensiones de apariencia (la carac­ das; la m em oria a corto plazo no es un com ponente
terística m ás sobresaliente para diferenciar anim a­ obligatorio en ninguno de estos procesos. La eviden­
les), m ientras que otra información, com o la que tie­ cia para esto proviene de p acien tes con deterioro
ne que ver con las herram ientas, es alm acenada en selectivo en la m em oria a corto plazo.
sistem as organizados a lo largo de dim ensiones de
fu n ción (D am asio, 1990; M cC arthy y W arrington, P R O B L E M A S C O N LA T E O R ÍA D E LA C O M ­
1990, pp. 146-150). PUERTA: D E T E R IO R O E SP E C ÍF IC O EN LA
El fu nd am ento de esta noción proviene de estu­ M E M O R IA A C O R T O PLAZO Se han identificado
dios de PET de activación cerebral durante la identi­ pacientes que tienen deterioro selectivo en la memo-
270 PARTE II Neuropsicologia de los sistemas funcionales principales

100 FIGURA 10.21 Olvido de


listas de uno, dos y tres
90
reactivos con presentación
-s 80 auditiva y visual en el
paciente K.F. (línea puntea­
S 70
U da = visual; línea sólida =
g 60 auditiva). (Tomado de
o
u McCarthy y Warringtoit, 1990,
uï 50
O
p. 279.)
'I 40
rC
aJ
30
20 1 reactivo, 2 reactivos

10 Sfa -i - 1 -
0 5 10 30 60 0 5 10 30 60
Intervalo de d em o ra (seg)

■M em o ria a co rto plazo


ria a corto plazo (Schallice y Warrington, 1979; Vallar
y Baddeley, 1984). Lo que es particu larm en te so r­ A nálisis sensorial
prendente en estos pacientes es que no tienen dete­
rioro en la m em oria a largo plazo. Por ejem plo, el •M em oria a largo p lazo

p aciente K.F., estudiado por Shallice y W arrington,


tuvo severo deterioro en la repetición inm ediata de FIGURA 10.22 Modelo sugerido por pacientes con dete­
m aterial auditivo-verbal. Por tanto, aun cuando era rioro en la memoria a corto plazo pero con habilidad pre­
capaz de repetir correctam ente núm eros o letras ais­ servada para adquirir nuevas memorias a largo plazo.
lados, tenía deficiencia en la repetición inm ediata de Esta disociación sugiere que la memoria a corto plazo no
cad enas de dos o m ás de estos estím ulos (figura es una etapa obligatoria en la formación de memorias a
10.21). E n contraste, su m em oria a largo plazo no largo plazo. (Adaptado de McCarthy y Warrington, 1990, p. 288.)
tenía deterioro. Por ejem plo, era capaz de aprender
listas de palabras y asociaciones verbalm ente apa­
readas de m anera normal. Hallazgos sim ilares se han
observad o en varios pacientes (C aplan y Wasters, experim entar procesam iento m ás profundo y reten­
1990). Es interesante, como se puede ver en la figura ción en la m em oria a largo plazo. M ás bien parece ser
10.21, que el deterioro de K.F. era más severo para el parte de un sistem a que, cuando se le necesita, m an­
m aterial auditivo-verbal, a pesar de que la retención tiene la inform ación en la conciencia de modo que se
a corto plazo del m aterial verbal presentado visual­ procesa posteriormente.
m ente tam bién estaba deteriorada. Esto sugiere que
existen varios alm acenes diferentes de m em oria a
corto plazo, un punto al cual se regresará en breve. M em oria de trab ajo
Este patrón de preservación y deterioro, com ple­
m en tario al observado en la am nesia anterógrada, EL ESP A C IO D E T R A B A JO Y L A S FU N C IO N E S
presen ta un obvio problem a para un m odelo serial E JE C U T IV A S Las consideraciones apenas discuti­
que postula que la inform ación primero se mantiene das y otras como ellas han conducido a la idea de que
en la m em oria a corto plazo antes de ser consolidada la M CP es parte del más elaborado sistem a llam ado
en la m em oria a largo plazo. M ás bien, sugiere que m em oria de trabajo (WM, por sus siglas en inglés), el
existen rutas paralelas de entrada a las m em orias a cual se estudió en una sección anterior. D entro del
corto y largo plazos (figura 10.22). A dem ás, los pa­ m arco de la m em oria de trabajo, la m em oria a corto
cientes con deterioro selectivo de la m em oria a corto plazo puede ser con ceptualizad a com o com puesta
plazo no tienen problem a en la com prensión del len­ de varios sistem as especializados de alm acenam ien­
guaje, la producción de lenguaje y en m uchas tareas to temporal, cada uno especializado para la retención
de solución de problem as, lo cual indica que la me­ de ciertos aspectos de los estím ulos entrantes. A éstos
m oria a corto plazo se requiere para estos procesos. en ocasiones se les conoce com o registros (b u ffe r s ).
En apariencia, la M CP no es una com puerta obliga­ Como se usan en la tecnología computacional, un re­
toria a través de la cual pasa la in form ación para gistro es una u nidad de alm acenam iento tem poral
CAPITULO 10 Sistemas de memoria 271

del parietal izquierdo, m ientras que la deficiencia


M CP visu al-verbal se aprecia tras daños a un área
vecina dentro del lóbulo occip ital izquierdo (figura
10.23). El deterioro en M C P visoespacial se ha repor­
tado después de lesiones occipitoparietales derechas
y tras lesiones hipocám picas (Olton, Becker y Hand-
lem an, 1979). Estos d escu brim ien tos m uestran que
existen m últiples sistem as de memoria a corto plazo,
cada uno vinculado a m ódulos de procesamiento de
inform ación específica en el cerebro.

Los lóbulos frontales y la m em oria de trabajo

Se ha observado que existen diversos sistem as de


registros que sum inistran entrada al espacio de tra­
bajo de la m em oria de trabajo. También existe ev i­
dencia de que los lóbulos frontales participan en la
m em oria de trabajo. Para considerar esta evidencia,
es necesario echar un b rev e vistazo a las clásicas
investigaciones experim entales de los lóbulos fronta­
les llevadas a cabo alrededor de 1930.

R E S P U E S T A D E M O R A D A En estudios con ani­


m ales sobre la función del lóbulo frontal, los monos
han sido los sujetos de elección debido a sus lóbulos
FIGURA 10.23 Localización aproximada de lesiones cor­ frontales extensam ente desarrollados y a su relación
ticales asociadas con deterioros específicos en la memoria evolutiva con los h um anos. A unque h an existido
a corto plazo. (Tomado de McCarthy y Warrington, 1990, p. 283.) ciertas observaciones tem pranas de los cambios m o-
tivacionales tras lesiones de los lóbulos frontales en
m onos, Jacobsen (1936) fue el prim ero en investigar
de manera experim ental los efectos cognitivos de las
que acepta inform ación a una tasa y la entrega a otra. lesiones de lóbulo frontal en m onos. Él dem ostró
Se verá que existen diversos tipos de registros. deterioro en tareas de resp u e sta dem orada. En la
versión clásica de una tarea de igualación demorada,
L O S R E G IS T R O S La evidencia para varios tipos el m ono prim ero observa al experim entador ceban­
de alm acenes tem porales, o registros, proviene del do uno de dos recipientes de comida. Luego se colo­
estudio de los pacientes con deterioros selectivos de can cubiertas sobre los recipientes, y después existe
m em oria a corto plazo. Por ejem plo, se hizo notar una dem ora durante la cual una pantalla opaca se
que el deterioro de K.F. era más severo para el m ate­ interpone, bloqueando la visión del mono de los reci­
rial au d itiv o-v erbal que para el visu al-verbal. Esto pientes de com ida. Tras la dem ora, la pantalla se
sugiere que existe un alm acén específico a corto pla­ levanta y el m ono debe d estapar el recipiente que
zo para la inform ación auditivo-verbal, un almacén contiene la com ida para obtener la recompensa (figu­
al cual se le ha referido como alm acén fon ológico o ra 10.24). En una variación de esta tarea, denom ina­
reg istro fo n o ló g ico (Caram azza et a i , 1985). Se han da tarea de altern ació n dem orada, la ubicación del
reportado otros pacientes con deterioro selectivo en recipiente cebado es alternado entre los ensayos, pe­
la m em oria a corto plazo visu al-verbal, e incluso ro el mono no debe ver el cebado. En esta condición
otros con deterioro selectivo en la m em oria visoes- el m ono debe recordar la respuesta que hizo en el
pacial a corto plazo. El último sistem a ha sido referi­ ensayo anterior para encontrar la comida.
do com o el b lo c k de apu ntes v iso esp a cia l (Badde- La ejecución exitosa en las tareas de igualación
ley, 1986).' dem orada tiene varios com ponentes que incluyen el
C ada uno de estos deterioros selectivos está aso­ registro de inform ación relevante y el inicio de las res­
ciado con sitios de lesión específicos. Las deficiencias puestas m otoras necesarias. También existe un com ­
de la M C P auditivo-verbal se observan tras lesiones ponente de m em oria: la habilidad para conservar la
272 PARTE II Neuropsicología de los sistemas funcionales principales

inform ación acerca de la ubicación de la comida (en


la tarea de igualación demorada) o la ubicación de la
últim a respuesta (en la alternación dem orada) a lo
largo del intervalo de dem ora. A l final del intervalo
de demora, el m ono sólo ve dos recipientes de com i­
Clave
da cubiertos y debe decidir cuál tiene el alimento. Por
tanto, la decisión del m ono en relación con cuál reci­
piente de com ida elegir debe ser guiada por una
representación interna de los eventos pasados, no por
el reconocimiento de un estím ulo presente, como en,
por ejemplo, la no-igualación a la m uestra demorada.
Es en este sentido que la respuesta demorada requie­
re memoria de representación a corto plazo o m em o­
ria funcional (Goldman-Rakic, 1987).
Los estudios de lesión com o el de Jacobsen no son
las únicas fuentes de datos que apoyan un papel para
la corteza prefrontal en las tareas de respuesta dem o­
rada. Como se vio en el capítulo 9 (véase figura 9.19),
se ha dem ostrado que células en la corteza prefrontal
lateral están activas durante el periodo de demora en
las tareas de respuesta dem orada. Es interesante que
D em o ra
estas m ism as célu las no se disparen cuando el ani­
mal comete un error en una tarea de respuesta demo­
rada (Funahashi, Bruce y Goldm an-Rakic, 1989,1991;
Fuster, 1989; N iki y Watanabe, 1976).

