TEORÍA POLÍTICA MODERNA

Geraldine Navarro Díaz

110500232017

La justificación de la nomotecnia frente a la justicia.

En teoría política hemos de encontrarnos con muchos objetivos expuestos por autores que
han dejado marcada la historia y el pensamiento, en este caso Platón presenta una intención sobre
la República y esta lleva consigo una idea acerca la justicia, entre tanto, en uno de sus diálogos
resalta la participación de ciertos personajes pesimistas respecto a esta idea. Actualmente este
tema es muy frecuentado, pero, si la justicia es algo fundamental para la convivencia ¿por qué
actuamos de manera equívoca y qué medidas podríamos tomar frente a esta situación?

Cuando hablamos de los personajes que tienen una postura pesimista a lo que respecta la
justicia, podemos llegar a la conclusión de que para estos no existe o en el mejor de los casos no
hay una concepción de ella. Se toma por justicia –según Céfalo, personaje al que Platón hace
referencia en sus diálogos– la acción de dar a cada quien lo que se merece. Con Polemarco, se
comparte que ésta es ayudar a los amigos y perjudicar a los enemigos. Hasta ahora se torna
relevante que estas características hacen tener una visión retributiva de lo que puede ser la
justicia. Nos encontramos también con que la creencia de Trasimaco es que lo justo es lo que le
conviene al más fuerte y concluimos con Glaucón quien niega la existencia de ella.

Ahora bien, si no existe una concepción sobre la justicia hemos de revisar el por qué hay
desde tan tempranos tiempos una visión pesimista respecto al hombre, ¿somos malos por
naturaleza o nos volvemos malos buscando nuestro bien, por conveniencia propia? Y si alguna
de estas dos consideraciones es cierta, ¿por qué existe entonces la necesidad de tener un concepto
de justicia? ¿Luego es esta la que nos hace ver la insuficiencia de los hombres frente a la realidad
social? En parte es esta la que ayuda a la supervisión de las obras honestas, en una República las
cosas benéficas pueden ser igualmente perjudiciales para ciertas personas. Platón (2007) en sus
Diálogos expone un mito persa donde concluye que no se es justo espontáneamente, sino por
necesidad, y que serlo no es un bien en sí, puesto que el hombre se convierte en injusto desde el
momento en que cree poder serlo sin temor alguno. (Platón, 2007, pág. 29) Por esto se puede

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decir que los individuos estamos llamados a ser partidarios de una u otra acción dependiendo de
qué es lo que nos favorezca en el momento.

Seguramente, el motivo por el cual actuamos de esta manera sea reconocer que el interés
personal prima sobre cualquier otro interés. En el individuo hay injerencia de dos cosas, las
externas y las internas, más explícitamente, en las externas hallaríamos la presencia de lo que nos
hace partícipes de la sociedad, nuestros actos, nuestros bienes, incluso el mismo Estado. Para las
internas, contamos con la representación de lo que conforma nuestra alma, los sentidos, la
voluntad y la inteligencia. Dicho esto, se puede concluir que a medida que necesitemos algún
bien estas facultades internas nos hacen desarrollar capacidades para desenvolvernos en las
externas y cuando se nos sale de las manos ha de existir algún ente que regule nuestras
pretensiones.

La idea presentada por Platón se puede exponer de manera muy sencilla, mientras que en
la práctica nos podremos encontrar con su complejidad y con los caminos que pueden seguirse.
Insinúa él que somos seres injustos y malos, dado a estas dos características se debe concurrir a
las obligaciones, es decir, cuando estas se asignan bajo un marco social, esos seres malos e
injustos deberán tornarse buenos para poder cumplir con estas y quedar bien en la población ya
que si se hace todo lo contrario se recibirá una sanción. Ese regular comportamientos recibe
también el nombre de nomotecnia, que es unir la visión práctica de la vida social política y que
en estas intervengan las normas, las leyes o más allá el derecho. Por eso, la regulación es propia
de la política. Así han funcionado las ciudades a lo largo del tiempo, la visión pesimista ha
contribuido con la creación pautas para la convivencia y seguirá siendo la necesidad de la
población para mediar las conductas.

Entonces, con la teoría política que brindó Platón podemos percatarnos de la necesidad
que hay en la sociedad de controlar los comportamientos que se evidencien en ella y como es
innegable la presencia del pesimismo antropológico hemos de tener injerencia plena de la
nomotecnia para intervenir en lo que se precise.