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El mundo, ante la interpretación del hombre, está lleno de significaciones. Tan pronto el
hombre decide ir más allá de los objetos mismos, encuentra que éstos tienen un valor que
los trasciende: una significación. La manera en que viste una persona nos puede indicar sus
status socioeconómicos, su tipo de actividad e, incluso, algunas características de su
personalidad.
El ser humano es un ser social por naturaleza y por ello nos comunicamos. La comunicación
es el intercambio de información o mensajes, entre un emisor y un receptor, quienes
comparten un código, de manera que el mensaje es codificado por el emisor y decodificado
por el receptor. Para comunicarnos nos valemos de signos, señales y símbolos, que cumplen
diferentes objetivos.
- Lenguaje no verbal
- Lenguaje verbal
Cuando tomamos un objeto como representante de otro hecho distinto del objeto mismo,
estamos considerándolo como signo. Un signo es un hecho perceptible que nos da
información sobre algo distinto de sí mismo.
Signos primarios y secundarios. Los signos que un emisor produce con la intención de
establecer la comunicación son signos primarios, dado que esa es su finalidad esencial. Los
otros signos, cuya función básica no es la de servir para comunicar algo, son signos
secundarios.
Semiología y lingüística. La semiología se ocupa del estudio de los signos producidos por el
hombre. Hay dos planteamientos del campo semiológico: el extenso, que abarca tanto los
signos primarios como los secundarios, y el limitado, que incluye únicamente el estudio de
los signos primarios.
EL SIGNO LINGUISTICO
Dentro de los signos producidos por el hombre hay unos de naturaleza oral, además, son
primarios en cuanto a que su función esencial es la de establecer la comunicación.
Utilizaremos, pues, las palabras para conocer las características del signo lingüístico.
La teoría del signo lingüístico fue desarrollada por Ferdinad De Saussure, quien lo concibió
como la asociación de una imagen acústica o significante y una imagen mental o significado.
Por ejemplo, podemos esquematizar un signo de una vaca de la siguiente forma:
Significado:
Signo: Vaca
Significante: VACA
El carácter del signo ha sido reconocido desde la antigüedad. Saussure considera que el signo
lingüístico es arbitrario porque entre éste y la realidad a la que hace referencia no hay relación
natural. En otras palabras, no hay razón para que a determinado animal se le nombre vaca y
no rana: el hecho de que se le nombre así es una simple convención de determinada sociedad
que usa una lengua específica. Y justamente la existencia de muchas lenguas confirma que
los signos no están motivados por la realidad. Si así fuera, una misma cosa tendría el mismo
nombre en todas las lenguas del mundo.
Las onomatopeyas tienen cierta relación con la cosa o el fenómeno que designan. En algunas
de ellas la relación es muy evidente. Así comprendemos por que el perro ladra, el pato
granza, o el caballo relincha: los signos ladrar, graznar y relinchar están motivados por los
sonidos que producen los respectivos animales.
Sin embargo, el haber seleccionado estos signos implican cierta arbitrariedad en la medida
en que no son sino la imitación convencional de ciertos sonidos, imitación que hacemos
según las costumbres lingüísticas que son propias de nuestra lengua.
En cuanto a biología y a otras palabras de este tipo, podría pensarse que hay entre ellas una
motivación; en el caso del ejemplo, es evidente que significa “estudio de la vida” porque bio
en griego significa “vida” y logos “estudio”.
Este fenómeno, llamado derivación, porque una palabra determinada deriva de otros
componentes menores, aparece en otras lenguas.
En los signos derivados, aunque se puede hablar de motivación, ésta es de otro tipo; es una
motivación producida por las posibilidades de combinación de elementos de la lengua o
motivación secundaria, en términos de Saussure, y no por la realidad a la que hacen
referencia los signos.
El fenómeno de la etimología popular, pues, se explica por la necesidad de motivar los signos,
pero no contradice el principio básico de la inmotivación, ya que, en último caso, los
componentes de las palabras siguen siendo, al igual que en biología, inmotivados.
EJEMPLOS
*Fonemas:
HABITACION: /a/ + /b/ + /i/ + /t/ + /a/ + /c/ +/i/ +/o/ + /n/
*Onomatopeyas
Perro: ladra
Pato: granza
Caballo: relincha
Gato: maúlla
Burro: rebuzna
Lobo: aúlla
Gallina: cacarea
Tigre: ruge
Zancudo: zumba
Chivo: berrea
Pájaro: trina
Vaca: muge
Búho: chichea
Ratón: musita
Oveja: váhala
Cerdo: barbea
*Derivación
EJEMPLO
Histología: Estudio de los tejidos.
Antiderrapante
Anticongelante
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SIGNIFICADO Y CONTEXTO
En la lengua sucede normalmente que una palabra tiene múltiples significados. Para
seleccionar el adecuado, las palabras necesitan ubicarse en un contexto. El contexto es el
marco de referencia con respecto al cual los signos adquieren un significado determinado.
Por ejemplo: ¿Viste en el periódico de hoy que están hablando de una posible devaluación
de la corona sueca? Antes de crucificar a Cristo, los soldados le pusieron una corona de
espinas.
El contexto situacional. También hay un contexto que podemos llamar situacional, porque se
refiere a la situación de los hablantes en el espacio, en el tiempo y en el diálogo. Por ejemplo.
¿Qué significa aquí? Aquí puede ser muchos lugares diferentes, pero tienen en común el
hecho de que en ellos me ubique yo, el hablante. El lugar preciso depende en cada caso de
quién sea el hablante.
El contexto físico. El contexto físico es selectivo y económico. Imaginemos que en una caja
tiene un letrero que dice “frágil”. Al leer esa advertencia sabemos que debemos manipular la
caja con cuidado.