A N A LO G ÍA O C U L O M O T O R A D E LA TAREA D E
R E SP U E ST A D E M O R A D A En un intento por
investigar más el papel de la corteza prefrontal en las
tareas de respuesta demorada, Goldm an-Rakic (1987,
1988) registró células en la cisura principal del mono
durante una analogía oculom otora de la clásica tarea
de igualación demorada. En esta tarea los monos fue­
ron entrenados para fijarse sobre un punto central en
una pantalla y continuar fijándose en dicho punto
mientras se h ad a parpadear un blanco en alguna ubi­
cación periférica. Tras una dem ora, el punto central
(fijación) se apagaba, m om ento en el cual el mono
m ovía sus ojos hacia el blanco. Si el blanco se apaga­
ba antes que el punto central, la tarea se convertía en
una de respuesta demorada (figura 10.25).
Goldm an-Rakic encontró que las lesiones unilate­
rales del lóbulo frontal prod ujeron deterioro en la
condición de igualación dem orada. El deterioro fue
severo incluso tras una dem ora de sólo unos cuantos
segundos pero no se apreció en la tarea de no m em o­
ria (es decir, cuando el punto de fijación se apagaba
FIGURA 10.24 Los tres componentes de la tarea de igua­
m ientras que el blanco perm anecía iluminado). Tam­
lación demorada. (A rriba) El mono observa al experimen­
bién debe notarse que estos anim ales no tienen difi­
tador cebar un recipiente de comida (clave) antes de que
ambos recipientes sean cubiertos. (En m edio) Una pantalla cultad en m over sus ojos. A dem ás, las lesiones del
opaca es interpuesta y permanece interpuesta (demora). lóbulo frontal derecho perturbaron la m em oria para
(Abajo) La pantalla es levantada y el mono elige un reci­ la posición del blanco sólo cuando estaba en el cam ­
piente al que le quita la cubierta (respuesta). (Tomado de po visual izqu ierd o, m ientras que las lesiones del
Goldman-Rakic, 1987, p. 377.) lóbulo frontal izquierdo siguieron el patrón opuesto.
CAPÍTULO 10 Sistemas de memoria 273

FIGURA 10.25 Tarea análoga ocu­


lomotor de igualación demorada. A)
El mono se fija sobre la cruz central
y continúa haciéndolo conforme B)
el blanco aparece en la parte supe­
rior derecha y luego C) desaparece.
D) Cuando el punto central es elimi­
nado, entonces el mono mueve su
mirada hacia el punto donde apare­
ció el objetivo. (Adaptado de Goldman-
Rakic, 19S7.)

A) O

i 111\
/ 1\

J f 100%

FIGURA 10.26 Resultados de tres monos evaluados con la tarea de movimiento ocular demorado: linea
gruesa: ejecución con la demora corta (alrededor de 1 segundo); línea delgada: ejecución con la demora de 3
segundos; línea punteada: ejecución con la demora de 6 segundos. El porcentaje de ejecución correcta está
indicado a lo largo de los ejes dibujados a través del punto de fijación central. Ocho posiciones del estímu­
lo blanco se localizan a una distancia constante desde el punto de fijación. A) y B) Mono con lesiones
secuendales de la mitad del terdo del surco prindpal. A) El mono mostró defidenda en el campo visual
izquierdo inferior y leve deterioro en el campo visual derecho inferior después de la lesión en el lado
derecho. B) El défidt del campo visual derecho inferior fue más severo tras lesión prefrontal en la parte
media del surco prindpal en el hemisferio izquierdo. C) El mono con lesión unilateral de todo el surco
prindpal presentó pérdida en la habilidad para recordar los objetivos en los campos visuales contralateral
superior e inferior con la demora de 6 segundos. D) El mono con lesión confinada a la pordón posterior
del surco prindpal y al banco anterior del surco arcuato mostró severo défidt en el campo visual superior
contralateral con todas las demoras. Los tres monos se desempeñaron sin dificultad en todas las localiza-
dones siempre y cuando el objetivo visual estuviera presente en el momento de la respuesta. (Tomado de
Goldman-Rakic, 1987, p. 383.)
274 PARTE II Neuropsicología de los sistemas funcionales principales

Clave Dem ora Respuesta ción espacial de los objetos y las ubicaciones del
A) mui mu •minia l u m i i i un i cuerpo en el espacio. Es probable que las áreas pre-
ai i n i i ■■¡8 II IIM BII I I I l i l i l í I ui frontales que m edian la representación a corto plazo
i i i i Minaii imiBiiCTíii i i i
i nuil i iiiiiiii ni ■anuí ii IIB II
ii i ni. i ¡i i b i i i i i i i i II
i m i i iiiiii » de la ubicación espacial lo h agan al interactuar con
« i u«r ■ i i i i i » u II
ii« a iu it iiii
i i i i iiBuiBEssaBiiniim iaa i m i sistem as dentro de los lóbulos parietales que proce­
n i m ii mui i i iii uikibiiiui ni mi ii un
FP nu II ii i 11biii aimiiitiii m san la inform ación espacial (G nadt y Andersen, 1988;
13' Goldman-Rakic, 1992).

E V ID E N C IA D E LA E S P E C IA L IZ A C IÓ N D E LA
M E M O R IA D E T R A B A JO D E N T R O D E LA C O R ­
T E Z A P R E FR O N T A L E xiste evidencia de que las
áreas prefrontales que m edian la W M para la ubica­
B) ción espacial son diferentes de las que m edian la WM
Il II Il II I Iffill
II IIIIB I I III I II II I II BU I para los objetos (W ilson, Scalaid h e y G oldm an-R a­
I 1211 l| II I I S I H l E l i B i l l I I
I IBI I I I II I II I BU 118
kic, 1993). En consecuencia, existen células prefron­
II I >1 II III II lili lili II i l a m í a n
III lili I U II II I I I I i ihii i tales que se disparan durante el intervalo de demora
I I II I I e ni i ni in i i i i i i i i i ii
I I II I i m u ais I II B I I I
II lllll I II l i l i II I I I I I I 18 I I I Bll I tras la presentación de u n objeto. Estas células p re­
frontales están en áreas distintas de las involucradas
en la W M para la ubicación esp acial; están conecta­
das de modo recíproco con áreas de la corteza infero-
tem poral que m edian la percepción de objetos. Esto
sugiere que la corteza prefrontal no es un procesador
1 seg generalizado de la m em oria de trabajo. M ás bien,
parecen haber al menos dos sistem as de m em oria de
FIGURA 10.27 Actividad neuronal de la célula registra­
trabajo visual, cada una dependiente de las interac­
da cerca del surco principal durante múltiples ensayos en
ciones entre regiones prefrontales laterales específi­
la tarea de movimiento ocular de igualación demorada.
A) Cuando el objetivo era presentado 13° a la derecha de
cas y áreas especializadas de la corteza visual. Esta
fijación, la célula era activada durante la demora. B) conclusión es apoyada por u n estu d io de PET de
Cuando el objetivo era presentado 13° a la izquierda de la sujetos humanos que m uestra activación de las regio­
fijación, la célula no aumentaba su línea base de tasa de nes frontal y parietal durante tareas que requieren la
disparo durante la demora. (Tomado de Goldman-Rakic, 19S7, ¡j . W M para ubicación espacial, pero activación frontal
3S4.) y temporal para tareas que requieren W M para obje­
tos (Jonides et a i , 1993).

M E M O R IA D E T R A B A JO Y A TEN C IO N : LA IM ­
Lo que es m ás, Goldm an-Rakic y sus colegas encon­ PO RTA N C IA D E LA S IN T E R C O N E X IO N E S R E ­
traron una relación topográfica entre el área dentro C ÍP R O C A S FR O N T A L -C O R T IC A L La atención
de la cisura principal que fue dañada y la región del abre acceso a la m em oria: es m ás probable que la
cam po visual en el cual fue perturbada la respuesta gente recuerde los estímulos a los cuales atiende. Pero
dem orada (figura 10.26). También encontraron célu­ lo inverso tam bién es cierto: la m em oria guía la aten­
las cerca de la cisura principal que com enzaron a dis­ ción. Lo que ya se sabe parcialmente determina aque­
parar cuando el blanco era presentado en cierta ubi­ llos aspectos del arreglo sensorial h ada el cual se atien­
cación (m as no en otras) y que continuó disparando de. En derto sentido, la m em oria de trabajo yace en la
durante el intervalo de dem ora hasta que el punto de interfase entre lo que ya se conoce (MLP) y lo que ac­
fijación había sido apagado y el m ovim iento del ojo tualm ente se percibe (sistem as sensoriales). Como
había com enzado (figura 10.27). Estos hallazgos pro­ tal,media procesamientos tanto ascendentes como des­
p orcionan evid encia de que las células en la cisura cendentes (figura 10.28). Al m antener la información
principal participan en la m ediación de la m em oria de los sistemas sensoriales y de la MLP, la memoria de
de rep resentación, en este caso guían la respuesta trabajo proporciona una oportunidad para que la
sobre la base de la inform ación alm acenada, en au­ inform ación sensorial influya y m odifique la M LP
sencia del estím ulo que estuvo presente al inicio. (procesamiento ascendente) y para que esta inform a­
Existen vastas conexiones recíprocas entre la cisu­ ción de la M LP dirija los procesos de atendón, selec-
ra principal y las áreas parietales posteriores que se donando en consecuenda una entrada sensorial parti­
sabe procesan inform ación concerniente a la ubica- cular (procesamiento descendente). Ambos modos de
CAPITULO 10 Sistemas de memoria 27 5

frontales que coordine las actividades de los subsis­


- Procesamiento
- - - descendente ' '~z.
temas especializados. La evidencia para esto provie­
ne de los estudios con sujetos hum anos que indican
Memoria a
largo plazo que las lesiones en los lóbu los frontales causan un
deterioro en la W M, sin im portar el tipo de inform a­
ción del estím ulo involucrado (Fuster, 1989; Petrides,
Mem oria de
1994a). A dem ás, los estudios de im ágenes del cere­
trabajo bro en hum anos han m ostrado activación de la corte­
za prefrontal lateral durante varios diferentes tipos

- f
-
-y/ n ^ -
Registro^ Registro, "Registroj
de tareas de m em oria de trabajo (D 'Esposito et al.,
1995; Grasby et a i , 1993; Jonides et al., 1993; Petrides
et al., 1993; Schw artz et al., 1995). C onsideraciones
; Procesamiento - “ " anatómicas también brindan apoyo al papel de la cor­
teza prefrontal lateral en la función global de la m e­
m oria de trabajo. Estas áreas están interconectadas
FIGURA 10.28 La memoria de trabajo sirve como la con los sistem as sensoriales, las áreas m otoras y los
interfase entre los registros temporales a corto plazo y la sistem as del cerebro relacionados con la m em oria a
memoria a largo plazo. El contenido y los procesos que largo plazo (Fuster, 1989; Goldman-Rakic, 1987; Reep,
constituyen a la WM en cualquier momento dado se deri­ 1984; Uylings y van Edén, 1990).
van a partir de la información desde el ambiente (repre­
Áreas distintas a la corteza prefrontal lateral han
sentado inicialmente en los almacenes sensoriales tempo­
estado involucradas en la m ediación de la m em oria
rales) y la información y los procesos ya almacenados
(transferidos hada el espacio de trabajo desde la MLP)
de trabajo. Éstas inclu yen la corteza cingulada, la
aplicados a esta información de entrada. Por ende, la WM cual recibe entrada desde los registros sensoriales
es una confluencia de procesamientos ascendente y (Corbetta et a l , 1991; D 'Esposito et a l, 1995; Posner y
descendente. De acuerdo con la instancia particular, el Peterson, 1990) y proyecta hacia la corteza prefrontal
mayor efecto neto de estos procesos es el interpretar la lateral (Goildman-Rakic, 1988). Además, las lesiones
nueva información en términos de lo que ya es conocido de la corteza frontal orbital se han asociado con la
(procesamiento descendente) o modificar lo que es conoci­ perturbación de la retención a corto plazo de la infor­
do a la luz de la nueva información (procesamiento ascen­ m ación acerca de los aspectos reforzantes de los estí­
dente). (Tomado de LeDoux, 1996, p. 273.) m ulos (G affan, M urray y Fabre-Thorpe, 1993), y se
ha dem ostrado que células en la corteza frontal orbi­
tal son sensibles a si un estím ulo ha conducido a cas­
procesam iento siem pre están activos, aunque uno de tigo (Thorpe, Rolls y M addison, 1983). Los humanos
ellos será más dominante en un momento dado. con lesiones frontales orbitales se vuelven olvidadi­
Las conexiones recíprocas entre corteza sensorial zos de las claves sociales y em ocionales (D am asio,
v isu al y corteza prefrontal proporcionan rutas que 1994). La corteza frontal orbital recibe entrada desde
pueden m ediar dichos procesos. Qué inform ación es los registros sensoriales y tam bién desde la amígdala
m antenida en la m em oria de trabajo dependerá par­ y la corteza cingulada. Las b ases neuronales de la
cialm ente de la entrada hacia las áreas prefrontales em oción se analizan con m ás detalle en el capítulo
desde las áreas sensoriales. Sin embargo, las conexio­ 11 ; por el m omento, sim plem ente se establece que la
nes recurrentes desde áreas específicas de la corteza am ígdala es im portante para el procesam iento em o­
prefrontal de regreso hacia las áreas sensoriales que cional. En el contexto de la m em oria de trabajo es
las alim entan ofrecen una vía a través de la cual los posible que la corteza frontal orbital sea un vínculo
procesos de la memoria de trabajo, interactuando con por el cual el procesam iento em ocional de la am íg­
la MLP, puedan influir en los procesos de atención dala pueda ser relacionado en la W M con la inform a­
(Desim one et a l, 1995). ción sensorial y la inform ación en la MLP.
Si existe un procesador global de la m em oria de
E V ID E N C IA D E UN P R O C E S A D O R G EN ER A L trabajo, es posible que no se localice en un área de los
Q U E M E D IA EL C O M PO N EN TE E JE C U T IV O D E lóbulos frontales. En vez de ello, puede estar distri­
LA M E M O R IA D E T R A B A JO A unque se ha visto buido sobre los múltiples sistemas de la WM. La evi­
que existe evidencia de subsistem as especializados dencia para ello proviene del hallazgo de que algunas
de la m em oria de trabajo dentro de la corteza pre­ células en las áreas especializadas de la corteza pre­
frontal, esto no cierra la posibilidad de que también frontal participan en diferentes tareas de la m em oria
ex ista u n procesador general dentro de los lóbulos de trabajo (Petrides, 1994a). Existen muchas pregun­
276 PARTE II Neuropsicologia de los sistemas funcionales principales

tas concernientes a la m em oria de trabajo y los lóbu­ am nesia de lóbulo tem poral o diencefálica son capa­
los frontales que signen sin resolverse. Por ejem plo, ces de dem ostrar varias form as de aprendizaje, m u­
aún no se sabe si algo está almacenado en los lóbulos chas relacionadas con la exposición repetitiva a situa­
frontales o si las áreas frontales m edian la W M por ciones pasadas y conceptualizadas bajo la categoría
medio del control de la actividad de otras áreas. de m em oria im plícita. Éstas inclu yen aprendizaje
Adem ás de su papel en la WM, los lóbulos fronta­ m otor, aprendizaje p erceptual, condicionam iento
les tam bién participan en la mem oria cuando la orga­ clásico, resolución de problem as y priming. Además,
nización es un im portante factor en la retención. Este existen disociaciones dentro del terreno de la m em o­
papel se explora en la últim a sección de este capítu­ ria im plícita. Los pacientes con lesiones de los gan­
lo. Pero prim ero se debe regresar y consid erar las glios basales tien en d eterioros en el aprendizaje
im plicaciones de los hallazgos que se han revisado m otor m as no en otras form as de aprendizaje. Los
hasta el m om ento para com prender la organización pacientes con lesiones de los lóbulos occipitales tie­
neuronal de la memoria. nen deterioro en el prim ing perceptual visual y no en
otras formas de aprendizaje. Las lesiones cerebelosas
deterioran selectivam ente el condicionam iento clási­
CONCEPTUALIZAC1ÓN DE MÚLTIPLES co simple. También se h a observado que las lesiones
SISTEMAS DE MEMORIA de los lóbulos parietales resultan en deterioro especí­
fico en la m em oria a corto p lazo, m ientras que las
Se ha visto que las estructuras tem poral-m edial (en lesiones de los lóbulos frontales provocan deficiencia
p articu lar el hipocam po y las cortezas entorrinal, de la m em oria de trabajo.
perirrinal y parahipocám pica) y las estructuras dien- En conjunto, estos h allazgos constitu yen u n pa­
cefálicas (en particular los cuerpos m am ilares y los trón de disociaciones que sugiere que existen cinco
núcleos anterior y dorsom edial del tálam o) son críti­ grandes sistem as de m em oria: m em oria de procedi­
cos en la creación de nuevas m em orias explícitas. Los m iento, el sistem a de rep resen tación perceptual, la
pacientes con lesiones en estas estru ctu ras tienen m em oria de trabajo, la m em oria sem ántica y la m e­
severa am nesia anterógrada y grados variables de moria episódica. Adem ás, al m enos tres de estos sis­
am nesia retrógrada. En contraste, los pacientes con tem as in clu yen varios su bsistem as (tabla 10.2). Los

TABLA 1 0 .2 Principales sistemas de memoria y aprendizajeen humanos

Sistema Otros términos - Subsistemas

De procedimiento No declarativa'- Habilidades motoras


Habilidades perceptuales - --
Habilidades cognitivas _ - _ _
Aprendizaje no asoáafivo r -
Gohdidonaimsjto simple - -
Sistema de Priming . =- - Pormadón visual de palabras _ ~-
representación Formadón auditiva de_palabras - 5"-
perceptual (MLP) Descrípdón-estructural- " . -
Semántica Conodmiehto — — -E sp ad al- _ . _ _ _-
genérico " - — ---_ _ - Reladonal “ __ _
De trabajo - Espado de trabajo - “' ' - _
A corto plazo (registro) - -

Auditiva ..

Contenido d<_-=d!? la Mí P ya»?

Fundóñejeaitiva- - - - - - - - - - -
Episódica -Autobiográfica
_Personal
CAPITULO 10 Sistemas de memoria 277

subsistem as de memoria de procedimiento son siste­ que aprendan un laberinto y luego dañar diferentes
mas de acción conductual o cognitiva que son expre­ partes de su corteza cerebral. Su razonam iento fue
sados en la form a de procedim ientos o habilid ades simple: la localización de las lesiones que perturban el
conductuales o cognitivas aprendidos, ejecutados en recorrido del laberinto también sena la localización de
ausencia de la recolección consciente de las experien­ los engramas que almacenan el conocimiento del labe­
cias previas que los generaron (es decir, m em oria rinto. Lashley encontró que las lesiones en diferentes
im plícita). E xisten varios subsistem as dentro del áreas cerebrales (externas a las áreas primarias senso­
terreno de la m em oria de procedim iento. En el pri­ rial y m otora) perturbaron por igual el recuerdo del
m ing perceptual, la exposición previa a un estím ulo laberinto; fue incapaz de encontrar al engrama en una
facilita la percepción del estímulo en una ocasión ul­ sola localización restringida. Esto lo condujo a con­
terior. Puesto que el sujeto no necesariam ente retiene cluir que el engrama debe estar distribuido a través de
una representación consciente de la experiencia pa­ la corteza. Aunque es errónea su conclusión holística
sada, el prim ing tam bién cae dentro de la m em oria más general de que no existe especialización de fun­
im plícita. Las m em orias semántica y episódica caen ción dentro de la corteza (afuera de las áreas prim a­
en el terreno de la memoria explícita. La m em oria de rias sensorial y motora), su conclusión de que la m e­
trabajo trasciende la distinción explícita-im plícita, moria a largo plazo está almacenada a través de la cor­
siendo explícita el contenido del espacio de trabajo, teza ha evidenciado tener un fundamento más firme.
m ientras que los procesos activos en el espacio de
trabajo y la fund ón ejecutiva pueden ser explícitos o
implícitos. Evidencia de que la m em o ria a largo
Tulving (1995) ha sugerido que el orden de arreglo plazo está alm acen ad a en la c o rte z a
de los cinco grandes sistem as de m em oria refleja su
orden de surgimiento, tanto en términos de evolución Alrededor de 1950, el neurocirujano W ilder Penfield
com o de desarrollo individual. De acuerdo con esta reportó que cuando estim uló los lóbulos tem porales
visión, los sistem as de procedim iento y los sistemas de sus pacientes en el curso de una cirugía para el ali­
de representación perceptual, esenciales incluso para vio de convulsiones, los pacientes, conscientes bajo
interacciones sim ples e inm ediatas con el am biente, anestesia local, con frecuencia decían que experim en­
evolucionaron primero y se desarrolla más temprano taban vividos recuerdos de su pasado distante. Estos
en los infantes hum anos. La m em oria sem ántica, los pacientes en ocasiones fueron m uy emotivos confor­
sistem as de memoria funcional y la m em oria episódi­ me describían el contenido de estas experiencias.
ca evolucionaron y se desarrollaron m ás tarde, con­ Esto condujo a P enfield a conclu ir que los lóbulos
form e las representaciones explícitas de los eventos temporales son el área del cerebro en la cual se alm a­
pasados se volvieron esenciales para la regulación y cenan los recuerdos a largo plazo. Él fue m ás allá y
la ejecución de conductas complejas adaptativas. postuló que todos los recuerdos pasados están repre­
sentados ahí, form ando un registro perm anente y
preciso de la experiencia pasada (Penfield y Perot,
EL SUSTRATO NEURONAL DE LA 1963). Sin em bargo, Penfield fracasó al verificar que
M EM ORIA A LARGO PLAZO las verbalizaciones de sus pacientes eran reportes de
recuerdos reales al com pararlos con inform ación
La m em oria a largo plazo tiene am plia capacidad, docum entada del pasado de estos individuos. Esto
tan vasta que no ha sido posible especificar sus lím i­ dejó abierta la posibilidad de que los pacientes estu­
tes. Su d uración tam bién es vasta, al m enos en la viesen reportando experiencias oníricas o alucinacio­
escala de tiem po de una persona individual: muchos nes. A pesar de los problem as con esta dram ática
recuerdos duran toda la vida. Aún es un misterio fas­ fuente de evidencia, existen bases para creer que la
cinante el saber acerca de dónde y cómo son alm ace­ corteza cerebral es el sitio de alm acenam iento de los
nados los recuerdos a largo plazo. recuerdos a largo plazo. En las siguientes secciones
se exam inan algunas de estas bases.

La bú sq u ed a d e Lashley del en gram a LA P L A ST IC ID A D D E LA C O RTEZA Aunque no


se sabe qué cambios en el sistema nervioso subyacen
El térm ino engram a se usa para hacer referencia a la a la m em oria a largo plazo, es obvio que deben ocu­
hipotética, y actualmente desconocida, representación rrir algunos. La corteza cerebral es el candidato prin­
neuronal de la mem oria. El neuropsicólogo Karl Lash­ cipal para el lugar de estos cam bios debido a que de
ley trató de localizar el engrama al entrenar ratas para todas las regiones del cerebro de los mamíferos, es la
278 PARTE II Neuropsicologia de los sistemas funcionales principales

1 2 3 4 5
C) O rd en de ram a

FIGURA 10.29 Las ratas que se mantienen en un ambiente enriquecido (EC) durante 30 días
tienen ramificaciones más elaboradas de las dendritas basales de las neuronas corticales que el
que tuvieron las ratas mantenidas en condiciones estándar (SC) o en ambiente empobrecido
(IC). A ) La ramificación dendrítica puede ser cuantificada por la cuenta del número de ramas
de diferentes órdenes (izquierda ) o por la cuenta del número de intersecciones con anillos
concéntricos [derecha). B) y C) En estas gráficas se muestran los resultados de la medición del
número de ramas. Las dendritas basales, mas no las dendritas apicales, de las ratas que se man­
tuvieron en ambiente enriquecido muestran incrementos en las ramificaciones de orden supe­
rior en comparación con los otros dos grupos. (Tomado de Rosenzweig y Leimnn, 1989, p. 666.)

única donde se han dem ostrado con m ayor claridad C a m b io s d en d rític o s Cuando se midieron en m icros­
los cambios resultantes de la experiencia. La evidencia copía electrónica las características estructurales finas
para esto proviene del trabajo clásico de M ark Rosenz­ al nivel de las neuronas individuales, se encontraron
weig (1977; Rosenzw eig, B ennett y D iam ond, 1972), varias diferencias en el tejido cortical. El grupo enri­
que com paró los cerebros de ratas criadas en un am ­ quecido tuvo m ayor núm ero de espinas dendríticas
biente enriquecido con el de ratas criadas en un ambien­ por u nidad de longitud de dendrita. Las esp in as
te em pobrecido. Las ratas en los am bientes enrique­ d en d ríticas son pequeñas protuberancias que salen
cidos fueron alojadas en grandes ja u la s que conte­ de las dendritas, que aum entan el área de la superfi­
n ían objetos estim ulantes com o ruedas de ejercicio cie dendrítica. El núm ero de espinas sobre una den­
y, lo m ás im portante, otras ratas con quienes inter- drita está correlacionado con el núm ero de entradas
actuar. Las ratas en los ambientes em pobrecidos fue­ axonales hacia la dendrita. Las dendritas basales de
ron alojad as solas, en pequeñas jau las sin objetos las neuronas corticales en el grupo enriquecido tam ­
estim ulantes. b ién m ostraron m ás ram ificaciones dendríticas, otro
correlato del núm ero de axones de entrada (figura
G ran d es c a m b io s c o r tic a le s Cuando los cerebros de 10.29). En años recientes, cuando el núm ero de con­
las ratas en estos dos grupos fueron com parados, se tactos sináp ticos fue m edido de m anera directa, se
encontraron varias diferencias entre los dos grupos. Los encontró que los cerebros de los animales en el grupo
cerebros de las ratas en el ambiente enriquecido tenían enriquecido tenían más de ellos.
m ayor grosor cortical. Adem ás, la corteza occipital
tenía m ayor peso en el grupo enriquecido. No se apre­ C a m b io s n eu ro q u ím ico s El tejido cortical de las ratas
ciaron cambios similares en áreas extemas a la corteza. en el grupo enriquecido contenía más acetilcolina por
CAPITULO 10 Sistemas de memoria 279

unidad de peso que el que contenían las cortezas de m em oria. La inform ación desde las áreas preestria-
las ratas en la condición empobrecida. Es im portante das es canalizada h acia el área TE, lo que hace esta
advertir que todos los cambios apenas discutidos fue­ área muy apropiada para servir tanto como área que
ron observad os en la corteza, mas no en otras áreas m edie la percepción visual de orden superior y como
del cerebro. Aunque los efectos sobre el cerebro de un el sitio de alm acenam iento para las representaciones
am biente enriquecido a lo largo de cierto tiempo debe visuales (Mishkin, 1982).
ser m ás general y de m ayor m agnitud que el efecto Un estudio de las propiedades fisiológicas de neu­
de un evento individual, estos descubrim ientos no ronas individuales en el área TE proporciona m ayor
obstante dem ostraron cam bios en el tejido cortical soporte para el papel de esta área tanto en la percep­
como resultado de la experiencia. Al hacerlo, propor­ ción visual com o en la m em oria. Sakai y M iyashita
cionan evidencia consistente con la idea de que la cor­ (1991) expusieron a m onos a un procedim iento de
teza es el sitio de los cambios neuronales que subya- aprendizaje pareado asociado. Después del entrena­
cen la m em oria a largo plazo. En una sección poste­ miento, encontraron células que se dispararon cuan­
rior se an alizarán con m ás detalle los m ecanism os do el mono vio cierto estím ulo y luego continuó dis­
neuronales de la memoria a largo plazo. parando en anticipación del asociado con dicho estí­
m ulo. Si el asociado era presentado enseguida, la
E S T U D IO S D E C E R E B R O E S C IN D ID O O tra célula continuaba disparando. Sin embargo, si seguía
fuente de evidencia de que la corteza es el sitio de un estím ulo distinto al asociado, la célula dejada de
alm acenam iento de los recuerdos a largo plazo pro­ disparar. En otras palabras, la célula codificaba la
viene de los estudios de animales con cerebro escin­ presencia o ausencia del asociado.
dido. E n los m onos y gatos puede ser seccionado el También han existido diversos estudios de im áge­
quiasm a óptico (no seccionado en hum anos con ciru­ nes que m uestran que la corteza inferotem poral está
gía de cerebro dividido), además de las comisuras del activa durante tareas que requieren reconocim iento
cerebro anterior (comisura anterior y cuerpo calloso). visual (por ejemplo, H axley et a l , 1994). En conjunto,
Si un ojo de estos anim ales es cubierto y luego es estos hallazgos sugieren que ciertas representaciones
en tren ad o en una tarea de discrim inación visual, el visuales de la experiencia pasada están almacenadas
aprendizaje no será transferido posteriormente al ojo en la corteza tem poral. Existe evidencia de que las
p reviam ente tapado (M yers, 1955; Sperry, 1961). El áreas parietales pueden ser el sitio de almacenamien­
ojo p reviam ente tapado puede ser entrenado para to de inform ación espacial y la corteza somatosenso-
aprend er la d iscrim inación opuesta a la aprendida rial puede ser el sitio de alm acenam iento de inform a­
por el prim er ojo. En consecuencia, en esta situación ción táctil (Squire, 1987, p. 123). Estos hallazgos apo­
experim ental, el sustrato neuronal del aprendizaje de yan la noción de que al m enos ciertos tipos de infor­
d iscrim in ació n m ediado por el ojo entrenado está m ación son alm acenados en la corteza. De m anera
con fin ad o al hem isferio ipsilateral, de m odo que la más específica, ellos sugieren que el engrama puede
entrada desde el otro ojo no puede ganar acceso a él. estar alm acenado en las m ism as regiones que aque­
La incapacidad para m ostrar transferencia interocu­ llas que m edian las últim as etapas en el procesa­
lar del aprend izaje de discrim inación visual en los miento y el reconocim iento perceptual.
anim ales con cerebro dividido es evidencia de que el
sustrato neuronal de este aprendizaje está alm acena­
do en la corteza. Si el engram a estuviese representa­ C onjugación en el h ip ocam p o de diferentes
do su bcorticalm ente, uno esperaría que la discrim i­ elem entos de m em oria co m o un com p on en te
n ación v isu al sería transferida entre los hem isferios integral en la m em oria explícita
por m edio de las rutas subcorücales intactas.
La m em oria explícita es relacional o asociativa: un
EL E F E C T O D E LA S L E SIO N E S A LA C O R T EZ A recuerdo trae otros a la m ente. Cuando una persona
IN F E R O T E M P O R A L M ayor evid en cia para el huele tocino, esto puede recordarle el desayuno en un
papel de la corteza cerebral en el alm acenam iento de viaje de cam pam ento hace años, el vigorizante aire
los recu erd os a largo plazo proviene de los estudios lim pio y los panoram as y los com pañeros que tuvo.
de lesión en m onos que mostraron que las lesiones a Eso puede conducirle a recordar el rostro de una per­
la corteza inferotem poral (área TE), adem ás de dete­ sona en particular, lo cual, a su vez, le conduce a recor­
riorar la h abilid ad para adquirir nueva información, dar aspectos de su trabajo. También se experimenta la
tam bién d eteriora las discrim inaciones visuales pre­ asociación de los recuerdos dentro de la m em oria
v ia m en te aprend id as (M ishkin, 1966). Por tanto, el sem ántica en tareas com o la solución de problem as,
área TE interviene tanto en la percepción como en la cuando un elemento de conocimiento conduce a otro
280 PARTE II Neuropsicología de los sistemas funcionales principales

en una form a que ayuda a alcanzar la m eta. ¿Cómo sección anterior, el prim ing visual resulta en una dis­
llegan a relacionarse entre sí los diferentes contenidos m inución de la activación de la corteza occipital al
en la memoria? ser medida con PET (Buckner et a l , 1995; Squire, Oje-
Se ha su gerid o que estas relacion es so n el sello m ann et al., 1992). El d eterioro en el prim ing visual
distintivo de la m em oria explícita, tan distinta de la tam bién ha sido reportado tras lesiones de la corteza
m em oria im plícita, la cual representa la experiencia occip ital derecha (G abrieli et al., 1995; K eane et ah,
en una form a que está ligada con las operaciones de 1992). En la m odalidad som atosensorial se ha repor­
proceso que se em plearon en el m om ento del apren­ tado que el aprendizaje de discrim inación táctil cau­
dizaje (C ohén, 1997; C ohén y E ich en b au m , 1993).2 sa alargamiento de los campos receptivos de las neu­
Se ha propuesto, adem ás, que el hipocam po m edia ronas en el área que representa el área corporal entre­
el p ro ceso de con ju g ación característico de la m e­ nada (M erzenich et a l , 1990). D e m odo análogo, se
m oria explícita, m ientras que estructuras externas al han observado cam bios en las propiedades del cam ­
h ip o cam p o m ed ian la m em oria im p lícita. La ev i­ po receptivo de las neuronas en la corteza auditiva
dencia p ara el papel del hipocam po en la con ju ga­ tras el aprendizaje de discrim inación de tonos en el
ción de d iferentes elem entos proviene de estudios, condicionam iento clásico (D iam ond y W einberger,
como los discutidos en las secciones anteriores, que 1986). O tros estu dios han m ostrado cam bios en la
ind ican que la conjugación es la característica rele­ activación de la corteza m otora (K am i et a l , 1995) y
vante de la m em oria explícita que es perturbada por el cerebelo (Kim, Ugurbil y Strick, 1994) tras el apren­
las lesiones tem poro m ediales y diencefálicas, m ien­ dizaje de secu en cias m otoras. Por tanto, se puede
tras que la m em oria im plícita es perturbada por las especular que los cam bios neuronales que subyacen
lesio n es extern as a este sistem a. A d em ás, el hecho a diversos tipos de m em oria im plícita en los anim a­
de que el hipocam po recibe entrada sensorial y lím- les superiores y los hum anos puede ser análoga a la
b ica a ltam en te procesad a y de que ten g a exten sas m odificación de los circuitos existentes que su bya­
p ro y eccio n es de vuelta a la corteza b rin d a argu ­ cen a la habitu ación, sen sib ilización y cond iciona­
m entos para su papel en la asociación e integración m iento clásico en Aplysia (véase capítulo 2), aunque
de d iferen tes con ten id os de m em oria. M ayo r ev i­ obviamente a un nivel de com plejidad mayor.
dencia para esta noción proviene de un estudio de
im á g e n e s con reso n a n cia m a g n ética fu n cio n a l
(fM RI, por sus siglas en inglés) en el cual a los suje­ Síntesis de proteínas y plasticidad estructural
tos se les solicitó asociar rostros con iconos y n om ­ subyacente a la m em oria a largo plazo
bres. L u ego a los sujetos se les pidió d istin g u ir las
co m b in acio n es rostro-icon o-n om bre p reviam ente Com o se ha apuntado, el conocim iento acerca de có­
estudiadas de las com binaciones nuevas. Esta tarea mo se forman y m antienen los recuerdos a largo pla­
generó la activación del hipocam po (C ohén, Ramzy zo sigue siendo un gran m isterio. Sin embargo, existe
e ta l., 1994). evidencia de que la síntesis de proteínas y la form a­
ción de nuevas sinapsis son componentes críticos en
la form ación de la m em oria a largo plazo.
A lm acen am ien to de la m em oria im plícita Aunque no fue centro de la discusión en el capítulo
2 , se ha demostrado que las alteraciones en las proteí­
Se ha visto que los efectos de la m em oria de procedi­ nas existentes son un com ponente crítico en la sensi­
m iento y el prim ing se m anifiestan sólo cuando el b ilización a corto plazo y la h abituación en Aplysia.
sujeto está ejecutando acciones u operaciones simila­ A unque este m ecanism o ayuda a explicar relativa­
res a aquellas que ejecutó al momento del aprendiza­ mente los procesos de memoria a corto plazo, el hecho
je. Esto sugiere que los m ecanism os neuronales sub­ de que las proteínas están siendo constantem ente
yacentes a la m em oria im plícita pueden estar vincu­ degradadas y sintetizadas (con una tasa de renova­
lados con los m ecanism os que m edian las acciones y ción de aproxim adam ente 2 semanas) hace im proba­
operaciones iniciales. La evidencia para esto provie­ ble que las alteraciones en las proteínas existentes por
ne de diversos hallazgos. Como se hizo notar en una sí sola pudiese ser la base de la m em oria a largo plazo.
La síntesis de nuevas proteínas (más que alteracio­
nes en las proteínas existentes) es un componente inte­
gral en la retención, mas no en el aprendizaje, de nue­
: Estos autores emplean los términos declarativa y de procedimien­
vas tareas en m am íferos. Esto es claro a partir de los
to donde yo he usado explícita e implícita, respectivam ente. He
sustituido la última distinción, básicamente equivalente, para estudios (por ejem plo, Davis y Squire, 1984) que de­
m antener consistencia dentro de la presente discusión. muestran que si se adm inistran fármacos que inhiben
CAPITULO 10 Sistemas de memoria 281

Aprendizaje teínas es un componente necesario para la formación


70 de m em oria a largo plazo. Una consecuencia princi­
pal de la síntesis de nuevas proteínas, con obvias im ­
y.
O
plicaciones para la m em oria a largo plazo, es la cons­
60
ü
O trucción de nuevas sinapsis. Esto ha sido dem ostra­
o
u do en la sensibilización a largo plazo (mas no en la
¡n
50 de corto plazo) en Aplysia. Tam bién se ha observado
CZ en la potenciación a largo plazo en el hipocam po.
S
u 40
M ás aún, com o se vio con anterioridad, en las ratas
o
CL
expuestas a un am biente enriqu ecid o se percibe un
aumento en el número de sinapsis.
1 Cada m olécula proteica es el producto de una se­
3 6 9 12 15
cuencia de DN A que codifica la secuencia de am inoá­
Ensayos
cidos particular de dicha protem a. Una secuencia de
R etención
DN A que genera una proteína específica es llam ada
gen. Por tanto, en principio, debería ser posible iden­
tificar los genes que codifican la síntesis de proteínas
que influyen en la formación de nuevas sinapsis sub­
yacentes a la m em oria a largo plazo. Una form a de
atacar este problem a ha sido producir cadenas im i­
tantes de la m osca de la fruta Drosophila (al someter a
los insectos a rayos X o drogas) y luego determ inar
las cepas con problem as de aprendizaje específicos.
Esto ha resultado en la identificación de al menos tres
tipos de tales m utantes, cada una de las cuales tiene
un gen defectuoso que cod ifica la síntesis de una
0 .2 5 3 24
H oras después dei ap re n d iz a je
enzim a particular en u na vía asociada con el A M Pc
(Dudai, 1989). En años m ás recientes, con ingeniería
¿x— a D urante la in h ib ició n de la síntesis d e proteínas
genética en ratones, los investigadores han sido capa­
s e N orm al
ces de borrar específicam ente el gen que codifica la
síntesis de la proteína a-calm od alin quinasa II, una
FIGURA 10.30 (Arriba) Los inhibidores de la síntesis de
enzima importante para la inducción de potenciación
proteínas por lo general no tiene efecto sobre la tasa de
aprendizaje de una nueva tarea. {Abajo) Sin embargo, la a largo plazo. El resultado fue una deficiencia en la
retención a largo plazo no tendrá lugar si se bloquea la potenciación a largo plazo en el hipocampo de dichos
síntesis de nuevas proteínas durante el entrenamiento. animales (Silva, Stevens et al., 1992). Además, cuando
(Tomado de Bear, Connors y Paradiso, 1996, p. 573.) se evaluó a estos animales en el Laberinto de Agua de
Morris, se encontró que tenían un severo deterioro en
la m em oria espacial (Silva, P aylor et al., 1992). A u n ­
selectivam ente la síntesis de proteínas en un animal que estos hallazgos proporcionan una tentadora
cuando es entrenado para realizar una tarea, éste fra­ visión en los procesos al nivel neuronal que subyace a
casa para recordar la tarea cuando se le evalúa después la m em oria a largo plazo, todavía existe m ucho por
de un tiem po, aunque el proceso de aprendizaje sea conocer en esta área. En particular, no es claro cómo
normal (figura 10.30). También se observa el deterioro la form ación de nuevas sinapsis contribuye a la for­
en la retención si el inhibidor de la proteína es admi­ mación de recuerdos complejos, en particular recuer­
nistrado poco después del entrenamiento, pero su efec­ dos explícitos.
to deletedo disminuye conforme aumenta el intervalo
entre el entrenamiento y la inyección. Un efecto delete­
do similar al de la inhibición de síntesis de proteína se ¿D ónde se a lm acen a la m em oria?
aprecia en la sensibilización a largo plazo, pero no en
la sensibilización a corto plazo, en Aplysia. Lashley (1950) estaba correcto en su conclusión de
En conjunto, estos hallazgos sugieren que las eta­ que la m em oria a largo plazo no está alm acenada en
pas tem pranas de la form ación de m em oria involu­ un lugar, aunque estaba equivocado en su u lterior
cran la m odificación rápida de las proteínas sinápti- inferencia de que por tanto debía estar alm acenada
cas existentes, m ientras que la síntesis de nuevas pro­ por igual en todas partes. De hecho, la memoria está
282 PARTE II Neuropsicología de los sistemas funcionales principales

tanto distribuida como localizada; muchas áreas dife­ material desorganizado, la naturaleza reconstructiva
rentes del cerebro alm acenan m em oria, y al m enos del recordar significa que la form a en la cual se perci­
ciertos tipos específicos de memoria son almacenados ben y organizan los eventos determ ina en gran m edi­
en regiones específicas. Como se ha visto, el sitio más da cóm o se reconstruye la m em oria del pasado. La
probable de almacenamiento de la memoria explícita organización afecta la mem oria a través de su impacto
es la corteza, y la m em oria explícita parece estar sobre la codificación, recuperación y sobre los proce­
am pliam ente distribuida en diferentes áreas cortica­ sos interm edios entre estos dos puntos. Cuando se
les. En contraste, el priming parece encontrarse en un atiende al m aterial que se quiere recordar, es posible
núm ero de sistem as específicos, cada uno cercana­ organizado de m anera activa para recordarlo más
mente relacionado con áreas corticales especializadas adelante. Esta organización puede tener lugar duran­
en las etapas iniciales de procesam iento dentro de te o después de la exposición inicial (codificación ela-
una m odalidad sensorial específica. Existe m ás evi­ b orativa) o puede consistir en la m anipulación y el
dencia para esto en el priming visual, donde se ha acu­ procesamiento de la inform ación que ya ha sido codi­
m ulado evidencia para una relación entre la corteza ficada (repaso elaborativo). Finalmente, en el momen­
occipital y el prim ing perceptual. D entro de otros to de recordar, se puede buscar la inform ación en
dominios de la memoria implícita existe evidencia de forma organizada, un proceso denominado recupera­
que la m em oria de procedimiento también implica la ción estratégica. La evidencia para la implicación del
m odificación de sistem as de procesam iento involu­ lóbulo frontal en estos procesos y la posibilidad de
crados en operaciones motoras y cognitivas iniciales. especializadón hemisférica dentro de los lóbulos fron­
Esto es m ás claro en el aprendizaje motor, donde tales para procesos específicos proviene de un estudio
áreas dentro de los sistem as m otores, com o los gan­ de PET que m uestra la activación de las áreas del
glios basales y el cerebelo, parecen críticos. lóbulo frontal izquierdo durante la codificadón de la
inform ación y la activación de las áreas del lóbulo
frontal derecho durante la recuperación (Tulving,
CONSIDERACIONES ADICIONALES Kapur et al., 1994).
ACERCA DEL PAPEL DE LOS LÓBULOS
FRONTALES EN LA MEMORIA D E T E R IO R O EN EL U S O D E LA O R G A N IZ A ­
C IÓ N IN H ER EN TE La evidencia más convincente
Ya se ha considerado el papel de los lóbulos frontales para el involucram iento de la corteza frontal en los
en la m em oria de trabajo. Sin em bargo, éste no es el procesos organ izacion ales relacionados con la m e­
único terreno de la m em oria en el cual están involu­ m oria proviene de los estu d ios de lesión. A unque
crados los lóbulos frontales; ellos también son im por­ bajo muchas condiciones las lesiones del lóbulo fron­
tantes siempre que la organización sea un componen­ tal no perturban la m em oria, los parientes con lesio­
te crítico de la memoria y siempre que la información nes de lóbulo frontal tienen deficiencia en tareas de
deba ser extraída de una serie de eventos. Los lóbulos memoria que norm alm ente requieren procesos orga­
frontales tam bién son críticos para que un individuo nizacionales.
valore con precisión su capacidad de mem oria. Se ha Ya se han analizado algunos ejemplos del impacto
revisado el papel de los lóbulos frontales en la enfer­ de las lesiones de lóbulo frontal sobre la m em oria en
m edad de Korsakoff y se ha presentado evidencia que el contexto de la discusión de la enferm edad de Kor­
apoya la hipótesis de que los deterioros de m emoria sakoff. Ahí se observó que los pacientes con enferm e­
relacionados con la organización y el deterioro en la dad de K orsakoff que tam bién tienen daño a los
m etam em oria se encuentran sólo en los casos de lóbulos frontales m ostraron deterioro en la elim ina­
enferm edad de K orsakoff que tam bién involucren ción de la interferenda proactiva, en la m em oria para
anormalidad del lóbulo frontal (Shimamura, Jem igan el orden tem poral y en la m em oria para la fuente o
y Squire, 1988). En esta sección adicionalmente se exa­ contexto en el cual se obtuvo la información. Asim is­
mina el papel de los lóbulos frontales en la memoria, mo, algunos de estos pacientes m ostraron deterioro
enfocando su papel en los procesos organizacionales en la m etam em oria y tam bién m ostraron confabula­
que subyacen a la memoria y la metamemoria. ción. Estos trastornos, no observados en los pacien­
tes con K orsakoff que no tenían daño en los lóbulos
frontales, se observan en los parientes con daño con­
Lóbulos frontales y organización finado a los lóbulos frontales. Cada uno de estos de­
terioros provoca una disociación en la habilidad para
La organización y la memoria están relacionados. No utilizar las características inherentes en la contextua-
sólo se recuerda el m aterial organizado m ejor que el lización de u n evento (conceptual, tem poral o tem -
CAPITULO 10 Sistemas de memoria 283

poro-espacial) para su recuerdo su bsecuente, una ser extraída a partir de ensayo y error (véase figura
habilidad que es un componente crítico de los proce­ 7.29). Esto contrasta con el rendim iento norm al de
sos de m em oria estratégica (Jetter et al., 1986). los pacientes con lesión en el lóbulo frontal en las ta­
reas de m em oria que no requ ieren la extracción de
D E T E R IO R O EN LA O R G A N IZ A C IÓ N S U B JE T I­ inform ación a partir de una serie de eventos en cur­
VA P u esto que la cognición h u m an a es flexible y so, tal com o las tareas de aprendizaje de pares aso­
creativa, la gente no se tiene que apoyar en la orga­ ciados en las cuales los asociados se presentan direc­
n izació n inherente en los estím ulos; pu ed en im p o­ tamente en pares.
ner organización subjetiva. Los pacientes con lesio­
nes de lóbulo frontal tienen deficiencias en las tareas
de m em o ria que ocu pan esta cap acid ad . U n estu ­ D eterioro en la m etam em o ria
dio de P etrid es y M ilner (1982) ilu stra esto. Ellos
presen taron a los pacientes una serie de tarjetas en En la discusión de la enfermedad de Korsakoff, se en­
un arreglo 3 x 4 de palabras (o, en otra condición, de contró que aquellos pacientes con la enferm edad que
dibujos). Cada tarjeta tema los m ism os 12 estím ulos, no estuvieron conscientes de su deterioro de memoria
pero en d iferentes posiciones dentro del arreglo. y aquellos que confabulaban teman patología del ló­
C on form e las cartas fueron presen tad as, uno a la bulo frontal en adición a sus lesiones diencefálicas
vez, el sujeto tema que apuntar a uno de los estím u­ (McGlynn y Schacter, 1989; Schacter, 1991). La partici­
los que no había sido indicado en un ensayo previo. pación de la corteza frontal en la autovaloradón de la
La ejecu ció n en esta tarea se facilita si los su jetos capacidad de m emoria tam bién es apoyada por estu­
ad op tan un plan o estrategia que organice sus res­ dios que m uestran que los pacientes con lesión del
pu estas. Los pacientes de lóbulo frontal estuvieron lóbulo frontal tienen deterioro en la estimación preci­
severam en te d eteriorad os en esta tarea. C uando sa de su propia memoria (por ejemplo, Schacter, 1991;
P etrid es y M iln er in terrogaron a sus su jetos des­ Shallice y Evans, 1978; Sm ith y Milner, 1984).
pués del experim ento, los pacientes con lesiones del Se pensaría que una amnesia severa produciría de­
lóbu lo fron tal tuvieron m enos p robab ilid ad de re­ ficiencia en la valoración de la capacidad de memoria
p o rta r estrateg ias de o rgan ización in iciales para porque las personas afectadas no serían capaces de
ayudar en su rendim iento, en com paración con los recordar con cuánta frecuencia les ha fallado la m e­
pacientes con lesiones de lóbulo tem poral o sujetos m oria. Sin em bargo, existen pacientes con am nesia
de con trol norm ales. Se ha rep ortad o un deterioro severa que están conscientes de su deterioro de m e­
análogo en una tarea de au toordenam iento en m o­ moria. Ante su profunda incapacidad para aprender
nos tras lesiones de lóbulo frontal (Passingham , algo nuevo, algunos de estos pacientes están en un
1993). Estos deterioros son sorprendentes porque los constante estado de ansiedad y torm ento. Aunque
pacientes con lesión lóbulo frontal no tienen deterio­ existen otros pacientes am nésicos que parecen abs­
ro en tareas con una dificultad de m em oria sim ilar traerse de su deterioro, generando recuerdos supues­
cuando la organización subjetiva no se requiere para tos confabulatorios. A l parecer, lo que diferencia a
un alto nivel de ejecución. estos dos grupos de pacientes es que el grupo con un
deterioro en su conciencia tiene daño de lóbulo fron­
D E T E R IO R O EN LA E X T R A C C IÓ N D E IN F O R ­ tal además de la lesión causante de la pérdida prima­
M A C IÓ N A PA R TIR D E LA S C O N SE C U E N C IA S ria de memoria. Esto es consistente con el hallazgo de
D E LA C O N D U C TA A C TU A L En la vida cotidiana un deterioro en la m etam em oria en los pacientes con
es frecuente el caso cuando querem os recordar algo lesiones confinadas a los lóbulos frontales, a pesar de
que no está presente, sino que debe ser extraído de la ejecución no deteriorada de estos pacientes en mu­
m anera activa a p artir de una serie de eventos que chas tareas de memoria. En conjunto, estos hallazgos
resultan de la propia conducta. Una analogía experi­ sugieren que la contribución de la patología de lóbu­
m ental de esta situación es una tarea de aprendizaje lo frontal al deterioro en la autovaloradón de la capa-
de pares asociados condicionados en la cual al sujeto ddad de mem oria es parte de un deterioro más gene­
no se le dice cuál estímulo va con cuál, sino que debe ral en la autom onitorización. Ésta no es una conclu­
ap rend er los pares asociados por ensayo y error. sión completamente sorprendente, debido a la impor­
Com o observam os en el capítulo 7, Petrides (1985) ha tancia de los lóbulos frontales en la fundón ejecutiva,
dem ostrado que los pacientes con lesiones del lóbulo un tópico que se abordará con más detalle en el capí­
frontal tuvieron deterioro en el aprendizaje para aso­ tulo 12. Sin em bargo, antes de volver a dicho tema,
ciar una luz coloreada específica con una localización prim ero se considera la neuropsicología de la emo-
esp acial específica cuando dicha inform ación debía d ón en el capítulo 11 .
284 PARTE II Neuropsicología de los sistemas funcionales principales

RESUMEN La m em oria no sólo es una colección de sistem as


interactuantes, está íntim am ente relacionada con
Lo que se llam a m em oria es el resultado de la in te­ otros dom inios de cognición, com o el conocim iento
racción e integración de m uchos sistem as de m em o­ previo, las inferencias extraídas de dicho conocimien­
ria diferentes. Esto puede ser con cep tu alizad o a lo to y aspectos de organización cognitiva.
larg o de varias d im ensiones, in clu yen d o lo que es A pesar de que existen indicaciones de la natura­
recordado, la capacidad y duración de la m em oria, y leza m ultifacética de la m em oria a partir del estudio
los procesos com ponentes de la m em oria. D entro de de sujetos normales, la noción de m últiples sistem as
la d im en sión de lo que es recordado, se h a hecho de memoria fue profundizada y extendida por el h a­
u na d istin ción entre m em oria episód ica, m em oria llazgo de deterioros de m em oria específicos en p a­
de las experiencias personales particulares, y m em o­ cientes con lesiones cerebrales. El prim ero de éstos
ria sem án tica, m em oria de la in form ación general fue el severo deterioro en la ad qu isición de nueva
que no está unida conscientem ente a una experien­ inform ación tras daño al lóbulo tem poral m edial en
cia personal particular. O tra dim ensión del conteni­ H.M., aunque él tam bién perdió alguna inform ación
do de la m em oria es con ceptualizad a en la d istin ­ adquirida previam ente a su cirugía.
ción en tre m em oria ex p lícita y m em oria im plícita. Las lesiones u nilaterales al lóbu lo tem poral p ro­
La prim era se refiere a la representación consciente ducen deterioros en la m em oria, aunque la m agni­
de los eventos pasados, en contraste con la m em oria tud de estos deterioros es m enos severa que la que
im plícita, la cual se refiere a la rep resen tación no sigue al daño b ilateral a las estru ctu ras de lóbulo
consciente de los eventos pasados. La m em oria ex­ tem poral m edial. Los lóbu los tem porales en cada
p lícita inclu ye tanto m em oria episód ica com o se­ h em isferio m u estran una esp ecializació n com p le­
m ántica. La m em oria im plícita tiene varios subtipos, m entaria de la función de m em oria que generalm en­
com o la habilidad m otora, la habilidad perceptual, te es paralela a la especialización de los dos hem isfe­
la habilidad cognitiva, el aprendizaje no asociativo, rios cerebrales.
el condicionam iento clásico y el prim ing. Los térm i­ La búsqueda de las bases anatóm icas de la am ne­
nos m em oria declarativa y m em oria de procedim iento sia de lóbulo tem poral m edial sirve cono un modelo
han sido usados en una form a más o m enos equiva­ instructivo de cóm o evolucionan las teorías confor­
lente a explícita e implícita, respectivam ente, aunque me se obtienen nuevos datos. La conclusión de que
algunos autores han propuesto algunas distinciones el daño al hipocam po o a la corteza rinal (corteza en-
im portantes entre ambos conceptos. torrinal, corteza perirrinal y corteza parahipocám pi-
A lo largo de la dim ensión de capacidad y dura­ ca) subyace a la am nesia de lóbulo tem poral medial
ción, la m em oria a corto plazo es un alm acén de me­ fue alcanzada posteriorm ente tanto en pacientes
m oria de capacidad lim itada que, en la presencia de hum anos como en m odelos anim ales del trastorno.
interferencia, retiene información durante sólo pocos D urante este periodo existieron falsas soluciones de
segundos. El concepto de m em oria a corto plazo ha este tópico, cada una de las cuales eventualm ente se
sido subsum ido en el concepto de m em oria de traba­ descartó bajo el peso de los nuevos hallazgos em píri­
jo. Ésta es conceptualizada a partir de dos componen­ cos.
tes principales, un espacio de trabajo, consistente de Un segundo tipo de am nesia, la diencefálica, está
almacenes temporales de memoria y procesos aplica­ asociada con lesiones de los cuerpos mamilares y de
dos a dichos contenidos, y la función ejecutiva, la cual los núcleos an terior y dorsom ed ial del tálam o. La
regula la coordinación global de las actividades en la form a más com ún de am nesia diencefálica es la en­
m em oria de trabajo. La m em oria reciente o de térmi­ ferm edad dé Korsakoff. En contraste con la amnesia
no interm edio se refiere a un alm acén de m em oria de lóbulo tem poral m edial, la cual es un trastorno de
que m antiene la inform ación durante un periodo m em oria relativam ente pura, la am nesia anterógra-
intermedio entre la memoria a corto plazo (segundos da severa y los varios años de am nesia retrógrada
a minutos) y la memoria a largo plazo. Esta última es característicos de la en ferm ed ad de K orsakoff con
el alm acén que puede retener gran cantidad de infor­ frecuencia están asociados con otros deterioros cog-
mación durante tanto tiempo como una vida. nitivos, incluyendo el deterioro de la m etam em oria,
Los procesos de memoria pueden ser divididos en la confabulación, la am nesia de referencia, el deterio­
tres etapas secuenciales: registro/codificación, conso­ ro en la m em oria para el orden tem poral y el fracaso
lidación /almacenamiento/mantenimiento, y recupe­ para m ostrar elim inación de la interferencia proacti-
ración. Se han hecho intentos por an alizar varios va. Adem ás, estos pacientes con frecuencia son cog-
deterioros en la memoria tras daño cerebral en térmi­ nitivam ente apáticos, desm otivad os y em ocional­
nos de los componentes de la memoria que se alteran. m ente inexpresivos. Estos deterioros cognitivos su ­
CAPÍTULO 10 Sistemas de memoria 285

gieren que, adem ás de las lesiones en el diencèfalo, cional de la mem oria, la m em oria im plícita preserva­
estos pacientes también sufren daño a la corteza pre- da en los pacientes am nésicos se ha utilizado en la
frontal. rehabilitación para ayudar a que dichos individuos
Si se excluyen los síntom as de enferm edad de expandan sus capacidades funcionales.
K orsakoff que parecen estar asociados con disfun­ La noción de que existen dos sistem as de m em o­
ción prefrontal, el deterioro en la m em oria observa­ ria a largo plazo, la m em oria episódica (para ev en ­
do en la enfermedad de Korsakoff y otras form as de tos específicos de la vida del individuo) y la m em o­
am nesia d iencefàlica com parten características co­ ria semántica (conocim iento del mundo no conscien­
m un es con las apreciadas en la am nesia de lóbulo tem ente relacionada con el pasado personal), surgió
tem poral medial. Esto sugiere que regiones diencefá- del estudio de su jetos n orm ales. El estudio de p a­
licas y de lóbulo temporal medial son parte de un sis­ cientes neu rológicos ha revelado la existencia de
tem a com ún que m edia la form ación de nuevas m e­ deterioros específicos en la m em oria episódica y en
m orias declarativas a largo plazo. la m em oria sem án tica, su girien d o que estos dos
La evidencia concerniente a la etapa (o etapas) del tipos de m em oria tienen sustratos neuronales espe­
procesam iento de m em oria que es (son) pertu rba­ cíficos. Adem ás, dentro del terreno del deterioro de
d a^ ) en la am nesia no es concluyente. M ientras que la m em oria sem ántica, se h an reportado algunas di­
existe poca evidencia de que la pertu rbación en la sociaciones curiosas, incluyendo a pacientes que tie­
etapa de registro/codificación subyace a estos dete­ nen deterioro en el conocim iento de cosas vivas pero
rioros de mem oria, se ha sugerido la perturbación en no de objetos m an u factu rad os. El patrón inverso
la etapa de consolidación/alm acenam iento/m ante­ también se ha reportado. Estas disociaciones pueden
nim iento por algunos investigadores. Aunque la per­ proporcionar pistas acerca de la organización estruc­
tu rb ación de la consolidación puede subyacer al tural de la m em oria sem án tica. En particular, la
com ponente anterógrado de ¡os síndrom es am nési- inform ación acerca de los anim ales puede ser alm a­
cos, este m ecanism o parecer ser inconsistente con su cenada sobre la base de su apariencia, mientras que
com ponente retrógrado, en el cual la inform ación la inform ación acerca de los objetos m anufacturados
que ha sido retenida durante años se pierde. Las cla­ puede ser alm acenada sobre la base de su función.
ves de recuperación con frecuencia m ejoran la m e­ Se han reportado deterioros específicos en la m e­
m oria en los pacientes amnésicos. Sin em bargo, esto m oria a corto plazo en au sencia de deterioro en la
no necesariam ente significa que el m ecanism o su b­ memoria a largo plazo. Esto presenta problemas para
yacente a la am nesia es un trastorno de la recupera­ la teoría de la com puerta, la cual postula que la infor­
ción, debido a que el efecto benéfico de las claves m ación debe pasar a través de la m em oria a corto
podría ocurrir sin importar cuál de los componentes plazo antes de que pu eda ingresar al alm acén de
de los procesos de la memoria son perturbados. largo plazo. Se han observado varios tipos específi­
D esde el prim er reporte de H .M ., se ha acum ula­ cos de deterioro de m em oria a corto plazo, como el
do evidencia de que, aunque los pacientes amnésicos deterioro selectivo para m aterial auditivo-verbal, pa­
son capaces de recordar conscientem ente poca infor­ ra visu al-verbal y para visoespacial. Los prim eros
m ación nueva durante pocos segundos, exhiben cier­ dos de estos deterioros están asociados con lesiones
ta función de m em oria preservada. En particular, se en la corteza parietal izquierda; la última está asocia­
pu ed e d em ostrar que su conducta se afecta por la da con lesiones en la corteza parietal derecha.
experiencia previa, aun cuando no retengan conoci­ Puesto que las tareas de respuesta dem orada re ­
m iento consciente de dichos eventos, un fenóm eno quieren el m antenim iento de una representación in­
que ha dado origen al concepto de m em oria im plíci­ terna de eventos pasados, son m edidas útiles de la
ta. La m em oria implícita preservada en los pacientes memoria de trabajo. Usando una analogía oculomo-
am nésicos tom a varias formas, com o el aprendizaje tora de la tarea de igualación dem orada, Goldm an-
m otor, aprendizaje perceptual, condicionam iento Rakic ha dem ostrado que las lesiones de la cisura
clásico, aprendizaje de habilidades cognitivas (por principal en el mono causa un deterioro selectivo en
ejem plo, procedim ientos y estrategias que conducen la habilidad de estos anim ales para m over sus ojos
a so lu cion es exitosas de problem as) y prim ing p er­ hacia la ubicación de un estim ado presentado previa­
ceptual. Esto sugiere que cada una de estas áreas de mente. Estos hallazgos im plican a la corteza prefron­
la m em oria depende de estructuras neuronales dife­ tal en la m ediación de la m em oria de trabajo esp a­
rentes de aquellas necesarias para la m em oria explí­ cial. Además, existe evidencia de que otras regiones
cita norm al, y se han hecho algunos progresos para prefrontales están involucradas en otros aspectos de
identificar sus sustratos neuronales. Adem ás de pro­ la memoria de trabajo, como la representación de obje­
fund izar en la com prensión de la organización fun­ tos. Asimismo, existe evidencia de que la corteza pre-
286 PARTE II Neuropsicología de los sistemas funcionales principales

frontal m edia el com ponente ejecutivo general de la el sustrato neuronal de la m em oria de procedim iento
m em oria de trabajo. El apoyo para esta noción pro­ involucra la m odificación de estructuras que m edian
viene de la evidencia de que las lesiones prefrontales la ejecución inicial de las operaciones perceptuales,
perturban la m em oria de trabajo, sin im portar el tipo m otoras y cognitivas. Esto es m ás claro en el terreno
de inform ación involucrada. Los estudios de im áge­ del aprendizaje motor, donde se sabe que son im por­
nes que reportan activación prefrontal durante una tantes áreas dentro del sistem a motor, como los gan­
am plia gam a de tareas de m em oria de trabajo tam ­ glios basales y el cerebelo.
bién apoyan esta visión. A unque bajo m uchas condiciones las lesiones de
Los patrones de disociación que se han encontra­ lóbulo frontal no perturban la m em oria, el daño a
do su gieren que existen cinco grandes sistem as de estas regiones cerebrales causa deterioro en la m em o­
m em oria: la m em oria de procedim iento, el sistem a ria de trabajo y en la m etam em oria. La disfunción
de representación perceptual, la m em oria de trabajo, frontal tam bién perturba la m em oria siem pre que la
la m em oria sem ántica y la m em oria episód ica. Al organización sea crítica para el recuerdo. Esto incluye
m enos tres de éstas contienen varios subsistem as. el uso de codificación elaborativa, repaso elaborativo
Tulving ha sugerido que estos sistem as surgieron en y recuperación estratégica. También incluye el uso de
el orden citado, tanto en el curso de la evolución la organización inherente dentro del m aterial a ser
com o d urante el desarrollo individual. D esde esta recordado, así com o la im posición de organización
perspectiva, la m em oria de procedim iento y el sis­ subjetiva. Las lesiones del lóbulo frontal también dete­
tem a de representación perceptual son vistos com o- rioran la m em oria cuando la extracción de inform a­
esenciales incluso para la interacción m ás sim ple con ción desde las consecuencias de la propia conducta
el am biente, m ientras que la m em oria de trabajo, la son un componente esencial de la tarea de memoria.
m em oria semántica y la mem oria episódica evolucio­ Lo que se sabe acerca de las bases neuronales de la
naron (y se desarrollaron) m ás tarde, conform e la m em oria sugiere que está d istribu id a y localizada.
representación consciente de los eventos pasados se Está d istribuida en al m enos dos niveles. Prim ero,
volvió esencial para la ejecución y la regulación de diversas estructuras del cerebro están involucradas
com portam ientos complejos. en la m em oria. D e hecho, cada vez es m ás difícil
El sustrato neuronal de la m em oria a largo plazo identificar un área del cerebro no involucrada en al­
no se conoce con certeza. Sin em bargo, existe fuerte gún aspecto de la m emoria. Segundo, dentro de cada
evidencia de que la m em oria explícita a largo plazo estructura los m ecanism os neuronales subyacentes
está representad a en la corteza cerebral. M ás aún, a la rep resen tación del p asad o parecen involu crar
existe evidencia de que la m em oria exp lícita puede v astos arreglos de neu ronas, m ás que uno o unos
ser alm acenada en regiones corticales que m edian las cuantos. La n atu raleza d istribu id a del alm acena­
últim as etapas en el procesam iento perceptual y el miento de m em oria en este nivel es más clara para el
reconocim iento. alm acenam iento de la m em oria episódica a largo
La m em oria implícita parece involucrar la m odifi­ p lazo en la corteza cerebral; las lesiones corticales
cación de estructuras que tom an parte en el procesa­ localizadas no perturban de m anera selectiva porcio­
m iento inicial de la inform ación. Existe evidencia de nes específicas de la m em oria episódica a largo pla­
que el prim ing perceptual es m ediado por varios sis­ zo. Aun si la m em oria puede ser conceptualizada co­
tem as específicos, cada uno vinculado estrecham en­ m o distribuida, también puede ser considerada como
te con las áreas corticales especializadas para las eta­ localizada. D iferentes estructuras neuronales están
pas tem pranas del procesamiento en una m odalidad especializadas para la mediación de aspectos específi­
sensorial específica. Además, existe evidencia de que cos de la memoria.

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